El vals, tercera parte y final.

Mañana de verano, en el hangar. Calor insoportable. Final de un turno agotador. Rick planeaba una estrategia para reconquistar a Lisa, dejar a Minmei sin hacerla sufrir, y hacerlo en menos de una semana, la semana que faltaba para anunciar la fecha del matrimonio con la cantante. Lisa no facilitaba las cosas, porque le había dado por evitarlo en los turnos y no responderle las llamadas, mientras que Minmei alardeaba delante de todos sobre su relación con el piloto y lo obligaba a presentarse en cuanto programa de farándula existía.

Y ya estaba cansado.

De pronto sintió voces de admiración que daban los pilotos y uno que otro silbido. Se asomó a mirar y contempló a Lisa que caminaba despreocupadamente, con un coqueto hot pant, camiseta ajustada y un sombrero de explorador, y se dirigía a un pequeño avión estacionado en el hangar. Lynn Kyle la seguía a corta distancia, embobado, llevando una canasta de picnic.

-La comandante Hayes es perfecta – musitó alguien.

-Quién diría que tenía ese tremendo cuerpo bajo el uniforme – dijo otro. Rick le dio un pisotón disimuladamente.

-Qué afortunado es ese pacifista – comentó otro -. Si la deja escapar, yo estaré listo para atraparla.

-¡Qué tonterías dices! ¿Cómo alguien en su sano juicio puede dejar escapar a semejante diosa? – dijo otro.

-"Yo conozco a uno" -, pensó Rick, dándose un coscorrón.

Lisa lo había amado; ahora se daba cuenta. Ahora entendía las miradas, los celos, las bromas... demasiado tarde entendía que ella lo amó.

Lisa trepó grácilmente al avión y Kyle saltó a la cabina delantera; los pilotos los miraron despegar y perderse en la lejanía.

-Van al bosque – dijo alguien, y nadie le respondió. Pero Rick se fue rápidamente a su avión.

-Caperucita, te salvaré del lobo – murmuró Rick, y nadie entendió por qué el teniente Hunter volvió a salir de patrulla si ya había terminado su turno.

Ni Lisa ni Kyle se dieron cuenta del intruso, embebidos como estaban en su conversación. Rick espiaba desde detrás de un árbol, y aunque no alcanzaba a escuchar claramente las palabras, cada carcajada de Lisa se le clavaba como un cuchillo en el corazón.

-Apenas él intente abusar de ella, salgo de acá y lo mato – se juraba a sí mismo.

Pero nadie intentó abusar de nadie. Guardaron las cosas del picnic y se fueron. Kyle arrojó algunos restos de fruta detrás de los árboles.

-A algún conejo le pueden servir – dijo.

El "conejo" agradeció el gesto, pues no había comido en todo el día. Devoró los restos de manzana y los siguió, ocultándose entre los matorrales.

De pronto se encontraron frente a un hermoso lago.

-¿Nademos? – sugirió Lisa.

-No tengo traje de baño... – dudó Kyle.

"Rayos. Ahora se van a bañar desnudos y yo tendré que aguantarme el espectáculo" – pensó Rick.

-Hace calor, nos bañamos con ropa y nos secamos con el aire acondicionado del avión – dijo Lisa.

-Ya – dijo Kyle, fastidiado. Bañarse con ropa no era su idea de diversión, precisamente.

Se dieron unos cuantos chapuzones hasta que cayó la noche. Se tendieron en el suelo, y miraron las estrellas. La noche era cálida y perfumada. Kyle miró de reojo a su encantadora compañera y notó que ella sonreía.

-¿En qué piensas? – le preguntó.

-Recordé una vez que discutimos con Rick sobre este lago. Yo decía que las aguas eran cálidas, por la tierra volcánica; él insistía en que el bombardeo cambió las cosas, y ahora era agua helada. Veo que yo tenía razón.

-"Siempre tiene razón; es una comadreja parlanchina"-pensó Rick.

-Hablas mucho del teniente Hunter.

-No me había dado cuenta.

-Quizás el tema te gusta. Pero no debes olvidar que es un hombre comprometido.

-Sí, es el feliz futuro esposo de la estrella del canto, tu prima Minmei.

-¿Celosa?

-¿Cómo podría estar celosa? ¿Cómo podría competir yo con la maravillosa Minmei?

Kyle miró la figura de Lisa que se transparentaba bajo la ropa mojada y tragó saliva antes de poder hablar.

-Pues yo creo que eres muy bella.

-Gracias – Lisa sonrió y se ruborizó. Kyle se sentó para colocarse sobre ella. La miró a los ojos y acercó su rostro a la chica. Justo cuando iba a besarla, ella volteó la cabeza.

-Lo siento. Lo siento mucho, pero no puedo. Mi corazón pertenece a otro.

Kyle sonrió tristemente.

-Podríamos intentarlo. Hay gente que aprende a amarse.

-Yo no puedo ser así. Estoy enamorada, y si el hombre de mis sueños quiere a otra, pues me quedaré sola. Gracias por pensar en mí, pero no puedo corresponderte como te mereces.

-Lisa, eres una gran mujer y quien te rechazó es un estúpido. Y lamento que no quieras darme una oportunidad, pero respeto tu decisión.

Durante todo este diálogo Rick había dado saltos de felicidad escondido tras los árboles. Dio las gracias al cielo y se prometió a sí mismo ir esa noche a romper el compromiso con la cantante.

Se fue rápidamente, así que no escuchó el resto del diálogo:

-No es que no quiera darte una oportunidad, es sólo que...

-¿Entonces, puedo seguir viéndote? ¿Puedo intentarlo? Lisa, me he dado cuenta de la persona especial que eres. Jamás conocí a alguien como tú, y creo que podemos crear magia juntos, tú y yo. Déjame intentar.

Lisa sonrió, por toda respuesta. Era agradable sentirse cortejada.

Tomados de las manos volvieron al avión. Una vez en el hangar, se despidieron y ella dejó que él la besara. Esto lo vieron Sammy y Kim, que visitaban a dos pilotos amiguitos de ellas.

De inmediato le transmitieron la noticia a Vanessa, que lo divulgó por toda la base. ¡La comandante Hayes era novia del civil-pacifista-activista-hippie Lynn Kyle!

Rick, que acababa de romper con Minmei y tenía en su frente la evidencia de la furia de la cantante, escuchó la noticia por radio y casi deja que su avión caiga en picada.

-"Me lo merezco, me lo merezco – pensaba – Tardé demasiado en decidirme."

Al día siguiente, Rick, que no había podido dormir entre que pensaba en su problema y hablaba con algún reportero (sobre el tema Minmei), se quedó más del tiempo debido en la base para pillar a la comandante Hayes cuando entraba en su turno.

Lisa, que había visto, leído y escuchado del escándalo del año – el rompimiento del compromiso de Minmei; el rostro de la bella Miss Macross llorando estaba en todos los noticieros y diarios del lugar – lo saludó con una gran sonrisa.

-Así que acá está el hombre que hace sufrir a nuestra estrella – dijo Lisa.

-Felicitaciones por tu noviazgo – masculló Rick.

-¿Noviazgo? ¿Yo?

-No finjas; toda la base sabe lo tuyo con Kyle. Los vieron besándose anoche.

Lisa lanzó una carcajada.

-¡Era solo un beso de despedida! Yo no tengo novio, Rick. El hombre de mi vida está comprometido... o lo estaba – Lisa lo miró significativamente. Él sintió que su corazón saltaba de alegría en su pecho.

-Entonces... ¿no lo verás más?

-¿Quién ha dicho eso? Él no es el hombre de mi vida, pero me pidió una oportunidad. Vamos a salir más seguido, a ver si algo ocurre entre nosotros. ¿Qué opinas?

-Una mierda – murmuró Rick.

-¿Qué?

-¿Y saldrás con él en forma exclusiva?

-¿A qué te refieres?

-Que si no habrá una posibilidad entre mil de que tú salgas algún otro.

-No sé. Acepto propuestas. Total, no tengo compromisos.

-Podemos ir al bosque. Hay un lago de aguas cálidas que te encantará.

-Me parece muy bien. ¿Cuándo?

-¿Puede ser ahora? Nadie te negará un cambio de turno, eres la jefa, y a mí me gustaría alejarme de los periodistas.

-Bien – aceptó ella y ambos partieron al avión de Rick.

Rick consiguió algunas provisiones de los pilotos, las echó al avión y ayudó a Lisa a subir.

-Tendrás que sentarte en mis rodillas.

-Me parece bien.

-Y no tengo un cinturón de seguridad para ti. Tendrás que abrazarme fuerte.

-De acuerdo.

Despegaron y pasaron la mayor parte del tiempo en silencio. De pronto, él dijo:

-Podríamos bañarnos en el lago.

-Gran idea.

-Pero, Lisa, no tengo traje de baño.

-Yo tampoco.

-Y no pienso mojar mi uniforme. Es molesto secarse con el aire acondicionado del avión.

Lisa lo miró con una sonrisa traviesa en los labios.

-Yo tampoco quiero mojar mi uniforme. Estaremos a mano.

Rick la abrazó más fuerte, mientras se disponían a aterrizar y comenzar la tarde, la merienda, el paseo, y ¿quién sabe qué más?

Fin