Nuestro duelo Interno

3.-Empezamos el duelo… Buena suerte

MagAnzu: Hola amigos… Gracias por sus reviews… Pero Diarkae ko y yo estamos peleadas, y me siento genial de no tenerla aquí… (BD entra, seguida de Yugi, al que lleva casi a la fuerza)

BD: O_ó ¿Por qué estás aquí? ¡Yo tenía que decir los comentarios! ¡Eres una roba comentarios!

MagAnzu: ¡Pues cállate y vete! ¡Maldita d moño!

Yugi: Mejor deberían reconciliarse…

BD: ¡Cállate chaparro tonto! #'o_ó

MagAnzu: ¡Tú no le llamas así a Yugi san! ¡Discúlpate con! ¡Más respeto para él!

BD: ¡Yo me disculpo cuando quiero! ¡Y yo soy como 1 millón de años más grande! ¡Tú y él deberían tenerme respeto a mí!

MagAnzu: ¡¿Por qué?! ¡Porque eres una vieja decrépita!

BD: ¡Vieja decrépita tu abuela!

MagAnzu: ¡Al menos yo sí tengo abuela! ¡Tú ni a eso llegas!

BD: Ah, sí… ¡Pues tú eres muy flaca!

Yugi: Eto… ¿Y el fic…?

BD y MagAnzu: (Al unísono) ¡Cállate!

Yugi: ¿Quién las entiende? (BD Y MagAnzu le dirigen una mirada de enojo) ¬¬ Ya me callé… (BD le lanza un libro a MagAnzu y le da en el brazo)

MagAnzu: ¡OYE! (Agarra unas plumas del escritorio y se las avienta a BD, que pone a Yugi como escudo y el pobrecillo queda con toda la cara llena de tinta, y siguen aventándose de todo: Libros, revistas, botes, bolsas, cajas… Y hasta tacos y una rebanada de pastel del día anterior)

BD: ¡Eres una maldita flacucha! (Le lanza una revista de manga)

MagAnzu ¡Y tú un horrible d moño! ¡Deja mis shonen jump! (Le tira un plato de sopa)

Yugi: Cof… Cof… (Se trata de limpiar la cara con la manga de Naruto) Éstas chicas van para largo… ¬¬ Mejor vamos con el fic…


Horas después, Yugi estaba discutiendo con el recepcionista del hotel, para la habitación, en lo que Marie veía la bonita estancia del lujoso establecimiento…

-…sí, tenemos reservación pagada de parte de las aerolíneas Jonouchi Kawai- continuaba Yugi- a nombre de Yugi Mutou

-Ya la encontramos- dijo el recepcionista, dándole las llaves de las 2 habitaciones- Perdón por la demora, señor rey de los juegos, sólo firme aquí y podrá irse

En eso, le dio una libreta donde tenía varias firmas y un lapicero.

-¿Es para saber algo de los cuartos?- preguntó el chico de ojos amatistas- ¿Ahí es donde se registran?

-¿Qué? Ja, ja.- el empleado se rió- No, es sólo mi libreta de autógrafos. Mire usted…

Entonces Yugi hojeó el cuaderno, tenía firmas de varios duelistas conocidos: de Kaiba Seto, Kujaku Mai, para Jonouchi tenía el espacio en blanco…

-Ah, ya me di cuenta Y yo pensando que era algo importante…

Y siguió hojeando el cuaderno… a Yugi le llamó la atención una parte donde decía "Dueto doble A" Dividido en gemelo y gemela A, ya que en la parte de "Gemela A" tenía una letra que se le hizo increíblemente conocida, pero no supo distinguir de quien era…

-¿Quién es "la gemela A"?- preguntó curioso

-No lo sé, señor… - el empleado bajó la mirada- Todos llevan máscaras…

Yugi no entendió bien eso de "Todos llevan máscaras" pero no quiso ser inoportuno, así que a regañadientes se inclinó a firmar y le devolvió el cuaderno

-Una aclaración,- continuó Yugi- cualquier fanático que me venga a buscar, dígale que no lo veré hasta mañana, ha sido un día largo y necesito descansar

Y el botones se llevó sus maletas hacia las habitaciones respectivas, mientras Marie se levantaba del sillón de la estancia y esperaba a Yugi junto al elevador, que se apresuró a llegar.

-¿Ya está todo, nene? – fueron las palabras de la morena, que se veía preocupada

-Sí Marie san - asintió el muchacho

Y tomaron el elevador, tras unos minutos ya estaban en el piso donde se encontraban sus cuartos, despidiéndose para ir a descansar del día tan largo que habían tenido. Yugi tenía muchas dudas sobre el dueto AA, pero prefirió dejarlas para después.

-Gracias, Marie san, sin ti me hubiera perdido para llegar aquí.

-No hay de qué nene,-dijo la morena, con una sonrisa- bueno, hasta mañana. Aquí se acostumbra darse un adiós a un saludo con un beso en la mejilla… Así que…

-Oh, sí, claro…- dijo Yugi, apenado por no conocer las costumbres de ahí

La chica se inclinó a darle un beso en la mejilla, pero Yugi se volteó mal, así que… el besó terminó en sus labios… El chico se apartó casi de inmediato del beso, aturdido por la embarazosa escena que acababa de pasarle…

-eh… Perdón… - se ruborizó de la pena- Hasta mañana…

Y el muchacho de ojos amatistas salió derechito hacia su cuarto, bastante incómodo con el asunto del beso, mientras Marie sólo lo veía con cierta locura reflejada en sus ojos, realmente le había gustado el beso a la morena, muy diferente reacción a la que había tenido el chico de cabello tricolor.

-Adiós Yugi.- susurró la muchacha, relamiéndose los labios- Uhm, besa muy rico…

------------

Y minutos después, Artemisa ya se encontraba discutiendo con el gerente en la parte de abajo del hotel, porque no la dejaban ver a Yugi, se veía bastante desesperada, aparte de que estaba desaliñada.

-…Pero necesito verlo- la chica estaba desesperada, trataba de convencer, pero el otro ni la oía- Es una situación muy importante…

- De ninguna manera,- le interrumpió el discurso el tipo- el señor Mutou demandó que no hubiera ninguna visita de alguien, está muy cansado porque acaba de llegar de Japón.

-Siquiera déjeme llamarle a su habitación, ¡necesito verlo!-le imploró la chica, con el corazón en la mano, pero al gerente ni siquiera le conmovió esa cara tan bonita, pero tan maltratada.- Denme el número del teléfono del cuarto…

-No podría, el señor Mutou ya está durmiendo y si lo llama lo despertaría.

-¡No puede ser! Tan sólo quería hablar con él…

-Lo siento,- se disculpó falsamente el hombre, era obvio que le gustaba ver a Artemisa sufrir, como si pensara que era una alimaña o algo así- yo sólo sigo órdenes

En cuanto a la rubia trigueña, tan sólo trataba de no perder los estribos, ella no era una persona violenta, pero podía hacer lo que fuera por ver a su amigo Yugi.

-Esto es una injusticia ¿Sabe usted quién es mi padre? ¡Mi padre es Michel Klug! ¡Y yo soy Artemisa Klug!

Ante esta afirmación, que era completamente cierta, el gerente sólo soltó una risotada, que se oyó por toda la estancia, tanto que a la rubia la sobresaltó, no se esperaba esa reacción.

-¡Ja, ja, ja!- Dijo divertido- ¡Y mi padre es el primer ministro de Canadá y yo no lo ando presumiendo!

La chica hizo un puchero de la impotencia que sentía en esos momentos: tenía que admitirlo, con esa facha jamás convencería a nadie de que era la hija de uno de los investigadores más reconocidos del mundo. Jamás nadie sabría que detrás de esa muchacha despeinada estaba la famosa Artemisa Klug, una de las más brillantes y prometedoras jóvenes de ese país, razón por la cual la habían becado en la universidad…

-¡Déjeme verlo!- reclamó la chica, se estaba enfadando, pero no quería ser violenta o la sacarían del hotel, y no sabía bien el camino a casa, ya era muy tarde para pedir un taxi y había olvidado su celular por salir de prisa.

- No- fue la palabra tajante del gerente, que se cruzó de brazos en la pose de "Ya no voy a hablar"

-Pues no me voy a mover de aquí hasta que me deje verlo…


A la mañana siguiente, la joven rubia estaba en la recepción, se había sentado en uno de los sillones, pero no concilió el sueño en toda la noche, primero porque estaba en peligro de que la sacaran, y la segunda razón era que tenía mucha emoción y una estúpida esperanza de que Yugi bajara por algo o que la dejaran ver al chico de ojos amatistas.

-Uhm…- Artemisa ya no tenía fuerza, cabeceó del cansancio, y se duedó dormida en el sillón por unos minutos.

En esos momentos bajó Yugi a ver que desayunaba, ya que Marie seguía durmiendo y ya tenía mucha hambre, siempre había sido de las personas que se levantaba antes

-*Vaya, creo que ayer fue un día muy ajetreado*- pensaba el chico de ojos amatistas, que caminaba por la estancia ya vestido.

Fue cuando la vio: El chico de cabello tricolor alcanzó a ver a Artemisa… Estaba ahí, esa mujer tan enigmática, y aunque se veía muy desgastada, irradiaba una belleza singular, que nada podría ocultar… En primera se sorprendió con su gran parecido con la Valkiria… Como la muchacha estaba durmiendo, Yugi no pudo vislumbrar sus ojos verdes, aquellos que lo habían enganchado años atrás…

-*No puede ser, esa chica se parece a mi carta Valkiria… ¿Será ella? –Se dijo, estaba realmente asustado de aquella visión- No, eso es ilógico, debe ser una alucinación… Pero se supone que esto no me debe pasar*

El joven de ojos amatistas se apartó del sofá, retrocedió unos cuantos pasos, demasiado asustado de lo que estaba viendo. Temía que al dar la vuelta, aquella chica desapareciera, siguió caminando como los cangrejos hasta que se topó de espaldas con alguien…

-Buenos días, señor Mutou ¿Cómo le va?- le saludó amablemente el gerente del hotel

-¿Eh…?- contestó distraídamente- Me va bien

Yugi al fin se volteó, se veía algo pálido y sudaba algo, parecía que acabara de ver a un fantasma, realmente estaba alterado.

-¿Se siente bien?- fueron las primeras palabras que salieron de la boca del gerente al ver el semblante del rey de los juegos.

-No, -contestó mecánicamente Yugi, como si su cuerpo se lo pidiera a gritos, luego se agarró la frente y pensó mejor- no lo sé

-Tenemos a alguien quien quiere verlo…

¿Alguien que quería verlo? ¿Quién podría ser? Dudaba que fuera alguno de sus amigos, ya que no había sabido mucho de ellos desde que llegó a Francia… Entonces lo más seguro es que fuera algún fan molesto, para lo que menos estaba preparado en esos momentos. Y la verdad, no tenía ganas de enfrentar a ninguno ese día. En realidad, no tenía ganas de enfrentar a alguno por el resto de su vida.

-Dígale…-dijo nerviosamente el muchacho- …que por el momento no puedo, tengo que salir a tomar aire

Dicho esto, el joven de hermosos ojos amatistas salió del hotel casi corriendo, de verdad necesitaba espacio, aunque sabía que no lo iba a encontrar en la calle, era mejor que ver esa… Aunque hermosa e irresistible, reveladora visión. Cuando el muchacho Salió, uan mueca burlona se dibujó en la cara del gerente.

-Como usted quiera, joven Mutou- Una sonrisa malévola, casi diabólica se dejó ver, estaba triunfante de haber ganado esa pelea.- ¡Hey, ustedes, botones!

Fue cuando unos cuatro botones dejaron de cargar unas maletas y le dirigieron la atención al gerente. Habían oído a Yugi, pero no querían arrastrar a una chica tan bonita y tan maltratada como Artemisa, pero ahora tendrían que obedecer…

-Muy bien chicos, ya oyeron al señor Mutou,- ordenó el gerente- desalojen a esa joven ante de que me altere los nervios

Los botones fueron con mucha pena a agarrar a una dormida Artemisa del sillón, la tomaron de los brazos y piernas, la cargaron suavemente por la estancia y la depositaron en el suelo de la calle, no querían despertarla, pero la chica tenía el sueño algo ligero, así que al sentir el frío piso se levantó.

-Pero qué rayos…- la chica se levantó del suelo, fue cuando vio que estaba a media calle, muy molesta empezó a golpear la puerta del hotel, que habían cerrado sólo para no dejarla entrar otra vez…

Pero nadie aparecía, y por segundos juró que el tipo que la hacía de gerente le sonreí de forma burlona

-¡Se arrepentirán de esto!- gritaba la chica, al compás de los puñetazos que le daba a la puerta- ¿Saben quien s…?

Entonces notó miradas de la gente, sí, todos los transeúntes se le había quedado mirando como si la chica fuera un marciano. Y Artemisa se ruborizó a tal grado que se hubiera podido comparar con un jitomate gigante. Dejó de golpear la puerta y se volteó a quienes la habían estado mirando por tanto tiempo.

-No, no es lo que parece, je, je…- Aun no podía pensar claramente, y sus mejillas volvían a colorearse al verse en tales fachas…

Fue cuando del otro lado de la puerta alguien abrió, pero fue muy silenciosamente, así que la rubia trigueña ni se enteró… Hasta que se encontraba en el piso por el tremendo portazo que una morena le había propinado. Marie había salido de la nada y no se había dado cuenta que había alguien

-Sí hermana, -le dijo sarcásticamente a la morena- ahora sólo falta que me pisotees, no hay problema.

-Lo siento nena,- se disculpó la muchacha-pero sigo a mi amigo…

Dicho esto, sacó de su bolsillo a toda prisa una moneda, la primera que encontró, y se la lanzó a la rubia, que aún seguía en el piso por el golpazo que le había dado. Inmediatamente después salió corriendo a toda prisa en dirección de Yugi, que a Artemisa ni la dejó reaccionar…

-¡Oye! ¡Quién te crees Yo no soy vagabunda!-protestó la rubia, segundos después de haber atrapado la moneda en el aire, pero luego se lo pensó mejor-... Oh, vaya, 2 euros

La chica parecida a la Valkiria se guardó la moneda, tal vez ahora podría llamar a sus padres desde un teléfono público, mientras Marie cruzaba hacia el otro lado de la calle.

-Gracias extraña- susurró, pero luego cayó en cuenta de algo- Oh, ella se parece… ¿No es la que estaba con Yugi? Sí… - Se levantó rápidamente- ¡Espera!


Yugi: (Se enfoca sólo su cara) Y ahí termina este capítulo, gracias a todos los que mandaron sus reviews y mensajes privados, aunque creo que MagAnzu prefiere las reviews, pero está genial… Por cierto, ¿Ya vieron mi foto que tiene por avatar esta chava? Yo pienso que me veo muy bien ahí…

(Se oyen gritos en otra habitación y hasta maullidos de gato: "¡Cállate maldita llorona!" "¡Ay, mira quien lo dice, la que se pone a llorar cada vez que el Titanic se hunde!" "¡Ay, es que no me gusta cuando el chavo se muere, además tú el otro día…!")

Yugi: (Rueda los ojos) Bueno, es que… Ellas siguen peleadas en la sala (Se oyen ruidos de cosas cayendo) Yo ahora estoy en la cocina (Se enfoca todo, Yugi está bajo una pequeña mesa junto a la estufa) para no estar con ellas. De nueva cuenta, muchas gracias y no sean tímidos, (Imita voz de indito) qui no lis di pena… (Vuelve a su voz normal) Pueden hasta mentársela a la autora, al fin y al cabo para eso está, sólo denle click al botoncito de "Review this history, chapter" ¡Please! Y si se la mientan, no le digan que yo fui el de la idea…

CONTINUARÁ…