Disclaimer: Kishimoto es el dueño de los personajes e historia. No de mi propiedad, porque entonces, como todos se darán una idea, habría hecho yaoi hasta debajo de las rocas y Dei continuaría explotando cosas y Madara abusaría del rubio en más de un sentido.
Advertencias: las mismas de siempre.
Dedicatoria: A Li-chan, quien me hizo comentar sus bellísimos 40 drabbles, por cierto, gracias por la dedicatoria.
Bien, estos 20 drabbles en dónde no hallaras nada de drama… ni lemmon, porque… porque sí (realmente no soy buena a la hora de la hora. Y sí, estás obligada a comentarlos todos), son tu regalo de 24, tal y como lo prometí. Excepto porque aun no es 24... y hay una buena razón por la cual los subo antes: Estoy enferma... otra vez.
Además si no lo hacía hoy no haría el fic que me obliga a hacer Sofy y que... ciertamente debo hacer.
Felices fiestas a todos! Feliz 24!
1.-Estrategia.
Lo ha pensado durante varios meses y considerado algunas semanas. Quiere dar el primer paso pero aun no está seguro de si el momento es el indicado. Sabe bien que la opción del rechazo es la que va con ventaja, y lo admite, le asusta un poco. Pero vamos, ¿a quién no? El rubio es tan… perfecto, que no puede evitar sentirse nervioso. Si al menos el problema no radicara en su odio hacia el sharingan y por obvia lógica a los Uchihas, hubiese ejecutado su plan desde un principio. Sólo ahora comprende cuan idiota fue al enviar a Itachi por él. Aun así no pierde el deseo de cerrar la brecha que los separa y de ese modo disfrutar de su compañía a un nivel… sentimental.
—No puedes violar alguien y esperar que se enamore de ti. Es absurdo, uhn.
—¿No?
—¡No!—replicó Deidara golpeándolo.
Aunque, tal vez… y sólo tal vez, su plan no sea el más adecuado para hacer al rubio caer en su red.