Notas: Hola a todos. Bueno, se supone que un omake es corto, pero ni Syn (Vaya a mi perfil y haga click en Syn) ni yo pudimos resistirnos a seguir (Rolear con Syn es para mi una adicción) y aquí tenemos el final de este relato aparte. La historia original, como ya dije, la que explica cómo se desencadenaron éstos sucesos sigue en stand by. No hemos pensado en colgarla aquí, pero el tiempo dirá.
Como siempre mis agradecimientos a Syn por consentir en permitirme subir el fruto de nuestras sesiones de 'roleo'. No dejo de sentirme atraída al Sasuke espontáneo que sale de ti.
Disclaimer: Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. No se busca lucrar con esta historia.
Consecuencias.
— Sasuke... —. Voz de ultratumba—. Ven a mí. —bromeó Naruto.
El pelinegro ni se inmuta, descansa en algún lado.
— Ya no te hagas el bobo —. Le increpa—. Ahora que hemos intercambiado sangre no hay forma de huir. Estamos destinados a estar juntos —. Sonrisita de triunfo—. Lo logré, no podrá huir de mí.
— Vete —. Le dio la espalda estando tendido en el suelo. Si bien no dormía, realmente quería relajarse. Solo.
— Si no me crees, intenta apartarte siquiera diez metros de mí. No podrás —. Murmura sin verle—. No después de lo que tu sangre ha despertado en mi interior...
Sasuke suspiró resignado y se sentó—. Naruto, estoy cansado, déjame en paz—. Definitivamente no estoy de humor para otra ronda —se dijo.
— Hablas como si fueras humano. No entiendo cómo es posible que te canses —. Frunce el ceño— Tal vez aún no te desprendes de todos tus instintos humanos... —. Balbuceó meditabundo— Como sea, no pretendo seguir... —se puso de pie—. Iré a buscar mi ropa —. Le mira de refilón—. Si sientes algo en el cuerpo, llámame. Es probable que te duela si me alejo... —. Le dio la espalda y suspiró despejando la mente—. No me iré de su lado —, trató de convencer a su cuerpo y mente— sólo iré por ropa y volveré. Por favor, no sufras —. Le suplicó a su organismo y se echó a correr.
— Hn... —. Se puso de pie cuando notó como su cuerpo empezaba a quejarse levemente de un dolor molesto y agudo, sin embargo no llamó al rubio sino que esperó hasta que llegase. Una pequeña mueca de desagrado se formó en su rostro.
— Tsk —. Se quejó el rubio cuando estuvo a un kilómetro del Uchiha. Se llevó una mano al pecho y cerró los ojos concentrándose—. Por favor... no estamos despidiéndonos y en caso de que Sasuke quisiera dejarme mordiéndose la lengua de dolor, le perseguiría y obligaría a estar conmigo —. Le dijo a su cuerpo—. No sufras.
— Ha... —. Una gotita de sudor frío bajó por su frente. Caminó un poco hasta apoyar su espalda contra el tronco de un árbol, dejándose caer hasta el suelo, y usándole de respaldo. Dolía un poco más de lo que tenía previsto. Miró hacia los lados a ver si el rubio ya venía de vuelta en un gesto claro de impaciencia.
Naruto cayó de rodillas conteniendo un gemido de dolor. Le faltaba tan poco para volver al lugar donde había dejado sus prendas que se sintió estúpido. Sus ojos adquirieron destellos rojizos, y enseñando sus colmillos y un aura amenazante consiguió ponerse de pie. Sorteó los árboles lanzándolos a manotazos, arrancándolos de cuajo de la tierra y con un brinco final encontró lo que buscaba. Con algo de torpeza se vistió y luego, embravecido, inició el retorno. A medida que se acercaba el dolor iba cediendo.
— Estúpido Sasuke —. Le insultó al aire pese a estar conciente que bien podría oírle—. Estabas sintiendo lo mismo que yo pero tu jodido orgullo pudo más.
Sasuke se encontraba con los ojos cerrados y una mano sujeta firmemente a su torso, sintiendo como el dolor aminoraba. Su cabeza se encontraba cabizbaja y su respiración se aceleró bastante. Pensó irónicamente que el dolor le había hecho sentir casi humano. Poco a poco el ardor fue disminuyendo y su cuerpo se relajó a medida sentía la esencia del rubio acercarse a él.
— Idiota... —. Habló por lo bajo y de mal humor—. No mencionó nada de esto... cuando... hicimos el intercambio.
— No lo hice porque no pensé que iba a pasar esto —. Dijo a su espaldas, mirándole con... angustia—. No pensé que tu sangre iba a afectarme tanto, Sasuke. Y por lo que veo la mía también pudo contigo.
— Tsk... —. Rodó los ojos con molestia. Nunca en toda su vida humana había dependido de alguien así; una muestra tan clara de debilidad era algo que había evitado toda su vida—. ¿Cómo hacemos que se acabe?
— Sasuke —. Se arrodilló frente a él con expresión agónica—. Se suponía que esto no pasaría a menos que... —. Se llevó una mano al cabello y se lo mesó repetidas veces, nervioso.
— A menos qué, ¿Qué? —. Frunció el ceño mientras con una mano empujaba levemente y sin mucha presión al Uzumaki por el torso para mantener su espacio.
— A menos de que haya conexión entre nosotros —. Respondió atrapando en un sutil y suave movimiento su mano—. Ay —. Su ceja tembló por una centésima de segundo y luego le miró con precaución—. ¿Sientes algo así como electricidad cuando te toco?
— No... —. Desvió la mirada levemente, sintiendo como de algún modo su cuerpo se rendía ante el otro y además, efectivamente, la 'electricidad' estaba ahí—. Qué molesto.
Naruto arqueó una ceja con escepticismo. Qué mentiroso , se dijo. Decidido, le apretó la mano sintiendo de paso como la intensidad de la corriente le azotaba con dulce ardor.
— ¿Estás seguro que no sentiste eso? —. Le preguntó sabiendo de antemano la respuesta—. Porque si yo lo siento, además del dolor al separarme de ti, es por algo... Algo que no creo que te agrade oír —. Concluyó con un oscuro velo de tristeza en sus ojos azules.
Sus hombros desnudos se habían tensado al sentir la corriente. Era la primera vez que creaba un lazo con alguien y ya le estaba dando problemas. Recuperó su mano en un movimiento lento —. Dime, ¿a qué se debe? —. Levantó la vista y la clavó en los ojos azules—. Si sabemos la causa, podemos remediarla, ¿no?
Naruto se puso de pie en un parpadeo y se alejó unos cuantos centímetros, apoyando la frente contra un árbol, de espaldas a Sasuke.
— No... es sencillo —. Habló flojito—. Sólo una vez en la eternidad un vampiro siente esa electricidad —. Empuñó la mano contra el tronco, hundiéndola y astillando la madera sin darse cuenta—. Y eso es cuando encuentra a otro que es compatible con él. Esto no tiene cura, Sasuke. Significa que tú eres mi compañero, en todos los aspectos posibles —. Terminó con voz ahogada y con casi nula presión derribó el árbol, creando pánico entre las bandadas de pájaros que pasaban por ahí.
El neófito sintió como sus mejillas acumulaban sangre y bajo cualquier ley extraña, algo parecido a un sonrojo apareció en sus mejillas. Su cuerpo reaccionó doblemente, tanto la aceptación como el inmediato rechazo. Se puso de pie en un instante—. ¿Qué estas diciendo? —. Frunció el ceño ante siquiera sugerirlo—. Naruto, que hayamos hecho lo que hicimos... fue por una sola vez. No volverá a pasar —. A pesar que realmente, realmente su cuerpo lo pedía a gritos, se negaba a seguir dependiendo del rubio—. Tsk. ¿Compañeros? ¡Eso es ridículo! ¿Acaso te escuchaste decir tamaña estupidez? —. Tomó aire—. Naruto —. Habló lento y su voz se había tornado grave e impaciente—. Arréglalo. Ahora.
— No me culpes por esto —. Le enfrentó—. Esto no sólo tiene que ver conmigo, sino con ambos —. Frunció el ceño con un deje de desesperación—. Esto no es tan sencillo como apretar el botoncito de 'Deshacer', Sasuke. Aunque no hubiésemos intercambiado sangre, tarde o temprano lo sabríamos igualmente —. Se acercó a otro árbol, corroído de dolor, y de un manotazo lo botó—. ¡¿Crees que estoy feliz con esto?! —. Sus ojos se tornaron intimidantes—. ¡¿Crees que no sé lo mucho que complica las cosas?! ¡¿Cómo puede ser mi compañero alguien que me aborrece?! —. Tomó el árbol caído de las raíces y lo azotó contra otro contiguo en un arranque de cólera.
— Mierda —. Hizo una mueca al notar como el rubio perdía el control y empezaba a destruir el entorno—. Pues algo tenías que saber, ¿no? —. Se acerco al rubio con pisadas furiosas, hundiendo sus pies descalzos apenas éstos tocaban suelo—. Eres molesto, Naruto —.Se acercó otro poco, esquivando las ramas y otras cosas que caían en su dirección—. Eres un entrometido —.Chasqueó la lengua al recordar situaciones que le fueron incomodas—. Tampoco me encanta la idea que mi compañero seas tú —. Cada vez que se acercaba sentía como el sufrimiento del rubio impregnaba el aire. Se mordió el labio inferior. Una vez llegó a su lado le tomó de un brazo y le volteó con brusquedad, mirándole a los ojos. Se quedó así un rato, sujetándole con fuerza para evitar otro arrebato. No quería hablar, odiaba hablar sobre sus 'sentimientos'. Por segundos, realmente deseó que Naruto pudiera leer su mente en ese momento—. Pero.... —. Respiró agitadamente, bajando la mirada esta vez, sintiendo como si le clavaran una aguja fuertemente en el orgullo—. No.... no te aborrezco —. El agarre en su brazo se volvió más fuerte, casi doloroso y se negó a subir la vista.
¿No... le odiaba? Naruto se quedó en blanco. Las palabras de su ahora asumido compañero se repetían sin fin en su cabeza. ¿Estaba siendo honesto? Sí, tenía que ser eso, de lo contrario no habría electricidad entre ellos, la misma ahora que le consumía placenteramente. Sintió alivio como si una ráfaga de adrenalina corriera furiosa por sus venas. Cuando le sobrevino el calor de la descarga, ya tenía a Sasuke contra un árbol y le sostenía tercamente la barbilla con una mano obligándole a verle. Su primer impulso fue calmar la sed súbita que le clamaba la garganta. No sed de sangre, sino que sed de compañía, sed de él. Se abalanzó sobre su boca, que le dio permiso, y enterró un colmillo en la anonadada lengua de Sasuke, sintiendo como el placer de degustar nuevamente su sangre le nublaba los sentidos.
El joven vampiro lo sabía. Simplemente sabía que si le abría una pequeña grieta al rubio que mostrara algo de su humanidad él la agrandaría y agrandaría. Sintió la boca contraria llenarle por completo, sintió su propia sangre bajar por su garganta y otro poco por su barbilla. Cerró los ojos e intento empujar levemente al agresor, siendo un fracaso al no poder evitar la tentación. Con sus propios colmillos se encargó de marcar la lengua ajena para recuperar aquella sangre que estaba perdiendo. Fijó una de sus manos a la nuca dorada y sin saber cómo la bebedera de sangre se transformó lentamente en un beso. Su cuerpo ardió incluso más que antes y se retorció de placer entre el tronco y el torso de Naruto. Suspiró resignado sobre la boca demandante, acariciando sus labios y sintiendo que debía estar prohibido separarlos. En esos momentos críticos su mente se desconectó totalmente de sus sentidos.
Naruto posó ambas manos en su cintura, entregándose al beso. Sentía una enorme euforia aleteando en su estómago, un calor reconfortante cubriendo su piel y la garganta agradecida al verse complacida. Pronto besarle se le hizo poco. Pronto, pronto, tocar todo su cuerpo fue una necesidad. Se separó escasos centímetros de su boca, contemplándole con un sentimiento indescriptible que caldeaba el ambiente. Ladeó el rostro con lentitud impresa y sus labios presionaron con cariño la piel de su cuello.
— Por favor... —. Rogó contra la piel de Sasuke—. Detenme antes de que sea muy tarde.
— Detente, detente... . —. Su mente hizo un último intento de manifestarse, pero su cuerpo no estaba de acuerdo. Negó lentamente con la cabeza, dejándola levemente ladeada para darle más espacio. Sentir aquel aliento caliente sobre su piel expuesta le resultaba demasiado tentador para detenerlo. Sus manos se posicionaron en la espalda de Naruto, atrayéndolo más a su cuerpo, friccionando cada rincón de piel posible con la propia—. Mu... Muérdeme... —. Habló bajito y ronco debido a la excitación que vedaba su raciocinio.
El cuerpo del vampiro mayor tembló, resistiéndose. No, no, si lo hacía entonces no sería capaz de parar. Seguiría hasta tomar todo de Sasuke, de atarle completamente a su existencia y convertirlo en su reflejo. Se continuaban, sellarían para siempre esta unión sin poder siquiera estar alejados por milímetros.
— Sasuke —. Rugió enterrándole las uñas en la cintura—. No-estás... ayudando —. Le recriminó espirando bocanadas de aire caliente en su clavícula expuesta—. No puedo... seguir conteniéndome —. Señaló con el cuerpo tenso—. Muérdeme tú primero —. Su cuerpo empezó a tiritar—. ¡Hazlo!
— Ha... —. Ocultó su rostro demandante en cuello del otro, lamiendo con generosidad la extensa piel expuesta, raspando con sus dientes como preparación para lo siguiente—. Mh... —. Sus novatos colmillos se lucieron al salir de su boca y se los clavó sin compasión alguna, sintiendo como la sangre llenaba su boca mientras tragaba con gula. Su cuerpo se sintió electrizado; gimió lastimeramente al sentir como su garganta se quemaba—. Ha... —. Separó sus labios de la piel dañada y deslizó su lengua entintándola de la sangre que emanaba de la herida—. Na...Naruto... —. Sus ojos se habían tornado rojos y sus manos aprisionaban con fuerza los músculos de la espalda del rubio vampiro.
— ¡Ah! —. Soltó un gemido ronco y claro, potente. Sus manos, como pudieron, comenzaron a recorrer su torso, pellizcando los costados, hundiendo sus uñas en las zonas más firmes—. Sasuke... —. Suspiró con voz cagada de placer.
— Naruto... —. Sus labios se encontraban rojos y sus ojos se tornaron peligrosos e impacientes—. Muérdeme.... ahora —. Su voz se había vuelto impaciente, lo necesitaba. Necesitaba toda la fuerza del Uzumaki sobre su cuerpo, y viceversa.
— Tus deseos son órdenes —. Susurró con un deje de satisfacción y ansiedad. Se incorporó un poco, acomodó una mano en su mejilla, con rudeza se hizo espacio y le mordió con fuerza. La sangre salió a borbotones de la herida, presta a bañar su boca sedienta. No estaba tomando su sangre, estaba tomando su existencia, entretejiéndola a la suya hasta el fin de los tiempos. A tientas buscó su mano y cuando la halló entrelazó sus dedos con la mano, igual, idéntica a la suya. Ahogó un gemido y se separó, hilitos de sangre besando las comisuras y la barbilla en lugar del dueño de esa sustancia roja.
Tomó el rostro del rubio entre sus manos y lo atrajo hasta sus labios para fundirse en un delicado beso, solo de contacto pero que representaba bastante intimidad entre ambos. Suspiró con añoranza, los ojos entre abiertos y brillosos. Acarició sus labios superficialmente, sintiendo como su mente poco a poco empezaba a aclararse—. Deberíamos... detenernos... —. Su sed se había aplacado por el momento, y tanta adrenalina había afectado a su cuerpo que ahora se sentía realmente cansado. Era un neonato apenas y su resistencia ante tales actividades aún era poca.
Naruto asintió con una sonrisa rota.
— Lo siento —. Se disculpo—. Bebí más de lo que debería —. Se inclinó hacia su cuello y pasó su saliva por la zona. Luego le rodeó con sus brazos y se dejó caer con cuidado en el césped—. ¿Estás muy exhausto?
Negó con la cabeza, enterrando su frente en el hombro contrario. El tronco contra su espalda, el pasto en el que se hallaba sentado, y el cuerpo que le acogía cariñosamente no se sentían tan mal como pensó que lo haría.
Naruto titubeó cuando estiró una mano en dirección a su cabello azabache. No sabía cuánto se habían acercado, o hasta dónde Sasuke le dejaría acercarse, pero encontró que acariciarle el pelo era un gesto inocente, tanto más como abrazarle, por lo que finalmente dejó reposar la mano en la cabeza, disfrutando la sedosidad de los cabellos que la cubrían.
— Tal vez... —. Meditó un poco el Uzumaki—. Deberíamos ir de caza. Sólo en caso de que te sientas débil.
— Mh... —. Soltó un sonido parecido a un ronroneo que nunca, nunca , habría emitido en sus cinco sentidos. De pronto tanta melosidad empezó a despertar su mente y se sintió empalagado—. Apártate... —. Con una de sus manos le empujó levemente, sin llegar a ser rudo. Tomó una bocanada de aire limpio y frío para intentar pensar—. Si, caza. Suena bien.
Naruto le miro extrañado.
— Ah, ya veo. Hasta aquí puedo llegar. Bien, trazaste la línea —. Se dijo con pesar—. Creo que el único contacto físico que tendremos será cuando intercambiemos sangre... —. Se lamentó poniéndose de pie—. Ya sabes que no pudo estar muy lejos de ti —. Dijo con voz monótona—. Así que te seguiré a una distancia prudente —. Concluyó incentivándole a ir al frente.
Negó con la cabeza para si mismo, mientras se ponía a un lado del rubio y empezaba a caminar, instándole a caminar junto a él—. Como quieras. —. Colando sus manos en sus respectivos bolsillos notó algo—. Mh... necesito una camisa y zapatos.
Naruto se permitió sonreír brevemente. Sin explicarse la razón, sus ojos azules se dejaron atrapar por la diestra de Sasuke resguardada dentro del bolsillo de su pantalón.
— Quizás... —, se animó— algún día —. Exhaló aire sintiéndose más ligero y enfocó su mirada en el cielo maravillándose con el atardecer—. Oye Sasuke —. Le llamó con voz alegre—. Mira el cielo —. Apuntó en dirección a los manchones rojizos y anaranjados que anunciaban la próxima noche.
El Uchiha parpadeó algo desconcertado pero fijó sus ojos en el cielo. Fría y ligera fue la brisa que golpeó su rostro, y por alguna razón le hizo sentirse mas vivo que nunca. Una pequeña sonrisa cruzó sus labios, apenas perceptible—. ¿Qué hay con el cielo, dobe?
— Parece un collage —. Explicó con suavidad—. Es precioso —. Sonrió ampliamente—. Desde la época del cubismo que no veo una mezcla tan bella de colores, es como si todo el universo se hubiese confabulado para esto —. Bajó la vista y la centró en su compañero, parpadeando con seriedad—. Yo... No quiero hacer nada que te moleste. Simplemente quiero que la eternidad no se vuelva un infierno entre nosotros —. Hizo una pausa dando un paso hacia el moreno—. Quiero que sepas que haré lo que esté en mi alcance para no fastidiarte, pero Sasuke... —. Sus ojos azules se iluminaron—. No siempre voy a poder acallar el impulso de estar junto a ti, de tocarte...
Sus sentidos gritaron '¡alerta!' con la última frase. Y como ya se encontraba susceptible, no pudo evitar "sonrojarse" un poco ante la sorpresa. Él no era mucho de romanticismos, y generalmente las palabras no causaban mucho efecto en si mismo, pero... —. Tsk, no me sueltes un discurso, dobe... —. Siguió caminando para poder evitar mostrar lo avergonzado que se encontraba. Suspiró mientras reflexionaba las palabras de Naruto, y se permitió pensar... por un pequeño segundo que quizás eternidad no podía ser tan mala.
Naruto soltó una risita floja y apagada.
— Lo siento, sólo quería avisarte —. Entrecerró los ojos con melancolía—. ¿Te sientes muy débil como para ir por ropa primero o es que prefieres cazar? —. Inquirió caminando a unos centímetros de él.
Para su asombro, cuando Sasuke bufó, Naruto compendió lo que quiso decir. Sonrió ante la idea de que por estar destinados a ser uno había adquirido la capacidad de entenderle y sentir lo mismo que él. Volvió a mirar el cielo mientras andaban, pero esta vez con la certeza imbatible de que la eternidad junto a él sería mágica.
Fin Omake.
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