Disclaimer: los personajes y la historia no me pertenecen. Los personajes son de Rumiko Takahashi, excepto Yoshiyuki Terada que es de CardCaptor Sakura y la historia es de TouchofPixieDust, yo sólo traduzco.

Capítulo uno: Conociendo a Inuyasha

-La TRAERÁS a casa antes de medianoche –dijo Inuyasha con voz dura.

-Eh… claro –dijo rodando ligeramente los ojos.

Un movimiento bastante estúpido. Inuyasha tuvo al chico contra la pared con sus pies balanceándose a dos centímetros del suelo en lo que dura un latido. Kagome podría haberlo detenido, pero se estaba divirtiendo demasiado de aquella forma. Además, si fuera lo suficientemente fuerte como para hacerlo, también lo habría hecho. ¿Sería demasiado por su parte si atizaba un poco las llamas? Nah. Sólo sería cruel. Aunque le tentaba… mucho. La última vez que había aparecido una cita, el pobre chaval se lo había hecho encima.

-Déjame. Repetirlo.

-Sí, señor. A medianoche. No hay problema –la repetición se volvió innecesaria.

Sus pies volvieron a tocar el suelo lentamente. Ahora parecía estar definitivamente nervioso. Sus ojos se lanzaron hacia las escaleras, luego hacia la puerta. Era completamente posible que estuviera planeando escaparse. ¿Cómo se llamaba? ¿Ryo? ¿O ese fuera el último chico? ¿Yuki, a lo mejor?

-Quiero tu nombre. Nombre completo, nada de apodos. Tu número de carnet de conducir. Tú número de teléfono. Y dos referencias.

-¿Qué?

-AHORA.

Inuyasha le tendió un trozo de papel y un bolígrafo a… aparentemente a Yoshiyuki Terada. La letra era un poco temblorosa, pero legible. El chico pareció completamente nervioso cuando Inuyasha empezó a olerle, para memorizar su aroma. Lo de escribir los números había sido idea de Kagome. Aunque si pasaba algo no los necesitarían, pero por lo menos le hacía PENSAR al chico que los usarían. En realidad, la nariz de Inuyasha los guiaría a él en nada. Pero era bastante difícil de explicar la peculiaridad del medio demonio sin hablarle a la gente de su agudo sentido del olfato.

-Sabré si la has tocado en donde no deberías –gruñó Inuyasha-. Y si descubro que le has puesto una mano en un sitio inapropiado, te atraparé. Sabes lo que significa destripar, ¿no?

El hombre tragó. Se supone que sí lo sabía.

Para mérito suyo, Yoshiyuki no había salido corriendo gritando en la noche, como el primer chico que había venido. Incluso había conseguido una tensa sonrisa cuando por fin llegó el sonido de pasos de las escaleras. Llevaba su vestido más bonito y su pelo estaba recogido detrás de su oreja. De verdad que estaba preciosa. Kagome estaba encantada de que saliera con alguien… honesto. Pero aún así le asustaba un poco. El mundo no era un lugar amable y gentil, y muchas cosas inocentes se podían convertir en malvadas. Estaba viajando a donde no podrían protegerla… A menos que la siguieran y la observaran desde las sombras (… no es que lo hubieran hecho… demasiadas veces desde que empezara a salir).

-Yoshi –le saludó con una sonrisa. ¿Quizás con una nota de sorpresa en su voz? Seguramente no habían espantado a demasiados pretendientes como para que ahora estuviera sorprendida de ver a uno-. Qué bueno verte. ¿Estás listo para irnos?

La respuesta, por supuesto, era no. Pero lo que dijo de verdad fue:

-Claro.

Inclinándose para besar a Kagome en la cabeza, y luego levantando la cabeza para darle un beso a Inuyasha en la mejilla, se giró para irse.

-¡Ten cuidado, mamá! –llamó Kagome. A lo mejor deberían ponerse sus zapatos y seguirlos, después de todo.

Su madre sonrió gentilmente, luego cerró firmemente la puerta detrás de ella. Inuyasha se puso en cuclillas y miró fijamente a la puerta de un modo amenazador. Kagome se sentó a su lado. Desde que se habían casado, Inuyasha se había vuelto un maniático en cuanto a la protección de su nueva familia. No se había vuelto malo hasta que mamá había empezado a salir. Cada una de sus citas tenía que conocer primero a Inuyasha. El abuelo había insistido en ello. De hecho, podía oír su risa ligeramente maníaca desde la cocina. Kagome tendría lástima de su hija si alguna vez tenía una. ¿Y habían pensado que Miroku era sobreprotector con su niña? ¡Ja! Era probable que su hija no saliera con alguien hasta que estuviera en sus 30 por lo menos.

Hablando de eso… era hora.

Aún no se lo había dicho a nadie. Su mente apenas podía abrazar la idea. Era un tema un poco terrorífico. Claro que estaba emocionada. Pero… bueno… ¿cómo reaccionaría Inuyasha? No parecía gustarle estar cerca de los dos niños de Miroku y Sango. Los protegía, por supuesto, pero casi parecía asustado de ellos. Asustado de hacerles daño, probablemente. Y aún tenía demasiadas preocupaciones sobre su herencia, ¿también las tendría su hermano? ¿Una preocupación más? Y sabía que ELLA no estaba preparada. Estaba asustada. Y no quería estropearlo.

-Sólo dímelo ya –dijo Inuyasha gentilmente. Su mano yacía gentilmente sobre la suya.

Kagome suspiró.

-Vayamos al salón.

Con una última mirada a la puerta, Inuyasha se levantó y ayudó a Kagome a ponerse en pie.

-Siéntate –dijo. Luego se arrepintió de ello cuando se estampó contra el suelo. Se encogió-. ¡Lo siento mucho! Quise decir si… eh, que tomaras asiento en el sofá. Lo siento mucho mucho mucho much…

-Sí, sí.

Tuvieron la oportunidad de deshacerse del maldito collar, pero Inuyasha la sorprendió negándose a quitarse el hechizo. Era un seguro, había dicho. Para su protección. Sin quejarse, se levantó y se sentó en el sofá.

Inuyasha.

Fuerte. Valiente. Se enfrentaba a demonios. Monstruos. El inmortal. ¿Cuántas veces había luchado con su estómago rajado, o teniendo una espada clavada en algún lugar? Duro como las uñas, Inuyasha…

… se desmayó ante dos palabras.

-Estoy embarazada.

ooOOooOOooOOooOOooOOoo

ooOOooOOooOOooOOooOOoo

Nota de la autora: Este primer capítulo iba a ser originalmente una historia corta. Pero después empecé a pensar… y finalmente decidí ajustarlo un poquito y hacerlo el principio de la secuela de El bebé de Kagome, una de las primeras series que escribí en fanfiction. No es necesario leer esa historia para entender esta… espero. Aunque es completamente posible que haga referencias a cosas que han pasado.

Con suerte no tendré demasiaaaaadas discrepancias entre las dos historias, pero no lo aseguro.

Como siempre, aprecio vuestros reviews y críticas constructivas.

Nota de la traductora: Secuela. Sí, después de tanto tiempo ya tenemos secuela. Cuando la autora publique el segundo capítulo, os lo traeré. Hasta entonces, besos. ^_^