En un universo alterno donde Sakura perdió la memoria, y fue nombrada Minako por un libertino millonario: Shaoran… Y la joven pese a tratar de sonreírle a su nueva vida, guarda una inmensa tristeza por un pasado que no recuerda.

Aclaración: Las frases iniciales y últimas entre comillas "" son pensamientos de Sakura. El resto es relatado por Shaoran.

A continuación…

Sombras de una mente oculta

Capítulo 1 "Sorpresa"

"…Cada error cometido en el pasado, siempre representa una valiosa lección para el mañana, pero si mi pasado había desaparecido completamente, y con el mis errores ¿Cuál era la lección que debía aprender?…"

Se suponía que aquel día iba a amanecer con particular satisfacción, ya que había logrado sumar a mi empresa a una jovencita de hermosos y chispeantes ojos verdes. Aquel día yo llegaría a mi oficina y ella estaría ahí, en el escritorio de afuera, de pie con una sonrisa encantadora, dándome la bienvenida. Aquel día debió ser muy agradable, pero el solo hecho de despertar con el insoportable ruido de mi celular, me contrarió, y mucho más al contestar.

Me senté en el borde de mi cama, aún somnoliento, pero desafortunadamente no tanto como para eludir el chillido del inoportuno teléfono que estaba sobre la mesita contigua a mi cama. Me pasé las manos por mi rostro al comprobar la hora; 5 a.m. Quien llamaba con tal urgencia en ese momento, debía tener algo muy importante que decirme, tanto que no le importaba pasar como una persona mal educada.

Diga.

Gracias a Dios que contestaste. –¿¡Naomi!? –Exclamé sorprendido al reconocer esa voz tan femenina y seductora, –¿A qué llamas?

Sé que fui grosero al preguntar tan cortantemente por su llamada, tras de años de no hablarnos. Pero, creo que más fue la sorpresa de su llamada, que el mismo recuerdo de lo mal que terminamos, luego del divorcio.

Oh Shaoran, no sé qué hacer –Sollozaba, –Mi padre, mi padre.

Tranquilízate Naomi, respira y dime con calma lo que ha ocurrido.

Después de todo parecía que todo mi rencor había desaparecido en este tiempo que no nos habíamos visto, porque al escucharla tan angustiada me dio un sentimiento compasivo, algo que no debería haber sentido, debí haberla querido mucho para no odiarla completamente y más aún cuando me dio una noticia que jamás surcó mi mente.

Murió, mi padre murió, Shaoran… –Empezó a llorar dolidamente.

¿Cuándo? ¿Cómo ha pasado?

No pude evitar apenarme por la noticia, Mr. Wu era un gran abogado, y muchas veces su ingenio ayudó en mis negocios. No lo veía hace mucho, es más desde que me divorcié de su hija, prometió no dirigirme la palabra por haberla humillado. Y así lo cumplió, volví a saber de él, solo a su muerte.

Naomi se encontraba en Hong Kong, y llevaba consigo la urna que contenía las cenizas de su padre. Su última voluntad había sido descansar junto al gran árbol del templo Tin Hau; decía que si sus cenizas alimentaban lo suficiente las raíces del árbol de espíritu, este podría concederle un deseo, y lo único que deseaba es que su hija encuentre su propio lugar en el mundo.

Sabía que tendría que ir a despedir al viejo Wu en su último momento, después de todo se lo debía. Y la misma Naomi con notable urgencia me pidió que fuera a su lado, incluso por teléfono sentí su angustia, e imagine a aquella hermosa, joven y mimada mujer, que tenía únicamente a su padre, abatida y perdida. Nunca fue independiente y menos de la clase trabajadora, es decir claro, su mayor negocio era mantener al borde sus tarjetas con sus extravagantes compras y viajes.

–Tomaré un vuelo inmediatamente para estar contigo, –Concluí la llamada.

Las persianas aún se mantenían cerradas para extender el mayor tiempo posible la oscuridad que el día ya se había llevado consigo, así que continué sentado sobre el borde de mi cama, aún con el celular en la mano, observándolo atentamente, como si esperara a que me diera una solución que no llegaba a mi mente. Así que me levanté y envié un mensaje de texto para que prepararan mi jet privado, y tramitaran de inmediato el permiso de vuelo. Ya tendría mucho tiempo para pensar en las cosas de camino a Hong Kong...

Cuando aparqué mi auto junto a la residencia de Naomi, lo primero que surcó mi mente fue la imagen de ella hablando con su amiga por teléfono. Parecía ser típico de mí, llegar en los momentos más indiscretos, y escuchar cosas que no debía escuchar. Pero lo que siempre me pregunté fue, ¿Por qué tendría una conversación así con el teléfono en altavoz?

Bajé del auto y caminé hacia la puerta. El departamento de ella seguía estando en el quinto piso de un edificio al Sur de Kowloon. Todo estaba igual a como lo recordaba, pero me detenía a ver cada elemento del corredor, tal vez demorando la situación, porque sabía que cada paso que daba, me acercaría más a una realidad que no quería afrontar: Volver a ver a mi ex-esposa…

¡Oh Shaoran! –Se sorprendió al verme frente a su puerta, –Realmente tengo miedo… Miedo a quedarme sola –Me miró con aquellos ojos azules que alguna vez me enamoraron. Pero en ese momento estaban rojos, irritados de tanto llorar, llenos de dolor.

¿Qué podía hacer? Se veía tan vulnerable allí de pie frente a mí, tratando de contener sus lágrimas, definitivamente era otra persona, ya no era aquella coqueta y frívola mujer que le encantaba divertirse. Pero aun así, se la veía tan hermosa como siempre lo fue; alta, delgada y con su presumible cabellera roja, toda ella era fuego, aunque en ese momento creo haber encontrado solo cenizas de su comportamiento.

Dudosamente di un paso que me acercó mucho a ella, tanto como para sentir su fragancia. Jazmín. El mismo perfume de siempre, que cinco años atrás me hubiera enloquecido para tenerla en mis brazos lo más rápido posible, pero allí me costaba tanto. Sentía unas cadenas muy pesadas que me evitaban andar más a prisa a mis pies, quería demorar cualquier contacto hacia ella. Pero mi mente decía que debía apoyarla, y mi corazón se turbaba al sentirla así, tan desecha, tan cambiada. Entonces abandoné todo rastro de rencor que aún existía en mí, y la abracé.

Yo estoy aquí… Ahora –Que más podía decir.

¿Sha- Shaoran? –Me apartó por un instante, poniendo sus manos sobre mi pecho, –Yo… –Tomó mi rostro, mirándome tan intensamente como lo hacía antes de besarme, –Te lo agradezco. –Concluyó al alejarse.

Por un momento, pensé que me besaría, pero me dejó completamente desconcertado cuando se fue completamente lejos de mí, dándome la espalda, como si fuese alguna clase de plaga que debía evitar. ¿No se suponía que era yo quien debía mantener la distancia? Definitivamente caí, deseé ese beso como lo deseé años atrás, cuando estaba junto a ella, cuando era mi novia, luego mi esposa.

Sé que no está bien que justamente yo, sea la que te pida esto. Pero… –Volteó a verme, y con sus ojos llenos de esperanza, me preguntó: –¿Podemos algún momento, volver a ser amigos? –Hizo una pausa y bajó la cabeza temerosa, –Yo… Yo no supe lo que perdía… Quizá ahora mismo fuéramos una familia –Empezó a llorar. –No digas nada… –La interrumpí.

No por favor, déjame terminar –Suplicó poniendo las manos a la altura de su corazón, y tratando de detener sus lágrimas al cerrar fuertemente sus ojos, –Necesito hacerlo, necesito hablar contigo de lo que pasó –Se acercó a un sillón y se sentó, –Sé que no me perdonarás tan fácilmente, pero te suplico que al menos escuches lo que tengo que decirte.

De pronto entró una muchacha del servicio, llevando el auricular del teléfono en la mano –Señorita Naomi, disculpe mi intromisión, pero… –Parecía asustada, –Pero, es su primo, y aunque yo le dije que estaba ocupada con una visita, insistió… Yo…

No te preocupes Kira… –Sonrío tristemente al interrumpirla, –Yo le voy a contestar –Luego volteó hacia mí, –Parece que hoy no podré hablar contigo como lo esperaba.

No tienes por qué hacerlo, eso fue hace mucho y no debemos abrir viejas heridas.

¡No Shaoran por favor! –Corrió hacia mí, agarrando suplicante mi camisa, –Prométeme que contestarás mi próxima llamada y nos veremos de nuevo… ¡Promételo Shaoran! Escucharás lo que tengo que decir –Empezó a descontrolarse.

Si con eso te quedas más tranquila –Acaricié su cabello para tratar de consolarla, –Esperaré a lo que tengas que decir.

La verdad es que no quería volver a recordar aquella traición, que aun cuando me decía repetidamente que me amaba, poco después me había dado ese golpe bajo. Pero, no podía dejarla allí botada con una angustia más, además de la muerte de su padre. Si quería hablarme, la escucharía, y si quería oír que la disculpase, lo haría, teniendo siempre en claro que no cambiarían las cosas entre los dos. Y esperaba inmensamente que esa no fuera las intensiones de Naomi, arreglar las cosas entre los dos para regresar a un pasado, que si volteaba a ver, me parecía una historia fantasma, que había quedado grabada en mi retina, tras leer un libro de suspenso.

Entonces con sus apagados ojos, inmersos en tristeza, me vio por última vez, antes de bajar la cabeza, y susurrar un inaudible –gracias…

Un día y varias horas después de haber regresado de Hong Kong tuve que responder a un intenso interrogatorio de Fuutie, pensó que la había dejado sola a propósito, eso era preferible a decirle que había estado con mi ex-esposa.

Más tarde, cuando el reloj marcaba las 7am, y antes de ir rumbo a mi oficina, mi hermana me dio un pequeño recipiente envuelto con un pañuelo rosa con círculos blancos y un papel dentro, sabía que aprovecharía la oportunidad para pedirme algo…

Cancele las citas hasta las doce –Me encontré hablando solo, y miré alrededor, su escritorio estaba vacío, avancé hasta la gran puerta de mi despacho, pero tampoco escuché a nadie ahí. Minako, mi nueva secretaria estaba ausente.

Lo siento, lo siento, –Dijo casi sin aliento, –No puede ser, realmente se me hizo tarde.

Crucé los brazos sobre mi pecho y entorné la mirada hacia ella, dándole a notar que había cometido una grave falta. Mi joven secretaria no pudo disimular su incomodidad y bajó la mirada esperando algún regaño de mi parte, el cual nunca llegó.

Yo, –Comenzó tímidamente a decirme, –Estuve pensando si acaso… Si acaso tengo alguna habilidad, quisiera saber si estudié alguna profesión.

Bueno ya sabemos que el ser puntual no es tu mejor disciplina, –Comenté seriamente. –Mi empresa tiene reglas, y si un empleado llega tarde tiene que ser asumir las consecuencias.

¿Me va a suspender? –Levantó su rostro y abrió sus grandes ojos castaños con asombro.

No, tengo algo mucho más interesante en mente, –Me miró algo incomoda, mientras jugaba con la libreta de apuntes que había llevado. Le di la espalda y avancé hasta mi escritorio para sentarme en mi sillón y pausadamente abri lo que me había dado Fuutie. Lo tomé en mis manos y apenas curve mis labios en una sonrisa, –Deberás acompañar a Fuutie de compras, –Le ordené.

Ahh?

Es uno de sus pasatiempos favoritos, y la verdad a mí no me apetece esperar por horas mientras ella compra, –Confesé.

Tras un breve "puedes irte" se fue al almacén donde me esperaría mi hermana, claro estaba, Fuutie se llevaría una sorpresa porque sería alguien más que llegaría en mi lugar.

Me recosté sobre mi sillón y empecé a divagar con una sonrisa en como Minako estaría siendo arrastrada por cada tienda local, gracias a mi hermana, que tendía a exagerar en sus compras y ella ahí estaría tratando de complacer sus caprichos, pero luego recordé que tal vez Fuutie la estaría llenando de preguntas, interrogando y quien sabe de los nervios hasta podría perder el sentido como lo hizo frente a mi auto, o es lo que quise pensar. Así que salí de la oficina y me dirigí al centro comercial…

Creo que es un poco atrevido para mi gusto. –La escuché decir cuando abría la cortina de su vestidor.

Llevaba puesto un vestido corto, ajustado en su cintura y suelto en las caderas, sus piernas se veían hasta más arriba de la mitad de sus muslos, y una de sus mangas de encaje caía delicadamente revelando su níveo hombro derecho, realmente se veía tan bien y ese color blanco, la hacía parecer mucho más interesante. Ocultaba la sensualidad del traje tras una imagen angelical.

Wow si te ves muy bien, –le dijo Fuutie y le agradecí en silencio por alejarme de mis pensamientos. Me acerqué y alboroté los cabellos de mi hermana como un saludo.

Después de todo se están divirtiendo sin mí, –Miré nuevamente a mi secretaria, y me divertí mucho verla cerrar rápidamente la cortina tras unos torpes movimientos. Entonces, acompañé a mi hermana a la caja, y a lo lejos vi que se había cambiado y le entregaba el vestido a una auxiliar de la tienda, tal vez sus palabras fueron un "lo siento no lo llevaré, no creo que tenga una reunión para lucir algo así", pero la auxiliar debía en algún momento explicarle que el vestido estaba ya pagado, y así lo hizo, señalando hacia donde estaba yo. Curveé mis labios en un intento de sonrisa y me coloqué las gafas para dar media vuelta y salir de la tienda.

Fuutie iba corriendo con unas cinco bolsas de compras, yo iba tras ella y de pronto sentí que la joven castaña se me acercó.

No tenía porque hacerlo, yo no necesito que me compre ropa, –Me lo dijo con una voz que no sonaba a reproche sino a vergüenza. Entonces detuve mi paso, y la mire de pies a cabeza.

Yo creo que deberías cambiar de guardaropa… Este look de religiosa no te queda.

Pues yo creo que esta ropa es muy bonita, además Tomoyo me la cedió con mucho gusto, –Sonó enojada, y luego recordé que era a la enfermera a quien se refería, y al parecer ella era la que vestía a su nueva compañera. –Y con lo del vestido yo…–Dudó, –Yo pienso pagárselo.

En que momento dije que te lo estaba obsequiando, –Me miró desconcertada, –Te lo descontaré de tu salario, –Palmeé su hombro dos veces, luego metí la mano en el bolsillo de mi pantalón y caminé para alcanzar a mi hermana y ayudarla con las bolsas de compra.

¿No vienes? –Le pregunté.

Sí, si claro ya voy.

Esperó que la auxiliar de la tienda le entregue la bolsa con el vestido en él. –Su novio es muy apuesto, y además muy generoso al darle este vestido de diseñador muy caro.

Volteé apenas el rostro para verla revisar la etiqueta y en el precio que la hizo ponerse nerviosa, la vi llevarse una mano a la frente, y quedó algo pensativa. Tal vez le tome unos seis meses poder pagar ese vestido, pero así aseguraba tenerla como mi secretaria durante esos seis meses…

Cuando llegamos a mi penthouse, no pudo retener su asombró y observó cada rincón del lugar. Los muebles negros frente al plasma, las gruesas alfombras, la lámpara de cristales negros que colgaba sobre el comedor, la chimenea falsa recubierta con piedras decorativas, pero lo que más la impresionó fue la vista.

Wow! ¿Esta es tu casa? –Avanzó hasta el ventanal. Tenía la mejor ubicación del edificio, todo desde ahí se veía excepcional, te hacía sentir liberado y en las noches aún con tanta iluminación de la ciudad, se podía ver las estrellas.

En realidad este es uno de los muchos lugares en lo que paso.

Entonces —Volteó a verme, sorprendida, —¿Eres muy rico?

Me dio la impresión estar frente a una niña que estaba descubriendo el mundo, que se impresionaba por las cosas que a mí me parecían rutinarias, pero seguramente esa avidez por descubrir todo era parte de su perdida de memoria. "¿Qué estaría sintiendo en ese momento?" me intrigué mientras la observaba.

Puedes sentarte. –Le señalé el sofá, –Traeré algo de tomar...

Cuando regresé y vi a Naomi sentada junto a mi frágil huésped, y a Fuutie alterada gritándole que se fuera, mi corazón aceleró los latidos y dentro de mí creció unas ansias por proteger, así que tomé del brazo a mi hermana para tranquilizarla y le susurré al oído que se fuera a su habitación. Pero, esa sensación de ayudar seguía en mi.

¿Por qué has venido Naomi? –Indagué cuidadosamente, para no incomodar más a mi huésped.

Lo siento, – Se disculpó, y se levantó para acercarse a mí, –Dije que te llamaría, pero no pude. Me sentí tan sola en esa enorme casa, extrañaba mucho a mi padre y… –Extendió su mano cerca de mi rostro, y concluyó –a ti.

No debiste venir sin avisarme, y mucho menos entrar aquí, –La censuré. No sólo había logrado alterar mis pensamientos el día en que me llamó, sino que había alterado completamente a mi hermana.

No me mal interpretes, –Retrocedió y tomó su bolso que había dejado sobre el sofá, –Pensé que podíamos ser amigos, ahora realmente necesito de uno.

Vi que secaba sus lágrimas con el dorso de su mano, pero no volvió a verme y luego de otro -lo siento- desapareció tras la puerta. "¿Qué debía hacer?" pensé, si iba tras ella seguramente sería una invitación para entrar en mi vida otra vez, pero por otro lado sólo estaría mostrando empatía por su dolor…

"No sé por qué de pronto tuve un presentimiento, como si un huracán golpeara directo en mi corazón y la sensación de haber perdido algo se apoderó de mi…"

N/A: Gracias a todos por sus reviews, me dieron ánimo para continuar luego de más de un año sin no actualizar. ¿Ira Shaoran atrás de Noemí?... El siguiente capítulo ya está casi listo y se titula "Sabotaje".