Capítulo 52.

A miles de kilómetros.

"Tu y yo juntos para siempre y nunca separados, puede ser en la distancia, pero nunca en el corazón… (Desconocido)".

Serena había permanecido prácticamente toda la noche despierta observando a Seiya y pesar de lo exhaustivo que había sido su análisis aún no podía decidir si él lucía más hermoso despierto con aquellos profundos ojos azules mirando fijamente hacia los suyos o plácidamente dormido junto a ella con la expresión relajada y libre de las propias tristezas existentes entre ellos.

Tan solo con mirarle dormir las horas habían transcurrido más rápido que todos los días anteriores a esa noche y esa mañana. De vez en cuando había delineado con el dedo índice su mejilla o su mandíbula con delicadeza y cuando el contacto le hacía presumir que él podía despertar simplemente se alejaba para continuar contemplándolo en silencio.

Y cada vez que su piel hacía contacto con la de Seiya, éste sonreía. A pesar de estar dormido las comisuras de sus labios se elevaban ligeramente para regalarle solo a Serena la segunda cosa más hermosa que Seiya tenía: su sonrisa. Como si él aún en la inconciencia supiera que ella estaba cerca y esa era la imagen que Serena quería guardar en su memoria cuando saliera de la habitación dejando a Seiya atrás.

Estaba bastante comprobado que Serena no era una persona de despedidas. No las aceptaba o más bien no sabía como sobrellevarlas sin lágrimas en los ojos ni forzadas sonrisas. Lo curioso era que su vida estaba constantemente obligándole a experimentar momentos como esos, como preparándola para la despedida que lo cambiaría todo.

Y lo más probable era que Seiya fuera ese instante para el que debía de estar lista y para el que aún no estaba y menos considerando la noche que habían compartido…

Seiya había hablado de que todo lo sucedido desde que habían cruzado su mirada en la fiesta era parte de una despedida, un cierre que ambos se merecían, pero Serena sabía que no era así. Seiya podía haber cambiado y considerablemente en algunos aspectos, pero aún no había manera de que pudiera mirarle y no saber qué era lo que realmente estaba pensando, queriendo y sintiendo.

Seiya quería un para siempre y en el fondo- y no tan en el fondo- ella también lo deseaba, salvo por un gran detalle: Serena no estaba segura de que siguiera creyendo en los "para siempre".

Amarle para siempre era algo que sí le podía prometer, era algo que sí había hecho… pero imaginarse una conclusión perfecta entre ella y Seiya después de tanto dolor…no se sentía lo suficientemente fuerte o capacitada para saltar al vacío con Seiya una vez más.

Los ojos de Serena se cerraron de golpe ante el pensamiento de la expresión de Seiya al entender que lo que había ocurrido entre ellos realmente era la página final del capítulo que significaba Seiya en su vida. Y no podía estar ahí cuando Seiya la odiara por eso. Afortunadamente Seiya había dejado de sostenerla hace un rato por lo que no le costó mucho salir de la cama sin despertarle. El problema es que no sabía que ropa ponerse además de su disfraz usado la noche anterior. No se imaginaba recorriendo la casa en él sin que alguien le preguntara por qué aún lo llevaba puesto. La única opción que se le ocurrió- y no la mejor si era sincera- era tomar prestada la playera blanca de Seiya sin mangas y rogar para que nadie la descubriera luciendo así.

Se puso de pie y la pasó por su cabeza. Era tan grande que cubría hasta sus rodillas, al menos eso era más de lo que la cubría su disfraz. Serena se plantó frente al espejo que había colgado a la puerta para analizar si al menos se veía presentable, con mucho cuidado eso sí de no mirarse directamente al rostro. Estaba segura que si daba un vistazo a sus ojos rompería a llorar tan ruidosamente que despertaría a Seiya y todo se transformaría en un desastre aún más grande del que ya estaba desatándose en su interior.

Antes de tomar la manilla de la puerta y cargando con todas sus cosas en la otra mano volteó a observar a Seiya una vez más. Si hubiera tenido su cámara fotográfica a mano esa habría sido una toma digna de captar, digna de enmarcar, digna de conservar en el mejor de los porta retratos, en la más descubierta de las paredes de una galería de exposición. La paz que Seiya trasmitía era tan sobrecogedora que muy fácilmente habría traspasado la lente. Y cualquier persona que hubiera visto la fotografía habría pensando "Esa es la expresión de una persona realmente feliz".

Con ese último pensamiento Serena salio de la habitación, recargándose en la puerta una vez que la cerró con sigilo. Se tragó las últimas lágrimas que con porfía se intentaban abrir paso, porque ya no tenía caso seguir derramándolas por una decisión que ella misma estaba tomado sin presiones.

La casa aún estaba en penumbras y en un silencio en nada comparable a todo el ruido que había inundado hasta el último rincón la noche anterior. Se sentía fría y le causaba algo de temor. O quizás solo tenía frío por la poca ropa que llevaba y sentía miedo de que la distancia entre ella y Seiya fuera más y más grande con cada paso que daba. Bajó las escaleras esquivando globos, vasos e incluso varios accesorios de los disfraces que estaba segura, había visto en algunos de los invitados.

Cuando ya tocó el suelo helado del primer piso pudo darse cuenta de la magnitud del desastre que había quedado después de la celebración. Tardarían el día completo o parte de él en limpiar todo eso. Y lamentaba mucho no quedarse a cooperar con la labor pero si no salía de esa casa antes de que Seiya se percatara de su ausencia…

Serena oyó ruidos en la cocina y también un aroma algo familiar y aunque la prisa por salir de allí era grande el hilo que la unía a Yaten tiró de ella con fuerza y antes de saber qué hacer sus pies ya estaban caminando en su dirección.

Lo encontró de espaldas frente a la cocina a gas maniobrando con una sartén hirviendo y vestido con pantalones sueltos y una playera color gris. Sobre la mesa había una pila de hot cakes humeantes y listos para ser devorados por un estómago hambriento. Serena vio la hora del reloj que pendía en la pared. Todavía no eran ni las seis de la mañana así que supuso que Yaten o no había dormido o algo lo había despertado antes que todos los demás en la casa.

- Ya se que estás ahí- dijo Yaten sin siquiera voltear a mirarle

Serena dio un saltito y salió de las sombras para acercarse a él.

- ¿Qué haces?- le preguntó confusa

Yaten hizo girar su muñeca y la masa redondeada voló y cayó dentro de la sartén con maestría.

- Preparo el desayuno para Rei-

- ¿Para Rei?-

Él asintió.

- Nos quedamos viendo el amanecer fuera de casa y se quedó dormida. La cargué hasta aquí y ahora está durmiendo en el sofá. Yo no podía dormir así que…-

Serena se acercó otro poco. La mezcla de luz y sombras bloqueaba totalmente su visión.

- Así que le preparas el desayuno-

- Sip- respondió concentrado en lo suyo-

- Y le dejarás una pila de hot cakes en tu reemplazo-

El filo de reprensión en la voz de Serena hizo que la mandíbula de Yaten se endureciera.

- Por qué eso harás ¿verdad? te irás y le dejarás servido el desayuno como una especie de rara compensación por tu ausencia-

- ¿Y que hay de ti?- contestó Yaten con rapidez mordaz- llevando tu disfraz en la mano y con la playera de mi hermano encima, huyendo en mitad de la madrugada como una ladrona o peor, como si acabaras de cometer un crimen imperdonable-

- No seas cruel- murmuró con la voz apenas audible- no es así-

- Entonces no me juzgues-

Serena frunció el ceño y alcanzó el brazo de Yaten. Algo no estaba bien con él. Estaba a la defensiva y hosco al extremo.

- Yaten, voltéate-

Él continuó maniobrando la sartén ignorándole.

- Yaten, mírame ahora. No estoy bromeando-

Él apagó el gas con brusquedad y dejó la sartén abandonada para hacer lo que Serena le estaba exigiendo. Se volteó con lentitud y a medida que la luz le dejaba al descubierto el color abandonaba el rostro de Serena. Dejó las cosas que cargaba en una silla y se acercó hasta que pudo hacer un rápido diagnóstico de lo mal que se veía el rostro de su amigo.

- Quién…por qué tú…cómo…-

Serena cambió la pregunta por una que era más importante que todas las demás juntas. Tragó y lo sujetó del cuello para fijar su rostro y así no tocarle en donde seguramente le molestaba.

- ¿Te duele?-

- Me tomé unos calmantes…pero no me hacen efecto. Creo que se me quebró un hueso del pómulo- murmuró con los dientes apretados

Serena miró hacia la nevera y rápidamente buscó entre los restos de comida y bebida algo de hielo. También algo en que envolverlo. Tomó un mantel de cocina y armó una improvisada compresa que colocó con cuidado sobre la mejilla de Yaten.

- Necesitas bajar la hinchazón e ir a un médico lo antes posible-

- Ya llamé a un taxi, llegará dentro de poco-

Serena notó que la herida de la boca estaba curada y presentaba signos de cicatrización así que lo que sea que hubiera sucedido no era tan reciente. Aunque evidentemente tenía que haber sucedido de noche.

- Quien te curó-

- Rei. Ella me ayudó-

Serena dio gracias al cielo porque el odio de Rei hacia una de la rama de la familia Kou no fuera generalizado.

- Bien- respondió examinando el mentón que presentaba un color rojizo y púrpura - Y la forma en la que te hiciste esto…- preguntó tentativamente

Yaten suspiró y un temblor recorrió su espalda ante el contacto demasiado frío del hielo sobre su rostro caliente.

- Digamos que será mejor irme de aquí antes de que el dueño de casa decida comenzar un segundo round. Es por eso que tengo que irme, no para abandonar a Rei, si no para evitar un momento incómodo para todos-

Mina. Tenía que estar Mina involucrada en todo esto para que Thomas hubiera reaccionado de una manera así de violenta contra Yaten.

- Y antes de que preguntes. No. No lo golpeé de vuelta-

Serena miró a Yaten con sequedad.

- ¿Crees que eso es lo que está pasando por mi cabeza en este momento? ¿Qué eso es lo que me preocupa? ¡Lo único que quiero saber es como diablos permitió Mina que esto te pasara!-

Serena estaba molesta. Mucho. No era la primera vez que Thomas decidía descargar su frustración contra Yaten y si Mina era la gran detonante de estos ya recurrentes encuentros al menos tendría que haber controlado las cosas para que no terminaran así. Yaten cerró los ojos.

- Ella estaba…indispuesta. La ayudé a llegar a su habitación y me quedé dormido. Cuando Thomas llegó no se detuvo a preguntar que había sucedido…solo sacó sus propias conclusiones-

- Erradas conclusiones, supongo-

Yaten abrió los ojos. La culpa rondando en su cabeza. Esperaba que Serena no fuera tan suspicaz como para notarlo.

- Solo dormíamos. Lita y Rei son testigos-

- ¡Ellas fueron testigos y no hicieron nada para evitar esto!-

Los gritos de Serena terminarían por despertar a la casa tarde o temprano. Yaten se mojó los labios sintiendo la cicatriz sobre su labio inferior comenzar a formarse.

- Ellas evitaron que se transformara en una guerra de puños, así que en cierta forma ayudaron a que no fuera peor-

Serena no sabía que pensar al respecto. Estaba tan molesta por enterarse de lo ocurrido demasiado tarde y también triste por ver a Yaten sentir dolor. Pero por sobretodo estaba angustiada de tener que presenciar una vez más que Yaten era el gran damnificado de esta historia ¡La vida estaba siendo tan injusta con él! Posiblemente era el hombre más bueno de toda la faz de la tierra y sin embargo la mayoría de las veces terminaba solo, triste y herido tanto física como emocionalmente ¿Por qué las personas buenas eran las que siempre acababan siendo lastimadas? ¿Por qué las personas como Yaten no podían ser felices…? ¿Por qué… por qué no podían ser felices?

- ¡Hey! hey, no no no- le dijo Yaten cuando se dio cuenta que el silencio de Serena tenía otra explicación- no llores Sere estoy bien. Me duele un poco, quizás bastante pero sobreviviré-

Muy tarde Serena se dio cuenta que no solo lloraba por Yaten. Estaba llorando por ella misma también. Ella era una persona buena y no estaba siendo auto referente… ¡todo el maldito universo decía que era el ser más bueno de todos! ¿Entonces por qué se sentía la persona más desdichada de la galaxia? ¿Por qué su bondad siempre iba ligada a su dolor?

Abrazó a Yaten y sollozó con ganas sobre su hombro. Se aferró a él como si estuviera a la deriva y Yaten fuera lo único que le permitía seguir a flote. Mientras el chico consolaba a Serena tuvo la clara impresión de que la noche no solo había sido memorable para él sino que también para Serena. Y por consiguiente también para su hermano. Abruptamente Serena se levantó de su hombro y se secó las lágrimas con el dorso de la mano.

- Tenemos que irnos de aquí…-

Yaten la miró con preocupación.

- No- dijo- Yo tengo que hacerlo. Nadie habló de que tú debas hacerlo-

Las lágrimas de Serena surcaron su rostro ya traslúcido.

- Yaten…- murmuró entre avergonzada y a punto de romper a llorar otra vez- yo y Seiya…nosotros dos…-

Bajó la vista hacia sus dedos que se retorcían en movimientos nerviosos. Yaten también bajó la vista hacia lo mismo que observaba ella. Cuando la había visto aparecer en la cocina vistiendo solo con la playera de Seiya vestía ayer en la noche había sentido las ganas irrefrenables de hacerla sonrojar y sudar hasta que confesara lo que él ya intuía que había pasado. Pero ahora…agradecía haber guardado las bromas para después. Sostuvo las manos de Serena entre una sola de las suyas para que dejara de retorcer sus dedos.

- Qué-

Ella apretó los párpados con fuerza.

- Estuvimos juntos anoche y no puedo soportar ver el momento en que él se despierte y recuerde que lo de anoche solo fue una despedida-

Yaten soltó las manos de Serena y mientras ella lentamente abría los ojos y volvía a conectar con su amigo la comprensión y también un cúmulo de contradicciones se comenzaba a reflejar en el rostro de Yaten a medida que tomaba el peso a esa respuesta.

- No eres buena con las despedidas- finalmente dijo

Serena dio un vistazo hacia la mesa de hot cakes.

- Y tú tampoco-

Se abrazó a sí misma pues la cerámica helada del suelo estaba causándole más y más temblores. Yaten se encorvó para encontrar los ojos de la rubia.

- Le romperás el corazón, Sere- murmuró con pesar. Casi podía imaginar la reacción de Seiya al no encontrarla ahí cuando despertara…el infierno en la tierra sería poco comparado con lo que Seiya haría. Serena ahogó un sollozo sin mucho éxito.

- ¿Cómo quieres que le de a Seiya un final de cuento de hadas si él mismo me obligó a darme cuenta que no existían?-

Las manos de Yaten volaron rápidamente a los antebrazos de Serena.

- Quizás él no quiere nada de eso. Quizás lo único que quiere es abrir los ojos y encontrarte a su lado-

Ella desvió la mirada.

- Quizás Seiya no pide tanto, quizás para él es más que suficiente dormir con la mujer que ama y que ella no huya en mitad de la noche-

Los labios de Serena permanecieron cerrados y a pesar de que Yaten la presionó para recibir una respuesta, Serena estaba resuelta a no cambiar de opinión. Muy a su pesar y doliéndole aún más de lo que alguna vez sospechó, Yaten la soltó y le frunció el ceño con dureza.

- Siempre te he apoyado, incluso cuando eso me hizo alejarme de mi propio hermano y lo acepté porque creí que era lo justo, pero esto…esto no es hacer lo correcto. Esto es lejos lo más cruel que le has hecho y no puedo ser parte de algo así-

El cuerpo de Serena sintió la separación tan hondamente que por poco casi se queda sin aire. Se tuvo que sujetar a la mesa para no caer. Yaten pasó a su lado con la vista fija hacia la salida.

- Sírvete lo que quieras mientras el taxi llega, no quiero estar aquí cuando destruyas lo poco que le queda a Seiya de corazón-

Si a Serena le estaba doliendo tanto esa situación seguramente Yaten también estaba experimentando lo mismo; cómo las entrañas se le revolvían queriendo expulsar lo que sea que hubiera dentro. Como si cortar el lazo que los unía provocara en ellos un malestar físico. Un dolor inexplicable. Serena se llevó una mano al estómago y respiró en busca de algo que le permitiera no volcar su estómago en el suelo.

- Ya sé de que clase de almas somos-

Jay había mencionado que Yaten y ella eran una especie de almas gemelas. Serena sabía que no era así. Las almas gemelas se buscaban; ellos se habían forjado y construido con ayuda de diferentes factores. Ella le había respondido que eran una sola alma y seguramente era cierto. Cuando dividías algo tan unido como lo estaban ellos se debía de sentir así de doloroso. Pero también con esa pequeña charla mantenida en esa cocina semi oscura había descubierto otra cosa más.

- Somos de esas personas que nunca consiguen lo que quieren-

Yaten resopló dándole la espalda y tiró de su cabello viéndose tan impotente como se sentía. Si Serena lastimaba a Seiya como temía que sucedería… no sabia si sería capaz de mantener la relación con ella en los mismos términos que siempre. Provocaría un verdadero terremoto entre ellos.

- Esa es una patética forma de decir que somos unos cobardes-

Con las manos temblándole de ira separó los hot cakes y dejó una cantidad suficiente para que Serena comiera y se preparara para reventar en el suelo a su hermano. Lo demás lo cargó en su regazo.

- Llevaré esto a Rei. Estaré en la sala para cuando le arranques del pecho el corazón a mi hermano-


El brazo de Seiya tanteó el lado de la cama que se suponía debía estar ocupado por Serena y no halló más que sábanas y edredones arrugados. Abrió los ojos con dificultad y se removió un poco más cerca de ella. Estaba comenzando a sentir frío.

- ¿Bombom?- le llamó con voz adormilada

Al no recibir respuesta Seiya se restregó los ojos y le costó un par de segundos adaptarse a la poca luz que había en el dormitorio. Se sentó en la cama y bostezó. Miró hacia la cama. Él era el único ocupándola.

- ¿Serena?- la llamó, esta vez dando un vistazo más amplio a su alrededor. Las cortinas aún permanecían cerradas y tanto la habitación como la casa estaban sumidas en el más absoluto silencio. Aguzó el oído para detectar si ella le respondía de cualquier lugar en el que se encontrara oculta pero más rápido que tarde cayó en cuenta que ella había desaparecido.

- ¡Serena!- exclamó tirando las colchas lejos y atravesando la habitación a grandes zancadas. Azotó la puerta con violencia y recorrió el vestíbulo del segundo piso prácticamente corriendo. Sus pisadas eran fuertes y nada de cuidadosas. Probablemente más de una persona que dormía en las demás habitaciones despertaría pero Seiya estaba enfocado en una sola cosa: encontrar a Serena. Al comienzo de la escalera tropezó con unos vasos sucios y soltó un par de improperios nada de modestos. A medida que avanzaba más y más sin detectar la presencia de la rubia su angustia crecía y se extendía como un virus letal. Los músculos agarrotados y el corazón bombeando a máxima potencia no ayudaban para nada a sacarse de la cabeza la idea que más estaba tomando fuerza dentro de su interior.

- ¡Serena!- gritó una vez más en el minuto en el que llegaba al vestíbulo que conectaba a la cocina y el baño. Olió en el ambiente algo dulzón, algo así como comida recién preparada y se dirigió rápidamente a la cocina. Era evidente que no era el único despierto a esas horas de la mañana. Al detenerse en el umbral, con el pecho subiendo y bajando entrecortadamente halló al objeto de su fijación. Entró a la cocina y puso las manos en la mesa.

- ¿Qué haces aquí?- preguntó exhalando algo de aire contenido- ¡Me diste un susto de muerte!-

Serena estaba sentada frente a un plato de hot cakes, vistiendo su playera y masticando sin mucho entusiasmo un bocadillo cuando alzó la vista hacia él. Pareció sorprendida y algo mortificada también. Tragó lo que tenía en la boca y soltó el tenedor.

- Seiya…-

Un suspiro de alivio imposible de controlar brotó de la garganta de Seiya.

Ella lucía igual a la última imagen que había tenido antes de cerrar los ojos y dormirse. Eso significaba que bombom y él juntos la noche pasada no había sido una cruel broma del destino, había sido una realidad. El más hermoso de los sueños.

- ¿Por qué te fuiste de mi lado sin avisarme? ¿Tenías hambre? podrías haberme avisado ¿no?- le dijo sonriéndole y sentándose junto a ella en la mesa relajadamente. Serena hundió sus manos en su regazo y agachó la cabeza.

- No, yo… yo no quería que te dieras cuenta que me había ido-

Él frunció el ceño ante aquella respuesta. Había algo muy raro en el tono de voz de Serena. Sus temores volvieron a flote e inundaron su cabeza con preguntas.

- ¿Por qué… por qué harías algo así?-

- Yo…-

Las manos de Serena temblaban, lo podía notar aún cuando las trataba de ocultar de su vista ¿Por qué temblaba? ¿Estaba asustada? ¿Acaso…acaso estaba asustada de él? Seiya se puso pálido ante la posibilidad de que eso fuera cierto. Se agachó frente a Serena y tomó sus mejillas.

- ¿Te lastimé? ¿Fui muy brusco contigo?- bajó la voz haciéndola un susurro apenas perceptible- ¿Te hice daño? –

La sola idea de haber herido a bombom le hacía sentir náuseas de sí mismo.

- ¡No, Seiya!- respondió ella mordiéndose el labio superior con un tenue rubor en sus mejillas- tú eres perfecto. Todo en ti es perfecto-

Esa respuesta no se oía nada de bien. Parecía más bien estar preparando el arco para la flecha que le atravesaría el corazón.

- Y aún así prefieres estar aquí helada y sola que conmigo- concluyó penosamente

Serena bajó los párpados mientras Seiya deslizaba sus manos fuera del contacto de ésta.

- ¿Tanto te cuesta estar a mi lado?- murmuró apenasaguantando las ganas de romper todo lo que estaba a su alrededor.

- ¿Tanto te hubiera costado… estar ahí para cuando me despertara?-

Ella cerró los ojos con fuerza, de esa manera en que lo hacías cuando deseabas que lo que tenías enfrente no fuera real, cuando necesitabas convencerte que lo que estabas viviendo era una especie de mal sueño. Seiya sonrió aunque sus ojos reflejaban la tortura que estaba significando para él ese silencio más que consistente de Serena.

- Increíble- dijo mirando hacia la ventana para que no viera su pesar- la chica que amo, la única con la que deseo despertar y ella no me quiere-

Serena recogió sus piernas y las acercó a su pecho. Se meció hacia delante y hacia atrás presa del ataque de angustia que había querido evitar.

- No podía hacerlo ¿si?-

Era increíble como en un par de minutos ella y Seiya ya estaban siendo víctimas de sus propias emociones. Era una maldición, tal como él había señalado.

- No podía estar ahí sin poder dormir esperando a que abrieras los ojos y me volvieras a repetir que…-

Seiya volteó a verle pero ella estaba más preocupada de terminar la frase sin llorar.

- Que era una despedida. Que esto fue un adiós-

Movió la cabeza.

- Lo siento no puedo, yo…-

Bajó los pies y tocaron suelo cuando se puso de pie dejando a Seiya aún arrodillado junto a la silla que antes ocupaba. Yaten debía de estar en la sala y con el silencio de la casa y la puerta de la cocina abierta enterarse de lo que ella y Seiya estaban platicando debía de ser bastante sencillo. No había necesidad de hacer aún más profundo el desprecio que Yaten seguramente sentiría por ella una vez que la plática con Seiya acabara. Así que caminó hacia la salida y cerró la puerta, recargando la espalda en ella. Seiya se levantó y se plantó de frente a unos cuantos pasos de ella.

- Lo siento esto fue un gran error nosotros…- se mojó los labios para continuar- tú tenías razón anoche. Nos lastimamos como nadie más sabe hacerlo. Es como si cada palabra que saliera de mi boca justo ahora te hiciera más daño que la anterior, es…-

Una maldición.

Él tomó entre sus manos el tenedor que había estado ocupando Serena y lo hizo chocar en la mesa repetidas veces, produciendo un ruido molesto y penetrante, como el vaivén de un reloj gigantesco o el latido de un corazón. Serena casi podía presentir que en cualquier momento Seiya lanzaría el cubierto en su dirección y lo encartaría en su estómago o en su pecho. Era como si estuviera tomándote toda la tolerancia del mundo no hacerlo.

- Cuando te equivocas…lo haces a lo grande ¿verdad?-

La voz ronca de Seiya la hizo pegarse aún más a la pared.

- Y cuando abandonas…si no rompes el corazón no cuenta-

Finalmente Seiya soltó el tenedor sobre la mesa haciendo que éste rebotara bruscamente en la madera. Alzó la mirada hacia Serena enseñando unas negras ojeras que antes no estaban ahí, se veían claramente y sus ojos… ¡oh! ¡sus ojos estaban tan enrojecidos! le había hecho llorar y por cómo se movía su garganta era evidente que estaba intentando por todos los medios contener las otras lágrimas que amenazaban con salir.

- A Darien lo dejas frente al altar de una iglesia y a mí en la cama que acabábamos de compartir la noche anterior-

Rió secamente.

- A lo grande- volvió a reiterar con sarcasmo.

Serena se despegó de la pared para alcanzarle. Quería golpearlo con tanta desesperación que incluso su cuerpo se había movido involuntariamente antes de que esa idea pasara por su cabeza, pero antes de dejarse llevar por ese intenso arrebato de ira ella misma dio un paso hacia atrás para poner cierta distancia entre ambos.

- ¡No te atrevas a hablar así de mi historia con Darien otra vez!- le amenazó con los ojos inyectados en lágrimas- nunca más, porque no tienes idea de cuan culpable me siento por eso aún, no tienes idea lo se siente aplastar los sueños de una persona para perseguir los propios-

La mandíbula de Seiya se contrajo tal vez tomándole peso a las increpaciones que había hecho a Serena, aún así no se retractó.

- Porque si lo dejé como dices y si le rompí el corazón de esa manera fue por ti-

- ¡Pues yo me abandoné a mí mismo anoche por ti!- exclamó con voz potente y tomándola por sorpresa.

- ¡Y dejé a un lado todo lo que había estado intentando meter en mi cabeza este tiempo! pasé por sobre el dolor, por la soledad, por sobre las dudas y mi propio bienestar… por ti ¿Acaso mi sacrificio no cuenta?-

Los labios de Serena se entreabrieron.

- Dime- reiteró Seiya- ¿acaso no cuenta?-

Ni siquiera ese día en el que habían terminado Seiya se había visto tan triste y por un instante Serena incluso dejó a un lado las hirientes palabras que él acababa de enrostrarle para preocuparse por su estado, pero la rabia aún estaba latente y la mención a Darien y su tortuoso pasado aún quemaban en su pecho, haciéndole imposible sentir empatía hacia el chico.

- Yo no quería que las cosas sucedieran de esta manera- dijo en un intento por bajar la intensidad de la plática.

Seiya en cambio no daba indicios de querer terminar con la discusión sin antes desahogarse completamente.

- ¡Y como diablos pretendías que sucedieran!- volvió a gritarSeiya,viéndose tan impotente como se sentía- ¿Qué nos despertáramos como si nada hubiera pasado? ¿Qué nos despidiéramos y pretendiéramos que nada sucedió? ¿Qué lo olvidara tal vez?-

El vocablo "sí" escoció en los labios de Serena por varios segundos. Tal vez de esa manera evitaría el resto de la pelea, la que no prometía ser menos complicada de lo que ya era, pero una vez más prefirió callar y decir algo que desatara un nuevo enjambre de acusaciones. Seiya en tanto interpretó el silencio de Serena como una confirmación a sus preguntas.

- Quizás puedas ordenarme que no te ame pero no me puedes obligar a olvidar. Eres poderosa…pero no tanto-

En menos de cinco minutos Seiya se las había arreglado para ofenderla y atacarla en todos los flancos, en todos los sitios en donde sus defensas eran más débiles, en todos los lugares en donde las heridas aún escocían si se les presionaban con tal ímpetu y Serena ya estaba sintiendo los estragos de las palabras de Seiya, se hallaba emocionalmente agotada y físicamente extenuada por la noche sin dormir así que caminó hacia el rincón que había estado ocupando anteriormente y dejó descansar todo el peso con el que estaba cargando.

- Míranos Seiya, detente un segundo a pensar- abriendo los brazos para enfatizar su punto- date cuenta de todas las cosas hirientes que nos acabamos de decir en menos de cinco minutos-

Cerró los ojos y dejó caer hacia delante los hombros.

-Esto nunca resultaría, al menos, no como están las cosas-

Serena permaneció así varios minutos, oyendo como la respiración de Seiya pasaba de dificultosa a acompasada, cómo sus jadeos poco a poco se transformaban en profundos suspiros y cómo sus pasos dejaban de ser frenéticos hasta que finalmente había detenido su andar totalmente. Fue en ese solo momento que Serena decidió abrir otra vez los ojos.

Encontró a Seiya de pie frente a ella tan cerca de su propio rostro que la cabeza le rebotó en la pared cuando intentó echarse hacia atrás. La estaba mirando o más bien estudiando, como si tuviera frente a él un enigma imposible de descifrar.

- Si crees eso, si lo creías ayer por la noche…entonces para qué lo intentaste-

Porque soy una tonta- pensó Serena con tristeza. En cambio optó por decir algo que se oyera menos miserable.

- Porque por un instante creí que sí era posible y por esa pequeña luz de esperanza…lo habría arriesgado todo-

Las manos de Seiya no tardaron en rodear el cuello de Serena. Podía simplemente acariciarla suavemente o ahorcarla de una sola vez. Cualquiera fuera la opción Serena no se sentía con la suficiente energía como para responder.

- ¿Quién eres?-

Al verla tan desconcertada con la pregunta, Seiya se explicó mejor.

- ¿Eres la misma chica que acaba de decirme que esto fue un error? ¿La misma que anoche insistía en repetir que todo era parte del adiós pero que se escabulle en las sombras para no tener que despedirse?-

Lentamente Seiya fue deslizando sus manos hacia los hombros de la chica y los abarcó en toda su extensión.

- Hoy antes de despertar creí que ya no había nada que pudiera hacerme desistir de estar a tu lado y hoy…resulta que eres precisamente tú quien me detiene-

Le dio un pequeño apretón para hacerla reaccionar.

- ¿Qué quieres Serena? ¿Qué buscas? ¿Qué es lo que necesitas? porque francamente ya no lo sé-

Miró tentativamente hacia Seiya, que a esas alturas había bajado las manos a los costados y había retrocedido hacia la mesa, sentándose parcialmente en ella en donde se quedó quieto y en calma. De ves en cuando alzó la vista hacia ella pero no le presionó por una respuesta y eso fue bueno. Serena agradeció esos instantes de relativa soledad que utilizó para recomponerse y aclarar su dispersa y confusa cabeza. Ahora que Seiya no estaba sobre ella exigiéndole respuestas podía darse el tiempo de formular una.

- Te observé mucho mientras dormías- dijo Serena mientras apoyaba los brazos tras su espalda- un montón- agregó al instante

Seiya la miró con cierto aire de añoranza.

- No cerré los ojos ni un segundo durante toda la noche, yo solo te observé dormir. Y ver tu rostro así de relajado, libre de toda preocupación me hizo pensar en las miles de cosas que me habían enamorado de ti. Y recordé cual había sido la primera de ellas-

El cabello de Serena que aún permanecía más o menos sostenido gracias a la trenza que se había hecho la noche anterior se agitó cuando ésta movió la cabeza hacia un lado en aspecto reflexivo.

- En un mundo envuelto en caos y en donde intentó reinar la maldad por sobre la bondad, en donde se libraron luchas descarnadas y la esperanza casi se había perdido, tú Seiya fuiste paz. Tú fuiste mi oasis en medio de la tormenta y no creo que hubiera podido sobrevivir a todo eso sin ti-

Se mordió el labio aún sin dar la cara completamente a Seiya.

- Y ayer por un instante… por una fracción de tiempo mientras tus ojos permanecían cerrados y tu respiración iba y venía pausadamente volví a sentir esa calma que me trasmitías antaño…esa plenitud que me es tan esquiva últimamente. Y aunque intenté convencerme de que tal sensación aún estaría ahí para cuando despertaras, sabía que no sería así…por eso huí antes de que la siguiente tormenta entre ambos se desatara-

Lo siguiente que Serena hizo fue fruncir el entrecejo pronunciadamente, todo esto ante la atenta mirada de Seiya.

- Creo que hay un lado de nuestra personalidad- continuó algo más seria- un lado que no habíamos explorado antes que cuando trata de unirse en armonía simplemente es incompatible…no conectan y deja de haber paz y todo se transforma en tempestad-

Como hace un instante- meditó Seiya mientras oía y relacionaba las palabras de ella. Serena finalmente levantó la vista hacia Seiya luciendo determinada. Atrás había quedado la niña dubitativa.

-Me preguntaste qué es lo que quiero, qué busco, qué necesito… pues todas esas preguntas tienen la misma respuesta; deseo paz, deseo sentarme a tu lado sin que las manos me suden y me tiemblen o que el estómago comience a retorcérseme de temor por lo que sucederá esta vez entre nosotros y por lo que saldrá de tu boca al hablarme y lo que saldrá de la mía en respuesta-

Serena puso una mano sobre su corazón y apretó con fuerza.

- Quiero sentirme segura. Necesito tener la certeza de que estar a tu lado me traerá precisamente eso y no lo contrario-

No hubo necesidad de agregar algo más. Tanto para Serena como para Seiya- especialmente para éste último- había quedado bastante claro. Mientras Serena no volviera a sentirse así la posibilidad de un nuevo comienzo juntos no era viable.

Y así sin más Seiya había obtenido la tan anhelada respuesta; si tan solo hubiera sido la que él esperaba…

- Gracias- respondió secamente- al menos fuiste honesta y me explicaste como te sientes, o más bien como no te sentiste hoy en la mañana-

Se cruzó de brazos y se removió visiblemente incómodo. Parecía estar luchando consigo mismo.

- Y disculpa lo de antes. Darien, tu vida pasada y tu misión…no tendría porqué haber mencionado todo eso. Fue un golpe bajo y me arrepiento de esas palabras-

De improviso su semblante se suavizó haciéndolo ver más joven e indefenso que antes.

-Perdóname bombom. Puedo estar molesto pero no justifica que sea grosero-

Para no tener que volver hablar de ello otra vez Serena simplemente asintió.

En los minutos que siguieron tanto Seiya como Serena evitaron hacer contacto visual y si éste se producía no alcanzaba a durar más de dos segundos. Ya no estaban molestos uno con el otro eso era obvio ni tampoco había signos de que alguno fuera a explotar nuevamente, sencillamente las cosas estaban tan perfectamente claras que agregar algo más no cambiaría mucho la situación.

Aún así y para darle un sentido a su presencia en aquella cocina, Seiya decidió decir algo más.

- Me habría encantado hacerte sentir lo suficientemente segura como para retenerte a mi lado unas cuantas horas más, para que no tuvieras que sentirte obligada a escaparte de mí luego de…-

Metió las manos a sus bolsillos y se encorvó pronunciadamente.

- Es doloroso. Eso es todo-

Serena volvía a desear alcanzar a Seiya pero esta vez para confortarle así que cediendo ante sus emociones una vez más acortó distancia y caminó en su dirección. Se sentó a su lado poniendo varios centímetros entre medio y pensó en la plática que había mantenido con Yaten a temprana hora.

- Yo huí porque…porque soy cobarde Seiya y porque evado los problemas hasta que ya no tengo salida. Tú no tienes la culpa de eso-

Serena estiró la mano hasta alcanzar uno de los hot cakes fríos de su plato, lo tomó y comenzó a desmenuzarlo distraídamente.

- Esto es tan raro…- murmuró Seiya mientras la observaba llevarse a la boca algo de masa- cuando te encontré aquí en la cocina pensé que al verme me sonreirías ampliamente, que correrías a mis brazos, asaltaríamos la nevera tal vez y que daríamos un paseo por la playa para ver lo que queda del amanecer-

Miró por la ventana hacia el exterior. El sol ya estaba en lo alto del horizonte pero estaba tan nublado que apenas sí se podía apreciar su contorno.

- Si hubiera sospechado lo mal que estábamos habría seguido durmiendo. Tal vez para siempre-

Las pocas ganas que Serena tenía de comer desaparecieron así que tragó como pudo.

- Yo no diría que estamos tan mal-

Seiya alzó las cejas. No había muchas cosas que le hicieran pensar lo contrario.

- Hay bastantes pruebas que lo demuestran así que…-

-Al menos acabamos de discutir sin que se quebrara algo o que alguno de los dos terminara en el suelo desconsolado. Eso es algo-

A esas alturas Seiya no sabía si aquello era algo bueno o malo de destacar.

- Como si estuviéramos acostumbrándonos a hacernos daño-

Serena tomó impulso para sentarse sobre la mesa de manera más cómoda.

- Más bien…como si estuviéramos aprendiendo a detenernos antes de que ese daño sea irreversible-

Seiya se rascó el cabello y comenzó una nueva caminata alrededor de la mesa en la que permanecía Serena. No supo cuantas vueltas dio pero cuando finalmente Seiya se detuvo lo hizo frente a ella. Parecía ansioso y liado con sus propios pensamientos.

- Tengo que preguntarte algo y lo siento pero necesito saber-

Ella asintió temerosa de lo que Seiya tenía que decir. Con cada segundo que pasaba el rostro de Seiya se iba poniendo más y más rojo así que supuso que lo que estaba rondando por su cabeza tenía que ser solo una cosa.

-¿Lo de ayer significó algo para ti? porque para mí hacerte el amor fue…nunca podría llamarlo un error-

Serena se prohibió a sí misma enrojecerse y desviar la mirada y lo cierto es que le estaba tomando todo su autocontrol no esconder la cabeza en un hueco para disimular así lo embarazoso que estaba resultando esa parte de la conversación. Las imágenes que bombardearon su cabeza tampoco ayudaron demasiado a disminuir su ritmo cardiaco ni menos el temblor de su labio inferior.

Era como estar viendo una película en que la actriz principal se parecía mucho a ella, hablaba como ella, se movía como ella pero actuaba totalmente diferente a ella. No es que estuviera avergonzada de ese lado atrevido suyo- incluso se hallaba gratamente sorprendida- sino más bien lo estaba de haberlo puesto en práctica precisamente con Seiya y precisamente cuando entre ellos estaba todo zanjado. Ahora nada parecía zanjado por el contrario, todo parecía más inconcluso que nunca.

Y además de todo eso Serena estaba luchando con esa sensación desagradable de que había empujado a Seiya al extremo, obligándole a tener relaciones cuando él solo había estado pensando en una especie distinta de despedida… ¡se sentía como una abusadora de menores! y también como una desesperada sin orgullo… como esas chicas que eran abandonadas por sus novios y no veían otra alternativa más que ofrecérseles para intentar recuperarlos. Serena tenía terror de que fuera justamente eso lo que pensaran todos cuando se enteraran…y que Seiya también lo pensara sencillamente le mortificaba hasta los huesos. Por eso es que bajarle el perfil había sido la única posibilidad para hacer de ese momento humillante algo menos humillante.

- Siento haber dicho que fue un error Seiya no quise restarle importancia, también para mí fue especial y…-

Le sonrió sin muchos resultados mientras el calor ascendía hacia sus mejillas tiñéndolas de un rosa vistoso. Hizo un ovillo con el borde de la playera estirándola al máximo.

-…es solo que además de todas las otras emociones que me embargan también me siento avergonzada ¿sabes? y culpable, como si te hubiera forzado a…bueno a eso-

La frase "hacer el amor" simplemente era imposible de decir en voz alta. Seiya asintió comprensivamente, mucho más calmado que antes.

- Sé que tú tenías otros planes y dije que fue un error porque si nos hubiéramos apegado a ese plan tal vez no te sentirías comprometido por la situación y realmente no quiero que te sientas así-

Esto estaba saliendo más mal de lo que Serena supuso. Seiya frunció el ceño y se acercó peligrosamente a su espacio personal.

- ¿Como puedes pensar eso? ¿Que no me sentiría responsable de ti? ¡claro que me siento así! ¡Se trata de ti bombom! yo me comprometería contigo en este mismo instante si tu consideraras que es mi deber hacerlo después de que tú y yo…-

Serena abrió la boca y la cerró mientras sus alarmas se encendían hasta casi dejarla sorda. El rubor que había estado congregado en su rostro desapareció dejándola pálida y con aspecto macilento. Ahí estaba su temor hecho realidad; que Seiya se atara a su persona para no manchar su honor. Como un caballero salvaguardando la mancillada honra de la damisela. Una pesadilla.

No fue hasta que Seiya repensó sus propias palabras que entendió porqué Serena lucía así de petrificada. Soltó una risita histérica y retrocedió hasta erguirse frente a ella.

- No te estoy pidiendo matrimonio porque debo hacerlo. No, yo…-

Los ojos de Serena se ampliaron hasta hacerla parecer un cervatillo indefenso. La mandíbula de Seiya se abrió considerablemente al notar su segundo desliz y negó con ambas manos.

- ¡Tampoco te lo estoy proponiendo por otra razón! quiero decir que no debes sentirte avergonzada o culpable ¡porque las cosas se hacen de dos! y si para eso tengo que demostrártelo pues lo haría con gusto, incluso si eso significa…ya sabes-

Seiya tenía la sensación de estarse hundiendo más y más en el lodo. Se llevó una de las manos al rostro y jaló el cuello de su playera. De pronto estaba sintiéndose sofocado…

- ¡Y además no me forzaste a nada bombom! yo estaba más que dispuesto a…eso-

Serena alzó las cejas y se cruzó de brazos mientras Seiya cerraba los ojos y maldecía en silencio por carecer de filtro y decir cada cosa que pasaba por su cabeza.

- Lo que quiero decir es que siempre pensé que esto sucedería contigo…-

Literalmente Seiya deseaba morir… se llevó las manos a la boca con brusquedad.

-¡tampoco es que hubiera estado pensando en ello todo el tiempo, no soy de esos!...solo a veces ¡pero no en el mal sentido! en uno bueno…-

Agotado de intentar explicar cómo se sentía realmente Seiya suspiró largamente y volvió a ocupar su lugar junto a Serena. Seguramente Serena estaba creyendo que había tenido relaciones con un pervertido…menudo exnovio que estaba mostrando ser.

- mejor no me hagas caso ¿si?- murmuró apesadumbrado

El ruido que hizo Serena al arrastrar el plato por la cubierta de la mesa lo hizo levantar la vista por un instante.

- ¿Un hot cake?- le ofreció Serena sosteniendo el plato en su regazo.

Seiya dejó caer la vista del rostro de Serena a la pila de hot cakes. Se veían apetitosos aunque no tan frescos como a él le gustaban, aún así aceptó el ofrecimiento. Tal vez si llenaba su boca con comida dejaría de decir tantas tonterías.

- Gracias- respondió tomando uno

Ambos comieron en una extraña atmósfera de tranquilidad, como si la tormenta al fin hubiera bajado en intensidad, lo que era raro puesto que no habían llegado a ningún acuerdo que beneficiara a los dos.

- ¿Sere?-

La rubia se giró sorprendida. No recordaba que Seiya la hubiera llamado así antes. Él se limpió las manos en su pantalón y las dejó extendidas sobre sus piernas luego.

- ¿Si, Seiya?-

- Olvida todo lo que dije en los últimos dos minutos y reemplázalo por esto ¿está bien?-

Serena engulló con rapidez y asintió.

-Fue increíble… la mejor noche de mi vida y tocar tu piel, oír tu voz, acariciar tu cabello e incluso ver un disfraz de halloween…nunca tendrá el mismo sentido para mí otra vez-

Una suave sonrisa se deslizó en los labios de Serena.

- Y no me sentí presionado en absoluto, deseé esto tanto como tú y si me siento comprometido no es por lo que tú crees…yo solo pensé que estaríamos más unidos que nunca eso es todo y esa es la razón por la que no verte a mi lado me lastimó tanto, pero entiendo tus razones y las respeto-

Serena levantó la cabeza y encontró a Seiya mirándole fijamente.

-Pero si tú fuiste capaz de tener una pizca de esperanza ayer pues yo también tengo derecho a tener la mía…no me puedes arrebatar eso, no puedes quitarme eso también…la ilusión de que algún día las cosas volverán a ser posibles entre nosotros. Eso es lo que me permitirá vivir tan solo con el recuerdo de lo que sucedió-

Con eso Seiya tomó otro hot cake y volvió a estar en silencio. Serena lo observó largo rato masticar y saborear la comida, como si no acabara de sacudir su mundo con aquel discurso.

A veces Serena también se preguntaba las mismas cosas que Seiya ¿Quién era realmente Seiya Kou?¿Quien era este chico para ofenderla, herirla y luego hablarle con tal delicadeza, con tal devoción? ¿Cómo dos opuestos de esa magnitud podían convivir dentro de la misma persona? ¿Y cómo es que podía estar tan enamorada y desenamorada del mismo hombre?

- Están buenos- comentó Seiya mientras iba por el tercero- no sabía que habías aprendido también a cocinar-

Ese comentario la desconectó totalmente de su reflexión y la llevó a otra.

Oh no. Con Seiya irrumpiendo en la cocina Serena había olvidado por completo su otra preocupación, una que también le involucraba directamente.

- No, no los hice yo-

Él ladeó la cabeza no comprendiendo.

- ¿Había alguien más aquí contigo?-

- Si…verás Seiya- respondió poniéndose de pie de un saltito- ahora creo que debemos irnos-

- ¿Irnos? ¿adonde?-

Serena caminó hacia la puerta de la cocina dándole la espalda. Ahora venía la segunda parte de la conversación y tenia la impresión que sería igual de complicada que la primera. Rió nerviosa antes de hablar.

- Si verás…esto te parecerá una locura pero debemos llevar a Yaten al hospital, ahora-

Seiya se levantó de un golpe y caminó a su encuentro. Sus instintos protectores levantándose en segundos.

- ¿Al…al hospital?-

Abrió la puerta por Serena y ambos salieron al vestíbulo.

- Si… algo ha sucedido así que será mejor que nos marchemos-

Seiya había adoptado totalmente el modo "papa oso". Su postura, su voz incluso su expresión y la forma de caminar eran diferentes a como le había visto minutos antes. Ese era un rasgo que amaba de él. El como quería a su familia era de las cosas que no deseaba que cambiaran nunca en Seiya.

- ¿Donde está él?-

- En la sala desayunando con Rei, creo-

Eso traía a la cabeza de Seiya muchas más preguntas que dejaría para cuando estuviera menos alterado. Y como si Serena pudiera entender exactamente las cosas que estaban pasando por su cabeza, se hizo de su brazo y evitó que entrara a la sala principal. Lo hizo pegarse a la pared y enfocar la vista en ella.

- Seiya, antes de que le veas y enloquezcas…por favor no enloquezcas demasiado-

El tono suplicante no ayudó en mucho. Seiya miró hacia la sala. Estaba desesperado por ver a qué se refería.

- Me estás asustando Serena-

- Si…también yo lo estoy ahora- susurró al viento

Seiya caminó hacia la sala en solitario y encontró a Yaten sentado frente a una chimenea apagada con una bolsa de hielo en la cara y con Rei envuelta en un saco de dormir con semblante preocupado. Cuando los ojos de Rei se fijaron en Seiya, Yaten se volteó. Y le vio.

Ramalazos de ira azotaron a Seiya, haciendo que su cuerpo temblara de anticipación.

La cara de su hermano parecía haber sido picada por un panal completo de abejas asesinas y hambrientas. Y como no creía que esa fuera la explicación más lógica se hizo una idea de lo ocurrido. Se acercó a él y constató de primera fuente que tan mal era la situación.

Y era malo. Si no llevaban a Yaten pronto a un centro asistencial el hueso del pómulo y posiblemente el del mentón se sellarían en una trayectoria completamente diferente a la correcta. Y en consecuencia tendría como hermano a un fenómeno de circo y no a una estrella de rock vanidosa y presumida de sí.

- Yaten…-

Éste hizo una mueca.

- Siento no levantarme para saludar, pero tengo un dolor de cabeza de los mil demonios-

Serena también entró a la sala.

- ¿Quién te hizo esto?- preguntó Seiya en un tono controlado

Yaten apretó los labios mientras que Serena bajó la vista. Así que fue Rei quien habló.

- Fue Thomas. Lo golpeó por dormir con Mina-

- ¡Qué!-

Yaten puso los ojos en blanco y volteó para ver a Rei.

- ¿Por qué lo tienes que decir de esa manera?-

Ella se hundió de hombros. Seiya carraspeó exasperado. Yaten resopló.

- Durmiendo en el sentido literal de la palabra, lo juro-

El escepticismo en la mirada de Seiya le ofendió. Fue nuevamente Rei quien intervino.

- Es verdad. Yo estuve ahí-

Seiya pasó una mano por su rostro. Estaba recibiendo demasiada información para ser tan temprano por la mañana.

- Te advertí que te mantuvieras alejado de Mina. Los novios celosos no son buenos manejando ciertas situaciones, créeme lo sé-

Serena, quien se había mantenido en silencio tuvo la imperiosa necesidad de intervenir.

- ¿Y eso justifica que le haya dejado el rostro así?-

Al parecer ni Yaten ni Rei se habían percatado de la presencia de la rubia. Seiya le miró y su expresión cambió radicalmente, como si la molestia se hubiera evaporado mágicamente.

- No- respondió con suavidad- por supuesto que no. Solo estoy intentando ser razonable y no enloquecer como me pediste-

Las mejillas de Serena se ruborizaron y una sonrisa tímida le reemplazo al instante.

- Oh- musitó sin nada más que decir- Okey-

Rei se levantó envuelta aún en su saco de dormir y señaló desde Seiya a Serena. Con todo el revuelo de la noche y el abrupto despertar casi había pasado por alto la atmósfera extraña que se respiraba a su alrededor. Frunció el entrecejo con suspicacia.

- ¿Qué está pasando aquí?- preguntó a los dos por igual- ¿Por qué ustedes se ven tan…raros?-

Ambos se cuadraron frente a ella. La autoridad que Rei era capaz de trasmitir tan solo con su voz era digna de admiración…y de terror.

- Es complicado- dijeron al mismo tiempo

Rei alzó una ceja. Serena cruzó los brazos a la altura del pecho. Yaten resopló desde su rincón.

- Lo hicieron…ya sabes qué- agregó moviendo un dedo de su mano de manera circular- jugar a la mamá y el papá, al doctor y la paciente… ¿tengo que darte más ejemplos?-

Tanto Seiya como Serena se voltearon sonrojados e indignados.

- ¡Ustedes qué!- gritó por todo lo alto. Incluso los vidrios vibraron- ¡Qué les sucede, Dios! ¿Son una especie nueva de masoquistas? ¿Disfrutan haciéndose daño? ¡acaso han perdido la maldita cabeza!

Serena cerró los ojos para aplacar en algo los gritos desenfadados de Rei. Yaten carraspeó para disimular una sonrisa malévola.

- Yo creo que se perdieron algunas cosas anoche…pero definitivamente no sus cabezas-

- Podrías callarte ¿por favor?- le exigió Seiya exasperado- haces que este momento sea aún más vergonzoso-

- ¿Te gusta hacer cosas de grandes? pues ahora te aguantas- respondió Yaten con seriedad.

Rei echó humo por la nariz y dio trompicones para salir completamente de su saco de dormir. Parecía un verdadero animal salvaje a punto de embestir a lo primero que se le cruzara en frente y como era sabido que Rei tenía tendencia a fijar como blanco precisamente a Seiya, Serena decidió adelantarse a los hechos y hacer algo para poner fin a esa escena. Caminó hacia ella y la tomó del brazo haciéndola girar.

- Rei por favor deja de gritar no quiero que toda la casa se entere de esto, es mi vida privada, no quiero que sea el chisme del momento-

A regañadientes la aludida apretó la boca pero zapateó con su pie incesantemente presa de la molestia que aún no mermaba. Serena la soltó y suspiró cansada.

- Y por lo demás…eres mi amiga y te quiero pero este tema solo nos concierte a mí y a Seiya. Aprecio tu opinión y también tu preocupación pero lo que sea que suceda me gustaría manejarlo yo por mí misma-

Esperó a que Rei reaccionara a eso pero solo apretó la boca una vez más aunque con más fuerza que antes. Yaten en tanto puso una mano alrededor de su boca para ocultar así una sonrisa de satisfacción. Su amiga era fantástica; nadie como ella para silenciar a la temible Rei. Y Seiya…solo observaba anonadado el arranque de coraje de Serena y el mutismo de Rei. Finalmente ésta asintió en dirección a Serena pero no sin antes apuntar a los involucrados.

- Podría matarlos a ambos en este momento por irresponsables…pero tienes razón. Es tú vida y ya es tiempo de que la manejes a tu antojo, aunque eso no sea de mi agrado-

Yaten se quejó al ponerse de pie e integrarse al grupo. A esas alturas el dolor se había extendido a casi todas partes de su cuerpo.

- Están locos Rei, deberías estar acostumbrada y no enfurecerte tanto-

Rei agitó las manos en un intento por no entrar en una controversial plática acerca de lo incorrecto que consideraba este cambio de reglas entre ellos, tenía la impresión de que empeoraría mucho más las cosas, pero tal como había dicho Serena. después de todo no era su problema.

- Ni siquiera quiero imaginar en como acabará esta vez- sentenció.

Seiya quiso saber a que se refería, especialmente por la forma en la que Serena reaccionó ante aquel comentario.

- ¡Al menos tú te irás, suertuda!- exclamó Yaten medio en serio medio en broma- somos nosotros los que tendremos que lidiar con ellos una vez más-

- ¡Hey! ¡Estamos aquí!- gritaron Seiya y Serena indignados por ignorarles abiertamente.

La bocina de un auto los sobresaltó a los cuatro. Seiya se encaminó hacia la ventana principal y movió la cortina para dar una ojeada.

- El taxi que solicitaron está fuera por cierto- les comunicó- dentro del auto podrán seguir analizándonos sicológicamente- murmuró luego

El alivio en el rostro de Yaten se perdió en una mueca de dolor. Afortunadamente tenía todas sus cosas de dormir y de vestir en la cocina. No habría podido subir las escaleras en ese estado, a menos que hubiera tenido que volver arrastrándose por el suelo.

- Hora de irnos-

- Me iré con ustedes- dijo Rei- Esto se pondrá feo cuando Mina despierte y Thomas vuelva de donde sea que huyó después de jugar al pushing ball con Yaten y no estoy con ánimos de entrometerme en otra pelea-

Tomó su bolso ya listo y abrió la puerta.

-Tengo un día para arreglar mis cosas así que no puedo perder tiempo en arreglarle la vida sentimental a Mina o a alguien más-

Atravesó el umbral y salió al exterior. Yaten movió la cabeza todo lo que el dolor le permitió, reconociendo que el pragmatismo de Rei era una de las cosas que más le agradaba de esa chica. No se complicaba demasiado la vida, si tenía que decir algo lo decía. Si debía hacer algo simplemente lo llevaba a cabo. Igual que él.

- Iré por tus cosas y las mías- dijo Seiya a Serena- ayuda a Yaten a subir al taxi por favor-

- Está bien-

La protesta de Yaten no se hizo esperar pero Seiya ya estaba lejos para cuando logró que su voz sonara amenazadora. Lo cierto es que con el dolor de la mandíbula apenas podía balbucear sin que pareciera que estaba a punto de romper a llorar. Serena se quedó de pie en medio de la sala no sabiendo muy bien qué hacer. Ella y Yaten no habían tenido un muy buen comenzar ese día. De hecho estaba casi segura de que estaba evitando mirarle directamente.

- Bueno- dijo mirando hacia el hecho- el jefe ha ordenado que subamos al taxi así que…-

Dejó que Serena pasara primero y juntos salieron de la casa. Y antes de que transcurrieran menos de diez segundos de un incómodo silencio Yaten pasó un brazo alrededor de los hombros de Serena y la cobijó del frío que obviamente estaba experimentando por llevar ropa tan delgada. Serena se abrazó a él suspirando de alivio. La calidez de Yaten era exactamente lo que había estado necesitando.

- Odio discutir contigo Sere, especialmente cuando mi hermano está involucrado. Es solo que tú, Taiki y Seiya son para mí lo más importante y…-

Serena pasó los brazos por su cintura y aspiró el aire matutino con especial alegría, como si le hubieran devuelto su otro pulmón. Pocas veces discutía con Yaten pero esta vez se había sentido particularmente desagradable.

- No me odies ¿si? Seiya ya lo hace y Rei también…pero si tú me odias…-

Gimió de miedo al pensar en esa alternativa.

- No tengas miedo- murmuró Yaten sintiendo esa emoción- habrá días en los que me enfadaré contigo y otro en los que querré arrojarte al mar ¿pero odiarte? nunca-

Serena suspiró. Yaten podía desenmarañar su alma como nadie y tranquilizarla también.

- ¿Yaten?-

- ¿mm?-

- ¿Crees que cometí un error?-

Llegando al automóvil se detuvieron en la puerta de éste. Serena se apartó ligeramente para apreciar en su totalidad a su amigo.

- Generalmente las relaciones sexuales se mantienen durante el noviazgo y no después así que ustedes tienen un grave error de concepto ahí-

La rubia agachó la cabeza por lo que no pudo ver que Yaten estaba haciendo un esfuerzo sobre humano por mantener la conversación algo más distendida. Ajustó la bolsa de hielo y arregló su malogrado cabello mientras ideaba como responder a Serena

- Okey Sere- dijo con más seriedad- esta es una plática bastante incómoda para mí ¡A mis ojos tú eres como una bebé! ni siquiera imaginarte con mi hermano lo hace más simple, de hecho lo hace mucho peor-

Hizo una mueca de desagrado.

- No se si lo que hicieron fue un error o un acierto pero sí creo que fue una irresponsabilidad y en eso estoy de acuerdo con Rei-

Al ver a Serena afligida, Yaten frotó su brazo desnudo en una especie de conforte.

- Y no es que yo sea un conservador ¡sabes que no! pero conozco a mi hermano y te conozco a ti, ustedes no son los típicos adolescentes que disfrutan una noche de pasión y después continúan con sus vidas como si nada hubiera pasado-

Las confusas palabras de Seiya resonaron en la mente de Serena.

- Sé que ambos estaban intentando a su manera de seguir adelante y creo que realmente lo estaban logrando pero con esto… ¿en que condiciones los deja?-

- Las cosas entre nosotros siguen más o menos igual que antes-

Yaten encorvó un lado de su boca.

- ¿Más o menos?-

Ella no supo qué responder a eso. Yaten suspiró y acarició la mejilla helada de Serena.

- Eso es a lo que me refiero Sere, al menos antes sabías con lo que estabas lidiando pero ahora… ¿conocidos? ¿amigos? ¿más que amigos? ¿simplemente ex novios que recayeron?-

Eso le daba demasiadas cosas para pensar… y definitivamente no podía hacerlo con Seiya llegando en cualquier momento. Como leyendo su pensamiento Yaten miró por sobre su hombro para detectar que su hermano aún estuviera dentro de la casa.

- Lo que sí es seguro es que cuando hay dos personas involucradas como ustedes lo están inevitablemente una de ellas es la que querrá algo más y en este caso es evidente que será Seiya-

La seguridad con la que Yaten afirmó eso le sorprendió y le hizo sentir remordimiento también.

- ¿Eso significa que él me ama más?-

La puerta principal se azotó cuando Seiya la cerró para unírseles. Yaten observó a su hermano mientras se acercaba. A pesar de lo que Serena creía las cosas sí habían cambiado. Seiya había cambiado y le parecía increíble que ella no pudiera notarlo aún. Su hermano había recuperado la fe.

Y perderla otra vez sí que terminaría por destrozarlo.

- Eso significa que tú eres más fuerte y que tienes mucho más claro el escenario, me temo que Seiya no-


Cuando Mina abrió los ojos supo inmediatamente que algo malo había sucedido. Y más que eso, que había hecho algo muy malo. Y había llegado a esa conclusión no solo porque se había despertado con un amargo sabor en la boca, sino que con un persistente dolor de cabeza y un peso en el pecho que nada tenía que ver con las copas demás que había bebido la noche anterior.

La noche anterior…

Había bailado como nunca y reído como loca por las cosas más ridículas que podía imaginar. Y había tomado vaso tras vaso de todo lo que le ofrecieron hasta que las luces se habían vuelto más intensas, difusas y la música más lejana. La gente que se movía a su lado lo comenzó a hacer más lento o eso es lo que recordaba haber pensado en ese minuto así que cuando sus propios movimientos se hicieron torpes y ralentizados decidió ir por un vaso se agua a la cocina y refrescarse. Cuando llegó a la puerta de la cocina tomó la manilla y alguien la abrió desde adentro así que casi había caído y recordaba que alguien la había sujetado para que no se estrellara contra el piso.

Mina se sentó en la cama como si le hubieran dado un golpe de electricidad, más pálida que antes. Yaten había sido el que le ayudó a no caer.

Las manos de Mina volaron hacia su rostro y cubrió con ellas sus mejillas rojas de vergüenza. Le había dicho a Yaten "malvavisco"… ¡malvavisco!, lo había increpado de muy mala manera por su relación tan íntima con Serena, había bailado con él tan cerca que había contemplado sus ojos verdes como nunca antes y luego de todo eso le había confesado que podría haberlo amado con toda su alma.

Hasta ahí alcanzaban sus recuerdos. Todo lo demás era un enorme vacío. No recordaba que había sucedido con Yaten después de eso, ni de cómo había terminado en esa habitación vestida aún de genio rosa y envuelta en una manta con la luz del día perforándole las retinas.

Y quizás era mejor no recordar. Tenía el presentimiento de que la verdad no solo sería humillante sino que además provocaría una enorme alteración en su entorno.

Mina cubrió su cabeza con la manta y gimoteó lastimeramente ¡Como había podido haber dicho eso a Yaten! ¿Qué le había sucedido? ¿En qué había estado pensando? Obviamente en nada cuerdo si había hecho tal cosa.

Se apretó con fuerza cada lado de la cabeza queriendo que el zumbido de su cerebro terminara. No podría mirar a Yaten a la cara. Nunca más, no después de la manera en que le había increpado. Aunque tal vez él en su nuevo espíritu Zen pudiera llegar a entender las circunstancias en las que se había comportado de tal forma. Era una fiesta, estaba algo eufórica y simplemente no midió ni su actitud ni el alcance de su lengua. Si. Era posible que Yaten lo entendiera. Suponiendo que solo le hubiera dicho o hecho lo que su mente alcanzaba a recordar…

Por que eso había sido todo ¿verdad? Un par de palabras, otro par de sonrisas, un baile y ya está.

Tenía que ser así…

Mina bajó la colcha hacia su regazo y contempló la habitación en la que se encontraba. Definitivamente esta no era el mismo dormitorio en el que Serena, Amy y ella habían estado preparándose para la fiesta. Ni tampoco era la habitación de Thomas. En realidad no tenía idea a quien había ocupado la cama.

A propósito de Thomas… ¿Dónde diablos estaba su novio?

Le había buscado ayer en la fiesta por más de media hora pero finalmente se había rendido. Aunque tal vez él sí la había encontrado y llevado hacia esa cama para que descansara y simplemente no lo recordaba.

No obstante eso, era bastante extraño que no hubiera permanecido ahí con ella cuidando por su bienestar. Generalmente sería algo que Thomas haría. Pero Mina no se preocupó demasiado. Era el anfitrión así que seguramente había tenido que quedarse hasta los últimos momentos para comprobar que todo estaba en orden.

La fiesta había sido tan genial como lo había esperado desde principio a fin. No había disfrutado tanto con sus amigas en mucho tiempo y si bien había cosas que escapaban de su mente la sonrisa despreocupada y libre de Serena, los ojos vidriosos de Rei al agradecerles el gesto, los abrazos y gritos desenfadados de Lita, los movimientos tímidos de Amy y Sura e incluso los bailes graciosos de Yun en medio de la pista de baile serían cosas que probablemente jamás olvidaría.

Sí que había sido una celebración memorable tal como Serena había predicho. Y lo mejor de todo es que nada malo había sucedido. Todo había estado libre de los acostumbrados dramas que siempre empañaban sus festejos.

Dos toques en la puerta la hicieron sentarse más recta en la cama.

- ¿Si?-

La cabeza de Lita apareció segundos después.

- Que bien, estas despierta-

Entró aún vistiendo piyama y con ella también lo hizo Yun, la que saltó sobre la cama con su siempre habitual energía, haciendo rebotar de paso a Mina, la que se agarró de las esquinas cuando su mundo perdió el norte.

- ¿Cómo estás?-

- Sedienta- reconoció- y avergonzada ¿alguien me puede explicar donde estaban ustedes cuando mi mundo se apagó?-

Lita, quien no se había detenido a reposar junto con Yun comenzó a hurgar en el bolso de Mina y a sacar ropa para que ésta se cambiara.

- Toma ponte esto y será mejor que lo hagas rápido-

Mina se había perdido momentáneamente con la charla de Yun así que se mostró aún más despistada hacia su amiga.

- ¿Es hora de irnos?-

- No, tú tienes que alistarte y encontrar a tu novio, si es que aún lo es para ti-

Yun hizo un ruidito extraño y se estiró en la cama como un gato amodorrado.

- Debería haber estado aquí anoche, me perdí toda la diversión-

- ¿De qué estás hablando?-

La más pequeña de todas miró a Lita.

- Creo que aún está ebria. Deberíamos darle café-

Pero Lita solo se movía por todos lados sin detenerse, como si no quisiera mirarla directamente. Yun le dio una palmadita en la pierna a Mina y optó por darles algo de espacio a ambas.

- Yo…iré por ese café para las tres. Vuelvo enseguida-

Tan grácil como había caído a la cama, se puso de pie y salió de la habitación. Lita le lanzó a Mina una muda de ropa. Mina la recibió aun confundida.

- ¿A qué se refería Yun?-

- A que ayer la fastidiaste Mina y muy feo, por cierto… ¿Qué de todas las cosas insanas que pasan por tu cabeza se te ocurrió llevar a cabo anoche?-

El presentimiento que había tenido al despertar regresó con furia.

- Que hice- graznó

- Porqué no busqué a Thomas en cuanto te vi así de mal…- se lamentó Lita

- ¡Lita que hice!- gritó Mina histérica, mientras se ponía de pie y alcanzaba a Lita de los brazos. Ésta miró hacia la cama que habían ocupado Mina y Yaten hace un par de horas atrás.

- ¿Qué es lo último que recuerdas?-

Mina lo pensó.

- Estar en la cocina con Yaten, platicar con él un rato, bailar quizás…-

- ¿Y que él te cargara por toda la casa? ¿Qué te quedaras dormida con él en esta cama?-

- Eso…- Mina trastabilló y cayó sentada en la cama- ¿Qué?-

Si hubiera dormido junto a otra persona definitivamente lo sabría. Había bebido un poco, no había quedado en estado vegetal como para no saber eso.

Lita vio el rostro apesadumbrado de su amiga y bajó sus propias revoluciones, se calmó lo suficiente como para sentarse junto a Mina y tomar su mano, en un gesto fraternal y también para detectar si ella aún tenía pulso. Estaba demasiado pálida y callada, en nada parecido a la Mina común y corriente.

- Yo no dormí con Yaten- negó repetidas veces hasta que se mareó- eso no-

- Yo te vi, Mina-

Destellos de la noche anterior llegaron a su cabeza en desordenados fragmentos, pero eran las mismas imágenes que ya recordaba; cocina, charla, baile. De lo que hablaba Lita…no podía ser, no podía ser así de irresponsable, tan poco considerara. Tan irracional.

- Pero…aún tengo mi disfraz puesto…- murmuró a punto de que la voz se le quebrara. Lita sintió como el cuerpo de Mina se empequeñecía y se hacía un ovillo sobre la cama. Lita entendió parte de su preocupación y conmovida, la consoló.

- Y Yaten también lo traía puesto cuando les encontramos-

La sensación de alivio que sintió al oír esa respuesta fue rápidamente reemplazada por un frío que le hizo castañear los dientes.

- ¿Vimos?- dijo enderezándose otra vez- ¿A qué te refieres con "vimos"?-

Frunció el ceño hacia su amiga mientras la cabeza y el estómago le giraban en direcciones contrarias.

- Rei, yo…y Thomas-

La rubia se tapó la boca y gritó un "no" sin voz al principio pero que a medida que pasaban los minutos se transformó en lo único que Mina repitió por el lapso de algunos segundos. Cuando logró hacer que su cuerpo se moviera se puso de pie y comenzó a tirar de su disfraz con violencia.

- ¡la fastidié, la fastidié, la fastidié!- gritó por toda la habitación mientras saltaba en un pie para quitarse los estúpidos pantalones rosa- Thomas ¡Dónde está Thomas!-

Se colocó los jeans que Lita le tenía preparados y peleó a gritos con el velo que pendía de su cabeza.

- ¡Esta maldita cosa no sale!- exclamó a punto de arrancarse un mechón grande de cabello en un tercer intento por removerlo de su lugar de origen. Lita suspiró y la acomodó en una silla obligándola a quedarse ahí mientras hacía el trabajo por ella.

- Te quedarás calva si no te ayudo con eso-

Las manos de Mina temblaban.

- Solo apúrate ¿si? tengo que hablar con Thomas- pidió

Lita sacó los pasadores negros enterrados en el cabello de Mina y liberó parte de los mechones que de alguna extraña manera habían terminados unidos al velo.

- Mina, antes de que salgas de esta habitación tienes que saber otras cosas más-

- No tengo tiempo ¡mi novio debe creer que soy una infiel en estos momentos!-

La silla se movía junto con el cuerpo de Mina.

- Tu novio no está en casa y antes de que se marchara de aquí con rumbo desconocido golpeó a Yaten muy duro-

La espalda de Mina se congeló y hasta puede ser que crujiera un poco. O tal vez fue solo la silla que prácticamente se desarmó cuando la rubia se afirmó de ella para no caer.

- Thomas no está… ¿y Yaten está herido?-

Volvió a taparse el rostro con ambas manos justo cuando un ataque de desesperación estaba a punto de apoderarse de su sistema. En ese preciso instante Yun entró a la habitación cargando una bandeja con tres tazones humeantes de café y bocadillos dulces. Dejó la bandeja en una mesa cercana a la puerta y corrió hacia una jadeante y pálida Mina.

- ¡Hey! ¡Está hiperventilando! ¡Mina respira!-

Pero no podía hacerlo, simplemente el aire no circulaba. Lita corrió por la habitación tan alterada como su amiga, luego se dirigió hacia la puerta, bajó las escaleras con tanta prisa que casi cae en los últimos dos escalones y regresó con una bolsa de papel color marrón. La puso en las manos de Mina y la obligó a llevársela hacia su boca.

- ¡Respira ahí! ¡Vamos!-

El rostro enrojecido de Mina por la falta de oxígeno se hundió en el cartucho de papel. Gimió con cada respiración y pataleó otro poco hasta que recuperó el ritmo normal de ventilación. No obstante eso, fue imposible dejar de sentir el corazón en el centro mismo de su garganta. Yun tomó una taza de café y se la acercó a Mina.

- Toma, bebe algo caliente. Te ayudará a estabilizar la presión-

Obedeció y tragó dos sorbos de la taza que la chica estaba sosteniendo para ella. Mina se limpió la boca con el dorso de la mano y les indicó que ya estaba mejor, aunque no podía formular eso con palabras.

- Tengo que…- dijo con voz rasposa- tengo que buscar a Thomas, llamarlo y saber donde está. Y tengo que ver a Yaten y también saber como está-

Yun se colocó al lado de Lita y le facilitó la taza que le pertenecía a ésta. Ambas bebieron y se inyectaron su propia dosis de cafeína.

- Yaten tampoco está- comentó Yun con la taza pegada a su boca- se ha marchado. Y también lo han hecho Seiya, Rei y Serena. Ah y Amy, aunque ella lo hizo anoche-

- ¿Cómo es que sabes todo eso y nosotras no?-

La nariz de Yun dio un respingo y se le vio triunfante.

- Bueno soy periodista ¿no? o intento serlo. Y además Seiya entró hace como una hora a la habitación que supuestamente compartiríamos con Serena y recogió sus cosas. Dijo que tenían que llevar a Yaten al hospital, luego los cuatro se subieron a un taxi y se marcharon. Debo decir que tú y Serena son las peores compañeras de pieza de la historia. Ninguna durmió conmigo-

Mina volvió a ponerse de pie y a funcionar como una posesa ¿Cómo es que había pasado todo eso? Se sacó la parte de arriba de su disfraz a tirones y se colocó un sweater gris. Se puso de rodillas para buscar sus zapatillas deportivas con las que había llegado el día anterior.

- Tenemos que volver a la ciudad, averiguar que tan mal está Yaten y localizar a Thomas de inmediato-

Se estiró para alcanzar la zapatilla más alejada del borde de la cama.

- En qué orden Mina-

Con la yema de los dedos casi podía sentir su zapatilla, solo faltaba un esfuerzo más.

- Mina- volvió a llamarla Lita

Cuando finalmente la tomó entre sus manos la desabrochó y se la colocó en el pie correcto. Tomó la otra y ató bien los cordones.

- Mina qué harás primero-

- ¡Ya te oí, maldición!- gritó al borde de las lágrimas- ¡que acaso no ves que no sé que hacer!-

Rompió a llorar ahí mismo mientras atraía sus rodillas hacia su torso y se balanceaba descontroladamente. Yun y Lita dejaron las tazas sobre la bandeja y se agacharon para estar a su lado para cuando necesitara un hombro al cual aferrarse.

- Mina, lo siento- musitó Lita arrepentida de presionarla hasta ese extremo- no quise…-

Yun acarició su espalda mientras Lita abanicaba su rostro con una revista que había encontrado bajo la cama.

- Tienes que tranquilizarte pequeña y ser más práctica, así que te ayudaré con eso-

Le facilitó una servilleta para que limpiara su rostro y volvió a insistir en que bebiera más café y Mina lo hizo con ganas. Cuando Yun comprobó que Mina se hallaba en mejores condiciones se propuso a ayudarle tal como le había prometido.

- Estás preocupada por ambos, es normal y lo comprendo pero Yaten debe de estar a kilómetros atendiendo sus golpes en el sitio adecuado junto a gente que se preocupa por él. Por el momento no puedes hacer nada-

Mina asintió sorbiendo su nariz con la servilleta.

- Thomas está solo, enojado y siendo miserable en algún lugar de esta playa creyendo que le has engañado delante de su nariz y en su propia casa-

Lita cogió a Mina de la cintura y la puso de pie junto con ella. Yun en tanto tomó de la cama un abrigo y se lo pasó a Mina.

- Las heridas de Yaten aún estarán en su cara cuando le veas, pero no se si Thomas esté cuando le busques para aclarar este malentendido-

Era cierto. Todo lo que Yun le decía era cierto. Thomas era su novio y a esas alturas seguramente creía que los cuernos sobre su cabeza se veían desde el otro lado de la ciudad. En cambio Yaten era… era quien había recibido el castigo en su nombre. Tenía que hacerse cargo del problema como la chica grande y madura que era. O que al menos creía ser y por el momento el mal mayor a controlar era Thomas.

Se ajustó el abrigo y se golpeteó las mejillas para enfocar toda su atención en encontrar a su novio.

- Tienes razón. Tengo que hallar a Thomas y explicarle lo que ocurrió. Por favor espérenme por si las cosas se salen aún más de control-

Ambas chicas le dieron un corto abrazo y cuando Mina corrió hacia el primer piso Yun y Lita se volvieron a sentar en la cama con sus respectivas tazas de café en actitud reflexiva.

- Debo confesar- dijo Yun mientras abría una bolsa de bocadillos dulces- que por un segundo creí que Mina elegiría ir tras Yaten-

Le ofreció parte del contenido a Lita y ésta aceptó gustosa.

- Si, yo también lo creí-

Las dos masticaron sin apuros tal vez llegando a la misma no tan sorprendente conclusión.

- ¿Y si nosotras lo averiguamos así de fácil?- comentó Yun limpiándose las manos- ¿cuánto tiempo más crees que tarde Thomas en hacerlo?-


Apenas cinco minutos de viaje camino al hospital habían transcurrido cuando Serena cerró los ojos y buscó respaldo en las piernas de Rei para apoyar la cabeza. Afortunadamente el automóvil era amplio así que no hubo problema en que se recostara y se dejara vencer por el agotamiento. El sueño simplemente era más fuerte que cualquier otra cosa, especialmente cuando todo en ella estaba relativamente en paz. Rei desenvolvió su saco de dormir y lo estiró sobre ella para que no se enfriara el viaje era largo así que la dejaría descansar el máximo de tiempo. Seiya en tanto acomodó un par de prendas, las envolvió en una toalla y las colocó tras la cabeza de Yaten de tal manera que pudiera reclinarse y hacer el trayecto al hospital menos molesto. Yaten también cerró los ojos aunque pretender dormir con el dolor que sentía era imposible lo haría más que nada para concentrarse en otra cosa que no fuera el pronóstico que los doctores le darían de sus heridas.

Así que los únicos que estaban en un cien por ciento presentes en el automóvil eran Rei y Seiya, la peor combinación de todas las posibles. Llevaban demasiado tiempo sin dirigirse la palabra y cada vez que lo hacían no era precisamente para decirse cosas amables, por el contrario, había una guerra declarada entre ambos que no mostraba señales de apaciguar. La cabeza de Yaten rebotó en el hombro de Seiya y abrió los ojos de golpe. Seiya sonrió.

- Deberías intentar dormir-

- ¡Bah!- bufó bostezando- no soy como Serena que puede quedarse dormida en cualquier lado, necesito un mínimo de comodidad. Además me da temor a ti y a Rei solos en tan reducido espacio-

Rei, quien había permanecido mirando por la ventana el paisaje matutino volteó al oír su nombre.

- ¿Eh? yo no he hecho nada-

Y era cierto, cosa que le parecía bastante rara a los dos hermanos.

- Si…ese modo pasivo tuyo me da mucho más miedo que el otro- confesó Yaten

Seiya se removió incomodo. El espacio que compartían era menos que reducido como para esquivar un ataque de la guerrera del fuego. Si se lo proponía podría dejarlo fuera de combate en segundos.

- Verás- dijo Rei mientras acariciaba el cabello de Serena con calma- me he dado cuenta de algo. Amenazar a Seiya no tiene sentido-

Seiya prestó atención. Yaten se inclinó ligeramente hacia delante con una mínima sonrisa.

- ¿Ah, no?-

- No- respondió Rei segura de sí- creo que nada de lo que digamos o hagamos en contra de él funcionará. Para asegurarnos de que esta vez Seiya entienda hay que tocar su fibra sensible y esa no eres tú, ni Taiki, ni siquiera él mismo-

Rei miró hacia abajo, hacia donde estaba Serena dormida, ajena a lo que estaba platicándose a su alrededor. Yaten sintió como un sudor frío parecido al hielo que sostenía en la mano le recorrió la espina dorsal.

- Qué quieres decir con…-

- Dime Seiya- interrumpió Rei sin prestarle atención- ¿Te han comentado lo que sucedió con Serena después de que terminaste con ella?-

El cuerpo de Yaten se petrificó en tanto Seiya solo atinó a negar totalmente ignorante en el tema. Francamente había tenido la curiosidad de saber que había pasado e incluso le había preguntado a Yaten pero su hermano había evadido la pregunta, como si la respuesta fuera difícil de ventilar.

- No, yo…-

- Rei, basta- le amenazó- no es necesario. Seiya ya lo comprendió-

- Pero yo quiero saberlo- insistió Seiya para su propio pesar- me lo he preguntado varias veces-

Yaten tomó la muñeca de su hermano.

- No, no quieres confía en mi-

La firmeza en las palabras de Yaten le hicieron dudar por un instante pero no lo suficiente como para desistir. Para Seiya saber ese tramo de la historia se había transformado en una necesidad más que cualquier otra cosa que pudiera ocupar su mente en ese momento

- Rei por favor cuéntamelo-

Ella se encogió de hombros con cierto aire de triunfo.

- Ya oíste a tu hermano, Yaten-

Éste apoyó la espalda en el asiento con brusquedad mientras el dolor de cabeza aumentó su frecuencia hasta límites insospechados. Arrancarse el rostro con las uñas se oía mucho mejor que quedarse en ese automóvil por más tiempo.

- ¡Esto es absurdo! -

- No, no es absurdo- le respondió Rei controlando su incipiente mal humor- es necesario. Si Seiya quiere andar por el mundo haciendo cosas que lo lastimen a sí mismo perfecto, pero quizás lo piense dos veces si con eso lastima a Serena, así que considera esto mi regalo de despedida-

Se aclaró la garganta con suavidad y percatándose de que Serena aún permanecía dormida se dispuso a hablar.

- Cuando salimos de la habitación en la que nos hacinamos para que ustedes platicaran encontramos a Serena tirada en el suelo, con las manos sangrando-

El estómago de Seiya fue retorcido, volteado y vuelto a poner en su lugar por una fuerza que no tenía nada que ver con el constante movimiento del automóvil.

- ¿sa…sangrando?- graznó, con la vista pegada a cada parte de la piel de Serena que estuviera a la vista. Yaten movió la cabeza críticamente. Con solo escuchar la voz ahogada de Seiya supo lo malo que había sido permitir a Rei seguir con aquel absurdo.

- Si, sangrando- contestó Rei algo más despacio- pero afortunadamente no estaba sola. Darien estaba con ella, intentando averiguar porque su ex novia estaba en medio de la sala medio muerta con las manos goteando rojo-

Rei se acercó hasta un choqueado Seiya.

- ¿Qué piensas tú cuando te encuentras con una escena así?-

Escondió la mirada de los inquisitivos ojos de Rei para que ésta no pudiera descifrar lo que pasaba por su cabeza, eran demasiadas ideas y ninguna de ellas concluía en un buen resultado,

- Lo peor- continuó Rei al rato- eso piensas y se te vienen ideas locas a la cabeza, las mismas que están rondando la tuya en estos momentos, gracias a Dios las heridas eran superficiales y no se las había hecho ella-

Seiya alzó la cabeza luciendo algo más aliviado luego de oír aquello.

-Y aunque no lo creas eso no fue lo peor-

El rostro de Seiya volvió a contraerse. Yaten suspiró pesadamente ¿cuánto más contaría Rei a su hermano? ¿Cuánto más resistiría Seiya?

- Ella no hablaba, ni reaccionaba, ni siquiera oía o veía a los que estaban a su alrededor. Lo único que Serena repetía una y otra vez era "que le dolía" y cuando intentamos levantarla del suelo no pudimos hacerlo. Darien no pudo con ella, Mina no pudo con ella, yo no pude con ella. Su cuerpo era como una masa pesada e inerte-

Rei acarició una vez más el suave cabello de Serena. Recordar esas escenas era tan doloroso para Seiya como para la propia Rei. Incluso Yaten que se había mantenido en el más completo silencio estaba siendo afectado por el cruento relato.

- A esas alturas todo era un caos: Darien estaba petrificado y tan molesto, Mina lloraba, Amy y Lita enmudecieron y yo quería arrancar tú traquea de un solo tirón. Los únicos que mantuvieron la cordura fueron tus hermanos, gracias a Dios. De hecho fue Yaten quien logró que Serena diera indicios de que aún estaba lúcida-

Seiya dio un vistazo a su hermano quien aún permanecía con los ojos cerrados.

- Que le dijiste para que ella…-

Las cejas de Yaten se juntaron mientras habría los ojos con desazón.

- No lo sé no lo recuerdo esos días fueron muy confusos-

Su iracunda mirada se dirigió luego hacia Rei.

- ¿Es necesario tener que revivir esto otra vez? ¿Eres una especie de sádica o algo así?-

La mano de Seiya sobre su hombro fue lo único que le impidió seguir arremetiendo hacia la chica.

- Yo no lo estoy reviviendo, recién me estoy enterando. Por favor…dime-

La cabeza de Yaten cayó hacia delante vencido por las circunstancias.

- Le dije que yo no podía hacer que el dolor se fuera pero que podía ayudarla a sobrellevarlo. Luego ella…ella reaccionó y lloró, gritó, me golpeó, me rasguñó hasta que volvió a apagarse. Se recostó en mi regazo, la envolví en una manta y la cargué a casa-

Intentó hacer de esa descripción algo objetivo y carente de emoción pero simplemente no pudo evitar sonar afectado por la secuencia de imágenes que le bombardearon. Seiya asintió en silencio.

- Y luego transcurrieron tres días- dijo Rei mojándose los labios, como si no eso alejara la impotencia que sentía- Tres días en los que Serena no salió de su habitación, salvo para ir al baño. No comió, no durmió, no habló con nadie. Setenta y dos horas en las que vimos la vida de Serena pender de un hilo…ni siquiera ver sería el término más adecuado. Por que nadie la vio, así que probablemente podría haber muerto sola sin que nadie de nosotros la viera-

Eso era todo. Yaten ya no lo soportaba más así que pondría un alto.

- ¿No crees que ya es suficiente drama, Rei?-

- Él necesita saber-

- ¿Y crees que preocupándolo de esta forma lo lograrás?-

Serena se removió de un lado a otro y murmuró algo imposible de traducir, haciendo que la conversación se interrumpiera. Hasta que no constataron que la rubia aún permanecía dormida no se atrevieron a proseguir con ella. Yaten se cruzó de brazos y cuidó que su tono de voz no sobrepasara otra vez el límite.

- Además estás dejando a Serena como una especie de desequilibrada mental-

Seiya evidenciaba en su rostro los resultados de tan calamitosa charla, tenía temor incluso de mirar hacia Serena, de seguro estaba imaginándola pasar por todo ese proceso que se había iniciado justo en el momento en que él había cerrado tras de si la puerta del apartamento de Lita. Casi no podía creerlo…se había visto tan segura y resuelta aquel día que nada le habría hecho sospechar que se desataría una crisis emocional en su interior.

-Seiya-

Levantó la vista hacia Yaten, quien había arrastrado su cuerpo algo más cerca al suyo.

-Ella no estaba sola ¿si? ni loca, ni mucho menos en peligro de muerte. Estaba perdida y muy alejada de la imagen que tenemos de Serena y por momentos creí que no podría traerla de vuelta pero no me hubiera rendido-

Observó primero a Serena luego fugazmente a Rei hasta que finalmente su mirada recayó otra vez sobre su hermano.

-Yo no lo hubiera permitido ¿lo entiendes?- continuó en susurros- jamás habría dejado que eso ocurriera porque se la habría arrebatado a la oscuridad así como ella lo hizo conmigo, porque esa es mi misión, Seiya: protegerla y estar a su lado cuando ella no pueda con sus problemas por sí misma-

El silencio que había caído sobre el pequeño grupo se prolongó hasta que Rei, con una mezcla de asombro e intriga se inclinó ligeramente en dirección a Yaten, todo esto sin moverse demasiado para no despertar a Serena. Había algo en el discurso de Yaten que había captado su total atención.

- ¿Cuando dices "esta es mi misión…"?-

Dudó un segundo antes de responder. Al parecer esa sería una mañana de revelaciones…

- No lo digo de manera figurada. Yo soy el guardián de Serena por petición de la mismísima Reina Serenity-

Tanto Seiya como Rei no ocultaron su impacto. Esto era un escenario completamente nuevo.

- ¿Desde cuándo?-

-¿Por qué nunca dijiste nada a nadie?- preguntaron al unísono

Era la primera vez que compartía con alguien más ese secreto que tan férreamente había mantenido para sí, pero ya era tiempo de dejar algunas cosas en claro.

- Luego del ataque del enemigo en donde resulté herido mi presencia fue transportada a la morada de la Reina Serenity. No sé por cuanto tiempo ni cómo eso fue posible, yo solo abrí mis ojos y ella estaba esperando por mí-

Recordó vívidamente lo que había pensado del paisaje mágico que le rodeó y por supuesto de lo que la figura de la Reina había causado en su persona. Lo hermosa que era solo podía ser comparado a la belleza etérea de los ángeles. La Reina Serenity solo podía tener cabida en el mundo de los sueños.

-Me explicó que Serena había intervenido en mi destino y que por esa razón el mío estaría ligado al suyo eternamente y que partir de ese instante debía cuidar de Serena, volverme su guardián, su protector-

Seiya sacó algunos cálculos mentales. Habían transcurrido ya varios meses desde que su hermano había estado internado en aquél hospital. Eso quería decir que Yaten había mantenido aquella información en reserva más tiempo del que habría podido imaginar.

- Y contestando a su otra pregunta…no lo comenté con nadie porque con la petición de la Reina o no habría asumido esa responsabilidad sin dudarlo ni un segundo. Para mí nada cambió, ya venía cuidando de Sere antes de eso así que mencionarlo no iba al caso-

Seiya una vez más mostró signos de preocupación ¿Qué es lo que había visto la Reina que se había atrevido a solicitar protección extra para su hija? ¿Y por qué no había sido él la persona llamada a cumplir con ese encargo? fue ahí cuando la preocupación de Seiya se acrecentó ¿Y si la misión de Yaten era proteger a Serena de él?

- ¿Por qué la Reina te pidió algo así?- preguntó Rei prácticamente leyendo la mente de Seiya- ¿Acaso creyó que Serena corría peligro o que nosotras no somos suficientes y envió a un guerrero adicional?-

Él negó.

- Yo no tengo poderes sobrehumanos Rei, si el enemigo nos atacara yo no podría hacer mucho más que un hombre común. Además no creo que Sere necesite protección en ese ámbito-

Sonrió en dirección a Serena, la que aún descansaba profundamente en el regazo de Rei. Le parecía ilógico que la Reina le pidiera a un chico común y corriente proteger a la chica más poderosa del universo así que cuando ella se lo propuso supuso que se refería a una especie diferente de protección.

- Pero al parecer sí la necesita en otro aspecto- concluyó Rei- o al menos eso creyó la Reina-

Rei era muy rápida al momento de sacar conclusiones en cambio Seiya lucía mucho más pensativo, como si aún estuviera decidiendo qué creer.

- Desde el accidente siento que mi alma es un reflejo de la de Serena, no se cómo explicarlo pero… algo de ella se quedó en mí. Y no se si eso la volvió más fuerte o más débil pero pienso que la Reina no se quiso arriesgar-

La boca de Seiya se apretó en una mueca apretada. Estaba desconcertado por lo que Yaten había develado pero no tan sorprendido como creyó que lo estaría. En su interior sabía que la conexión entre su hermano y Serena era espiritual más física y terrenal, pero aún así no podía dejar de sentirse herido y algo culpable por haber malentendido tanto las cosas.

- No comprendo porque callaste esto… ¿no crees que si me lo hubieras comentado habría entendido mucho más fácil lo que sucedía entre ustedes dos?-

Yaten resopló airado.

- ¡Seiya te lo expliqué una y otra vez! yo amo el corazón de Serena ¡pero no lo quiero para mí! nunca ha sido de esa forma. Yo solo deseo cumplir con mi promesa y no porque una Reina me lo haya ordenado sino porque cuidar de ella, ser su guardián ya estaba en mi sangre desde antes, es parte de mi… -

Bajó el volumen puesto que había puesto demasiado ímpetu en aquellas palabras.

- una parte con la que no te sientes para nada a gusto- continuó- por eso es que preferí guardar silencio. Si ya te sentías incómodo con nuestra cercanía probablemente habrías reaccionado mucho peor con esto, pero ahora ya lo sabes así que… ¡sorpresa!-

Abrió los brazos con fingido júbilo e hizo a su espalda rebotar en el asiento, recostando su cabeza en el vidrio.

- Y ahora por favor terminemos con esto de las lecciones y escarmientos. Creo que ya se me partió el cráneo por culpa del dolor de cabeza y Serena podría despertar en cualquier momento ¿Así que podríamos solo terminar el viaje en paz y en silencio?-

La carretera principal solo estaba a unos cuántos kilómetros, incluso ya se podía detectar en mayor flujo de vehículos y los altos edificios que le decoraban. Eso significaba- para alivio de Yaten- que no faltaba mucho para llegar al fin al hospital. Podría incluso suplicar por un poco de anestesia generalizada si con eso podía olvidar las últimas doce horas.

- ¿Rei?-

La voz de Seiya se oyó como un murmullo lejano

- ¿mm?-

- No lo olvidaré. Nada de lo que dijiste-

- Sé que no lo harás- respondió ésta en el mismo reservado.

Eso era un avance. Al menos esos dos estaban hablando sin que las descalificaciones salieran a escena. Al parecer los milagros sí existían.

- ¿Yaten?-

El aludido abrió los ojos pesadamente.

- Qué, Seiya-

No quiso que sonara tan molesto como sonó pero ¡qué rayos! estaba herido y adolorido al extremo.

- Eres un buen guardián, el mejor que Sere podría tener-

Algo en el corazón de Yaten se ablandó. Quizás fue la voz suave de su hermano o quizás el dolor lo estaba trastornando pero de pronto sintió la imperiosa necesidad de decirle algo más, no precisamente para tranquilizarlo sino más bien para dar por finalizado ese capítulo de la historia.

- Seiya, eres mi hermano y te amo así que te diré exactamente lo que le dije a Serena antes de salir de esa casa. Lo que sea que esté sucediendo entre ustedes…si vas a romperle el corazón prefiero no estar presente cuando lo hagas así que por favor intenta no hacerlo y si lo haces… no temas. Yo estaré ahí para cuidar de él-

A duras penas le sonrió y acompañó el gesto con un guiño de su ojo del lado de su rostro que dolía menos.

- Tú lo has dicho; soy un muy buen guardián-


Mina recorrió la playa envuelta en una frazada pero aún así tuvo dificultades para capear el frío matutino. Pero tenía que soportarlo si quería hallar cualquier pista que la condujera hacia Thomas. Su automóvil no estaba en donde lo había aparcado y la verdad es que eso la atemorizaba un poco. Si había salido de la habitación tan descontrolado como Lita le había relatado, conducir en ese estado en medio de la noche era un ingrediente que empeoraba mucho más la situación. Quizás tendría que visitar a dos chicos en el hospital…

- ¡Thomas!-

Lo molesta que estaba con él competía equilibradamente con la preocupación que estaba comenzando a sentir por su ausencia prolongada. Cansada de sacudirse cada dos minutos la arena de los zapatos, Mina se sentó en la playa y dejó que el ruido del mar la relajara.

Quizás Thomas había vuelto a casa y en esos momentos estaba plácidamente dormido en su cama mientras que ella figuraba helada en la intemperie cansada y con ganas de mandar todo por un tubo al fondo del mar.

- ¡Donde estás, maldición!- gritó con todas sus fuerzas- ¡te mataré en cuanto te vea!-

Pateó la arena que tenía enfrente y volvió a levantarse para proseguir con su camino. Siguió unas tenues huellas que permanecían en la arena y que no habían sido borradas por la marea, marcas de pisadas prácticamente borradas que avivaron su esperanza. Sacudió la frazada teniendo cuidado de que los granos de arena no entraran a sus ojos, cuando una luz brillante e intermitente en el horizonte rompió su concentración. Estaba aproximadamente a dos kilómetros por lo que tendría que acelerar el paso antes de que perdiera el punto de referencia.

Corrió hacia ella mientras sus músculos resentían la elevación del terreno. La luz debía de provenir de un lugar muy por sobre el nivel del mar. Un mirador…o un aparcadero de autos.

- ¡Thomas!- gritó

Divisó unas escaleras que conectaban la playa con lo que había supuesto: un estacionamiento y en él un automóvil solitario se distinguía aún a distancia. El sol, que ya se estaba elevando en el cielo se reflejaba en las ventanillas del carro, de ahí el brillo que había vislumbrado. Descansó agotada en la muralla junto a la escalera y uno a uno subió los escalones.

Ya en el final de ésta vio el automóvil gris de Thomas y a él sentado sobre el capó de éste, mirando hacia el mar con un café humeante en la mano y una bolsa de frituras abierta en su regazo. "Que bien"- pensó Mina- "Él estaba desayunando cómodamente mientras que ella había recorrido media playa aún con los síntomas de la resaca en su cuerpo y sin siquiera haber probado bocado".

Cuando Thomas oyó pasos a su costado se volteó rápidamente. Sus ojos se abrieron sorprendidos al constatar de quién se trataba. Era obvio que no esperaba verle ahí.

- Mina…- susurró en su dirección. La mirada de Thomas pronto recuperó el tono que pretendía darle; el de indiferencia y volvió a mirar hacia el mar.

La lengua de Mina por poco suelta un par de improperios y lo cierto es que consideraba que tenía varias razones para hacerlo. Golpear a Yaten, salir huyendo en medio de la madrugada, preocuparla, hacerla pasar hambre, frío y ahora ignorarla como si se tratara de una mosca ruidosa y molestosa. Lo malo es que lanzarlos a la nuca de Thomas no tenía la misma gracia que hacerlo frente a él así que tuvo que moverse para volver a apreciar su rostro.

- ¿Cuanto llevas aquí?-

- Un par de horas-

El viento soplaba aún más fuerte en ese lugar así que Mina protegió sus brazos con la frazada.

- ¿No piensas volver a tu casa?-

Thomas se hundió de hombros.

- No quiero ver a nadie-

- Ya veo…- contestó Mina midiendo muy bien su respuesta- creo que eso también me incluye a mi-

Le estaba dando la oportunidad de dar una respuesta más concreta que esa. Un "si" o un "no" habría bastado para hacerse a una idea de lo que tendría que enfrentar con Thomas pero en cambio él mantuvo ese molesto silencio que la dejaba con la misma incertidumbre.

Cansada de esperar a que Thomas dijera algo Mina se cuadró de hombros y se plantó frente a él, después de todo no había decidido ir a buscarle para quedarse observando su hosco perfil.

- Thomas, creo has cometido un error- dijo con una voz que se pudiera oír por sobre el rugido del mar

Él sonrió y desvió ligeramente la mirada hacia ella.

- ¿Yo he cometido un error? ¿Yo Mina?-

La mano con la que Thomas sostenía el café estaba ligeramente sonrosada y algo más grande de lo normal. La hinchazón que presentaba no era normal. De seguro era la mano con la que había golpeado a Yaten.

- Lo golpeaste sin siquiera oír una explicación- habló Mina con control de sus emociones- sin oírme a mí-

Thomas volvió a guardar silencio haciendo que los nervios de Mina se crisparan una vez más.

- Nos quedamos dormidos- explicó, aunque Thomas no estuviera interesado en oírle- o al menos yo lo hice primero. Yaten se quedó cuidándome... creo que yo se lo pedí aunque no lo recuerdo muy bien, es por eso que lo encontraste ahí-

Actuar pasivamente la estaba matando, ese no era su estilo así que Mina se deshizo de la frazada y trepó al capó del automóvil como un hábil felino para así alcanzar a su esquivo novio. Lo tomó del rostro para evitar que la evitara una vez más.

- No estábamos haciendo nada malo. Tú lo viste por ti mismo-

Él cerró los ojos y cuando los volvió a abrir notó lo vacíos que lucían, muy diferente a como normalmente se veían.

- Hace una semana apenas si le dabas el saludo de los buenos días y ahora se ha transformado en tu guardaespaldas personal ¿Qué está sucediendo?-

- ¡Por qué dices esas cosas!- gritó Mina agarrándolo de las solapas de su cazadora- Tú mismo me dijiste la primera vez que platicamos que con el tiempo el dolor que Yaten me había hecho sentir se iría transformando en agradecimiento por los buenos recuerdos que compartimos ¡Eso es exactamente lo que ha sucedido! ¡He avanzado!-

La mandíbula de Thomas se marcó por sobre la piel de su rostro.

- ¿No te parece que deberías haber intentado con un apretón de manos primero antes de compartir la cama con él?-

La mano de Mina se estampó en su mejilla incluso antes de que Thomas dijera algo más.

- ¡No te permito que me insultes!-

Bajó del capó del automóvil con menos gracia que antes y con la intención de volver a casa. Era la segunda vez en menos de dos semanas que Thomas la trataba de manera maleducada y no contaba con la resistencia física ni mental como para quedarse más tiempo ahí sin llorar. El orgullo de Mina Aino estaba siendo herido a fondo y era hora de ponerlo a salvo.

Thomas se acarició la mejilla y movió la quijada con una mueca de dolor.

- Supongo que me merecía eso-

La frazada que Mina había usado para protegerse del frío fue recogida del suelo por ella cuando se preparaba para marcharse de ahí. El camino era largo así que sería mejor hacerlo pronto. Pero Thomas ya se encontraba en el suelo y la sujetó del hombro, haciéndola detenerse

- Pero lo que no me merezco es abrir una puerta y hallar a mi novia aferrándose a la mano de otro…como si no quisiera dejarlo ir-

Mina se sacudió pero Thomas se aferró a ella esta vez con más energía.

- He sufrido bastante en mi vida como para tener que vivir además con dudas y engaños. Así que te lo pregunto una vez Mina, solo una vez ¿Aún quieres esto?-

¿Cómo es que la mejor noche del último tiempo se transformaba en el peor despertar jamás vivido?

- ¡Solo dormimos!- gritó con desesperación- ¡qué tengo que hacer o decir para que entiendas!-

Estaba harta de repetirlo. Era cierto que había caído en algunas indiscreciones en presencia de Yaten, especialmente la parte en la que le había dicho "En otra vida podría amarte", pero eso era todo. Lo demás había sido un completo accidente y aún así Thomas la estaba tratando como si fuera un alma condenada a la cual había que apedrear por los pecados cometidos. Había hablando en pasado y había respetado totalmente a Thomas y a pesar de eso ¡La estaba juzgando como a una delincuente!

Los brazos de Thomas cayeron a su lado viéndose pesados.

- No es solo eso, Mina-

- ¡Entonces qué!- exclamó con la voz ya gastada de gritar- ¿Cual es tu mandito problema?-

Había otra cosa. Algo por lo que Thomas se estaba comportando de esa manera. Tal vez alguien le había comentado algo o él había visto una situación que le preocupaba, que lo hacía ver tan dubitativo, tan renuente a oír su explicación. Mina comenzó a sentir que lo ocurrido la noche anterior era solo una parte del conflicto.

- ¡Todo!- respondió Thomas sorprendiéndola

Caminó de un lado a otro lanzando el vaso de café lejos. Mina esperaba que no hubiera caído sobre alguna persona o algún animalito inocente que hubiera decidido hacer una caminata matutina. Al parecer Thomas había perdido totalmente su conciencia humana y animal. Luego de ese arrebato Thomas buscó apoyo en su automóvil y se dejó caer sobre él pesadamente.

- Toda esta semana me he sentido muy extraño. Al principio pensé que eran nervios por un examen, por el partido de la próxima semana o por esta fiesta pero…pero comencé a notar que sucedía cuando Yaten estaba cerca, como si tuviera que estar constantemente alerta en su presencia-

¿Se había sentido así toda la semana y no le había comentado nada? Mina se acercó, en parte temerosa de seguir oyendo, especialmente cuando Yaten tenía todo que ver en el problema.

- Eso es absurdo- dijo con una sonrisa nerviosa- ¿Por qué Yaten te hace sentir así?-

Thomas la miró, como decidiendo si creer realmente si la respuesta de Mina era honesta. Pero sus ojos estaban tremendamente abiertos y su expresión era de total confusión. Eso hacía que le costara aún más contestar a sus preguntas.

- ¿Aún no lo comprendes?- le murmuró abatido- no es Yaten quien me hace sentir así. Eres tú y como te estás comenzando a comportar frente a él-

Mina retrocedió dos pasos ¿De qué estaba hablando Thomas? estaba tan impresionada que ni siquiera fue capaz de pensar en lo que él le estaba recriminando. Thomas alzó la vista hacia su novia. Sus ojos estaban tan opacos y tan tristes… Mina había visto esa expresión antes y una sensación de pérdida la embargó.

- Es la forma en que le miras cuando aparece; como si compartieran un secreto o algo así. Y la manera en que tu cuerpo se gira imperceptiblemente en su dirección, como si la gravedad te empujara hacia él-

Enrojeció sin ninguna razón aparente ¿Era cierto lo que Thomas le estaba diciendo o tan solo era producto de una excepcional imaginación? Y de ser cierto ¿Alguien más lo había notado? Thomas escondió las manos en los bolsillos de su cazadora aunque Mina pudo notar que sus dedos temblaban, tal vez de frío, tal vez por algo más.

- Me atemorizas hasta los huesos Mina- reconoció al rato - y me duele también. Creo que tus sentimientos están cambiando pero estás tan concentrada en negármelo que no ves la realidad-

Mina se cruzó de brazos y volvió a sonreír, pero esta vez con un poco más de soberbia de la que pretendía demostrar.

- ¿Y cual es esa realidad según tú?-

La barbilla de Thomas se hundió dentro de su cazadora.

- Que el Yaten que se ha ido construyendo en estos últimos meses, especialmente después de que Serena lo reviviera, te gusta. Solo que no sabes como enfrentarte a eso ahora que lo has descubierto-

La brisa marina desordenó su cabello por completo dejándolo hecho un desastre que ni un peine mágico sería capaz de desenredar, pero nada podría haber volteado más su mundo que las palabras que acababa de oír de la boca de su mismísimo novio. Necesitaba sentarse o al menos tomarse un par de minutos para pensar así que tomó la única opción que se veía a la vista; sentarse junto a Thomas. Cuando lo hizo se dio cuenta que no sabía qué decir, no había absolutamente nada inteligente o al menos acertado que responder. Y Thomas necesitaba una respuesta.

No, era más que eso. Él merecía una respuesta, por ser el hombre al que amaba, por ser la persona más honesta y maravillosa que hubiera conocido hasta ese instante, por el ser el chico que la había acompañado aún cuando en su corazón no había cabida para él ¿Entonces porqué simplemente no podía dársela?

Mina golpeó sutilmente su hombro con el de Thomas en un gesto de distensión.

- Eres mi novio, no deberías decir esas cosas-

Recalcó la palabra "novio" solo para que Thomas lo tuviera muy claro antes de responder a ello y al parecer sí surtió efecto. Los hombros de Thomas que se habían mantenido tensos hasta ese instante se relajaron, incluso su expresión se suavizó a una mucho más similar al Thomas de siempre. No obstante aquello eso no tranquilizó en nada a Mina. Era algo así como la calma antes de la tempestad…

- Precisamente porque soy tu novio te las digo-

La observó con la sombra de la duda cerniéndose sobre sus ojos.

-Y si me amas tanto como yo sé que lo haces, deberías comenzar a decírmelas también, porque hicimos una promesa, romperla no es una opción pues te estoy dando todas las posibilidades para mantenerla en pie-

Otra vez Thomas le pedía una respuesta y Mina estaba comenzando a pensar seriamente en rogarle para que le revelara qué es lo que deseaba escuchar para dejar de lucir tan triste. Era mortificante verle así y más aún considerando que ella era la responsable de tales emociones. Thomas volvió a dejar al descubierto sus manos y las unió en un férreo apretón sobre sus piernas.

- Y mientras no puedas honrar esa promesa, pienso que deberíamos enfriar un poco esto-

El cerebro de Mina cayó en coma y volvió a funcionar frenéticamente en menos de un latido de su corazón. Esto ya lo había vivido antes, estaba experimentando un deja vú y uno nada de agradable. Thomas nuevamente estaba queriendo apartarla a la fuerza.

- ¡Qué diablos quieres decir con eso!- gritó sin contemplación saltando de su lado y plantándose frente a él con mirada furibunda

- ¿vas a meterme a un congelador y encerrarme ahí hasta que diga lo que quieres que diga? ¡No quiero a Yaten te quiero a ti! ¿Qué es lo que quieres lograr con esto? ¿Estás buscando alguna excusa para…?-

Frenó sus atropelladas frases y se atragantó con su propia voz consumida por la desesperación.

- ¿Estás…estás rompiendo conmigo?-

Se llevó una mano al pecho y comprobó que continuara respirando. Había despertado para vivir una pesadilla. Recordó el momento en el que no había querido besar a Thomas antes de la fiesta para no arruinar su maquillaje o cuando no había accedido a modificar en algo su provocativo disfraz para no incomodarle. Incluso no haber permanecido bailando con él por más tiempo parecía motivo suficiente como para sentirse culpable y arrepentida. Tal vez habían sido aquellos detalles los que habían empujado a Thomas a plantearse la posibilidad de dejarla.

Pero Thomas suspiró doliente y puso los pies en tierra, tomando la mano que Mina mantenía aferrada a su corazón.

- Mina…yo jamás, jamás podría romper contigo. El día en que lo nuestro se acabe será porque tú lo decidas así, pero yo nunca tendré el valor de dejarte-

Eso no ayudó mucho a disipar las nubes de la tormenta que se estaba desatando sobre sus cabezas.

- Te daré algo más de espacio- le dijo Thomas soltando su mano demasiado pronto- para que puedas pensar y ver las cosas como yo las veo-

- La distancia no resultó la primera vez- logró decir Mina sin que la voz se le quebrase.

- Yo creo que si, Finalmente acabamos juntos-

Si ¿pero a qué precio?- pensó.

Por fuera Mina no mostró nada pero por dentro estaba cayéndose a pedazos lentamente.

Se odiaba a sí misma por desear con frenesí que Thomas la envolviera en sus brazos y le dijera que todo estaba bien, que no había nada que no pudieran superar juntos y que lo ocurrido en la noche había sido un terrible malentendido.

Era una ilusa. Thomas le estaba dando a entender exactamente lo contrario.

Pero aún con Thomas viéndose indefenso y actuando como si la decisión ya estuviera tomada, sin él estaba igual o más perdida.

Las personas que se jactan de entender y aconsejar en temas relativos a las relaciones amorosas hablaban de momentos claves como el que Mina estaba experimentando. Momentos en los que tienes dos opciones y la elección de una sola es la correcta. Un camino por el cual bajar sin vuelta atrás.

Opción número uno: tomar lo que Thomas le estaba ofreciendo y sencillamente dar un paso al costado justo como él lo estaba haciendo. Quizás necesitaba algo de distancia para aclarar su cabeza y especialmente su corazón. Pensar seriamente cual era la influencia de Yaten en su vida y cómo su presencia afectaba a su relación con Thomas. Vivir con la duda tarde o temprano lastimaría a Thomas, incluso mucho más que mantenerse alejados uno del otro.

Y la elección número dos: hacer caso omiso a lo que Thomas pretendía llevar a cabo y averiguar la respuesta a su lado. Por que con Thomas o sin él Mina tendría que descubrir qué rayos estaba sucediendo consigo misma y por muy cobarde o necesitado que se pudiera oír, prefería tener la certeza que no estaría sola cuando la aterradora verdad la golpeara con fuerza.

La opción uno era posiblemente la mejor, la correcta, la adecuada. La opción dos era la que necesitaba. Porque Mina no era de las chicas que huía de los problemas o que se escondía de la verdad pero una cosa sí era segura: sin Thomas cerca estaba constantemente tentada a hacerlo.

Así que antes de que Thomas se alejara de improviso lo abrazó, aferrándose a su cintura

- No me alejaré, lo siento pero no lo haré-

Enterró su nariz congelada bajo el cuello de Thomas y aspiró su aroma, volviendo a respirar con normalidad. A eso se refería. A la tranquilidad que la embargaba cuando Thomas estaba cerca. Era totalmente dependiente de esa sensación.

Los brazos de Thomas se mantuvieron caídos e inertes a su costado. Mina tenía la sensación de estar abrazando a un témpano de hielo pero eso no la hizo decaer. Se alejó algunos centímetros, solo lo suficiente para tener un primer plano de su contraído rostro.

- Si lo que pretendes es distanciarnos cada vez que el nombre de Yaten se cuele en tu cabeza te tengo una noticia ¡yo convivo con el fantasma de tu ex novia a diario y no me ves corriendo en sentido contrario a ti!-

Las facciones de Thomas se vieron horrorizadas.

- Mina…-

- ¿Crees que te elegí porque eras el camino fácil?- continuó con más energía que hacía unos minutos.

Thomas pasó del horror a la perplejidad.

- Sabía perfectamente los problemas que tendríamos, los fantasmas que ambos arrastramos, pero aún así…no me alejaré-

Subió sus manos hacia el cuello de Thomas y acarició el cabello rubio más corto que nacía de su nuca, produciéndole escalofríos y cosquillas al mismo tiempo. Mina se concentró en lo que iba a decir a continuación.

- Y puede que tengas razón y este Yaten renovado y reluciente me haga replantearme varias cosas por ejemplo como me siento respecto a él, pero si crees que tan poco me basta para olvidar el amor que te tengo…es porque aún no me conoces y no sabes la mujer que tienes a tu lado y eres tú el que debería alejarse para verlo-

Inexplicablemente la tensión que se había percibido entre ambos disminuyó luego de que Mina cediera y le diera en algo la razón. Tal vez Thomas no se esperó una arremetida como aquella y que Mina fuera así de honesta alejó varios de los temores que habían florecido con el transcurso de los días. Al menos ahora tendría el consuelo de que Mina no le estaba engañando sino que más bien se sentía tanto o más confusa que él.

Con un largo suspiro finalmente Thomas rodeó a Mina con sus brazos y la sostuvo muy cerca de su corazón.

Su corazón…Mina lo sintió latir con fuerza dentro de su pecho. Otra vez vivo, al igual que el de ella.

- Lo que se sea que me suceda con Yaten…- pronunció su nombre con delicadeza pero también con claridad. Porque no tenía nada que esconder, al menos eso creía.

- Lo que sea que llegue a suceder con él no lo averiguaré en tu ausencia o contigo obligándome a hallar una respuesta que no tengo. Cuando esa respuesta exista tú serás el primero en saberla…por ahora solo puedo decir que te amo y que estoy contigo. Con nadie más-

- Con nadie más- repitió Thomas algo pensativo- eso se oye bastante bien, no te mentiré-

Mina sonrió luego de lo que se sintió el verdadero purgatorio en vida. Rozó su nariz con la de él.

- Y se sentiría mucho mejor si lo creyeras-

Mina aguardó a que Thomas así se lo dijera, pero en cambio él solo besó su mejilla y se preocupó de que la frazada estuviera nuevamente en su lugar, eso es, protegiendo a Mina del gélido viento marino.

- Si sé la mujer que tengo a mi lado- le respondió mientras hacía un nudo con las puntas de la frazada alrededor del cuello de la rubia

- Sé que es fuerte, terca y algo loca, pero nunca me lastimaría, al menos no a propósito, porque es buena y me quiere-

Bajó la vista y apoyó sus manos en los hombros de su novia.

- Pero también sé que es orgullosa…y tengo miedo que ese orgullo termine por rompernos el corazón a ambos-

Con una tranquilidad francamente admirable y no muy típica de ella, Mina se descubrió una de las mangas envueltas en la frazada y le enseño el brazo desnudo. El brazo con el que efectuaba sus espectaculares saques en los juegos de voleibol.

- Nunca rompería tu corazón, antes de eso…me rompería este brazo-

A pesar de la seriedad con la que Mina había pretendido impregnar tal declaración Thomas se cubrió la boca con su puño para disimular una sonrisa.

- No me gustaría verte hacer eso-

- Entonces tú lo harás por mí, tú me lo romperás-

Pasó un brazo por sus hombros y la condujo camino al automóvil.

- Mejor volvamos a casa a comer algo y a comenzar a prepararnos para volver-

- ¡Thomas estoy hablando en serio!- gritó Mina saltando de su protección- ¡quiero que lo hagas!-

- ¡Y yo no voy a romperte nada, Mina! ¡Dios eres increíble!- exclamó exasperado

Moderando su tono de voz y para evitar que el puchero de Mina pasara a un siguiente nivel, como por ejemplo sollozos descontrolados, Thomas se masajeó los ojos con su dedo índice y pulgar.

- Te cortaré…un mechón de cabello ¿está bien? uno largo y todos podrán notarlo. Y cuando te vean dirán "esa chica le debe haber echo algo muy malo a su novio y por eso luce así"-

Para cuando Thomas abrió nuevamente los ojos la barbilla temblorosa había desaparecido, siendo reemplazada además por una sonrisa de satisfacción.

- Eres tan rara…- murmuró honestamente sorprendido- no sé como algo así te puede hacer sonreír-

Ella amplió su sonrisa y saltó hacia Thomas quien logró sostenerla antes de que ambos cayeran de espaldas al suelo. Lo llenó de besos cortos alrededor del rostro. Se volvía a sentir entera y a salvo.

- Sonrío porque eres maravilloso y porque nadie puede entenderme como tú-

Él acomodó el cabello de Mina tras su oreja aunque fracasó en su intento por mantenerlo ahí. El viento era demasiado fuerte, además el cabello de Mina estaba hecho una maraña imposible de domar.

- Tu mente es una de las cosas que más me fascina de ti. Funciona de una manera totalmente diferente al resto del mundo-

- ¿Eso es bueno?- preguntó Mina engarzada a su cuello. Thomas lo meditóun instante.

- Fascinante, ya te lo dije-

La depositó en el suelo y tomó su mano.

-Y ahora subamos al carro y volvamos a casa-

A casa. Eso se oía de maravilla, aunque desde que Thomas se había marchado no se había sentido como tal. Ahora junto a Thomas Mina comprendía que independiente del lugar en el que se hallaran, era Thomas quien aportaba el elemento "hogar" a la ecuación.

- ¿Thomas?-

- ¿mm?- masculló mientras buscaba las llaves dentro de su bolsillo.

Mina se separó para subir por la puerta del copiloto.

- Necesito que le pidas disculpas a Yaten-

El cuerpo de Thomas se puso rígido. Abrió la puerta, se sentó en el asiento delantero y cerró con un golpe seco. Mina aguardó algunos segundos para acompañarle dentro del carro.

- Y a cambio te contaré todo lo que pasó ayer antes de que nos encontraras-

Ambos se quedaron sentados en silencio hasta que Thomas introdujo la llave en el encendido e hizo contacto. El automóvil cobró vida al igual que la calefacción, que saturó el ambiente de aire caliente.

- Hagamos un trato-

Las manos de Thomas rodearon el volante mientras Mina esperaba la propuesta de su astuto novio.

- Tú me cuentas que sucedió y yo evalúo si Yaten merece que me disculpe-

- ¿Algo así como una "disculpa condicionada"?

Los ojos de Thomas brillaron de astucia.

- Has aprendido bastante en las clases de lingüística por lo que veo-

Mina no se vio muy entusiasmada con la idea, se le notó en el rostro, algo más sombrío que antes.

- No me parece justo…-

- Pues a mí no me parece justo que mi novia defienda a quien no es su novio-

Era rebatir lo irrebatible Mina lo sabía… así que tendría que apelar al espíritu conciliador y al gran amor que su novio le profesaba. Era aprovecharse de él era cierto, pero era por una buena causa.

- Thomas, me sentiría mucho más cómoda si lo hicieras, ya sabes…como para no sentirme una pecadora o algo así…-

La cabeza de Thomas cayó sobre el volante y la hizo rebotar un par de veces mientras pensaba. Había logrado tocar su fibra sensible: o sea Mina.

- Mira…-

Ella lo hizo, literalmente.

-Golpear a la gente es malo, lo capto. Y si pedirle disculpas te hace sentir más tranquila lo haré, además…no es mi intención crear roces en el grupo-

Mina suspiró de alivio.

- Pero no siento haberlo golpeado si con eso le ha quedado claro lo que le sucederá cada vez que pretenda ser el príncipe azul de mi chica. Para eso estoy yo y solo yo-

Y el macho dominante marcaba su territorio una vez más. A Mina no le hubiera extrañado en lo absoluto que Thomas sacara del asiento trasero un mazo y la arrastrara por los cabellos en dirección a su cueva.

- Así que…- comenzó a decir Mina a modo de conclusión

- Así que le pediré disculpas, pero no será en un cien por ciento honesta-

Mina supuso que eso es todo lo que obtendría. Lo que no era poco considerando como había comenzado la plática.

- Gracias, es importante para mí-

Él llevó su mano a la caja de cambios.

- De nada, amor. Ahora comienza a hablar. Cuando acabes decidiré que tan sincera será esa disculpa-

Mina asintió y con tranquilidad empezó a relatar parte por parte lo sucedido la noche anterior. Sin siquiera sospechar que el episodio más importante de aquellas horas permanecía dormida en su subconsciente esperando el instante adecuado para revelarse.


Serena se dirigió al baño para poder ponerse algo de ropa más cómoda y que fuera de su propiedad. Después de la plática con Seiya no creía conveniente seguir caminando con sus prendas. Si bien las cosas no habían terminado tan mal como creía era evidente que tampoco estaban bien. Simplemente estaban casi como al principio con una cierta diferencia: ahora Serena sabía que Seiya había esperando obtener algo de ella que claramente no podía darle. Al menos no por el momento. No se cerraba totalmente a la posibilidad…solo que era demasiado complicado, tal como había intentando decírselo. Esperaba que Seiya lo hubiera entendido así.

Serena subió los brazos y comenzó a desprenderse uno a uno de los pasadores que sujetaban su cabello en esa firme trenza quejándose cada vez que jalaban su cabello de paso. A ese paso terminaría a la hora del almuerzo…

Por el reflejo del espejo vio que Rei aparecía en aquel lugar cargando su bolso. La observó algunos instantes antes de volver a concentrarse en su propia figura. Las cosas con Rei tampoco habían quedado totalmente resueltas. Al parecer ese era el tópico del día.

- Déjame ayudarte con eso-

Rei se acercó por detrás pero Serena declinó su ayuda con una tenue sonrisa.

- Gracias, pero creo que lo tengo controlado-

- Me gusta eso-

Serena la miró mientras ésta dejaba el bolso en el suelo.

- Que hagas las cosas por ti misma. Me da alivio saber que en mi ausencia podrás hacerte cargo-

Jugueteó con su propio cabello queriendo parecer distendida.

- Y lo que dije en casa de Thomas, yo...-

Esa era la manera de Rei de pedir disculpas y una de las características más especiales de su amiga. Por fuera parecía ser impenetrable pero solo porque su interior era extremadamente sensible; solo lo sacaba a relucir en determinadas circunstancias y solo ante ciertas personas. Serena era una de las elegidas y valoraba aquello. Se volteó para verle directamente y ésta vez le sonrió con calidez.

- No te preocupes, Rei. Yaten me lo explicó...estabas preocupada y lo entiendo. Yo también lo estaría por ti pero no debes temer, yo estoy bien, en serio me siento bien-

Rei respiró aliviada. Era como si hubiera tenido aquella preocupación atorada en la garganta. Los ojos de Serena se abrieron de improviso y tomó entre sus manos su bolso. Había algo importante que debía de entregar a su amiga.

- ¡Tengo algo para ti! pero con lo de la fiesta y además lo de Yaten pasé por alto dártelo pero ahora que tenemos un poco de tiempo mientras a Yaten lo examinan...-

El papel de envolver sonó cuando Serena lo sacó de la bolsa en la que había guardado el paquete.

- Esto es para tí. Es mi regalo de despedida, espero que te guste-

Rei, curiosa y sorprendida abrió el envoltorio con cuidado, revelando el contenido. Era un libro con tapas duras color verde. Pero cuando Rei lo abrió se dio cuenta que no era un libro. Era un álbum con fotografías, de hermosas fotografías de sus amigas y amigos. La primera de ellas era grupal; estaban en la escuela y Serena se había dedicado a anotar la fecha y el lugar en donde se había tomado. Lo ojeó con recogimiento y también con una sonrisa a medida que iban apareciendo imágenes de sus amigas en las más insólitas situaciones. Eran tomas preciosas, fruto del trabajo y dedicación de Serena.

- Sere... esto es...-

- Las tomé en distintos momentos y no son preparadas sino que elegí las más espontáneas posibles. Además les escribí mensajes para que te acuerdes de los refranes mal dichos de Mina o los concejos de Amy, de los pasteles de Lita y bueno... de mí-

Rei lo apretó junto a su pecho y observó a Serena con el corazón enternecido.

- Gracias, lo voy a llevar a todos lados conmigo, porque ustedes siempre estarán conmigo-

Tomó el papel de envolver y con éste lo guardó en su bolso. Después abrió otro compartimiento y sacó algo de é.

- Yo también tengo algo para ti Sere-

Estiró el brazo hacia Serena quien no podía quitar lo ojos de la pluma de transformación de su amiga.

- Rei... ¿qué significa esto?-

- Lo he pensado bastante y significa que mientras esté lejos no puedo cumplir con mi misión así que llevármelo no tiene mucho sentido. Estará mejor en tus manos y me lo devolverás cuando regrese-

Serena ni siquiera quería rozarle. Tenía miedo de que una vez que lo recibiera Rei ya no lo quisiera de vuelta. Estaba tan aturdida que apenas podía pensar con claridad.

- ¿Y si no regresas? ¿Quiere decir que...ya no...?-

- ¿Y quién te dijo que no regresaré?- respondió con una sonrisa ligera

- ¿Me creerías si te dijera que tengo un presentimiento al respecto?-

Rei suspiró y frunció el entrecejo para parecer resuelta y más que nada, para que Serena se convenciera de aquello.

- El día que abandone mi misión será diciéndotelo a la cara y no a cientos de kilómetros y a través de un correo electrónico-

Volvió a extenderle la pluma hasta que Serena la recibió con cautela.

- Esta bien, lo guardaré hasta tu regreso-

- O puedes darle otro uso- le sugirió

- ¿Otro uso?-

Las manos de Rei cubrieron los hombros de Serena.

- Sere...no he visto nada que me haga presagiar que la batalla decisiva de acerca. Le he estado consultando al fuego sagrado las últimas dos semanas y no me arroja peligro...eso me deja tranquila y a la vez no tanto. La experiencia me dice que el futuro está cambiando constantemente y conmigo lejos...no soy tu arma secreta pero soy una guerrera menos en el grupo así que si la situación se hace insostenible y realmente en necesario...-

Movió la cabeza de un lado a otro.

- Pues sería bueno que tuvieras mi pluma para que alguien más la use y suplas mi ausencia. Al menos momentáneamente-

Serena sintió como si hubieran metido su cabeza en una centrífuga y ésta girara y girara sin detenerse.

- ¿Que alguien más sea la guerrera de Marte?-

Se aclaró la mente y negó con vehemencia.

- No Rei, eso sería...no...no es posible-

- Claro que sí y sabes que es así-

¿Otra guerrera?¿Una nueva integrante en su afiatado grupo? Le parecía imposible, no solo porque sería como suplantar a una de sus mejores amigas sino que además no tenía idea de cómo hacer eso. Imposible.

- Tú eres Princesa del planeta Marte a nadie más que a tí le corresponde ese honor-

La plática estaba yendo por un sentido que descolocaba totalmente a Serena. Rei hizo presión sobre sus hombros y le miró aún más seria si eso era posible.

- Pues yo estoy frente a mí Princesa, a mí líder señalándole voluntariamente que en caso que el enemigo ataque y yo no esté aquí para defenderte, es mi deseo que alguien más lo haga por mí. Es mi decisión; como amiga debes respetarla y como líder debes velar por el bienestar de todos y no solo el mío-

El debate mental de Serena se acrecentó, principalmente porque los argumentos de Rei eran sólidos. La lógica le decía que era lo correcto aceptar, sus emociones y su apego a Rei le gritaban que no lo hiciera. Simplemente no podía visualizar a alguien más vistiendo ese traje.

- Aunque eso llegase a suceder- respondió Serena cambiando su peso de una pierna a otra- no existe nadie que pudiera suplirte-

Los brazos de Rei dejaron los hombros de Serena.

- De hecho, hay alguien-

- Rei- comenzó Serena dando una vez más la batalla para intentar hacerla desistir- no hay nadie que pueda reem…-

- Sura-

En cuanto Serena oyó ese nombre, la negativa se extendió por su cuerpo a una velocidad inimaginable.

- No-

- ¿Por qué no? ella es parte de nuestro grupo y nos conoce a la perfección. Te respeta como líder y como amiga, confías en ella y tienen una conexión especial que es precisamente lo que se necesita en instantes difíciles-

No había argumento suficiente para contrarrestar lo mal que le parecía esa idea.

- No está preparada, Rei. Sura es vulnerable no podría exponerla a peligros así…es como mi hermana moriría si le sucediera algo malo-

La imagen de una Sura tendida en una cama de hospital luego del ataque al castillo de Kimokku le estremecieron. Poner a Sura en un frente de batalla era como enviar a un corderito directo a una manada de lobos. Pero Rei al parecer no creía lo mismo.

- Pues ninguna de nosotras estábamos preparadas para las cosas que hemos enfrentado pero juntas hallamos la manera de salir adelante-

El rostro mortificado de Serena no varió.

- Sabes que no existe alguien mejor que ella. Sura no es una persona común y corriente. Sobrevivió al ataque del castillo del Planeta de las flores por una razón, oíste su llamado a millones de años luz ¿Y el parecido que guarda contigo? no creo en las coincidencias, si Sura llegó a nuestras vidas es para algo y quizás esa sea la razón-

También creía que el destino tenía preparado para Sura muchas otras cosas, especialmente después de lo que había descubierto de su vida. Serena recordó que no había comentado eso con nadie no obstante haberlo intentando.

- Yo...-

Prácticamente se había quedado sin argumentos y cuando eso sucedía con Rei, las posibilidades de obtener la victoria eran nulas.

- Acéptalo. De todas las alternativas esta es la más viable, a menos que me pidas que posponga el viaje y me quede a tu lado, pues en ese caso solo hazlo y yo aceptaré-

Eso era casi chantaje emocional y Rei lo sabía. Serena nunca podría ser tan egoísta como para negar a sus amigas alcanzar sus sueños.

- No puedo hacerte eso, jamás, quiero que vayas a ese viaje-

- Entonces...-

Serena estaba en una encrucijada una que desafortunadamente solo tenía una salida viable tal como Rei había señalado. Suspiró resignada mientras ya planeaba como comentar eso a Sura y a sus demás amigas si es que las circunstancias hacían necesaria la intervención de su rubia y gemela amiga. Esperaba con todas sus fuerzas que eso no sucediera.

- Está bien- dijo no muy convencida- aunque no creo que esto resulte. Sura no tiene el fuego que se necesita para ser Sailor Mars-

- Pero su alma es de guerrera. Solo está dormida...igual que la tuya en un comienzo. Lo sé-

Le guiñó un ojo relajadamente. A Serena le habría gustado estar tan confiada como su amiga se veía.

- ¿Qué otras cosas más has visto, Rei?-

Quizás el origen de su tranquilidad radicaba en su conocimiento de los hechos que ocurrirían en su ausencia. Tal vez Rei sabía mucho más de lo que todos pensaban. Pero para insatisfacción de Serena, su amiga solo la tomó de los brazos y le sonrió en un claro intento por despejar sus dudas. Ese gesto no hacía más que acrecentar sus incertidumbres.

- Creo que será mejor que las veas por tí misma, a su momento claro. Pero quiero pedirte otra cosa: cuando eso ocurra avísame. Quiero saberlo así que escríbeme, cuéntame todo lo que te pase, así me sentiré un poco más cerca de tí y de todos ustedes-

¿A qué se refería con "cuando eso ocurra"? Serena se cruzó de brazos contrariada con el comportamiento de su amiga. Aún así respondió lo que ella necesitaba oír.

- Lo haré, lo prometo-

Rei le golpeó la mejilla con suavidad y se puso tras ella bajando la vista hacia la maraña de cabellos rubios que se alojaban en la nuca de Serena.

- Ahora terminemos con ese cabello antes de que nos vengan a buscar-

Trabajó en Serena con delicadeza pues cualquier tirón desataría un grito o peor aún un sollozo de la rubia. Serena en tanto miró a Rei por el reflejo del espejo, inquieta. Había algo que deseaba preguntar o más bien, algo que deseaba comprobar.

- ¿Rei?-

- ¿Si?-

Los primeros mechones liberados de la trenza cayeron directamente sobre sus hombros.

- ¿Es cierto que tú y Yaten estuvieron en la playa juntos viendo el amanecer?-

Las manos de Rei se detuvieron por algunos instantes, pero luego retomaron su ritmo.

- Ninguno de los dos podía dormir así que decidimos matar el tiempo-

Así que lo que Yaten había dicho sí era cierto.

- ¿Y también estuviste ahí cuando Thomas les descubrió? ¿Curaste su rostro?-

Rei se hundió de hombros con indiferencia.

- No podía dejar que sangrara por toda la casa ¿no?-

Si no conociera tan bien a su amiga podía haberse creído la displicencia con la que había actuado al mencionar esos momentos que había compartido con Yaten. Eso, si no la conociera. Serena suspiró con un deje de tristeza y con un rápido movimiento tomó una de las manos que Rei. Se apoderó de ella y la apretó hasta que Rei conectó su mirada con la de ella.

- Tú siempre estas cuando Yaten te necesita-

Los ojos de Rei brillaron por algunos segundos, hasta que desvió la mirada hacia el costado.

- Cómo me gustaría que él te amara solo a tí- murmuró Serena mientras las paredes del baño hacían que aquella frase se oyera mucho más alto y grave de lo que pretendía. Pero Rei solo movió la cabeza con lentitud y cuando halló otra vez los ojos de Serena le sonrió recuperada.

- Hay demasiadas mujeres en el corazón de ese chico. Con una menos quizás halle las respuestas que busca-

El mohín de Serena le hizo sonreír más sinceramente.

- No pongas esa cara, él te quiere y no me había dado de la grandeza y pureza de ese sentimiento. Gracias a eso puedo irme mucho más tranquila porque sé que estás en buenas manos-

Los ojos de Serena se entrecerraron.

- ¿Estuvieron hablando de mí?-

- Claro- reconoció sin problemas- tenía que dejar atados todos los cabos antes de subirme a ese avión-

Antes de que Serena tuviera la oportunidad de enterarse específicamente qué cosas habían hablado, Rei libero completamente su cabello dejándolo caer por su espalda en grandes ondas.

- Ya está. Tu cabello no luce bien pero al menos logré salvar unos cuantos mechones-

De su muñeca Rei desprendió de una liga elástica y se la facilitó a Serena. Ésta la tomó y con rápidos movimientos de sus manos logró alzar su cabello hasta la parte alta de su cabeza, le dio algunas vueltas y finalmente lo sujetó con la liga. No era una coleta perfecta pero al menos le daba un aspecto más pulcro.

Cuando acabó se dio la vuelta y abrazó a su amiga.

- Gracias, Rei-

Rei arregló algunos mechones sueltos de Serena dejándolos tras su oreja y de paso observándola con cierto aire de nostalgia.

- Serena tonta ¿cuándo fue que dejaste de ser tonta?-

La rubia abrió la boca para protestar pero Rei la tomó del brazo y colgó los bolsos de ambas en su hombro.

- Vamos, es hora. Esperemos que le hallan salvado el rostro a ese bobo-

Salieron del baño para dirigirse a la habitación en la que habían internado a Yaten. Serena dio un vistazo a su alrededor. Si no estaba equivocada ese era exactamente el mismo hospital en el que Yaten había sido paciente meses atrás. Aquellos recuerdos dolorosos le abrumaron y apresuró aún más el paso, era la única manera de asegurarse que él estaba bien.

Abrió la puerta antes de que Rei le alcanzara y halló ahí a Seiya sentado sobre una cama y recostado en ella a su mejor amigo.

- ¿Cómo está?-

Los ojos de Yaten apenas detectaron que ambas chicas habían entrado y si lo hicieron se cerraron al instante. Era evidente que estaba cansado y también medicado. Seiya se volteó al oír la voz de Serena. Al principio solo la miró; desde la ropa que vestía hasta el cambio en su cabello, hasta que descansó sobre sus ojos. Se aclaró la garganta para responder.

- No es fractura afortunadamente pero tendrá que usar un cuello ortopédico por el próximo mes. Se lastimó una vértebra aunque no entiendo cómo-

Rei frunció el ceño. Tal vez cuando la cabeza de Yaten azotó la pared le produjo la lesión. Era la única posibilidad que se le ocurría. Yaten murmuró algo pero no se le entendió del todo así que lo intentó por una segunda vez.

- Ese idiota tiene menos fuerza de la que cree-

Seiya sonrió y Serena se acercó un poco más a la cama hasta alcanzar a Yaten y acariciar su cabello y peinarlo con delicadeza.

- Me alegro mucho-

- ¿Y el doctor dijo algo más? ¿Alguna indicación o medicamento?- preguntó Rei deteniéndose frente a la cama también.

- De hecho...aún no viene- respondió Seiya echando un vistazo a la puerta- le estamos esperando-

En ese momento la puerta se abrió y Serena divisó a un sujeto de cabello negro y bata blanca bastante familiar. Con razón el hospital le parecía tan familiar… había estado en él hace menos de dos semanas junto con Setsuna y…

- Darien...- balbuceó aún sorprendida de verle.

Todos- inclusive Yaten- voltearon para ver al nuevo invitado.

- Genial- espetó Yaten sentándose más rectamente en la cama.

Darien, que no parecía estar impresionado de encontrarles ahí se dedicó a ojear la ficha con los datos personales y resultados de los análisis efectuados a Yaten.

- ¿En un hospital otra vez, Kou?-

- ¿Podrían llamar a otro médico?- preguntó con la boca torcida- no confío en este-

Serena puso la mano sobre su brazo para apaciguarlo.

- Yaten...- le advirtió

- ¡Podría matarme con una especie de droga ilegal!-

Ya impacientándose con esa escena, Rei rodó los ojos.

- Por Dios... ¿estás drogado?-

Darien abrió otra vez la carpeta

- Le dieron unos sedantes algo fuertes para tomarle las radiografías así que será mejor que ustedes presten atención al diagnóstico-

Serena asintió pues Darien solo había mirado hacia ella.

-Tiene algunas contusiones pero nada de gravedad sanarán en un par de semanas en y cuánto a la vértebra con inmovilización debería estar todo bien. Tiene revisión en un mes así que ahí se le harán nuevas pruebas. También se le prescribieron analgésicos y píldoras para dormir por si el dolor es muy severo pero en general está bien y se recuperará sin secuelas-

Un respiro colectivo se oyó en la habitación. Darien extendió un papel en donde estaba la receta médica, papel que fue recibido por Seiya. Éste la leyó en detalle y cuando acabó observó hacia Darien visiblemente incómodo.

- Gracias-

Darien solo asintió con igual seriedad. Serena se puso de pie con la clara intención de retener a Darien antes de que se marchara. Había querido hablar con él pero simplemente no se atrevía a buscarle. Los encuentros con Darien siempre acababan por dejarla prácticamente destrozada emocionalmente, pero no obstante aquello, aprovecharía la oportunidad que el destino le estaba brindando.

- ¿Cómo estás?- preguntó con algo de cautela

Darien puso la carpeta bajo su brazo y guardó su lápiz en el bolsillo de su bata.

- Estoy en mi ronda de visitas así que…-

Eso era rudo- pero Serena se lo tenía merecido.

- ¡Que tonta, pero no tardaré!- sonrió nerviosa- yo solo te quería decir que...bueno te debo una disculpa. La última vez que nos vimos no me comporté como debía. Tú solo estabas preocupado por mí y yo fui grosera. Lo siento-

Darien dejó a un lado su evidente incomodidad y relajó en algo sus hombros.

- Te ves mucho mejor que esa noche- comentó luego de estudiar a fondo el rostro de Serena. Ésta se removió inquieta e intentó que los demás seis pares de ojos que estaban sobre su cabeza no le afectaran demasiado.

- ¿Cómo está Setsuna?-

El cambio de tema ayudó aún más a que Darien adoptara el modo "Príncipe" y dejara a un lado la faceta de "exnovio preocupado". Francamente aquello crispaba sus nervios.

- Recuperada pero impaciente, al igual que Hotaru y yo- dijo en tono grave- ya ha pasado demasiado tiempo y aún no tenemos respuestas. Creo que es tiempo de actuar no podemos seguir esperando-

Eso era cierto. Ella se había comprometido con Setsuna y Hotaru- a cambio de un precio por supuesto- pero el pacto estaba ahí, aguardando ser cumplido. Y ahora que Serena tenía reunida en aquella habitación al menos a la mitad de su equipo se percató que ya era tiempo de comentarles la manera en la que pensaba llevar a cabo tal tarea. Así que caminando hacia el respaldo de la cama de Yaten, de tal forma que pudiera ver de frente a todos los allí presentes se preparó para revelar la verdad.

- Tienes razón Darien y por favor no creas que me había olvidado de esto. De hecho creo que ya encontré la forma de hacerlo... o al menos eso espero-

La intriga y la curiosidad se respiró en el ambiente. Serena se mojó los labios y tragó con rapidez.

- Hay algo que deseo desde hace un tiempo comentarles, algo que descubrí sin siquiera proponérmelo… pero nunca he podido reunirlos a todos así que tendrá que ser con las personas que hoy están aquí-

Yaten, algo más recuperado de los efectos de los analgésicos, apuntó hacia la rubia con suspicacia.

- Recuerdo que hace una semana me dijiste que debías de decirnos algo. Dijiste que no era algo malo y que podía esperar-

Seiya también afirmó.

- Si, también yo lo recuerdo-

- ¿Y qué es?- preguntó Rei nuevamente impaciente

Los brazos de Serena se sostuvieron del respaldo de la cama.

- Creo que la clave para averiguar donde están las guerreras extraviadas...es Sura-

- ¿En Sura?- preguntaron al mismo tiempo los hermanos Kou

Serena esperó a que alguien dijera algo más.

- ¿En qué te basas para decir eso?- preguntó Darien con calma

- Ella... ella es especial- contestó con la vista iluminada. Aún podía recordar la sensación que había sentido al constatar de primera fuente qué tan especial era su amiga

-Tiene un don extraordinario para ver cosas que aún no han ocurrido-

Eso sí que fue una sorpresa para todos. Yaten alzó una ceja con aspecto incrédulo.

- ¿Como una clarividente?-

Serena negó.

- Más que eso... no solo ve cosas sino que te permite verlas contigo... es lo más maravilloso que he contemplado en la vida...y sus ojos...cuando eso ocurre cambian de color a un azul casi eléctrico es... te quita el aliento-

Otro silencio cayó sobre ellos. Seiya, quien se había mantenido al margen de la plática se cruzó de brazos y cabeceó de un lado a otro.

- Sere... las personas no cambian de color de ojos así como así. Quizás tú lo viste así pero en realidad…-

Precisamente que Seiya no creyera en ella hizo que las energías de Serena cayeran considerablemente.

- Pero tienen que creerme…- murmuró afligida

Se separó de la cama y se paseó un par de veces con pequeñas zancadas hasta que se detuvo en el centro de la habitación-

- Darien- dijo Serena, llamando su atención- yo sé que tú me crees porque lo has sentido, sabes que ella no es como los demás. Ella tiene algo que no sé como explicar, algo casi fuera de este universo...-

- Y tú Rei- su amiga alzó las cejas- hace menos de cinco minutos estábamos platicando justamente de ella. Lo sabes. Sabes que ella no es alguien común-

Darien apegó la barbilla al cuello y meditó por algunos segundos mientras el corazón de Serena martillaba en su pecho. Lo que estaba haciendo no era justo; pedir un voto de confianza a Darien con lo complicada que era su relación… pero si sus otros amigos reaccionaban de la misma manera que los demás…necesitaba de su voz en este caso.

- He sido testigo de cosas más increíbles- sopesó Rei en voz alta- ¡Qué rayos! ¡yo te creo!-

Serena aguardó a la respuesta de Darien hasta que segundos más tarde él solo asintió haciendo que una sonrisa de alivio brotara de los labios de Serena.

- Gracias-

Yaten y Seiya- los escépticos- se miraron entre sí. Fue Yaten quien finalmente alzó la voz.

- De todas formas si ella fuera una especie de oráculo moderno ¿qué pruebas tienes de eso? ¿Viste algo o solo te lo comentó? porque yo puedo decir que tengo un oído súper sónico pero si no lo demuestro…-

Seiya descruzó sus brazos inconforme con la intervención de su hermano.

- No se trata de poner en duda la credibilidad de Sura sino de tener certeza absoluta antes de involucrarla en algo así-

Había una cosa más que podía darles a todos una idea del real y verdadero alcance del don de Sura. El único inconveniente es que Serena no estaba muy segura de querer compartir tal cosa. Miró a sus amigos y a sus ex novios una y otra vez hasta que ya no vio otra opción más que hablar.

- Yo vi mi futuro o más bien lo vimos juntas. Ella me lo enseñó-

La imagen de ella sentada en el trono frente a una enorme multitud y la mano que había estado cubriendo la suya en ese momento la golpearon con fuerza.

- ¿Y qué te mostró?- preguntó Rei visiblemente interesada

Se sonrió antes de ruborizarse tenuemente. Este tema definitivamente no era el indicado para discutir ante Darien ni menos ante Seiya. Y mucho menos ante ellos dos juntos.

- Ascenderé al trono muy pronto...y no lo haré sola...yo lo haré con alguien-un hombre- que tiene una marca negra en su mano izquierda-

No pudo recordar el diseño de aquella marca pero estaba segura que Sura se lo había comentado. Inmediatamente Seiya fijó sus ojos en sus propias manos buscando quizás aquella marca pero sabiendo de antemano que no encontraría nada allí. Había sido una excusa para ocultar la congoja que había sentido con aquella revelación.

- Fue tan real que lo sentí como si estuviera ahí- continuó diciendo Serena

- Increíble- dijo Rei- eso es mucho más de lo que yo he podido ver alguna vez-

Serena asintió de acuerdo con aquello pero pronto un aire de inseguridad volvió a cubrirla.

- Pero eso no es todo-

- ¿Hay más?- dijo Yaten recostando la espalda en las almohadas

Si convencerlos de que Sura efectivamente era la clave para resolver parte de sus problemas, persuadirlos con lo siguiente se vaticinaba como mucho más complejo.

- Aunque piensen que estoy loca no es la primera vez que yo estoy ante una persona que me provoca tal sensación…-

El silencio de Serena se hizo exasperante.

- ¡Vamos!- exclamó Rei alzando los brazos- ¡la expectación nos está carcomiendo!-

- ¿Saben quién es Lucio?- soltó de pronto

Yaten observó de inmediato a Seiya que ya tenía sus ojos puestos en Serena mientras que los ojos de Darien brillaron de reconocimiento. Había oído ese nombre antes de los labios de la propia Serena.

- ¿El chico que te tomó esas fotografías?- preguntó Rei haciendo memoria de aquella conversación en el piso de su cocina que había mantenido con Serena.

Las fotografías…- con todo lo ocurrido después con su vida Serena no había vuelto a pensar en ese suceso sino hasta ese instante.

- Si, él- respondió con una corta sonrisa

Seiya carraspeó para aclarar su garganta.

- ¿Qué pasa con él?- preguntó secamente

Evitando los ojos de Seiya que prácticamente estaban haciendo un forado sobre su frente, Serena se decidió a terminar con el misterio.

- Creo que tiene algo que ver con Sura y si eso es así tal vez estemos en presencia de dos personas que comparten el mismo don-

- ¡Lucio!- exclamó Yaten con indignación- ¿Ese pedante?-

No tenía idea de porque Yaten creía que Lucio era un pedante pero Serena no tardó en defenderle.

- No es pedante es reservado. No entabla conversación con cualquiera-

- Gracias por eso- respondió con molestia.

- ¿Y como sabes que él también tiene ese don?- preguntó Darien, llevando de paso la conversación a un plano más significativo.

- Quizás es solo una gran coincidencia-

Serena lo negó tajantemente. Hace tiempo que había dejado de creer en las coincidencias. En su vida no había espacio para ellas.

- Son sus ojos…son del mismo color que los de Sura cuando ella vio mi futuro. Además… no lo sé, él me provoca algo diferente, él es como…-

Seiya la observó mientras intentaba infructuosamente de hallar la palabra adecuada. Con cada segundo que pasaba el agujero que estaba comenzando a sentir en la boca del estómago se hacía más y más profundo. Serena ya le había hablado de Lucio la noche anterior pero solo se había referido a él como una persona que le intrigaba ¿Por qué no podía responder eso ahora?

- ¿Especial?- dijo Rei después que el silencio de Serena se prolongara más allá de lo sano. Serena asintió a medias. Sus oyentes no se veían en lo absoluto convencidos y eso era obvio. Tal vez de Sura lo creían posible ¿pero de un chico que no conocían? La única forma de que lo comprendieran sería constatarlos por ellos mismos.

- Solo puedo hacer que crean si lo ven con sus propios ojos...dos personas de mundos diferentes, que jamás se han visto, que no comparten absolutamente nada en común... salvo eso. No puede ser coincidencia-

Yaten miró hacia el techo cansado de tener el cuello en una posición tan rígida.

- No lo sé Sere...las personas no se topan con cosas así todos los días, no sales a la calle y te encuentras con dos personas cuyos ojos ven del futuro. Quiero creer pero es loco, eso es todo-

No quería desmoralizar a su amiga pero tenía que ser honesto al respecto. Pero contrario a lo que pensó, Serena se veía entera e igual de resuelta.

- Así conocí a las chicas a Darien y a ustedes. Nadie sabía lo que se escondía en nosotros hasta que solo la verdad se reveló. Algo que he aprendido este último tiempo es que en nuestras vidas nada es coincidencia y absolutamente todo tiene un sentido-

Rei le sonrió con orgullo en su mirada, en tanto Darien no demostraba mucho en el suyo. Pero tal vez eso era bueno porque quería decir que no estaba de acuerdo de todo, pero tampoco dudaba completamente de su teoría. Los últimos en reaccionar fueron Yaten y Seiya. Éste último parecía estar a punto de derretir la pared que tenía enfrente con solo su mirada.

- ¿Entonces?- preguntó Yaten hundiéndose de hombros.

- Entonces veámoslo- respondió Seiya con la mandíbula tensa- veamos a Sura y a ese tipo entrar en acción-

A Serena le habría encantado mencionar que ese "tipo" tenía nombre pero supuso que defenderlo dos veces seguidas no era lo recomendable en ese momento. Tenía la sensación de que Seiya estaba imaginándose el rostro de Lucio en la pared y lanzándole dardos cargados con veneno. O tal vez solo era una idea vaga y errónea.

- Yo tengo otra preocupación- dijo Rei, sacándola de sus otros pensamientos.

- ¿Y esa sería..?.-

Ella alzó las cejas recalcando lo obvio.

- ¿Cómo explicarán y más aún convencerán a ese chico aparentemente normal que no tiene la menor idea de la existencia de cosas como "guerreras mágicas, princesas y enemigos mortales" de que colabore en una misión para hallar a dos guerreras míticas en algún lugar desconocido del universo? ¿Cómo le explicas que tras el mundo que conoce hay otro totalmente diferente?-

Ya que nadie le respondió, Rei puso las manos a sus costados.

- Porque si a mí me dijeran eso huiría lejos de ustedes lo más rápido posible-

Serena dio marcha atrás a su memoria una vez más. En realidad nunca había reparado antes en ello. Todas las veces en que Lucio la había observado como si leyera a través de ella, todas las veces en las que había cuestionado sus respuestas, las veces en las que le había llamado mentirosa… "A veces veo dos Serenas y no se cual es la real" Aquella frase se había calado en sus venas tan profundamente…pero nunca había comprendido la razón. Hasta ahora.

- Hallaré la forma de hacerlo y creo que lo entenderá-

La tranquilidad con la que Serena respondió llamó la atención de todos pero especialmente de Yaten.

- ¿Cómo estás tan segura?-

- Porque creo que muy en el fondo...Lucio ya lo sabe-


Lunes por la mañana.

Las puertas del aeropuerto se abrieron de par en par para permitir la entrada de Rei, sus maletas y un séquito de gente que había ido a despedirla. Y aunque había sido implacable con la idea de su abuelito dándole una mirada entristecida y lastimera que la hubiera hecho replantearse la decisión de tomar ese vuelo, convencer a sus amigos- y especialmente a Serena y Mina- había sido imposible. Había pensado que con la fiesta y con los días anteriores a ésta había logrado tener la preparación necesaria como para que ella y sus amigas pudieran aceptar de buena gana ese momento, pero al parecer no había horas suficientes que te aprestaran para instantes así.

Por lo que cada uno de ellos se había ausentado a la primera hora de clases para despedirla. Y en el fondo sin aquel gesto y sin la visión de su querida familia sustituta deseándole buen viaje, subir a ese avión no habría sido lo mismo.

Aún así Rei tenía el estómago apretado y las manos le sudaban levemente provocando que tuviera que sostener las maletas con más energía de lo normal para que éstas no resbalaran entre sus dedos. Se sentía nerviosa e inquieta y era normal; los aviones nunca habían sido su forma favorita de viajar, pero no era solo eso. Era la peculiar vibra que se podía sentir entre sus amigos lo que hacía más extraña la atmósfera de su partida. Todos parecían ansiosos y reticentes a entablar largas conversación. Rei podía apostar a que se veían aún más nerviosos que ella misma. Tal vez estaban así por tratarse de una ocasión de despedida y por supuesto por lo ocurrido en casa de Thomas el pasado fin de semana que había dejado a todos algo conmocionados pero era algo más…quizás habían ocurrido muchas más cosas entre sus amigos aquel fin de semana, cosas que muy a su pesar ya no tendría tiempo de averiguar pero que de seguro se mantendrían ahí a su regreso.

Respiró con fuerzas cuando se detuvo ante el enorme panel que enseñaba al público los arribos y despegues de los diferentes vuelos de aquella mañana. El suyo ya estaba en la pista y según el horario, tenía diez minutos para registrarse en el mesón de su aerolínea.

Con los nervios picándole en las costillas Rei se dio la vuelta para enfrentar a un grupo de chicos y chicas que lucían igual de asustados que ella. Así que no podía fallarles, tenía que ser fuerte después de todo era lo que Rei quería.

Serena fue la primera en dar un paso hacia delante, separándose ligeramente del grupo. Tenía los nudillos de las manos blancos por apretarlas demasiado mientras que su cabello que había vuelto a la normalidad, se mecía ligeramente producto de las sacudidas que daba todo su cuerpo. Era evidente que estar ahí no le era fácil y más si se consideraba que su última visita a un aeropuerto debía de ser uno de sus peores recuerdos. Aquella despedida de Darien que podría haber sido perpetua.

- ¿Tienes todas tus cosas?- preguntó con voz débil

- Si... y si algo se me queda pues les avisaré y ustedes me lo enviarán-

Asintió ida, retorciendo sus manos una vez más.

- ¿El avión tiene teléfono?-

- Si Sere pero no creo que sea nec…-

- Sólo llama si algo no anda bien- le insistió con seriedad- ante cualquier cosa sospechosa que detectes-

No pudo negarse a eso y tan solo asintió. La segunda en romper el silencio fue Mina que saltó desde su sitio junto a Thomas y se lanzó a los brazos de Rei con excesivo ímpetu.

- ¡Por favor escríbenos! quiero saberlo todo ¡te extrañaré tanto no nos olvides!-

Rei intentó mantener el equilibrio entre sus maletas y el asfixiante abrazo de oso que le estaba propinando Mina.

- Ya déjala Mina o la harás caer- le aconsejó Thomas con una ligera sonrisa- al regresar espero que tengas muy buenas historias que contarnos, Rei-

Le guiñó un ojo a Thomas mientras Mina se apegaba a su hombro como un koala bebé. Definitivamente extrañaría el huracán de energía que era esa chica. Lita, al verla necesitaba de ayuda agarró la manija de una de las maleta y la sostuvo por ella.

- Y cualquier problema que tengas no dudes en decírnoslo. Te llamaré a diario aunque me cueste un poco más de dinero, pero no importa porque valdrá la pena-

Rei sonrió mientras Mina la liberaba parcialmente, así tuvo oportunidad de abrazar a Lita y agradecerle ese pequeño esfuerzo.

- Estudia mucho, Rei- le dijo Amy conteniendo un par de lágrimas- y por favor cuídate. También te extrañaré mucho-

Rei le extendió un pañuelo de papel y de paso la atrajo hacia sí para depositar un beso en su frente.

- Y aprovecha esta experiencia al máximo- agregó Taiki justo cuando Amy desviaba la mirada para no encontrarse con la de chico, que no ocultó su tristeza por ese gesto. Esos tenían problemas. Definitivamente. Quizás las lágrimas de Amy eran un mezcla de más emociones.

Seiya, con ambas manos en los bolsillos carraspeó para aclararse la garganta.

- Ten buen viaje y buena estadía- dijo con timidez- cuídate-

Con un suspiro Rei asintió hacia Seiya. Sencillamente no podía aborrecer a ese chico eternamente, especialmente cuando tenía el presentimiento y casi la seguridad de que en esta oportunidad era él quien tocaría la peor parte.

Los altavoces anunciaron la primera llamada para el vuelo en dirección a Londres. Su vuelo- pensó Rei. Suspiró otra vez y recuperó la maleta que Lita sostenía.

- Ese es mi llamado-

Inmediatamente los ojos de Serena se enrojecieron y expulsaron gruesas lágrimas que mojaron sus mejillas. Rei se acercó a ella y la abrazó con fuerza comprendiendo que quizás aquellos que se quedaban necesitaban más consuelo que aquel que partía.

- No llores Sere o harás llorar a todo el aeropuerto con esa cara tan triste-

La rubia se cobijó en su hombro tal cual lo había hecho Mina hacía un par de minutos y se contuvo de sollozar ruidosamente. Serena se había repetido hasta el cansancio no hacer una escena de esto, pero sentía que una parte de su corazón- la parte destinada a Rei- era arrancado a la fuerza.

- Es la primera vez que estaremos separadas por tanto tiempo-

- No será por mucho- le dijo a modo de consuelo- apenas te darás cuenta cuando los seis meses hallan acabado-

- Te echaré de menos- balbuceó con el labio inferior sobresaliendo más de la cuenta

Rei utilizó de todo su autocontrol para que su barbilla no comenzara a temblar como la de Serena.

- Yo también Sere- Rei alzó la vista para comprobar que todo podían oírla- a todos. Por favor sean prudentes y cuídense muchos unos a otros. Si hemos salido victoriosos de todos los desafíos, peligros y dolor es precisamente por eso. Por el irrompible lazo que hay entretejido entre nosotros-

Dejó a Serena a un lado con delicadeza y secó sus mejillas con otro pañuelo seco.

- Y ese mismo hilo es el que me guiará para encontrar el camino a casa-

Se acercó a su oído.

- Recuerda nuestra plática- le susurró antes de erguir nuevamente la cabeza.

Una vez que Serena pudo ser capaz de asentir y enseñarle una pequeñísima sonrisa, Rei se sintió preparada para partir.

- Bueno... debo tomar ese avión-

Con el corazón martillándole en el pecho y sin perderlos de vista dio el primer paso para separarse por un largo tiempo de aquellos amigos que consideraba su segunda familia. Y luego dio un segundo paso y tras ese un tercero, hasta que una suave pero conocidísima voz la hizo congelarse en suelo sin capacidad para hacer nada más.

- Rei...-

Yaten emergió desde el fondo del grupo en donde había permanecido desde el principio. Se había negado ver en su dirección y lo habría logrado sino hubiera sido por la reacción que tuvo su cuerpo al oírle. Llevaba ese cuello ortopédico que le hacía moverse extraño pero lo que más le sorprendió era lo demacrado y macilento que lucía su rostro, como si no hubiera pasado buena noche o como si las heridas le dolieran más de lo que aparentaban. Tal vez ambas cosas y tal vez muchas más.

- ¿Si?- respondió con escaso control de su voz

Aguardó una vez más a que Yaten le dijera qué le había motivado a pronunciar su nombre justamente en el momento en que debía de darle la espalda…pero Yaten solo se quedó viéndole con los ojos muy abiertos y los labios muy sellados, así como siempre había sucedido en las ocasiones determinantes entre ambos. Él simplemente era incapaz de pronunciar las cosas que ella esperaba oír, no obstante hasta el último momento Rei había esperado por ellas, pacientemente, ilusamente.

Sin embargo no hubo más que silencio, silencio que la ayudó a convencerse una vez más que la decisión que estaba tomando era la correcta.

Agarrando con fuerza sus dos maletas Rei dio un paso más lejos de sus amigos.

- Por favor prométemelo Yaten-

Los demás miraron de Yaten a Rei no comprendiendo qué es lo que ella estaba exigiendo del chico. La boca de Yaten se abrió en una silente mueca mientras que los ojos de Rei brillaron con intensidad y con algunas lágrimas contenidas también. Aquella plática secreta y ajena a todos los demás que habían mantenido pendía entre ellos, uniéndoles inconcientemente, conectándolos más de lo que podían incluso sospechar.

- Prométemelo- gritó un poco más fuerte mientras daba otro paso, pronunciando la distancia de sus cuerpos, más no de sus sentimientos.

La garganta de Yaten se agitó profusamente y su pecho se infló y desinfló con violencia hasta que finalmente botó todo el aire que había estado acumulando durante esos instantes.

- Te lo prometo, Rei- respondió con voz cargada de melancolía- te lo prometo-

Ambos se observaron sin pestañear, sin prestar atención a ninguna de las miradas suspicaces que estaban posadas sobre sus rostros. Ni siquiera pudieron sentir la intensa mirada de Mina, cuyos ojos se abrieron de manera prácticamente imposible mientras que su boca se secaba por el impacto del descubrimiento.

Verlos juntos compartiendo ese momento había provocado que la mente de Mina estuviera siendo sobrecargada de imágenes borrosas, confusas y desordenadas cronológicamente que compartían solo una cosa en común: Yaten estaba en cada una de ellas. Yaten y ella. Pero no eran fantasías ni imaginaciones de su trastornada mente. Eran recuerdos. Recuerdos muy frescos.

- Oh por Dios- murmuró Mina llevándose una mano contra los labios para acallar su exclamación y también un grito de consternación.

"Podría amarte con toda mi alma"- le había dicho a Yaten mientras descansaba en sus brazos lánguidamente y luego sin aviso ni contemplación le había besado. Había besado a Yaten. A otro chico. A alguien que no era Thomas y no lo había podido recordar sino hasta ese momento.

La sangre de Mina se heló en sus venas y trastabilló. Era una infiel. Realmente había engañado a su novio, al que amaba. Por otro chico por el que al parecer también guardaba sentimientos.

- ¿Que pasa, bebé?- preguntó Thomas mientras pasaba un brazo por sus hombros para estabilizarla. Eso lo hizo aún peor.

El estómago de Mina se revolvió por la necesidad urgente de salir corriendo de ahí y borrar de su cabeza lo retorcida que podía llegar a ser cuando se lo proponía. Thomas, quien aún esperaba por una respuesta la observó desde su altura algo preocupado aunque atribuyo tal comportamiento a las circunstancias. Mina pestañeó en otra dirección y controló su reacción ante las millones de sensaciones que estaba experimentando. Cuando volvió a mirarle le sonrió tranquilizadoramente.

- Na...nada- respondió mordiéndose por dentro la mejilla hasta que casi se desprendió un pedazo de ella. Se encogió bajo el brazo de Thomas rogando para que no fuera a desmayarse ahí mismo.

En ese preciso momento Yaten giró la cabeza y la miró con una especie de calidez y de reconocimiento totalmente diferente a como había estado mirando a Rei, a como había estado mirando a Mina meses atrás. Una calidez que abrazó sus entrañas e hizo que por sus venas volviera a circular sangre. Fue todo lo que Mina necesitó para darse cuenta que todo era cierto, que sí había hecho tal declaración, que Yaten sí la había escuchado y que sí la había sellado el momento con un beso. El peso de la culpa la dejó sin aire y para seguir respirando tuvo que agachar la cabeza, ignorar la manera en que Yaten la contemplaba y concentrarse en sus pies.

- ¡Adiós y nos veremos chicos!-

La mano de Rei se agitó una vez más antes de darse la vuelta definitivamente hacia su destino.

- ¡Te quiero mucho Rei!- gritó Serena por lo alto y con tanta potencia que varias personas se voltearon a ver quien era la causante del revuelo, pero a Serena no le importó el escándalo ni el mantener el orden pues la sonrisa de Rei cuando se volteó era lo que ella y cada uno de sus amigos grabaría en su memoria una vez que Rei atravesara las puertas de vidrio destinadas solo a aquellos que abordarían algún avión.

Minutos más tarde ninguno de ellos se había movido de ahí todavía, aunque ya no podían divisar a Rei entre la multitud.

Serena se empinó en las puntas de sus pies una vez más pero los resultados fueron los mismos. Había desaparecido. La mano de Lita sobre su hombro le indicó que era tiempo de partir.

- Debemos irnos Sere o no llegaremos a tiempo a la escuela-

Con las manos juntas sobre su corazón Serena asintió. La vida debía de continuar y por Rei ella lograría que así fuera.

- Se ha ido- murmuró hacia nadie en particular

En su cabeza Serena estaba comenzando a reunir millones de cosas, miles de palabras que habría querido decir a Rei antes de que se alejara pero que por distintos motivos no fue capaz de expresar. Era una lástima, pues tendría que esperar seis meses para poder decirlas.

- Si. Sere- le respondió Lita con la misma mirada de tristeza- Rei se ha ido-


El día miércoles Serena se reunió con Yaten en el apartamento de los hermanos Kou para terminar un trabajo que debían de entregar al día siguiente. Serena había propuesto una y otra vez hacer tal labor en su casa o incluso en la biblioteca de la escuela, pero Yaten fue brutal "¿Qué más podría pasar entre ustedes dos? ¿Qué se maten?".

Así que si pretendía pasar el curso sin mayores inconvenientes se tragó la ansiedad y también el pudor que sentía cada vez que sentía a Seiya cerca y cruzó tras Yaten el umbral de aquel departamento. Todo estaba sumido en silencio, salvo por el sonido amortiguado de una guitarra.

- Ese debe ser Seiya o Taiki componiendo una nueva canción que te incita a la automutilación. Los dos están traspasando una etapa que francamente…-

Interrumpió su comentario cuando vio que Serena hundía los hombros.

- Lo siento-

Serena negó y le enseñó una sonrisa. Avanzó hacia la cocina junto con Yaten y prefirió desviar la plática.

- Así que Amy y Taiki aún están distanciados-

A esas alturas todos estaban enterados de lo sucedido el día de la fiesta entre esos dos, aunque era tan evidente que ambos habían interrumpido el contacto que antes incluso de saber de primera fuente la historia ya imaginaban lo ocurrido.

- El pobre se ha disculpado como un millón de veces pero Amy es implacable. Nunca lo hubiera imaginado de ella…hasta las más mujeres más compasivas pueden ser crueles cuando se lo proponen-

Justo en ese instante Taiki atravesó la sala con rapidez. Su rostro buscó inmediatamente a Serena pero en cuanto la vio el brillo de sus ojos se apagó visiblemente. Caminó hacia la cocina en donde Yaten y Serena ocupaban dos sillas y abrió la nevera.

- Pensé que había oído la voz de una chica-

Yaten alzó las cejas en dirección a Serena. Ésta esperó a que Taiki cerrara la nevera para hablarle.

- Siento no ser la chica que esperabas ver-

Taiki respiró con cansancio y tomó una de las sillas sobrantes para caer sobre ella con pesadez.

- No es eso Sere me alegra verte aquí. Tan solo pensé que tal vez Amy…-

- Si, eso no va a pasar Taiki- le respondió Yaten con soltura- no te hagas ilusiones-

- No seas cruel- le reprendió Serena con severidad- todos tienen derecho a esperanzarse-

- Solo soy realista. Las mujeres son crueles; un día te están diciendo lo mucho que significas para ellas y al día siguiente apenas si te miran…-

¿Había algo de resentimiento personal en aquel comentario de Yaten? Serena frunció el ceño.

- ¿Qué quieres decir con eso?-

Los ojos de Yaten fueron más verdes de lo normal por un lapso de tiempo tan corto que Serena no pudo averiguar la razón.

- Sólo digo que tu género sabe como destrozar la mente de un chico sin parpadear siquiera-

Ignorando a su amigo como muy pocas veces Serena estiró el brazo y se hizo de una de las manos de Taiki. La calidez de la suya contra lo helada de la del chico le impactó al principio pero hizo todo para no demostrarlo.

- Taiki escucha, te daré un consejo. Es tu decisión tomarlo o dejarlo pasar ¿está bien?-

Él asintió obedientemente.

- No creo que Amy sea la que se acerque a ti para terminar con esto. Se siente herida por tu comportamiento pero también se siente algo subestimada-

- ¿Subestimada?-

Serena se irguió un poco más sobre la mesa.

- Verás… ella siente que tu reacción se debió más bien a un pequeño ataque de celos más que a un instinto protector-

La cara de confusión de ambos hermanos fue imposible de ignorar.

- ¿Y en la práctica no son lo mismo?-

- Uhm…no-

Yaten apoyó los codos en la mesa, ya interesado completamente en la plática.

- ¿No?-

Serena le sonrió calidez y volvió a concentrarse en Taiki.

- Piensa en esto ¿habrías reaccionado de igual forma si Amy hubiera estado con chicas desconocidas en lugar de chicos desconocidos?-

Torció un poco el gesto haciendo que la sonrisa de Serena se agrandara aún más.

- ¿No crees que tal vez lo que te motivó a actuar así fue la posibilidad de que uno de esos chicos le propusiera a Amy algo que tal vez tú aún no has hecho?-

Las mejillas de Taiki se tiñeron de un adorable rosa. De los tres Taiki definitivamente podía llegar a ser el más tierno de los hermanos Kou cuando se lo proponía.

- ¿Crees que ella quiera que yo…?-

Serena recordó la conversación de Amy horas previas a la fiesta. Amy no solo quería eso; contaba con que aquello se produjera en la fiesta. Desafortunadamente para ella las cosas habían tomado un giro diferente pero no irreversible.

- No lo sé...- respondió Serena aún sonriendo- ¿querría yo que el chico que me gusta me dijera de una vez que no puede vivir sin mí y que necesita que nuestra relación sea un hecho y que todo el mundo lo sepa?-

Los rítmicos acordes de la guitarra que sonaba de fondo desconcentraron a los tres por unos instantes e inevitablemente las miradas recayeron en Serena. Tal vez dar ese ejemplo no había sido la mejor idea pues ahí en una de esas habitaciones había un chico que la quería, que no podía vivir sin ella pero que sin embargo…

- No es lo mismo- dijo Serena agachando un poco la mirada y concentrándose en la mesa en donde estaban descansando sus manos- Amy y tú tienen la posibilidad de comenzar sin todos los errores que hemos cometido y de hacer las cosas de mejor manera-

Nuevamente sostuvo la mano de Taiki, la que estaba algo más tibia luego de haberla sostenido entre las suyas un rato.

- !Solo díle que sea tu novia de una buena vez!- gritó Serena con desesperación- No la desaproveches y no esperes a ver a Amy con otro para decidirte, para armarte de valor. Eso es lo que hace a una mujer sentirse menos especial de lo que ya es ¿y Amy es muy especial para ti, cierto?-

Él asintió con sus ojos reflejando un color violeta totalmente diferente. Serena palmeó su mano conforme y le soltó.

- Entonces no esperes más y comienza a planear la disculpa más monumental de todas y si a eso le agregas una propuesta…-

La sonrisa de Taiki se amplió, el ánimo volvió a su cuerpo y de un solo movimiento se puso de pie y besó la mejilla de Serena.

- No se cómo lo haces pero logras que de lo malo siempre surja algo bueno. Gracias Sere-

Taiki dejó la silla que había estado ocupando en su lugar y caminó con una actitud totalmente diferente hacia su habitación. Sintiendo que su misión había sido todo un éxito Serena sonrió a nada ni nadie en particular, todo ante la atenta mirada de Yaten.

- ¿sabes?- le preguntó Yaten recargando la espalda sobre la silla- mi hermano tiene razón. Siempre logras que las personas encuentren la luz aunque el mundo esté sumido en oscuridad-

Serena aún no había podido olvidar los comentarios sombríos de Yaten en un principio así que se acercó a él y esta vez se aseguró de que su amigo no desviara la mirada.

- El consultorio sentimental aún está abierto. Todavía tengo tiempo de atender a un paciente más, especialmente si se trata de ti-

Acarició con sumo cuidado el lado de su mandíbula que aún permanecía amoratada, esperando que con el gesto y el transcurso de los minutos Yaten se decidiera a confidenciarle qué era lo que le tenía así de decaído. Pero Yaten solo tomó su mano, la besó con prisa y se puso de pie.

- Iré por mi computadora y unos apuntes-

- Yaten…-

Él movió la mano con desdén.

- Si, si, luego te contaré-

Con algo más de alivio Serena le dejó ir. Al menos había admitido que algo sucedía y eso era un avance.

Encontrándose sola en la habitación Serena pudo al fin concentrarse el los ruidos del ambiente y más preciso aún en la melodía que había estado oyendo desde que hizo aparición en el apartamento. No estaba familiarizada con ella pero por la manera en la que las cuerdas se tensaban por el roce de quien estaba tocando, por las pausas e inclusive los constantes silencios ese tenía que ser Seiya. Con él sí que estaba familiarizada.

Y luego oyó algo que corroboró totalmente su teoría.

Cada vez que soñé con volver

a abrazarte desperté

y así dejé de creer

que había otra primera vez…

Era Seiya. La voz se oía amortiguada por las gruesas paredes que les separaban y apenas sí podía distinguir una que otra palabra pero aquellos versos resonaron en su cabeza con fuerza.

Solías susurrarme que no

saldrías de mi vida

flotando en nuestro cielo los dos

iniciamos la caída...

Estaba cantando, o más bien creando una nueva canción y por el contenido de la letra Yaten había tenido razón. Era tal vez la cosa más triste que hubiera oído componer a Seiya y el solo hecho de pensar que ella era la responsable le oprimía el corazón contra las costillas. Serena cerró los ojos e inclinó su torso hacia delante, apoyando la cabeza sobre los brazos extendidos en la mesa ¿Seiya también lo estaba sintiendo así? ¿También podía sentir cómo eran empujados hacia lo incierto? ¿Hacia la tortuosa incertidumbre de no saber que esperar…? ¿Qué tan lejos estaban uno del otro si en el fondo ambos estaban cayendo?

- ¿Por qué será…?- comenzó a decir Serena algo distraída- ¿que las canciones de desamor son mucho más recordadas y exitosas que las de amor?-

Cuando levantó levemente la cabeza encontró a Seiya recostado en el umbral de la cocina observándola con expresión inescrutable. No sabía cuánto tiempo había estado ahí reflexionando ni en qué minuto la música había cesado pero cuando Serena logró darse cuenta que Seiya ya no estaba en la soledad de su habitación sino que a unos cuantos metros de ella y que ninguna pared les impedía verse de frente, todas sus terminaciones nerviosas se tensaron y solo pudo abrir la boca y esperar cual sería su reacción de encontrarle ahí.

Lo que hizo Seiya la tomó completamente desprevenida. Acercando una silla la situó junto a la suya.

- Supongo que es porque cuando eres feliz y estás enamorado no tienes tiempo de escribir música, ni siquiera de oírla, solo te preocupa vivir esa felicidad al máximo, los minutos faltan, los días se hacen cortos, sientes que la vida no será suficiente para gozar de toda la dicha que tienes dentro-

¿Acaso él había oído la pregunta que inadvertidamente Serena se había hecho?

- Pero cuando no eres feliz… el tiempo es tu peor enemigo. El tiempo y la soledad son los que te consumen, más que el dolor. Y al tener de sobra tiempo y soledad las ideas vuelan y vas construyendo en tu cabeza paso a paso la seguidilla de malas decisiones que te llevan a permanecer despierto hasta las cuatro de la madrugada componiendo ese tipo de canciones-

Serena sonrió tristemente al igual que lo hizo Seiya. Eso revelaba más o menos el origen de la canción que había oído.

- Yo creo que es por otra cosa- murmuró Serena retrayéndose hacia atrás. Era muy extraño estar ahí con Seiya a solas platicando de música sin ningún tipo de introducción ni previo acercamiento.

- ¿Ah, si?-

- Si- respondió Serena algo sobresaltada. Aún no podía acostumbrarse a la abrupta llegada de Seiya

- Me encantaría saber tu teoría al respecto - reconoció desde su asiento.

Serena frunció el seño para concentrarse. Había pensado en aquello más de una vez pero nunca se lo había comentado a nadie. Supuso que elegir a Seiya como el primero no era tan malo después de todo lo que habían vivido juntos.

- Pienso que cuando eres feliz también te vuelves egoísta, solo quieres compartir tu alegría con la persona te he hace sentir esa emoción, como si nadie más pudiera entenderla, como si a nadie más le importara, como si nadie más mereciera sentirla-

Agarró el salero y lo hizo dar vueltas una y otra vez hasta que cayó hacia un lado provocando un pequeño ruido.

- En el fondo el amor te aísla, es por eso que cuando la relación se termina te sientes tan solo…-

Seiya, quien estaba observando tal acción prácticamente hipnotizado alzó la vista cuando la mano de Serena se detuvo.

- Y cuando dejas de experimentar esa felicidad, ese amor…deseas que todo el mundo al cual dejaste a un lado en un principio regrese a acompañarte. Quizás porque si compartes ese dolor con los demás la carga se aliviana un poco. El egoísmo del principio se transforma en otra especie de egoísmo-

Serena se llevó un dedo a la boca, reorganizando sus ideas.

- Así que creo que se escribe más del desamor porque quien compone tiene la esperanza que en algún lugar del planeta, del universo inclusive, alguien está oyendo la letra, la melodía, la historia tras esa canción y piensa "¡hey!, yo también he pasado por algo así. No estás solo, a alguien le importa como te sientes"-

Para cuando acabó Serena se sintió una idiota. Dándole a Seiya lecciones de cómo debía sentirse al componer música, como si él no supiera exactamente cómo se sentía, como si ella no supiera la manera en la que Seiya sentía.

Sintiéndose aún más intimidada que antes Serena bajó las manos hacia su regazo.

- O al menos eso estaba pensando antes de que llegaras-

Podía sentir la mirada fija e insistente de Seiya sobre su rostro provocando que se calentara un poco, lo suficiente como para hacerla bajar la vista unos cuantos milímetros más. Oyó que las patas de la silla de Seiya chirriaban al ser arrastrada por el piso. Serena levantó a la cabeza y encontró a Seiya de pie a su lado.

- Puede ser que tengas razón después de todo-

Serena también se le unió aunque no sabía muy bien porque. Tal vez fue el verse tan pequeña e indefensa ante el imponente cuerpo de Seiya o quizás la expresión dubitativa de su rostro lo que la hizo desear acercarse a él un poco más.

- ¿bombom?-

- ¿si?-

- ¿Puedo abrazarte?-

Serena sintió que se asfixiaba y eso que Seiya ni siquiera se aproximaba lo suficiente aún como para hacerla reaccionar así. Fue tan solo oírle llamarla así la que le provocó ese sofoco.

- Desde el minuto en que te oí relatar la visión que Sura tuvo de ti y tu futuro…tan solo he querido sostenerte entre mis brazos, nada más que eso-

Seiya suspiró de la misma manera que Serena le había oído hacerlo desde los sonidos que se colaban de su habitación. Quizás pensar en el futuro era lo que le tenía así de meditabundo.

- Creo que cuando ese momento llegue te perderé permanentemente… así que en el intertanto yo solo querría…sentirte cerca al menos de esa manera-

¿Por qué Serena tenía la amarga sensación de que Seiya siempre terminaba rogándole por un poco de amor? ¿Acaso ella era mucho más egoísta de lo que imaginaba? ¿Más fuerte pero más cruel? Serena asintió con pesar mientras Seiya se movía con lentitud para así llevar a cabo su cometido. En cuanto tuvo a Serena entre sus brazos otro suspiro brotó de su pecho pero éste oyó mucho más ligero.

- Así, justo como ahora- susurró con alivio

Esta vez la sensación de asfixia que comenzó a oprimir el corazón de Serena no tuvo ninguna relación con la voz de Seiya susurrando en su oído ni con sus brazos rodeándole la cintura delicada pero firmemente, ni con su barbilla recostada sobre su cabeza. Era algo mucho más hondo, una sensación mucho más perturbadora.

Era su propio deseo de querer convencer a Seiya de que sus temores no se harían realidad y que ese futuro no tenía ningún valor para Serena si él no formaba parte del mismo…eso era lo que le estaba quitando la respiración.

La resolución le abofeteó el rostro con viveza y la hizo temblar ¿Qué hacía alejada de ese hombre si simplemente no podía contemplar un mañana sin él? ¿Qué era lo que faltaba para comenzar a vivir ese futuro juntos?

Nada.

Así que ese era el momento, esa era la ocasión de demostrarle a Seiya de que aún había un futuro para ambos, ese era el momento de acabar de una vez por todas con esa lejanía que les tenía a medio vivir desde hacía una eternidad. Serena se separó de Seiya solo lo suficiente para encontrarse con su mirada y con sus pequeñas manos apretó su espalda. Sonrió ligeramente hacia él y se mojó los labios.

- Seiya, yo quiero que sepas que te…-

Pasos suaves vinieron desde una de las habitaciones del fondo. En cuanto Yaten apareció ante la visión de ambos el instante acabó en un par de segundos y como si una corriente eléctrica los hubiera tocado, se separaron. Serena suspiró con resignación ante la oportunidad perdida en tanto Seiya no despegó sus ojos de la chica mientras la incertidumbre acerca de lo que ésta había estado por decirle crecía en su interior y se derramaba a borbotones. Yaten, quien seguramente les había visto ahí compartiendo aquel gesto les sonrió apenado.

- Disculpen no quise interrumpir pero están tocando el timbre desde hace un momento-

Seiya se cruzó de brazos visiblemente molesto. En cuanto Yaten giró la manilla de la puerta una figura entró disparada hacia el interior del apartamento dejando a su paso solo una ráfaga de aire helado.

- ¡Sorpresa!- se oyó en toda la sala y la cocina inclusive

La boca de Yaten se abrió por el impacto mientras que los ojos de Seiya intentaban enfocar la visión que había aparecido ante él. Lentamente sus brazos se fueron aflojando hasta que cayeron flácidos a su costado.

- ¿Ka…Kara?- balbuceó con un hilo de voz- ¿Qué…que haces aquí?-

La chica arrojó las maletas en el suelo y avanzó lo suficiente como para lanzar sus brazos alrededor del cuello de Seiya y pegarse a él con emoción.

- ¡Aquí estoy tal como acordamos!- exclamó triunfal- aunque una semana antes claro, espero que no te moleste pero el trabajo se terminó antes de tiempo y me dije a mí misma ¿por qué no adelantar mi visita? y creo que valió la pena ¡porque luces como si te fueras a morir de un ataque!-

Se rió gustosa de haber logrado tal expresión en Seiya hasta que notó que el rostro del chico iba de la sorpresa al puro espanto. Con algo más de seriedad Kara apoyó las manos en los hombros de Seiya y lo movió ligeramente.

- ¿no estarás sufriendo de un ataque real, cierto?- pasó una mano por delante de sus ojos- ¿Seiya?-

Por sobre el hombro de Seiya Kara divisó una cabellera rubia sujeta a un extraño peinado. Intrigada se estiró un poco más. Y ahí le vio.

La figura de la chica era tan menuda que le había sido imposible divisarla tras el cuerpo de Seiya pero eso no significaba que no estuviera ahí. De hecho sí que podía verla ahora con total claridad. Rubio cabello largo y sedoso, ojos celestes despampanantes y muy abiertos, rostro de muñeca de porcelana, cuerpo pequeño pero proporcionado, labios rosas y entreabiertos y una expresión igual o más petrificada que la del mismo Seiya. Ella no tenía idea que quien era esa chica y sin embargo era como si la conociera a la perfección.

Kara bajó los brazos alejándose de Seiya dando un paso hacia atrás, hasta que chocó con Yaten quien después de la impresión del momento se había unido al peculiar grupo. Y por como lucía tampoco creía que su visita le hubiera causado alegría.

- ¿Seiya?- le preguntó Yaten en un tono que dejaba entrever enojo más que asombro- me puedes explicar que significa esta…sorpresa?-

La boca de Seiya se abrió pero ni el más ínfimo sonido brotó de ella.

Serena en tanto buscó los ojos de Yaten con desesperación pues necesitaba sentir que lo que estaba viviendo era real y no una treta de su trastornada imaginación y por el momento Yaten era lo más real a lo que aferrarse en esa habitación. Kara miró los rostros de cada uno de los presentes ahí y finalmente llevó una mano a su pecho con congoja.

- Es mi culpa, lo siento mucho. Yo debí haber avisado, Seiya no tenía idea de que yo vendría y…-

Ella se arregló el vestido, movió su cabeza como recriminándose por algo y pasó sus manos por sobre la tela. Caminó otra vez hacia Seiya pero esta vez sin tocarle pues su objetivo era llegar hacia lo que se encontraba tras él.

- Disculpa creo que olvidé mis modales. Soy Kara, amiga de Seiya y creo que tú debes ser Serena. Es un placer conocerte al fin me han hablado mucho de ti-

Estiró el brazo con la intención de estrechar su mano con la de Serena.

Ésta la observó como si toda la escena se estuviera desarrollando en una tormentosa cámara lenta ¿Ellos habían acordado reunirse? ¿Y desde cuándo habían planeado aquello? ¿Antes o después de que ella y Seiya…? el rostro de Serena adquirió un nuevo nivel de palidez pero controló el dolor que estaba experimentando con maestría.

¿Esa chica sabía quien era ella? ¿Acaso Seiya le había platicado de su existencia? ¿Qué otras cosas más le había comentado a esa desconocida? Serena apenas sabía el nombre de la recién llegada, en cambio ella la observaba como si realmente la conociera, como si tuviera una opinión formada de su persona. No pudo evitar sentirse vulnerada.

Casi por inercia Serena estrechó su mano lo suficiente como para cumplir con tal formalidad. En ese instante lo único que quería era alejarse lo máximo posible de ella y de Seiya.

- Soy Serena- respondió con voz sacada de fuerzas interiores que no conocía- el placer es mutuo-

Seiya, quien había permanecido de pie como una verdadera estatua en mármol hasta ese momento pareció reaccionar al oír la voz de Serena. Tragó como si realmente le costara hacerlo y giró el cuerpo para ver a Serena.

- bombom yo puedo explicarte esto, verás…-

Si Serena hubiera podido darse de cabezazos en la pared lo habría hecho de buena gana ¿Y había estado a punto de decirle a Seiya de que no habían impedimentos para que estuvieran juntos? pues Serena acababa de descubrir uno con cuerpo y rostro de modelo plantado justo frente a su nariz. Se sentía como una idiota y lo único que necesitaba era salir de ahí para dejar de sentirse como tal así que cortó la explicación de Seiya, la que por cierto no había oído ni por asomo y con ánimo renovado y orgullo ligeramente reparado reunió sus cosas.

- Creo que será mejor que Yaten y yo hagamos nuestro trabajo en mi casa. Ustedes necesitan ponerse al día y todo eso…-

Abrió su bolso e introdujo sus materiales mientras se felicitaba por haber hecho que su voz se oyera así de normal. Cuando volvió a mirar a Seiya esta vez agregó a su ya lograda actuación una sonrisa despreocupada.

- Nos vemos Seiya-

Pasó por su lado y obsequió una segunda sonrisa, esta vez a Kara e intentó que fuera sincera, aunque considerando que quería arrancar la cabeza de ambos era una labor difícil.

- Espero que Seiya pueda hacer de tu estadía todo un agrado-

Serena cruzó su bolso por su espalda y se plantó frente a un sorprendido, molesto y también algo orgulloso Yaten.

- ¿Vamos?-

Yaten asintió.

- Deja ir por mis llaves-

Rebuscó entre un recipiente que contenía los juegos de llaves de él y sus hermanos y antes de salir por la puerta en compañía de Serena, miró a Seiya con la mandíbula apretada y ojos llameantes.

- Arregla. Esto. Ya- le advirtióenfatizando cada palabra sin contemplación

Azotó la puerta luego de aquello, dejando a Seiya y Kara de pie en medio de la cocina sin saber muy bien como proceder. No pasaron más de dos minutos cuando Taiki apareció en la sala con la misma expresión esperanzada que la primera vez. Al ver a Kara sus mejillas volvieron a decaer.

- Me pareció haber oído la voz de una chica-

No fue hasta que miró a Seiya, a la recién llegada y la ausencia de Serena y Yaten que notó que algo muy extraño había en esa escena.

- ¿Qué…qué está sucediendo aquí?-

Era lo mismo que Seiya y Kara se estaban preguntando en ese preciso momento.


Yaten y Serena llevaban más de una hora recorriendo a pie el camino hacia la casa de ésta a pesar de lo tarde y lo frío que estaba al exterior. Atrás había quedado el ánimo de terminar con el trabajo y como Serena necesitaba distracción y Yaten deseaba brindársela finalmente la plática que estaban manteniendo había logrado vencer a los demás contratiempos.

Y el tema que Yaten había escogido para hacer pensar a su amiga en otra cosa era justamente su propia vida sentimental. En parte porque Serena le había echo una pregunta que los había llevado a profundizar más en ese asunto y también porque Yaten sentía la imperiosa necesidad de oír la opinión y el consejo de su mejor amiga.

- ¡Mina te besó!- exclamó Serena pasmada- ¡no puedo creerlo!-

Movió la cabeza aún incrédula de toda la historia que Yaten le había relatado con lujo de detalles, desde el episodio de la cocina hasta el instante en el que Thomas ingresó a la habitación en donde él y Mina habían estado durmiendo.

- Si, y si lo gritas más fuerte quizás logres que los vecinos también se enteren-

Serena se enganchó a su brazo.

- Lo siento- murmuró en un tono más prudente- ¡es solo que no sé que pensar…!-

- Y eso es exactamente lo que necesito saber. Qué piensas tú de esto-

Lo que creía y lo que pensaba eran dos cosas que chocaban fuertemente en su interior. Su lado racional y algo más conservador condenaban rotundamente el actuar de Mina ¡Se decía comprometida y enamorada de Thomas! ¿Cómo es que entonces sentía el impulso de chocar sus labios con otro chico que no fuera su novio? Serena francamente no podía comprender como Mina había llegado a ese extremo, al de juguetear con cosas tan serias. Era un desafortunado lado de su amiga que no conocía y que le amargaba conocer.

Pero su lado emocional, ese que estaba íntimamente ligado con Yaten veía lo ocurrido como una pequeña ventana hacia la esquiva felicidad de su amigo. Y esa postura algo más liberal le hacía suponer que las verdaderas y más profundas emociones de Mina habían salido a la superficie aún contra los prejuicios que podía generar de paso y eso era más importante que cualquier convencionalismo.

- Para empezar…- dijo luego del debate interno que libró en silencio- por muy ebria que esté yo no besaría al primero que se me cruce enfrente y pienso que Mina no piensa diferente. Si lo hizo contigo es porque no eres cualquier chico para ella y aunque no apruebo su actuar creo que lo hizo por una razón de peso-

Yaten oyó con atención la opinión de Serena y luego de procesarla habló.

- ¿Y eso es bueno? me refiero a la razón ¿será una buena razón?-

Serena deseaba creer que era así. Que Mina estuviera usando a Yaten como una especie de salida de escape era una posibilidad que no quería contemplar, por el bien de su amistad con ella y por el bien de la tranquilidad mental de Yaten.

- Eso solo lo sabe ella. Si quieres saberlo tendrás que preguntárselo, yo solo puedo darte una opinión pero no la verdad, porque no la sé-

Yaten suspiró y miró hacia el cielo. Al menos Serena estaba siendo honesta por eso es que necesitaba oír qué pensaba al respecto.

- Mina es muy confusa- musitó al viento- a veces no se si realmente sirve de algo pensar siquiera en lo ocurrido. Tal vez solo me causará malos ratos-

La mano de Serena llegó hasta la espalda de Yaten para sobarla en una señal de consuelo. Y de apoyo.

- Si…ella suele ser muy ambigua especialmente cuando se trata de ti, eso no me gusta. Eso sin contar el otro gran detalle-

- ¿Cuál?-

- Que tiene novio- respondió con una mueca no de disgusto sino de congoja- uno que en este caso es víctima de las circunstancias-

Yaten inconcientemente se palpó el rostro que gracias a la pronta atención médica ya mostraba los primeros signos de recuperación.

- No se qué tan inocente es…pero gracias por recordarme su existencia-

Los dos prestaron especial atención al suelo por donde caminaban. Con las cabezas gachas continuaron la conversación.

- No quiero sonar moralista- dijo Serena enganchándose otra vez a su brazo- pero lo que ocurrió es prácticamente una infidelidad ¿verdad?-

Infidelidad. La terrible palabra que Yaten quería evitar pronunciar a toda costa, así como verse involucrado en un caso de traición amorosa. No quería que juzgaran de esa manera a Mina ni que la tildaran de infiel. Ni a él de rompe relaciones de paso.

- Ya te lo dije, no nos besamos, fue un casi beso con un velo de por medio. No hubo contacto de bocas ni de nada más-

- ¡Uhg!- gritó Serena arrugando la nariz- ¡detalles no!-

Ambos se miraron y rieron de vuelta. Serena se puso algo más seria luego de unos segundos de distensión.

- A lo que me refiero es que hubo una intención de hacerlo y si bien no se concretó…ella quería besarte. Mina pensó en la posibilidad de ser infiel a Thomas y no le importó. Eso es algo serio, triste y preocupante también-

Yaten estuvo de acuerdo aunque no lo exteriorizó. Si bien Thomas no era su persona favorita en todo el mundo fue inevitable no ponerse en su lugar. Si él se enterara de algo así… no sabría cómo reaccionar. Probablemente como lo hizo Thomas: golpeando a quien estuviera en su camino sin preguntar primero.

- Estaba bebida- explicó Yaten nuevamente excusándola- me gustaría creer que estaba pensando con claridad pero sé que no es así. Así que no creo que sea importante-

Serena sabía cual era la técnica que estaba intentando aplicar Yaten. Si le restaba importancia a lo ocurrido con Mina el golpe sería menos doloroso, después de todo no tenía caso ilusionarse antes de tiempo si para Mina no había sido asunto relevante. Era la forma que Yaten tenía de proteger sus sentimientos.

Pero para Serena era una prueba más de lo emocionalmente involucrado que estaba Yaten a esas alturas.

- ¿Y eso es excusa?-

Él se encogió de hombros para parecer indiferente.

- Pues la he oído varias veces. Las personas dicen "eso no cuenta, estaba ebrio"-

Serena se paró en seco agarrando la mano de Yaten para arrastrarlo a su lado. Alzó las cejas hacia él.

- Es triste que te consideres a ti mismo algo que no cuenta, por que tú eres más que un chico al cual se le roba un beso en una cocina a media noche-

Yaten sonrió y cubrió con su brazo a Serena. Su amiga sobreestimaba totalmente su valía.

- Solo intento hallar una explicación que no sea creer que el alcohol ayudó a Mina a tener una epifanía que le hizo descubrir que en realidad me ha amado todo este tiempo-

Volvieron a avanzar. Serena estuvo a punto de decir que creía bastante probable de que eso fuera así pero prefirió callar. Yaten junto su cabeza con la de Serena cariñosamente.

- ¿Ves lo patético que suena?-

Era demasiado. Serena tenía que aportar algo más que ese bobo silencio así que nuevamente se detuvo.

- Yaten- le llamó. Éste dejó de caminar y se volteó para oírle.

- Probablemente no sea buena idea que aplauda el comportamiento de Mina, tampoco quiero que llenes tu cabeza con esperanzas o ideas que podrían no resultar…no quiero que sufras, antes preferiría sufrir yo por ti-

Serena se acercó y sostuvo su rostro.

- Pero eres mi amigo y te adoro así que oye bien esto: ella deseó besarte. Tal vez aquello no duró más de un minuto y tal vez Mina necesitó el valor que te da el alcohol para hacerlo, pero lo hizo. Eso no me suena a epifanía sino más bien a deseo reprimido-

Yaten asintió con lentitud y si bien lo que Serena le estaba dando a entender tendría que haberlo hecho sonreír lo que sintió fue más bien abatimiento.

- Tus palabras me dicen que esto es algo bueno, pero tú corazón me dice que es algo malo-

Los ojos de Serena se vieron vidriosos de improviso, encendiendo las alarmas de Yaten.

- Sería incluso capaz de odiar a mis propios amigos si terminaras lastimado por su causa-

El corazón de Yaten titubeó ¿realmente quería eso? ¿enfrentar a Serena y a Mina? ¿poner en jaque esa férrea y hasta el momento impenetrable amistad? Por supuesto que no. Y para eso tendría que demostrarle a Serena que podría sobrellevar el asunto sin tener que comprometerla a tomar un bando.

Y aunque el compromiso y devoción que Serena le estaba expresando lo llenaban de dicha el ser responsable de una posible disputa entre las rubias no le dejaría vivir en paz. Así que la abrazó e intentó trasmitir a través de éste gesto la seguridad que Serena necesitaba sentir de su parte.

- No puedes encerrarme en una burbuja por siempre Sere. Algún día sufriré y mucho, pero ¿sabes? ya no tengo miedo como antes ¿quieres saber la razón?-

Ella asintió. Yaten besó su frente y dejó los labios contra su piel el tiempo suficiente como para brindarle verdadero peso a su respuesta.

- Porque sé que tú estarás a mi lado si eso sucede. Tú haces que no le tema al futuro porque pase lo que pase y vaya donde vaya, tú estarás en él-

Futuro parecía ser la palabra del día. Seiya la había mencionado y ahora lo hacía Yaten pero qué distinta connotación le habían dado cada uno. Mientras que el futuro con Seiya era completamente incierto el porvenir junto a Yaten era más que una realidad. Era un hecho indiscutible.

Serena no muy convencida echó el cuerpo hacia atrás y entrecerró los ojos.

- Atrévete a jurarme que tú tampoco has pensado en encerrarme en una burbuja para que nadie me lastime-

Yaten rió y pellizcó su mejilla restándole tensión a la plática.

- Es diferente. Yo soy tu caballero de blanca armadura y siempre iré a tu rescate, princesa-

Con las manos a ambos lados de la cintura, Serena elevó la mandíbula.

- ¡Pues entonces yo soy tu mujer maravilla!-

La seguridad que Serena había intentado comunicar con esa declaración más bien hizo crecer en Yaten una enorme ternura. Soltando a Serena parcialmente la conminó a continuar el trayecto a casa.

- Mas bien eres mi conejito de la suerte o algo así, pero te agradezco el ofrecimiento, te cobraré la palabra algún día y no te preocupes, yo estoy bien. El asunto con Mina está controlado-

Serena bufó pues sintió que Yaten no la tomó en serio pero aún así se dejó guiar a casa, sintiéndose ligeramente más tranquila luego de haber platicado con Yaten acerca de ese asunto.

Claro, había mucho más cosas que decir al respecto pero por el momento y especialmente a Yaten le interesaba tocar otro asunto antes de que el recorrido hacia el hogar de Serena llegara a su fin.

- ¿Sere?- le llamó después de varios minutos

- ¿mm?-

La miró de reojo antes de hablar.

- Kara no es nadie en la vida de Seiya, es solo una chica más de las muchas que aparecerán en el transcurso de su vida. Tú eres la única que tiene parada fija en el camino, la única que perdurará en el tiempo-

Con la animada plática que había estado compartiendo con Yaten casi había logrado olvidarse de ese pequeño detalle. Casi. Pero lo cierto es que con la sola mención de Seiya y con solo oír el nombre de aquella chica la sensación de ahogo había regresado. Suspiró pesadamente y recargó su cabeza en el hombro de Yaten buscando conforte.

- ¿Cómo estás tan seguro de ello?-

Para responder a ello Yaten curiosamente se remontó hacia la clase de literatura del día martes en donde repasaron la historia del antiguo teatro griego. El tema le había llamado bastante la atención pero en cambio Serena había estado a su lado distraída como siempre así que con seguridad sus palabras le parecerían algo nuevo.

- En una obra de teatro los actores secundarios son necesarios para acentuar aún más el valor de los personajes principales, sin embargo los que aparecen de principio a fin siempre son los más importantes-

Serena alzó la cabeza. Había algo en aquellas palabras que despertaron su interés.

- En la vida es exactamente lo mismo- continuó Yaten- hay personas que aparecen en tu vida para quedarse y otros que son simplemente forasteros de paso. Tú tienes que saber cual es tu papel en la historia y confiar en ello-

La mente de Serena supo exactamente donde había oído algo así antes y en quienes había pensado sin dudar. La imagen vino a su cabeza tan nítida como lo que tenía frente a sus ojos.

La profesora de literatura escribiendo "Edipo Rey" en el pizarrón y explicando al mismo tiempo la importancia que tenía el narrador del estribillo en la historia "sin la intervención de ese personaje probablemente la tragedia carecería de todo sentido" había dicho ella. "El personaje secundario brinda la información que nos permite desentrañar secretos y pasajes oscuros de la trama", había agregado después.

Fue ahí cuando Serena había dejado vagar a su mente libremente hasta aquellos personajes secundarios en su vida que habían aparecido para cumplir con esa labor. Y sobretodo uno en particular.

- A veces necesitas de aquellos que solo están un instante en tu vida para poder terminar la trama de la historia- murmuró reflexivamente

Yaten volteó al oírle pero Serena parecía tan distraída como en clases.

- Y en ocasiones un simple extraño puede ayudarte a entender y a ver entre la oscuridad si miras con atención a través de sus ojos-

Serena pestañeó como si acabara de ver algo que no debía de estar ahí. O quizás si.

- La visión de alguien diferente…puede que ahí esté la respuesta a muchas de las interrogantes a las que nos enfrentamos…-

Entrecerró los ojos hacia un punto en particular. Yaten la observó francamente intrigado.

- Qué quieres decir con…-

- Lucio- dijo ésta con voz apenas audible

El chico abrió la boca. Definitivamente esa no era la respuesta que esperaba escuchar.

- ¿Qué?-

Serena estiró el brazo y le indicó mirar hacia el horizonte.

- Que Lucio está ahí-

Antes de que Yaten pudiera observar hacia la dirección que Serena le había señalado, la rubia corrió en ese sentido.

- ¡Serena espera!-


Serena observó a Lucio unos instantes antes de anunciar su llegada. Él parecía tan en paz, plácidamente sentado en aquella banca de la plaza que le pareció un error interrumpir ese momento. Sus ojos cerrados y su cabeza echada ligeramente hacia atrás le daban un aspecto tan… envidiable. Eso era. Serena estaba experimentando un pequeño arrebato de envidia. Deseaba poder tener esa calma que reflejaban sus facciones, poder tener la oportunidad de cerrar los ojos y no tener que pensar en Seiya, ni en Kara, ex novios, ni en misiones secretas de rescate, enemigos mortales o peligros más allá de su imaginación. Ojala pudiera simplemente… abstraerse de todo aquello tal como estaba segura que Lucio podía hacerlo.

Con igual calma Lucio abrió un ojo y miró hacia Serena.

- ¿No crees que ya demasiado tarde para que antes sola por la calle?-

Serena se sobresaltó ¿Le había oído llegar? sus ojos habían estado cerrados todo el tiempo ¿Cómo…?

- No estoy sola, estoy con…-

Yaten llegó corriendo desde atrás con mirada airada

- ¡Por qué corres sin esperarme! ¿Acaso no sabes que es peligroso?-

Lucio alzó ambas cejas.

- Te lo dije-

Lucio se estiró como un felino después de una siesta y se puso de pie. Serena no pudo evitar asombrarse por lo alto y fornido que lucía en comparación a Yaten.

- Hola- le saludó Yaten con un asentimiento

- Hola- le respondió de la misma manera Lucio

Serena se preguntó en qué momento había surgido esa atmósfera tan helada.

- ¿Acostumbras a tomar siestas de noche en el exterior?- preguntó tentativamente

- Es una linda noche, se pueden ver las estrellas-

Serena buscó inmediatamente en el cielo para corroborar lo que Lucio le acababa de decir. Era cierto. La lluvia había menguado y el firmamento parecía haber sido totalmente limpiado y pulido. Las estrellas brillaban de una manera embriagadora.

- Es cierto…hace mucho tiempo que no me detenía a observarlas-

- ¿Y eso por qué?-

Serena lo pensó un momento.

- Me provocan…nostalgia-

Yaten le dio una miradita de soslayo que no pasó desapercibida para Lucio.

- Supongo que es un buen motivo para no mirarlas-

Yaten, quien había permanecido en silencio observando el particular diálogo creyó conveniente intervenir para que ambos pudieran proseguir su camino.

- Sere, creo que es mejor marcharnos antes de que sea más tarde-

Pero Serena ya estaba comenzando a sentir los primemos síntomas de lo que siempre le sucedía cuando Lucio rondaba por los alrededores. Esa capacidad de absorberla por completo sin hacer absolutamente nada. Y tal vez era eso.

Lucio no se esforzaba en complacerla, en llamar su atención, no se deshacía en halagos ni disculpas, tan solo se aparecía ante ella siendo y diciendo nada más que exactamente lo que estaba pensando y sintiendo. Como ella.

Así que Serena miró a Yaten y le dio de antemano una sonrisa de disculpa.

- ¿Yaten por qué no vuelves a casa? me quedaré aquí un rato más y luego me iré a la mía-

- No te dejaré sola en plena noche- respondió defensivamente

- No estoy sola- musitó la rubia indicando hacia Lucio, quien había vuelto a tomar su lugar en el asiento y descansaba despreocupadamente. Yaten frunció el ceño.

- ¿Quieres quedarte con él?- murmuró con algo de admiración

Serena simplemente se encogió de hombros. Yaten la tomó del brazo y la movió hacia un sitio más apartado.

- ¿Esto tiene que ver con lo que nos comentaste días atrás…o es por algo más?-

Mentirle a su mejor amigo no tenía demasiado sentido.

- Tiene que ver con todo y con muchas otras cosas más que ni siquiera sé…pero supongo que quiero averiguarlo. Tengo que hacerlo-

Independiente de la reacción que tuviera Yaten, Serena sabía que estaba haciendo lo correcto así que el enfado de su amigo no le impediría permanecer ahí. Pero Yaten tan solo la miró profundamente por incontables minutos. Había algo en sus ojos que lucía diferente, como si estuviera luchando contra su voluntad, lo que era raro puesto que Yaten jamás se abstenía de llevarla a cabo. Suspiró con pesadez y miró por sobre el hombro de Serena.

- ¿Te podrías asegurar al menos de que él te encamine a casa?-

- Yo puedo ir sola a…-

- No me discutas. Al menos has eso por mí-

La petición fue tajante así que Serena no tuvo otra opción más que aceptar.

- Está bien se lo pediré-

Aunque no estoy muy segura de que Lucio acepte ser mi niñero. Yaten se cruzó de brazos.

- ¿Me llamarás al llegar, cierto?-

¡Dios! Serena necesitaba algo de independencia con desesperación.

- Si, Yaten me reportaré cada un minuto a partir de ahora así que has correr el cronómetro-

Lucio sonrió desde su asiento pero a Yaten no le causó tanta gracia como había pretendido Serena.

- Solo hazlo y ya-

La acurrucó entre sus brazos un momento y luego besó su frente.

- Nos vemos mañana, princesa-

- Ve y descansa un poco y no te enfades, sabes que te quiero-

- Yo también-

Se separaron y se sonrieron con el buen ánimo recobrado. Yaten miró hacia Lucio quien parecía no estar interesado en lo más mínimo si ellos estaban ahí o no. Honestamente no comprendía qué podía hacer Serena ahí si él parecía estar más bien anhelando soledad.

- Adiós, Lucio- habló más fuerte

Lucio levantó la mano.

- Adiós, Yaten-

Al menos esta vez se habían despedido con mayor cordialidad- pensó Serena. Con una última mirada de su amigo Serena se quedó de pie a unos metros de Lucio. Se abrazó a sí misma para capear el frío viento nocturno.

- Así que has preferido quedarte conmigo que irte con tu mejor amigo. Eso debe de haberle dolido bastante-

Serena caminó con naturalidad hacia él y se dejó caer junto a la banca en el lugar que no estaba ocupado.

- Yaten me sobreprotege demasiado. Todos lo hacen. A veces yo solo deseo…-

- ¿Sentarte en un parque en mitad de la noche con un extraño?-

Serena apoyó un brazo en el respaldo del asiento.

- No te considero un extraño. Confío en ti-

Las palabras habían resbalado de su boca con tanta simpleza que casi se atraganta con su propio aire. Lucio abrió un ojo tal como lo había hecho al verle hace un momento.

- Digamos que a veces deseo tener la capacidad de tomar mis propias decisiones- agregó Serena al rato

- ¿Y no siempre has podido hacer eso?-

La vista de Serena se enfocó en algo mucho más lejano que lo visto en el horizonte.

- A veces se tiene que ceder en beneficio de los demás y para eso tienes que pasar por alto tus deseos y anteponer los del resto-

Lucio se giró, subiendo una pierna a la banca flectándola y apoyando un brazo en ella.

- Tengo la sensación de que tus problemas son mucho más trascendentales que elegir color de pintalabios o peinado para el día siguiente-

Entre el viento invernal, el ruido de los automóviles a distancia y el propio sonido incesante de su corazón, Serena supo exactamente a lo que Lucio se refería, más aún, casi tenía la certeza de que Lucio sabía exactamente de lo que estaba hablando.

- Antes yo no era así ¿sabes? antes vivía mi vida despreocupadamente y sin importar los inconvenientes yo solo sonreía y echaba los problemas al viento-

- ¿Y que sucedió para que cambiaras esa actitud?-

- Supongo que crecí- concluyó con facilidad

Lucio asintió con detención.

- Creciste, pero no lo hizo tu sonrisa-

Él movió el torso un poco más adelante haciendo que su camisa de franela rojo y negro estilo vaquero rozara por algunos segundos el brazo semidesnudo de Serena, proporcionándole algo de calor.

- Siento oír eso. Realmente-

Serena asintió con agradecimiento. Por el tono de su voz podía decir que estaba siendo sincero. Además por experiencia propia Lucio nunca decía algo sin que estuviera sintiéndolo verdaderamente. No era de los que fingía identificarse con sentimientos ajenos.

- Gracias, Lucio-

No dijo nada más y Serena tampoco. Ambos se dedicaron a mirar como la Luna luchaba por dejarse ver entre las nubes invernales, sin muchos resultados.

Francamente Serena estaba harta de pensar y de revolcarse en la autocompasión. Así que Lucio era la alternativa perfecta para despejar su mente y de paso aclarar varias incógnitas que giraban en torno a él, después de todo ese era uno de los motivos por los cuales había querido quedarse ahí con él. Aún debía de averiguar como es que Lucio y Sura presentaban esa similitud tan poco usual y una noche de conversación espontánea eran tan buena oportunidad como cualquier otra para desvelar en algo el misterio de su origen.

- ¿Lucio?-

- ¿Mm?- murmuró el chico aún con la mirada en el cielo.

Serena se cruzó de piernas y se giró por completo.

- Cuéntame algo de ti. Las veces que hemos platicado… solo lo hacemos de mí. Ahora que lo pienso lo único que sé es tu nombre y honestamente…no, realmente necesito pensar en algo más que en mi pasado y como de perfecta era mi vida -

La cabeza de Lucio se ladeó para mirarle de perfil. Sonrió despreocupadamente.

- Sabes más que mi nombre, más que la mayoría de hecho-

Pero Serena no cedería así de fácil.

- Dime tu apellido-

No sabía si Lucio soportaría el interrogatorio al cual pretendía someterlo pero con intentarlo no perdía nada.

- Barzaghi- contestó con firmeza. Era evidente que se enorgullecía de él. Serena intentó pronunciarlo varias veces pero por más que intentó no logró obtener ese siseo y ese tono utilizado por Lucio.

- Lindo- reconoció- ¿Y tu familia…?-

- Vivo con mi madre-

Serena asintió y dejó que pasara un tiempo prudente para no agobiarlo.

- ¿Y siempre has vivido aquí?-

Algo diferente brilló en su mirada. Serena lo notó a pesar de que no podía verlo por completo.

- No. Nací en otro lado-

- ¿Dónde?-

Él sonrió divertido.

- ¿Donde crees?-

Le costó un par de segundos darse cuenta. Por supuesto. Tanto su nombre como su apellido no eran originarios de ese lado del mundo. Y ahora que Serena lo pensaba y se dedicaba a observar algo más a fondo a Lucio…definitivamente no se veía como los demás hombres de la escuela o incluso de la ciudad. Su mandíbula era cuadrada y su nariz recta. Además su cabello era muy negro y algo ondulado en las puntas. Su piel era de una tonalidad olivácea casi como si el sol hubiera estado en sus poros desde el primer día de su vida. Era la primera vez que Serena veía a Lucio como un chico y no solo como un par de ojos azules alucinantes. Y lo que encontró fue digno de admirar. Movió la cabeza para volver a la plática.

- Oh claro. Italia… ¡eso es impresionante! ¿Toda tu familia es de allá?-

Lucio metió las manos dentro de los bolsillos de su casaca y encorvó un poco la espalda. Frunció el ceño algo más renuente a contestar. Serena esperaba que no decidiera irse justo en ese momento.

- Mi abuela lo es. Me crié con ella hasta que mi madre pudo hacerse cargo de mí-

Ahí había varias cosasa las cuales aferrarse pero Serena tenía que ser inteligente si pretendía saber algo más de él. Su actitud relajada ya no lo era tanto así que seguramente no era un tema con el que se sintiera cómodo charlando.

- ¿Ella aún vive?-

Las comisuras de los labios de Lucio se levantaron y sus párpados se arrugaron imperceptiblemente. Lo que sea que estaba pensando, le causaba mucha alegría.

- Si…y es todo un caso. Creo que la encontrarías atemorizante-

- ¿Más que tú? imposible- bromeó Serena

Cansada de tener las piernas dobladas en esa posición las estiró y luego las recogió cerca suyo.

- ¿Hijo único?- preguntó al rato

Otra sonrisa cubrió su rostro.

- Si, aunque con muchos primos. Las familias italianas suelen ser muy numerosas y la mía no es la excepción-

Serena casi podía imaginarse como hubiera sido tener tantos primos de su edad correteando junto con ella. Su infancia no había sido muy concurrida que digamos. Tomó entre sus manos un puñado de tela de su falda y la apretó una y otra vez hasta que reunió el valor de preguntar.

- ¿Por qué tu madre no pudo hacerse cargo de ti?-

Oyó que Lucio daba una larga inspiración como si intentara no sonar enfadado.

- Tenía que lidiar con sus demonios personales antes de lidiar conmigo-

Esperaba que esa expresión fuera figurativa y no literal. Lo esperaba con toda su alma. Para distender en algo la atmósfera Serena hizo una mueca graciosa. Y logró que al menos Lucio pusiera los ojos en blanco.

- ¿Eras un chico problema o algo así?-

La boca de Lucio volvió a curvarse aunque sus ojos no daban lugar a bromas.

- Soy un chico problema…o algo así-

A veces Serena tenía la impresión de que cada palabra de Lucio escondía advertencias que no debía de tomar a la ligera. Pero una vez más las pasaría por alto.

- ¿Extrañas tu tierra? me refiero al lugar en donde te criaste-

Y así sin más, los ojos de Lucio volvieron a iluminarse.

- Extraño la simplicidad de la vida, la comida casera y sobretodo la campiña. La ciudad me agobia hay demasiada gente y ruido por eso es que disfruto la tranquilidad que hay a esta hora. Extraño el aire puro, el color verde y el sol de la pradera reflejada en las montañas. Extraño los cálidos veranos y los inviernos nevados-

Serena casi pudo vislumbrar algo de esos paisajes a través de las palabras de Lucio. Ella no conocía mucho más allá de su ciudad pero sabía que fuera de la seguridad de su mundo había otro aguardando ser descubierto y ahora que había adquirido el gusto por la fotografía…imaginarse capturando todos esos lugares la llenó de un ansia inusitada.

- Lo haces parecer un paisaje de ensueño-

- Lo es- reconoció con convicción- así que si alguna vez tienes la oportunidad de viajar, definitivamente tienes que visitar Italia. Podrías decirle a tu amiga que también lo haga, no se arrepentirá-

Seguramente Rei ya tenía planificado todo un tour por Europa que con seguridad incluiría Italia pero aún así le sonrió a Lucio y asintió.

- Lo haré-

Serena se encorvó hacia delante luciendo casi como un ovillo.

- ¿Piensas volver algún día?-

- Si, está en mis planes-

Notó que la luz artificial de las farolas repartidas por el parque rebotaba en las lentillas de Lucio haciendo que sus ojos se vieran vidriosos. Ahora que lo pensaba…seguramente el aire nocturno y frío estaba causando estragos con ellos pero si sentía incomodidad, la estaba disimulando maravillosamente. Tenía que llegar a tocar ese punto pronto.

- ¿Como heredaste lo de tus ojos?- preguntó Serena indicando a los propios- ¿es un gen de parte de la familia de tu madre o…?-

Inmediatamente él escondió sus ojos tras una maraña de cabello como si tenerlos expuestos fuera una carga más que algo positivo.

- Mi abuela me comentó que mi padre se veía exactamente como yo aunque no podría asegurarlo. Yo nunca lo conocí-

Le había costado demasiado llegar a esta parte de la conversación así que Serena no desaprovecharía el obtener toda la información posible. Se sentía un poco culpable por estar sonsacándole tales datos a Lucio pero era necesario.

- Falleció o…-

La mandíbula de Lucio se tensó.

- Desapareció. Se desvaneció de la faz de la tierra-

No parecía triste con aquello pero sí pudo percibir algo de resentimiento. Serena agachó la cabeza, apenada de incitarlo a platicar de cosas complicadas. La culpa iba en aumento.

- Lo siento-

- No lo hagas- respondió de inmediato- no fue tu culpa-

Mientras Lucio estiraba las piernas Serena se armó de valor para continuar indagando más profundo. En esa parte de la historia estaba la clave, casi podía palparlo.

- ¿Y nunca más tenido noticias de él?-

El silencio se hizo presente e hizo que Serena se comenzara a impacientar. Era como si Lucio estuviera decidiendo si compartir o no con ella esa información, decidiendo si confiar en ella. Nunca antes habían hablado tanto de su vida, nunca antes esperó llegar a conocer tanto de ésta, pero ahí estaba sentada de noche en pleno invierno aguardando con el corazón latiéndole muy rápido por una respuesta de ese intrigante sujeto.

-La última vez que lo vieron fue en este lado del planeta-

Y ahí estaba la respuesta a muchas cosas. Los ojos de Serena se abrieron de la impresión y luego se suavizaron y con ayuda de sus manos se deslizó por el asiento, acortando la distancia que los separaba considerablemente.

- ¿Por eso es que volviste, estás buscándole?-

El no respondió pero no fue necesario que lo hiciera. Serena trajo al presente aquel primer encuentro con Lucio en el balcón de ese salón de baile. La sensación de que Lucio no le estaba mirando directamente a ella, sino a algo que había mucho más allá de su presencia mediata…como si sus ojos quisieran devorarse el horizonte entero. No había estado tan equivocada al respecto, Darien y Lucio sí tenían algo en común.

- Cuando te vi por primera vez- comentó Serena- me recordaste mucho a alguien. A alguien que también miraba al horizonte como si estuviera buscando algo. Ahora entiendo la razón de esa sensación-

Serena no se había dado cuenta de lo cerca que estaba de él y solo lo hizo cuando Lucio volteó a verle. Se veía algo serio pero no al nivel de significar una amenaza sino más bien como si la amenaza fuera ella. Era de lo más extraño.

- Voy a tener que tener cuidado contigo, Serena-

Esa afirmación hizo sonreír abiertamente a Serena. Si alguien debía tener cuidado tenía que ser ella, eso era seguro.

- ¿Cuidado de mí?- preguntó con gracia- ¿Por qué?-

- Por que soy yo el que está en desventaja y no estoy acostumbrado a eso-

- ¿En desventaja?-

El asintió.

- Sabes mucho y yo muy poco-

La rubia pensó en alguna forma de compensar la confianza que él había depositado en su persona. Se le ocurrió una manera aunque no sabía que tanto le convenía.

- Si me pudieras hacer una sola pregunta ¿Cuál harías?-

Lucio se volteó completamente y estudió por largos segundos los rasgos de Serena. La piel de la rubia se volvió de gallina y no solamente por el gélido viento que azotaba sus mejillas.

- ¿Por qué la gente que te rodea te cuida de esa manera tan férrea?-

La boca de Serena se abrió levemente.

- Entiendo que te quieran y seas especial para ellos pero la forma en la que se cuadran a tu alrededor…he visto eso antes…es como estar frente a un tablero de ajedrez. No puedo pensar en otra cosa más similar-

Levantó la mano.

- ¿Has visto alguno? ¿La forma de distribución de las piezas?-

Las pupilas de Serena se dilataron mientras negaba. Lucio movió los dedos como si prácticamente estuviera viendo uno en el aire.

- Desde los peones que son la primera defensa hasta las torres, los caballos y alfiles…todos están dispuestos para proteger una sola cosa; la pareja de reyes, específicamente al Rey. Si el Rey cae, si el líder es puesto en jaque la partida se pierde así que todas las piezas se mueven por ese único motivo-

Juntó las manos y entrecerró los ojos en dirección de una pasmada Serena.

- Así que tal vez se me ocurre que tú, Serena Tsukino no solo eres el corazón de tu grupo sino que algo más ¿la líder tal vez? ¿pero líder de qué? ¿qué es lo que comandas? y más importante aún ¿a quien pretendes vencer?-

Sorprendentemente Serena se descubrió deseando ser sincera con Lucio. Quizás porque él se había atrevido a tildarla de mentirosa cuando nadie más lo hizo, quizás así le demostraba lo contrario o quizás solo se sentía con ganas de hablar y de deshacerse de algunas libras de peso que llevaba en sus hombros y su conciencia.

- Veo que por primera vez desde que nos conocemos no tienes nada que decirme-

Serena no se dio cuenta hasta qué punto tenía abierta la boca. Debió de parecer un pez moviéndola sin vociferar palabra alguna. Pero Lucio sencillamente la tenía fascinada y aterrorizada al mismo tiempo. Cuando había intuido que ese chico podía observar a través de ella nunca imaginó que tal afirmación podía ser tan cierta hasta ese instante. Él lo sabía, había unido las piezas tan magistralmente que lo único que restaba era decir "Si".

- ¿Crees que yo podría ser la líder de algo?-

Hizo todo lo posible para que la voz no le temblara como el cuerpo. Agachó la cabeza y dibujó círculos imaginarios con su dedo mientras aguardaba por una respuesta. O más bien por la respuesta que ella esperaba oír.

Lucio estuvo observándola algunos segundos más para luego voltear su cabeza otra vez hacia cielo. Serena se sonrojó tenuemente después de rato. Seguramente estaba pensando en lo lastimero que había sido la pregunta; buscando la aprobación de alguien que prácticamente no le conocía, era patético. Finalmente él recogió una de sus piernas y afirmó un brazo sobre su rodilla.

- Es curioso, pero cuando estoy contigo siento que no se nada y que todo es posible, así que ¿quién soy yo para no creer?-

¿Podría él aceptar la verdad con la misma disposición y tranquilidad?

- Gracias por eso-

Se descubrió a sí misma agradeciéndole por segunda vez a Lucio.

- No obstante no me has respondido lo que yo deseaba oír. No mientes pero tampoco dices la verdad-

Había intriga en cada uno de sus rasgos. Serena se estiró para poder verle mejor.

- Que pasa…-

Lucio movió la cabeza.

- No quieres saberlo-

- Oh si, si quiero- contestó con gracia

Él evitó los ojos de Serena reacio a continuar. Era una actitud de lo más rara en él, generalmente hacía todo lo posible por intimidarla con su mirada penetrante y sus frases reflexivas.

- ¿Cuál fue la verdadera razón por la cual quisiste quedarte aquí conmigo?-

- Bueno…- dijo Serena ideando una respuesta rápida- supongo que deseaba hablar-

Serena quiso llegar a él pero no lo hizo. Tuvo miedo de que con su toque pudiera detener su línea de pensamientos. Así que metió las manos entre sus piernas y apretó con fuerza los labios.

- ¿De algo en particular o solo hablar?-

Cada respiración que Serena tomaba parecía que estaba siendo arrancada a tirones de sus pulmones.

- ¿Puede ser que exista algo que desees decirme?-

Sabía porqué podía sincerarse con Lucio y lo sabía muy bien pero no se atrevía a decirlo en voz alta. Una vez que lo hiciera se haría aún más real. Eso la aterrorizaba.

Se sentía al borde de un precipicio; un paso más y caería total y completamente al abismo. Pero al parecer su boca era mucho menos precavida que su cerebro…

- Puede ser que sea así-

Se sonrojóante un callado Lucio.

Armándose de valor y sin ni siquiera pensar el motivo o una razón específica Serena levantó una de sus manos y con extremo cuidado quitó de la frente de Lucio todo el cabello que le impedía ver a cabalidad sus ojos.

- No creo que eso sea buena idea- le advirtió Lucio con voz suave

Su cabello se deslizó fácilmente por sus dedos y si, era tan suave como había creído.

- No veo que estés tan nerviosa como hace unos minutos- dijo Lucio esbozando una sonrisa

Serena también sonrió y aún cuando ya había retirado todo el cabello continuó tocándole.

- Tú no me pones nerviosa ni me atemorizas…al menos no la mayoría del tiempo-

- Entonces tus instintos están totalmente bloqueados-

Otra expresa advertencia. Serena bajó la mano tomándola en consideración esta vez, pero no se separó. No quería verse más indefensa de lo que ya se sentía.

- ¿Me harías daño?- preguntó Serena evitando tartamudear ante él

Lucio enterró ambas manos en el fondo de sus bolsillos y se inclinó aún más hacia ella.

- Deliberadamente, no- respondió con firmeza

- Sin proponértelo, si- balbuceó la rubiamientras miles de pensamientos se agolpaban en su mente. Él no lo negó.

- Todos hacemos daños a otros sin proponérnoslo. Tú lastimaste a Seiya y él a ti. No creo que hayan querido hacerlo a propósito pero de todas formas lo hicieron-

¿Cómo un chico que reconocía ser malo en lo que a relaciones humanas se trata sabía exactamente que decir a cada cosa que ella le planteaba?

- Sabes mucho acerca de muchas cosas-

Entrecerró los ojos como si estuviera intentando adivinar si estaba hablando en serio o no.

- Hay algunas que todavía que aún se me escapan- declaró con ojos agudos

- Como cuales- murmuró Serena mirando hacia su boca y luego a sus ojos otra vez.

- Como tú-

Estaba cayendo por el barranco con demasiada rapidez. Con una torpeza que solo se podía deber a lo ansiosa que se encontraba, Serena fue estirando dedo por dedo y luego ahuecó la mano para acunar una de las mejillas del chico. Pero Lucio leyendo sus intenciones echó la cabeza hacia atrás y lo impidió.

- No, no lo hagas-

Fue la primera vez que la voz de Lucio sonó suplicante. Serena quitó con deliberada lentitud la mano de su alcance para así demostrarle que cualquiera que hubiera sido su aprensión ella no lo cumpliría.

- No te haré daño-

Él miró atentamente hacia su mano y luego hacia su rostro.

- Lo cambiaría todo-

- ¿Todo?- preguntó Serena vacilante ¿qué quería decir con eso?

Pero Lucio permaneció en silencio. Si la fascinación que la actitud de Lucio le despertaba era grande ahora con todo lo que sabía y más aún con lo que no sabía…se estaba transformando rápidamente en una obsesión.

- No entiendo a lo que te refieres- confesó finalmente desistiendo de su intento por acercarse a Lucio.

- Ni yo mismo lo entiendo bien. Son solo teorías vagas-

Y se moría por saber, pero Lucio no dio indicios de saciar su curiosidad. Con exasperación Serena hizo un mohín gracioso.

- ¿Al menos tienes alguna teoría que puedas compartir conmigo?-

Divisó muy de cerca el hoyuelo de su barbilla que nació cuando analizó y rió ante el gesto de Serena.

- Puedes conocer algunas…y definitivamente otras no-

Su ambigüedad estaba haciendo estragos en Serena. Prácticamente estaba sobre Lucio queriendo meterse dentro de su cerebro y hacerlo hablar claro.

- ¿Puedo al menos conocer la que tiene más votos?-

En un movimiento que dejó a Serena sin aliento, Lucio levantó la mano y tocó el lóbulo de la oreja de Serena. El corazón de Serena martilló en su pecho y estaba casi segura de que Lucio podía oírlo, pues la distancia entre ellos era ínfima. Cuando se atrevió a levantar la vista hacia Lucio éste volvía a lucir tan confiado como siempre. Como si hubiera recuperado el control tanto de sí mismo como de la situación.

- Creo que en el instante en el que te toque no podré parar de hacerlo en lo sucesivo-

Su aliento hizo cosquillas en su oído derecho y parte de su cuello erizándosele hasta el último de sus rubios cabellos, sintiendo el peligro y la advertencia que esa confesión traía implícita. Pero ya era tarde. Serena estaba en el abismo y tocaría fondo más pronto de lo que había creído. Y como si Lucio hubiera podido leer cada una de sus emociones, cada uno de sus pensamientos sonrió triunfante y victorioso. Sus ojos refulgieron mientras Serena caía presa de un hechizo que ni los rayos de la Luna podrían romper.

- ¿Qué? ¿Ya te atemorizaste al fin?-

*****SyS*****

Holaa mis queridisimos lectores! ha asado un mes si, lo sé, deberían odiarme por esto pero realmente espero que no lo hagan. Yo no me he olvidado de mi historia ni de ustedes, de hecho cada vez que tengo un respiro y algo de calma leo atentamente sus comentarios y avanzo al máximo en mi historia, así que una vez más y como siempre, les agradezco la paciencia, la fidelidad y sobre todo el cariño que me demuestran con sus palabras, ustedes son la mayor fuente de inspiración. Y como sé que están ansiosos por saber cual será el camino que está siguiendo la historia procederé a referirme a los puntos más cruciales en la trama, pero antes una pequeña referencia al título que escogí. Creo que en este capitulo varias cosas tienen que ver con la distancia, tanto la física como la de Rei respecto a sus amigos, como la emocional en donde Serena y Seiya son el clásico ejemplo. E incluso existe aquella lejanía que no sabías que existía hasta que alguien más la hace notar, como lo hizo Thomas con Mina. No sé cual de todas ellas es la más trascendental, quizás todas lo sean dependiendo del momento que estés atravesando pero lo que es claro es que cuando te alejas de algo o de alguien inevitablemente te vas acercando a otras cosas u otras personas ¿A quien se están acercando varios de los personajes de la historia? Pues creo que ya se puede vislumbrar bastante con el capitulo de hoy.

Primero: en cuanto a la trama principal, esto es Serena y Seiya, se que muchos estaban esperando a que sucediera una reconciliación entre ellos, después de todo habían compartido la noche juntos ¿eso es algo importante, no? Así que la actitud de Serena seguramente les desconcertó o quizás no tanto dependiendo de que tan compenetrados estén con los personajes y que tanto comprendan la manera de pensar de esta Serena. En ambos personajes se refleja a la perfección los lejos que están uno del otro, físicamente fueron uno pero emocionalmente están a años luz de distancia, viviendo y experimentando emociones totalmente opuestas. En este sentido rescato algo que Yaten le mencionó a Serena; que quizás ella sí sabía que esperar a la mañana siguiente pero Seiya no. ¿Eso la hace una egoísta? ¿Madura? ¿Más fuerte tal vez? o tal como ella misma dijo ¿ha llegado un punto en que es claro que uno de ellos ama más y está dispuesto a más por el otro? ¿Tiene que ver Lucio con esta tan marcada diferencia entre ellos? ¿Ha influído en los sentimientos de Serena? bajo estos términos ¿Puede medirse el amor con todos estos parámetros?

Segundo: Otro punto que quería mencionar tiene relación con Mina. Creo que ella está caminando por una peligrosa línea. Ya no solo está mintiéndose a sí misma sino que ahora lo está haciendo con Thomas e incluso me atrevo a decir que le ha contagiado la manía de mentirse a sí mismo ¿Quien debe poner los límites aquí? ¿Aquel que miente y lastima o aquel que está conciente de que tales mentiras le lastimarán? ¿Y cual es el papel de Yaten en todo esto? ¿Es un espectador que nada tiene que hacer al respecto o ya ha comenzado a ocupar un papel principal en la historia? y a propósito de Yaten ¿Sobre qué habrá tratado la plática secreta que mantuvo con Rei? ¿Y qué es lo que le hizo prometer? ¿Tiene relación con ellos o con alguien más?

De estas situaciones en las que me he centrado surge una conclusión y una consecuencia obvia; cuando te distancias de alguien o de algo inevitablemente te comienzas a acercar a otra cosa u otras personas y ya sabemos quien está más cerca de quién.

Y ahora para que no desesperen o para que desesperen aún más jajaj xD! me referiré a algunas cosas que quedaron inconclusas en este capitulo pero que se resolverán en el siguiente. Así que esto es más bien un adelanto. 1. Serena recurrirá a una de sus amigas en busca de desahogo, algo le está pasando y ya no puede evitar hablar de ello. 2. Amy y Taiki se reconciliarán. 3. Yaten y Mina hablarán de lo sucedido. 4. Kara rondará más que unos días la vida de Seiya, trastocándola casi por completo. 5. Serena y Lucio hablarán verdaderamente. 6. Sura y Lucio se conocerán.

Eso es todo! al menos por el momento! por favor no se impacienten, tengo presente todo el tiempo actualizar y no perder el contacto y la cercanía con ustedes. En cuanto afine algunos detalles subiré el siguiente capítulo y para que vean lo buena que soy! ahjajaja les adelantaré el nombre de éste. El capítulo 53 tendrá como título "Iman"

Les envío un abrazo a todos! esperando sus comentarios, dudas, puntos de vista, etc, con ansias. Y ahora procederé a contestar a aquellos que afectuosamente me escriben capítulo a capítulo :) PD: GRACIAS POR LOS MÁS DE 600 REVIEW a la fecha, todos ustedes lo han hecho posible!

Paula Lunatica: Hola amiga gracias por tu comentario y no! no estás loca! de hcho me ha encantado leer tu comentario. Creo que a varias personas les encantará el acercamiento entre Yaten y Mina y en cuanto a lo de "suavizar sus personalidades" pienso que la personalidad de Yaten más que suavizada lucha a diario por enseñar un lado suyo que no tuvo la posibilidad de mostrar a todo el mundo y que aún no todos conocen. Pero si Mina quedó prendada de una de las facetas de Yaten imagina los estragos que está causando en ella esta nueva faceta, tanto que incluso fue capaz de mentir a Thomas. En cuanto a la personalidad de Taiki también concuerdo contigo. Taiki siendo el más centrado y hasta racional de los hermanos Kou, es infantil en su actuar pero creo que es porque es el único que no sabe como lidiar con sus propias emociones después de todo nunca antes había tenido que hacerlo, en el fondo es como un niño descubriendo que el corazón no solo es un músculo que bombea sangre sino que también sirve para amar. Ahora tu opinión respecto a Kara..me reí tanto! porque creo que con este capítulo la odiarás aún más! xD. Ahora en cuanto a Serena creo que no estuvo del todo conciente que para Seiya lo ocurrido no era un despedida sino que un comienzo, a pesar de sus palabras Seiya nunca podrá alejarse de ella, nunca preferirá la soledad por sobre el dolor y es por eso que siempre termina cediendo ante sus emociones. El problema es que Serena aprendió a hacer todo lo contrario. Creo que es por eso que no congenian, ya no están en el mismo plano. Uno avanzó verdaderamente mientras que el otro aseguró hacerlo pero no fue así. Espero leerte en el siguiente capitulo y puedes escribirme con total confianza que te parecio! Su opinión para mí es fundamental así que te lo agradezco a mil!. Te envio un abrazoy nos leemos pronto!

tudulceesperanza: Hola amiga! gracias por esperar tanto tiempo. Sabia que te alegrarías por lo de Yaten y Mina! En cuanto a los sentimientos de Yaten creo que el solo hecho de haber dejado ir a Rei sin aclarar la relación entre ellos dice bastante. No se si lo que siente por Mina es más importante o no pero sí es lo suficientemente fuerte como para no haber hecho nada al respecto por Rei. A veces el silencio y la inaccion también dicen bastante. Rei ahora ya no está y en su ausencia la cabeza de Yaten se aclarará aún más, quizás lo suficiente como para tomar el valor de hacer algo al respecto ya sea por Mina o por Rei. Espero que este capítulo te agrade y espero con muchas ansias leer que tal te pareció. Un abrazo muy grande

diana patricia de Kou: Bienvenida a mis historia! espero que sigas escribiendo y leyéndola como ahora . Gracias por identificarte con mi historia, no eres la primera que me dice y eso es un halago y un gusto enorme para mí. Creo que Seiya se empecinó tanto en recalcar que lo ocurrido era un cierre que no pensó que para Serena tal vez si lo era. A veces cuando te mientes tan bien terminas por convencer a los demás de esa mentira. Espero que en este capítulo las cosas te queden un poco más clara y ante cualquier duda, sugerencia u opinión no dudes en escribirme para que juntas las resolvamos. Te envio un abrazo y nos leemos pronto.

are: Ola amiga! gracias por tus palabras. Hacer feliz a las personas con mi historia es una de mis motivaciones. Creo que la relación entre Serena y Seiya no subió de nivel a pesar de lo sucedido entre ellos, eso demuestra que cuando las almas no están en un cien por ciento en sintonía ni siquiera un contacto como el que tuvieron puede unirlas por mucho tiempo. Espero que este capitulo sea de tu agrado. Espero leerte en el siguiente capitulo. Te envio un abrazo.

Catu: Hola amiga! gracias por leerme desde el principio y decidir a escribirme ahora!.¿Odias a Kara? pues ahora con su desafortunada intervención la odiarás aún más. En cuando a Mina creo que has dado en el clavo. El problema no son las dos posibilidades que tiene tanto con Yaten como Thomas, porque ambos chicos son un sueño a su manera, claro. El problema es que Mina está buscando algo que si no siente dentro de sí nunca podrá encontrar en otros y eso es seguridad. Seguridad en tí misma. Si no la tienes nadie te la podrá dar y así jamás hallará la felicidad. Y en cuanto a Serena y Seiya tienes razón ellos siempre tienen las más grandes posibilidades de acabar juntos pero por el momento eso no se vuslumbra como algo sencillo ni a corto plazo y creo que aquí también has acertado. A veces tienes que mirar y comparar con otros para valorar y darte cuenta que lo que tienes a tu lado es más de lo que jamás podrás tener y desear. Te agradezco el análisis y los comentarios y espero verte en el siguiente capítulo. Un abrazo y nos leemos :)

Grenddene: Hola! no se si has escrito antes en mi historia pero me alegro haber leído tu comentario. Hay algo de lo que dijiste con respecto a Serena y Seiya que me gusto mucho. "Espero que su final tal vez no sea precisamente feliz sino que bueno para ambos". Y creo que esa es la visión que está teniendo Serena de su propia relación, más no así Seiya quien aún lucha por revivir el cuento de hadas. En cuanto a Yaten y Mina pues creo que cada vez veo más cercano que algo entre ellos suceda y me refiero a algo serio y crucial aunque no se si queremos que Thomas sufra por ello. Te envio un abrazo ! y espero leerte pronto !

Miriamelle: Queridísima amiga! perdon por el retraso pero aqui estoy de vuelta con un capítulo más esperando que no te hayas olvidado de mi historia! En cuanto a Mina u Yaten (tu primer punto a discutir) creo que tienes razón. Es como si Mina hubiera dado un vistazo real hacia su interior y se hubiera dado cuenta que no todo estaba bien allí dentro y que sin siquiera pensárselo Yaten había estado acaparando terrenoen lugar de Thomas hasta el punto de atreverse a mentirle con tal de acercarse un poro más a él. Y en cuanto a Yaten bueno, el solo hecho de que halla dejado ir a Rei ya dice bastante pues estoy seguro que a Mina no la habría dejarlo partir así de fácil. Punto dos: Taiki para mí es un personaje demasiado inocente e inseguro de sí mismo. Es como si recien hubiera descubierto que tiene corazón y que ese músculo ama y eso le asusta y le desconcierta, no sabe que hacer con él!. Punto número tres: Perdón por decepcionarte y por hacer tan confusa esta parte de la historia! pero deja planteártelo desde este plano. Creo definitivamente que uno de ellos realmente ha logrado alcanzar un punto en que vivir sin el otro es terriblemente doloroso pero tolerable y esta es Serena. Seiya es un soñador, un romántico empedernido e incluso en la misma noche de amor con Serena ya estaba pensando en el mañana, Serena en cambio solo pensó en el presente pues ya tenía mentalizado que el futuro al menos mediato no sería con Seiya. Serena lo vio como un cierre, Seiya en cambio como un nuevo comienzo. Tal vez debió advertíselo a Seiya o quizás pensárselo dos veces antes de ilusionarlo de esa forma pero eso afirma mucho más mi punto; Serena ha evolucionado para bien o para mal, en cambio Seiya cree que lo hizo y por eso recuperarse de Serena le es imposible. Me extendido bastante! así que te dejaré por el momento esperando leeerte ovbiamente para comentar este capítulo. Te envio abrazos por montón! amiga byeee

U . Raggie: Amiga eres tan graciosa! no mueras! Ahora en cuanto a tu comentario. Definitivamente el cambio en Seiya si tuvo relación con Yaten y su amiga Kara pero lamentablemente ni eso pudo ser suficiente para retener a Serena por más de una noche a su lado. Eso quiere decir que tal vez el problema ya no sea de Seiya sino que de Serena. En cuanto a la actitud de Mina. Creo que la posbilidad de Yaten varió de ínfima a cuantiosa y eso es porque básicamente Mina se abrió a ella y lamentablemente si continua mintiendo y fingiendo que nada ha pasado terminará por lastimar a nuestro amado Thomas. Con respecto a Sere y Seiya (nuevamente) pues ni siquiera tuvieron la oportunidad de mirarse a los ojos después de la noche compartida porque Serena ya no estaba ahí para Seiya. Creo que Serena se alejó de él mucho antes de aquella mañana ¿Como dos personas pueden estar tan erradas con respecto a su realidad? Mientras Seiya creía que ese sería el punto en que sus vidas volverían a rodar juntas, Serena ya tenía otra visión de las cosas. Distancia; una que no puede curarse por un par de horas en una cama extraña y comunicación, algo que no puede nacer con un diálogo de un par de horas. Ese es el problema entre ellos y creo que Serena lo sabía de antemano mientras que Seiya fue el más perjudicado al respecto. Espero leerte y comentar el siguiente caoítulo! me encantan tus comentarios porque son muy detallados y a fondo asi que ojalá el siguiente sea igual. Te envío un abrazo y nos leemos pronto! Byee PD: gracias por los saludos de cumpleaños!

pininamoon: Hola amiga! gracias por comentar mi capítulo. Parto con el tema Yaten- Mina. Sé que eres fan de que estos terminen juntos y por lo que estoy viendo xD esa posibilidad está más cercana que nunca. Pero no por una causa mágica o algo parecido, es simplemente porque Mina vio a Yaten como prácticamente todo el mundo había comenzado a mirarle y se preguntó ¿Si ya eres como siempre quise que fueras, porque no estoy a tu lado entonces? Con respecto a la obsesión de Jay, eresla primera que dice la palabra mágica "Obsesión" ojo con eso! En cuanto a Sere y Seiya tienes razón. Seiya en el fondo siente algo de resentimiento hacia Serena y eso queda muy plasmado en el capítulo actual y más aún considerando que abrió los ojos pensando que todo estaba resuelto. La bofetada que Sere le ha dado no hará más que acentuar ese sentimiento. Y como extrañaste a Darien pues eneste capítulo hizo una pequeña aparición y en cuanto a las Outeres al menos sabemos que están vivas y la misión para rescatarlas está lista para ser ejecutada así que solo a esperar! Te envio un abrazo y espero leerte en el siguiente caoítulo. Byeee

minafan: Hola amiga! gracias por comentar y no te disculpes por no poder hacerlo! Como yo sé que tu pareja favorita es Mina y Yaten creo que verdaderamente ese fue uno de tus capítulos favoritos y eso es porque la balanza se ha movido y Mina al fin ha equilibrado a ambos a un mismo nivel, al fin cree que tanto Yaten como Thomas le aportan algo que ella carece y eso es seguridad. Pero mientras no adquiera seguridad en sí misma ni su relación con Thomas ni una probable relación Yaten resultarán como ella quiere. Espero leeerte en el siguiente capitulo para comentarlo! te envio saludos byeee

princessnerak: Hola amiga! gracias por comentar. Hay algo de lo que escribiste que me ha gustado. Creo que Mina junto a Yaten es más auténtica que con Thomas. Eso no quiere decir que ella sea falsa estando con él, sino que su personalidad más burbujeante, esa a la que estábamos acostumbrados sale a relucir con más espontaneidad que con Thomas. No se si eso tiene relacion con la compañía en la que esté. Creo que es más por el hecho de que con Thomas Mina ha intentado ser una chica ideal, tal como él pero en el camino ha perdido su ímpetu, que justamente aflora cuando Yaten está cerca. Espero leerte en el siguiente capítulo para comentarlo . Nos vemosss

Cleilis: Hola amiga! una vez más es un gusto leerte y analizar tu punto de vista de la historia. Creo que eres una de las pocas que comparte empatía para con Thomas. Y tienes razón es real, auténtico y camina por la vida con el corazón en las manos cosa que tal vez no es buena porque cuando expones tus sentimientos de esa manera puede que la persona que menos imagines termine por lastimártelos. En cuanto a la situación Sere- Seiya... Gracias. Eres la primera lectora a la cual no le parece la desición que han tomado y concuerdo totalmente contigo. Cuando planee la escena lo hice básicamente para reflejar lo confuso e inestables que se encuentran emocionalmente los personajes principales, a tal punto que Seiya llegó a pensar que un contacto físico resasciría todos los problemas entre ellos. Eso demuestra una desorientación y una visión de las cosas totalmente errada, especialmente si la comparas con la de Serena que dentro de su propio desastre emocional, tuvo la claridad para darse cuenta que independiente de la noche compartida, eso noles aseguraba un acercamiento ni una compenetración porque si la distancia es de almas, nada lo podrá curar. Con respecto a Lucio pues tenemos algo de él en este capítulo y algo bastante muy interesante, me atrevería a decir que ese chico está mucho más cerca de Serena sin haberla tocado una sola vez. Espero leerte en el siguiente capítulo, me encanta leer tu perspectiva de las cosas así que lo esperaré. Abrazos y nos leemos!

Vannity Kou: Amiga hola! perdón si te traumaticé pero efectivamente Sere y Seiya continuan sin resulver sus diferencias y de hecho tú has mencionado un punto muy importante! y que nadie más había tocado. A pesar del grado de intimidad que acaban de compartir Serena sigue mantiendo esa parte de su vida fuera del alcance de Seiya, eso solo acentúa aún más la distancia que existe entre ambos y que una noche no basta para llenar el vacío emocional que ha crecido entre ellos. Esperemos que con el paso de los días eso se difumine. En cuanto a Yaten y Mina es una gran posibilidad de que ellos por fin se planteen la posibilidad de algo más, especialmente porque la atracción es demasiado fuerte que hasta Thomas ya no es indiferente a ella. Ahora con lo referente a la relación de Serena y Yaten, creo que tienes razón su relación va más allá de lo que cualquier persona con sangre en las venas soportaría, Ellos saben que está mal y están más que concientes que de no encontrar a alguien que entienda tal conexión probablemente acabarán solo, es un riesgo que ambos están dispuestos a soportar porque la vida y la experiencia hasta ese momento les ha enseñado que lo único seguro y permanente que se tienen es uno al otro. Eso hasta que aparezca algo más fuerte que ese sentimiento. Me ha encantado leeerte y espero encontrar un comentario tuvo en el siguiente capítulo. Te envío abrazos. Byee

dani: Hola amiga! jajaj gracias por tu comentario. Me gusta la idea de hacer un manga pero te aseguro que el dibujo no es lo mío. Lo buena que soy escribiendo lo tengo de mala dibujando xD así que lo dejaré como un sueño inconcluso por el momento! Espero leerte en el siguiente capítulo así que hablamos luego

Wen Kou: Hola amiga! espero que no te hayas decepcionado demasiado con el desenlace pues no acabó como esperabas. Creo que cuando existen problemas tan profundos éstos no se solucionan con una plática de una hora y un encuentro pasional de media noche. Creo que la relación de ellos merece estar a un nivel mucho más evolucionado que eso pero mientras ellos no lo reconozcan será complicado que vuelvan a tener ese nivel de conexión que trascendía a lo físico e incluso lo emocional. Espero de verdad que el capítulo sea de tu agrado y que te haya aclarado como está la situación entre ambos. Te envio abrazos y nos leemos pronto

Lunyta Kou: Hola amiga, no se si antes me habías escrito pero ha sido un agrado leerte! Te agradezco infinitamente que compartas conmigo la visión que tengo de Serena y la transformación de su personalidad a una chica más audaz, enamorada pero con los pies puestos sobre la tierra. Y si, me atrevo a decir que en la vida de Serena no solo tendrá inclusión Seiya sino que también otros chicos como el mismo Yaten y hasta Lucio. Eso no quiere decir que Serena ame menos a Seiya o que ya no desee estar con él, pero es justamente lo que explicaba en un principio lo que creo está ocurriendo; cuando te distancias de alguien te acercas a otros buscando aquello que sientes carente. Espero que este capitulo sea de tu agrado y espero también leerte en el siguiente para continuar analizando esta !

EstrellaBlanca: Hola amiga!1 wow! primero que todo un honor ser fuente de inspiración para tu propia historia. Siempre he tenido la idea de trascender la pantalla de la computadora y con esto creo que es un gran logro que me causa satisfacción así que gracias!. Espero que puedas conectarte pronto para continuar comentando esta historia y quiero que sepas que si tienes cualquier duda solo me lo digas y te ayudaré con gusto. Nos leemos luego. Adios!

BESOS Y ABRAZOS A TODOS BYEEEEEEE :)