Todos los personajes pertenecen a la Sra. Rowling.

La historia se situa en el sexto año de Harry, durante las vacaciones de navidad, solo hice unos pequeños cambios.


Estaban los cuatro en la madriguera esperando la llamada de la Sra. Weasley para empezar con las labores de limpieza ya que al día siguiente se festejaría navidad. Harry estaba de malas ya que Ginny había recibido una tarjeta de su querido novio Dean Thomas, ella se había molestado por la actitud de este y de su hermano al recibir la tarjeta, Hermione no le hablaba a Ron desde que empezó a salir con Lavander, pero no le quedo de otra que pasar la navidad con los Weasley ya se sus padres tenían varios compromisos de negocios y Ginny la había invitado, y por otro lado Ron estaba molesto porque según el ¿como nunca supo que Hermione había besado a Víctor Krum?, y ahora ella no soportaba a su novia.

La llamada de la Sra. Weasley les hizo despertar de sus pensamientos, cada quien se dispuso a hacer lo que les correspondía sin dirigirle la palabra a los demás, esto le llamo mucho la atención a Molly y sin mas los llamo a los cuatro a la sala.

- ¿Me van a decir que les pasa? – les pregunto Molly con los brazos en la cintura.

- Nada – contestaron.

- ¡Ah! ¿Nada? ¿Entonces porque no se hablan?

- No tenemos nada que decirnos mamá – le dijo Ginny.

-¿Se enojaron?

- No. –

- Por Dios es navidad, deben de estar contentos, Ginny ¿Por qué no has adornado la casa como siempre lo haces?

- No tengo ganas, aparte aquí hay gente que molesta – lo dijo dirigiendo la mirada a Ron y a Harry.

- Pues deberías traer a tu noviecito para que arregles tu casa a gusto – le dijo Harry en el mismo tono de ella.

- Pues fíjate que no es mala idea.-

- Tu que traes a tu novio y yo que… - le dijo Ron.

- Tal vez quieras que Lavander también venga ¿no? – dijo Hermione después de permanecer callada.

- ¿Y que tiene que ver Lavander en esto?

- No solamente decía.-

La Sra. Weasley los miraba a cada uno detenidamente, ya sabia bien por donde venia la pelea y la razón por la cual estaban molestos, suspiro y salio por la chimenea dejándolos discutiendo.

Después de unas horas regreso la Sra. Weasley pero acompañada de una viejita, muy canosa, arrugada y caminaba doblada ya que tenia una gran joroba.

- Chicos les presento a la Sra. Bertha es la abuela de la Tía Muriel – les dijo Molly.

- ¿La abuela de la Tía? ¿Pues cuantos años ha de tener? –

- Cállate Ron no seas grosero.- le dijo Molly – viene a platicar con ustedes.

- Vaya, pero si hay gran tensión aquí entre ustedes, y se cual es la razón – los cuatro chicos se miraron entre si – siéntense aquí frente a mi – les ordeno – Molly por favor me das la poción que prepare – Molly se la dio junto con 4 vasos – deben de tomarse esto al mismo tiempo y recuerden ellos no los pueden ver ni escuchar.

- Deben de hacerlo – les dijo Molly – yo ya lo hice hace muchos años y me sirvió de mucho.

Los chicos obedecieron, ya que le tenían confianza a la Sra. Weasley y no a la recién invitada, pero al momento de tomar la poción esta empezó a decir un sin fin de hechizos que no entendieron para nada, pero cuando quisieron preguntar sintieron como una fuerza los atraía, como si fueron lanzados por un traslador.

Aparecieron tirados en el jardín de una casa muy grande con una fachada hermosa, nunca habían estado en ese lugar.

- ¿Qué ocurrió? – pregunto Ron sobándose la cabeza.

- Al parece la anciana nos hizo viajar a algún lugar en especifico ¿pero para que? – Hermione se preguntaba mas para ella misma que para los demás.

- Tal vez los vasos eran trasladores – dijo Harry.

- No lo se- le contesto Hermione – Miren ahí viene un carro y se va a estacionar aquí, hay que preguntarle donde estamos.

Vieron como se estacionaba el carro en la puerta del garaje y se bajaba un hombre de aproximadamente 35 o 36 años, alto, cabello negro un poco rebelde, ojos verdes y con una cicatriz en la frente en forma de rayo, inmediatamente se escondieron de tras de un árbol.

- ¡Harry eres tu! – le decía Hermione.

- No puede ser si yo estoy aquí –

- Pero estas bastante grandecito, ¿estaremos en el futuro?-volvió a decir Hermione.

- Tal vez, mas bien es casi seguro porque Harry ya es un hombre… maduro – dijo Ginny pensando en lo bien que se veía ese Harry.

El hombre estaba sacando un portafolio de la cajuela del coche cuando se escucho un ¡PAPA! Desde la puerta de la casa, los cinco voltearon a ver quien era el que gritaba. El hombre puso una sonrisa en su rostro, mientras que los cuatro restantes tenían los ojos más abiertos que nada.

- ¡Papá! ¡Papá! Ya me llego la carta de Hogwarts – salía corriendo un chiquillo de once años en dirección a su padre con una carta en la mano.

- Es todo campeón, ya ves hijo no tenias porque preocuparte – le dijo abrazándolo – Neville ya te había dicho que estaba por llegar la carta de un momento a otro.

- Si lo se, pero es que estaba muy nervioso.

- Vamos a dentro ¿ya llego tu mamá?

- Si esta empezando a hacer de cenar.

Vieron como entraron los dos a la casa, para después verse entre ellos mismos, no dijeron nada por unos minutos como asimilando lo que acababan de presenciar, el primero que rompió el silencio fue Harry.

- ¡Tengo un hijo! – lo dijo con un sonrisa de oreja a oreja.

- Si hermano y ni como negarlo, es idéntico a ti, solo le falto los lentes y la cicatriz para ser tu el día que te conocí -le dijo Ron también con una sonrisa.

- Si es idéntico a ti y pues por lo que dice ya va a Hogwarts entonces tiene once años – les decía Hermione – ¿pero que tiene que ver Neville con la carta de Hogwarts?

- No lo se – contesto Ron - ¿Cómo se llamara tu hijo Harry?

- James, lo mas seguro es que así se llame, siempre he dicho que cuando tenga un hijo se va a llamar como mi padre y como yo.

Ginny veía a Harry asimilando la información, había sido demasiado para ella verlo ya grande con un hijo, y se le veía feliz, eso la hizo sentirse tranquila, ella amaba a Harry y le agradaba el hecho de que el formaría una familia y quien quiera que fuera la tipa con la que se haya casado le había dado un hijo, y por si fuera poco, idéntico a el.

- Vamos a ver por la ventana, para saber mas de tu familia Harry.- le decía Hermione indicándoles de que ventana se vería mejor.

- Pero nos podrían ver – le contesto Harry.

- ¿Recuerden lo que dijo la anciana? Ellos no podrán verlos ni escucharlos.

Los cuatro se pusieron en la ventana para poder ver y escuchar que era lo que pasaba adentro, pudieron distinguir a Harry y a su hijo platicando en la sala, y se sorprendieron al ver que por dentro la casa era igual de hermosa que por fuera, se veía elegante y cómoda.

- ¡Papá ya llegaste! – le decía un chico, un poco mas grande que el primero, de cabello cobrizo muy rebelde, usaba gafas como Harry y se le notaban unas cuantas pecas en las mejillas. - ¿Supiste que ya le llego la carta a Albus?

- Papá James no me ha dejado de molestar diciendo que voy a estar en Slyterin, que la carta tiene un código donde dice que ahí voy a estar.

- James deja de molestar a tu hermano con esas cosas, bien sabes que eso no es cierto, Albus ya conoces como es James no le hagas caso. – les decía Harry sacando unos papeles de su portafolio.

Desde afuera no podían creer lo que estaban viendo, sobretodo Harry, que no se le podía quitar la sonrisa de la cara.

- Wow, dos hijos, ¡tengo dos hijos! James y Albus.

- Si, pero el primero no se parece mucho a ti, mas bien a tu papá ¿no Harry? – le pregunto Ron viendo a James por la ventana – y ¿esas son pecas? Tu no tienes pecas Harry, ¿tu papá tenia?

- Creo que mi mamá, y tal vez por eso no tenga el cabello tan negro como el mío y como Albus.

- Ya quiero saber con quien te casaste Harry – le decía Hermione muy entusiasmada a lo que Ginny solo dio un suspiro, tenia que ser fuerte y enfrentar la realidad, ella también quería saber quien era la mujer de Harry.

- Bueno ya, quiero escuchar – les decía Ron.

Se enfocaron a la conversación que tenia Harry con sus dos hijos, podían ver inmediatamente que llevaba una muy buena relación con ellos.

-¿Dónde esta su mamá?

- En la cocina – le contesto James – dice que va a hacer de cenar muy rico, que bueno tengo mucha hambre.

- Tu mamá siempre cocina muy rico –

- Si creo que se lo heredo a la abuela, pero – les dijo bajando la voz – la abuela cocina aun más rico, pero no le digan que yo les dije porque si no se pone a gritar como loca.

- James mas respeto con tu madre, ella no grita como loca, solamente… grita cuando algo no le parece.

- Si claro – contesto James.

- ¡PAPI!!!PAPI VEN!- le gritaba una niña desde el segundo piso.

- ¿Qué pasa cariño?

- Ven a ver lo que me compro mi mami.- Harry subió las escaleras dejando a los otros dos chicos viendo televisión en la sala.

Afuera aprovecharon para sentarse en el césped y ver detenidamente a Harry.

- ¿Tres hijos? – Le pregunto Ron a Harry en tono burlón - ¿Qué acaso no tenias nada que hacer o que?

- Al parecer es una niña – decía Hermione.

- Si a mi también me lo pareció, ¿será mas pequeña o mas grande? – les preguntaba Harry.

- No lo se, pero ojala y no se parezca a ti, imagínate la pobre con ese cabello – seguía riéndose Ron.

- Pues ojala y se parezca a su mamá – decía Harry viendo de reojo a Ginny, esta solamente jugaba con el césped sin decir una sola palabra, no sabia quien iba a ser su esposa pero por ese momento se imagino que fuera Ginny.

Los tres se levantaron al escuchar más ruido, se acomodaron de nuevo en la ventana para poder ver bien lo que ocurría, Harry bajaba las escaleras con una sonrisa.

- Chicos ¿ya vieron a su hermana vestida de princesa?

- Si es una ridícula – decía James sin dejar de ver la televisión.

- Se ve linda pero no me quiero imaginar cuanto tiempo va a pasar con ese vestido, creo que no se lo va a querer quitar en una semana- contesto Albus.

- ¡Ya esta lista la cena! – gritaron desde la cocina.

- Vamos chicos ya saben como se pone su mamá cuando la ignoran- los dos niños se levantaron dirigiéndose a la cocina.

- Papi mira como me veo con mi corona – le decía una niña pelirroja bajando por las escaleras con un vestido de cenicienta y con una corona en la cabeza.

- ¡Por Dios Ginny eres tu! – decía Ron asustado ¿Qué hace tu yo del pasado en la casa de Harry del futuro? ¿Donde estamos, que nos ha hecho esa anciana?

- Cálmate Ron, ella no puede ser Ginny- le decía Hermione.

- Claro que es Ginny, si yo la recuerdo muy bien cuando tenia mas o menos esa edad y es ella.

- Cállate y déjanos escuchar.

- Te ves preciosa – le decía Harry cargándola y dándole una vuelta en el aire para después dejarla en el piso.

- Mira mami soy una princesa y mi papi es mi príncipe – le decía la niña a una mujer que se iba acercando a donde estaban ellos, para luego salir corriendo y dando vueltas para que su vestido se esponjara.

No se sabía que pasaba por la mente de las cuatro personas que estaban afuera viendo lo ocurrido. Una mujer pelirroja abrazaba a Harry y pudieron ver que esa mujer era Ginny con más años, su cuerpo había cambiado muy poco, ahora estaba más embarnecida, y su cabello lo tenía un poco mas corto.

- ¡No puede ser! – dijo Ginny. ¡Esa soy yo! Debe de haber un error.

- ¿Por qué? – pregunto Harry molesto con la actitud de Ginny.

- ¿Cómo que porque? Pues porque tu nunca te fijarías en mi, digo te gustan las de cabello negro y ojos rasgados ¿o me equivoco?

- Eso ya paso, ¿Qué no puedo cambiar de gustos?

Ron los veía sin poder creer lo que estaba pasando, nunca se hubiera imaginado que su mejor amigo y su hermana se iban a casar y que le iban a dar tres sobrinos, no sabia que decir, si felicitarlos o partirle la cara a Harry por aprovecharse de su hermanita, en cambio Hermione estaba feliz, sonreía abiertamente. Al escuchar voces nuevamente en la parte interior de la casa, dejaron de hablar para escuchar.

- Me pregunto hasta que edad serás el príncipe de Lily.- le decía Ginny con una sonrisa burlona.

- Ginny yo siempre voy a ser el príncipe de mi hija, nadie se le va a acercar a MI princesa, ya veras.

- ¿Cómo te fue? – cambio el tema Ginny.

- Bien y ¿a ti? – le preguntaba mientras la abrazaba y le besaba el cuello.

- Bien conseguí la entrevista con el equipo de Estados Unidos, vienen a jugar la próxima semana.

- ¿Otros chamaquitos emocionados porque los entreviste Ginny Weasley?

- No seas así.- le decía Ginny dándole un golpe en el brazo.

- ¿Qué? Siempre que vas a entrevistar a jugadores ellos son lo que te piden autógrafos y fotos, ¡Ginny Weasley, no lo puedo creer! –Decía Harry imitando a los chicos – la jugadora mas famosa de Quidditch.

- No seas exagerado.

- No lo soy, yo solo digo lo que veo.

- ¿Mañana vas a trabajar?

- No, pero traje unos papeles que necesito revisar hoy en la noche, ¿o tienes otros planes para esta noche?-le dijo con una sonrisa lujuriosa- anoche estuviste increíble, podemos repetirlo hoy cuando los niños se duerman.

- ¡Mamá mira James me esta molestando otra vez!- gritaba Albus desde la cocina.

- Vamos si no tus hijos van a terminar tirando la comida.

- Entonces… ¿esta noche? ¿Cómo ayer? – le pregunta Harry abrazándola y caminando rumbo a la cocina.

Harry estaba paralizado, no quería moverse y ver la cara de Ron, no sabia que debería hacer si salir corriendo o enfrentar la situación, pero ¿Qué situación? ¿Qué era en un futuro un depravado sexual? Pero eso hacen todas las parejas ¿o no? Ron lo tendría que saber el creció con una familia, así que no debería de enojarse, se decidió a voltear y lo que vio no le gusto para nada, Ron tenia las orejas rojas como su cabello y lo veía directamente a los ojos, el desvío su mirada y se encontró con la de Ginny, esta estaba completamente colorada de la cara, se imagino que el también estaba así, pero no sabia que decir o hacer, busco ayuda en Hermione quien lo miraba con una sonrisa y después veía de igual forma a Ginny.

- Me encanta la familia que formaron y lo felices que van a hacer.

Gracias Hermione, se dijo mentalmente Harry, al romper ese silencio que había surgido después de ese acontecimiento.