Reedición 2014.

Como antes he dicho, éste es mi primer fanfic para Yu-Gi-Oh! GX, el cual, cabe mencionar, entra dentro de mis favoritos escritos por mí. Lamentablemente lo tuve mucho tiempo parado, pero lo retomé, y decidí volver a reeditarlo para corregir ciertos errores de inconsistencia que había. Y encima también, para mejorar la ortografía y los diálogos.

Agradezco todos y cada uno de los comentarios dejados, me motivaron mucho e influenciaron para no abandonar éste proyecto, a pesar de que he tardado años con él.

Aclaraciones: Yu-Gi-Oh! GX ni ninguno de sus personajes me pertenecen, todo es propiedad de Naoyuki Kageyama. Yo sólo los tomo por mero amor al arte y sin ningún fin lucrativo. Gracias. Lo único de mi propiedad es un OC que creé, a partir de la falta de personajes femeninos decentes, el cual espero no los moleste mucho.

Si son nuevos por aquí: Reviews!


Juntos otra vez

::Tres años después de la graduación::

Aunque hubiese pasado el tiempo, él aún recordaba emocionado su duelo de graduación. Todos los días lo volvía a revivir en sueños, y cuando despertaba tenía la sensación de nunca haberlo dejado. Y cómo no, si había luchado con el mismísimo "Rey de los Juegos", Yugi Mutou.

Judai podía decir con toda sinceridad que ésa había sido la mejor experiencia de su vida.

Pero… no podía evitar que a veces un sentimiento de melancolía lo invadiese. También, día tras día, como si fuera una rutina marcada, leía con atención la carta de despedida que sus mejores amigos le habían escrito. Todos expresándole sus mejores deseos… todos, incluida ella también.

Inmediatamente un gruñido se escapó de sus labios, provocando que frunciera el ceño.

—¡Deja de pensar en eso! —se reprochó, alborotándose el cabello con desespero.

¿Otra vez? —preguntó Yubel apareciendo.

—Sí —respondió desanimado, sentándose en la cama de su habitación.

Después de haber viajado por muchos lugares, conocido a muchas personas y tenido muchos duelos; había decidido vivir solo en un pequeño departamento en Domino City.

Si tanto te incomoda es porque debiste haberte despedido correctamente —le regañó el espíritu de *Daitokuji-sensei.

—¡Lo sé, lo sé! Pero nunca me han gustado esos asuntos melancólicos —se defendió infantilmente—. Además… en ése entonces sólo pensaba en sobrevivir… había olvidado lo divertido de los duelos y a mis amigos —añadió con voz seria.

Los espíritus voltearon a verse sonriéndose entre sí. Unos segundos después el chasquido proveniente de la entrada para el correo los alertó, haciendo que miraran hacia la entrada. Inmediatamente Pharaoh entró en la habitación, cargando un sobre en el hocico.

¿Qué es eso? —se preguntó el profesor.

—Hay que ver —respondió el castaño agachándose para quitárselo al felino. Una vez que lo abrió y comenzó a leer su contenido, quedó de alguna manera paralizado.

¿Y bien? —lo apresuró Yubel.

—Habrá una reunión de ex-alumnos en la Duel Academia —respondió medio tenso. Los otros dos sólo lo miraron fijamente.

O-o-O

La vista de una enorme habitación se hizo presente por una ventana, de una gran casona. Adentro dos mujeres se miraban fijamente, la primera era de un largo cabello rubio y ojos color miel, mientras que la segunda tenía un cabello castaño oscuro y ojos azul grisáceo. Luego de unos segundos la segunda entreabrió los labios, dispuesta a hablar.

—¿Entonces qué vas a hacer, Asu-nee? —la cuestionaron.

—En realidad no lo sé —admitió con voz medio triste—, pero nii-san está encantado con la idea.

—¿Y a ti no te gusta?

—No es eso —replicó preocupada—, estaría más que feliz de volver a ver a mis amigos de frente y no a través de una pantalla, pero… —suspiró agachando la mirada.

—Pero tu problema tiene que ver con éste chico... —volvió a hablar la otra mujer pensativa. Asuka la volteó a ver de inmediato—, Judai-kun, ¿cierto?

—¡Sh-Sheryl! —balbuceó la rubia sonrojándose.

—Y yo tengo razón —sonrió la nombrada *Sheryl—. ¿Por qué no le dijiste nada? —preguntó curiosa. La Tenjoin de repente se tornó seria.

—Para Judai lo más importante son los duelos, por eso creí mejor guardarme lo que sentía.

—¿Y si ya cambió? —preguntó otra vez. Asuka volvió a mirarla, tornándose pensativa—. Pienso que deberías aprovechar ésta oportunidad, quizá puedas verlo.

—¿Y si él no fuera? —replicó. Sheryl pestañeó un par de veces, pensando alguna respuesta rápida.

—Entonces verías a tus amigos —le respondió sonriente—, tengo la impresión de que Ryou-kun también irá —añadió luego de fugaces segundos.

Asuka dio un par de vueltas por la habitación bajo la interrogativa mirada de la castaña. Faltaban pocas semanas para que se cumplieran tres años desde la última vez que lo había visto. Y aunque de verdad había intentado hablar con él… simplemente no pudo, mucho menos si no tenía un apoyo que la ayudara.

Y ni Fubuki ni sus amigas, aunque los quisiera mucho, eran lo que ella necesitaba.

—Ésta definitivamente no soy yo… —habló dándole la espalda a Sheryl. La castaña sólo frunció el ceño, mirándola un poco confundida—. Está bien, iré a la reunión. Pero tú irás conmigo.

—¿Por qué yo? —preguntó de pronto alarmada.

—Tú eres la que me está animando a ir —contestó la rubia torciendo los labios—, entonces hazte responsable de mí. Tú serás el apoyo que necesito.

La menor ladeó la cabeza. Pues si no había otra opción, y tomando en cuenta las palabras de Asuka, qué remedio había.

O-o-O

Yubel miró a su protegido con curiosidad, estaba con los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido, como muy pensativo. Luego de un rato rodó los ojos, comenzando a fastidiarse.

¿Entonces piensas ir? —le preguntó directamente. Judai agachó la mirada hacia la alfombra azul de la habitación, unos minutos después se levantó con rapidez.

—¡Bien, bien, iré! —gritó un tanto infantil, para luego refunfuñar en voz baja.

Los espíritus volvieron a intercambiar miradas. Aunque por un tiempo el carácter le hubiera cambiado drásticamente, por dentro Judai seguía siendo el mismo muchacho necio de 15 años. Casi al instante un sonido proveniente del teléfono los interrumpió, captando su atención.

—¿Diga? —contestó el castaño esperando una respuesta—. ¡Ah, Johan! —sonrió.

Johan Andersen, el compañero de duelos y amigo que había ganado en su tercer año en la Academia. Durante los dos, casi tres años que habían pasado, habían seguido en contacto. Así que no era una gran sorpresa su llamada.

—¿Eh, tú también? —le preguntó frunciendo el ceño ligeramente confundido—. ¡Bueno, eso es genial de todas formas! Entonces nos veremos en una semana —añadió colgando.

¿Johan-kun también irá? —inquirió Daitokuji. El castaño asintió enérgicamente.

Supongo que ahora tienes más motivos por los cuales ir —sonrió Yubel con calma.

O-o-O

Sheryl le dio un vistazo a la invitación que le habían hecho llegar a ambos hermanos Tenjoin, examinándola con curiosidad. Después de un par de palabras cordiales, prosiguió a ver la fecha para luego notar un detalle.

—Es en una semana —leyó apoyando su mejilla en la palma de la mano—, pero Asu-nee, aquí dice que es para ex-alumnos y yo no fui alumna de ésa Academia, ¿está bien que de todos modos vaya contigo?

—¿Eh? —pronunció distraída la rubia, mirando por el ventanal de la habitación—, ah, sí. Está bien.

La ojiazul enarcó una ceja ante la torpe respuesta de su prima, por lo que decidió verificar su estado de consciencia.

—Fubuki-niisan quiere que cantes con él —le dijo.

—Ah, sí.

—Lo entiendo, lo entiendo —se rió divertida saliendo de la habitación—. Iré a la habitación de Fubuki-niisan —avisó aún sabiendo que no estaba siendo escuchada.

—"Judai…" —lo llamó mientras posaba sus ojos en la blanca y fría Luna que se alzaba en la noche.


*Daitokuji-sensei: Es el profesor Banner en la versión de americana.

*Original Other Character: Sheryl Nightroad. Propiedad mía.