Los personajes de esta historia son propiedad de Stephenie Meyer

CUIDA MI VIDA

"Hablemos"

Edward POV:

Ya había pasado un mes desde que Bella despertó, todos estábamos impresionados con lo fácil que le estaba resultando adaptarse a esta nueva vida. En ningún momento se había mostrado agresiva, ni fuera de control, su actitud cuando estaba al lado de Elizabeth, era incluso mejor que la de alguno de nosotros, estaba completamente relajada cuando estaba a su alrededor.

Bella me tenía completamente fascinado, me encantaba verla con Elizabeth en brazos, oír como la arrullaba, y como tarareaba alguna melodía sin sentido, pero que aún y así parecía calmar a la pequeña.

Elizabeth, aunque era solo un bebé, no nos tenía miedo, ni parecía incomoda estando en nuestra presencia. Eso ayudó mucho a que, entre Bella y ella se formara inmediatamente un vínculo muy fuerte. Jasper estaba sorprendido, de la intensidad del amor que Bella le profesaba a su hija. Para él esta nueva situación era muy interesante, ya que le estaba permitiendo explorar nuevos e intensos sentimientos, y por suerte, todos positivos.

Durante este tiempo, yo había intentado, darle su espacio, no presionarla para que habláramos, pero cada vez se me hacía más difícil, necesitaba explicarme, necesitaba que me perdonara. A veces no podía evitar quedarme mirándola fijamente, sonriendo como un idiota mientras ella le hacía carantoñas a la pequeña, o simplemente mientras intentaba dormirla en sus brazos.

Y este era uno de esos momentos, estábamos los dos en la sala, sentados en los sofás, uno enfrente del otro, ella estaba meciéndola entre sus brazos, mientras la miraba con adoración, de repente me di cuenta de que estábamos solos, estaba tan absorto mirándolas, que no me di cuenta del momento en que mi familia nos había dejado solos, y entonces parece que Bella también se dio cuenta, y al levantar la vista, me sorprendió observándola y frunció el ceño, como si se sintiera incómoda y no le gustara que la mirara. No quería incomodarla así que soltando un suspiro de resignación y desilusión, me levanté del sillón con la cabeza gacha y salí de allí. La necesitaba tanto… pero no quería presionarla, quería que fuera ella quien se acercara a mí, antes habíamos hecho las cosas a mi manera, fui yo quien tomó la decisión de dejarla, y los hechos demostraron que me había equivocado estrepitosamente. Por eso a partir de ahora, haríamos las cosas a su modo y a su tiempo, aunque eso me doliera más de lo que creía posible.

Pero cuando estaba saliendo por la puerta de la sala, ocurrió lo que llevaba tanto tiempo esperando.

-Edward.- me llamó su voz a mis espaldas, y yo me giré inmediatamente para encararla. Ella se había levantado y aún con la niña en brazos, me miraba tímidamente. Yo estaba expectante, y supongo que debió ver la impaciencia en mi cara, porque suspiró como si intentara darse valor para hablar. -ehh… yo… - se notaba que estaba nerviosa e intentando encontrar las palabras adecuadas, no me gustaba verla en ese aprieto, así que lentamente me acerque a ella y coloqué mis manos en sus hombros y presioné levemente para darle apoyo.

Parecía que ella no podía seguir mirándome y bajó su vista hacia la niña.

-Es preciosa ¿verdad?- dijo ella, supongo que hablar de Elizabeth era más seguro y más fácil para ella, como hablar del tiempo. Esbocé una sonrisa, mirando al pequeño ángel que tenía entre sus brazos.

-Sí lo es. Pero no tanto como su madre.- le dije, trabando mi mirada con la suya, ella pareció incómoda con mi comentario y retrocedió alejándose de mi contacto. Cuando pensaba que por fin había algún avance, mi amor volvía a alejarse.

Pensé que la conversación había terminado, pero entonces ella volvió a hablar.

-Eh… Edward. Esta tarde necesito ir a cazar.- la miré sorprendido, ¿qué era lo que quería exactamente de mí?, tal vez creía que mi familia no volvería en todo el día y necesitaba que me quedara con Elizabeth. Pero ella sabía que aún era pronto para que fuera a cazar sola. Se la veía claramente incómoda con lo que intentaba decirme.- Me preguntaba si cuando vuelvan los demás, ¿te gustaría acompañarme?

Una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro, al oír esas palabras, ella quería que yo la acompañara.

-Claro Bella, me encantará acompañarte.- le contesté eufórico y la vi sonreír tímidamente sin apartar la vista de su hija.

Antes de que pudiera siquiera desear que mi familia no tardara mucho, la puerta de la casa se abrió y entraron todos al salón con Alice a la cabeza, que se acercó enseguida a Bella con los brazos extendidos para que le entregara a la niña.

-Ya estamos aquí, ya os podéis ir.- dijo la duende.

Bella buscó mi mirada antes de poner los ojos en blanco con una sonrisa divertida en su rostro, lo cual me hizo reír. Con cuidado colocó a la bebé en los brazos de mi hermana, y se dirigió a la puerta del salón, yo me disponía a seguirla, cuando me pidió que esperara a que se cambiara de ropa. Me quedé esperándola a los pies de la escalera, con una sonrisa idiota en mi rostro, pero entonces Emmett llamó mi atención con un gesto, y sin que una sola palabra saliera de sus labios, me dejó muy claro tanto en su mente com por gestos, lo que me haría si lo volvía a estropear con Bella, y la verdad es que cuando se lo proponía mi hermano podía ser realmente intimidante.

-Yo mismo iré a buscarte, si vuelvo a hacerla sufrir.- le dije yo, a lo que el asintió satisfecho.

Unos minutos después, Bella bajaba las escaleras vestida con unos tejanos ajustados y una camisa de franela ceñida al torso, llevaba el pelo recogido en una coleta que dejaba su cuello completamente expuesto, tuve que tragar saliva cuando la vi, desde ese momento supe que me sería muy difícil concentrarme en la caza. Llevaba al hombro una mochila, no entendía que podía necesitar para ir de caza…

-¿Para que la mochila?- le pregunté curioso.

-Para la ropa de recambio,- murmuró avergonzada, lo cual nos hizo reír a todos, aunque llevaba un mes cazando parece que aún no le había cogido el tranquillo para no acabar con la ropa destrozada. Yo nunca la había acompañado, pero pensé que alguno de mis hermanos le habría enseñado, en ese momento un recuerdo de Jasper llegó a mi mente, él se ofrecía a ayudarla.

"-Te lo agradezco Jasper, pero cuando era humana y pensaba que algún día sería como vosotros, siempre imaginé que sería Edward quien me enseñaría, y aunque ahora no nos hablemos…

-No te preocupes Bella, te entendemos, ya verás como todo se solucionará, - le decía Alice que estaba a su lado…"

Y en ese momento el recuerdo se interrumpió, al parecer Jasper no quería que viera más…

-Bueno…- dijo Bella que parecía incómoda- ¿nos vamos?

-Claro, vamos!

Bella se acercó a Esme que tenía a la pequeña en brazos, se inclinó para darle un beso en la frente despidiéndose de ella, y se encaminó a la puerta sin dirigirme una sola mirada. Yo la seguí inmediatamente despidiéndome de mi familia con un gesto de la mano, todos parecían emocionados, Alice incluso levantó sus dos pulgares, en señal de victoria para darme ánimos.

El principio del bosque quedaba detrás de la casa, y como habíamos salido por la puerta principal, tuve que rodear la casa para llegar junto a Bella que me estaba esperando, donde empezaban los árboles, me paré a su lado, y le ofrecí mi mano.

-¿Quieres que te enseñe?- le dije, esperando que aceptara y cogiera mi mano.

Ella miró mi mano y con una sonrisa traviesa, dijo:

-Si quieres puedes enseñarme a cazar- y alzando una ceja de forma divertida, continuó.- pero lo de correr se me da bastante bien, ¿quieres comprobarlo?

Y antes que me diera tiempo a responder, la perdí de vista, había empezado a correr adentrándose en el bosque. Mi cara de asombro debió de ser realmente graciosa, porque pude oír desde el interior de la casa como todos reían incluso Carlisle y Esme. Cuando me recuperé de la sorpresa, empecé a correr detrás de ella y me quedé sorprendido, ya que realmente era muy rápida, su fuerza de neófita hacía que pudiera impulsarse con más fuerza y dar las zancadas más largas.

Ya no la veía, iba siguiendo su rastro, pero cada vez estaba más cerca, podía sentirla, ella presintió mi acercamiento y la escuché reír mientras aceleraba el paso, no pude evitar acompañar sus risas, verla feliz me hacía feliz.

Cuando por fin la vi, aceleré todo lo que pude, y conseguí ponerme a su altura girándome mi rostro para mirarla, ella me devolvió la mirada y me sonrió, entonces progresivamente fuimos disminuyendo el ritmo hasta detenernos. Nos quedamos mirando a los ojos, los suyos ya habían empezado a perder ese color borgoña y cada vez estaban más anaranjados, sus facciones estaban más marcadas, pero seguía siendo mi Bella, igual de hermosa e igual de dulce que siempre.

Quería decirle algo, empezar a explicarle, disculparme con ella, pero parece que ella no quería hablar de eso en ese momento, y yo lo respetaría, le daría su espacio. Si ella quería ir de caza, iríamos de caza.

-¿Ves como no necesito que me enseñes a correr?- dijo alzando una ceja de forma presuntuosa, cuando vio que empezaba a ponerme serio. No pude evitar sonreírle ante ese comentario.

-Ya le veo, se te da genial. ¿Y con la caza, necesitas ayuda?- le pregunté divertido.

-Creo que si te viera hacerlo a ti, podría cogerte como ejemplo.- no pude evitar recordar aquel día en la cafetería del instituto de Forks, donde ella me preguntó si podría verme cazar alguna vez, en aquel momento me pareció una barbaridad, pero ahora me parecía sumamente excitante, saber que ella iba a estar observando todos mis movimientos, no como alguien frágil a quien tenía que proteger, sino como mi igual.

-Porque claro, ver a Emmett cazar, no es que sea de mucha ayuda.- y solté una carcajada ante ese comentario.

-No, Emmett en ocasiones no es de mucha ayuda. Él es más de fuerza bruta, no le van los trabajos finos.- y los dos nos echamos a reír.

Cuando dejamos de reír, decidimos ir a cazar. Pude percibir un puma, bastante cerca de donde estábamos, y con un gesto le pedí que guardara silencio y me siguiera.

El puma estaba tan absorto husmeando un conejo en su madriguera, que no percibió nuestro acercamiento, trepamos a un árbol cercano, desde donde podíamos ver todos sus movimientos, me giré para ver a Bella, que estaba en cuclillas encima de una rama del árbol a mi lado, su mirada tampoco se separaba del animal, le miraba con avidez, se veía que estaba deseando saborearlo. Pensé que tal vez sería mejor, dejar las enseñanzas para más tarde y permitirle calmar su sed.

-Edward, quiero ver como cazas, ¿pero te importa si después compartimos?- dijo sin apartar la mirada del animal.

-Claro.

Y sin esperar ningún otro comentario de su parte, me lancé sobre el puma y lo atrapé por la espalda, era la mejor forma, así evitas estar al alcance de sus zarpas. Cuando le tuve inmovilizado, sentí como Bella se acercaba y se arrodillaba a mi lado, nos miramos y sonreímos antes de inclinarnos sobre el animal, yo posé mi boca en su cuello, y ella sobre la ingle, parece que sabía dónde estaban los puntos donde circulaba más sangre. Pude sentir como el puma iba perdiendo fuerza entre mis brazos, hasta que se quedó completamente quieto. En ningún momento había apartado mis ojos de Bella, que estaba inclinada sobre el animal, con los ojos cerrados y saboreando la sangre con sumo placer, podía ver los movimientos de su garganta al tragar.

Cuando terminó, levantó la cara, y de la comisura de su boca, caía un hilo de sangre, acerque mi mano, y recogí la sangre con el pulgar para después llevármela a los labios y saborearla, Bella me miraba con los ojos abiertos como platos, como si no se creyera lo que yo acababa de hacer. Avergonzada, bajó la mirada hacia el animal.

-Si querías hacerme creer que ibas a beber, por lo menos podrías haberle hecho un corte en el cuello,- dijo señalando el animal.

-Pensé que no te darías cuenta.- le contesté mirando el cuello del animal que estaba intacto.- Creí que te hacía más falta que a mí.- dije con esa sonrisa torcida que sabía que tanto le gustaba cuando era humana.

Sin decir una sola palabra, se puso de pie y empezó a andar entre los árboles, yo la seguí en silencio, supuse que querría seguir cazando, pero entonces se detuvo.

-¿Por qué?- preguntó sin darse la vuelta para mirarme.

-Ya te lo he dicho, pensé que tenías más sed que yo.- estaba confuso, tampoco había sido para tanto que le cediera a la presa. La oí bufar delante de mí.

-No me refería a eso.- hizo una pausa y tomó aire- ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué volviste a por mí cuando te enteraste de lo de mi hija? No lo entiendo Edward, me dijiste que no me querías. – se dio la vuelta para mirarme.

Había llegado el momento de hablar.

Bella POV:

Necesitaba respuestas, y las necesitaba ya.

Mi cabeza no paraba de dar vueltas, me dejó diciéndome que no me amaba, pero cuando se entero de que iba a tener una hija, y que estaba a punto de morir, me convirtió. Lo único que podía pensar, es que me tenía lástima o se sentía responsable de lo que me había pasado.

Edward estaba delante de mí, le oí suspirar, había llegado el momento, para bien o para mal, hoy cambiarían nuestras vidas.

-Esta parte de la historia ya la conoces, pero necesito explicártelo desde el principio para que entiendas. Cuando nos conocimos, el primer día que te vi en la escuela, tu sangre me volvió loco, casi te mato en aquel mismo momento, pero conseguí controlarme y huí, vine aquí precisamente, a Denali. Pero ni siquiera poniendo distancia entre nosotros, conseguí olvidarte, no te conocía, no había hablado contigo, pero aun así había algo en ti que me atraía, y no me refiero solo a tu sangre.

Yo permanecía quieta, inmóvil en medio del bosque, mientras que el se paseaba de un lado al otro, como si el hecho de estar en movimiento le ayudara a aclararse las ideas.

- Y entonces decidí volver, y la verdad es que no tendría que haberlo hecho.- exhalé aire abruptamente, entonces era eso, él se arrepentía de haber estado conmigo, tal vez se avergonzaba de haber estado con una simple humana como yo.

Él notó mi reacción, y se dio la vuelta inmediatamente, como si le hubiera asustado, entonces parece que se dio cuenta de sus palabras, y se acercó a mí rápidamente, colocando sus manos en mis hombros.

-No, no es lo que piensas.- dijo angustiado- déjame terminar por favor. Si no hubiera vuelto, ninguno de los dos habría sufrido tanto.- cerró los ojos y suspiró antes de seguir hablando.- Pero volví, y te conocí. Y me enamoré perdidamente de ti, nunca dudes eso Bella, por favor.- me dijo suplicante mientras sostenía mi cara entre sus manos, como si fuera del más fino cristal.

Le miré a los ojos, podía ver que estaba siendo sincero. Quería tanto creerle…

-Siempre tuve mis dudas sobre nuestra relación, y no porque no te amara. Al contrario, precisamente por el gran amor que siento por ti, temía por tu seguridad. El día de tu dieciocho cumpleaños, cuando Jasper te atacó, fue el detonante que me hizo ver que no podía seguir alargando lo inevitable, algún día acabarías herida, o peor, muerta. Y no podía soportar la idea, de que fuera por mi culpa, o a manos de algún miembro de mi familia. Eso me habría destrozado Bella.- sus ojos se veían suplicantes. –Por eso te dejé Bella, para que estuvieras segura. Siempre deseé para ti que pudieras tener una vida normal, que pudieras formar una familia…

-¡YO YA TENÍA UNA FAMILIA!- no pude evitar gritarle, el se sobresaltó ante mi grito, que resonó en el bosque, y dio unos pasos hacia atrás, apartando sus manos de mis mejillas, y dejando caer sus brazos a los lados derrotado. -Lo tenía todo Edward. Tenía a Carlisle y a Esme, que eran como unos padres para mí. Tenía a tus hermanos, que eran como mis hermanos. Y te tenía a ti, el amor de mi vida. No necesitaba más. – esta última frase sonó como un gemido, si fuera humana, estaría llorando en este momento. Suspiré y seguí hablando, tenía que entender lo que significó para mí, que me dejara. -Pero tú te empeñaste en alejarme. Fuiste un egoísta Edward. Siempre me has considerado una frágil humana, pero con tus acciones, me has demostrado que no solo me considerabas débil físicamente, si no también mentalmente. –el abrió la boca, dispuesto a interrumpirme, pero alcé la mano, para que se callara.

-Todavía no he terminado.- me sentía realmente cabreada, estaba sacando todo el rencor que había acumulado durante estos años, mi tono de voz era bastante alto, pero Edward parecía dispuesto a aguantar lo que fuera. -Nunca me consideraste tu igual. Y no me refiero al hecho de que tú fueras un vampiro y yo una humana. Me refiero a que nunca me consideraste tu igual, tu pareja, como un hombre y una mujer que se aman y están dispuestos a compartir su vida juntos, a tomar decisiones juntos. Yo nunca fui eso para ti, era más como una muñequita de trapo, a la que había que proteger. Cuando me dejaste, tú tomaste la decisión, no me diste la opción de escoger, no me preguntaste si prefería estar a salvo o estar contigo.

-Tienes razón, no conté con tu opinión.- dijo él apesadumbrado, -pero eres tan terca Bella, no me habrías dejado marchar.

-Por supuesto que no.- nos quedamos mirando por un momento que me pareció eterno.

-¿Y dónde nos deja esto?- no pude evitar preguntarle.

-Yo te amo Bella.- dijo él,- yo… me harías el hombre más feliz del mundo si me dieras otra oportunidad.- se me quedó mirando, pero cuando vio que yo no decía nada, él siguió hablando desesperado –Te prometo que si me das otra oportunidad, yo te amaré como nadie haya amado nunca, y siempre tomaremos las decisiones juntos. – hizo una pausa y me miró dubitativo.- ¿Bella, me estas escuchando?

Y la verdad es que no le estaba escuchando, estaba distraída con algo mucho más interesante. Había empezado a llover cuando empezamos a hablar, al principio eran simples gotas, pero en este momento, era un auténtico aguacero lo que nos estaba cayendo encima. La ropa se me pegaba al cuerpo, cuando me di cuenta de eso sentí algo de vergüenza. Pero había estado tan metida en sus palabras, que no me había fijado, que él tenía el mismo problema, la camisa la tenía completamente adherida al torso, se le marcaban los músculos de los brazos y los abdominales. No podía dejar de mirarle, estaba tan sexy…

El siguió el rumbo de mi mirada, se fijo en su torso y parece que comprendió cual era el problema.

-¿Bella?- dijo alzando una ceja, y dedicándome esa sonrisa torcida que tanto me gustaba, parecía realmente divertido.

Entonces en un movimiento que nos pilló a los dos desprevenidos, salté sobre él, enredando mis brazos en su cuello y derribándolo sin querer, caímos los dos al húmedo suelo del bosque. Sin pensármelo dos veces ataqué sus labios con desesperación. Él en un principio pareció sorprendido, pero después de unos momentos llevó sus brazos a mi espalda y me abrazó con fuerza, apretándome contra su pecho, como si no fuera a dejarme marchar nunca, y eso me gustaba. Sus labios me respondieron con tal pasión, que me hizo darme cuenta de todo lo que se había contenido cuando yo era humana.

Cuando quise darme cuenta, yo estaba tumbada en el suelo con Edward encima de mí, él nos había dado la vuelta. Sus labios dejaron mi boca, y viajaron por mi mentón hasta mi cuello, y fueron bajando por mi escote, las sensaciones eran tan intensas que no pude evitar que su nombre saliera de entre mis labios como un gemido. Eso parece que le sacó de su ensoñación porque dejó de hacer lo que estaba haciendo y me miró asustado, como si lo que estuviéramos haciendo estuviera mal.

-No podemos hacer esto, Bella.- murmuró mientras me miraba.

No puedo describir lo humillada que me sentí en ese momento. Otra vez me rechazaba. Me lo quité de encima como pude y me puse en pie rápidamente.

-No me puedo creer, que después de todo lo que me has dicho, me rechaces otra vez. Si no me deseas, podrías habértelo pensado antes de devolverme el beso como lo hiciste.- yo estaba realmente enfadada, pero aun así pude ver como había confusión en su rostro.

-¿Crees que no te deseo?- preguntó incrédulo.

En un movimiento que no me esperaba, me cogió por la cintura y me empujó suavemente hasta que mi espalda quedó apoyada contra un árbol, y él se pegó completamente a mí.

-Mírame y vuelve a decirme que no te deseo.- le devolví la mirada con los ojos abiertos como platos, podía notar contra mi estómago la prueba de sus palabras.

-Pero entonces… que… no entiendo Edward.

-Te amo Bella, y te deseo. Te deseo mucho. Pero nos merecemos algo mejor que hacerlo aquí en el suelo, en medio del bosque. Quiero que nuestra primera vez sea especial.- pude ver como en sus ojos se mezclaban el deseo y la ternura.

-Pero no es mi primera vez Edward.- dije bajando la cara avergonzada. Él tomó mi mentón, y me obligó a mirarle.

-Claro que será tu primera vez. Lo que pasó con esos hombres no cuenta Bella. Voy a ser el primero que te haga el amor, Bella.- dijo con una gran sonrisa en su rostro.- Te prometo que voy a borrar con mis caricias, todo el dolor que te han causado.- hizo una pausa y me miró intensamente a los ojos.- Déjame amarte Bella. Quiero hacerte el amor. Pero déjame hacerlo bien. No aquí. No así.

Como iba a decirle que no, si él lo único que quería es que fuera especial para mí. Lancé mis brazos a su cuello, y la abracé con fuerza, él respondió a mi abrazo de inmediato.

-¿Sigues siendo igual de anticuado verdad?- murmuré en su oído, lo que provocó en él una risita.

-¿Qué quieres cariño? ¡Tengo más de cien años!- ahora fue mi turno para reír.

-Te amo Edward.

-Yo también te amo mi Bella.

No sé cuánto tiempo estuvimos así abrazados, pero se estaba tan bien entre sus brazos. Me sentía segura, como si nada malo me pudiera pasar.

-No me puedo creer que te tenga de nuevo entra mis brazos.- murmuró él antes de separarse un poco, para poder mirarme a la cara, pero sin soltarme en ningún momento. La sonrisa en su rostro era radiante. Entonces se me quedó mirando fijamente, como si estuviera meditando algo muy intensamente. Cuando pensé que estaba a punto de decirme algo, miró a nuestro alrededor y frunció el ceño.

-Volvamos a casa.- de repente parecía que tenía prisa por llegar.

Me ofreció su mano y esta vez sí que la tomé. Corrimos por el bosque, pero esta vez disfrutando de la compañía del otro, sin prisa. Edward no podía borrar la sonrisa de su rostro, a parte de la felicidad que ambos sentíamos, me daba la impresión de que había algo más.

¿Qué estaría tramando Edward?


Hola! La verdad es q no sé como disculparme, se que normalmente actualizaba cada semana, o cada 2 semanas como mucho, y esta vez me he pasado… Pero os aseguro que tengo buenas razones, hasta ahora he estado realizando el trabajo final de carrera, y aunque al principio podía irlo compaginando… al final, iba muy agobiada, y cuando finalmente lo entregué y pensé que tendría descanso, hubo una desgracia en mi familia y falleció mi abuelo. Espero que sepáis comprender, que no son momentos fáciles.

Supongo que la mayoría de las personas que leéis aquí en fanfiction, o estudiáis o trabajáis o tenéis una familia e hijos que atender que en si ya es un trabajo muy pesado, pero eso espero que sepáis comprender que hay momentos en la vida para dedicar a las obligaciones y la familia, y momentos para dedicarlos al ocio.

Espero que este retraso no haga que dejéis de leer, como ya dije anteriormente, esta historia ya está prácticamente terminada, así que espero que me acompañéis hasta el final y me dediquéis esos comentarios que tanto me animan. De hecho no me puedo creer que ya hayamos pasado los 300 reviews, mil gracias a todas las personas que os tomáis el tiempo de dejar un comentario.

Decidme que os ha parecido el capi, y si la espera a merecido la pena!

Os mando un super abrazo!