Historia basada en Harry potter, todo lo que tenga que ver con este mundo pertenece a J.K y yo no me lucro por escribir esto.

Está basada en el sexto libro, abrá similitudes y cosas inventadas, espero que os guste. He intentado ceñirme a los personajes lo máximo posible, lo mismo que he calculado las edades mirando el prólogo del séptimo libro. Y sin más os dejo con la historia.

1º. Permiso

-¡Ya basta!- Gritó un enfurecido pelirrojo.

- No, no basta papá, al menos que me expliques porqué.

- ¿Por qué? ¿Aún no lo sabes?.

- ¡No!

- Es asqueroso, como ya te dije en el andén el primer día que subiste al tren para entrar en Howgarts, jamás te perdonaría que te juntases con ese ser.- Dijo él, digno.

-Papá, sinceramente ¿no puedes dejar lo que pasó hace 25 años en el pasado?, ¿cambiar de generación?, ¿volver al presente y pensar las cosas fríamente?- Dijo una chica de pelo castaño, grandes ojos marrones y pecas encendidas de la rabia.

-No, y es mi última respuesta...

-Mamá, por favor, dile algo. Yo no puedo hablar más con él, siempre acabamos igual.

Hermione miró a su marido a los ojos y sonrió.

-Ron, cariño, deja a Rose salir con Scorpius, al fin y al cabo ella ya es mayor de edad. - Rose le devolvió la sonrisa a su madre.

-Hermione, ¡es un Malfoy! ¿No sabes lo que eso significa?.- Dijo conteniendo el volumen de su voz.

-No, no lo sé.

-¡Arrrg! Esto es una casa de locos.- Pronto Hugo apareció en el salón.

-Papá, déjala ir ya, me duele la cabeza e intento estudiar, pero con vuestros gritos es IMPOSIBLE.

-No voy a dejar que vaya, me niego absolutamente. - Dijo él cruzándose de brazos. Rose miró a su madre.

-Puedes ir hija, pásalo bien, pero ten cuidado.

-¡Gracias mamá! - Rose le dio un fuerte abrazo a su madre y un beso a su padre que se quedó rojo de ira mirando a su mujer. - ¡Hasta luego!

-¿Se puede saber por qué siempre le das permiso cuando se trata de ese chico?

-Ron, es joven, Scorpius no es Malfoy, es un chico agradable, al menos lo poco que he tratado con él, no sé donde ves el problema...

-Que su padre fue un traidor, y su abuelo y su bisabuelo y no sigo porque esa familia tiene un árbol genealógico inmenso. Y no quiero que mi hija se junte con serpientes rastreras. - Finalizó con una sonrisa en su boca y mirando a Hermione con suficiencia, Hugo seguía allí de pie esperando a que todo se tranquilizase para volver a estudiar.

-Cariño, no pienso discutir contigo, eso pasó hace 25 años, Malfoy demostró su lealtad y fue absuelto, no creo que le haga daño a tu hija y si lo hace Harry y tú y os encargareis de él. ¿Cerramos trato?.

-Como quieras, siempre te sales con la tuya... - Hermione besó a su marido y acompañó a Hugo a su habitación, le ayudaría a estudiar.

En otra parte de Londres.

-Papá,¿ podemos hablar?

-Pasa, cierra la puerta. - Scorpius entró en el amplio despacho de su padre, se sentó en un sofá que había allí y permaneció callado hasta que su padre acabó de firmar unos papeles. - ¿Qué pasa?.

-Me gusta alguien.

-Ah ¿sí? Y, ¿De quién se trata?- Preguntó con curiosidad.

-Rose Wesley._ se tapó inmediatamente con un libro que había a su lado en una mesita.

-¿Qué haces?- Preguntó su padre con una ceja en alto, en su rostro no había ni una gota de sorpresa.

-¿No vas a matarme?- Draco miró a su hijo serio.

-No, es una chica guapa, inteligente.. es una buena elección. ¿Por qué habría de matarte?

-Bueno, es una sangre sucia... yo pensé.- Draco formó una sonrisa en sus labios.

-El peor defecto que heredaste de mi, fue el creer las cosas antes de certificarte. Hijo, ella no es sangre sucia, sus padres son magos.

-¿Pero su madre?...

-Su madre es maga, aunque descendiente de muggles. Pero ella no, ella es hija de dos magos, no es lo mismo...

-¿Estás hablando enserio? - Preguntó con sorpresa.

-Sí. - Scorpius sonrió. - Debo suponer que has quedado con ella ¿O me equivoco?.

-Sí...

-¿Y quieres pedirme permiso ¿no?.

-Sí... es que si se lo digo a Astoria, desde luego no me dejará salir, no me gusta engañar a mi madre. - Draco sonrió y le revolvió el pelo a su hijo, un calco de su ser.

-Está bien. Puedes ir.

-¿A dónde si se puede saber? - Astoria entró en el despacho de su marido, estirada, alta, con solemnidad. Su mirada penetrante se posaba en su marido y su hijo severa.

-A quedado con una chica, yo creo que con 17 años que tiene ya es mayorcito para estas cosas. ¿No crees?

-Ah! Así que te gusta alguien... y..

-No, no te voy a decir su nombre, no insistas. Me voy, llego tarde. - Scorpius besó a su madre y abrazó a su padre. Salió por la puerta del despacho dejando a sus padres solos en la habitación. Astoria se acercó a su marido y besó sus labios.

-Cariño... ¿me lo vas a decir?

-No, eso es algo que si quiere tu hijo te contará, yo no puedo hacerlo. - Draco le sonrió y ella volvió a besar sus labios.

-En fin, cuando se te mete algo entre ceja y ceja no hay quien te lo quite de la cabeza. No insistiré más.

-Es la opción más correcta.

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-Hola.

-Hola.

-¿Muchos problemas para poder salir esta noche? - Le preguntó Scorpius. Rose le besó en los labios.

-Tranquilo, los de siempre. - Ambos rieron. - ¿ y tú, has tenido muchos problemas con tu padre?

-Ninguno. - Dijo con una sonrisa.

-¿En serio? - Dijo Rose sorprendida, frunciendo el ceño y pensando que algo no estaba bien.

-Eso mismo dije yo, de hecho aun no lo entiendo. Mi abuelo siempre estaba con el tema de la sangre que es muy importante que no se que, mi padre siempre le apoyaba en ese aspecto y ahora... Parece que nada de lo que haya dicho le importase verdaderamente.

-Igual solo quería contentar a tu abuelo...

-Para nada, conozco a mi padre y el no contenta a nadie, ni siquiera a mi madre.- Rose rió.

-Bueno, ahora estamos aquí, los dos, solos sin problemas.

-Así es, y no sabes cuanto me alegra eso. - Scorpius se sentó en la hierba de aquel bosque inmenso, a su lado estaba Rose ya sentada, le cogió una mano y la besó. Sacó su varita e invocó una manta, ambos se taparon con ella y siguieron hablando durante un buen rato.

Sus padres no iban a poder negrales ese momento de paz que estaban viviendo.