Sombras del pasado.
Por Alisse.
Capítulo Uno.
Tenía ganas de llorar, más que nada porque ellos la estaban molestando otra vez, como cada vez que ella tenía alguna debilidad en frente de ellos (lo que era casi siempre…) Los miró con rabia, aguantando las lágrimas a duras penas. Pateó el piso, dando media vuelta y corriendo hacia el interior de la casa, prometiéndose por dentro que en algún momento se vengaría de ellos dos.
Al entrar, pudo notar el cambio en la temperatura, lo que la hizo temblar. Adentro estaba bastante helado…
-Marron, ¿qué es lo que pasa?- levantó la mirada al escuchar una suave voz masculina, encontrándose con un joven alto, de cabello negro y mirada alegre, que la veía con curiosidad. La pequeña no aguantó las lágrimas y comenzó a llorar. Él se acercó a ella y se hincó a su lado -¿por qué lloras?
-Es… es… que…- decía, entre sollozos. Pudo sentir que él soltaba una suave risita, tomándola en brazos y llevándola hacia el sofá. Sentía, con él, que la rabia se iba, pero que la pena persistía mucho más, sobre todo porque él la escuchaba atentamente.
-¿Acaso te golpeaste?- le preguntó él, al notar que no se calmaba. Ella negó varias veces con su cabeza, aún llorando -¿Entonces?
-Es que… ellos…
-Ahh…- el muchacho la interrumpió, comprendiendo lo que pasaba. Marron lo quedó mirando, con sus ojitos llenos de lágrimas aún, e hipando -¿qué fue lo que hizo ese par ahora?
-Me molestan…- dijo ella –dicen que van a jugar conmigo pero a la primera oportunidad desaparecen de enfrente mío, o vuelan…- la niña muy pronto comenzó a sentir que el llanto volvía a ella –y empiezan a molestarme porque yo no puedo hacerlo…
El joven acarició su cabeza con cariño, sonriéndole. La tomó en brazos y junto con ella se dirigió hacia afuera.
-Ya verás, juntos haremos que esos dos dejen de molestarte…
-¿De verdad?- ella sonrió ampliamente.
-Claro- sonrió él –y si quieres, luego te enseño a volar.
-¿En serio?- él asintió -¿y me enseñarías a pelear?
-Por mí no hay problema, pero debemos preguntarle a tus padres primero, ¿si?
-¡Hey!
Sintió que la sacudían, y pegó un saltito, asustada. Quedó mirando a sus dos amigos con ojos asustados, grandes. Ellos, a pesar de lo divertido de la situación (no todos los días alguien se quedaba dormido sentado, mientras almorzaban) no se rieron. Pudieron notar, por los ojos de ella, que no había estado soñando algo muy bueno.
-¿Estás bien?- le preguntó Trunks, que estaba a su lado y había sido quién la había sacudido.
-Sí…- contestó, distraída. Frunció el cejo mirando su comida, intentando recordar el sueño, o al menos parte de él. Algo dentro de ella le decía que no era la primera vez que lo tenía, pero igual que siempre, lo único que le quedaba eran vagas sensaciones familiares.
-¿Qué te pasa, Marron?- le preguntó Goten, mirándola fijamente –te quedaste dormida sentada, y ahora estás muy pálida. ¿Acaso soñaste algo malo?
-No…- murmuró, luego sacudió su cabeza, como negando sus propias palabras –en realidad, no sé lo que soñé- volvió a sentarse bien –creo que no he estado descansando muy bien últimamente, me siento muy cansada.
-Lo bueno es que no tenemos más misiones hasta dentro de una semana- dijo Trunks, aún mirándola con algo de suspicacia –así que podrás dormir todo lo que quieras durante estos días, sin tener que preocuparte de nada.
-Al menos algo bueno…- murmuró, sin prestar demasiada atención.
Goten y Trunks se miraron furtivamente, tratando de encontrar alguna explicación para su comportamiento. Ellos conocían a Marron, y por el papel que tenía dentro de su Escuadrón, era relativamente normal que de vez en cuando se comportara de manera extraña, sobre todo después de tener esos "sueños". Según Ehos, su maestra, no tenía que preocuparse, ya que no debían significar nada para ella, pero ellos sabían que quizás lo tomaba demasiado a la ligera.
Estaban los tres sentados en el frío piso, en ese cuarto oscuro. La niña, acurrucada abrazando sus rodillas, estaba que se largaba a llorar. Tenía mucho miedo, y aunque dentro de algo una pequeña vocecita le decía una y otra vez que los iban a rescatar, había otra que le decía más fuerte aún que no sería así.
-No entiendo qué está pasando- dijo Goten, de pronto -¿cómo fue que llegamos aquí?
-Eso no importa- replicó Trunks –tenemos que encontrar la manera de salir de aquí, no podemos esperar a que nos vengan a…
Una puerta que no habían visto anteriormente se abrió, dando paso a una luz que, debido a la oscuridad reinante en la habitación, los cegó casi completamente. Poco a poco pudieron distinguir una fina silueta, alta, vestida de blanco. Rápidamente Goten y Trunks se pusieron delante de Marron, protegiéndola.
-¿¡Quiénes son ustedes!- gritó Trunks -¿¡a dónde es que nos llevan!
-Calma, niños…- dijo la mujer, sin moverse –he venido a darles la bienvenida. Ustedes son los nuevos guerreros de Dilmun…
-¿Dil… qué?- preguntó Goten, y miró confuso a su amigo -¿sabes qué es eso, Trunks?
-¡Yo no quiero irme con ustedes!- gritó Marron de pronto, soltando así un tanto la tensión que tenía -¡yo quiero volver a mi casa, con mis papás!
-Lamento decirles que eso no será posible, niños…- dijo la figura, con la misma calma que habló antes –ustedes se quedarán con nosotros, ya son parte de nuestro grupo.
-¡Usted está demente si lo cree así!- gritó Trunks, perdiendo un poco la paciencia, juntando ki en sus manos. Goten hacía lo mismo -¡mi papá es el Príncipe de los Saiyajins!, ¡él vendrá a buscarnos, se lo aseguro!
-Lo siento, niño iluso- replicó la mujer, a la vez que, sin saber la razón, ellos dejaban de juntar energía –por mucho que lo desees, eso no será así. De todas maneras, no se preocupen, no los extrañarán, ni siquiera se acordarán de ellos… ahora son parte de nosotros…
Lo último que vieron fue que unas figuras se acercaban. Ya no podían moverse, incluso les estaba costando mantenerse despiertos. Interiormente, Marron le rezaba a Dendé para que todo fuera una pesadilla, y que ella cuando despertara, estuviera en su cama, después de haberse quedado dormida en el sofá viendo televisión, en Kame House.
La chica sacudió su cabeza, llamando la atención de sus dos compañeros, que habían continuado comiendo sin darse cuenta que ella estaba, prácticamente, soñando despierta. La quedaron mirando con cierta preocupación.
-¿Estás bien?- preguntó esta vez Goten.
-No se qué me pasa- murmuró Marron –estoy soñando despierta… pero lo que más me desespera es que nunca puedo recordarlo… es como… si estuvieran bloqueados.
-¿Has hablado de eso con Ehos?- le preguntó Trunks.
-Sí, pero me sigue diciendo que me preocupo demasiado, y que es normal que me pasen estas cosas, ya saben, por la percepción y todo eso…
-Bueno… esa explicación no me cuadra del todo- dijo Trunks, los otros dos lo miraron intrigados –si se supone que tienes todas esas "visiones" por tu sensibilidad y no se qué otra cosa, tendrías que recibirlo de alguien que esté a tu alcance… por lo que se me imagina que tendrían que ser algo así como recuerdos, ¿no?, o sueños de alguien más…
-Quizás no son sueños de alguien más- Goten se encogió de hombros –quizás son recuerdos tuyos.
Marron abrió la boca, pero no tuvo qué responder, así que volvió a cerrarla. Ella también había pensado en aquella posibilidad, pero había algo que no encajaba en esa hipótesis… según les dijeron, durante su entrenamiento, el planeta de donde ellos venían prácticamente había sido pulverizado por un meteorito, cuando Marron tendría uno o dos años, y que ellos se habían salvado prácticamente de milagro…
-Eso no lo sé…- dudó ella, después de unos momentos de guardar silencio –sabemos muy bien qué se supone que ocurrió en el lugar en donde vivíamos…
-¿Y si tus sueños son de nuestro entrenamiento?- preguntó Goten, interrumpiéndola –puede ser, después de todo, no te acuerdas de ellos… quizás vuelves a ver las imágenes de los momentos desagradables que tuvimos que pasar.
-No, estoy segura que no sueño con eso- negó ella –es… difícil de explicar.
-¡Hola, muchachos!
La voz femenina los interrumpió, y los tres miraron sonriendo a la chica que llegó con ellos. Era alta, esbelta, y el rostro azulado se veía bastante pálido… como siempre. Ser de planetas distintos los hacían conocer una gran cantidad de seres que difícilmente podrían imaginarse que existían.
-Hola, Lim- contestó sonriente Marron. Se podría decir que la chica que había llegado era su mejor amiga, más que nada porque habían entrenado juntas. Era normal verlos a los cuatro juntos, Lim pasaba más tiempo con ellos que con sus mismos compañeros de escuadrón -¿cómo estás?
-Yo muy bien. Excelente, en realidad- sonrió Lim, con cierta picardía. Los otros tres la quedaron mirando con cierta extrañeza. Días anteriores ella se había mostrado completamente diferente –necesito contarles algo… es muy importante.
-¿Tan importante que interrumpes nuestra comida?- preguntó Goten, sin prestar demasiada atención. Las dos muchachas soltaron un suspiro, mientras que Trunks sonrió levemente, divertido –estoy hambriento, no deseo…
-Es importante…- dijo lentamente Lim, mirando significativamente al chico –y necesito hablar de ello ahora.
Marron se puso de pie, seguida por Lim y Trunks, que agarró de un brazo a Goten y lo arrastró con ellos fuera del comedor de la nave. En pocos minutos llegaron al cuarto de Marron y Lim, en el cual se encerraron, dispuestos a hablar.
-Y bien, ¿qué es lo que quieres decirnos?- le preguntó interesada Marron.
-¿Recuerdan que me tocó trabajar durante algunos días en la biblioteca?- preguntó, los otros tres comenzaron a reír casi como locos -¡oigan, no es divertido!- gruñó la chica, con el ceño fruncido -¡si no recuerdo mal, ustedes también fueron castigados!- en ese instante se quedaron en silencio.
-No tienes que recordarlo- suspiró Goten –a nosotros nos tocó la peor parte, no se qué tanto alegabas cuando nos dijeron qué tendríamos que hacer. Limpiar la biblioteca de la nave no se compara con limpiar los baños.
-En eso te encuentro razón- replicó Lim –pero no vas a comparar el limpiar diez o veinte retretes, con limpiar más de mil estantes, ¿no?
-Pero al menos es menos asqueroso- dijo esta vez Trunks –pero bueno, ¿qué es lo que encontraste?
-Encontré algunos datos que estoy segura que les parecerá de lo más interesante…
Milk, aún media dormida, estiró su mano en la cama, encontrándola vacía. Después de unos momentos en que continuó con los ojos cerrados, pudo procesar que su esposo no estaba a su lado. Abrió los ojos, sentándose en la cama, buscando a su esposo en la oscuridad.
-¿Gokú?- encendió la luz de su velador, encontrando el cuarto vacío. Después de unos momentos decidió levantarse, poniéndose la bata que estaba a los pies de la cama. Salió del cuarto, buscando al saiya de cabello alborotado. La primera puerta estaba cerrada, y Milk dudó unos momentos antes de abrir la puerta, encontrándose todo quieto y en silencio.
Esa era la habitación de Goten, o bueno, la que alguna vez su pequeño hijo utilizó… a pesar que la mayoría del tiempo dormía con su hermano mayor, Gohan. A pesar que había pasado más de doce años desde que él, Trunks y Marron habían desaparecido, no le gustaba entrar ahí. El dolor afloraba, pareciendo que volvía a ocurrir.
-Milk…- al sentir la suave voz, volteó. No se extrañó al ver a su esposo en la puerta, pero sí al verlo con una pequeña niña en sus brazos -¿por qué estás aquí?- le preguntó casi en voz baja. Ella se acercó a Gokú, abrazándolo y soltando un suspiro.
-Te buscaba…- contestó –pensé que podías estar aquí… ¿qué haces con Ariasu?, se suponía que iba a quedarse con Pan esta noche…
-Gohan llamó- contestó Gokú –se arrepintió a la mitad de la noche de haberse ido con ellos y tuve que ir a buscarla…- el hombre sonrió levemente –ya sabes cómo es… ven, llevémosla a su cama- Milk sonrió, saliendo ambos del cuarto y cerrando la puerta detrás de ella.
No era que lo hubieran deseado… simplemente… ocurrió. Después que Gokú hubiera revivido y vuelto con ellos, jamás se habían planteado la posibilidad de tener otro hijo, mucho menos después que se habían llevado a Goten. A ellos había llegado una niña, algo así como un milagro, la que quisieron nombrar igual que la madre de Milk: Ariasu.
-Es igual que tú…- murmuró Gokú, una vez que la niña ya estaba durmiendo en su cama profundamente –tiene tu mismo cabello… es un milagro que no tenga el cabello como nosotros, así puede peinarse sin problemas- ambos soltaron una pequeña risita, y luego se quedaron en silencio, observándola.
-Gokú… ¿cómo crees que hubiera reaccionado Goten al tener una hermanita menor?- preguntó Milk. Estaba segura que nunca dejaría de dolerle… cuando ocurrió todo estuvo a punto de enloquecer, igual que Bulma y 18 –nunca puedo dejar de pensar en lo que habría dicho… qué comentario extraño e ingenuo habría hecho…- Gokú la abrazó.
-Hubiera estado feliz…- contestó Gokú, después de unos momentos –no se qué hubiera hecho… pero sí se que se habría puesto muy feliz por tener una hermanita. Ven, vamos a dormir, ya es tarde.
-Sí…
-Espérame un momento- Trunks detuvo la cháchara de Lim, que lo quedó mirando con cierta exasperación -¿me estás diciendo que nosotros fuimos secuestrados?, ¿de dónde demonios sacaste eso?
-Ya te lo dije, lo busqué en los archivos- contestó Lim, levantando un poco la voz –con Marron sabíamos que había algo extraño, por todos esos sueños que solemos tener. Las explicaciones que Ehos nos da nunca nos ha convencido…
-¿Tú también tienes esos sueños?- preguntó Goten, frunciendo el ceño.
-Sí, aunque tampoco puedo recordarlo- contestó Lim –escuchen. Se supone que todos los que somos parte de Dilmun hemos sido rescatados de planetas que se han destruido, ya sea por meteoritos o por ataques. Eso es lo que siempre nos han dicho, y como no solemos tener recuerdos de antes que llegamos aquí, lo creemos.
-Entonces ellos nos quitan nuestros recuerdos- dijo Trunks, pensativo -¿entonces qué?, ¿nos secuestran, o algo así?
-Eso no estoy segura- Lim se encogió de hombros –pero no es algo que importe por ahora.
-¿Qué no?- Marron la interrumpió, casi escandalizada -¿es que estás loca?, eso es lo más importante. ¿Cómo se supone que vamos a saber…?
-¡No es importante!- Lim levantó la voz, cansada que la interrumpieran una y otra vez –tenemos tiempo para averiguar eso, de momento tenemos otras cosas de las que preocuparnos, sobre todo ustedes…
-¿A qué te refieres?
-Encontré el planeta de donde son- dijo Lim. Los otros tres la quedaron mirando expectantes, inclinándose hacia ella, como si estuviera a punto de decirles un gran secreto muy importante –Ustedes son de la Tierra.
-¿La Tierra?, nunca he escuchado ese planeta- dijo Trunks, enderezándose. Marron y Goten lo quedaron mirando, y antes que cualquiera pudiera hacer un comentario, Lim continuó hablando.
-Ustedes no entienden- dijo ella, con cierta angustia –ustedes fueron traídos desde ese planeta hace doce años, más o menos, sus memorias fueron borradas, los entrenaron y les borraron la memoria, como a todos.
-¿Sabes dónde queda el planeta?- preguntó Goten, notándose emocionado –podríamos ir, será algo muy emocionante, ¿no lo creen?- preguntó a sus amigos, que asintieron felices -¿cuándo les gustaría partir?
-Tiene que ser lo antes posible- dijo Lim –leí en los archivos que uno de los objetivos que tienen en Dilmun es la Tierra. De hecho, el Tercer Escuadrón será enviado hacia allá mañana… y ustedes saben bien lo que eso significa.
Los tres se quedaron en silencio. Por supuesto que lo sabían, si ellos hacían eso todo el tiempo. Enviar un escuadrón significaba dos cosas: el sometimiento del planeta al Imperio, o simplemente su destrucción. Difícilmente un planeta se negaba someterse a ellos, después de todo, habían más beneficios así que el negándose, ya que Dilmun era tan poderosa, que no les preocupaba mayormente tener más súbditos o no.
-Tenemos que hacer un plan… y rápido- dijo Trunks, poniéndose de pie –no podemos permitir que vayan, no hasta asegurarnos que ese es el lugar de donde venimos… debemos ir, para poder verificar la información que ha leído Lim.
-¿Tienes algo pensado?- le preguntó Marron a Lim. Conocía a su amiga, sabía que difícilmente dejaría fuera de su cabeza un detalle así.
-Sí, tengo el plan listo…
-¡Mamá!, ¡mamá!
Kenji entró a Kame House como un huracán, haciendo que Roshi derramara su cerveza en la mesa, lo que provocó que Oulong mojara su cabeza, ya que la tenía apoyada ahí.
-¡Ahh!- gritó el cerdito -¡está helado, está helado!
-¡Mamá!- Kenji subió corriendo la escalera, sin importarle mayormente lo que le había hecho al dueño de casa -¡Mamá, Bra me llamó!, ¡tenemos que ir a la Corporación Capsula!
Sentados a un lado de la ventana, 18 y Krilin voltearon a ver a su hijo cuando entró en el cuarto, gritando casi como loco. Aunque ya estaban acostumbrados, el niño era demasiado hiperactivo. De vez en cuando a Krilin le recordaba a Goten.
-¿Por qué tenemos que ir?- le preguntó tranquilamente 18.
-Tenemos… porque…- Kenji se quedó por fin quieto y en silencio –porque… Bra, Pan y Ariasu van a estar ahí, ¿es que esa no es suficiente razón? ¡Los estaré esperando abajo!. En todo caso, Gohan dijo que si no querían llevarme él puede venir a buscarme, aunque Gokú dijo que también puede venir, con él debe ser más rápido, ¿no creen?- Kenji bajó rápidamente las escaleras nuevamente, dejando a sus padres solos.
-¿De dónde saca tanta energía?- preguntó Krilin, sonriendo levemente –realmente no me lo explico…
-¡Papá!
-Ya voy, ya voy… este niño nos va a volver loco…
18 observó a su esposo bajar la escalera, y volvió su mirada al cielo azul. Kenji era demasiado diferente a Marron, completamente opuesto.
-¡18, ¿vas a venir?- gritó Krilin, desde la playa. Por toda respuesta, la rubia saltó desde la ventana.
Bueno... he aquí con otra historia. Jejeje, no me aguanté las ganas de publicarlo, espero que les haya gustado.
Que estén bien!
