Disclaimer: Los personajes son de Meyer, la trama es de los creadores de Skins, pero en efecto, es mía. Ya que sólo tomé la idea de 'Skins' pero las personalidades son distintas a las de la serie. Bueno, literalmente... todo es mío aquí. ¡ALFIN!

Summary: AH/TH; La vida de nueve adolescentes de dieciséis/dieciocho años centrada en sus problemas personales. Adaptación de Skins a Twilight. Todos/Todos. Lemmon y lenguaje fuerte.

ADVERTENCIA: Como su querida Mel es muy muy pervertida, recomiendo que gente que no tenga mente abierta sobre palabrotas y Lemmon, NO lea esto.

Nota: Esto será algo parecido a la serie. Todos los capítulos tendrán el nombre del personaje del cual se hablará más en el capítulo, hasta que se presenten todos los personajes, luego de eso supongo que el título cambiará. Pero, en efecto, todos participarán de igual manera.


Skins


Capítulo uno: Edward.

"Drogas, cigarros, y un buen polvo."

Edward POV

Julio. Lunes 6:00 AM. Washintong, Forks.

I.

—Joder, Bella. Contesta el puto teléfono —mascullé en forma de súplica mientras llamaba por quinta vez a su móvil. Y era imposible que estuviese dormida a estas horas de la mañana, en un rato deberíamos ir al instituto. Además ella siempre era de la clase de personas que se levantaba temprano.

Puta madre. ¡No contestaba! ¿Porqué mierda me torturaba de esta forma? Oh, bueno, es más que obvio que hay una razón circunstancial para esto: me encontró en un beso con Lauren. Sí, Bella era mi novia. Se había mudado a Forks hace 2 años luego de la muerte de su madre, y como ella detestaba a Charlie, el jefe de policía y también su padre, creyó que en este puto pueblo no encontraría nada interesante; por supuesto, eso se acabó hasta que me conoció a mi.

Creo que fue una especie de 'flechazo a primera vista' como en las películas o telenovelas que miran las chicas. En la primera noche follamos, en la segunda follamos de nuevo, en la cuarta también y en la quinta fue una especie de declaración. No esas estúpidas de 'Te amo, y te amaré por siempre. ¿Quieres que echemos un polvo todos los días, y seamos novios hasta la eternidad?' por supuesto que no. Fué una especie de 'Oye, terminemos con esto. ¿Qué mierda somos? Porque dos amigos que recién se conocen no pueden echarse un polvo todas las noches'

Sí, mi relación con ella realmente era peculiar. Ella era peculiar. No era una perra como... bueno, sí, era una perra. Pero una perra con estilo. No era como esas típicas chicas nuevas que se sonrojan a la primera mirada que un chico les dá. ¡Ella había llegado sin ser virgen! Eso fue un completo shock para mi. Casi todas las pendejas de mi edad que llegaban a Forks perdían la virginidad conmigo, o con mis amigos. Realmente su llegada hizo revuelo en Forks... y en mi corazón. ¡Joder, que putadas estoy diciendo! No soy un romántico, para nada. Y no es que a ella le moleste, realmente odia la gente romántica porque dice que vomitará si oye algo así. El punto, es que yo no podía evitar mirarle las tetas a Lauren o tocar alguna parte indebida del cuerpo de Tanya. Era una especie de adicción; no es que no quisiera a Bella, para nada. Todo lo contrario. Pero era realmente un problema, tal vez era el simple y nefasto echo de que estaba aprendiendo a ser un chico de una sóla chica.

Sí, era complicado.

Volví a marcar su número esperando con suerte (y poca) que ella contestara. Y me sorprendí cuando lo hizo.

—Qué mierda quieres —me gruñó.

Suspiré.

—Vamos, Bells. ¡No te enojes conmigo! No lo he echo a propósito, además tu sabes que te quiero. Si no lo hiciera no te estaría llamando ahora mismo y probablemente estaría en un medio orgasmo con Lauren, ¿no crees?

Ella no contestó, y supuse que probablemente estaba meditando la situación.

—Anda —le susurré tiernamente—, no me gusta pelear contigo. Además te he comprado algo.

Ella suspiró.

—¿Qué cosa? —preguntó.

Hice una mueca de culpabilidad.

—Bueno, en realidad... lo he comprado, lo juro. El problema es que lo olvidé en un colectivo de camino al instituto, y probablemente otra persona lo tomó 'prestado' —suspiré—. Eran unas botas negras de Chanel.

—¡Joder! Qué te den, Edward.

Y la llamada terminó.

Puta madre, porqué rayos tenía una novia tan complicada. Puse los ojos en blanco; se le pasaría cuando le diera un beso matutino hoy en el instituto.

Termimné de atarme las converse para ponerme la camiseta negra que había preparado hace un rato. Caminé hacia el baño de mi habitación y abrí el grifo del agua para mojarme un poco mi sexy cabello y dejarlo algo despeinado; como le gustaba a Bella. Sonreí y me guiñe un ojo a mi mismo frente al espejo. Puta madre, si fuera gay me follaría a mi mismo. Bueno, en efecto a veces lo hacía. Pajas y demás. Da igual.

Salí del baño y de mi habitación para bajar las escaleras rápidamente, y encontrarme a mi dulce mamá sirviéndoles el desayuno a mis hermanos Rosalie, Jasper e Irina, la menor.

Esme, mi madre, me sonrió de oreja a oreja.

—Llegas justo a tiempo, cielo. Siéntate, te serviré algo de café.

Le sonreí y tomé uno de los asientos desocupados.

—¿Y papá? —pregunté.

—Lo llamaron del hospital, hubo una emergencia de último momento contestó mientras me entregaba mi taza de café caliente.

—Vaya —musité.

Tomé un sorbo del café. Joder, estaba delicioso.

—Edward —me susurró Rose, quién se limaba las uñas con frenesí—. Hay un plan para esta noche.

La miré curioso y sonriente.

—¿Cuál es?

Jasper sonrió.

—Félix nos ha invitado a todos a una fiesta en la casa de un completo desconocido mañana por la noche. El dilema... —se acercó más a mi, susurrando para que mamá no nos escuchara— … es que el dueño tiene 24kg de hierva. Y como el tipo no la vende —Jazz sonrió malignamente—, habrá que tomarla prestada. ¿No crees?

Solté una risita y le di un gran sorbo a mi café.

—Me prendo al plan como que soy la cara más bonita de todo Forks, tío —y chocamos los cinco.

Rosalie se rió.

—Perfecto. Vamos al instituto, se nos hace tarde.

Tomamos nuestras cosas y subimos a su Mercedes rojo descapotable.

Mañana sería un gran día.


Bella POV

La miré fijo. Miré fijo a la puta zorra de hermanastra que tenía.

Tanya.

—¿Porqué me estás mirando, hermanita? ¿Te gusto? Oh, bueno. Es normal que sea hermosa; por algo tu novio no quita nunca su mirada de mi c...

—Puede ser que te mire... —le interrumpí—... pero a es a quién se folla. ¿Envidia? Y es a mi a quién toma de la mano en frente de todos. Tal vez te halla besado, pero no lo admite delante de nadie más porque le da asco que el mundo se entere que puso sus ojos en tus putas tetas operadas. Y a diferencia de mi; el no tiene problema de divulgar que soy su novia; porque estoy mil veces más buena que tu. Puta.

Tanya entrecerró los ojos.

—¡Isabella! —me retó mi padre, Charlie—. No trates así a Tanya. ¡Y menos te atrevas a usar ese vocabulario en casa!

Me levanté de la mesa en la que estábamos desayunando como la 'gran familia felíz' que Charlie quería que fuéramos.

Lo fulminé con la mirada.

—¿Tu casa? ¡Esta ha dejado de ser tu casa hace años cuando entraron estas dos zorras aquí! —le grité, señalando a Sue y a Tanya—. Además esta casa no es tuya, está a nombre de mamá.

Charlie entrecerró los ojos.

—Mamá está... —y se calló la boca. Suspirando.

—¿Muerta? —terminé la frase cruzándome de brazos, sintiendo un punzante dolor en mi pecho—. Ya lo sé, Charlie. Ya sé que está muerta y sepultada bajo 2 metros de tierra. No necesito que me lo recuerdes cada momento de mi puta vida. ¿Sabes? Porque a diferencia de ti; a mi sí me duele.

Papá suspiró.

—No es lo que quise...

Puse los ojos en blanco y tomé mi mochila colgada en la silla.

—Nunca quieres decir nada, y sin embargo lo dices.

Tomé las llaves que se encontraban sobre la mesa y me dirigí a la puerta para irme.

—Bella, Tanya iría conti...

—¡Iré caminando! —le grité, y cerré la puerta de un portazo.

¡Imbécil, imbécil, imbécil! Mi vida era una completa mierda. Un completo fracaso. Siempre era lo mismo. Pelearme con mi estúpida hermanastra por tonterías, pero era necesario porque yo no iba a dejar que esa me arrebatara lo que era mío. ¡Joder, era mi casa! Era mía y de mi mamá. Pero claro, mi estúpido padre las seguía como perro en celo, cumpliendo todos sus putos caprichos y olvidándose de que tenía una hija que, probablemente lo quería de verdad. Pero no, no era así. Ya ni siquiera sentía amor por él. Era un completo extraño para mi, a la única que quería era a mi madre, muerta o no; sabía que ella siempre estaba conmigo. Por algo cada vez que pensaba en ella me relajaba, como si volviera a los tiempos en los que acariciaba mi cabello dulcemente y me decía 'todo irá bien'.

Suspiré y saqué un cigarro de mi bolsillo. Tomé un encendedor y lo prendí tapándolo ligeramente con la mano, para que el fuego no se apagara. Coloqué el cigarro en mi boca y guardé el encendedor en mi bolsillo otra vez. Joder, esto era lo único que podía calmarme realmente.

Seguí caminando hasta que me encontré, una esquina lejos de mi, un cuerpo muy peculiar para mi.

—¡Hey, Bella!

Le sonreí a Nessie, quién me alzaba la mano como una loca maniática desde lejos. Corrió hacia mi a pesar de sus grandes tacones rojos.

Nessie tenía una forma... peculiar, de vestirse. Llevaba una gran coleta en el cabello, muy alta y rara. Unas gafas de sol negras que a su alrededor las decoraba un lindo bordeado color amarillo. Una blusa negra ancha, con el hombro descubierto y unas letras grandes en rosa en la parte delantera. Dos collares de perla: uno naranja y uno amarillo. Unas mallas amarillas ajustadas, y unos zapatos-bota rojos. Unas muñequeras largas de piel color rosa en sus muñecas. Además de un maquillaje extraño muy colorido en los ojos. Y un elemento que no podía faltar en su boca: un chicle. (1)

Se acercó lo suficiente y chocamos los puños entre sonrisas. Llevaba como mochila un bolso color pastel de tela colgado en su hombro.

—¿Qué onda Ness? —le dije mientras caminábamos hacia el instituto juntas.

Ella me miró con una sonrisa pícara de arriba hacia abajo.

—¿Estás así vestida para reconquistar a Edward o que? —dijo entre risas, dándome un leve empujón con su hombro.

Puse los ojos en blanco. No estaba demasiado producida. Bueno, tal vez un poco. Llevaba una camisa blanca un poco ancha, una falda muy corta que no se veía. Unas medias hasta el muslo agarradas por unas ligas, y unos tacos negros. ¿Eso era sexy? Oh si, es que yo estaba buenísima. (2)

Ella se rió y sacó una bolsita de su bolsillo.

—Mira lo que tengo —susurró.

Me la quedé mirando con los ojos abiertos. ¡Puta madre, eso era cocaína!

Le sonreí abiertamente.

—¿Dónde putas lo has conseguido? —le arrebaté la bolsita de sus manos y las inspeccioné con las mías.

Ella se rió.

—Tener padres hippies droga adictos tiene sus beneficios, primor. Además, ¿has oído el plan de hoy?

Negué con la cabeza, devolviéndole la bolsa y mirándola confundida.

Ella sonrió mientras seguíamos caminando.

—Félix organizará una fiesta en la casa de un desconocido mañana por la noche. Los chicos planean robar un poco de la hierva que el dueño guarda en su habitación, ya que no la quiere compartir con nadie.

Me carcajeé.

—¿Enserio?

Ella asintió.

—Sep. Ya he dado mi firma... —alzó los dedos e hizo un gesto de comillas con ellos—, y acepté ayudarlos. ¿Tu vendrás?

Me reí.

—Por supuesto, no me lo perdería por nada del mundo.


Alice POV

—¡Y NO QUIERO OIRTE LLORAR MÁS POR LAS NOCHES! ¿ME HAS ENTENDIDO, ZORRA?

Cerré mis ojos intentando no llorar, estando acorralada contra la pared de mi cocina.

Asentí lentamente.

—No te escucho —me gitó.

—Sí, papá —susurré.

Él sonrió y se tambaleó entre carcajadas.

—Esa es mi pequeña. Si tu te portas bien no habrá motivos para que te ganes otra paliza. ¿Comprendes? Así es como funciona.

Asentí lentamente, jadeando. Estaba por caerse una lágrima de mi ojo, por lo que me puse los lentes que tenía en mi mano rápidamente. Eran negros y grandes, asó que evitarían que se viera el tremendo golpe que mi papá me había dado ayer por la noche; cuando estaba borracho.

Tomé las llaves de la casa y salí con mi mochila con mi bolso negro para irme al instituto. Me quedé en la puerta de la calle un segundo, apoyada contra la pared. Aún no entendía que podía haber echo yo para que él me tratara de esa forma. Bueno, él era borracho... los borrachos son agresivos. En realidad no todos; pero él sí. Realmente no sabía a donde ir, ya era la cuarta vez que pensaba en como escapar, pero no se me ocurría nada. ¿A donde iría? No tenía otro familiar que pudiera encargarse de mí. Mi mamá había muerto, y no creo que sea posible que ella salga de la tumba para tener mi custodia. Lo peor es que era menor de edad, y no podía comprar un departamento para vivir por mi misma. Lo mejor de todo era que mi papá no se encontraba en la casa en todo el día, así que podía estar tranquila durante esas horas. El problema era de noche.

Él siempre llegaba borracho. Algunas veces agresivo, otras veces no. La noche era mi peor enemiga. Era como si fuera un licántropo o esas tonterías. La noche era tu peor enemiga, porque era en el momento en el que te convertías en hombre lobo. Joder, que putadas decía.

Tomé un espejito de mi bolso en donde llevaba algo de ropa para poder cambiarme en el baño del instituto; ya que mi padre no me había dejado arreglarme tranquila. Quité mis lentes y observé mi ojo en el espejo. Estaba demasiado morado; por suerte tuve el tiempo de curármelo.

Escuché una bocina de auto que me hizo pegar un salto del susto, y colocarme los lentes velozmente.

—¡Enana, vamos! —eran Jazz, Edward y Rose en el Mercedes. Estaban estacionados frente a mi casa.

Les sonreí y me subí con ellos en la parte trasera, junto con Jazz. Mi mejor amigo.

Mejor amigo. La palabra que arruinaba toda mi vida.

—Hola chicos —les saludé con una sonrisa radiante.

Eso era lo bueno de mi, según Edward. Que aunque mi vida era una mierda, yo siempre sonreía y contagiaba a los demás con mi sonrisa. No me gustaba estar triste, no servía de nada y me ponía peor cuando podía solucionar eso de una simple forma: sonriendo.

—¿Qué te has puesto? —Rose se volteó para mirarme de arriba hacia abajo.

Suspiré y mi sonrisa se borró.

—Mi papá no me ha dejado cambiarme dignamente. Traje algo de ropa en mi bolso para cambiarme en el baño cuando lleguemos.

Edward me miro y alargó la mano para quitarme los lentes. No pude evitar dejar que lo haga, él me conocía mejor que nadie.

Todos hicieron una mueca al ver el tremendo moretón que llevaba mi ojo izquierdo.

—¿Cuando putas harás la denuncia, Alice? —me reprendió Edward; pero su tono era dulce.

Suspiré cerrando los ojos.

—Si hago la denuncia probablemente me enviarán a un orfanato. Soy menor de edad para vivir por mis propios medios, y no tengo un familiar que pueda encargarse de mi.

Jasper me pasó el brazo alrededor de los hombros, en un gesto de aliento.

—Iba a quedarme a dormir en casa de Bella esta noche. ¿Porqué no vienes? Despéjate un poco, así no estarás sola en tu casa con él. Sabes que a Bella le encanta que vayas a dormir a su casa —habló Rosalie en un tono dulce, alargando la mano y juntándola con la mía.

Le sonreí y asentí con la cabeza.

—Vale.

Edward pegó un grito divertido.

—Anda Rose, pon en marcha esta chatarra. Debemos ir al purgatorio, y mañana... —Edward me dedicó una sonrisa de complicidad—... vendrá la fiesta del año. Además de toda la hierva que robaremos de ahí.

Abrí los ojos como platos.

—¿Robaremos hierva?

Él sonrió.

—Por supuesto, enana. Será una especie de "La gran estafa" solo que con merca en el medio. (3)

Todos nos reímos mientras Rose arrancaba el auto.

Tal vez mi padre era una mierda...

… pero mis amigos eran lo mejor que mi vida poseía.


Edward POV

Llegamos al purgatorio en menos de 8 minutos, ya que apuraba a Rosalie a cada instante. La rubita se arto y pisó el acelerador a toda carrera, causando una gran sonrisa de mi parte. Bajamos del auto con cierta... arrogancia. Bueno, ese sentimiento lo compartíamos sólo Rosalie y yo. Ya que Jasper era más bien la clase de chico que si nadie lo notaba mejor todavía. Despeiné un poco mi cabello con la mano y comencé a caminar por los alrededores, abandonando a mis hermanos y a Alice, para poder buscar a Bella.

Sí, ya sé. Estaba enojada pero... ¿que va? Ahora solucionaría todo.

Me crucé con el auto de Tanya, en el que siempre solía venir Bella. Sonreí y me acerque.

—Hey Tanys.

Ella se volteó a verme y se sorprendió (por alguna extraña razón) que yo esté parado mirándola.

Me sonrió ampliamente.

—¡Hola Edward! ¿Cómo estás? —y comenzó a hacer lo que todas las chicas hacían cuando estaban en frente de mi: tomar un mechón de su cabello y enroscarlo incontables veces sobre uno de sus dedos.

Le sonreí coquetamente.

—Muy bien. Oye, ¿Bella ha venido hoy?

Ella entrecerró los ojos y soltó una risita, y suspiró, sonriéndo de nuevo.

—No, no ha venido hoy. Le agarró barisela y...

—¡Cállate, puta! —gritó alguien. Me volteé para ver a Bella llegando hacia nosotros con una expresión furiosa, pero creo que no me quedé observando eso exactamente. Sinó su increíblemente sexy atuendo—. No me dió varicela, no seas mentirosa —dijo cuando prácticamente estaba a nuestro lado. Instintivamente tomó mi brazo con sus dos manos—. Y aleja tus estúpidos ojos de mí novio, zorra.

Me jaló alejándome de Tanya mientras caminábamos hacia adentro del instituto. Soltó mi brazo y siguió caminando por su cuenta. Sonreí y la alcancé tomándola por el brazo.

—Oh, vamos Bells. ¿Aún sigues enojada?

Ella me fulminó con la mirada y suspiró en un intento de tranquilizarse.

—Tengo motivos, Edward. Has perdido unas increíbles botas de Chanel en un autobús, y te has besado con Lauren. ¿Pretendes que esté saltando y bailando como una puta virgen luego de haber follado con un chico guapísimo?

Hice una mueca y puse los ojos en blanco.

—Lo del beso ya lo he explicado, Bells; tu sabes que yo te quiero. Y lo de las botas... prometo comprarte otras, enserio.

Ella sonrió un poco.

—¿Harías eso por mi?

Le sonreí de una forma pícara.

—Te hago todo lo que tu desees.

Ella puso los ojos en blanco.

—¿Me llevarás a algún lugar romántico algún día?

Encaré una ceja.

—Creí que no te gustaba lo cursi.

Soltó una risita y me acomodó un mechón del cabello.

—Síp, pero a veces necesito un poco de azúcar.

Me encogí de hombros.

—Vale. ¿A donde quieres que te lleve? —pregunté.

Ella sonrió.

—A la playa. Un picnic.

Le sonreí y la rodeé con un brazo, mientras caminábamos por los pasillos.

—Vale, esta semana te llevaré a la playa.

Ella sonrió y se puso frente a mi, caminando hacia atrás a la vez que yo lo hacía hacia adelante. Rodeó mi cuello con las manos, y yo hice lo mismo con su cintura.

—¿Y me dirás cosas bonitas? —preguntó con voz de niña.

Me eché a reír.

—Sí Bells, te diré cosas bonitas.

—¿Y follaremos mucho mucho?

Me carcajeé.

—Mmh, esa es la parte que más me agradó. ¿Sabes? —me acerqué a su rostro y deposité un besito en sus labios—. ¿Entonces ya no estás enojada?

Ella se puso seria y negó con la cabeza.

—No, no lo estoy. Pero no quiero verte cerca de ninguna otra zorra otra vez. Excepto de Nessie, Rosalie y Alice. Y de mi, por supuesto. ¿Lo prometes?

Suspiré y puse los ojos en blanco.

—Bella...

—... promételo, Edward. Porque tu jamás me encuentras casi-tirándome a otro idiota. Si yo no lo hago, entonces tu tampoco.

—No nos estábamos 'casi-tirando', Bella. Sólo fué un beso.

Bella entrecerró los ojos.

—Promételo, Edward.

Suspiré y asentí.

—Vale, lo prometo.

El timbre sonó y los dos suspiramos.

—Me toca matemáticas. Te veo luego —me dió un beso en la mejilla y se fué.

Suspiré y me dirigí a biología.

Un mini purgatorio dentro de otro purgatorio.


—¿Dónde putas has conseguido eso? —le pregunté a Nessie, sentados en la mesa del almuerzo mientras ella me mostraba la bolsita.

Estábamos todos reunidos: Emmett, Jake, Jane, Alec, Leah, Nessie, Bella, Seth, Alice, Rose, Jasper y yo.

Jacob soltó un bufido.

—Lo dices como si fuera difícil encontrar una de esas bolsitas, Edd. Tengo cientos de ellas debajo de mi cama.

Nessie lo fulminó con la mirada y le pegó un manotazo en la cabeza.

—Este es otro tipo de hierva, idiota. Es hierva pura, hierva encontrada por hippies auténticos. Todos los hippies consiguen la mejor hierva. Por eso están bien groguis las 24 horas del día.

Solté una risita.

—¿Puedes conseguir más?

Ella sonrió con arrogancia.

—Por supuesto que puedo. Mis papás son hippies y, como dije anteriormente, los hippies están groguis las 24 horas del día. Ni siquiera notarán cuando las tome prestadas.

Alec se carcajeó.

—Súper, Nessie.

—¿Me das un poco? —preguntó Jane.

Seth la miró sorprendida.

—¿Qué? ¿Estás loca? Te matarán si fumas eso aquí.

Jane se rió.

—Eres idiota, ¿no? Por supuesto que no lo fumaré aquí. Sólo quiero un poco para fumarlo cuando salga de este estúpido lugar.

—Hey Seth. ¿Ya has perdido tu virginidad? —le bromeó Emmett.

Seth suspiró de vergüenza, pegándole en el pié.

—No, Emmett. Y me gustaría que no esparcieras el rumor. Las chicas no se me acercarán nunca así.

Emmett se rió de nuevo.

—Las chicas no se te acercan nunca, tio.

Leah lo fulminó con la mirada.

—Ya deja de joderlo. A ti tampoco se te acercan porque estás las 24 horas del día drogado, idiota.

Todos nos reímos. En ese instante, Félix se acercó a nosotros con una sonrisa radiante, y se sentó a nuestro lado. Félix era tan o casi igual de grande que Emmett; el máximo organizador de fiestas de la escuela, era un gran tipo.

—¿Vendrán mañana para el plan secreto? —susurró.

Bella lo miró y encaró una ceja.

—¿Cómo sabemos que no nos mandarás al frente? Lo que haremos es cosa seria, será robar hierva, Félix.

Él se rió entre dientes.

—Tranquila, primor. Lo tengo todo controlado. Mis chicos custodiarán el cuarto del tipo, en donde supuestamente estará la hierva, y alguno de ustedes deberá custodiar la escalera, por si él sube hacia arriba. Harán de campana. Y bueno, pónganse de acuerdo los que quieran tomar la hierva personalmente. Anda, será divertido. Luego de eso nos largaremos de ahí e iremos a una fiesta en La Push organizada por el idiota de Jacob. Será fácil y simple. No hay nada que temer. ¿Qué dicen?

Todos nos miramos y nos encogimos de hombros.

—Por supuesto que iremos, Félix. Yo no me pierdo esa hierva por nada del mundo —habló Nessie, quién chocó los cinco con Jacob y Emmett.

—Ya saben, después de todo... lo mejor siempre será lo primero: Drogas, cigarros, y un buen polvo.

Todos nos reímos.

Esto sería grande.

Muy grande.


(1) Atuendo de Nessie en mi perfíl, en el link "extras de mis fics"

(2) Atuendo de Bella en mi perfíl, en el link "extras de mis fics"

(3) Película protagonizada por Brad Pitt, George Clooney, Catherine Zeta Jones y muchos más.


¡Hola hola! Sí, sorpresa. Aquí les traigo otro fic de mi parte. Como pueden ver, es una vil y cruel copia de Skins. Jajajaja, pero no se alarmen, gente. Los capítulos se volverán más interesantes a medida que conozcan a fondo a todos los personajes. Hasta ahora, pudimos ver mas o menos como es Edward: el típico chico popular y arrogante. Bella: la perra enamorada y celosa. Nessie: la chica extraña con papás hippies. Y Alice: la chica maltratada por su padre.

No se preocupen que habrán capítulos dedicados especialmente a los problemas de todos los personajes. Él de hoy fue centrado en Edward. Mañana será en Bella, y así. Obviamente, como dije más arriba en la nota: todos participarán de igual manera.

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Con respecto a los lemons, no se preocupen que a partir del tercer capítulo más o menos comenzarán. Así que no se preocupen, hay mucha perversión para largo rato, jajaja ;)

¿Me dejan reviews, pipol? Y para las chicas que leen PENUMBRAS: intentaré actualizar lo más rápido que pueda, es que ando un poco bloqueada con algo que quiero introducir en el capítulo que viene, pero les prometo que para la semana entrante ya lo tienen publicado.

Besos a todas :)

+ Mel.