Nexus

Hacía tiempo que Hermione descubrió una nueva sensación al despertarse que la distinguía de todos los antiguos despertares vividos por ella. Se trataba de la sensación de despertarse en brazos, o en contacto, de Draco.

Su mente le recordaba la manera en que se habían quedado dormidos, con aquella mano de Draco agarrándole un pecho y no le extrañó el que se hubieran movido durante el sueño para terminar descansando sobre el torso del Slytherin. Por supuesto que este, aún perdiendo el agarre del pecho de Hermione, encontró pronto algo más a lo que agarrarse y por ello podía sentir su mano bien sujeta a su nalga. Claro que Draco no había sido el único en buscar algo a lo que echarle la mano.

Hermione se percató de que era lo que tenía bien sujeto en su mano. Cómo no hacerlo cuando hacía tantas veces que se la había agarrado con casi todas las partes de su anatomía siendo la mano una de las más inocentes.

Buenos días a ti también, le saludó Hermione moviendo su mano por todo lo largo de la erección de Draco.

—Podría acostumbrarme a despertarme así, Hermione— susurró la voz de Draco aún manteniendo los ojos cerrados.

—Nos hemos dormido. Quiero decir que nos hemos despertado más tarde de lo habitual— añadió al ver como Draco hizo rodar los ojos tras sus párpados—. Hoy tenemos que hacer una visita muy particular y el demorarla no entra en mis planes.

—Y qué entra en ti— le preguntó Draco deslizando su agarre por la nalga de Hermione haciendo que la punta de sus dedos rozase la línea intermedia de sus nalgas pasando por ano y sexo— me pregunto.

Hermione pareció estar pensándoselo tamborileando sus dedos sobre lo largo de aquella erección para terminar por pulsar, repetidamente, aquel glande con su dedo índice. Y solamente con esto ya le tenía con unas incontrolables ganas de entrar en ella. Pero Hermione no se contentaba con eso solamente y no hacía más que exhalar su cálido aliento contra el pecho de Draco de manera que podía sentir como se estremecía por ambos motivos.

Lo tenía atrapado, literal y figurativamente hablando.

—Responsabilidades. Y ahora tenemos que hacer lo que tenemos que hacer. Ya sabes que se trata de una visita que ya se está haciendo esperar— le aseguró Hermione soltándole su miembro y disponiéndose a levantarse de la cama.

Claro que Draco siempre tenía su propia línea de pensamientos en lo que se refería a responsabilidades pues, aunque era obvio que tenían que realizar dicha visita, no menos obvio, para Draco, era el que Hermione se encontraba en su misma situación por mucho que su excitación pudiera intentar ser ocultada.

Con un ágil, y rápido, movimiento Draco volvió las tornas colocándose sobre el sensual cuerpo de Hermione que parecía llamar por él. Lo que iba en contra de las propias palabras de Hermione.

—Yo sé lo que tenemos que hacer— escuchar la voz de Draco susurrándole no le hacía ningún tipo de favor a Hermione pues solamente servía para quebrársele su firmeza—. No creas que no me tomo en serio mis responsabilidades… contigo, Hermione. Es un crimen no darle a este cuerpo tuyo lo que se merece.

Sus palabras iban apoyadas con su erección clavándose contra el interior del muslo de Hermione y dirigiéndose hacia su humedad. ¿Quién en su sano juicio tendría la insensatez de detener semejante avance por parte de Draco?

Ah, sí. Hermione Granger.

—¿Y no preferirías ser castigado?— el insinuante tono usado por Hermione habría sido suficiente para ganarse una respuesta afirmativa, sin necesidad de encontrarse en la situación en la que se encontraban.

Uno diría que luego de todo lo que han vivido, y hecho, un comentario tan inocente como ese no tendría ningún tipo de reacción por parte de Draco pero fue todo lo contrario porque fue capaz de paralizarlo mientras su mente, totalmente pervertida y cachonda, le ofrecía todo tipo de castigos que Hermione podía elegir para darle. Y durante ese momento ella aprovechó para quitárselo de encima y rodar fuera de la cama.

—Me parece que el castigo que más te mereces es un poco de ayuno de esto— tras lamerse los labios le lanzó un beso—, de estas— dijo agarrándose sus pechos, voluptuosos pechos— y, por supuesto— su mano se deslizó por su cuerpo logrando estremecerse a sí misma al superar su firme vientre y cubrir su sexo—, nada de esto y— su mano siguió hasta cubrir su otro agujero que le mostró, ocultándoselo, dándole la espalda y marcando su trasero— de esto ni en tus más pervertidos sueños.

Hermione le dedicó una maliciosa media sonrisa por encima de su hombro al ver como le palpitaba aquella erección y como se le puso en tensión cuando apartó la mano y le dejó una perfecta visión de su ano. Tanta insinuación sobre ello y ella ya había empezado a imaginarse como sería sentir a Draco en esta parte de su cuerpo. Su habilidosa lengua, sus largos y expertos dedos y, por supuesto, todo su sexo bien clavado.

Afortunadamente ahora te vas a dar una larga ducha, Hermione, pensó la muchacha tras verse inmersa en tales fantasías.

—¿Hay sitio para mí en esa ducha?

Como tuvo que morderse la lengua para no suplicarle que se apurase pero tenían toda su vida para ello y ahora tenían algo importante que aclarar. Y por muy cierto que eso fuera se sentía mal por no poder dejarse llevar y rememorar sus duchas previas.

—Normalmente lo hay pero me parece que junto a tu erección y tu ego no habría sitio para mí— se burló Hermione antes de abandonar el dormitorio para tomarse una más que merecida ducha para rebajar sus niveles de excitación—. Y cuanto antes terminemos con la visita, antes podremos seguir con lo que más nos gusta. Nuestras vidas, Mr. Hurón Pervertido— añadió burlonamente.

Draco se quedó allí tumbado en silencio con una erección que no parecía haberse tomado muy bien las palabras de Hermione.

—¿Y qué quieres que yo le haga? Si no le apetece un poco de compañía pues no le apetece. Sí, ya sé que sí le apetece pero trata de enfocar toda su atención en aclarar este último punto sobre el secuestro o, más bien, el secuestrador— uno incluso habría podido creerse que aquellas palpitaciones eran la manera de su miembro para responderle—. Tampoco es que no puedas estar sin ella durante un tiempo… vale, es lo más absurdo e irreal que haya podido decir pero tendrás que hacerte a la idea de que hasta que esto termine del todo Hermione no volverá a tocarte. Pero ya sabes que siempre me tendrás a mí para… ¿estás perdiendo la erección? Si serás… ¿luego de tanto tiempo compartido y me das de lado? Muy bien, vale, como tú quieras pero luego, cuando Hermione guste de vernos masturbarnos no cuentes conmigo…

Draco se levantó de la cama negando con la cabeza. ¿Tantas ganas tenía de entrar en estos momentos en el cuarto de baño y ducharse que le hablaba, más bien discutía, con su pene? Dejando a un lado al sexo tendría que satisfacer a su cuerpo con algo de comida pues, ¿no se dice que comida y sexo van de la mano?

De seguro que eso lo dijo un tío… uno tan virgen que ni al escote de una mujer se acercó de lejos.

Mientras tanto, bajo la constante lluvia de agua fría proporcionada por la ducha, Hermione se encontraba tratando de vencer en su propia batalla privada.

Tú dúchate… nada más… es una acción de lo más natural— se decía mientras sus manos recorrían sus senos, cuyos pezones se encontraban erectos pero, ¿por culpa del agua fría o de la excitación que sentía?— y no es que te estuvieras tocando… ¡ESPERA! ¿Es qué no me has escuchado?— se amonestó cuando una de sus manos estuvo a punto de acariciar su clítoris en su camino hacia su sexo… húmedo pero porque se estaba duchando aunque, ¿entonces por qué, bajo el agua fría, lo sentía tan cálido?—. Sabes muy bien que se dará cuenta al instante de verte si has hecho algo… inapropiado aquí… ¿aunque no te enseñó el que un poco de sexo en la ducha no es nada malo? ¡Y ahora te estás tratando de justificar como si no pudieras controlarte!— claro que ese podría ser el detalle—. Tal vez deberíamos haber tenido algo antes de venir a ducharnos pues preparados ya estábamos y un poco de sexo por la mañana es totalmente recomendable y muy sano. Además de que serviría para aclarar la mente y poder centrarse en el asunto principal que nos atañe este día.

En definitiva se dio cuenta de que ella misma se había saboteado por tratar de tener la última palabra e ir en contra de Draco cuando ambos iban en el mismo carruaje.

¡Vaya mierda de ducha aburrida!

Draco no pudo reprimirse e hizo el mismo desayuno que A.G. le había hecho a A.M. el otro día sintiendo que, al hacerlo, estaban continuando sus vidas tal y como debía ser. Siendo ellos mismos pero con la experiencia obtenida por sus yos más listos, no obstante llegaron a sincerarse respecto a sus sentimientos no solamente con ellos mismos sino con sus amigos y familia. Y todos esos recuerdos y acciones ahora formaban parte de sus vidas.

El sonido de la puerta del baño abriéndose apartó a Draco de su línea de pensamientos para que, cuando se volvió, encontrarse con una recién duchada Hermione con su cuerpo marcado, pero oculto al mismo tiempo, con una escueta toalla celeste. Sus labios entreabiertos dejaban claro que había pretendido decirle algo pero parecía haber perdido la voz durante el trayecto desde su mente a sus cuerdas vocales.

¿Cuál podía ser el motivo?

Tal vez el haberse encontrado a Draco allí de pie con el desayuno recién preparado… y completamente desnudo. Si Hermione sabía lo que ella estaba sintiendo ante semejante visión, también supo lo que Draco sentía ante la suya propia al ver como le empezaba a crecer su tremenda erección a tal velocidad que no le habría sorprendido, de ser posible, el que le hubiera dado un calambre. Sobre todo porque la idea de convertirse en su enfermera privada y tratarle le estaba subiendo un delicioso calor a sus mejillas, como bajándole a su entrepierna.

Draco bajó su mirada para encontrarse con su completa erección y no pudo sino ofrecerle una dura mirada a su miembro.

Siempre pensando en ti primero, ¿verdad?

—Ya tienes la ducha libre— le dijo Hermione y no le sorprendió nada el que su voz sonase tan necesitada como lo hizo porque, con la sinceridad por delante, así era como se sentía en estos momentos.

¿Ya empezamos a arrepentirnos por no haber tenido algo de alivio en la ducha, Hermione?, se acusó a sí misma la castaña.

—Gracias— que podía traducirse, siguiendo el fogoso tono usado, como que no estaba tan libre si ella no se encontraba en la ducha—. El desayuno ya está listo— pero en la mente de Draco todos aquellos platos se encontraban tirados por el suelo y, en su lugar, se encontraba una ansiosa Hermione preparada para ser desayunada.

Tenían asuntos importantes que tratar y el realizar todo esto por separado era una buena idea porque les impedía el cometer ciertas acciones que les harían perder una gran cantidad de tiempo.

—Se ve delicioso.

¿Se ve? ¿Y cómo es posible si Draco se encontraba delante de la mesa? Tendría que haber dicho que huele delicioso porque ahora parece como si le estuviera violando con sus ojos. Lo que podía ser tan cierto como que su boca hecha agua no tenía nada que ver con ese desayuno sobre la mesa.

¡Maldito Merlín! Debo haber empezado a enloquecer porque me ha parecido ver como su… ¡Ahí está otra vez!, pensó con tanta fuerza que temió provocarse una migraña pero, en esta ocasión, la vería justificada por, precisamente, lo que acababa de ver. Si será… ¿no me está llamando para que me acerque? Creía haberlo dejado todo claro antes pero… ¡es qué no para de hacerme gestos para que me acerque! Hermione es que no podía creérselo, y no se lo creería de habérselo dicho alguien aunque, claro está, le tendría que haber explicado que diablos estaba haciendo ante un completamente desnudo Draco Malfoy para ver como su erecto miembro le hacía gestos para que se le acercara.

Había dejado claro que no podían perder tiempo en el día de hoy y por eso trató de mantener la distancia. La misma que ahora mismo estaba eliminando paso a paso aunque, desde un razonable punto de vista, no podía decirse que el estar con Draco, y estar disfrutando de un poco de amor… y húmedo sexo, con él pudiera definirse como la epifanía de la pérdida de tiempo porque no era así. Si hubiera que definirlo se encontraría justo en el lado opuesto de semejante, y absurda, definición de pérdida de tiempo.

Oh, vaya. Si ya se encontraba apenas rozando aquel cuerpo perfecto con sus pechos. A la distancia de un pene de Draco… y eso es aún mucha distancia, no pudo evitar pensar con una media sonrisa del todo traviesa.

—Cualquiera diría que tienes algo en mente, Hermione— a la castaña le hizo gracia el sentir en la voz de Draco sus intentos por controlarse pues sabía lo mucho que eso le costaba por su culpa. Y si se trataba de una culpa desnuda pues el control de Draco se resentía con mucha más intensidad—. Pero lo que deberías es tener algo en la boca…

Antes de que pudiera decir algo más Hermione se abalanzó sobre él rodeándole el cuello con sus brazos y besándolo con una necesidad, obviamente, física por su contacto. Y sí, le sorprendió con su acción porque dicha sorpresa la permitió ahondar en la boca de Draco con su lengua y subyugar a la del Slytherin.

—Cuando dije lo de tener algo en la boca me refería al desayuno— pudo decir Draco cuando los labios de Hermione empezaron a besarle el cuello sin ningún tipo de cuidado por no dejar marca de su paso por el mismo. Claro que pronto perdió casi por completo su capacidad de unir palabras para formar frases al sentir una de aquellas pequeñas manos de Hermione agarrarle su miembro.

—Es lo que pretendía— el tono inocente de Hermione no servía sino para aumentar el deseo de Draco— pero tu pene no hacía más que llamarme una y otra vez— le dijo mientras aquella manita recorría todo lo largo de aquel erecto sexo—. Y ya sabes que no me gusta que se me tache de maleducada y por ello he venido haber que quería— Draco la vio ponerse de cuclillas y por poco no eyaculó ante semejante visión—. Por cierto, sobre lo de tener algo en la boca…

Sus palabras allí se terminaron cuando empezó a chuparle el miembro a Draco. Bueno, se supone que, en cierto sentido, ellos han vivido lo que hicieron A.M. y A.G. pero nunca hay nada mejor que el vivir las cosas por uno mismo y no por recuerdos.

—Tu boca es tan… joder, vaya manera de chupar— a Draco le faltaba poco para que se le pusieron los ojos en blanco—. Si esto es… lo que consigues hablando tanto y… respondiendo preguntas… ¡tu lengua merece su propio día!— las rodillas de Draco empezaban a dar de sí y le obligaron a agarrarse, más que apoyarse, contra la mesa. Estaba claro que Hermione pretendía superarle dando sexo oral y Draco no estaba dispuesto a discutírselo—. Como sigas así… ¿o es qué es lo que te apetece desayunar?— Hermione movía su mano por todo aquel miembro mientras le chupaba los huevos que se encontraban duros y a segundos de liberar toda su carga—. Porque entonces me habría ahorrado la mitad de la comida.

Aunque, hablando de comer… Hermione parecía satisfecha con lo que se había llevado a la boca… o tal vez no.

Draco sintió el momento justo en el que ya le resultaba imposible resistirse y se dejó atrapar por su clímax, aunque avisando primero a Hermione, como cualquier caballero que se digne de tal título habría hecho cuando estuviera a punto de eyacularle garganta abajo a la chica que le estuviera proporcionando tan intensa felación. Pero el nombre de Hermione sonó más interrogativo que exclamativo por parte de Draco al verse sorprendido porque, en el último instante antes de la eyaculación, Hermione se quitase el miembro de la boca de tal manera que toda la carga fue liberada sobre sus pechos, voluptuosos pechos, e incluso algo llegó a impactar sobre su rostro, sobre una de sus mejillas.

Ni que decir que esto fue un acto del todo inesperado para Draco por parte de Hermione. Aunque siempre parecía estar dispuesta a sorprenderle, lo que no era nada malo, por supuesto.

—Oh, vaya. ¡Por Merlín!— Hermione y su voz inocente era una de las cosas más excitantes que jamás hubiera visto, oído y sentido Draco. De tal manera que su miembro en vez de perder algo de su erección le sucedió todo lo contrario y más dura no se le podía haber puesto—. Mira lo que ha sucedido— Hermione se puso en pie examinando sus pechos cubiertos del semen caliente de Draco—. ¡Me he puesto toda perdida! Creo que voy a necesitar una nueva ducha.

Afortunadamente uno de los hechizos que antes aprenden los solteros, aunque tampoco era desconocidos para los que estaban en pareja, era el de mantener la comida caliente y en su punto.

—Dijo la que no quería perder tiempo para terminar con todo este asunto del secuestro y el secuestrador.

—Entonces será mejor que me eches una mano… o algo más para acabar con todo este asunto… de la ducha— le dijo Hermione cogiéndole de la muñeca y llevándoselo hasta el cuarto de baño. Todo sin apartar su mirada de la de Draco de manera que caminaba hacia atrás sin ningún problema.

—Dijo la que…

Hermione lo silenció besándolo pegándose contra el cuerpo de Draco de manera que aquella erección se le clavó contra su bajo vientre y le arrancó un delicioso gemido que devoró el Slytherin con placer.

Al separarse estaba claro lo que había sucedido pero Hermione no podía dejar pasar una situación como esta porque no estaba muy segura de si lograría volver hacérsela a Draco sin que este tratase de impedírselo.

—Oops. Ahora tú también necesitas una buena ducha, Draco— le decía Hermione inocentemente culpable mientras recorría el torso de Draco con su dedo índice que, ante la mirada intensa del rubio, se llevó a la boca contemplativamente—. Qué cosas pasan.

¡Y las que iban a pasar!

Claro que con estos dos juntos una ducha solamente era de nombre y apenas reconocible en el acto porque no era solamente agua lo que los salpicaba allí dentro.

— — — — —

Vale, eran obvios los peligros de esta práctica pero también lo eran sus beneficios, sobre todo si lo realizaba de la manera en que lo estaba realizando sentada sobre el regazo de Draco. Y por mucho que fuera ella quién hubiera traído a conversación, apenas el haberse despertado, lo de darse prisa en acabar con todo este asunto del secuestro— más bien lo del secuestrador— le parecía un crimen el apurar el desayuno.

Porque no era nada sano el hacerlo. El desayuno era la comida más importante del día y había que ser consecuente con ello.

Y si daba la casualidad de que desayunaban desnudos pues era eso simplemente: una casualidad… aunque elegida por ambos.

De pronto un sonido se pudo escuchar en la casa. Una alarma, nada estridente porque Hermione no gustaba de ese tipo de sonidos, que, antes de que pudiera hacer algo al respecto, fue silenciada.

Confusa Hermione le dedicó una mirada interrogante a Draco que le fue respondida con una ceja enarcada que dejaba claramente que el no tenía nada que ver, una de las pocas veces que así era, y que se trataba de la casa de Hermione y no de la de él. Entonces se escuchó una voz para nada desconocida y se supo al momento su procedencia.

La chimenea.

—Preparados o no tenéis visita. Y espero que os encontréis decentes porque vengo con menores muy impresionabl-…

Hermione saltó del regazo de Draco pero sin posibilidades de ganar una batalla ya perdida. Sobre todo porque cómo pretendía ocultar su desnudez si se puso de pie de manera que no hacía sino mostrar toda la belleza de su cuerpo desnudo.

—¡Ginny, espera! ¡No entres en la cocina!

Era cierto que la visita de Ginny no era casual sino que pretendía pillar a su amiga en una situación comprometida y, por situación comprometida, se refería a encontrárselos enrollándose en el sofá. Tal vez con algunas piezas de ropa perdidas con el entusiasmo. Un Draco descamisado siempre resultaba bienvenido. Pero para nada se esperaba encontrarse a su mejor amiga y a su… novio en la cocina desayunando completamente desnudos. Pero, sobre todo, no se esperaba con que Hermione se pusiera en pie exhibiéndose en su completa desnudez.

Sobre todo luego de anunciar la presencia de sus dos hijos. Una cosa es que se bañe con ellos pero ella es su madre y no hay nada malo en ello pero ahora tendrían una interesante respuesta para cuando le preguntasen cuándo había sido la primera vez que le habían visto los pechos a una chica o su vagina. Sí, sus hijos iban a convertirse en la envidia de muchos… aunque no fueran conscientes en estos momentos de lo que significaba ver a una chica desnuda.

Al ver moverse a Draco Ginny pensó que algo bueno iba a poder sacar de todo esto, sobre todo porque le había tapado los ojos a James mientras que Albus, en sus brazos, se encontraba de espaldas, por mucho que pareciera un contorsionista en su intento por buscar el origen de aquellos gritos en los que debió reconocer la voz de su tía Hermione. Lamentablemente, aunque esto nunca se lo confesaría, en serio, a Harry, Draco no se levantó de la silla sino que le ofreció una… servilleta a Hermione.

Muchas gracias, Malfoy.

Pero por muy fría que sonase su voz, Hermione usó dicha servilleta para cubrir su sexo, afortunadamente la servilleta, abierta del todo, era capaz de ocultar más del cuerpo de Hermione que muchas de sus bragas. Su otro brazo hacía un buen trabajo para cubrir sus pechos.

—Podría preguntaros qué estabais haciendo sino fuera tan terriblemente obvio que…— Ginny pareció pensárselo mejor— no puedo sino imaginarme situaciones cada vez más indecorosas que no pueden ni siquiera ser imaginadas en la presencia de mis hijos, y con la ausencia de mi marido en ellas al no estar protagonizadas por mí.

Finalmente James logró echar un vistazo por entre los dedos de Ginny aunque apenas sus palabras brotaron de su boca fue más eficientemente bloqueada su vista.

—¡Mamá!— dijo señalando para Hermione.

Draco no pudo evitar una sonora carcajada que se ganó un par de duras miradas por parte de las féminas presentes en la cocina.

—¿No te interesaría confesar algo, Hermione?

—¡Oh, tú cállate!— le respondió Hermione tratando de salir de la cocina para ir a vestirse pero se lo pensó dos veces cuando James volvió a abrir la boca.

—Mamá y papá… van… desnudos por casa— anunció como si fuera la noticia más importante del mundo y, en cierto sentido, importante si lo era.

Hermione transfiguró la servilleta en un vestido que la dejó bien cubierta aunque en plan comando, por ahora.

—Así que es cierto que se descubre de todo en la cocina— se dijo Draco a si mismo—. Aunque la mitad de esta noticia no me resulta nada agradable.

—Le diré a Harry la buena noticia que le atañe— se burló Ginny antes de lanzarle una evaluadora mirada al vestido de Hermione—. No me digas que es cierto que eres tan estirada porque tienes la varita…— Ginny retrocedió un paso sin perder la sonrisa al ver el gesto amenazador de su amiga—. Cuidado con tus sobrinos.

Un conocido sonido anunció la aparición de Draco pues estaba lo suficientemente controlado para saber que podía aparecerse en la casa mientras que Hermione, con todo el asunto de haber sido descubierta desnuda junto a Draco en la cocina, parecía que se le había olvidado. Y eso que se trataba de su propia casa.

—¿Se puede saber a qué has venido?— le preguntó antes de tomar en brazos a Albus—. ¿Ya habéis desayunado?— Hermione asintió por Albus—. ¿Te gustaría una onza de chocolate?

—No.

No la respuesta que uno se esperaría ante semejante proposición.

—¿No?— Hermione no podía creérselo.

—Para que luego digan que los niños no saben lo que quieren. Deberías probar a ofrecerles algo con azúcar de vez en cuando, cariño— le indicó Ginny pero por la cara que puso Hermione pareció que le hubiera propuesto realizar un sacrificio de sangre a los Dioses Antiguos—. Algunas personas nunca cambiarán. Suerte de que tus hijos nos tendrán a nosotros para que descubran el dulce sabor del azúcar.

—No te creas. Draco tiene demasiado gusto por el azúcar… lo que me servirá para usarlo como motivo para no tener que darles azúcar.

—Pues no sé como lo harás con esa perfecta sonrisa brillante que posee.

—¿Adónde quieres llegar con tantos halagos, pelirroja?— le preguntó Draco surgiendo a espaldas de Ginny mientras liberó a James del agarre de su madre al tiempo que le ofreció una varita de regaliz a los dos pequeños futuros Gryffindor.

—Hoy es el día después de una cita y vengo a obtener todos los detalles jugosos que me llevaron a encontraros…

—¡Desnudos!— le interrumpió James entre risas.

Si bien Hermione se sentía algo violenta por haber sido encontrada desnuda por sus sobrinos, Ginny se empezaba a preguntar de dónde surgía aquel conocimiento acerca de la desnudez. Algo que Draco trató de averiguar.

—¿Como papá y mamá?— James asintió mientras le daba un bocado a su regaliz.

—Tío George… nos trajo a… casa temprano y…

Ginny no dijo nada pero su mirada hablaba tan alto que silenció las palabras de su hijo que, sin saberlo, había metido en graves problemas a George. Y por proximidad, debido a que les acompañaba en ese momento, Angelina por no habérselo dicho. Aunque, claro está, como mueves la conversación para acabar en un tema en el que se trata el haber sido vista en tu casa, eso no había que olvidarlo, junto a tu marido tan desnudos como si puede estar no llevando nada encima… ¿salvo la nata, crema o…? Pero solamente había dicho el haberles visto desnudos, ¿verdad? Lo último que le faltaba era el ofrecerles una nueva manera de disfrutar de un buen postre.

—Mejor dejamos esta conversación para más tarde— intervino Hermione— y no, no estoy tratando de hacer tiempo sino que Draco y yo tenemos algo que hacer… en público. ¡No es nada de eso!— siseó entre dientes ante la sugerente manera de mover las cejas que le dedicó Ginny. Sexo en lugares públicos… agua pasada para ellos luego de sus momentos en el Ministerio.

—Muy bien— Ginny se dirigió a sus dos hijos—. ¿Qué os parecería ir a hacerle una visita a tío George y tía Angelina?— serán unos críos pero sabían muy bien en donde se encontraba la diversión—. Y nuestra conversación solamente está sufriendo un receso, Hermione— le dijo dándole un abrazo a Hermione—. Además de que ahora que Harry se ha librado de la carta de ¡Nada de sexo!, y lamentándolo por Angelina, le tocará sufrirla a mi queridísimo hermanito.

—Eres muy buena… siendo mala— se rió Hermione ante las acciones de su amiga.

—Y tú eres muy mala… tratando de ocultar las cosas. Ni pienses que me quedaré sin saber todos los detalles sobre lo sucedido en vuestra cita y luego de la misma.

Hermione les dio un beso de despedida a sus dos sobrinos antes de abrazar a Ginny, y susurrarle al oído algo que hizo que la pelirroja volviese su mirada hacia Draco, evaluadoramente.

—Y lo que ha sucedido esta mañana— añadió con una maliciosa sonrisa antes de coger de la mano a sus dos hijos y levantarlos para cargarlos en sus brazos mientras se dirigían a la chimenea—. Finalmente tendré una decente conversación con Hermione… sobre sus indecencias.

—¡Indecencias!— repitió James para martirio de Ginny y diversión de Draco y Hermione.

—No, no, no, James. Inocencias. Una conversación sobre las inocencias de tía Hermione. Ves que buena es que nos ayuda con el polvo flu— dijo Ginny viendo a Hermione cogiendo un puñado de polvo flu—. Ahora despediros de Hermione y Draco.

Mientras James parecía estar pensando en lo que le dijo su madre, mientras movía la mano despidiéndose de manera automática siendo imitado por Albus, Hermione lanzó el polvo flu y dijo la dirección de Sortilegios Weasley.

Lo último que se escuchó, una vez las llamas verdes los hubieran envuelto fue la voz la voz de James gritando una sola palabra.

—¡Indecencias!

No la mejor palabra para gritar saliendo por la chimenea de Sortilegios Weasley en donde podía ser escuchada por George, y encontrar una salida al problema que se le avecinaba.

—¿Nos vamos?

La voz de Draco pareció despertar a Hermione de sus propios pensamientos. La castaña señaló para la cocina pero Draco le respondió que ya se había encargado de limpiar todo y colocar los restos del desayuno en la nevera.

—Pero aún tenemos que limpiarnos los dientes y tengo que cambiarme.

—Lo de los dientes puedo pasártelo pero no entiendo el por qué tienes que cambiarte— la mano de Draco se deslizó por la espalda descubierta de Hermione—. A mí me gusta como te queda.

—¿Una servilleta transfigurada?— negó con la cabeza dirigiéndose al cuarto de baño—. Además… n- ll-v- br-g-s.

Por mucho que lo hubiera murmurado para sí misma y casi de manera inteligible, ni pienses que algo así le pasara desapercibido para Draco.

—Más puntos a mi favor— le susurró al oído.

Hermione no pudo evitar el reírse. La verdad es que no se había reído tanto con alguien como lo hacía con Draco. Y eso que se trataba de una relación, primeriza pero una relación. A pesar de ello la alegría y las risas parecían formar parte de ella de una manera tan natural como lo hacía el sexo y, por encima de todo, aquellas miradas en las que se podía ver el amor que se dedicaban.

—Olvídate del animago pulpo porque tienes que ser un animago cerdo— le espetó entrando en el cuarto de baño.

Ahora fue el turno de Draco para reírse.

—Bueno, por lo menos eso me permite ofrecerte una correcta respuesta a tus preguntas e insinuaciones— le aseguró Draco.

Hermione, como no podía ser de otra manera, tuvo que preguntárselo.

—¿Y cuál sería dicha respuesta?— le preguntó ya frente al lavabo, mirándole por el espejo, y empezando a cepillarse los dientes.

Una vez más Draco se colocó detrás de Hermione entrando en contacto con su cuerpo y, en esta postura, eso solamente podía suponer una cosa. Hermione sintió como se quedaba sin aire al sentir, ¿es qué siempre iba por ahí en continua erección?, el miembro de Draco presionarse contra su trasero. Sintió el aliento de Draco acariciarle la oreja cuando sus labios se movieron tentadoramente… y provocadoramente parejo a su tono de voz.

—Oink, oink.

Hermione no pudo aguantarse las risas pero estas se le atragantaron en el momento en que no pudo evitar el reclinarse contra el lavabo al reírse y presionarse aún más contra aquella erección.

—Tenemos una cita a la que acudir, Draco— la voz de Hermione trataba de controlar la fuerza de su deseo.

—Cierto. Debemos ser muy amables con quien nos secuestró— le replicó de manera sarcástica mientras sus manos acariciaban cada centímetro del cuerpo de Hermione.

—El tiempo…

—Está a nuestro favor— le aseguró Draco—. Por esto es tan bueno el que no lleves bragas además…

Hermione apoyó ambas manos sobre el lavabo inclinándose hacia delante.

—¿Además…?— repitió escuchando el sonido de un botón desabrochándose y una cremallera bajándose.

—Yo tampoco tengo puesta ropa interior.

— — — — —

A pesar de los beneficios, bien comprobados, Hermione finalmente se cambió de ropa porque no era que el tiempo de diciembre permitiese el llevar un vestido tan primaveral como el que había transfigurado.

Por supuesto que no llevaría pieles, jamás escucharía el final de ello, pero su ropa y abrigos pasarían del todo desapercibidos en los inviernos siberianos. Aunque con un toque de moda proveniente de los consejos de Ginny. Y, por mucho que dijeran, su cabello no le ayudaba a mantener la cabeza caliente a bajas temperaturas. De ahí el llevar un gorro. Pero su sonrisa no se debía al hecho de ir tan bien conjuntado sino… bueno, tal vez por ese motivo pero referido a otro conjunto. El que lleva agarrado a su brazo.

Por primera vez estaba paseando por la calle junto a Draco Malfoy sin tener la más mínima intención de ocultarse… y eso era porque eran dos personas adultas que podían controlar sus más básicos instintos de manera que no tenían que estar todo el tiempo haciéndolo y por hacer… como si no hubiera quedado claro a estas alturas.

Era consciente, por simple obviedad, de las miradas que algunas personas estaban lanzando en su dirección pero Hermione no sentía la necesidad de justificar nada. Estaba con la persona con la que quería estar. No, tacha eso. Estaba con la persona con la que amaba estar porque eso era lo que sentía por Draco.

Lo amaba.

Hacía casi dos meses que estaban juntos y, si bien podían llamarse más bien unas vacaciones, porque no pudieron vivir sus vidas hasta que A.M. y A.G. salieran del mapa, jamás se había sentido como lo hacia junto a Draco. Su pasado en vez de ponerse en su contra no hacía sino que le viera con más orgullo por haber sido capaz de madurar. Y era ella, Hermione Granger, quien disfrutaría del fruto maduro en el que se convirtió Draco Malfoy. Y no, por fruto maduro no se refería a… vale, sí lo hacía pero no podías culparla luego de haber hecho el amor con Draco.

—¿Por algo en particular esa sonrisa que adorna tu rostro?

Hermione sintió como se ruborizaba ligeramente. Algo que, luego de haber desayunado desnuda con Draco y hecho que se corriera sobre sus pechos, resultaba del todo inocente por su parte pero no podía evitarlo al darse cuenta de desde cuándo se encontraba caminando con esa sonrisa de perpetua enamorada en la cara.

Si es que aún podía culpar a Draco de las cosas que le suceden.

—¿Puedes ser definido como algo en particular, Draco?— le preguntó de manera inocente a sabiendas de la reacción que obtendría.

Tal y como lo había esperado, Draco pasó del brazo de Hermione para deslizarse por la cintura de Hermione, por debajo de su abrigo, y atrayéndola contra él.

—Puedo ser definido de muchas maneras diferentes pero de las que más he disfrutado son de las que tú misma me has dicho apenas sin aliento mientras gozabas conmigo, Hermione— la última parte se la susurró al oído y el rubor de Hermione se debió a otro motivo mucho más físico y caliente.

De seguir así necesitaría parar a comprar algo para beber porque se le secaría la garganta con semejantes insinuaciones en plena calle. Lo que las hacía aún más excitantes e indecentes… interesantemente escandalosas.

Nadie diría que estaban a punto de encarar al culpable de todo este asunto del secuestro y que terminó con ellos mismos teniendo que encerrar a A.M. y A.G. en el dichoso cubo de piedra. Sino fuera porque resultó una gran ayuda para que terminaran juntos, y de que lo llevaba Hermione, habría habido muchas posibilidades de que Draco terminara intentando meterle algo de sentido común usando el cubo como mensajero y los golpes como mensajes del todo aclaratorios. No es que Hermione no estuviera tentada pero prefería un método menos peligroso… no se sabía que efecto podría haber si se dañase el cubo de alguna manera. Y el abrirle la cabeza a alguien, por muy secuestrador que sea, tampoco estaba bien visto.

—Idiota— susurró Hermione.

—Una de tus preferidas— le replicó con esa diabólica media sonrisa suya—. ¿O debería llamarla ya una de tus clásicas?

Mientras subían las escaleras Hermione se mordió la lengua, aunque en su lugar le dio un pellizco en el trasero de Draco, ventajas de que estuviera llevando un abrigo largo y así ocultar su propio brazo enroscado en la cintura del Slytherin. Tuvo que aguantarse la risa al ver como la cara de sorpresa que puso Draco confundió bastante al primer par de ojos que se encontraron y que no dudó en fruncir el ceño, ya de por sí bien fruncido, aunque no tuvo ningún reparo en dedicarles un saludo que solamente Hermione fue capaz de devolver al tener Draco toda su atención en la Gryffindor que caminaba a su lado atravesando aquellas puertas.

Nunca podría olvidarse, por varios motivos, de aquellas puertas como tampoco hacerlo con las siguientes que se encontraron delante y aquellas palabras grabadas con igual intención en su mente despierta.

Una de las muchas advertencias que Hermione había tenido que ignorar.

—Yo diría que no solamente los locos se atreven— le dijo Draco en voz baja mientras caminaban por el amplio vestíbulo de mármol sin prestar atención a todos aquellos que se encontraban sentados al otro lado del largo mostrador. Además de que no necesitaba prestar mucha atención para darse cuenta de que, de los dos, era ella quien recibía más miradas.

Y en esta ocasión no por un buen motivo.

—Entrar, salir, salir… y ahora entrar de nuevo— negó Hermione con la cabeza.

Finalmente sus pasos se detuvieron en un punto y se volvieron hacia el individuo que se encontraba. Finalmente liberando al otro de su agarre y antes de que este se diera cuenta de su presencia, inmerso como estaba escribiendo en un pergamino, Hermione y Draco colocaron sobre el mostrador dos hojas de pergamino muy particulares.

—Buenos días,… Bogrod.

El duende anciano levantó la vista de su pergamino para encontrarse con aquellas dos hojas que examinó con atención pero dirigiendo su mirada a la parte inferior en donde se encontraban las firmas.

Draco Malfoy Black y Hermione Jean Granger.

Hermione sintió como crecía una sensación de molestia cuando se fijó en que la mirada de Bogrod, en vez de fijarse en ellos, parecía estar buscando algo más en concreto y ella sabía muy bien lo que era. ¡Duendes! No pudo evitar pensar en esta situación.

—¿Busca esto por casualidad?— le preguntó inocentemente mientras, de debajo de su abrigo, sacaba la mochila que guardaba el cubo—. Supongo que, a pesar de su aspecto actual, puede reconocer de qué se trata.

Las manos de Bogrod se alzaron ante él para que le fuera entregada la mochila.

—Seguro que sí— soltó Draco todo sarcástico—. Para que luego digan que no son de manos largas, figurativamente hablando.

—Modérate— le pidió Hermione aunque estuviera de acuerdo con él—. Antes de nada nos gustaría obtener unas cuantas respuestas a preguntas que nos hemos formulado… desde el principio.

La cara de Bogrod no podía decirse que fuera muy amistosa aunque, claro está, eso era algo complicado de deducir en el rostro de un duende. Sobre todo en uno anciano como era este en particular.

—¿Por qué?

No había mejor pregunta para realizar que esta en la situación en la que se encontraban, tras la situación en la que se encontraron.

—¿Por qué?— había un tono de incredulidad en la voz de Bogrod que no se molestó en ocultar. Casi se acercaba a uno de molestia—. ¿Realmente me está preguntando eso, señorita Granger? Y hoy en día aún la siguen llamando la bruja de más talento de estos tiempos aunque, por supuesto, es algo dicho por magos y brujas para referirse a una de ellos.

—Si piensas darnos una conferencia podrías ofrecernos unas sillas para sentarnos porque así podría echar una cabezadita— Draco no es que estuviera ni intentando sonar amable pero, a su favor, no destilaba el veneno que Hermione sabía muy bien que podía lanzar.

Bogrod pareció, hay que tener valor para siquiera sopesarlo, pensarse si responderles a su pregunta o, directamente, sacarlos de Gringotts. Aunque sin anularles sus cuentas porque los negocios siguen siendo negocios, y unos muy lucrativos con las cuentas de la familia Malfoy y la de la heroína de guerra Hermione Granger.

Hermione le chistó a Draco para que se callara si no tenía nada positivo que añadir antes de volver su atención al pequeño duende aunque de edad más que avanzada.

—Es que no entiendo el que sucediera ahora después de tanto tiempo— era llevar bastante lejos eso de la venganza siendo un plato que se sirve helado y, a estas alturas, ya podrida por el paso del tiempo.

Bogrod hizo rodar los ojos de manera condescendiente, ganándose puntos para que tuviera que planear otra venganza en el futuro ya que estaba empezando a irritar a Draco.

—Habríamos preferido actuar luego de que hubiera sido cometido el ultraje pero, como deberíais saber al tener un mínimo conocimiento acerca de la magia, la realización de objetos mágicos no es algo que pueda hacerse con prisas y el que nos atañe en este momento— sus ojos volvieron a centrarse en la mochila que Hermione tenía bien asegurada apretada contra su cuerpo— es uno de los más avanzados que hayamos creado los duendes.

Blah, blah, blah…

—¿Y el motivo del castigo recibido?— preguntó Draco con cierta desgana.

—¿Es qué nunca han leído lo escrito ante las puertas de plata?— la incredulidad de Bogrod empezaba a resultar molesta. En verdad los duendes no eran de trato agradable teniéndolos de buenas y mucho peor cuando estaban de malas con uno.

—"Entre, extraño, pero preste atención. A los que tienen el pecado de la codicia. Para aquéllos que toman, pero no ganan, deberán pagar en su vuelta. Así si busca bajo nuestros suelos un tesoro que nunca fue suyo, ladrón, está advertido, tenga cuidado con encontrar algo mas que un tesoro allí."

Draco no pudo reprimir, aunque sinceramente ni lo intentó, una carcajada para murmurar un "diez puntos para Gryffindor" por lo bajo pero lo suficientemente audible para que se ganase un codazo por parte de Hermione.

—Si lo sabe no entiendo qué más hay que decir— sentenció Bogrod.

Estaba muy claro el motivo, o motivos, por los que Bogrod creía que se merecía un castigo pues era algo que Hermione no había olvidado, y nunca lo haría. Tanto por las maneras como por lo sucedido.

—Se trató de un caso especial y sumamente importante— no pudo aguantarse en ofrecer una nota aclaratoria—. No es que lo hubiéramos estado planeándolo durante años para buscar la manera de hacerlo.

No lo mejor para decir en estos momentos.

—Es irrelevante cual pudiera ser el motivo porque lo que importa es lo que hizo.

Entrar en Gringotts para robar.

tenga cuidado con encontrar algo mas que un tesoro allí…

Encontrar un castigo al atrevimiento, y suceso, de haber logrado robar en Gringotts.

—¿Todo esto porque no tuvimos más remedio que entrar en Gringotts a recuperar un objeto de la cámara de una desquiciada mortífaga?— de la que tomaste la forma luego de haber sido torturada por ella—. Si hubierais actuado como deberíais en ese momento no habría habido necesidad de hacer aquello de lo que se me acusa.

¿Y ahora le estaba echando la culpa por haber tenido que robarles? Ciertamente no estaba siendo su mejor debate.

—Me gustaría interrumpir esta agradable conversación— algo por lo que Hermione debería estarle agradecido aunque su molestia le impedía ver esto— para que se me pusiera en conocimiento el motivo de haber sido secuestrado junto aquí la gata ladrona— Myrtle trató de animarlo en sexto curso con alguna divertida anécdota y no conocía una mejor que el acierto con la poción multijugos por parte de Hermione en segundo año.

—¡No me digas así!— se quejó Hermione sin poder evitar imaginarse ocultándose en las sombras llevando puestas unas ajustadas mallas. ¿Se trataría de un intento por parte de Draco para hacerla creer que sería idea suya el aparecer de pronto llevando ese tipo de vestuario?

—El motivo, señor Malfoy— Hermione sabía que a Draco no le gustaba el que le llamaran de esa manera y lo disfrutó al ver la ligera mueca que puso. Aunque solamente alguien que hubiera prestado una gran, y continua, observación del rostro de Draco se habría dado cuenta de ello ante el imperceptible cambio sucedido en dicho rostro—, es la señorita Granger.

Hermione acabaría por escandalizarse ante esta situación en la que parecía que le iban a echar toda la culpa a ella. Para empezar había sido idea de Harry y no suya. Sobre todo en lo referente a tomar la forma de Bellatrix. Aún hoy en día el recordarse con esas pintas la hacía estremecerse de algo más que disgusto.

—¿Qué?— ahora si que estaba escandalizada—. ¿Cómo es que ahora voy a ser yo la culpable de que secuestraseis a esta desagradecida sierpe?

—Y la llaman la bruja de may-…— la mirada de Hermione le instó a que le respondiera y se dejase de comentarios que no llevaban a nada— en realidad sí es por usted, señorita Granger. Como ambos se encuentran fuera del…

—En verdad acabamos de meternos dentro apenas hace unas horas. Por cierto que una manera muy interesante la de usar un formulario oficial de Gringotts, que necesitaba de nuestra firma, para activar el cubo y ser trasladados a él. ¿Y lo de ponerle una cláusula de tiempo para que coincidiera cuando estuviéramos durmiendo? Perfecto— Draco miró para Hermione que le estaba dedicando una mirada de exasperación por haber interrumpido a Bogrod—. Muy bien, me quedaré en silencio…— a no ser que tenga algo que decir.

—Por favor, continúe— le pidió Hermione ignorando el que Draco rodara los ojos ante su amabilidad con su secuestrador.

—Como iba diciendo, al encontrarse fuera sabrán cuál era la manera para poder salir del mismo. Y por ello elegimos al señor Malfoy como su pareja durante su castigo por haber robado en Gringotts. Necesitábamos a alguien que no resultase ser amigo suya sino todo lo opuesto y, gracias a la información que nos pasó Griphook, llegamos a la conclusión que no existía mejor candidato que el señor Malfoy— la sonrisa victoriosa de Bogrod se fue tornando menos confiada al ver que ni Draco, ni Hermione parecían molestarse en lo más mínimo. Por increíble que pudiera parecer esto pareció irritar al duende—. Aunque este era el resultado esperado me gustaría saber cuánto tiempo tuvieron que pasar hasta lograr salir.

Para molestia de Bogrod la sincera sonrisa que portaban Draco y Hermione se hizo más notoria, y maliciosa por parte del Slytherin.

—Yo diría que unos días— dijo Hermione luego de hacer como si tuviera que pensárselo en profundidad.

No la respuesta que se esperaba Bogrod.

—¿Solamente unos días?— Hermione podría haber dicho que Bogrod se encontraba viendo un partido de tenis por la manera en que la mirada del duende pasaba de Draco a ella. Su confusión casi resultaba palpable—. ¿Pero ustedes dos no era que se llevaban muy mal? La información que manejábamos, de fuentes fiables, nos aseguraron que ustedes se detestaban mutuamente.

Vaya, por una vez eso de haber mantenido sus sentimientos para sí mismos les había resultando por ser algo a su favor. No querían ni imaginarse a quién hubieran metido con Hermione de haber sabido que, en el fondo, tenía unos sentimientos tan fuertes por Draco, en el buen sentido de la palabra. Temblaban solamente ante semejante idea.

La mirada de Draco se endureció de tal manera que a Hermione no le habría extrañado nada el que se dieran relámpagos en sus tormentosos ojos grises.

—¿Cuánto tiempo tenían pensado mantenernos encerrados?

Hermione cogió de la mano a Draco, entrelazando los dedos, en un triunfal intento por tranquilizarlo. No saldría nada bueno si atacase a Bogrod, pero aún menos al atacarlo en el interior de Gringotts con el historial que ya cargaban a sus espaldas.

—Eso no se encontraba en nuestras manos sino que era algo que recaía en ustedes dos y el tiempo en el que lograsen superar sus diferencias y hacer… bueno, ya saben lo que se dio para poder salir— terminó Bogrod algo cohibido sobre ese tema en particular.

Pero si era cierto lo que les decía, y no tenía ningún motivo para mentir sobre ello, ¿cuánto tiempo podrían haberse pasado allí dentro primero para dejar de sentir enemistad hacia el otro, formalizar una tregua y luego pasar a una ligera amistad antes de poder formalizarla para que, finalmente, empezar a sentir algo el uno por el otro, aunque solamente fuera por ser los únicos allí presentes?

—¡Podríamos haber muerto durante la espera!— se quejó Hermione.

Ya empezaba a rumiar el que se merecían, por todo lo que les hicieron pasar y lo que querían que realmente tuvieran que haber pasado, el haberles robado y no cogido la copa de Hufflepuff por pura necesidad en su batalla contra Voldemort y la destrucción de sus Horrocruxes.

Bogrod miró para Hermione como si fuera la criatura más extraña que… vale, miró para ella como si fuera idiota. ¿Realmente había pensado que pudieran haberlos puesto en peligro?

—Eso es absurdo. El único daño que podríais haber sufrido era el que vosotros mismos os infligierais— le dijo como si le estuviera hablando a quien normalmente un duende anciano le hablase de manera condescendiente.

—Lo más difícil que pudiera suceder si alguien coloca en un espacio cerrado a quien cree que son dos personas que no se soportan— fue el turno de Hermione para usar el sarcasmo—. Y yo diría que sin comida uno, más temprano que tarde, acabaría muriéndose de hambre. Lo del agua se pudo solucionar pero no es posible hacer algo para obtener comida y eso es algo que todos aquellos con un mínimo conocimiento mágico deben saber.

A pesar de las palabras de Hermione, Bogrod no parecía nada impresionado sino todo lo contrario. Veía a la castaña casi como si tuviera pena de ella o, más bien, de sus conocimientos.

—Supongo que no me quedará más remedio que preguntarlo— ¿y no se suponía que eran ellos dos los de las preguntas y no los encargados de dar respuestas?—. ¿En algún momento os sentisteis hambrientos y sedientos que pudierais llegar a pensar que podríais morir por ello?

Hermione estaba a punto de espetarle en toda la cara un rotundo ¡SÍ! cuando su brillante mente buceó por dichos recuerdos y no se encontró con dicha sensación. Era algo extraño el verlo, una manera de hablar, desde fuera porque en aquel momento era como sí sintieran esas necesidades pero nunca llegaban a cruzar la línea.

—Lo mejor que puedes hacer es darle la respuesta o no quieras conocerla cuando una pregunta se le resiste— le advirtió Draco, con su peculiar sentido del humor, a Bogrod.

El duende soltó un suspiro de cansancio, por tener que tratar con magos, sobre todo con unos que no parecían captar las intenciones de ciertas acciones, y de condescendencia porque le semejaba estar tratando con infantes casi recién nacidos que no tienen la menor idea de nada.

—Una cosa es que buscásemos castigaros y otra muy diferente es el poner vuestra vida en peligro. Por eso se tardó tanto porque no fue nada sencillo la construcción del Hartzell con todas las protecciones y necesidades que…

—Discúlpeme, ¿Hartzell?— Hermione no pudo evitar el interrumpirle. Lo que no era nada del agrado de Bogrod.

—Sí, Hartzell. El objeto que construimos en el cual os encerramos— le aclaró con cierta molestia.

—Ah, no te lo tomes a mal. Hartzell— incluso Draco podía llegar a controlarse cuando quería porque Hermione podía sentir sus necesidades de ponerse a reír allí mismo pero, sorprendentemente, no lo hizo—. Es que nosotros le llamábamos cubo de piedra.

Esto parecía haberse convertido en una batalla de incredulidad. Y Bogrod parecía haber tomado la delantera por la cara que puso ante lo dicho por Draco aunque se acercaba más a la indignación.

—¿Cubo… de piedra? Pero qué clase de nombre es ese, ¿cómo lo distinguiríais de cualquier otro cubo de piedra?— Hermione tenía la sospecha de que, si no hubiera un mostrador entre ellos, Bogrod les habría dado un par de cachetes en la cabeza para que les entrara un poco de raciocinio en ella—. Se trata de uno de los trabajos más importantes realizados por los duendes y ustedes van y lo llaman cubo de piedra como si fuera un simple adoquín— Bogrod parecía como si se fuera a quedar sin aire en cualquier momento—. ¡Menuda falta de respeto!

Y lo decía aquel que les había secuestrado aunque, mirándolo desde cierta perspectiva. También habían sido ellos mismos al no haber examinado con mayor atención la hoja de pergamino y terminar firmándola, ¿verdad?

—Hablando de respeto— Hermione no pudo reprimir un gruñido para nada femenino por su parte al ver venir las intenciones de Draco—. Me gustaría dejar claro que en todo este asunto soy una víctima inocente. Un daño colateral de este castigo a Hermione. Además de que me gustaría saber cuánto tiempo tenías planeado que estuviéramos en el interior del… cubo de piedra— Hermione tuvo que morderse el labio para no reír ante el descaro de Draco y porque quería escuchar la respuesta de Bogrod.

—El tiempo en el interior del Hartzell no era de nuestra incumbencia y sería el determinado por vuestra habilidad, o falta de ella, para encontrar la manera de salir.

Eso ya se lo había dicho pero su pregunta iba por otro camino.

—Un momento— esto a Hermione solamente le hacía pensar en una cosa—, ¿eso quiere decir que no había ningún tiempo límite?

—Como acabo de explicar, recientemente, en el interior del Hartzell no os afectaría el hambre o la sed por lo que podríais estar durante décadas ahí dentro sin ningún problema.

Ahora era el turno de Hermione para darle una buena cachetada a Bogrod.

—¡No podíais tenernos encerrados durante tanto tiemp-…!— finalmente Hermione hizo lo que mejor se le daba, a no ser que le preguntases a Draco y este pudiera darte otra habilidad por parte de la castaña—. La habilidad temporal del… Hartzell es lo que impedía el que sintiéramos necesidades físicas— por el rabillo del ojo vio la media sonrisa de Draco— referidas al hambre y a la sed. Ya que sueño sí que teníamos— y otras que no tenía pensado decir delante del duende—. Y como reaparecimos antes de ser secuestrados es como si no hubiera sucedido.

—Salvo porque reaparecimos un par de meses antes del secuestro— le recordó Draco—. Y por ello acabamos teniendo a dos de nosotros viviendo en la misma línea temporal.

Por la manera en que se le abrieron los ojos a Bogrod quedaba claro que esta última pieza de información era del todo inesperada.

—¿Salisteis del cubo hace dos meses?

—Por Halloween— le respondió Hermione.

—Parece ser que aún quedan algunos detalles por pulir en el Hartzell— se dijo más a sí mismo Bogrod que para Draco y Hermione.

Aquello fue como un aguamenti helado.

—¿Cómo que han quedan detalles por pulir? ¿Es qué no lo habíais probado antes?— Draco no quería ni imaginarse las terribles consecuencias de haber habido otros errores. ¿Y si hubiera fallado todo el asunto de que el tiempo no afectase a sus ganas de comer y beber?

—¿Probado? ¿Con alguien?— ahora Bogrod les había ganado por incredulidad—. Claro que no. ¿Por qué clase de monstruos nos toman? Todos nuestros trabajos son teóricos porque no necesitan más. Los duendes sabemos lo que hacemos cuando construimos algo.

—¡Pues yo diría que sí lo necesitan!— le rebatió Draco antes de cambiar de tema drásticamente.

—Ahora que quedó todo aclarado me gustaría que me entregasen el Hartzell— les pidió Bogrod con su mano estirada hacia Hermione.

Los duendes y su sentido de la propiedad.

—¿Y por qué solamente han ido a por Hermione? Ella no fue la única en entrar en Gringotts— les recordó Draco—. Incluso tengo entendido que uno de los vuestros también estuvo implicado.

—Y logró devolvernos la espada de Ragnuk I, aunque solamente fuera por un tiempo antes de que nos fuera arrebatada nuevamente— tal vez no había sido demasiada buena idea el recordarle este hecho—. Pero fue la señorita Granger la cabeza visible del grupo que entró en Gringotts— si lo de cabeza visible era su intento de bromear sobre lo de que Harry, Ron y Griphook habían usado la capa de invisibilidad de Harry pues no lo hizo muy bien porque no tuvo ni una pizca de gracia.

Hermione volvió a tomar la palabra.

—¿Entonces se ha acabado?— le preguntó manteniendo la mochila sujeta en su mano ante ella pero a distancia de la mano de Bogrod.

—Sí, se ha acabado. Podríais haber sufrido el castigo durante decenas de años atrapados en el interior del Hartzell pero el que no fuera así no implica que su propósito no fuera realizado.

—Muy bien— Hermione estuvo a punto de entregarle la mochila cuando se detuvo. Mientras a Draco le pareció gracioso, sobre todo por la cara inocente que portaba Hermione, a Bogrod ni lo más mínimo—. Por cierto, ¿podría llevarme las dos páginas de pergamino?

Las habían traído para dejar claro sus conocimientos acerca de lo sucedido y como había ocurrido el secuestro, secuestros en realidad, pero a Hermione le entraron ganas de quedarse con ellas porque resultaban un buen enigma en sí mismas.

El estar balanceando el Hartzell pudo despistar a Bogrod o, simplemente, el duende no le dio ninguna importancia a las dos hojas de pergamino.

—Por supuesto, si así lo quiere puede llevárselas. No obstante se las habíamos enviado a ustedes.

Hermione cogió primero las hojas antes de hacerle entrega de la mochila que Bogrod aferró con sus largos dedos como si le fuera la vida en ello. En cierto modo podía entenderse porque había recuperado una de sus creaciones, por mucho que hubieran sido ellos quienes se la pusieran a mano primero a Hermione y Draco.

—Bueno, algo anticlimático, para seguir con la tradición— murmuró Draco— pero ya se ha terminado. Y a tiempo para celebrar una interesante Navidad— añadió volviéndose hacia Hermione y darle un beso del todo inesperado.

La muchacha se quedó sin palabras, y con el rubor volviendo a amenazar su rostro, al notar el silencio sepulcral en el que se quedó el lugar. Sabía lo que ocurría pero no pudo evitar mirar a su alrededor para encontrarse todos aquellos ojos mirando para ella desde el otro lado del largo mostrador.

—Ya nos vamos. Feliz Navidad, Bogrod— se despidió Hermione apurando el paso bajo el peso de todas aquellas miradas mientras, a su lado y con su mano entrelazada con la de ella, Draco caminaba todo orgulloso de sí mismo y así se lo hizo saber—. Estarás muy orgulloso de ti mismo, ¿verdad, Draco?

Como ocurría a menudo, la respuesta de Draco sorprendió a Hermione.

—No tanto. En estos momentos de quien estoy orgulloso es de ti, Hermione— le dijo ofreciéndole un ligero apretón en la mano que le tenía cogida.

¡Orgulloso de ella! ¡Orgulloso de Hermione Jane Granger! Y aquí estaba ella ruborizándose cual colegiala y tratando de salir corriendo cuanto antes cuando debería estar orgullosa del hombre que caminaba a su lado, junto a ella. Entonces se le ocurrió algo que decirle a Draco. Bueno, que susurrarle para ser más exactos.

—Sabes muy bien que ya no podremos hacerlo como hasta ahora porque volvemos a tener responsabilidades como trabajo, por lo menos en mi caso.

Draco no pareció nada preocupado por ello.

—¿Crees qué puede haber algo que me impida hacerte el amor, Hermione? Yo de ti me iría preparando para comer conmigo cada día. Y con comer no me refiero solamente a comida— la media sonrisa de Draco peligrosa—. Deberías procurar tener pocas cosas sobre la mesa para no tener que tirar al suelo una buena cantidad.

Como si fuera a pasarse por alto tan obvia insinuación por su parte.

—No puedes venir cada día a mi trabajo para hacerme el amor porque…— eso, ¿por qué no iba a poder ir cada día al trabajo para hacerle el amor?— ¿realmente me estoy quejando de que puedas ir a hacerme el amor? ¿Pero qué es lo que me pasa?

Hermione se detuvo justo en el umbral de las puertas de bronce en la entrada de Gringotts y se volvió para Draco que solamente tuvo medio segundo para mostrar su confusión por tan inesperada detención hasta que sonrió cuando sus labios se encontraron siendo presionados por los de Hermione en un delicioso y sentido beso.

Gringotts podía guardar fortunas y tesoros pero Hermione sabía que ella poseía lo más valioso de su vida entre sus brazos.

¡Y no veas como besa esta sierpe!

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ENDorF-… ¡ALTO! Aún no…
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En el número 12 Grimmauld Place se encontraban reunidos Harry Potter y su esposa Ginny Potter (antigua Weasley) junto a la mayoría de su familia, salvo sus padres que se encontraban en la Madriguera cuidando de sus nietos, porque Ginny no pensaba que era conversación para sus infantes oídos, además de la pareja protagonista de la reunión: Hermione Granger y Draco Malfoy. Y su relato de como han terminado siendo pareja, mientras evitaban las directas por parte de las chicas para que pusieran fecha para la boda. Para Hermione esto era lo que se merecían por haber querido aclararles las cosas en vez de quedárselo para ellos mismos e irse a sus casas, la de Hermione y Draco, para ver que tal era el hacerlo en sus camas oficiales.

Aunque, a diferencia de James y Albus, Victoire sí que se encontraba presente puesto que, tal y como les informó a los presentes, ella sabía bastante de la historia y quería conocer el resto. Por dicho motivo hubo que esperar a que le fuera contada, para enviarla luego a jugar con sus primos y Teddy, y que la versión para mayores, aunque no con todos los detalles que Ginny exigía, por el bien de la salud mental de algunos de los presentes. Nadie quería que Ron se diera a la bebida puesto que luego le tocaba a Lavender el tener que soportarle y, como admitió, no era nada agradable porque estando borracho no lograba obtener una erección de ninguna de las maneras. Y eso que ella había intentado todas. No la información que gustasen de escuchar pero, luego de superar el trauma de la imagen recibida a su pesar, todos se rieron de las desgracias de Ron.

Una cosa era no oponerse a la relación de Hermione con Draco pero esto parecía ser pedirlo demasiado a Ron. Aunque se veía inmerso en la necesidad de saber qué le había sucedido a su amiga en contraposición de no querer saber lo hecho con Draco.

Por supuesto que fue una sorpresa el enterarse que durante dos meses convivieron dos Hermione y dos Draco, lo que a Ron le resultó un número demasiado alto de Dracos, puesto que con uno ya se superaba la cuota, pero aún más el enterarse que habían interactuado con ellos. Esto trajo a relucir el confundus que Hermione les había lanzado a sus amigos y que terminó con ellos en las páginas de El Profeta en una actitud que seguiría haciendo reír a todos los presentes, menos los implicados, durante el resto de sus vidas.

Pero más sorpresa fue el descubrir el origen de que todo esto se diera y el culpable de todo. La verdad es que ninguno había llegado a imaginárselo siquiera porque, sin querer resultar grosero, no habían pensado en Bogrod ni un segundo luego de lo sucedido en Gringotts aquel aciago día. Lo malo era que, sabiendo el nombre del culpable, no podían estar más de acuerdo que era el único posible culpable. No solamente el Hartzell fue realizado por duendes sino que fue para ser usado por duendes. Siendo los duendes implicados en los sucesos de Gringotts los sospechosos más probables.

Cuando les contó el método usado para encerrarlos en el Hartzell se sorprendieron de que hubieran superado sus protecciones contra conjuros, hechizos y maldiciones. Hermione, algo molesta por ello, les recordó que esto había sido un plan de sus buenos años en planificación y por supuesto que habrían usado el conjuro más moderno y fiable de los que poseían.

Nunca hay que dejar a un lado las actualizaciones para evitar este tipo de situaciones.

Es más, cuando Hermione les contó sobre las sospechas acerca de Marietta habían estado de acuerdo. Sobre todo si contamos que el producto contra las pústulas que le vendía George solamente se las eliminaba temporalmente aunque tuvieran la fórmula para eliminárselas por completo. Y ya era hora de ofrecérsela porque ya no tenía gracia, por mucho que George y Ron no estuvieran tan de acuerdo sobre eso. Claro que las opiniones de Angelina y Lavender les hicieron cambiar de opinión.

Pero una vez más Ron no estuvo muy entusiasmado con cierta parte de la información que les proveyó Hermione porque podría haber pasado sin saber que su mejor amiga y Draco lo habían hecho en el dormitorio de Marietta y McLaggen. Por mucho que a las chicas les hubiera parecido de lo más romántico el que hubieran transfigurada la cama en la que usaron en el interior del… cubo de piedra.

Las débiles, por lo que le convenía, protestas de Ron sobre que Hermione y Draco habían acabado juntos por culpa de la intromisión de Bogrod, y lo que tuvieron que admitir, y hacer, para poder lograr salir del… cubo de piedra fueron casi olvidados por completo ante la revelación por parte de la leona y la sierpe de haber tenido enterrados los sentimientos que tenían el uno por el otro desde aquel impactante suceso en tercer curso con la bofetada a Draco.

Ron le había dicho que tenía que haberse centrado en la bofetada y en nada más como, y para sorpresa de todos, le recordó su reacción, cuando Buckbeak le desgarró el brazo, llegando hasta el hueso, con su garra, toda asustada por el bienestar de Draco y que aquello no fuera para tanto. Claro que Ron farfulló que debería haberse mordido la lengua al ver como Draco abrazó a Hermione atrayéndola hacia él y murmurándole algo al oído que la hizo ruborizarse como solamente lo haría toda una Weasley.

Claro que el rubor cambió a uno de vergüenza, por otro motivo, cuando explicaron como había sido que acabaron en el interior del Hartzell puesto que a ninguno se le pasó por alto que era un método bastante parecido al usado por Hermione en quinto curso para guardar el secreto acerca del Ejercito de Dumbledore y que acabó con Marietta cubierta de desagradables pústulas.

Entonces, y antes de que nadie pudiera decir a hacer algo, Harry y Ron habían desaparecido. Y era desaparecido porque no habían hecho el sonido habitual que se daba al aparecerse pero antes de que pudieran preguntarse lo que sucedía, ni siquiera treinta segundos más tarde, entraron en la sala como si nada hubiera sucedido. A pesar de ello algunos detalles fueron notados por la mayoría de los presentes. El más claro era que vestían otras ropas.

Algo que había dicho anteriormente Draco a Bogrod le vino a la mente a Hermione: "¿Y por qué solamente han ido a por Hermione? Ella no fue la única en entrar en Gringotts".

La realización de lo sucedido era visible en los rostros de Hermione y Draco que se miraban como si se aguantasen la risa y solamente fue el mirar para Harry y Ron que no pudieron continuar en silencio y rompieron a reír.

Todos miraban confundidos como Harry y Ron se encontraban completamente, e intensamente, ruborizados sin poder mantener la vista levantada mientras que Hermione y Draco parecían estar a punto de tener que usar el baño o de hacérselo encima.

—¿Se puede saber qué es lo que hace tanta gracia?— preguntó Ginny—. ¿Y vosotros dos a dónde habéis ido?

—Como no sea al pasillo porque apenas han tardado nada— indicó Bill.

—Lo que no entiendo es por qué se han cambiado de ropa— Angelina tenía su mano descansando sobre su vientre en señal de lo más maternal.

Las risas fueron apagándose lentamente al irles acechando lo sucedido y no queriendo llegar ahí por su propia seguridad. Lamentablemente había dos personas que desconocían el peligro de sus palabras.

—¡Qué! ¿Habéis ido a que os sacaran otras fotos para la edición de mañana de El Profeta?— el regaño por parte de Lavender pareció haber dado en el blanco, aunque no fuera así en realidad.

—Más les vale que no porque me tomaré la palabra para hacer un trío con Hermione y Draco— por muy de broma que estuvieran, Ginny tenía un tono tan serio que podría haber engañado al más experto en legeremancia—. ¿Verdad que sí, preciosa?— le dijo Ginny guiñándole un ojo a Hermione.

Cuando Lavender también se ofreció a participar, Harry y Ron habían recuperado el poco sentido que poseían para protestar aunque volvieron a perder el habla cuando les preguntaron que adónde habían ido.

—No han ido sino que han venido— interrumpió Hermione antes de taparse la boca con ambas manos y ganándose una mirada de reprimenda por parte de Draco. Si es que no podía controlarse cuando tenía una respuesta.

—¿Venido de dónde?— preguntó Lavender mirando para Ron con los ojos entornados.

Hermione sentía como si estuviera a punto de cortarse el labio de la fuerza con la que se lo estaba mordiendo pero ni siquiera el hundir su rostro en el pecho de Draco pudo silenciarla. Debería haber usado magia desde un principio y así evitarse problemas.

—¡Del Hartzell!— dijo Hermione de igual manera como si buscase un aire que le faltaba antes de volver a ocultar su rostro en el protector, porque ahora lo necesitaría más que nunca, pecho del Slytherin.

Nunca estuvo más agradecida de tener a Draco en su vida y le gustaría estar envuelta en sus brazos, sintiendo los fuertes latidos de su corazón, durante el resto de su vida.

Tanto Ginny como Lavender tenían el mismo rostro de sospecha pero fue George quien se les adelantó a preguntar, y lo hizo con una maliciosa sonrisa que había regresado cuando menos se la esperaban, ignorando las caras de no querer saber, por haber vivido esta situación con anterioridad, que solamente podían ver en Draco ya que Hermione seguía con su rostro hundido en el pecho del Slytherin.

—¿Y cómo hicisteis para salir del… cubo de piedra?

— — — — — — — — — —
ENDorFIN
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Y aquí llegó el final de esta historia. La verdad es que no sé muy bien si resulta un buen final o no pero el imaginármelo me fue demasiado :P Nadie diría que ha sido un viaje que duró todo un año… es que lo pienso y no puedo creerme que estuviera tanto tiempo tratando de llevar a esta historia hasta aquí. Hasta el final. ¿Un buen final?

¿Quién pensó en Bogrod como el culpable? Hahahaha ¿Nadie? No hay de que preocuparse porque el culpable solamente era el típico McGuffin para poder desarrollar toda la historia… la respuesta que diré siempre para aquellos que me digan que no tiene ningún sentido -.-U Es lo que sucede cuando tratas de buscar una continuidad con la historia original. Es que me parece muy fuerte que no les hayan hecho nada por entrarles a robar en Gringotts, y destrozarle medio banco con todo el asunto del dragón hehehehe La verdad, y contando que la historia solamente estaba pensada para durar hasta el momento de salir del… cubo de piedra, era para ponerlos caminando tan tranquilos hasta la mesa de Bogrod para dejarle el cubo y darle las gracias por haberlos secuestrado hahahahaha ¿y cómo hemos pasado de eso a lo que al final fue escrito? La culpa de alguien que no quiso que se acabara justo al salir del cubo (¿me escuchas por ahí Anyels? Hahahaha)

Preguntas sin respuesta… como en qué se transformará Draco en su forma de animago :D

Dar las gracias a todos aquellos que me han dejado un REVIEW en algún momento durante el desarrollo de esta historia por orden cronológico^^:

Velvet9uchiha / Gabe Logan / Luna-maga / Elodieh / Betzacosta / Ginegine / Emily Malfoy Evans / Linne-'Malfoy / Arely Uchiha / Parvy en las Nubes / Talerop / Brooke Silva / Ginnya Potter / Anyels / Sakuri9 / Beautifly92 / Princesaartemisa / Sabaana / Haruka-Evans28 / Yue yuna / Nenita Malfoy / Caroone / Moni . TR / Rowena / konsntida / NemesisAg / Serenity . A / Beatrix Malfoy / MissAshcat / Rouse / sophia 76 / malfoy19dani / barbiie / Marce / Zuruck / vero- SesshKing / I. s. a. b. e. l. i. t. a / Charlotte TAF / Krliita. Malfoy / Angelita88 / alee Malfoy Cullen / sailor mercuri o neptune / Adriana Potter Weasley / Herms- G59 / Kuchiki Mikoto / Sakufan / Makya Dreams / nyssad / Maki-Chan x3 / Autumn-Alexx / Lia / FiammaFelton / anizzz32 / Diable Dreams /

Cincuenta y cuatro lectores que han logrado encontrar algún momento para dejarme sus palabras, y propias locuras en algunos casos. No sabéis lo agradecido que uno se queda ante semejante seguimiento.

Los que han tenido la osadía de poner esta historia en sus Favoritos (en orden alfabético):

adriiana'c / alee Malfoy Cullen / Amy-15-95 / Angelita88 / anges80 / AngieShields / anizzz32 / ann arabani / Autumn-Alexx / ayb27 / barbiiie / Beatrix Malfoy / Brianda Cullen / Brooke Silva / CADF / Caritay / Claudia Granger / Darell / dark . kikio . x / Elodieh / Ethelyon / FiammaFelton / Giambonne / Ginegine / Ginnya Potter / GinWindenham / Haruka-Evans28 / Herms-G59 /Hidame-chan / kariitho . potter / konsntida / Krliita . Malfoy / Kuchiki Mikoto / l0v3nist / LadyOfMalfoy / LiaPG / LithiumGahan / lovely joy / luna-maga / lunatik682 / Lyn-sempai / Maki-Chan x3 / malfoy19dani / Misao Koishikawa / Miss Arlene / MissAshcat / MissCrazyChaos / MissLilac / Moni . TR / monivampire / NemesisAg / Nenita Malfoy / Pajaro de Fuego / pao2093 / podarcis / princesaartemisa / RubbyMoon-chang-Sly / Sakufan / sakuri9 / Sandy0329 / Serenity . A / Sibila Malfoy / silviota / sophia76 / strange-passenger / talerop / teffii . lovelove / Veida Joana / velvet9uchiha / Vely / vero-SesshKing / Yaiza / yazmin21 / yue yuna / zazzu / Zuruck / zzamantha /

Setenta y siete valientes. No se les puede pedir más… bueno, en verdad sí pero mejor lo dejamos así hahahahaha

Y, finalmente, aquellos que quisieron recibir un castigo voluntariamente… ah, no. Lo que querían era recibir un nuevo capítulo -.-U Story Alert, en ocasiones puede llegar a confundirse (y también por orden alfabético):

alee Malfoy Cullen / anizzz32 / Anyels / Arely Uchiha / Autumn-Alexx / barbiieRubia / barbiiie / Beatrix Malfoy / beautifly92 / Belen15 / betzacosta / Blue Uchiha / Brooke Silva / C . flor . s . 75 / Caroone / chibipame / Claudia Granger / Coriam / DanGrint / Darell / DarkNox / Diable Dreams / Diansweet-malfoy / elfurio / Elodieh / Emily Malfoy Evans / GFMalfoy / Ginegine / Ginnya Potter / Hatake Nabiki / Herms-G59 / Honeynesa / konsntida / Krliita . Malfoy / Kuchiki Mikoto / LadyOfMalfoy / Linne-'Malfoy / litaloo / LithiumGahan / lovely joy / lunatik682 / Maki-Chan x3 / malfoy19dani / manchanita / Marine-Granger-NOA / MAYRYLIN / Misao Koishikawa / Miss Arlene / MissAshcat / MoRFiNa / NemesisAg / Nenita Malfoy / Ninkie Potter / nyssad / Pajaro de Fuego / pao2093 / Parvy en las Nubes / podarcis / princesaartemisa / Sabaana / sailor mercuri o neptune / saku- kamiya / Sakufan / sakuri9 / Sandy0329 / sophia76 / strange-passenger / thiaraaz / Veida Joana / velvet9uchiha / Violeta15 / Yaiza / yazmin21 / Yila / yilam / YourPerfectDream / yue yuna / ZaryliaBlack / Zuruck /

Setenta y ocho necesitados de querer saber más o, dicho de otro modo, una banda de excelentes masoquistas :P

Bueno, hasta aquí ha dado de sí este fic y os doy las gracias de haberlo acompañado hasta el final. Por supuesto que no me olvidaré de todos aquellos que lo han leído en alguna que otra ocasión, esperemos que no dejándolo colgado y que suman un número cercano, en el momento de escribir esto, a los 32.444. ¡Menudo número! Por lo menos en lo que a mí se refiere. Espero que no les haya defraudado a la mayoría de ustedes hahaha

Veremos en que otra historia nos encontraremos que por ideas no será pero lo que cuesta es ponerlas en palabras.

Hasta entonces me despido de todos ustedes nuevamente agradeciéndoles vuestra compañía y seguimiento. Así da gusto el escribir sabiendo que ahí fuera hay otros que gustan de los mismos temas.

Nos leemos.^^