DISCLAIMER: Todos Los Personajes cuyos nombres conoces y probablemente amas pertenecen a la Señora Stephenie Meyer, También vale la pena aclarar me inspiré en la versión Colombiana de Grey's Anatomy PERO sigo un curso diferente en la historia

Mirando al cielo, una noche estrellada poco común en Seattle, Washington, estaba Isabella Swan "Bella" como le gustaba que que la llamaran, pensaba en lo mucho que costaba una sola vida, miraba fijamente ajena a la realidad que le rodeaba en ese momento, trataba de imaginar como una pequeña vida se podía apagar tan rápido en el frágil ciclo de la vida, en ese instante una pequeña estrella fugaz pasó frente a sus ojos y recordó dónde se encontraba y del por qué había ascendido hasta aquel último piso de ese antiguo edificio, una inesperada lluvia de estrellas sería visible desde la hermosa ciudad de Seattle y como era un evento poco común, no se lo quería perder.

Su atuendo en ese momento era un poco particular, Bella vestía un muy cómodo uniforme azul cielo y sus siempre fieles converse los cuales se había negado a sustituir así su superior se lo hubiera pedido, encima una bata blanca con su nombre bordado a la altura izquierda de su pecho y un estetoscopio alrededor de su cuello. Bella era residente de primer año, Bella era Médica.

Y en ese momento tan intimo, en ese momento tan suyo, sonrió inocentemente al recordar que estaba de turno, un turno de veinticuatro horas en aquel famoso hospital. Northwest Hospital and Medical Center, no admitía a cualquier postulante a residente, sus pruebas de admisión eran consideradas como las más selectivas del país, todos sus compañeros de promoción habían intentado hacerlo, pero de doscientos médicos recién graduados de la Universidad de Washington solamente Bella había conseguido una de las pocas plazas anuales que concedían.

Para Bella la vida nunca había sido un cuento de hadas, había trabajado fuertemente para llegar hasta donde había llegado, lo hizo cuando aplicó a todas las universidades que ofrecían becas para estudiar medicina, siempre había sido consiente de que sus padres no tenían los medios suficientes para costear todos los gastos que su elección acarrearía, no durmió durante una semana completa preparando el examen de admisión para la Universidad de Washington, recordó con dulzura como su padre se había sentido orgulloso al ver lo que ella había logrado, mientras una pequeña lagrima salía de una de las comisuras de sus ojos un pequeño sonido la hizo salir de sus recuerdos. Sacó un pequeño celular del bolsillo delantero de su uniforme –demasiado ostentoso para su gusto, pero había perdido una apuesta y se vio obligada a aceptarlo–, era un mensaje de texto de Alice

"Bella ¿Donde te has metido?, la inquisidora te anda buscando, tiene mirada asesina, mas vale que vengas pronto"

Tan pronto como leyó el mensaje de texto Bella corrió escaleras abajo, su salto a la realidad había sido instantáneo, era su primer día en aquel famoso hospital.

Todo comenzó ese mismo día temprano, Bella se levantó a las tres de la mañana intentando no hacer ruido para no incomodar a Alice o a Rosalie que dormían profundamente en el recién estrenado apartamento, se habían conocido accidentalmente en un congreso de medicina al cual habían sido obligadas a asistir, Alice era extremadamente amigable pero no soportaba la idea de tener que asistir a un congreso sobre podología, debió asistir porque sus notas no iban muy bien así que necesitaba una pequeña ayuda, Rosalie solo se preocupaba por la belleza física, había estudiado medicina simplemente con la idea de no separarse de Emmett por la facultad, así que no tenia vocación pero si inteligencia e intentaba hacer su trabajo lo mejor posible. Habia sido forzada a acudir al evento simplemente porque allí estaría su futuro suegro pero éste nunca llegó y Bella debió ir sin rechistar porque su beca así lo requería.

mientras sacaba sus pertenencias del minúsculo clóset sin hacer ruido, Bella recordó aquella primera conversación, mientras caminaba por aquel lujoso hotel en Salt Lake City tuvo uno de sus pequeños tropiezos espontáneos

–¿Jamás mejoraré mi sentido del equilibrio?–, Pensó Bella en voz alta mientras recogía sus libros y toda la basura médica que le habían obsequiado en aquella charla

–Yo no te culparía, después de tres horas hablando sobre Hallux Valgus cualquiera puede sentirse mareado–, Susurró Alice, –Soy Alice Brandon– Se presentó la pequeña con aspecto de duendecillo y facciones perfectas

–Ha sido realmente aterrador, pensé que jamás acabaría– Murmuró Rosalie, cuando Bella la vio por primera vez quedo anonadada con su belleza, el burdo uniforme de facultad parecía un traje de alta costura en ella. Desde ese momento se volvieron completamente inseparables. Habían estado en contacto por e-mail o teléfono ya que vivían en extremos del país, habían acordado ingresar a su residencia en Seattle y lo habían logrado juntas.

En un acto que parecía físicamente imposible, el libro Favorito de Bella "Cumbres Borrascosas" salía prácticamente volando de su clóset por una razón que ella no supo explicar, pero con un movimiento inexplicable Alice lo había atrapado en el aire con los ojos cerrados.

–¿Cómo lo has hecho?– Susurró torpemente Bella para no despertar a Rosalie

–Intuición, ¿Qué hora es?– Preguntó la pequeña Duende

–3:30 Am–, Bella bajó la mirada mientras en la oscuridad Alice la miraba como si estuviera loca, –Quería usar el baño antes de que Rose lo acaparara por una hora– Se disculpó

–Shhh– Chitó Rosalie removiendo las sabanas en la precaria cama donde dormia

Bella camino de puntas hacia el baño, el apartamento donde vivían era nuevo, habían acordado decorarlo juntas pero no se habían puesto de acuerdo aun, así que mientras tanto compartían un único cuarto, bajo el agua caliente de la ducha Bella rogaba al cielo para que todo empezara bien, su torpeza no podría arruinar por lo que tanto había luchado.

–¡Bella el agua se va a acabar! Abre ahora mismo–, gritó Alice desde la puerta, Alice podría llegar a ser muy insistente, se apuró al salir antes de que Alice abriera pero era tarde

–Alice, ¿Acaso no sabes sobre la privacidad?– Murmuró Bella mientras intentaba cubrirse con la minúscula toalla

–No tienes nada que no haya visto antes, tonta– afirmó la pequeña mientras empujaba empujaba a Bella fuera del baño– He puesto tu bata encima de la mesa, no me culpes, solo es un regalo– dijo mientras cerraba con excesiva fuerza la puerta

Al ver la bata que Alice había preparado para ella vio como su mejor amiga había comprado una igual a la de dotación del hospital pero había sustituido el Dr. Isabella Swan por un muy elegante Dr. Bella Swan en letras hermosas, sonrió ante las ocurrencias de su amiga

–Pensó que te la pasarías corrigiendo tu nombre a todos–, Comentó Rosalie

–Esa mujer esta loca, pero se lo agradezco– Sonrió Bella a Rosalie

–Mientras íbamos a la tienda gritó algo como "lo puedo ver, puedo ver como se la pasará corrigiendo todo el día"–, Dijo Rosalie imitando de forma graciosa la voz de Alice

–¡Genial ya no es médica, ahora quiere ser Psiquica!– dijo Bella entre risas

–Las estoy escuchando–, Gritó Alice desde el baño, que rápidamente salió del ahí

Se prepararon un rápido desayuno, estaban completamente acostumbradas a comer barritas de cereal en la mañana

–Bella ¿Por qué no te has arreglado aun?–, Preguntó entre risitas Alice, la aludida solamente levantó una ceja, era perfectamente normal, se había puesto su uniforme y llevaba recogido su cabello en un simple rollo, –No me mires con esa cara Bella, déjame arreglarte un poco–, Bella solo rodó los ojos mientras la pequeña pasaba los dedos hábilmente por el cabello de Bella, creando pequeñas ondas

–¿Estas Consiente Alice que vamos a un turno de 24 horas?– Preguntó Bella con incredulidad

–Eso no significa que tengas que ir como una enferma más al hospital ¿Qué pensarán los pacientes cuando te vean así?

–Hoy Vere a Emmett– Anunció Rosalie con una gran sonrisa en su rostro, mientras Alice y Bella intercambiaban miradas atónitas. –No me miren así ¿Acaso no querían conocerlo?

Northwest Hospital and Medical Center era uno de los mas conocidos de todo el país, tenia fama y no era para menos, su director el Dr. Carlisle Cullen había logrado muchos reconocimientos por sus investigaciones alrededor del cáncer y con ello el hospital había ganado crédito también.

–Buenos días jóvenes residents, soy el director general del hospital, creo que todos hemos tenido el placer de conocernos, en mi opinión tenemos un buen grupo de residentes este año así que espero que den o mejor de ustedes y aprovechen la oportunidad que les brinda el hospital– Concluyó, Bella estaba nerviosa, miraba sus manos en silencio debía intentar guardar la compostura ante aquel momento, pero una voz aterciopelada la obligó a mirar al frente.

–¿Nerviosa?– Preguntó con curiosidad, cometió el error de mirarlo, su cabello bronce despeinado, su nariz recta, labios perfectos pero no pudo continuar su escrutinio cuando vio aquellos ojos verdes profundos, una nueva sensación recorrió el cuerpo de Bella –¿Estas Bien?–, Preguntó de nuevo aquella voz

–No, no estoy nerviosa–, Mintió Bella, pero aquel dueño de los ojos mas hermosos que Bella había visto jamás no le creyó.

–Mucho gusto, Soy Edward– Se Presentó él extendiendo su mano hacia ella, dudosa extendió su mano

–Bella Swan– susurró con voz ronca, mientras su piel entraba en contacto aquel extraño que acababa de conocer sintió una corriente eléctrica recorriendo su cuerpo, Edward la miró extrañado, como si estuviera loca, esa fue la equivocada percepción de Bella pero Edward observaba atentamente a Bella, había algo en ella que lo cautivaba, se negaba a mirarla a los ojos, ella poseía los ojos chocolates mas intensos y enigmáticos que jamás había visto y la sensación de estrechar su mano era algo totalmente nuevo, ni siquiera lo había sentido cuando ella, se negó a pensar siquiera en aquel nombre, había llamado su atención en aquel primer día de facultad, pudieron haber sido horas el tiempo que pasaron mirandose, pero una voz ruda los sacó de su frágil burbuja.

–Doctora Swan, es su primer día y ya esta haciendo vida social ¿No le parece magnifico? pero lamento informarle–, Continuó aquella voz sarcástica, –aquí no se viene a hacer vida social, aquí se viene a aprender.

Suspiró mientras sentía con la sangre corría hacia sus mejillas, no era más que una simple residente, esto no era sino el comienzo.