Esta es una traducción de la historia de Zukiesgal65. La original se llama The Violet Rose. Aquí les dejo el link. Ni Naruto ni la trama son mías.

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Capítulo 43 – Al fin

-¡Felicidades a los dos!- Gai incluso tenía lágrimas de alegría en los ojos. -¡Que este joven amor estreche los lazos entre nuestras aldeas hasta que nada los pueda romper!-

-¡Si Gai-sensei! ¡Nuestros jóvenes amigos vivirán en la eterna primavera de la felicidad por el resto de sus jóvenes vidas!- Maestro y pupilo empezaron a llorar con dramatismo, puños cerrados.

Gaara observaba a la Bestia Verde con los ojos abiertos apenas unos milímetros más de lo usual. Lentamente volteó a ver a Naruto.

-Ya deberías de estar acostumbrado.- Naruto se encogió de hombros. –No puedo esperar a ver su reacción cuando Hinata salga.-

Gaara parpadeó y lentamente su frente se arrugó.

Kankuro los observaba a unos metros, sacudiendo la cabeza. Gai y Lee estaban teniendo una especie de conversación, en la que Gai gritaba preguntas con demasiado entusiasmo a lo que Lee respondía "¡Lo harán Gai-sensei!" levantando el puño y la voz con el rostro brillando de fanático fervor. Gaara estaba de pie junto a Naruto con rostro inexpresivo. No parecía estar conteniéndose para golpearlos y sacarlos a punta de kunai, de hecho, parecía estar escuchando con atención, como si estuviera tratando de entender algo.

-Es entretenido ¿no lo crees?- preguntó Kakashi, que, como siempre leía su libro. –Esos dos pueden seguir por siempre.-

-Gracias al cielo que vivo en la aldea de la arena entonces.- murmuró Kankuro.

Kakashi asintió.

Gaara había cruzado los brazos y observaba con gesto ausente al quiosco en el que la ceremonia iba a ser efectuada. Sus brillantes ojos verdes estaban entrecerrando, como si estuviera pensando en una estrategia de batalla para hacerlo. No podía pensar en ninguno y desgraciadamente, se tuvo que rendir.

-Oh, no estés tan nervioso.- dijo Naruto sonriendo.

Todos estaban vestidos formalmente para la ocasión, o al menos lo más cerca de formal a lo que algunos podían estar. Gaara había decidido sólo usar la ropa que usualmente usaba cuando no estaba de misión. Una playera negra de manga larga y pantalones negros planchados. Temari se había asegurado de eso.

-¿Quién dijo que lo estaba?- gruñó el pelirrojo.

Naruto solo señaló la calabaza de Gaara que estaba a unos metros. Se sacudía con violencia.

-Oh cállate…- murmuró.

Naruto se rió. -¡Ey, como tu padrino, es mi trabajo hacer esto!-

Kankuro se acercó y se sentó en una de las muchas sillas frente al quiosco. –Ya casi es tiempo hermano.- anunció.

Gaara no respondió.

-Asegúrate de ser amable.- Kankuro advirtió, sonriendo.

El pelirrojo asintió levemente y miró a su alrededor. Casi toda la aldea de la hoja había ido a la ceremonia y hablaban entre sí en voz baja. Amagumo estaba sentado casi hasta atrás y observaba todo con atención. Algunos de la aldea de la arena habían ido también. Baki estaba sentado junto a Matsuri, ambos sonriendo. Bastantes chicas de la arena habían ido también. Algunas lloraban ruidosamente. Kankuro lo había encontrado muy divertido. Gaara, no tanto.

Todos guardaron silencio.

-¡Ve y buena suerte!- susurró Kankuro, empujando a Naruto y Gaara hacia adelante. Sonrió. Gaara se iba a casar.

Tsunade iba a efectuar la ceremonia. Caminó hacia el kiosco y se puso en su lugar, las manos en la cadera. A una señal de Shizune, empezó.

-Bienvenidos sean todos, aldeas de la hoja y la arena. Estamos reunidos hoy para unir dos jóvenes vidas en Sagrado Matrimonio. Todos de pie por favor.-

Todos se pusieron de pie. Lee brincaba en su lugar mientras Gai lo intentaba calmar. Y la novia todavía ni llegaba. Naruto sacudió la cabeza.

Un murmullo recorrió el grupo y Gaara levantó la cabeza. Se quedó sin aliento.

Hinata traía puesto un kimono azul brillante con tiras de azul oscuro colgando del cinturón. Un grueso listón celeste sostenía el atuendo con un moño en la espalda. Su largo cabello violeta estaba atado en una cola de caballo alta con una cinta plateada que hacía juego con sus ojos. Sus mejillas estaban sonrosadas, de emoción o pena. Un ramo de rosas rojas con una sola rosa violeta en medio era sostenido entre sus manos.

Hiashi caminaba junto a su hija, su brazo alrededor del e ella. Tenía una expresión inescrutable en el rostro pero Gaara podía ver que estaba decepcionado de tener que dejar ir a Hinata en matrimonio.

Hanabi era la chica de las flores, deslizándose detrás de su hermana, lanzando pétalos rosas a su paso. Todo el clan Hyuuga se regodeó con la vista que presentaba Hinata.

Temari iba detrás, su pelo rubio suelto sobre sus hombros y los ojos verdes llenos de orgullo al ver a Gaara. Sonrió y ocupó su lugar de madrina.

Gaara suspiró y se enderezó.

Hinata y Hiashi finalmente llegaron a donde los Kages esperaban.

Siguiendo la tradición, Gaara le hizo una reverencia a Hiashi. La cabeza del clan Hyuuga le devolvió el saludo. Soltó a Hinata y se hizo a un lado.

Tsunade los observó un momento.

-Bienvenidos.- tosió un poco. –Bueno supongo que esta es la vencida ¿eh? Al principio era arreglado pero… no importa, empecemos.- suspiró y siguió. –Estamos aquí para anunciar el lazo formado entre Subaku No Gaara de la aldea de la arena y Hyuuga Hinata de la aldea de la hoja. Es un amor que apenas está floreciendo y que he visto crecer con interés estas últimas semanas. Ha sido difícil, pero ha valido la pena.- Sonrió.

-Ahora la novia y el novio intercambiarán votos.- extendió las manos hacia ellos.

Hinata fue la primera. –Gaara…- dijo en voz baja. –Te he conocido por mucho tiempo pero en los exámenes chunnin, la primera vez, no personalmente. De hecho, la primera vez que te vi, estabas matando a tres hombres.-

Algunos rieron, un poco incómodos.

Los ignoró y prosiguió. –Pero mientras te convertías en la persona que eres ahora, mis sentimientos cambiaron también. Y sólo te reitero lo que te dije en tu aldea, que siempre voy a estar contigo.- sus labios se curvaron en una sonrisa.

El Kazekage frunció el ceño. ¡Oh como deseaba estar en una misión! Tomaría lo que fuera, una S, pero no ahí. Maldición, era incómodo. Juntó valor y empezó.

-Hinata, debo admitir que no te conocía bien todos esos años atrás y di, nuestro primer encuentro no fue lo que llamarían romántico pero… pero después de un tiempo, empecé a sentir algo por ti y bueno, salieron por si solos, la verdad sea dicha y…- suspiró y volteó a ver a sus hermanos.

Ambos levantaron los pulgares.

Asintió y volteó hacia Hinata de nuevo. –Y prometo que siempre te protegeré, no importa lo que pase.-

Tsunade asintió sonriendo. Después de una pausa le dio un codazo a Naruto.

-Oh claro.- se adelantó y le dio a cada uno un anillo de oro. Regresó a su lugar rápidamente.

Hinata levantó el anillo que tenía. –Con este anillo, prometo amarte.- lo deslizó en su dedo.

-Con este anillo…- Gaara sonrió ligeramente. –te hago mía.- le puso la banda dorada.

-¿Alguna objeción?- preguntó Tsunade con gesto ausente. Cuando nadie habló, lanzó el libro que tenía en las manos sobre su hombro. –De acuerdo, bésense, están casados, diviértanse.-

Gaara y Hinata se inclinaron y se besaron.

-AxA-

-De acuerdo, ahora todas las señoritas fórmense para el ramo por favor.- gritó Tsunade.

La recepción era en el edificio Hokage. Todas las chicas se juntaron, riendo y empujándose.

Hinata se puso frente a ellas, con las rosas en las manos. Se puso de espaldas y sonriendo sobre su hombro, lo lanzó.

Hubo unos gritos, seguidos de estruendosas risas.

-No gracias.- Naruto lanzó el ramo lejos de él con gesto asqueado. -¡No soy una niña!-

Después de que lo lanzó, Sakura saltó y lo atrapó. Se rió cuando Ino gritó con ira y felicidad.

-¡Disfruten la fiesta!- dijo Tsunade. Se alejó cuando la música empezó a sonar y todos empezaron a reír y hablar entre ellos.

Naruto corrió hacia Gaara, que estaba recargado contra una pared, los brazos cruzados. Pasó un brazo por el hombro de su amigo, sonriendo. -¡Ya estás casado!- declaró.

-Si.-

Naruto se rió. -¡Veamos que tal te va amigo! ¡Las pruebas de estar casado! ¡BUENA SUERTE!-

-¿Qué vas a saber tú?- Gaara se burló.

-Yo sé de estas cosas.- Murmuró, asintiendo con lentitud.

-Tch,- Gaara torció los ojos. –Estás lleno de ti mismo Uzumaki.-

-¡EY! ¡Encuentro eso insultante Subaku!-

-Que mal.-

-¿Podrían los recién casados acercarse a la pista por favor?- llamó Kakashi.

Gaara frunció el ceño. Naruto se rió y lo empujó hacia adelante mientras Hinata se abría paso hacia él. Naruto les dio un giño y se fue.

-Lo voy a matar.- gruñó Gaara.

Hinata se rió por lo bajo y se acercó a él. –Si Sabes que es tradición que bailemos ¿verdad?-

-No puedo bailar.-

-Inténtalo.-

-Está bien.-

Enroscó sus brazos alrededor de su cintura y ella le rodeó el cuello con las manos. La música empezó a sonar y bailaron lentamente.

-Y, ¿de qué hablaron ustedes en tu fiesta anoche?- preguntó Hinata.

Gaara frunció el ceño. –Oh um… nada en realidad.-

-Mentiroso.-

-Tch… te lo contaré luego.-

Terminó su baile y Hiashi se acercó a bailar con Hinata.

Como la tradición ordenaba, el padrino y la dama de honor tenían que bailar. Temari se acercó a regañadientes. Cuando empezaron a moverse, Temari le lanzó una mirada amenazante a Naruto.

-Baja un poco más las manos.- siseó. -¡Y estás muerto!-

Naruto tragó saliva ruidosamente.

La canción terminó y Naruto y Temari se alejaron corriendo del otro. Pronto, todos estaban en la pista. Neji estaba bailando con Hinata, Temari con Shikamaru y Tsunade con Jiraya. Tsunade no se veía muy contenta pero Jiraya se veía absolutamente jocoso.

Gaara vio a Amagumo sentado solo y se acercó. Se sentó junto a él en la mesa sin hacer ruido, causando que Amagumo brincara del susto. –O-oh.- exclamó por lo bajo. –Subaku-san.-

-¿Qué haces?- preguntó Gaara, sin voltear a verlo.

-¿Eh?-

Gaara le lanzó una mirada, los ojos entrecerrados ligeramente. -¿Qué vas a hacer ahora?- puso su pregunta en términos más entendibles.

-Oh, no sé, yo— -

-Puedes venir con nosotros.-

-¿Perdón?-

-Puedes venir a la aldea de la arena con nosotros.- Gaara dijo, poniendo más énfasis en sus palabras. –Necesitas un lugar para vivir y tenemos mucho lugar. Y antes de que digas que no quieres molestar, no lo causas y no lo causarás. Esta noche no es el momento de decir eso.-

Amgumo se veía un poco turbado ante el discurso pero asintió.

-Bien,- Gaara se puso de pie y se alejó.

Se detuvo al ver a Kankuro bailando con Cuervo alegremente. Gaara sacudió la cabeza. Era verdad; su hermano mayor estaba total y completamente loco en lo concerniente a sus títeres.

Se movió lejos de la perturbadora escena y se sentó en una mesa junto a Baki. Descansó los codos en la mesa y apoyó la barbilla en la mano. Vio a Hinata bailar con Neji, sus ojos fijos en ella.

-¿Atrapado en las cadenas del amor?- se burló Baki.

-Deberías de escribir canciones.- respondió con sarcasmo.

Baki se rió. –De acuerdo, ¿qué tal suena esto?- carraspeó. –Kankuro está demasiado obsesionado con sus títeres.-

-Un título perfecto, sensei.-

Gaara apenas estaba escuchando a Baki. Estaba viendo a Hinata bailar, hipnotizado en la belleza y gracia de sus movimientos. Parpadeó, sorprendido, cuando Hinata se le acercó.

-Hace demasiado calor aquí.- le sonrió, haciéndose aire con la mano. -¿Quieres ir afuera?-

-Claro.- dijo, asintiendo.

Naruto trató de seguirlos pero Sakura lo jaló hacia la dirección contraria.

Ambos dejaron el edificio en silencio, sin cruzar miradas.

La luna estaba fuera, brillante y llena. Su radiante luz hacía que toda la aldea resplandeciera. Gaara y Hinata caminaron hacia el lago. Hinata se sentó con elegancia mientras que Gaara se recostó, poniendo las manos detrás de la nuca.

-Es una hermosa noche.- comentó Hinata.

-Si…- murmuró Gaara, observándola.

-Y…-

-Y…-

Ambos recordaron sus primeras conversaciones, llenas de silencios incómodos y muchos, muchos 'oh'.

-¿Me vas a contar qué dijeron ustedes en la fiesta de despedida de anoche?- preguntó finalmente la novia.

-Ah, no.-

-Ah, ya veo. Ahora como ya estamos casados piensas que puedes hacer lo que quieras ¿no?-

Gaara se rió. Era su risa de alegría pero aún así sonaba un tanto… siniestra. Hinata sólo lo había oído reírse así en contadas ocasiones. Su risa era agradable aunque le producía escalofríos.

-N-no es tan gracioso.- ella se encogió de hombros.

-Creo que lo es.- respondió, su risa bajando de intensidad. -¿De qué hablaron ustedes ayer?-

-Oh… ya sabes… cosas.- Se encogió de hombros de nuevo.

-¿Cosas de las que no quieres hablar?-

-Si.-

-Claro, y yo soy el que cree que puede hacer lo que quiera.-

-Claro que lo eres.- dijo, sonriendo. –Temari me dijo de tus ehm… fans y las vi en la ceremonia.-

-Si.- dijo, cortante y con expresión un tanto molesta.

-¿Crees que te estarán molestando?-

-Definitivamente.-

-Bueno…- Hinata lo miró, una sonrisa jugando en sus labios. –Entonces deberíamos de disfrutar esta noche ¿no?-

-¿Qué quieres decir?- preguntó con precaución.

Se dejó caer junto a él, se inclinó y lo besó. Se separó y lo miró a los ojos, encogiéndose de hombros. –Digo, al menos deberíamos de disfrutar esta noche ¿no?-

-¿Nuestra última noche antes de que todos se vuelvan locos porque estamos casados?-

-Precisamente.-


Santo niño de atocha! Hemos acabado! Al fin! Estoy un poco triste de ver a esta historia terminar porque fue mi refugio cuando mi vida estaba hecha un desastre pero bueno. Disculpen la tardanza, estaba concentrada en mis otros fics. Para los amantes de GaaHina tengo una nueva traducción de ellos dos Granos de Arena. Ya está en mi perfil para quien la quiera leer y gracias a todos los que me acompañaron en este fic :D los adorisimo y no saben lo que significa para mi sus reviews. Gracias chicos.

P.S. Zuki no me ha dado permiso para traducir la secuela así que no subiré el epílogo a menos que ella me de permiso porque no tendría sentido sin la secuela. Esto está fuera de mis manos. Pero crucemos los dedos para que me dé autorización.

-DIS