Capítulo Final
Pecados
"Mi destino ha dado un cambio inesperado, ahora me toca pagar por los pecados ajenos que recaen sobre mí, aquellos, que me han transformado en una princesa falsa…"
Con la mirada fija en Goten y el corazón hecho pedazos, Milk comprendió que el precio de sus acciones había sido demasiado alto, jamás imagino que una simple pregunta a su hijo cambiaría las cosas tan drásticamente, "¿Sucede algo malo?" le había dicho cuando lo vio entrar a la casa con aspecto preocupado, "Mamá hay algo que quiero contarte" respondió él mientras se sentaba a su lado.
Las palabras que salieron de la boca de su hijo le cambiaron la expresión al instante, mientras Goten hablaba sobre sus sentimientos por Bra, ella no hacía más que recordar las innumerables ocasiones en las que le reprochó a Gohan su cercanía con esa joven, las veces en que le rogó que la apartara de su vida, siempre recibiendo la misma respuesta "Ella es mi hermana también", ojalá su hijo mayor la hubiera escuchado a tiempo, antes de que las cosas se salieran de control.
- Mi relación con Bra es seria -dijo el joven sacando a la mujer de sus pensamientos.
- Olvídate de ella -respondió Milk secamente.
- Actúas igual que papá -señaló el joven molesto por la intransigencia de su madre- Hace unos momentos me prohibió que volviera a verla, y no entiendo porque.
- ¡Solo obedece! -vocifero la mujer perdiendo el control de sí misma.
- ¿Por qué actúas así? -pregunto Goten sin comprender la violenta reacción de la morena.
La mujer lo miró con aflicción, no quería lastimarlo diciéndole la verdad pero tampoco podía quedarse sin hacer nada, esa relación era imposible, ¿Cómo explicarle entonces a su hijo las cosas sin tener que hablar de ese pasado que aún seguía persiguiéndola?... No, la verdad no era una opción, enterar al joven sería destrozarlo completamente y ella no podía hacerlo, angustiada alzo los ojos al cielo, como buscando una solución.
Torpemente la mujer hizo lo único que se le ocurrió y comenzó a enumerar las mil y un razones por las que era mejor terminar con esa relación sin tocar ni por un segundo la verdad, el joven la escuchó hablar sobre la diferencia de edades entre ambos, de los problemas que podría tener con Trunks y Vegeta cuando se enteraran de lo que sucedía, de que en todo caso resultaba mejor que volviera con Pares o que saliera con alguien más, pero él no entendió de razones, desistir no estaba en sus planes.
- ¿Por qué les molesta tanto que me haya enamorado de Bra? -insistió el joven sin darse cuenta del malestar que producían sus palabras en su madre.
- No debe ser -respondió Milk con voz suave- Ya te lo he explicado, lo mejor es que le hagas caso a tu padre.
- Ya no soy un niño, no voy a dejar que me traten así -recalcó Goten.
La morena se quedo en silencio al escucharlo hablar con tanta seguridad, solo la verdad podría hacerlo entrar en razón pero no se sentía preparada para ver los ojos vivaces del muchacho apagarse como había sucedido con Gohan cuando se entero de todo. Buscando una respuesta miró a su hijo largamente, preguntándose si el joven podría ser lo suficientemente fuerte para salir adelante, tras meditarlo, comprendió que no le quedaba más opción, ella y Goku habían dejado que las cosas llegaran demasiado lejos pero ya era momento de poner un punto final, él tendría que aceptar hacer un sacrificio más por el bien de todos.
- Tienes razón, no debemos meternos en tu vida -dijo ella rindiéndose- Hablaré con Goku y haré que comprenda.
- ¿De verdad vas a ayudarme? -pregunto su hijo sorprendido por el repentino cambio de actitud.
- Haría lo que fuera por ti -musito Milk mientras lo abrazaba- Pero debes mantenerte alejado de Bra por un tiempo hasta que las cosas se calmen, solo mientras logro convencer a tu padre -pidió a cambio, logrando que el joven aceptara.
Esa noche la morena no durmió, la promesa hecha a Goten le pesaba tanto como su silencio, todos esos años se había negado a reconocer el lazo que unía a sus hijos con la peliazul, y ahora no tenía otro remedio, era como si la vida se empeñara en cobrarle cada uno de sus errores pasados, pero esta vez no se dejaría vencer, había luchado para mantener al menos a Goten a salvo de todo y así seguiría, en esta ocasión la situación tendría que resolverse definitivamente.
Las cortinas oscuras seguían cubriendo las ventanas, pero fueron los ruidos que provenían de la habitación contigua los que terminaron de despertar a la peliazul, había pasado casi toda la noche pensando en lo sucedido la noche anterior, le dolía la cabeza y sus ojos le ardían a causa del llanto, así que decidida a emprenderla contra cualquiera que estuviera haciendo ese escándalo salto de la cama hecha una furia.
- ¿Qué haces? -pregunto a su hermano haciéndolo palidecer del susto- Sabes que a papá no le gusta que husmeen sus cosas -señalo la joven cruzándose de brazos con molestia al ver el desorden en la habitación.
- Se buena, y ayúdame a guardar todo como estaba -pidió Trunks sonriéndole, era evidente que ese día su hermana no estaba de humor, pues accedió de mala gana a su petición.
- ¡Lo estás haciendo mal! -bufó la peliazul al verlo acomodar las cosas de su madre dentro de uno de los cajones- Déjalo, lo arreglare yo -ordeno apartando al joven con un gesto de su mano mientras tomaba su lugar.
- Creí que dijiste que no debíamos husmear -se mofó él al verla extraer del fondo de la gaveta una pequeña computadora portátil.
- La culpa es tuya, ¿Por qué hiciste todo este desastre en primer lugar? -inquirió ella poniéndose a la defensiva, mientras volvía a poner el ordenador en su sitio.
- Necesitaba el radar -respondió el joven tranquilamente.
- ¿Vas a pedirle a Shen-Long que te haga más inteligente?... ¿O que papá no te mate cuando le cuente que estuviste aquí? -pregunto la peliazul mordazmente.
El joven suspiró resignado, adoraba a su hermana pero cuando sacaba a relucir su temperamento prefería estar a kilómetros de ella, iba a responder su pregunta cuando se detuvo a pensar que seguramente la joven se molestaría más si le decía quien le había pedido el dichoso aparato, así que prefirió guardar silencio y acariciarle el cabello juguetonamente como solía hacer cuando era niña.
Ella protesto al sentir la caricia y un mohín se dibujo en su expresión, sintiendo un nudo en la garganta al pensar en las miles de veces que había visto esa misma expresión en Bulma cuando fingía estar molesta, Trunks dejo a la joven tranquila, y se alejo para que ella no notara su repentina emoción, después simuló mirar su reloj y despidiéndose salió de la habitación dejándola a solas.
Aún molesta pero sin perder la concentración, Bra continuó acomodando lo que faltaba hasta que todo quedo idéntico a como lo había dejado su madre, tenía memoria fotográfica y recordaba a detalle el orden y el sitio exacto de cada una de las cosas en esa habitación, pues nada había sido movido desde el día en que la científica falleció, su padre defendía celosamente cada objeto y no permitía que alteraran su espacio por nada del mundo.
Una vez que terminó, la peliazul volvió a mirar todo a su alrededor para asegurarse que no se notara la intrusión de su hermano, convencida de que todo estaba como debía se dispuso a salir de la habitación, necesitaba darse una ducha y mejorar su aspecto cuanto antes, pues si su padre la veía así seguro le haría muchas preguntas que no deseaba responderle ahora, exhausta volvió a su habitación pensando en los pocos deseos que sentía de ir a la universidad.
"Contesta por favor", rogaba la joven más tarde mientras marcaba el número celular de Goten por enésima vez, desde que iniciaron su noviazgo no habían pasado más de unas horas sin comunicarse por teléfono, pero desde ayer su novio no había dado señales de vida, ese inusual silencio llevo a la peliazul a creer que el joven seguramente estaba avergonzado por no mostrarse más firme con su padre cuando los encontró. "Si, eso debe ser" se aseguro mientras se esforzaba por seguir con su rutina hasta que Goten se apareciera en la Corporación para verla.
Pero al paso de las horas comenzó a preguntarse porque no la había buscado todavía, así que después de mucho considerarlo convenció a su orgullo de que no tenía nada de mala si lo llamaba, finalmente si él no se atrevía a dar el primer paso ella sí, "No debe avergonzarse, yo habría actuado igual", se dijo mientras esperaba pacientemente a que le contestaran, el latido de su corazón se aceleró cuando la voz de su novio sonó al otro lado de la línea.
"Se acabo Bra, ya no quiero verte más", fue lo último que el joven le dijo antes de colgar, las lágrimas comenzaron a correr por el rostro de la peliazul mientras sostenía el celular entre sus manos. "Eres un cobarde Goten" pensó con furia creyendo que la voluntad del joven había sido doblegada ante el capricho de su padre, "Ojalá jamás hubiera regresado", le dijo a la imagen del saiyayin en su mente antes de secarse las lágrimas mientras juraba vengarse de él.
"¿Por qué me odia tanto?", preguntó la joven a la figura frente a sí, "¿Por qué me separo de Goten?" volvió a insistir sin obtener respuesta, furiosa lanzo repetidos ataques al guerrero hasta crear una nube de humo que los cubrió a ambos, "¡Maldito!, ¡Lo odio!" grito ella presa de la frustración al verlo ileso y sin pensarlo se lanzo hacia él, Goku detuvo cada uno de sus golpes con el mínimo esfuerzo, una sonrisa de burla se dibujo en su rostro al ver que las fuerzas de la peliazul iban disminuyendo y que esta se encontraba agotada.
Entonces comenzó a atacarla, la velocidad del saiyayin era más de lo que ella podía manejar, y pronto se vio perdida, "Eres tan débil como tu padre" se mofó entonces él sosteniéndola por el brazo y arrojándola a la distancia, la joven trató de incorporarse pero su cuerpo no se lo permitió, estaba a merced del guerrero, que ahora la veía como un insecto listo para ser aplastado, un grito salió de su boca antes de ser alcanzada por un ataque mortal.
Bra se incorporo rápidamente y miró a su alrededor asustada, pasaron varios minutos hasta que su respiración pudo normalizarse, "Solo fue una pesadilla", se repitió en voz alta, no era la primera vez que le sucedía, desde que terminó con Goten tenía el mismo sueño donde se enfrentaba una y otra vez al guerrero que tanto despreciaba, al que creía el único culpable de sus sufrimientos.
Sabiendo que no podría volver a conciliar el sueño tan fácilmente, se levanto y recorrió la habitación en busca de algo que hacer para distraerse, la luz de la luna que se filtraba a través de las persianas captó su atención, la joven recordó entonces que a su madre le gustaba salir y mirar las estrellas por horas, nostálgica caminó hasta el balcón y separo las hojas de vidrio completamente dejando que el aire acariciara su rostro.
Pensando en su madre volvió su vista hacia donde se encontraba el mausoleo de la mujer, y la fijo ahí, evocando los últimos momentos que habían pasado juntas, deseando con desesperación que ella pudiera estar a su lado en esos momentos tan difíciles, estaba por regresar a la habitación cuando le pareció percibir una presencia, solo fue un segundo pero el ki había sido demasiado poderoso como para no sentirlo.
Bra espero unos segundos pero no volvió a percibir nada, sin embargo cuando volvió a mirar hacia el jardín claramente pudo distinguir una figura aproximándose a la tumba de su madre, fuera de sí apretó los puños llena de cólera, solo conocía a una persona que acostumbraba vestir un uniforme color naranja. "¡Qué atrevimiento!" pensó mientras salía de su habitación a toda prisa.
Concentrándose en mantener su presencia inadvertida, tal como le habían enseñado a hacer para sorprender al enemigo, la joven se dirigió sin perder tiempo al ala oeste del jardín. El guerrero se encontraba alerta, pero no lo suficiente como para advertir los pasos que la suavidad de la hierba silenciaba tras de él, tranquilamente se acercó a la lápida y deposito unas flores sobre ella.
- Perdóname -dijo Goku al sepulcro sin notar que no se encontraba solo- Pero ya ves lo que ha pasado… las esferas eran la única opción de enmendarlo todo, solo así podía terminar con esa relación cuanto antes…
Bra se enfureció al escuchar al guerrero, había utilizado a su hermano para conseguir el radar porque el muy cobarde no pudo convencer a Goten de dejarla, no cabía duda que ese hombre era despreciable, deseosa de enfrentarse a él se acerco dispuesta a interrumpir su monólogo para gritarle en la cara cuanto lo odiaba.
- Tal vez me reproches mi egoísmo, podía haber arreglado las cosas de manera distinta para que ella no sufriera, pero nuestra hija es el único lazo que todavía me une a ti… -admitió el guerrero con voz quebrada mientras se arrodillaba junto a la tumba, sin darse cuenta que a pocos metros de él la peliazul acababa de cubrirse la boca con las manos para ahogar una exclamación- No pude renunciar a ella, la amo demasiado…
Fue lo último que escuchó Bra antes de darse la vuelta y abandonar el lugar, temblando de la impresión llego hasta su recámara y se refugió allí, se sentía mareada y enferma, de pronto todos esos sucesos a los que no había dado importancia cobraban sentido, las visitas constantes al sepulcro de su madre, la paciencia con la que él saiyayin había soportado sus desplantes y groserías, sus intentos de acercarse a ella, todo encajaba perfectamente… hasta el enfrentamiento con el príncipe en el pasado y el deseo al dragón para que Goten la olvidara.
Por horas la joven permaneció aferrada a su almohada para no delatar sus sollozos, su vida entera cambió en un segundo, habían jugado con ella y con su destino desde el día en que nació, la hermosa y unida familia que siempre creyó tener era una mentira, su madre y ese hombre habían jugado con todos a su alrededor, especialmente con ella y el príncipe, el alma de la joven se hizo añicos al pensar que el guerrero a quien tanto admiraba y amaba, no era su verdadero padre.
Y lo peor de todo, es que ella se había enamorado de Goten, su propio hermano, "¿Por qué?" quiso gritar al recordar los momentos al lado del joven, aquellos besos repletos de ternura ahora le parecían pecaminosos, cada caricia, cada contacto del pasado no hacía más que llenarla de repulsión, doquiera que mirara encontraba una mentira y una farsa más, solo sentía odio en su corazón y deseos de venganza.
"Bra, levántate es tarde", se escuchó decir al otro lado de la puerta, la joven alzo la vista y tuvo que entrecerrar los ojos al sentir la luz matinal sobre sus pupilas, el dolor que sentía era tal que no se había dado cuenta del paso del tiempo, "No me molestes", respondió alterada a su hermano, quien tras insistir algunas veces más terminó por marcharse, agotada mentalmente la peliazul se recostó en la cama y siguió llorando un rato más.
De pronto un recuerdo en particular se apodero de la mente de la joven, "A tu padre lo amo más que a nada en el mundo" le había dicho su madre sonriendo, justo un segundo antes de que Vegeta y Goku se enfrentaran años atrás en el torneo, "¿Si lo amaba porque me oculto quien era?, se pregunto hasta aturdirse, "Quizá ese hombre está equivocado, y todo es una confusión" pensó con la esperanza de despertar de esa pesadilla.
Reanimada por la idea se levantó y se dirigió a la alcoba de sus padres encontrándola vacía, el príncipe seguramente estaba en la cámara de entrenamiento pero aún así decidió apresurarse, con manos temblorosas la joven abrió el cajón que guardaba la computadora portátil de su madre, más de una vez se había sentido tentada a revisarla, pues en los meses anteriores al fallecimiento de Bulma, la había visto apegarse a aquel aparato de manera especial.
Su hermano había dicho más de una vez en tono de broma, que seguro a su madre le había dado por escribir sus memorias cuando la veía pegada al ordenador por horas, ella nunca se lo tomó en serio, pero ahora como estaban las cosas todo era posible, por un segundo sintió miedo, pero necesitaba saber la verdad.
Llevaba algunas horas dudando, pero en definitiva, el ordenador frente a sí era su única opción de corroborar lo que la inesperada confesión que escuchó del saiyayin develo de pronto, quería saber si todo lo dicho por él era real, o solo se trataba de una mentira, de otro plan de su enemigo para hacerle daño. No tenía a nadie más a quien recurrir para saber la verdad, y su intuición le decía que tanto celo hacia ese aparato por parte de la peliazul se debía a su necesidad de confesarse, de desahogar sus secretos.
Por fin se decidió, con cuidado levanto la tapa de la computadora y oprimió el botón de inicio, había visto miles de veces el fondo de pantalla con esa fotografía familiar, que ahora le revolvía el estómago, pero no dejo que su malestar disuadiera sus verdaderas intenciones, apresuradamente comenzó a revisar las carpetas que hallaba, hasta que al cabo de un rato se frustró, al parecer todo lo que contenía ese aparato eran cosas de trabajo.
De pronto, cuando estaba a punto de abandonar su búsqueda, una idea cruzó su mente, "La mejor forma de ocultar las cosas es dejándolas a la vista", si la peliazul como sospechaba había depositado en esa máquina alguna información que le resultara valiosa, la habría disfrazado de tal modo que no generara curiosidad, recordó entonces haber visto en alguna parte, una secuencia de informes corporativos que no se había detenido a revisar por considerarlos inútiles, creyendo que tal vez ahí podía estar lo que necesitaba, busco aquella información de nueva cuenta, al abrir el primer documento no halló sino cifras y minutas de las juntas, pero conforme iba avanzando en su búsqueda, encontró por fin lo que buscaba, en su séptimo intento, un archivo de texto apareció ante sus ojos revelando algunas líneas.
"A veces cuando su ausencia se hace insoportable, desearía no haberme enterado jamás de nada, desearía no tener que añorar algo que nunca debí recordar, él me hizo revivir un hermoso sueño para después convertirlo en pesadilla".
Con la seguridad de que sus dudas se disiparían pronto y sin perder un segundo, comenzó a revisar el resto de los documentos buscando ansiosamente alguna referencia directa a ese hecho en específico que perturbaba su tranquilidad, no descansaría hasta encontrar una prueba fehaciente.
- ¿Qué haces? -pregunto Trunks a la peliazul que permanecía absorta en sus pensamientos.
- ¿Tú tomaste la computadora de mamá? -inquirió ella a su vez, sin dejar de mirar el cajón abierto frente a sí.
- No -respondió el joven sin comprender la expresión de temor de su hermana al escucharlo.
"Mientras más lo pienso, más me cuesta creer, que la razón por la que deberíamos seguir unidos es la que nos ha separado, todavía recuerdo la expresión en tu rostro cuando te enteraste que Bra era tu hija, el resentimiento con el que me miraste sigue persiguiéndome hasta hoy, ¿Por qué fuiste tan cruel conmigo Goku?"… Me abandonaste sin darme la oportunidad de explicarte, me dejaste atada a un sentimiento que hoy podría asegurar, tú ya has olvidado, renunciaste a mí y también a ella…"
La computadora estalló a manos del príncipe, ya había comprobado lo que quería y se sentía incapaz de seguir leyendo, sobre los sentimientos de su mujer por Kakarotto, en esos momentos lo único que deseaba era tener a ese insecto frente a él, una vez más lo había humillado y de la peor manera posible, el odio que llevaba años acumulando hacia su rival, volvió a envenenarle el alma con una fuerza inusitada.
No solo Kakarotto se había atrevido a seducir a su mujer para burlarse de él, sino que encima la había preñado, lo engañó nuevamente dejándolo criar todos esos años a la bastarda como suya, lo destrozo en la plataforma del torneo condenándolo a vivir un infierno. Y como si eso no bastara, había sumido a Bulma en un sufrimiento continuo, preso de la rabia el príncipe recordó las innumerables líneas en las que la mujer hizo referencia al dolor que le causaba el abandono de su amante.
"¿Para qué la enamoró?... ¿Para qué quitársela, si finalmente iba a abandonarla?", pensaba una y otra vez, pues a pesar del rencor que sentía, Vegeta no podía olvidarse de sus sentimientos por Bulma, "Ella era mía" se repitió recordando los últimos instantes de la mujer, él había estado a su lado y no Kakarotto, al menos en eso lo había vencido, pero no era suficiente ese pequeño triunfo como para apagar la sed de venganza que clamaba en su interior, necesitaba desesperadamente hacer algo para cobrarse las humillaciones de todos esos años.
Ajena a las reflexiones de Vegeta, la joven salió a toda prisa de la habitación de sus padres, dispuesta a hacer lo que fuera para evitar que el príncipe se enterara de lo sucedido, del secreto que la marcaba, de pronto se detuvo al escuchar una explosión en la cámara de gravedad, no había sido muy grande, pero por un momento dudo en abrir la compuerta, más el solo hecho de imaginarse al príncipe enterándose de todo y destrozado la hizo recuperar el valor y entrar.
- Papá -llamó ella haciendo que el guerrero se volviera a mirarla.
Los ojos azabaches de Vegeta se fijaron en la joven por varios segundos, mientras ella contemplaba asustada los restos de la computadora que había en el suelo. Una idea macabra se prendió en su mente, la respuesta a sus interrogantes estaba frente a él, comprendió que había mejores maneras de vengarse, mientras se dibujaba en su rostro una sonrisa maléfica tuvo claro lo que tenía que hacer para cobrarse aquellas deudas pendientes…
"Es tu sangre Kakarotto, y por lo tanto merece pagar" pensó el saiyayin con un odio que se acrecentaba a cada instante "Tus pecados son los de ella" "No puedo perdonar"… Estaba decidido no había vuelta atrás, descargaría su furia y sus deseos de venganza en la joven, ella era la prueba viviente del engaño y de las faltas de su rival, la elegida para sufrir en carne propia el dolor de las culpas ajenas.
- Ya debes saber la verdad -exclamo la joven comprendiendo que ella no había sido la única que escuchó la confesión del saiyayin la noche anterior, el príncipe también lo había hecho, por eso había recurrido a la computadora que yacía destruida a sus pies- ¿Por qué no me la dices? -pidió acercándose al guerrero.
- Tú eres mi princesa -respondió el demonio a su lado acariciando su cabello con fingida ternura, logrando aliviar por un segundo el dolor de la joven- Mi princesa falsa -aclaró él dejando estupefacta a la joven.
Al ver su reflejo en los ojos del guerrero, Bra vislumbró que su sentencia de muerte había sido firmada.
- ¿Por qué papá? -pregunto la peliazul cayendo sobre sus rodillas al recibir el ataque de Vegeta.
- ¡Cállate, no eres digna de llamarme así! –rugió este al tiempo que el haz de luz de su mano desaparecía.
- Aunque no lleve tu sangre, sigo siendo tu hija -musitó ella tratando inútilmente de detener la hemorragia de su costado.
- ¡No lo eres!, ¡Tu padre es Kakarotto, no yo! –grito el guerrero tomándola por los hombros y sacudiéndola con violencia.
- Eso no me importa… tú me criaste, me hiciste todo lo que soy –declaro ella con orgullo- Y por eso, soy tu mayor venganza contra él…
Los ojos celestes de la joven se entrecerraron de dolor, Vegeta la aparto de su lado y le dio la espalda.
- No quiero escuchar tus tonterías -repuso él- Lo único que deseo es ver su expresión cuando sepa que te ha perdido, lo detesto y quiero que se retuerza de dolor frente a mis ojos -enfatizo el príncipe malignamente.
- El mismo odio que él te inspira, me lo inspira a mí… no lo has vencido por esto -dijo ella mostrándole sus manos ensangrentadas- Lo venciste mucho antes, desde el día en que te llamé papá… nada puede cambiar eso –afirmó la joven comenzando a sentirse sin fuerzas.
-¡Basta! –gritó el saiyayin enloqueciendo de dolor al escucharla.
- Es la verdad –dijo la joven al tiempo que sentía un extraño sopor invadiendo sus sentidos.
- ¡Mi venganza es tu muerte! -exclamo Vegeta desesperado.
- También la mía -musito ella con voz débil- Porque de esa forma por fin podré castigarlo.
- ¿Tanto lo odias? -pregunto el guerrero acercándose a ella.
- Lo odio tanto como te quiero a ti…
- Bra -exclamo el guerrero, vencido ante el dolor de perderla, estrechándola en sus brazos, bañando el rostro de la muchacha con sus lágrimas.
La peliazul quiso responderle, más la vida que se le escapaba rápidamente se lo impidió, al ver a su padre destrozado uso sus últimas energías para reconfortarlo y acariciar su mejilla, los ojos del guerrero se clavaron en ella, estudiando su rostro en busca de alguna muestra de odio, pero lo único que pudo ver fue la dulce sonrisa que desde su nacimiento le arrebato el corazón, adornar el rostro de su hija por última vez.
Su respiración se detuvo al sentir la mano de la joven caer al suelo, inútilmente la llamo varias veces, ella se había ido, el horror de lo que hizo en un momento de perturbación se apodero de él, se aparto unos pasos y contempló el cadáver de su hija yacer bajo un charco de sangre. El placer que imagino sentir al cobrar su venganza había desaparecido, en su lugar crecía una aterradora sensación de culpabilidad que le desgarraba los sentidos.
Con el cuerpo de la peliazul en brazos, Vegeta abandono la cámara, la desgarradora escena fue observada por su hijo que angustiado al sentir la presencia de su hermana disminuyendo había ido a buscarla, Trunks no fue el único testigo de su crimen, el príncipe no tardo demasiado en percibir una ráfaga de un ki conocido, Goku contemplo horrorizado la sangre que cubría el cuerpo de Vegeta y a Trunks sosteniendo a la joven sin vida.
- ¡Esto no te lo perdonare! -rugió Goku al asesino de su hija.
Vegeta lo escuchó sin inmutarse, una sola idea cruzaba por la mente del príncipe al ver la expresión quebrantada de su enemigo, no cabía duda que Bra tenía razón y con su muerte le había cobrado su venganza a Kakarotto, ¿Pero que había de él?... ¿Cómo podía hacerlo pagar por haberlo obligado a acabar con aquello que tanto amaba?, ¿Cómo cobrarle el sufrimiento de la mujer?...
- Ya nada te une a ella.
Declaro Vegeta con frialdad al guerrero frente a él para provocarlo. Bastaron unos segundos para que sintiera la energía del saiyayin elevarse desmesuradamente, una sonrisa se dibujo en su rostro al percibir en el aire la proximidad de la muerte. "Es hora de terminar con esto" pensó al tiempo que adoptaba una posición de combate.
Goku observó el cuerpo sin vida de la joven, y después a su oponente, había sido egoísta al formular el deseo, por no renunciar a Bra la había condenado a ese fin, pero estaba dispuesto a pagar su error con su propia existencia, las razones para pelear se terminaron, el momento de dejar este mundo había llegado, "Solo quiero reunirme con ellas", se dijo al tiempo que simulaba una defensa.
Trunks no interfirió en la pelea, se encontraba demasiado aturdido abrazando el cuerpo inerte de su hermana. La tragedia se respiraba en el aire mientras el último encuentro entre los rivales se desarrollaba, en un trágico desenlace las cuentas pendientes por fin fueron saldadas, la muerte trajo la paz a un alma atormentada y el perdón de sus culpas a otra, en adelante, ya no habría más pecados que expiar, ni más inocentes que los pagaran…
º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º
¡Por fin!, este es el capítulo que me moría por subir, el que dio origen a princesa falsa, el primero que recree en mi mente cuando comencé a escribir la historia. Ha sido un largo trayecto para llegar hasta este punto, (poco más de un año) pero me siento muy orgullosa de haberlo logrado, se que el final va a resultar drástico para algunos, sobre todo por Bra muriendo en manos de Vegeta, pero no concebía otra forma de terminar el fanfic, cambiar mi idea inicial me resultaba demasiado duro, así nació este fic, así debía culminar.
No espero que me entiendan, porque de ninguna manera es justo que los inocentes paguen por las culpas de los demás, pero creo que en este fic, traté de hacer los personajes más humanos, y el desenlace tiene mucho que ver con sus personalidades, con sus sentimientos y su contexto. Admito que lo deje un poco abierto, pero cuando lo leí me gusto tal cual estaba y considere que no debía explicar más, de todos modos si alguna parte les genero dudas o no fui muy clara en algunos puntos pueden contactarme a través de un review o un mensaje privado y con gusto responderé sus preguntas.
Bueno ya termine con lo del capítulo, ahora esta parte es la que me pone más emotiva, pero no puedo evitarla… Quiero agradecerles a todos, el apoyo a esta historia, en especial por sus difíciles inicios donde hubo comentarios desalentadores y algunos insultos, agradezco infinitamente todos y cada uno de los review que han dejado, ¿Saben por qué?... Fácil, sus comentarios y críticas constructivas me permitieron hacer un mejor trabajo y mejorar la calidad de esta historia, gracias a ellos he crecido personalmente y como escritora (aunque todavía me considero una amateur en el área).
Por eso los invito a que no solo en esta historia sino en todas las que lean, dejen sus comentarios para ayudar a los autores a hacer mejoras en sus trabajos, llámese ortografía, coherencia, guiones, lo que sea, creo que esto a la larga resultaría productivo para todos los que dedicamos un tiempo a estar aquí, sobre todo para la sección en español, ya que en lo personal me resulta muy triste ver historias con buenas ideas, pero con pésima calidad, hay que exigirnos más, como lectores y como escritores vale?.
Me despido de ustedes, con los mejores deseos, tanto para los que tengo el gusto de conocer a través de sus comentarios, como para los que han seguido esta historia de manera anónima, fue un verdadero placer compartir este proyecto ¡Gracias por leerme! =)
Me voy antes de acabarme los pañuelos. Saludos a todos y suerte en lo que emprendan ; )
Un beso, Jessibloom.
*Críticas constructivas, dudas, quejas, tomatazos en los review o PM Message =).*
