Disclaimer: Los personajes no me pertenecen ¡Lo saben! Pertenecen a la señora Meyer y su casa editora. Yo sólo juego con los personajes, moviendolos a mi gusto.

Summary: AU/TH/OoC -Llevamos seis meses.- ¿De qué?- ¡De salir, hombre! Rose es mi novia. Tenía una misión: volver a Bella mujer en todo el sentido de la palabra.


I Will Make You a Woman


Nublado.

Habían llegado a este pueblo de la perdición los hermanos Cullen. Su padre Carlisle y su madrastra Elizabeth residían en Seattle; ¿qué hacían esos adolescentes en Forks?

La madre biológica de los tres, Esme Platt, vivía en el pequeño pueblo. Se mudaban con ella; si su padre había decidido rehacer su vida con otra mujer, ellos lo harían con su madre en ese lugar. Si no se les había tomado en cuenta para ese… Casamiento, ¿por qué ellos los tendrían en cuenta a su padre y su madrastra?

Ni idea.

- ¿Y qué tal en los estudios? –Preguntó, una sonriente Esme.

La separación de Carlisle y Esme se había efectuado tres largos años atrás. Se turnaron las navidades, años nuevos y cumpleaños. Algo que era verdad, era la evidente incomodidad entre los forzados saludos entre sus padres.

El chico de cabellos cobrizos se encogió de hombros y continuó mirando por la ventanilla derecha. Alice sonrió.

- Genial. Hace poco tuve mi recital de ballet –Parloteó, feliz de que alguien le preguntara lo que pensara, incluso del nublado cielo.

Desde que conoció a Elizabeth, Carlisle no ha tenido ojos para otra cosa que no fuera ella. Mal padre, ¿no? Era por eso que se mudaban con su madre. Ella si les brindaría su apoyo y amor incondicional que su padre no les dio. Es más, hasta se veía feliz de que se marcharan de manera casi permanente con Esme.

- ¿Qué tal tú, Emmett?

El aludido sonrió. Se le marcaron aquellos adorables hoyuelos heredados de su padre.

- Bien, má –Respondió, mirándola-. Ya sabes que no soy un cerebrito como Edward, pero… -Los ojos verdes de su hermano se posaron en el. Se veían molestos-. ¡Hey! ¡Yo sólo digo la verdad!

- Como sea.

Y ahí terminó la breve plática.

Pronto llegaron a la casa. Estaba igual que siempre, hermosa. Dejaron sus maletas al pie de las escaleras. Esme miro a sus retoños con adoración y los invitó a sentarse en la mesa, alegando que pronto servirían la comida. Edward colocó la mesa, mientras que la pequeña Alice hacía limonada; el mayor ayudaba a su madre en lo que pudiera.

Se sentaron, y dieron gracias por los alimentos. Nadie volvió a hablar. El timbre sonó de repente, terminando con el silencio.

Esme se levantó corriendo.

Escucharon las risitas de su madre. ¿Qué la pondría tan feliz? Caminaron en silencio hasta la antesala para ver con mejor claridad la puerta. Allí estaba una chica castaña, sosteniendo un exquisito flan napolitano, junto a ella un señor, que podría ser una idéntica copia de ella, pero más maduro y en masculino.

- ¡Chicos! –Llamó su madre. Los jóvenes acudieron y se quedaron detrás de su madre-. Ellos son los Swan. Esta hermosa jovencita es Bella, y su padre, el Jefe Swan –Rió-. Charlie.

- Mucho gusto –Respondieron a coro.

Edward no pudo despegar la mirada de la chica. ¿Había muerto? Porque estaba viendo un ángel. Sus largos cabellos castaños estaban recogidos en una coleta con algunos mechones sueltos; vestía de manera casual, pero sexy, unos jeans desgastados y llenos de agujeros y una blusa negra, pegada al cuerpo. Tenía los ojos más hermosos que había visto, cafés y profundos. Y esa boca… Esa boca sería su perdición. Además, moría por tocar esa piel, blanca y sin ninguna marca de acné.

Alice le dio un codazo, mientras se reía disimuladamente.

- Soy Alice –Dijo la pequeña, dándoles un abrazo a cada uno.

La castaña tardó en reaccionar, pero puso torpemente sus brazos alrededor de su espalda.

- Emmett –Se limitó a extenderles su mano, pero sonriendo de oreja a oreja.

Sólo quedaba el mediano de los tres, Edward. Pero este parecía como ido. La hermana le tuvo que dar otro codazo para que este reaccionara, de nuevo.

- Edward Cullen –Estrechó la mano de Charlie, pero a la mano de Bella le plantó un pequeño beso en el dorso. Ella ni se inmutó.

Se despidieron, agradeciendo el enorme gesto de la familia Swan. Pero justo cuando estaban de irse. El timbre sonó otra vez.

En cuanto abrieron se encontraron con una perfecta familia rubia, conformado por una madre, un hijo y una hija.

Se podría decir que ahora el turno de Emmett y Alice de babear. Y fue el turno de Edward de codear sus costillas.

- No podrían ser más oportunos –Esme estaba encantada-. Recién se fueron los Swan.

Los ojos de la rubia brillaron y su hermano rodó los ojos. La señora traía entre sus manos un plato de galletas con chispas de chocolate.

- Hijos, ella es Lillian Hale –Apuntó, Esme, indicando a la señora con las galletas-. Y sus hijos, Rosalie…

- Pueden decirme Rose –Interrumpió la rubia.

Emmett sonrió.

- Y este guapo de acá, es Jasper.

Los hermanos de cabellos negros, sonreían como tontos.

¿De verdad me veía así hace unos momentos?, pensó Edward.

Todos saludaron, pero los que inmediatamente hicieron clic fueron Jasper y Alice; está insistió en que se quedaran un rato más. Los Hale aceptaron gustosos y se dirigieron a la sala de estar. Alice no perdió el tiempo y acaparó al Hale, empezando a conocerse.

Emmett intentó coquetear con Rose, pero esta no hacía que pasarlo de largo y limitarse a regalarle sonrisas amables que no comprometían nada.

En cuanto se fue la familia Hale, se dedicaron a guardar el flan y las galletas. Recogieron la mesa y lavaron los trastes sucios.

Al final, cada uno se fue a su habitación, deseándose buenas noches.

Otro día llegó. El primero en despertar fue Edward, un madrugador de primera.

Esme estaba cocinando un poco de alguna rara masa, o lo que pretendían ser hot cakes.

- Buen día, madre –Saludó su hijo, dándole un beso en la mejilla.

- Buenos día, Edward –Sonrió-. ¿Eres madrugador como yo?

Este asintió y la ayudó a preparar el desayuno, mientras despertaban sus hermanos. El chico le advirtió que no eran muy mañaneros, pero al oler el desayuno despertarían en un dos por tres.

Y tal y como si sus palabras fueran las de un profeta, se cumplieron. Apenas olieron la masa ya cocinada, junto con mantequilla y miel, ya estaban en la silla. Esme rió. Sus hijos eran todo un caso.

Como buenos hijos, la ayudaron con la limpieza de la casa. Aunque era evidente que se morían por convivir con los chicos que habían permanecido en sus pensamientos desde ayer en la noche. Era obvio que Alice, deliraba por Jasper, y este no le era indiferente. A Emmett le movía el tapete Rosalie y que a Edward le fascinaba Bella.

Lástima que a la única que le correspondieran fuera a la pequeña Alice, ¿no?

- Mamá –Llamó, Alice, siendo la valiente en pedir el permiso-. ¿Podríamos ir con los chicos que conocimos ayer? Ya sabes, Jasper, Rosalie y Bella.

Esme sonrió feliz de que sus hijos comenzaran a interactuar con nuevas personas, que, literalmente, los sacó de la casa.

Alice y Emmett se fueron a la casa Hale, que estaba a unas cuantas calles de ahí, mientras que Edward se fue con los Swan.

En cuanto, Edward llegó, escuchó ruidos dentro de la cochera de la hermosa casa. Se acercó –no era metiche, simplemente curioso- para saber que pasaba ahí.

Bella se encontraba bajo una vieja Chevy pick up color roja. ¿Cómo supo que era ella? Fácil: unas largas piernas delicadas de una tonalidad marfil sobresalían por un lado.

- ¿Necesitas ayuda? –Se ofreció el recién llegado, hablando de la nada.

Con un movimiento brusco, la chica se golpeó la cabeza por el sobresalto. Salió de abajo y miro a un Edward apenado.

- ¡Mierda, me asustaste! –Exclamó con una mano en el corazón.

Vestía un short que dejaba a la vista la parte baja de sus glúteos y todas sus piernas; una playerita de tirantes verde a juego con el short.

- Lo siento –Se disculpó. Luego de haberle estado viendo las piernas, y el susto, era lo menos que podía hacer.

- No te preocupes, ¿Edward? –Dudó la chica en su nombre. Él asintió-. Sólo es un pequeño golpe en mi cabeza. Ya soy rara. Un golpe más no me hará nada.

Edward sonrió.

- Eres graciosa –Murmuró. Fue el turno de Bella de sonreír.

- Lo sé.

- ¿Necesitas ayuda?

Ella negó e hizo un gesto con la mano que dejaba claro que no era nada.

- Más tarde lo llevaré con Rose –Anunció, mientras se limpiaba la grasa en su short.

Verla toda así, sucia y sin casi nada de ropa, lo ponía a mil; pero no iba a llegar a cogérsela cuando apenas había llegado a la ciudad, no era su estilo.

- ¿Rose?

La chica asintió.

- Rosalie Hale –Edward, exclamó un 'vaya'. Bella rió entre dientes-. Ya sé que no parece mecánica, pero ya sabes, uno nunca es como lo pintan.

El chico le dio la razón, asintiendo y sonriéndole.

- Debe ser muy buena si le confías tu… Camioneta –Dijo, claramente sorprendido.

- La mejor –Dijo con orgullo-. Aunque a veces soy algo parcial, estoy cien por ciento segura de que Rosalie Hale es la mejor mecánica de todo Forks.

- La debes querer mucho.

- No sabes cuánto –Suspiró-. Llevamos seis meses.

- ¿De qué?

Bella lo miró como si fuera obvio o como si de un tonto se tratara.

- ¡De salir, hombre! –Exclamó-. Rose es mi novia.

Edward sintió como la bilis le subía. ¿Era enserio? ¿A aquella chica de belleza extraña le gustaban las mujeres? ¿Era lesbiana?

Intentaba procesar todo, pero lo único que salió de sus labios fue:

- Es muy guapa.

- Ni se te ocurra acercártele, eh –Advirtió, mitad seria y mitad juguetona-. Es mía. Además de que eres muy guapo y posiblemente me cambiaría por ti –Edward sonrió cuando dijo que era muy guapo-. Y ella es bisexual.

No lo podía creer. Sentía que su alma gemela era ella, y que de alguna manera debían estar juntos, pero ¿cómo hacerlo con ella de novia con Rosalie Hale?

Le dio una sonrisa, mientras Bella le regalaba un guiño de ojo.

Tenía una misión: volver a Bella mujer en todo el sentido de la palabra.


Heeey!

Terminé ayer apenas TT y ya estoy dando rienda suelta a mi mente...!

Termino TT y empiezo con IWMYAW.

¿Por qué una Bella que le gustan las mujeres?

¡No sé!

De la nada surgió la idea y me dije: ''A Edward siempre le toca ser el gay, ¿y Bella? ¡La tonta ingenua que se enamora de él!''

Ok, ok. Cambiemos las cosas.

En un principio me imagine a Rose con Alice, pero no, yo quería hacer un Edward&Bella.

Así que, como les dije en TT, comienzo otra historia M. Recuerden también que tengo TSO y que esa la actualizare lo más pronto posible, ya saben, entre más reviews, más rápido continuo ;)

Sin más, me despido de ustedes.

[CORREGIDO]

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