PROLOGO

Los niños salían sin parar de aquel edificio…estaban cansados pues ya era de noche y lo único que pedían era ir a dormir y ver la televisión.

Haruka tenoh se encontraba adentro del carro pensando tan profundamente que se asusto cuando escucho el sonido brusco de la puerta abriéndose, se encontró cara a cara con un niño de 15 años muy apuesto, alto ,rubio, labios rosados y delgados, de mirada profunda y fría a su lado se encontraba una pequeñita de aproximadamente 6 años muy bonita y delicada como una princesa de cristal que se rompe fácilmente, la pequeña le sonrió gentilmente, se subió en el asiento del copiloto y le dio un beso a haruka

– ¡hola papi¡- dijo la niña dulcemente

–Hola princesa ¿Cómo te fue?—dijo haruka quien se derretía con la niña realmente era su princesa, arranco el coche mientras la niña emocionada le contaba todas sus aventuras ganándose de vez en cuando un gruñido por parte del fastidiado joven cosa que haruka reprendía. Así paso en todo el viaje hasta que llegaron a una hermosa casa en la zona más exclusiva de la ciudad. Bajaron del coche y se metieron a la casa.

- hogar dulce hogar ¿qué creen? Decidí aprovechar que no está su madre para consentirlos hoy cenaremos postre—haruka se sintió feliz al ver la cara de felicidad de la niña, sirvió la cena y empezaron a comer cada quien con su silencio.

Haruka los miraba de reojo "son unos grandes niños" pensaba y efectivamente lo eran el chico era un as en los deportes, era atractivo, inteligente , carismático , y ejercía en los demás su voluntad lo quisieran o no y era todo un seductor…lo malo en ello es que nunca tomaba a una chica en serio realmente el solo se concentraba por vivir el momento, el era demasiado frio demasiado analítico nunca se detenía a pensar en los sentimientos de las mujeres era su único defecto, en la vida del chico no había amor y seguramente ella era la única culpable de que su hijo se sintiera asi pero no lo sabía con seguridad.

Su princesa por creía en esos cuentos de hadas en los que había una desdichada doncella que había que rescatar, y un encantador príncipe la rescataba del horrendo dragón u ogro en cuestión y amaba por la eternidad se casaban y todos felices. Otra vez la culpable de todo era haruka que le leía cuentos cada noche Desarrollando una imaginación y un romanticismo delicado en la pequeña que a sus escasos 6 años ya escribía poemas y pintaba cuadros realmente emotivos.

Si sus hijos eran su orgullo de pronto la voz de su hijo

–papa, ¿mama no ha llamado?—

Era cierto su mujer no le había llamado, de repente se preocupo y sin contestarle a su hijo descolgó el teléfono y marco. Seguramente estaba cansada debido a que se fue de viaje a Europa a cumplir con una gira, rara era la vez que los dejaba pero esta ocasión ya se había comprometido y no podía hacer otra cosa, de repente se escucho en la bocina una voz femenina muy dulce y amable

- ¿hola? –

-hola amor, como estas, ¿Cómo va todo por allá? – dijo haruka de alguna manera escuchar la voz de esa mujer la hacía calmarse, toda la tormenta que se formaba en su interior se calmaba si escuchaba su voz

-mi amor, como estas hermosa , estoy bien pero parece que me quedare aquí unos días mas por que la gira esta siendo un éxito – dijo la voz al otro lado parecía contenta pero haruka frunció el seño

-hermosa, no sé si recuerdas que prometiste llegar para mañana ya que es la graduación de stan…NUESTRO HIJO— lo ultimo lo dijo tratando de calmarse, aun así el silencio que le dedico la mujer con la que hablaba la desespero aun mas

- o dios mío, la graduación de stan me olvide, amor discúlpame es que … -

- oh no te preocupes tu tranquila ocúpate de ti, consiéntete te lo mereces querida—dijo con el tono más comprensivo que pudo encontrar, estaba molesta era cierto. Pero también era cierto que ella no tenía derecho de exigirle nada ya que esa mujer se desvivía por ellos por que estuvieran a gusto y felices, como una familia. Así pasaron platicando

-haruka me tengo que ir, regresare a Japón en unos días, no olvides darle la medicina a candy ya ves que se enfermo de la garganta, te amo y …perdóname—dicho esto colgó inmediatamente sin darle a haruka tiempo de responder volteo a donde se encontraban sus hijos y se dio cuenta que ya no estaban y habían recogido los platos ,la mesa estaba limpia. Se dirigió a su habitación y ahí estaban preparándose para dormir.

-ah vaya con que se iban a dormir sin que les contara un cuento—dijo con fingido enfado, stan solo resoplo si algo le hartaba al chico eran las cursilerías que se inventaba haruka para complacer la imaginación de la pequeña

-candy el amor no existe…deberías comprenderlo de una vez así de paso papa nos deja de contar estas bobadas y le hace un favor al mundo. —dijo stan con enfado pero se arrepintió en cuanto vio la mirada asesina de haruka

-¿papa eso es cierto?—la niña estaba preocupada y a punto de llorar

-claro que no princesa, a ver dime ¿qué quieres que te cuente hoy?—dijo haruka tratando de animar a la pequeña al parecer lo consiguió ya que se le iluminaron los ojos, seguramente querría que le contara esas historias que hablaban acerca de un caballero llamado gaia un sanguinario que se había enamorado de un ángel y por su amor se había condenado a vivir siempre cumpliendo la felicidad de las personas enamoradas pero nunca la de el… esa historia le encantaba a su pequeña y a ella tambien ya que siempre se la contaba su papa cuando era niña y le emocionaba mucho contarla .

- quiero que me cuentes…- empezó la pequeña –… quiero que me cuentes como se conocieron tu y mama—dijo con una sonrisa inocente sin notar que haruka se había atragantado, de pronto stan que estaba de espaldas tratando de dormir se volteo con una sonrisa burlona en el rostro

-si papa, yo también la quiero oír- haruka se hallaba en aprietos su pequeña no debía conocer como es que se habían conocido ella y su madre…bueno no a esa edad

-bueno la verdad…-comenzó haruka

-la verdad querida candy…-comenzó a decir stan mientras se le quedaba viendo a haruka con una sonrisa como de victoria haruka estaba nerviosa ¿acaso su hijo le contaría la verdad? que le contaría ¿sería acaso el origen de candy? ¿o tal vez la existencia de aquella mujer? ¿o mejor aun que él no era papa haruka si no …mama haruka? Que ¡ qué le diría¡

-la verdad es que no tiene nada de romántico—prosiguió stan—se conocieron en un bar se emborracharon, me tuvieron ese día y obligaron a papa a casarse con mama y aquí nos tienes a todos—dijo para alivio de haruka alivio que duro poco al ver como su hija empezó a llorar

-no cielo no llores—y la abrazo con ternura—lo que dice stan no es cierto yo amo a tu madre por sobre todas las cosas, no hay día en que no agradezca el haberla conocido… y tener una niña tan preciosa como tu de verdad que soy afortunado en amar así a alguna persona y si tienes razón te contare la historia de cómo conocí a tu madre pero otro día ¿sale?- dijo esto y la niña sonrió para después dirigirse a su hermano

-¿Cómo que te tuvieron? ¿Cómo tienen a los bebes?—pregunto candy

- eso es cosa de adultos cielo—dijo haruka –bueno mis niños me tengo que ir y dicho esto apago la luz y se fue a su habitación donde no pudo conciliar el sueño, lo único que podía escuchar era el deprimente sonido de la lluvia en la ventana..la pregunta de candy le había traído demasiados recuerdos…la mayoría dolorosos y supuso que también para stan era por eso que había reaccionado de esa manera ella lo conocía más que nadie, seguía escuchando el ruido de la lluvia lo que la hacía concentrarse más en sus pensamientos, era una masoquista

-¿con que como conocí a su madre?—dijo para si misma, una sonrisa se dibujo en su rostro no se arrepentía de cada decisión que había tomado, vio todo lo que lucho por estar ahí mismo acostada en esa cama, esperando a esa mujer tan hermosa, gentil, cálida, esa época era tan lejana ahora. se acerco a la ventana encendió un cigarro y vio la lluvia caer, era un pésimo día pensó ¿Por qué tenia que recordar todo justo ahora que su vida estaba marchando a la perfección? " que es lo que me pasa pareciera que volví a ser esa adolescente tonta de hace 20 años" de pronto sintió un impulso muy fuerte, mucho más que sus fuerzas de encontrarse con todo y finalizarlo de una vez, solo así su alma podría descansar , miro su reloj que marcaban las 11 de la noche se vistió de inmediato, agarro las llaves de su flamante deportivo, y salió.

Se metió al coche y arranco lo más rápido que pudo, como intentando alejarse de todo y de todos, se sentía realmente atacada, herida "creo que remover recuerdos no es recomendable" sonrío para si misma. Cuando estaba cerca del lugar se estaba arrepintiendo, era una estupidez llegar ahí en plena medianoche pero por una razón que desconocía piso el acelerador, la velocidad aumentaba lo mismo que los latidos de su corazón, pero se mantuvo firme cuando entro al edificio y se le quedaron viendo con sorpresa obviamente sabia quien era y porque estaba ahí.

Sin dirigir la vista nadie se adentro entre los pasillos, sabia donde debía de ir, donde estaba esa persona, cuando llego a la habitación agarro la perilla con miedo, se quedo estática no supo cuanto tiempo pero fue el suficiente para que su cuerpo se estremeciera entre la duda. Giro la perilla poco a poco y vio a aquella mujer dormida con aquel rostro angelical. Las emociones abordaron hasta la ultima partícula de su ser, seguía igual que hace dos décadas…no más bien era ella la que la veía de la misma forma. Se sentó en la silla que había a lado de la cama, la lluvia se escuchaba mucho peor ahí en esa habitación quizá era su imaginación volteo a ver a la bella mujer que se encontraba dormida y pareciera no despertar, le agarro la mano con delicadeza

-te he extrañado…- dijo. Esa mujer siempre despertó cosas en ella desde las más apasionadas pasiones, hasta los más torcidos rencores solo ella podía hacer que tuviera esos sentimientos tan fuertes – te he extrañado…Michiru…- dijo mientras dejo que los recuerdos la abordaran