uhm Hullo there...

I'm really really sorry about my tardiness. No me me encontraba demasiado bien ultimamente ni bueno, ni tan bien academicamente como habría querido así que no pude continuar con la historia por demasiado tiempo (me quede estancada con una de las escenas por alrededor de seis meses).

Dije al principio que iba a procurar actualizar lo más pronto que pudiera, así que pido paciencia por favor. Espero que disfruten del capítulo

I do not own Naruto, just the story


Cap. 14: Fotograma

No la había visto en años y aún estaba tan hermosa como en su más tierno recuerdo de la niñez. Expectante a su reacción ella solo pudo dar un paso hacia adelante para poder estimular acercamiento. Pero cual animal que ha logrado la libertad, eso solo logró que retrocediera. Con gestos de negación y con una mirada que causaba que cualquiera que lo viera le perdonara todo, Naruto retrocedió más y tomando la mano de Sasuke por inercia, corrió hacia las puertas del restaurante en una carrera desenfrenada.

– ¡Naruto! – se escuchó mientras pasaba como una exhalación por el lobby y se disponía a bajar las escaleras de emergencia, sin tener en cuenta el ascensor.

– No, no, no – susurraba en su carrera en las escaleras. Una puerta se abrió luego de unos seis tramos y se embaló a ella sin tener siquiera en cuenta de que seguía arrastrando consigo al Uchiha menor.

– ¡Hey dobe para! – Exclamó molesto y algo alterado el moreno librándose finalmente de su agarre y deteniendo al rubio al jalar su brazo por el codo –¿Qué demonios pasa eh? ¿Qué esa no es tu madre?

– ¡Cállate! ¡No sabes nada, no digas nada teme! – le espetó Naruto con la cabeza gacha, los brazos puestos hacia abajo y los puños apretados.

– ¿En serio? Entonces explícame por qué carajos me has arrastrado hasta aquí contigo ¿eh?

– ¡Cállate! – le gritó Naruto, a lo que el moreno solo le arqueó una fina ceja y adelantó un paso a modo de reto, el rubio simplemente avanzó también hacia él – No me recrimines nada que si no lo has notado también Tú hiciste lo mismo.

– ¿Yo? Usuratonkachi, yo no te arrastro, te llevo conmigo – le aclaró son una sonrisa arrogante.

– tsk… Tecnicismos – dijo el blondo y apartó la mirada.

Sasuke, harto de la actitud evasiva de Naruto, tomó de la barbilla al rubio e hizo girar el rostro del menor para que lo mirara directamente a los ojos. Sabía que algo pasaba con el rubio, como para que ni siquiera quisiera ver a su madre.

– Dime qué es lo que realmente pasa, Naruto – Le exigió Sasuke con una voz profunda. Eso descuadró al menor por completo. ¿Desde cuándo su nombre se oía de los labios del Uchiha de forma tan… sexy? La profundidad de los ojos del moreno lo desestabilizó e hizo que los nervios y parte de la ira acumulada que tenía en el cuerpo se desvanecieran, como si jamás habrían existido.

– Yo… hmm – no sabía ni qué decir, las cosas se le estaban saliendo de cauce con el moreno tan cerca a él. ¡Ni siquiera se comprendía a sí mismo! – ¡Te reto!

– ¿Reto? – preguntó viendo poco a poco la resolución en los ojos del menor iba tomando un matiz resuelto y el rubor del rostro se iba disolviendo en una mirada que lo dejaba pasmado.

– Claro que sí teme ¿qué acaso tu cerebro Uchiha no sabe lo que es un reto? –lo picó Naruto con una sonrisa zorruna que al mayor se le antojó aplastar inmediatamente.

– Hmp… muestra lo que tengas dobe.

Um prazer teme.

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Beber, era lo único que lo había traído hacia ese lugar y ahí se iba a quedar… no tenía nada que ver con lo que había ocurrido hacía un par de días atrás, "Nada" se recordó a sí mismo mientras tomaba de un solo trago el vaso de brandy que tenía delante de sí.

Estaba ahí en el bar Chidori, ese en el que trabajaba Naruto para seguir cubriendo su imagen de estudiante. Dado a sus últimos encuentros con el rubio menor se había acostumbrado al lugar y al parecer el personal de ahí también, la mayoría lo miraba como si fuera uno de ellos y que venía a ofrecerle uno que otro trabajo de fotografía al menor para poder seguir pagando el recibo de departamento y algunos de los gastos que le traía a universidad.

– No es bueno para tu imagen que estés bebiendo Deidara – dijo una voz grave y sexy en su oído.

Con un respingo ante la sorpresa volvió el rostro bruscamente para darse de lleno con un par de labios que pertenecían a un moreno de coleta. Ninguno de los dos tenía los ojos cerrados, era un duelo. Entre la sorpresa y el reto, el moreno sujetó al rubio de la nuca para poder profundizar el beso, mordió el labio inferior de este para poder entrar en su cavidad. Con un jadeo la boca del rubio se abrió invitando a que ambas lenguas se juntaran. A primera vista del espectador, lo que tenían en frente sería un fogoso beso entre amantes, mas para los verdaderos conocedores y los mismos protagonistas eso era simplemente el desafío, quien ganaba o quien perdía. Al final solo la falta de aire obligó al rubio a romper con el beso.

– Gané – dijo Itachi con una sonrisa arrogante a lo que el otro solo respondió con una mirada fulminante y se volvió hacia su vaso en la barra – No me digas que te vas a comportar como una chica ofendida.

– Jum, como si ofendido estuviera en mi vocabulario. Interrumpes mi noche Uchiha, así que lárgate.

– ¿En serio? No parecía que estuvieras haciendo algo particularmente interesante antes de que viniera – dijo mientras se sentaba en la silla contigua a el menor.

– Mis intereses no son los tuyos. Comenzando por eso ya sabes que nada tengo que ver contigo – dijo y bebió de un trago lo último que le quedaba de brandy.

– Yo difiero de esa opinión. Hay algo muy interesante que tengo en mente y fácilmente tú cubres mis expectativas Deidara – sugirió mientras mordía el lóbulo de la oreja del otro.

Ante tal acción el rostro del rubio se tornó rojo de la vergüenza y la rabia se alejó del mayor ofuscado.

– ¿sabes? Pareces una puta en celo Uchiha, ¿por qué no vas y consigues a una de esas y dejas de joder?

Con las mismas se le habían pasado las ganas de beber, dejó el dinero que debía en la barra y salió al amparo de la noche refunfuñando por lo bajo. "Pero qué se cree ese Uchiha para venir a por mí después de todo este tiempo" pensaba Deidara. Claro era que no sabía que había dejado tras de sí a un pelinegro totalmente sonriente sentado en la barra.

– Un Tom Collins por favor – pidió al barman, cuando se lo entregaron tomó un trago de la bebida – todo sea por recuperarte y que te des cuenta de que en verdad jamás me dejaste… Deidara.

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Tenía en sus manos, un cigarro y una taza de café para bajar todo el alcohol que había bebido esa noche. Se sonrió un poco al recordar "la apuesta" ¿quién habría sabido que Sasuke Uchiha no soportaba más de dos rondas de cinco shots de tequila? La respuesta: nadi del público presente. Y con eso se había desecho del moreno, al menos por esa noche. Claro, él había salido del bar algo picado. Suerte la suya que pertenecía a Asuma Sarutobi, antiguo profesor en Konoha Gakuen, yb que ahí estaba uno de sus amigos del instituto: Shikamaru Nara; entre los dos habían traído al Uchiha hasta su apartamento…

Suspiró y miró por su pequeño balcón hacia la calle. Los edificios cercanos tenían algunas de sus luces encendidas y las calles se veían solitarias, uno que otro auto aparecía transitando por el asfalto pero no había nadie que realmente se fijara en él.

Se había mudado hacía poco a esa zona, no muy diferente de la que estaba con anterioridad pero sí más grande. Ahora tenía tres habitaciones: una suya, el estudio y una para invitados, además de dos cuartos de baño, una lavandería , la cocina y la sala y comedor. Un departamento familiar se podía decir, más caro y más "discreto" que el anterior – que aún mantenía, solo por si las "moscas"; nunca se sabía cuándo lo podía necesitar –.

En ese momento el "bastardo" estaba en la habitación para invitados y ahí se iba a quedar hasta que supiera cómo contactar con su manager. "en sus bolsillos" pensó y rápidamente dejó la taza en la mesita de centro, apagó el cigarrillo con sus dedos, una mueca de dolor y un encogimiento de hombros después y se dirigió a la habitación correspondiente. Con cuidado de que no hiciera algún ruido se acercó a la cama en la que estaba tendido de manera no muy decente un moreno de piel nívea. Casi sin respirar se dispuso a buscar en los bolsillos de la chaqueta que estaba al pie de la cama.

– Tsk … lo debe tener en el pantalón – masculló. Ese solo pensamiento lo hizo tragar en secó y girar hacia la figura que estaba tendida en la cama.

Sudando frío, empezó a palpar cuidadosamente por encima de la zona trasera del mayor pues esta estaba puesta hacia arriba. No quería despertarlo así que lo hizo con cuidado y sin tocar más de lo necesario, no necesitaba que su cuerpo lo traicionara, al menos no ahora; "Mierda, el maldito móvil debe estar por la parte de adelante". Despacio, sin respirar y con una ligera capa de sudo cubriendo su frente comenzó a tirar de la tela del pantalón para girar al moreno un poco mientras su otra mano comenzaba a deslizarse superficialmente sobre la tela de la prenda por la zona de los bolsillos. No estaba en el primero, así que por fuerza había de estar en el otro. Con mucho más cautela que antes, introdujo la mano inquisidora en el bolsillo restante para alcanzar su objetivo. De pronto un movimiento del brazo del mayor detuvo su avance en seco. Un suspiro hizo que volviera a respirar, el maldito cabrón solo había dejado escapar un poco de su alcoholizado aliento. Rápidamente metió la mano en el bolsillo restante y sacó el móvil de este.

Ya con su trofeo se marchó de la habitación hacia la sala de estar para realizar la llamada que tenía pendiente. Buscó en el directorio para ver si alguno de los pocos contactos que tenía el moreno servía; después de bajar la vista encontró el número de baka Aniki.

Otouto baka – le contestó una voz grave, que reconoció como la de Itachi – ¿Dónde estás? NO volviste luego de huir de la firma de autógrafos – concluyó con una risilla.

"Así que huyó de un evento" pensó con cierta altanería al imaginar al Uchiha menor escabullirse de la vigilancia de su hermano.

– Uchiha-san – respondió.

¿Quién habla? ¿por qué tiene el móvil de mi hermano? – el tono de voz del mayor había perdido toda calidez que reflejaba en el saludo anterior.

– Calma Uchiha-san – dijo, sabía que no debía decirle Itachi pues como Naruto solo sabía que era su hermano – el teme se quedó dormido en el bar, ahora se ha quedado en el apartamento de un amigo. ¿Sería …

– Estoy bien Itachi – dijo Sasuke, le había quitado el teléfono de la mano al blondo de manera imprevista y eso había dejado al menor estático en su lugar – Llamaré por la mañana.

– ¡Teme!

De pronto se vio acorralado contra la pared, un gemido le advirtió de que su cuerpo había tomado nota del dolor y el calor corporal que sentía cerca le avisó de que Sasuke lo tenía atrapado. Las respiraciones de ambos chocaban y los ojos medio acuosos del Uchiha le advirtieron de que a pesar de tener aún el alcohol y el sueño encima, la lujuria de su mirada era palpable.

– Dobe – dijo con una voz gutural – no es justo que solo un usuratonkachi como tú tenga toda la diversión – terminó con una sonrisa ladina que enfatizó más su mirada y mandó un escalofrío por la columna del rubio.

– ¡¿D-De qué demonios hablas teme?!

– Oh – sonrió más, de manera macabra y presionando más su cuerpo contra el del rubio – pues dudo mucho que no hayas disfrutado toquetearme mientras buscabas mi móvil.

– ¡Claro que no! ¡Es más, ni siquiera te toqué! – bramó sonrojado el menor.

– ¿En serio? – dijo con un aire de suficiencia y burla acercando aún más su rostro al del rubio – pues tu cuerpo – presionó su cadera contra la pierna del rubio – no muestra ninguna señal de rechazo – finalizó con un intencionado susurro en su oreja.

Y era cierto. Maldijo a su cuerpo por no responder como su conciencia en ese momento dictaba a gritos, pues lo único que el muy traidor hacía era recibir el toque de la mano del moreno y estremecerse ante este. Un jadeo traicionó su resistencia verbal cuando la mano del mayor traspasó las barreras de sus prendas al colarse hacia su abdomen por debajo de la camisa y la lengua del Uchiha lamió el lóbulo de su oreja. Sus manos temblorosas, no sabían qué hacer. "¡Esto es Violación-ttebayo!" gritaba su yo interno. Pero ¿su cuerpo seguía la voz de la razón? No. El muy embustero se había rendido a las caricias del mayor. ¿cómo era posible que él, un chico de prácticamente la misma altura que el Uchiha, no pudiera hacer que el cabrón ese se apartara? ¡Tenía la misma contextura delgada pero trabajada que el tipo ese! Sin embargo, estaba perdido, solo podía llegar a disfrutar de su toque como si las sensaciones de su mano contra su piel formaran pequeñas descargas eléctricas que lo estimulaban aún más a dejar de lado su cordura y entregarse al fogoso beso que compartían.

Se había perdido en su aroma: canela y son. Dios, si ese rubio olía tan bien como para nublar su olfato su sabor debía de ser mucho mejor. Estaba a punto de comprobarlo cuando un tirón del cuello de su camisa lo alejó del objeto de su deseo. Gruñó en respuesta para voltear y sacarle las tripas al infeliz que osó interrumpirlo cuando se encontró con un par de ojos perezosos que lo observaban con seriedad. De su misma estatura y una coleta alta, esa persona que tenía en frente ahora bostezó.

– ¡Shika!¿qué haces aún aquí? – la escandalosa voz del rubio, que tenía el tinte de alivio marcado, lo sacó de su ensimismamiento.

– Tsk, problemático – dijo el hombre colocándose a una senda distancia del otro par de chicos – me eché una siesta en tu sofá hasta que ustedes dos decidieron darse de morros.

– ¡No estábamos haciendo eso! ¡El teme de aquí es un violador-ttebayo! – gritó enfurecido y avergonzado un Naruto que hacía todo el esfuerzo posible por acomodar mejor sus ropas sin que se le viera tal urgencia, claramente fallando en el intento.

– Es exactamente por eso que intervine – dijo Shikamaru, tornando su semblante relajado en uno serio – Uchiha Sasuke, como parte del Consorcio Namilkaze: Rasengan Productions puedo pedir una orden de alejamiento para Naruto. Sin embargo, no lo haré – paseándose por la estancia se detuvo frente a las puertas que daban a la pequeña terraza del apartamento – debido a la relación que podrían llevar y que si se opusiera causaría demasiado papeleo que no quiero llegar a rellenar. Pero si te advierto algo Uchiha, Akatsuki no es el único en el negocio con conexiones suficientes como para sacar a uno de sus minions del plano publicitario por un determinado plazo, por no decir de manera accidental. ¿Me expresé bien?

– ¿Es eso una amenaza? – dijo Sasuke – Además no puedes hacer nada a menos a que seas su representante, dado a que ahora es "Uzumaki" Naruto.

Una sonrisa ladina surcó el rostro del genio Nara.

– Efectivamente Uchiha, y como representante de Uzumaki Naruto tengo el poder suficiente como para hacerlo.

– ¡¿P-Pero qué?! ¿Shikamaru, desde cuándo es esto-ttebayo?

– Ara, ara. Problemático, ¿no te dijo Tsunade-sama?

– Tsunade obachan no dijo nada – dijo el rubio con un puchero.

Mendokuse. He sido tu representante como Namikaze Naruto y Uzumaki Naruto dese que dejaste la casa de tus padres.

– ¡¿Qué?! – exclamó.

– Volviendo al tema – dijo el moreno de coleta, ignorando olímpicamente el reciente grito de Naruto – Si vuelves a las andadas Uchiha, me veré forzado a pedir esa orden u alguna otra medida adicional – se detuvo al escuchar pasos por el pasillo – ya están aquí a por ti – dijo dando un bostezo y se volvió al rubio que aún estaba estupefacto por la noticia, con un toque en el hombro dijo – los dejaré solos para que se despidan.

Se retiró el chico y de pronto Naruto volvió a la realidad. ¿Cómo era posible que uno de sus mejores amigos le haya guardado siempre que estaba vigilándolo? El menor estaba tan ensimismado aún en ese pensamiento que no se dio cuenta de la proximidad del moreno hasta que su aliento le rozó la cara. Alzó la cabeza para ver a su disturbador, el olor a licor mezclado con el olor a menta que siempre despedía el moreno le hizo marearse e hizo que Sasuke sonriera antes de apresar en un mordisco los labios del blondo y entregarle un beso brusco, y lleno de lujuria.

– Hasta luego dobe – susurró contra los labios del rubio en cuanto se separó.

Y sin más salió hacia la puerta para encontrarse con Suigetsu, que lo esperaba para llevarlo a casa.

– Vaya – dijo con una sonrisa traviesa – ¿esta es la casa del novio? – preguntó. Una mirada fulminante borró la sonrisa socarrona del rostro del peliblanco – bien, no te enojes – dijo poniéndose en camino a lado del otro chico.

Con el sonido de la puerta cerrarse, lo único que pudo hacer Naruto fue caer pesadamente en el sofá y seguir intentando digerir todo lo que había dicho el genio de los Nara. ¿Por qué nunca le dijo que su familia aún le vigilaba? ¿Qué no tenían la suficiente confianza? Sin más se dejó caer por completo y se acurrucó en el mueble para quedarse dormido. Al otro lado de la habitación, Shikamaru lo contemplaba mientras le daba una calada a su cigarro.

– Qué problemático eres Naruto – murmuró antes de cubrir al rubio que dormía plácidamente en el sofá con un cobertor naranja.


– eres un jodido borracho dobe – le dijo el moreno con una sonrisa ladina en el rostro.

– Lo dices porque no sabes perder.

– hmph ya quisieras dobe.

un pequeño adelanto (de verdad que tengo los avances) procuraré actualizar en estas semanas

estoy preparada para sus críticas... bueno ojalá no sean agresivas u.u

con cariño

Brye