aquí está el nvo. prefacio...notarán algunos cambios pero es para entender mejor la trama...disfruten!


Era medianoche, pero el cielo parecía prendido en llamas. El fuego se alzaba hasta el cielo, empujando hacia arriba unas enormes columnas de humo que ahogaban todo a su paso, incluida la luna. El terreno se había convertido en un cenagal donde las cenizas quemadas se mezclaban con el agua de las lluvias que habían precedido al fuego. El rey intentaba evitar la humareda, le dolía tanto la garganta que le dolía respirar. Tenía el bajo de la falda empapado de barro de modo que tropezaba a cada paso.

Era el fin del mundo. De su mundo.

Solo se oían gritos, gritos mezclados con el implacable rugido de las llamas, además de los soldados profiriendo órdenes cargadas de muerte.

-¡Quemad aquellas casas! Que los rebeldes sientan el peso de la derrota, –gritaba el general de la tropa- ¡quemadlo todo!

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-Resista mi señora- le suplicaba la partera- puje una vez más.

-no puedo hacerlo –gritaba entre llantos- ¡no puedo!

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Los soldados de la tropa enemiga habían alcanzado ya la muralla del castillo, preparados para venirla abajo y así acabar con el reino de la Luna.

Edward Cullen, el rey del reino del Amanecer había formado un ejército y atacado los reinos vecinos de la Luna y el Crepúsculo.

Los soldados de su ejército eran jóvenes experimentados y fuertes, entrenados para no tener ni un solo ápice de misericordia.

Entraron al interior del castillo maravillándose del esplendor y la magnificencia de este, pero sin hacer a un lado su objetivo…la familia real.

-¡Rey Edward!- gritaba el rey del reino de la luna –¡Rey Edward¡

-Rey Charles –le contestó el aludido sin un ápice de miedo asomándose por sus ojos esmeraldas –ya ha visto su vida pasar por delante de usted, por que creedme cuando le digo que no durará ni 5 minutos más con vida.

El rey Charles desmontó su caballo completamente furioso, con el único pensamiento de acabar con este vil intruso, que había llegado desatando la muerte y destrucción en su reino.

Y así comenzó la batalla, los movimientos de Edward eran rápidos y precisos, aunque el rey poseía más años de experiencias en lo que combates se trataran.

Luego de minutos la batalla se había vuelto intensa y agresiva, cualquier movimiento en falso sería mortal para cualquiera de los dos oponentes.

Los soldados del rey Edward se habían quedado al margen del combate, por ordenes del mismo, pero alertas y expectantes ante cualquier nueva orden de su rey.

A pesar de la gran experiencia que poseía el rey Charles, los años pesaban como grandes toneladas sobre, sus reflejos disminuían y se debilitaban a cada minuto que pasaba.

Edward aprovechó su ventaja logrando traspasar los escudos del rey, clavando su espada en su talón y dejándolo inmóvil.

-Ya no más- decía Edward mientras se preparaba para clavar su espada en su pecho –ustedes nunca volverán a dañarnos.

Y dicho esto clavó su espada en el pecho del rey acabando con el al instante.

-Lustitia et libertarum –esta fueron las últimas palabras del rey Charles pronunciadas en un apenas audible susurro.

-Resiste madre- le indicaba su hijo mayor- solo una vez más.

-No puedo Jasper- le decía su madre- Estoy cansada, no puedo.

-Puje solo una vez más mi señora, ya podemos ver la cabeza-le indicaba la partera a la reina, que se encontraba acostada en su cama a pocos minutos de dar a luz a su segundo hijo.

-¿Dónde está tu padre?- preguntaba desesperada la madre a su hijo- ¡Charles! ¡Charlie!

Pero sus llantos no eran escuchados…

-Me temo mi querida reina que el rey no podrá venir –una voz proveniente del pasillo se acercaba rápidamente a la habitación de su majestad- me temo que está muy ocupado pagando algunas cuentas en le infierno.

-¿Quién eres tu? ¿Qué haz hecho con mi padre? –preguntaba Jasper quien en estos momentos tenía como única prioridad defender a su débil madre.

-Tu debes ser el príncipe Jasper, más bien el rey Jasper –aclaró el.

La batalla estaba inminente en el aire, pero unos débiles llantos invadieron la tensa atmósfera.

-Es una niña mi señora-le comunicó la partera a la reina – es hermosa y fuerte.

La reina se encontraba ajena a la situación que la rodeaba. Los párpados le pesaban cada vez más y un gran cansancio inundaba su cuerpo, sin más, quedo inconsciente, agotada por el trabajo que acababa de realizar.

-Isabella -susurró pesadamente, antes de caer en la inconciencia -Jasper, cuida de ella.

Edward miraba la escena con cierto aire de nostalgia, desconociendo al hombre que en estos momentos se encontraba aquí, ocupando su cuerpo, había perdido lo poco que le quedaba de compasión, en el preciso instante en que en el cuerpo de su esposa había salido el último suspiro de vida, en su cuerpo también.

Debía acabar desde la raíz con todo el problema, debía acabar de una vez y para siempre con el reina de la Luna.

Se acercó a la cama, donde reposando la reina Reneé y se acercó a la pequeña bebé que yacía al lado de su madre, inconciente del peligro en el que se encontraba.

Envainó su espada, dispuesto a acabar con la familia real, pero al llegar a esa pequeña bebe, que ahora lloraba buscando refugio y el seno de su madre, pausó su marcha.

No cometería lo mismo que sus enemigos, no robaría, por que otros robaran, no matarían por que otros mataran, eso lo convertiría en algo peor de lo que detenía

-los dejaré vivir- dijo dirigiéndose a Jasper que en estos momentos no podía articular palabra debido al shock que representaba la idea de la muerte -a ti y a tu familia…pero…regresaré por ella.


ya sabemos que dirán...que estamos locas empezando otra historia con muchas más pendientes...no dejaremos ningunas de nuestras historias...creannos que tenemos todas pendientes x igual pero en parte no depende de nosotras...tambien depende de la inspiración...y esta historia rondeaba mi cabeza desde hace muxo!

esperamos les guste...nos encantaría que nos dejaran algún rr, contandonos sus ideas y opiniones! xao!

el capitulo 1 pensamos publicarlo mañana...así no tendrán que esperar demasiado!

xao! saludos a todas!