"Muse no es mi musa… pero sí mi fuente de inspiración. Cuando entiendas la diferencia comprenderás mi locura"

Korina Herrera Zuno

Todos los personajes son de Masashi Kishimoto-sama

Especialmente dedicado a todos los que siguieron esta historia n.n

Sobre todo, especialmente dedicado a Yuki-2310

Linda, no olvides que este fic empezó como regalo para tu cumpleaños y que ahora terminado es completamente tuyo n.n

También para Juliet' Cassis, de quien recibí todo su apoyo en este proyecto.

¡Feliz Cumpleaños otra vez!

Y finalmente, pero no menos importante, para Kana_chan, quién a su manera sabía decirme que era hora de otra actualización.

Epílogo

Advertencias:

OcC.

AU.

Yaoi (SasuNaru).

Algunas groserías.

La siempre presente falta de ortografía.

El lector podría morir de aburrimiento.


Una pelota roja entró en su campo de visión y rodó hasta llegar a sus pies, donde se detuvo.

Justo cuando se estaba inclinando para recogerla, un niño llegó hasta ella y la vio con ojos preocupados, evidentemente esperando que le regresara su juguete.

- ¿Es tuyo? –preguntó la mujer con voz amable, extendiendo la mano que sostenía la pelota.

El niño asintió lentamente, pero no se atrevió a abrir la boca. A la doctora le pareció ese gesto por lo demás tierno y dulce. Se dedicó a observarlo con más cuidado ya que tenía el tiempo. Ella no era madre, pero ese sentimiento de añoranza al escuchar las risas infantiles se hacía más fuerte con los años.

El niño parecía no pasar de los cinco años y sus ojos eran de un azul impresionante. El pelo negro le caía en dos mechones oscuros a los lados de la cara, pero extrañamente en la parte de atrás se mantenían erguidos de manera natural. Su piel era blanca, en un tono muy claro. El morenito vestía unos pantalones de mezclilla y una camiseta blanca de algodón, sobre la que le colocaron una chaqueta roja.

Ese niño… ese niño se parecía mucho a…

- ¡Kanade (1)! –gritó alguien desde el fondo del parque y Sakura creyó desmayarse cuando reconoció esa voz. Supo que no se había equivocado cuando un rubio de ojos azules llegó corriendo hasta donde ellos se encontraban.

- Kanade –repitió Naruto, al tiempo que se arrodillaba junto al niño-. Te he dicho mil veces que no te alejes tanto de mí, dattebayo.

- Lo siento, dattebayo –contestó el niño, agachando apenado su cabecita.

- No importa –dijo el Uzumaki mientras le rodeaba la cintura con sus brazos y lo cargaba sobre su cadera-. ¡Vámonos antes de que se desespere el teme de tu padre y venga a buscarnos!

- ¡Hai, Haha (2)! –gritó Kanade, rodeando con sus brazos el cuello del rubio.

- ¡No me llames así, dattebayo! –lo regaño el Uzumaki molesto por las carcajadas que empezaban a surgir a su alrededor.

- Pero Teme-otosan me da 5 yenes cada vez que te dijo así –contestó el niño con una enorme sonrisa, demasiado acostumbrado a esa reacción por parte del rubio como para asustarse.

- Pues yo te daré 10 yenes si le dices Haha a él, dattebayo –intentó sobornarlo el mayor, con una sonrisa igual a la suya.

- Naruto… -escuchó entonces una voz a sus espaldas, llamándolo, y el Uzumaki giró su cabeza para encontrarse con los ojos verdes de su antigua compañera de preparatoria.

Naruto abrió ligeramente la boca al reconocer a Sakura, a pesar de los años que habían pasado. La mujer que tenía delante seguía siendo tan atractiva como lo había sido en su juventud, y debía reconocer que la formal vestimenta bajo esa impecable bata de médico le sentaba bien. La pelirosada extendió su mano, y el hombre no tardó en recibir el juguete de su hijo.

- ¡Usuratonkachi! –se escuchó un grito más adelante, provocando que tanto Naruto como Sakura se giraran hacia el sitio de donde provenía.

El Uzumaki volteó a ver a la Haruno de nueva cuenta y le sonrió, antes de regresar su vista a Sasuke y comenzar a caminar hacia él.

- ¡Teme-otosan! –gritó Kanade, extendiendo sus brazos hacia el otro moreno que no tardó en recibirlo entre los suyos.

- ¡Oye! ¡Teníamos un trato, dattebayo! –le reclamó Naruto a su hijo con una sonrisa, mientras abrazaba a Sasuke por la cintura.

- ¿Así que el dobe ya te pidió que dejaras de llamarlo Haha? –preguntó el Uchiha con una sonrisa ladeada, mientras liberaba uno de sus brazos para rodear con él los hombros de Naruto y cargaba a Kanade solo con una mano.

- ¡Hai! –contestó el niño entusiasmado-. ¡Dijiste que cuando me lo pidiera y dijera que no…! ¡Ibas a darme 20 yenes dattebayo!

- Eres un… -empezó a quejarse el rubio, con una vena apareciendo en su frente.

- No digas malas palabras delante del niño –lo cortó Sasuke, antes de besarlo en los labios. Beso que aceptó Naruto de buena gana.

La primera vez que el Uzumaki, ahora Uchiha, le propuso la idea de buscar un vientre de alquiler, durante su tercer aniversario de casados, pensó que el rubio finalmente se había vuelto loco. No le sorprendió que Itachi y Anko apoyaran a Naruto, incluso Mikoto estaba de acuerdo. ¡Hasta tenían ya un contrato hecho, para evitar problemas posteriores con la madre biológica! Solo faltaba su firma… Maldito hermano mayor.

Supo al ver esa mirada azul que no iba a poder negarse, con la misma seguridad con la que Naruto se negó a ser el padre biológico. Su esposo tenía el infantil miedo de heredar su enfermedad al bebé, pero en unos meses más el moreno estaba seguro que iba a terminar cediendo. Pronto le darían a Kanade una hermanita o hermanito.

Una de las cosas que Sasuke agradeció mucho es que la actitud de su padre mejoró de manera increíble después del nacimiento de su hijo. Resultaba que Mikoto, sabia cómo ninguna, tenía toda la razón y Fugaku solo estaba molesto por no tener nietos por parte de su hijo menor. Quien hubiera esperado semejante romanticismo por parte del viejo cascarrabias…

- ¿Paso algo interesante mientras no estuve? –preguntó el Uchiha cuando se separaron.

Los pensamientos del rubio viajaron hasta la mujer que se encontraba a solo unos metros de ellos. Hacían años que no sabían nada de Haruno Sakura… Le quitó importancia con una simple negación de cabeza. Sin que pudiera evitarlo, el hombre recordó las palabras que fueron susurradas a su oído hacía muchos años, una lejana noche en un sitio oculto de la vieja Sinfónica de Konoha.

"¿Tocaste el cielo, Naruto? Porque yo si…" le había dicho Sasuke, chocando su aliento contra el lóbulo de su sensible oreja, sin dejar de lado ese tono algo despectivo que lo caracterizaba.

- Nada –respondió Naruto con una sonrisa, mientras se inclinaba hacia Sasuke para capturar sus labios de nuevo, dejando ir esos bellos recuerdos por unos segundos-. Nada en absoluto, dattebayo.

Fin


(1) Kanade significa "Interpretar", hablando de música.

(2) Mamá en japonés. No es igual a "Okasan" que es "Madre", más formal para mi gusto.

Que cursi final ¬¬

Para los que se quedaron con la duda, Naruto y Sasuke pidieron ayuda a una madre sustituta. Kanade es hijo biológico de Sasuke, pero su madre biológica tenía los ojos azules como los de Naruto, o muy semejantes. No supieron nada de ella después del parto, justo como el contrato que hizo con Itachi marcaba. A partir de ahí la relación con Fugaku mejoro, porque como dijo la sabia Mikoto, su único problema eran los nietos :P

Muchas gracias a las personas que capitulo a capitulo me dejaron sus reviews n/n

Muchas gracias tambien a las personas que agregaron este fic como favorito, o a mi como autor favorito n/n, o se conformaron con una alerta de fic o de autor n/n

Nunca pense que estaria tan orgullosa de algo como cuando publique Oportunidades, pero despues termine Me trajo de vuelta, y ahora con Escuchame con los ojos la sensacion es simplemente... indescriptible. Gracias Dios por darme la vida necesaria para poder hacerlo.

Zaludos

Zaphy

Sela Yal than Rami usa te, finta Zaphyrla... Temo si la ura le