¡Hola a todos! Uf, como pasa el tiempo ¿No es así?, en verdad quería subir un epilogo lo más pronto posible pero por uno u otro motivo no podía hacerlo, sin embargo aquí esta, contra viento y marea, cruzando cielo, mar y tierra, los dejo con este pequeño epilogo.
La familia de un conde…
Los días de cumpleaños no eran una fecha importante para él pues era un ser de la oscuridad, un no-muerto, sin embargo ahora era diferente, no por que él hubiese cambiado, claro que no, era por otra razón, por tres razones para ser mas especifica, la primera, su flamante esposa vampiresa Seras Victoria que en aquellas fechas se comportaba como niña, la segunda que inevitablemente era acompañada por un tercero eran sus hijos, Alice y Vlad, aquellos mellizos que había llegado al mundo cinco años atrás y que habían puesto de cabeza su "pacífico" mundo, ellos, junto a Victoria armaban una revolución en estas fechas, tanto así que hasta integra había accedido a "celebrar" esas fechas cada año. Hasta ahí todo parecía "soportable" para él, sin embargo había una cosa, o mejor dicho, una persona que arruinaba aquellas celebraciones, al menos para él su presencia era innecesaria, era el cumpleaños de sus hijos, ¿Qué tenía que hacer ese sujeto allí?, realmente detestaba que con la excusa de la fiesta Dorian apareciese por la mansión y claro, no perdía oportunidad para molestarlo, eso sumado a su temperamento posesivo para con su familia le había costado varias reparaciones a Integra pues siempre terminaban en medio de alguna pelea, por lo que cada vez que Dorian los visitaba, Integra evitaba que pasaran tiempo juntos, cosa que no le funcionaba mucho por que siempre terminaban cruzándose, especialmente cuando sus hijos veían al "Tío Dorian" y no querían separarse de él, una razón más para odiar esas fechas…
-¿Enojado Alucard? –Cuestiono Dorian sentándose al lado del vampiro- ¿Sera que temes que te quite a Victoria?
-¿Temerte? –Pregunto divertido el vampiro- ¿A ti? No me hagas reír…
-¿Por qué no? –Cuestiono el visitante con clara intención de molestarlo, debía admitirlo, le divertía hacerlo enfadar- Después de todo estuve a punto de llevármela una vez, ¿Por qué no hacerlo de nuevo?
-No tientes tu suerte Dorian –amenazo el Alucard con una pequeña vena palpitante en la frente- no me provoques…
-La paternidad te hizo tolerante ¡Qué bien! –Exclamo mientras esquivaba un golpe del vampiro-
-Quieren comportarse –Regaño Victoria apareciendo con Alice y Vlad que inmediatamente saltaron sobre el "Tío Dorian"-
-¡Tío Dorian! –Exclamo la pequeña Alice abrazando por el cuello al vampiro visitante- ¡Te extrañe mucho!
-¿A dónde fuiste esta vez? –Cuestiono emocionado Vlad- ¿A Rusia? ¿A Grecia? ¿A China?
-Tranquilos –respondió mientras se sentaba en el mueble frente a Alucard con Vlad a su derecha, Alice sentada en sus piernas y con Victoria a su izquierda pues a ella también le emocionaba escuchar sobre lo viajes del vampiro- A ver, por donde empiezo…
-¡Cuando se grande me casare con tío Dorian! –exclamo de repente la pequeña Alice haciendo que a su padre casi le diera una ataque ¿su hija casada con ese? ¡Claro que no!- así viajare por todo el mundo con el
-Así que esta señorita quiere casarse con migo… -respondió el vampiro ganándose una mirada de Alucard de esas que dicen "Aceptas y te mueres"- Hagamos una cosa, si cuando creces aun quieres casarte conmigo lo haremos ¿Te parece?
-¡De acuerdo! –Contesto la pequeña Alice colgándose del cuello del vampiro- ¡Alice se casara con tío Dorian!
-¡No es cierto! –contradijo Vlad interviniendo en la conversación haciendo que su padre se sintiera orgulloso de su descendencia, aunque su alegría no duro mucho- ¡Los viajes son cosas de hombres! ¡Yo viajare con Tío Dorian!, ¡Las mujeres deben quedarse en casa!
-¿Quien te dijo algo como eso? –Cuestiono la Victoria mientras regañaba a su hijo- eso es machismo, las mujeres perfectamente pueden hacer lo mismo que los hombres, no vuelvas a decir cosas como esas Vlad
-Si mamá –respondió el pequeño bajando la mirada-
-No regañes al niño Victoria –pidió Dorian mientras revolvía los cabellos del pequeño como si fuera su padre- seguro lo escucho en la calle pero no volverá a decirlo ¿Verdad? –Le pregunto al pequeño recibiendo un asentimiento como respuesta- ¿Lo ves? No hay por qué ser tan severa…
-Lo consientes mucho –regaño Victoria con fingida molestia- pero por esta vez lo dejare pasar…
Las conversaciones seguían entre ellos, con Dorian contando sobre sus viajes alrededor del mundo y los niños, además de Victoria, emocionados por sus aventuras, Alucard escuchaba en silencio mientras observaba como su familia sonreía con Dorian, parecían encajar perfectamente como si de una familia normal se tratase, salvo por los colmillos claro está, Dorian fácilmente podría ser mejor padre de lo que él era pues entendía perfectamente lo que su hija quería y sabia como hablar con su hijo, las palabras correctas que decirles, los consejos adecuados que darles, en cambio el… genial, ahí iba su inseguridad de nuevo, había peleado contra monstruos durante toda su no-vida además de haber derrotado a uno de los vampiros más poderosos años atrás y aun así se sentía inseguro. Nunca había tenido una familia, no que el recordara, pero ahora que había experimentado los sentimientos que conllevaban el tener una, temía perderla, si, tenía miedo, miedo de perder lo que había conseguido hasta ahora… Decidió irse pues necesitaba tomar aire, le estaba dando demasiadas vueltas al asunto, después de todo Victoria lo había escogido a él sobre Dorian, esa era la verdad y con eso le bastaba, no tenia que pensar más en ello…
-¿Alucard? –Cuestiono Victoria al verlo salir- ¿Qué le pasa?
- Creo que se sintió un poco… fuera de lugar…–dijo Dorian que noto el estado del vampiro- Deberías ir con el
-¿Tú crees? –Cuestiono la vampiresa con cierto desconcierto al escuchar las palabras de Dorian ¿Alucard incomodo? Eso era difícil de creer…- No entiendo por que
-Alucard no sabía lo que era tener una familia hasta que los tuvo a ustedes -Dijo Dorian mientras acariciaba la cabeza de la pequeña que tenía en su regazo- Es natural que ahora tema perderlos
-¿Papá esta triste? –Cuestiono la pequeña Alice después de escuchar las palabras del "Tío Dorian"-
-No es eso pequeña –Respondió el vampiro visitante mientras desordenaba los cabellos de la niña- es solo que… está confundido, ahora tu madre ira a hablar con él y lo traerá de vuelta –Agrego sonriéndole a la pequeña para luego dirigirse a Victoria- ¿No es así Victoria?
-Por supuesto –respondió Victoria sonriéndole a su pequeño hijos para luego encaminarse hacia la salida- quédense con Dorian niños, no le causen problemas
-¡Si mamá! –Respondieron al unisono mientras se colgaban del tío Dorian-
Victoria sonrió ligeramente al ver como sus hijos saltaban sobre Dorian derribándolo en el suelo antes de salir de la habitación, aun no creía que todo aquello fuese real, a pesar de que ya los años habían pasado y sus hijos habían crecido no podía evitar el temor que sentía de, una mañana cualquiera despertar sola en su habitación, sin Alucard, sin Vlad, sin Alice, para descubrir que todo aquello no había sido más que un hermoso sueño, era por eso que cada noche despertaba agitada, constatando luego que a su lado Alucard descansaba plácidamente mientras la abrazaba posesivamente de la cintura. En momentos como esos solía sonreír para después, jugar con los negros cabellos de su eterno compañero, a pesar de que mantenía los ojos cerrados el estaba despierto y ella lo sabía pues siempre despertaba antes que ella, depositaba luego un casto beso en los labios de su "esposo", el mismo que él se encargaba de intensificar queriendo llegar siempre más allá, cosa que a ella no le molestaba aunque eso era algo que a sus pequeños vampiros poco o nada le importaba pues siempre aparecían de improviso, irrumpiendo sonoramente en la habitación y saltando sobre su padre. A ella le causaba gracia la molestia que mostraba el rostro de Alucard por ser interrumpido, parecía querer asesinar a los pequeños, pero luego sus facciones se relajaban y terminaba sentando sobre su regazo a la pequeña Alice mientras esta se acurrucaba en el pecho de su padre, Victoria permanecía tranquila mientras desordenaba los cabellos de Vlad para luego dejar a "papá Alucard" con los pequeños mientras iba por la "cena" pues desde hacía un tiempo atrás, ella se encargaba de aquello.
Después de "cenar" con los pequeños, ambos vampiros salían a "Sacar la basura" por ordenes de su ama, dejando a sus hijos a cargo de Walter, al que ya los años le pasaban factura pues no duraba más de dos horas jugando con los pequeños, por lo que era Integra, quien aun que se negara a aceptarlo se había encariñado con ellos, quien se encargaba de cuidarlos hasta el regreso de su progenitores, los mismos que se tardaban más de lo debido pues Alucard siempre quería terminar lo que empezaban en la habitación antes de la llegada de sus pequeños vampiros. Para cuando llegaban a la mansión Hellsing, se podía apreciar a un Walter tirado boca abajo sobre el suelo con una Alice sobre su espalda diciendo "Arre caballo" y a una Integra enseñándole esgrima al pequeño Vlad, definitivamente esa mujer no perdía el tiempo…
Para cuando se dio cuenta, Victoria había llegado al jardín de la mansión, sonrió ante su descuido ¿Tanto se había distraído con sus recuerdos?, recorrió el lugar con la vista buscando a Alucard, encontrándolo luego recostado en el césped del jardín con la mirada clavada en el cielo nocturno en el que, apenas ahora notaba la vampiresa, se alzaba imponente la luna llena tal y como en la noche en que ella se convirtió en una criatura de la oscuridad.
-¿Piensas quedarte de pie toda la noche? –Cuestiono Alucard sin apartar la vista del cielo- Chica policía…
-Hace mucho que no me llamabas así Maestro –Respondió la vampiresa siguiéndole el juego mientras se sentaba a su lado-
-Me siento nostálgico–Dijo el vampiro mayor esbozando una sonrisa ladeada- Es una hermosa noche… ¿No crees?
-¿Por qué saliste así de la casa? –Cuestiono la vampiresa dirigiendo la vista hacia Alucard- Preocupaste a los niños, Alice cree que estas triste
-¿Solo a los niños? –Replico Alucard mientras aparecía inesperadamente sobre Victoria y la acorralaba contra el suelo inmovilizando sus manos sobre su cabeza-
-También a mi –Dijo la vampiresa esbozando una ligera sonrisa- ¿Por qué te fuiste así?
-Me molesta estar en el mismo lugar que el –Respondió el vampiro mayor refiriéndose a Dorian- No lo soporto, cada vez que llega Alice y Vlad no se le despegan
-¿Estas celoso? –Cuestiono divertida la vampiresa-
-No lo estoy –Contesto el aludido desviando ligeramente al mirada, era extraño, pero estando con Victoria solía comportarse como un humano común-
-Alucard… -llamo Victoria mientras se liberaba de la "prisión" del vampiro- Dorian solo viene una par de veces al año a la mansión, es natural que los niños quieran estar con él, hasta se olvidan de mi cuando él viene… –Agrego mientras le sonreía nuevamente y acariciaba el rostro de su vampiro- aun así, eso no cambia el hecho de que sean tus hijos, eres su padre y ellos te admiran, Vlad siempre dice que algún día será tan fuerte como tú y Alice te tiene como su superhéroe, ellos no te cambiarían por nada ni nadie, ellos te aman y yo también…
-Creo que necesitaba oír eso –Replico el vampiro mientras giraba en el césped llevándose a Victoria consigo, quedando luego ella sobre él recostada sobre su pecho- en verdad lo necesitaba…
-Me alegra haberte ayudado Maestro –Dijo la vampiresa siguiendo con el juego que habían empezado hace poco- si necesitas algo mas, solo dilo…
-Se me ocurren muchas cosas chica policía –Susurro el vampiro atrayendo a la vampira hacia él para luego besarla como solo él sabía- y todas MUY divertidas y con mucho, mucho movimiento…
Victoria sonrió ante las insinuaciones de su "maestro", en verdad a veces podía comportarse como un niño y otras, como en es momento, ser todo un pervertido, aunque ese último era el más continuo…
-He… lamento interrumpir –Dijo Dorian sentado en la rama de un árbol cercano- pero ya casi es media noche y los niños quieren partir el pastel
-¡Do-Dorian! –Exclamo Victoria empujando a su "esposo" abrochándose luego la blusa de la que no supo en qué momento fue abierta por Alucard-
-Que oportuno… -susurro Alucard maldiciendo por lo bajo al recién llegado- Lo haces a propósito –Replico desafiante al recién llegado-
-Si –Admitió Dorian con una sonrisa sacando de quicio a Alucard- ¡Nos vemos dentro! –Exclamo mientras esquivaba las balas del vampiro de rojo- ¡No demoren!
-Yo lo mato… -Replico Alucard mientras recargaba su arma-
-No es para tanto –Dijo la vampiresa tomándolo del brazo para luego jalarlo hacia el interior de la casa- Vamos, los niños nos esperan…
Alucard simplemente se dejo llevar por victoria, esa "chica policía" como solía llamarla, lo había cambiado y no solo eso, le había dado aquello que nunca creyó podría tener… una familia. Odiaba reconocerlo, pero Dorian también formaba parte de ella, en el fondo, pero muy, muy en el fondo, sentía algo de aprecio por él, después de todo había podido llevarse a Victoria sin decirle palabra alguna, pero no, él le había dado la oportunidad de hablar con ella pues había entendido mucho antes que cualquiera los sentimientos que guarda por la "Chica policía", ella tenía miedo y él lo sabía, podía sentirla todos los días removerse en la cama-féretro que compartían, susurrando cosas que claramente el podía interpretar como pesadillas, no hacía falta hurgar en su mente para saberlo pues el tenia los mismos temores que ella, miedo a que todo despareciera, ya sea por algún enemigo o por otro motivo el miedo siempre estaba presente, cosa que le demostraba que, a pesar de todo, aun conservaba parte de su humanidad.
La voz de Victoria lo saco de sus pensamientos, estaban todos reunidos alrededor de una pequeña mesa en la sala, hasta Integra estaba presente, apagaron las luces tal y como la "tradición" lo mandaba e hicieron a los mellizos soplar las velas que habían en el pastel después de cantar el "Cumpleaños Feliz", los niños parecían realmente felices con aquellas pequeñeces que antes el hubiese visto como algo inútil, "estupideces de humanos" hubiese dicho en aquel entonces, pero ahora era diferente, esas pequeñas cosas eran lo que realmente lo hacían feliz, cosas como el ver a Victoria y a sus hijos sonreír sin preocupación alguna, incluso verlos bromear con el imbécil de Dorian, todo aquello le parcia perfecto, demasiado bueno para un ser sanguinario como el…
Pronto sintió la mano de Victoria coger la suya y apretarla con fuerza, ambos estaban pensando lo mismo o al menos algo similar, podía verlo en aquellos ojos que lo habían cautivado desde su primer encuentro; ambos eran felices, ambos temían que aquella felicidad acabara y también… ambos estaban dispuestos a luchar contra lo que sea por proteger su felicidad, después de todo tenían el poder para hacerlo, y sobre todo, sabían que no estaban solos, podrían enfrentar cualquier desafío que se presentara en el futuro por qué ahora… ahora tenían una verdadera familia…
Fin
Notas de la autora
Y así llegamos, ahora sí, al final de esta historia, espero haya sido de su agrado y pues comenten, a ver qué tal les pareció esta locura nacida de mi trastornado cerebro XD en fin, gracias todos los que apoyaron esta historia desde sus comienzos también a los que se unieron en el transcurso de la misma, en verdad (Hace reverencia) muchas gracias, de todo corazón espero volver a encontrarnos en futuras historias, ya sea de esta serie como de otra, con la satisfacción y el compromiso de entregarles este epilogo, me retiro.
¡Gracias por el apoyo brindado!
