Geeeeeeeeente! Cómo les va? Espero que muy, pero muy bien! :D

Acá les traigo una nueva historia, que está recien recien echa! :P O sea que van a tener que esperar hasta que suba la continuación, pero ustedes saben que nunca dejo nada sin terminar así que si la historia les gustó no desesperen ;)

Les comento que esta no es la historia que venía diciendo que iba a subir, esa es otra más tierna... ésta es más divertida :P

Así que sin más, los dejo disfrutar! Déjenme un comentario a ver si les gustó o si tienen alguna pregunta o sugerencia, siempre son bienvenidas :)

PD: El mundo de Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto :)

Disfruten ;)


1- Acto fallido.

El reloj de la sala marcaba las 22:30hs, y francamente se le estaba haciendo tarde… más de lo habitual.

Suspiró cansado una vez más mirando la gran Luna desde la ventana, que estaba increíblemente brillante esa noche.

-Tal vez hoy se me dé…- murmuró para sí mismo, dándole otra mirada al reloj que no dejaba de sonar con su molesto tic tac.

Pero las ajugas poco y nada se habían movido… al menos para él.

-Ummm… Sakura debe querer matarme…- comentó con un dejo de humor, recordando a su irritable ex alumna y ahora amiga.

¿Y cómo no va a querer matarlo? ¡Lo había invitado a cenar a las 20:30hs!

-Sí, va matarme…- aseguró el shinobi. –Lo mejor sería no ir…- susurró caminando al mullido sillón donde se recostó.

-No, no puedo evadir el tema… hoy tengo qué decírselo.- afirmó con decisión.

Pero hacía tantos meses que decía lo mismo.

Hacía tanto tiempo que 'juraba' confesarle a su querida pelirosa lo que sentía… pero era tan difícil.

Ciertamente él nunca tuvo problemas con nada ni nadie. Menos con las mujeres.

Pero Sakura no era cualquier mujer.

Era su ex alumna, su amiga, su compañera de misiones y entrenamiento, el ninja médico que siempre lo salvaba, de vez en cuando era su chef 'personal' que lo invitaba a comer…

Pero además de todo eso, era la dueña de su corazón.

-Qué cursi…- musitó asqueado.

Pero por más romántico y dulzón que sonara, era la verdad.

Tal vez habría otras palabras, otras formas de decirlo… pero esa en particular, aunque estuviera trillada, era la más exacta y precisa.

Suspiró nuevamente con cansancio. Definitivamente, si de asuntos de amor se trataba, él no era para nada bueno en eso.

Después de todo, ¿cuántas veces se había enamorado?

-Ummm…- musitó pensándolo. –Esta es la primera vez…- aceptó tranquilo.

Aunque la aceptación no era lo que lo preocupaba.

No, claro que no.

Aceptar lo que se siente no es difícil, y menos cuando no lo podes evitar.

Lo difícil… lo complicado… lo intrincado del asunto era decírselo a su ex alumna y amiga.

-La peor parte…- murmuró cansado, mirando el gran e 'interesante' techo de su hogar.

Él jamás en la vida había sentido eso. Por ende nunca antes tuvo que decírselo a nadie.

Además, él era más de demostrar las cosas… pocas veces hablaba más de lo que necesitaba.

Pero a Sakura, conociéndola, tenía que decirle todo. Hasta con detalles.

-Pero eso es tan cursi…- musitó asqueado una vez más.

¡Y sí que lo era!

Decir todo lo que se siente. No guardarse nada. Tener 0 secretos para con ella… eso era tan cursi.

Y ni hablar de demostrarlo en frente de todos. Otra cosa que lo asqueaba.

-Es decir… nunca me gustó que todos supieran de mi vida privada…- aclaró. –Pero supongo que si Sakura va a ser mi novia tengo que dejárselo en claro a todos los hombres…- razonó con obviedad.

Pero se dio cuenta de la estupidez que estaba pensando.

-Ni siquiera le dije lo que siento y ya estoy suponiendo que me va a corresponder…- murmuró cansado.

-Obito debe estar burlándose de mí.- comentó con un dejo de humor, recordando a su mejor amigo.

Casi podía escuchar la risa del morocho Uchiha y un gran '¡baka!' dedicado sólo para él.

Entonces sonrió bajo la máscara.

-Él tal vez lo haría…- musitó suavemente. –Aunque nunca tuvo la oportunidad de decírselo a Rin.- recordó con algo de tristeza.

Suspiró una vez más.

-Definitivamente esto no es lo mío.- comentó con algo de molestia mientras se sentaba.

Su ojo negro y vago se posó una vez más en el reloj.

-23:00hs en punto…- susurró desganado.

–Desde que terminamos el entrenamiento que estoy pensando en esto.- dijo aburrido.

-Supongo que tengo que ir y decírselo no importa qué.- aceptó derrotado.

-Aunque estoy seguro que ella no me va a corresponder.- dijo con seguridad.

-Después de todo… para ella sólo soy su viejo sensei pervertido.- comentó con algo de diversión.

Suspiró una vez más y se puso de pie.

-No le tengo miedo a las misiones de rango S y menos le voy a tener miedo a estos sentimientos.- masculló con orgullo.

Y así sin más, salió de su casa. Decidido a decir por fin lo que había callado desde hacía tanto tiempo.

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-¿Ves? Te dije que estaba fría…- comentó con pocos ánimos la pelirosa, mirándolo con cierto enojo.

-Ummm…- musitó él simplemente, mirando el plato lleno de comida que hacía algunas horas habrá estado deliciosa.

-¿Me vas a decir por qué tardaste tanto?- preguntó ligeramente irritada la Haruno mientras levantaba los platos.

-Ummm… me quedé leyendo y no me di cuenta del tiempo.- mintió descaradamente el peligris, caminando al sillón de la sala.

-Habrá estado muy entretenida la lectura, ¿eh?- comentó con doble intención la Haruno, sentándose a su lado.

-Ummm… algo así…- respondió desinteresado el shinobi. "Ni te imaginas…" pensó cansado, recordando las largas horas de debate consigo mismo.

-Bueno, ya que no pudimos hablar porque no cenamos… ¿vemos una película?- le propuso la muchacha con una sonrisa, de esas que a él lo desarmaban.

-Ummm… Sakura, tengo algo para decirte.- dijo serio el peligris, mirando fijamente los grandes ojos verdes de la chica.

-Mmm… me estás asustando.- comentó algo incómoda la pelirosa.

-No te preocupes, no es nada malo.- aclaró Kakashi con voz tranquila. "Al menos no para vos" pensó un poco, sólo un poco nervioso.

Sakura lo miró en silencio por algunos segundos. Y no vio en los oscuros ojos de su ex maestro nada que fuera de temer.

-Te escucho.- le dijo por fin, con una dulce sonrisa que siempre tenía para él.

-Ummm…- musitó el peligris, embelesado por esa sonrisa.

Pero en ese momento lo supo. Iba a decirle lo que sentía.

Corriendo el gran riesgo de que ella se alejara de él para siempre.

No le molestaba que ella lo viera como un simple amigo mientras la tuviera siempre a su lado… pero tal vez ella se horrorizaba con lo que le iba a decir y no querría verlo nunca más.

Quizás si le decía que le gustaba y no que la amaba el 'daño' no sería tan grave.

Sí, eso iba a hacer.

"¿Por qué no pensé en eso antes?" se preguntó molesto consigo mismo.

-¿Kakashi?- la suave voz de la chica lo sacó de sus hipótesis.

Ahora tenía que decírselo. Ya había abierto la boca.

-Ummm… Sakura, vos sabes lo mucho que te aprecio.- comenzó a decir el peligris, lo más calmado que podía.

-Nos hicimos amigos después de que Naruto y Sasuke se fueron.- agregó con voz suave, sin mostrar sus nervios.

-Sé que puedo confiar en vos más que en otra persona… y nunca me vas a juzgar.- contó tranquilo.

-Compartimos muchos recuerdos juntos… y siempre voy a estar para vos, no importa lo que pase.- aseguro serio.

-Lo sé, Kakashi.- dijo ella suavemente, sonriendo con ternura. -¿Pero qué tiene que ver eso con lo que querías decirme?- curioseó la pelirosa, buscando la respuesta en su oscuro ojo negro.

El peligris suspiró juntando fuerzas: era sí o sí.

"Acá voy…" se dijo no muy confiado. "Sería más fácil si me gustaran los hombres" pensó con algo de humor.

-Lo que quería decirte es que… me gus… me gustan los hombres- soltó atropelladamente.

Pero inmediatamente se dio cuenta del gran y estúpido error que había cometido. Su mente le había jugado una de las peores bromas.

"Genial…" pensó con sarcasmo, mirando la incrédula cara de la única mujer que amaba.

Ahora sí estaba completamente seguro, él no servía para esas cosas.