Disclaimer:

Los personajes, detalles y trama original de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto.

Advertencias:

La clasificación indica temas que no son propiamente para menores o personas sensibles a asuntos relacionados con la violencia física, psicológica, o contenido de índole sexual en determinado momento, además de uso de lenguaje vulgar. Queda a discreción del lector el contenido.

Notas introductorias:

Kusubana suspira larga y pesadamente, se muerde los labios y hace sonar las articulaciones de los dedos mientras lee una y otra vez lo escrito en un documento de Word. En realidad no está revisando la ortografía como podría pensarse, y si bien ese aspecto no ha descuidado del todo, lo que realmente está pensando es ¿De verdad lo hará? ¿De verdad tiene el valor para sacarlo a la luz?

Su honor está en juego, tanto publicándolo como ocultándolo, su palabra se ve mermada

Respira una vez más de manera exagerada, mueve la mano, guía el cursor entre ventanas, escoge las opciones… solo un paso más, está a un "clic" de cambiar para siempre su imagen como escritora de fics, aún puede arrepentirse… pero no lo hace, el 2 de Junio del año 2010 aceptó el reto de Inner Angel y pese a todo es fiel a su palabra…

La primera campanada suena, la media noche ha llegado y en el comedor todos levantan sus copas de burbujeante sidra. Ha llegado el momento:

"Publish New Story"

Recibe notificación en su correo, es oficial, Kusubana Yoru ha escrito un SasuSaku, uno de verdad, largo y tendido…

Dedicatorias:

Para Inner Angel (y todos los que creen que el SasuSaku es bastante oscuro)


La lógica de lo absurdo

Si absurdo era amarlo, lo más lógico sería seguirle; Sakura ha desertado y se ha unido a Sasuke… para siempre.


La semblanza del compositor

A Sakura la resolución la había devastado con tal ímpetu que el mundo llegó a colapsar en sus ojos que desbordaron el sentimiento de la única forma en la que eran capaces de hacerlo: llorando. Justo a partir de ese momento "Yo confío en ellos" se había repetido casi convincentemente para que su mente no divagara en el asunto, deseando poder creer que al final los miembros originales del equipo siete un día regresarían juntos a Konoha.

"Yo confío en ellos"

De verdad quería pretender con toda su alma que estaba plenamente convencida y todo tendría una solución, pero una parte de su mente le susurraba que la suerte estaba echada, la sentencia de muerte se había cernido sobre la cabeza de Sasuke ante la propia determinación de este, se había ya convenido que lo más adecuado para tratar a su persona era la eliminación total, y Naruto, se unía a la resolución, con diferentes causales para la terminación pero el mismo azaroso objetivo siendo el único capaz de cumplirlo.

Sin embargo, el problema radicaba ya no tanto en dilucidar cuándo ese motivo había disuelto la voluntad de quienes inicialmente se habían empeñado en salvarlo. Solo quedaba aquella absurda esperanza bañada en carmín, dispersa en pedazos tras haberse quebrado por su fragilidad.

¡Qué ingenua!

Aunque ella no era devota ferviente de lo que con sus ojos no pudiera constatar, tenía que reconocer que la escena había resultado absurda al punto de lo risible, lo que a su vez inevitablemente sugería la existencia del destino, los designios de un Dios cínico que no coincidía con el descrito en las enseñanzas que sus padres inculcaron en ella de pequeña o simplemente la fuerza más allá de lo humano que no se puede controlar, el desvergonzado sentido del humor que tenía la vida y calaba hondo robándole el guión que tenía preparado si se presentaba la ocasión.

Sakura sonrió trémulamente ¿Cuántas veces no había imaginado aquella batalla?

Invariablemente sucedía en una noche tormentosa: una gota caía, una línea para recapacitar, dos gotas y una rotunda negación. Tres gotas. La lluvia se dejaba caer convirtiéndose tras pocos segundos en un aguacero torrencial. Una a otra, ásperas pizcas de amargura enfatizaran la situación cubriendo con lágrimas los rostros sucios y cansados. El campo de batalla se convertiría pues, en una ciénaga de fango marrón rojizo sembrada de cadáveres. Entonces, un tremendo viento soplaría para competir con los gritos de un alma que está al borde de la desesperación.

Sí, eso habría sido adecuado.

Pero no, e insistía con respecto a la gran broma que era todo aquello mientras sus ojos verdes examinaban minuciosamente el patético entorno para un final. El cielo estaba claro solo con alguna nube viajera surcando en lo alto lentamente, sin prisa ni necesidad siquiera de opacar la brillante luz del sol primaveral. Las aves fascinadas por la temporada; extasiadas por la época en la que debían resguardar el legado de su especie trinaban moviéndose entre las ramas persiguiendo a su compañero de nido. El campo verde tras las lluvias albergaba jubilosos grillos y flores en botón que se mecían suavemente sopladas por los céfiros frescos que bajaban de las montañas.

¿Lo más increíble?

Era veintiocho de marzo.

Sakura ya no sabía qué más esperar, no se sentía como supuestamente debería al haber ganado la guerra, por más que lo deseaba no podía concordar con sus demás compañeros que celebraban el triunfo lanzando vítores, ayudando a levantar a sus compañeros, honrando a las víctimas y agradeciendo a los aliados. Sentía la cabeza pesada, inflamada como sus ojos de tanto llorar, las piernas cansadas al borde del calambre, sus manos ya no coordinaban ni los movimientos más básicos de su entrenamiento ninja. El chakra verde de la joven de cabellos rosas rebotaba torpemente en el cuerpo que atendía, y si bien podía culparse en parte a su falta de atención era más que nada porque el receptor era un cadáver desde hacía no menos de diez minutos.

Cesó su labor dejando caer las manos sobre su regazo, con las pupilas verdes fijas en las cuencas blancas carentes de vida de su paciente, casi por inercia la cabeza se movió nuevamente en un ángulo de inspección denotando lo que ya sabía desde hacía unos momentos: no quedaba nadie en pie.

¿A quién podía salvar?

Ni siquiera podía identificar a los vivos de los muertos porque ella misma había entrado en una suspensión complicada de explicar, o desempañar por aquella bruma que la había embriagado al saber el resultado de la decisión de Naruto, para actuar como se suponía que hiciera.

Algo de viento y relámpagos habrían dado una cortina menos idílica a lo que acontecía, habrían evitado ese silencio tan penoso donde los pájaros se burlaban de su tragedia, Sakura se atrevió a mirar más allá, donde terminaba el campo de batalla apenas rozado tras la lucha librada originalmente más atrás de las colinas donde ahora solo había llana destrucción y un leve incendio que no prosperaría mucho por el verdor de la vegetación.

Naruto.

Sasuke.

¡Pero qué ridículo final!

La batalla entre las dos personas por las que su vida había rebasado las expectativas de una kunoichi sin ningún tipo de talento, había terminado al fin luego de un penoso encuentro por la media tarde del día anterior prologándose hasta ese amanecer… no, del amanecer hacía largo rato.

Esos dos… si tan solo hubieran sido más breves la noche habría cobijado con su manto los resultados y se sentiría menos ridícula arrodillada en medio de un montón de cadáveres entre los que distribuyó inútilmente su chakra curativo.

Y aún con todo el drama, la vida continuaba.

Ni los animales del bosque se habían reunido a lamer heridas y mostrar sus condolencias, ni el cielo lloraba silenciosamente cubriéndose con un velo gris, tampoco las flores inclinaban la cabeza por los caídos.

Nada, todo estaba exactamente como debía estar.

Los abejorros volaban, las mariposas emergían gloriosas de sus capullos donde no se enteraron de lo que sucedía afuera.

Su menudo cuerpo empezó a tener una serie de pequeños espasmos, ni siquiera era capaz de llorar ahora, ya había derramado todas sus lágrimas. Con más torpeza que la que creyó tener se puso en pie.

En una visión más épica debía arrastrarse en medio del lodo, a tropiezos y casi a ciegas llegando al último escenario que tendría la posibilidad de ver al equipo siete reunido… Y el resto de la historia: solo ella gritando por desesperación, observando desde su lecho fangoso el resultado final de la concatenación de hechos con aquellos demonios y fantasmas coleccionados por años, desatando su poder desde el cuerpo de sus portadores concebidos sin pedirlo para aquella puesta en escena mucho tiempo antes de que nacieran.

Pero no, ni había lluvia, ni estaba ella tan mal.

Todo porque llegó bastante tarde, se aseguraron de ello, de que no les acompañara, de que no estuviera para salvarles la vida con su habilidad médica.

La suave brisa de la primavera se movió entre su cabello.

Se llevó una mano al rostro.

Qué ilógico.

Que absurdo.

Un par de ciervos miraban curiosos ahora que regresaban a su hogar luego de huir aterrados durante la batalla.

¿Y ahora qué?

Sacó un pergamino de invocación de entre su mochila del cual surgió un águila mensajera. Tenía que informar que todo había terminado, mandarían voluntarios y los cuerpos serían movidos a sus respectivos sitios de origen.

Naruto había conseguido cumplir con su palabra casi al pie de la letra, o al menos gente de Konoha no había, solo de otras aldeas.

Regresó la vista a los dos muchachos tendidos sobre la hierba, la sangre estaba siendo absorbida por la tierra y se ocultaba debajo de las largas hebras verdes de pasto dejando solo la ridícula visión de dos jóvenes guerreros que parecían dormitar tras un exhaustivo entrenamiento.

Volvió a llevarse una mano al rostro directamente a su boca, quería gritar, quería que el mundo supiera cuánto dolía ver esa escena.

Dobló su cuerpo hasta el rostro pálido de Sasuke delineando apenas y con la punta de los dedos las facciones pasivas del joven…

Si tan solo estuviera profundamente dormido, aquellas facciones que había memorizado con solo verlo una vez y recreando en su memoria día tras día, entonces serían en realidad inexpresivas, más de lo que usualmente eran, sin aquél gesto amargo enmarcando sus músculos. Pero no era el caso; no dormía profundamente; sus rasgos suaves, la tensión acumulada por años se desvanecían como el leve color de su piel ¿Podría estar descansando? ¿Estaría finalmente en paz? Miró con más atención e incluso pudo adivinar, en la comisura de sus labios, un atisbo de sonrisa.

Recargó un poco la cabeza sobre su pecho, llevaba sólo unos minutos sumergido en el último sueño. Sintió un escalofrío al sentir el frió del cuerpo ¿Y si quizás estaba en ese estado donde la realidad se confunde con lo onírico y la voluntad impulsa los sueños, hasta que éstos la anulan? ¿Soñaría con su familia? ¿Con sus amigos?... ¿Con ella?

Recostado sobre la hierba, con los brazos extendidos, dejando sin ninguna protección su torso desnudo en el que dejó de palpitar el corazón que le daba el impulso básico para luchar por su desesperado deseo.

—Lo conseguiste, Sasuke-kun…

Siguió contemplándolo, como pocas veces había tenido la oportunidad antes de que él girara sobre sus talones alejándose del grupo. Pasó grueso la poca y espesa saliva que le quedaba en la boca tratando enseguida de humedecerse los labios resecos, partidos al borde de sangrarle por la severa deshidratación a la que se había expuesto.

Volvió a temblar conteniendo los espasmos de su cuerpo. Recordaba perfectamente un pequeño espacio en su equipo, no mayor a un dedo de su propia mano donde todos los días se acomodaba un lápiz labial.

Su madre le había enseñado a hacerlo; aceite de almendras, parafina rallada, cera de abeja y manteca vegetal, ella por su cuenta años después había encontrado la forma de meter flores de cerezo. Nunca tendría los labios resecos para recibir su primer beso…

— ¡Estúpida! — se gritó consiguiendo sacar un par de lágrimas ¿Cómo podía pensar en ello? ¿Cómo podía recordar algo tan estúpido en esos momentos?

Tan resignada estaba ya de que el día no llegaría que el labial quedó olvidado en el cajón de su tocador.

Sí, creer una idea tan vacía no debería ser un problema para una niña que no se ha enterado de la forma real de proceder que tiene las cosas. Sí, no sería un problema si no fuera porque ella ya no era una niña, ya ha vivido una guerra y la embarga una inquietud como el mar más profundo. Aquella ilusión le volvía como si de alguna criatura se tratara, la necesidad de cumplir aquél deseo se eleva para que su denegada existencia de vuelta en su camino al olvido directo a esa escena que pretendiera ser la última.

Más allá del velo del sueño en que creía encontrarse estando tan cerca de su objetivo, se inclinó más al frente para probar por única vez la boca de la persona que más amó. Es en ese momento en que alguna voz parece susurrar su nombre, suave aunque solemnemente. Tan remotamente que pensó se trataba únicamente de un sueño, eco de una llamada irreal de una efímera memoria.

Sus labios sellaron el beso como una visión casi olvidada y fuera de nada, a través de su rostro que está totalmente petrificado. Lágrimas calientes cayendo sin fin sobre ese velo de ensueño, aquella llamada viaja en un frágil respiro para hacer temblar su helado mundo manteniendo suspendidos los trozos de la esperanza habida.

Sasuke estaba vivo.


Comentarios y aclaraciones:

Creo que fueron más notas, pero bueno he aquí la introducción de un fic… mm largo, llamémoslo así.

El objetivo es hacer una historia con la densidad angst pero con una intensidad pasional que no he tocado y si, será SasuSaku, por si les quedó la duda.

¡Gracias por leer!