Disclaimer: Todo pertenece a C.S Lewis

Summary: Estaban jugando un juego peligroso. Pero ninguno de ellos queria detenerse. Al contrario necesitaban mas. Y aunque lo que querian estuviera prohibido entre ellos, eso no deteneria al Gran Rey Peter "El Magnifico" y a la Reina Lucy "La Valiente" Peter/Lucy

ADVERTENCIA: LEMMON!

Sera Nuestro Secreto


– Peter... Dijo en un suspiro. Peter gruño en su cuello y regreso a los labios de la reina, besándola con más fiereza y pasión que antes. La necesidad de hacerla suya lo estaba volviendo loco.

– Lucy... Lucy... Gimió – Te necesito Lu, te necesito. Dijo sobre sus labios.

– Entonces hazme tuya. Murmuro antes de gemir de nuevo. La frase destruyo la poca cordura que quedaba en Peter. Con sus brazos tomo sus muslos y la levanto a la altura de su cintura. Lucy enrollo sus piernas alrededor de él. Entre besos y suspiros llegaron a la habitación de Peter y Edmund. Recostó a Lucy en la cama mientras recuperaba el aliento.

– Lucy... ¿Estas segura de esto? Pregunto. A pesar de que la necesitara con todas sus fuerzas, si ella decía que no, él pararía y eso no volvería a pasar.

– Si Peter... Será nuestro secreto.

Solo esas cinco palabras fueron capaces de encender el cuerpo de Peter hasta un punto inimaginable. Lucy yacía en su cama, a punto de permitir que la hiciera suya, su mujer, su amada, su amante, su Lucy. Eso era lo único que rondaba su mente, sin duda, esa seria una noche para recordar. La Reina busco los labios de su hermano necesitaba, sin hacerse de rogar, Peter no perdió tiempo en responder al pasional beso de su hermana.

Lucy lo atrajo hacia él, las piernas de Peter estaba en los costados de Lucy, sin permitirse dejar caer su peso sobre el cuerpo de ella, sus manos viajaron a la camisa blanca de botones de su hermana, sin delicadeza alguna, la saco de ella, tirándola al suelo. Deleito su vista en el cuerpo que había desarrollado Lucy en esos años, sus pechos, perfectamente redondeados, estaban envueltos en un sujetador de encaje negro. Relamió sus labios resecos, sintiendo que el aire se quedaba en sus pulmones.

La Reina levanto levemente la espalda, las manos de Peter no perdieron tiempo y saco el sujetador del camino al instante. Sus ojos brillaron de lujuria, sus ojos casi negros por la excitación y emoción del momento.

– Hermosa – Susurro cuando vio el fuerte sonrojo en el rostro de su hermanita. Le dedico una sonrisa amorosa y negó con su cabeza – Perfectamente hermosa Reina mía – Dijo antes de que sus labios viajaran a los senos de su hermana, un suspiro seguido de un gemido salio de los suaves labios de Lucy.

Ese era un sonido perfecto, él sabia que ella estaba experimentando el mejor placer de su vida, gracias a él. Y apenas estaban empezando. Entre suspiros y gemidos, las inexpertas manos de Lucy viajaron a la camisa de su hermano, la saco al instante, aun sintiendo la lengua de su hermano haciendo lo que quería en su cuerpo. Tuvo que tragar saliva al instante, el cuerpo de su hermano estaba totalmente formado, cada músculo delineado a la perfección como la estatua de un magnifico dios.

Pero a pesar de todo, frente a ella estaba el Gran Rey Peter "El Magnifico". Él jamás la hubiera decepcionado. Una sonrisa traviesa se dibujo en el rostro del mayor. Alzo una ceja hacia ella – ¿Disfrutas de la vista? – Bromeo.

Lucy le dio una sonrisa traviesa, pasional y divertida – Bastante – Admitió mientras sus manos viajaban a la formada de su hermano. Entre besos y caricias, Peter llevo sus manos ya seguras hasta el inicio de la falda de Lucy, con lentitud torturante, las bajo, dejando a su hermana en frente de él tapando su desnudez tan solo por las bragas de encaje con el sujetador negro olvidado donde solo Aslan sabia.

Las manos de la Reina hicieron lo propio, y desabotonaron el pantalón del mayor, Peter quedo en frente de ella tan solo en boxers. De un momento a otro, la inseguridad cruzo de nuevo la mente de El Magnifico.

– Lucy... No es necesario, tu... – Un dedo de la dama se poso en los labios de Peter.

– Se que no lo necesitamos, pero es lo que deseo y quiero – Murmuro en voz baja con un brillo especial en sus ojos. Peter le dedico una sonrisa torcida, Lucy rió entre dientes mientras sus manos viajaban al borde de la ropa interior de su hermano, al igual que él hacia lo mismo. Un minuto más tarde, ambos exponían ante el otro su total naturalidad. La expresión más sincera que le podían dedicar al otro, sus simples y sencillos cuerpos y almas. Lo único que algún día les quedaría. Peter deseaba hacerla suya, hacerla su mujer, pero sobre todo eso quería que su hermana recordara aquel momento como el mejor de su vida. Con delicadeza, sus manos viajaron a través de sus muslos, entre besos introdujo uno de sus dedos en la intimidad de su hermana.

La Reina soltó un gemido mezclado con un grito mientras su hermano movía habilidosamente su dedo dentro de ella. Otro dedo del Rey se introdujo dentro de ella, y sintió que moriría de placer en ese mismo momento. Peter sonrió con malicia al ver la expresión de su hermana, pero aun no había ni siquiera comenzado, necesitaba encontrar el punto exacto... No tardo demasiado, un profundo y ronco gemido salio de los labios de la Reina. Y él supo que había conseguido su objetivo, concentrado en ese punto.

Lucy sentía que el mundo era suyo en ese momento, jamás había sentido un placer tal como el que su hermano mayor le estaba proporcionando. Sintió que lo que experimentaba era demasiado, que su cuerpo no era capaz de soportar aquello. Peter movió sus dedos una vez más, y una ola de calidez y placer recorrieron cada punto del cuerpo de la Reina. Un nuevo gemido salio de su boca, mientras dejaba caer su cabeza en la almohada. Respiraba con dificultad mientras sus ojos estaban cerrados. Intentando acostumbrar su cuerpo a todo lo que había sentido.

Peter sonrió orgulloso mientras se acercaba a su rostro de nuevo. Lucy le correspondió la sonrisa mientras su boca buscaba los labios de su hermano. Sintió que la excitación crecía de nuevo en su cuerpo, pero esta vez quería algo en particular, quería a su hermano, quería sentirlo dentro de ella, solo eso llenaba su mente. Los labios de Peter viajaron a su cuello y bajaron hasta su clavícula un momento después. Nuevos suspiros eran emitidos por la Reina.

Esta vez, Peter necesitaba hacerlo, necesitaba entrar dentro de ella. Sabiendo ya del permiso de su hermana, entre besos se posiciono en su entrada. Sentía su miembro latir con fuerza, exigiendo entrar dentro del cuerpo que desde ese momento le pertenecía.

Lucy estaba extremadamente concentrada en los labios de su hermano, de la nada sintió a su hermano entrando dentro de ella. El aliento quedo atascado en su garganta, los ojos azules intenso del mayor se fijaron en los de ella.

– ¿Estas bien? – Pregunto con delicadeza. La Reina tomo una profunda respiración y asintió.

– Perfectamente... Continua – Dijo casi en forma de ruego. El rubio asintió mientras entraba en ella una vez mas, llevándose cualquier rastro del himen, convirtiéndola en suya hasta el fin de sus días y mas. Peter continúo sus penetraciones con más rapidez. Un gruñido salio de su garganta, mientras que un gemido salía de la de Lucy... Necesitaba llegar a más, necesitaba sentirla por completo. Con agilidad volteo sus cuerpos, sentó a Lucy entre sus piernas y sus manos viajaron desde sus muslos hasta sus caderas.

Iniciando de nuevo levanto y bajo las caderas femeninas con facilidad, llegando al punto mas interno de su hermana. Las embestidas aumentaron su velocidad, mientras que ambos experimentaban en placer más grande que habían conocido.

Lucy sabía que no soportaría mucho más, y no estuvo equivocada. Con una ultima embestida, su hermano llego al punto final de su intimidad. Un profundo gemido salio de su garganta – ¡Peter! – Exclamo mientras sentía que su hermano se venia dentro de ella, llenándola por completo.

Su cuerpo cayo sobre el de él, recostó su cabeza del pecho de su hermano mientras esperaba que su respiración se normalizara. Peter acariciaba delicadamente la espalda pecosa de su hermanita.

– Te quiero – Susurro él contra su pelo.

– Yo también Peter... No te imaginas cuanto – Respondió en voz baja.

Peter rió entre dientes mientras dejaba un beso en el cabello de su hermana – Creo que será el mejor secreto que guardare durante mi vida.

– Espero que el mió también... Y también espero que hayan más secretos que guardar – Dijo con un toque lujurioso.

Peter le sonrió brillantemente – Te lo prometo.


Tarde pero seguro! Orita ando con un cabreo interno nada normal, lo tenia casi acabado y se me borro... Se me borro todo lo que tenia, ugggh que sensacion tan sdfghjk... Bueno, empece de nuevo y aqui esta de nuevo... Espero que les haya gustado.

REVIEWS?

SofiaLugo