Volvimos a encontrarnos

Katara y Sokka tomaron un profundo respiro antes de entrar a la estancia. Los reyes Kuei y Arnook y se encontraban sentados en sus respectivos asientos… y también Zuko. Katara miró hacia el suelo, no quería cruzar miradas con Zuko. No lo había visto en mucho tiempo y aunque se habían carteado un tanto, aún después de haberse separado, se ponía nerviosa al pensar que estaría cerca de él por un rato. Lo miró de reojo y vio dibujarse en su cara una sonrisa burlona. El gesto le molestó. Ella y su hermano tomaron asiento y al estar completo el córum, el avatar hizo su entrada.
Después de que la guerra había terminado, las tres naciones restantes se juntaron para redactar y firmar un tratado de paz entre naciones que también reconociera la legítima autoridad del avatar. Los representantes de cada nación junto con el avatar se reunieron en la capital del reino tierra, Ba Sing Se, para llevar a cabo el trabajo. Katara y Sokka habían asistido al congreso como representantes de la tribu agua del sur.

El congreso inició con un discurso por parte de Aang, agradeciendo la atención de los representantes en asistir y darles la bienvenida. Terminado el discurso, toda la audiencia aplaudió y se dio inicio a la tarea que los había juntado. Después de algunas horas, Katara se aburrió y decidió salir un rato al balcón para tomar un poco de aire fresco, y luego volver a la aburrida junta.

El sol estaba ocultándose tranquilamente por detrás de los muros y el viento soplaba ligeramente. Katara reposó sus manos en el barandal y miró hacia abajo. "No estuvo tan mal, pensé que sería peor volver a verlo… y también a Aang. Quedamos en buenos términos… creo. Bueno seguimos siendo buenos amigos, sin importar que pasó hace unos meses" pensó y comenzó a recordar. "En una tarde como esta Aang y yo nos besamos" Río por dentro y siguió recordando. Unos pasos sigilosos interrumpieron sus pensamientos.

La tarde está hermosa – Zuko caminó hacia ella con pasos lentos y también recargó sus manos sobre el barandal.

Si… lo es. – Contestó Katara, sorprendida de que viniera a hablar con ella.

Me recuerda cuando…- Comenzó, pero Katara lo interrumpió

Cuando nos reunimos después de la guerra a tomar té. Si lo recuerdo – Zuko sonrió ligeramente

Me da gusto que lo recuerdes- Contestó. Katara no pudo evitar devolverle la sonrisa, aunque a regañadientes.

Creo que ya he tomado suficiente aire, volveré adentro. – Terminó y se alejó con pasos apresurados y nerviosos.

Regresó a la sala y se sentó junto a Sokka. Aparentemente, el Rey Kuei estaba exponiendo su punto de vista referente a algo importante…

Precisamente a eso me refiero. Quiero a todas las tropas de la Nación del Fuego fuera de mi Reino. Y que los culpables de aldeas destruidas y otros crímenes paguen por sus acciones.

Estamos de acuerdo contigo Kuei, tu gente sufrió mucho con la estancia de las tropas de Ozai pero te pedimos que se les dé una indulgencia a los soldados, todos merecemos una segunda oportunidad ¿No lo crees? – Le contestó Iroh

Sugiero que se someta a juicio a los líderes y se les retiren los cargos a los soldados ya que las órdenes vienen desde arriba, los soldados sólo tienen el trabajo de acatarlas- Intervino el rey Arnook, intentando calmar la situación.

Katara bostezó discretamente, apoyó la mejilla en la palma de su mano y miró aburrida hacia el techo y luego hacia el frente. Zuko había regresado y tomado su asiento junto a su tío. Sus ojos se cruzaron. Ella intentó sonreírle pero la impasible expresión de Zuko se lo impidió. Esos ojos inexpresivos color miel… sintió su corazón comenzar a latir fuertemente y desvió la mirada nerviosamente. Parpadeó rápidamente un par de veces e intentó concentrarse de nuevo en la conversación.

¡Pero quiero que entiendan mi punto! las tropas del señor de Sozin, Azulon y Ozai dañaron a mi población de una manera u otra durante 100 años, no podemos dejar ir a todos los soldados que…

Zuko estaba mirándola de nuevo. Y ahora la miraba con una sonrisa burlona en el rostro. Katara le regresó la sonrisa. Él dejó caer sus párpados e intentó volver a la conversación. Ella hizo lo mismo.

Estoy de acuerdo con lo que dices Iroh pero Kuei también tiene razón, la Tribu agua del Norte tampoco dejará que los soldados y líderes que atacaron a nuestra gente se vayan a casa sin haber pagado por sus acciones. Y creo que tampoco la tribu agua del sur, menos ellos que sufrieron una pérdida casi total de maestros agua ¿Estamos de acuerdo Sokka y Katara?

Desde luego, Rey Arnook – Contestó Sokka – Estamos intentando poner orden a este mundo y no ayuda en lo más absoluto que dejemos a estas personas libres- Terminó.

¿Tú que tienes que decir Aang? Las tropas de Sozin atacaron los templos aire y terminaron con tu gente – Comentó Arnook

Emn… Yo… - Hizo una pausa para pensar bien lo que iba a decir a continuación - Me duele pensar en lo que sucedió pero… Bueno la nación del fuego ya cuenta con dirigentes distintos y bueno… al ser la restauración de paz y hermandad entre las naciones el motivo de esta junta umnn creo que se merecen una segunda oportunidad – Contestó Aang, nervioso. Iroh inclinó la cabeza en señal de agradecimiento, pero el Rey Arnook estaba enfurecido con la respuesta del avatar

Si el avatar se niega a que se imparta justicia en este mundo – Se levantó molesto – la tribu Agua del Norte no firmará el tratado de paz – Golpeó la mesa con el puño y salió de la sala.

La junta quedó en completo silencio. Todos miraban la puerta por la que había salido Arnook.

Bueno, creo que damos la sesión de hoy por terminada ya que no podemos proseguir sin el apoyo del Rey Arnook – Dijo Iroh, rompiendo el silencio sepulcral – Mi sobrino y yo también nos retiramos.

Iroh y Zuko dejaron el salón, pero no sin que éste último le diese una última mirada a Katara junto con una ligera inclinación de cabeza.

Todo se quedó en silencio de nuevo. Kuei dijo que él también se retiraba y que los vería en la cena. Aang se cubrió el rostro con las manos y Sokka salió de la sala seguido por su hermana. _

La cena se llevó a cabo en absoluto silencio. El Rey Arnook comía en silencio mirando a los demás con recelo, especialmente a Aang y Iroh. Sokka comía incontrolablemente. Katara comía también en silencio, absorta en sus pensamientos.
"Fue un lindo detalle que fuera a hablarme, hacía un buen rato que no había escuchado su voz. ¿Y esas miradas? ¿Será que quiere volver? No, eso no tiene ningún sentido. Además creo que sigue con Mai. Y bueno lo nuestro fue casi nada no creo que realmente esté interesado de nuevo en mí. Pero… lo siento muy cambiado. Su manera de mirarme… olvídalo. No está disponible. Olvídalo." Negó con la cabeza y levantó la mirada. Zuko no comía. Tomó su copa de vino y bebió un sorbo sin dejar de mirarla. Katara bajó la mirada, cortó otro pedazo de carne y se lo metió a la boca. Se acomodó el cabello del fleco mientras masticaba. Zuko no quitaba la mirada de encima. La cena terminó y el Rey Arnook fue el primero en retirarse, sin haber dado las buenas noches a nadie. Iroh y Zuko anunciaron que también irían a descansar y comenzaron a despedirse de todos.

Zuko se dio la mano con Sokka y se arrodilló ante Katara para besar su mano. Entre los dedos le pasó un papel y besó su mano con delicadeza. "Buenas noches Katara" Sonrió y salieron él y su tío por la puerta. Katara anunció que ya iría a dormirse y como Sokka seguía comiendo como degenerado mental, tuvo que salir de la estancia ella sola.

Caminó por el pasillo apresuradamente y desarrugó el pergamino que tenía en las manos. "¿Quieres ver las estrellas? Es una linda noche para mirarlas. Te espero en las escaleras del palacio". Katara arrugó de nuevo el pergamino y corrió hacia su cuarto. Se sentó en el tocador, se cepillo el pelo rápidamente, se alisó el vestido y salió rumbo a las escaleras.
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Zuko la estaba esperando, recargado en una columna.

Me alegra que hayas venido, empezaba a creer que en verdad no llegarías – Le dijo de nuevo sonriendo burlonamente

Creo que me conoces Zuko, sabías que vendría – Se sentó en las escaleras y miró al cielo – Tenías razón, hace una noche hermosa

Lo es – Sonrió y la miró a los ojos – Por eso te pedí que vinieras- Terminó. Katara se sonrojó un poco

Gracias, es muy lindo de tu parte- Contestó.

La conversación siguió toda la noche, hablando acerca del viento, del calor, de las estrellas, de la luna, de la guerra, de los años pasados, de los momentos compartidos por ambos, de sus respectivas vidas de nuevo en casa… y acerca de ellos mismos.

Si bueno… me alegra estar de nuevo en casa. Extrañaba mucho a Gran Gran. Aunque haha fue bueno venir porque últimamente no deja de agobiarme con que ya estoy en edad de casarme y sinceramente me parece un poco molesto – Decía Katara, hasta que se dio cuenta de su error, pero ya era demasiado tarde para corregirlo.

¿Casarte? Haha bueno pero – Calló por unos momentos – ¿Has encontrado a alguien con quien… casarte? O bueno, ¿Hay alguien en tu vida?

Emn… no – Contestó después de un largo silencio – Terminé con Aang hace un par de meses… y desde entonces no ha habido nadie.

Oh ya veo – Murmuró Zuko, un poco indiferente. La tensión estaba en el aire. Katara estaba nerviosa.

Y… ¿Tú y Mai no tienen planes para…? – Preguntó finalmente, titubeando un poco al preguntar

¿Mai? No… bueno ella y yo terminamos hace un par de semanas- Katara estaba sorprendida. "Está libre" pensó.

Oh… Lo siento – La curiosidad la invadía – Y ¿Se puede saber por qué?

Ella terminó conmigo. Estaba leyendo mi correspondencia y leyó una carta de una vieja amiga. La conocí aquí, en Ba Sing Se, siendo un refugiado y sigo teniendo contacto con ella. Le informé que iba a venir y que pues… podríamos tomar una taza de té como antes o algo así. Mai pensó que ella y yo seguíamos teniendo algo o que estaba planeando verla por alguna otra razón, me tachó de infiel y terminó conmigo. – Terminó Zuko con un pequeño suspiro

Katara estaba en absoluto silencio. Zuko no era un infiel, ella lo conocía bastante bien y bueno… consideraba que él no era la clase de hombre que era infiel. Bueno a ella no le fue infiel… tal vez porque lo suyo duró una semana mientras estaban encerrados en una celda en las Catacumbas de Cristal. Pero lo conocía… y no creía que fuera esa clase de hombre.

Infiel… No eres un infiel ¿O sí? Haha. Bueno… también a veces tú y yo nos carteamos y eso no significa absolutamente nada – "¿O sí?" Pensó, pero las palabras no salieron de su boca – Y ¿No hay posibilidad de que regresen o…?

No, no lo soy. Y lo que más me duele es que no haya confiado en mí. Y ya hablé con ella y dijo que no quería volver a saber nada de mí – Dijo, triste. Ignoró la referencia a sus cartas.

Lo siento, de veras. – Se acercó a él y le dio un par de palmadas en la espalda.

La conversación siguió hasta muy entrada la noche, cuando Katara estaba casi quedándose dormida. Se dieron las buenas noches y ella subió a su cuarto. Se cambió el vestido, se cepilló el cabello de nuevo y se tumbó en la cama. Miró hacia el techo y los pensamientos llegaron a su mente de nuevo "Está solo. No hay posibilidades de que vuelvan. Pero… no es el momento Katara ¡Acaba de terminar con ella! Bueno podrías esperar un poco… ¡Pero el congreso sólo dura tres días! Y ya se te fue uno. Bueno tienes que hacer que algo suceda Katara. No puedes dejarlo ir. No. Esas miradas deben significar algo y si te invitó a platicar a solas en la noche es que algo está pasando, sí, algo está pasando. Bueno vamos a ver mañana" Cerró los ojos y se quedó dormida.

Al día siguiente, ya todos con nuevas energías se sentaron de nuevo a arreglar lo que el primer día había quedado pendiente. Los representantes se sentaron de nuevo en la mesa con el avatar y la conversación siguió:

Bueno durante todo el día de ayer estuve pensando y creo que el punto de vista de los reyes Kuei y Arnook, además de Sokka y Katara, es válido porque desde luego quieren que se imparta justicia de los actos cometidos por las tropas. Y el general Iroh y el señor del fuego Zuko buscan que se perdone a los soldados "inocentes" que solamente siguieron indicaciones de sus superiores, los cuales si merecen un castigo. Quisiera proponer que...Se someta a juicio a todas las autoridades militares y sus elementos más distinguidos. Al resto del ejército se le dejará marchar a casa e incluso asentarse en algunas aldeas y ciudades – Propuso Aang. Los reyes estaban en absoluto silencio. El general Iroh los miraba absorto en sus pensamientos…

La nación del fuego acepta la propuesta del avatar mientras en los juicios haya un representante de la nación del fuego para defender al acusado – Dijo Zuko.

El Reino tierra acepta la propuesta del Avatar, y la condición del señor del fuego Zuko - Agregó Kuei

La tribu agua del Norte acepta la propuesta y la condición – Accedió Arnook

La tribu agua del Sur también está de acuerdo – Contestó Sokka finalmente.

¡Excelente! – Aang sonrió feliz de haber solucionado el sencillo problema que los reyes habían hecho grande - ¿Seguimos?

La reunión siguió según lo planeado. Parecía que todos los reyes estaban de buen humor y las negociaciones del tratado se llevaron a cabo de manera tranquila. Katara estaba aburrida. Había decidido acompañar a Sokka porque… bueno la invitación había sido para ambos pero sinceramente los rollos políticos no le interesaban en lo más mínimo. Miró el techo y decidió salir de nuevo a tomar aire.

La tarde era muy diferente ahora. Faltaba poco para que empezara el atardecer. Katara bostezó. Sola con sus pensamientos miraba el sol caer hasta que llegó Zuko. Igual que el día anterior, se situó junto a ella y la miró.

Las reuniones políticas me aburren como no tienes idea – Bostezó cómodamente como un oso

A mí también. Pero bueno… es el último día. Mañana todos regresarán – Dijo Katara, triste por una parte y por otra, aliviada.

Si… Todo termina hoy. Mañana solamente será la ceremonia de firmas, pero eso no suena aburrido… bueno tan aburrido haha – Río Zuko. Katara sonrió para sí misma. Siempre le había gustado su manera de reír.

Todavía queda la cena de hoy en la noche Zuko. Y apuesto a que todos hablarán acerca del magnífico trabajo que han hecho y luego se caerán de borrachos de tanto brindar por la magnificencia de sus gobiernos – Contestó Katara, hastiada de la idea de tener que soportar tal tortura. Zuko sonrió.

Bueno… Ya que te aburren las aburridas pláticas entre políticos y a mí también, ¿Por qué no te sientas conmigo? Así podemos conversar de algo más interesante que la magnificencia de los gobiernos de las naciones – Le propuso con una sonrisa. Katara sonrió también.

Me parece una sabia propuesta señor del fuego Zuko. Será con usted con quién me siente en la cena – Le contestó con un tono burlonamente pomposo

Excelente Lady Katara, de la Tribu agua del Sur. Ahora la invito a pasar de nuevo a la sala porque el resto ya debe estar preguntándose cuándo regresaremos.

En la noche, Katara se arregló especialmente. Se puso un vestido azul claro de tela delgada, se cepilló el cabello, se puso el collar de su madre y se pintó los labios de un tono rosado. Bajó las escaleras de su alcoba donde Sokka a estaba esperando. Se quejó que tardase tanto en bajar y que estaba muriéndose de hambre. Al entrar al comedor, Katara le susurró a Sokka que esta noche se sentaría junto a Zuko, para que él pudiera platicar cómodamente con Aang y el rey Arnook. Sokka volteó a verla con una inquisitiva ceja levantada, pero aceptó la decisión de su hermana y la llevó hasta su asiento.

Zuko se levantó y le abrió la silla a Katara. En seguida sirvieron la cena. Comieron en silencio mientras los Reyes, Aang y Sokka platicaban acerca de su magnífico trabajo. Katara miró a Zuko y los dos rieron en silencio. El rey Kuei mandó pedir un par de botellas de vino para brindar. "¡Por la hermandad de las naciones!"Chocaron copas y todos excepto Aang, bebieron todo su contenido de un sorbo. Pidieron otra ronda, y otra y otra y otra. Zuko y Katara sólo se reían en silencio mirando burlonamente a los dueños del mundo brindar hasta por sus ropas. Los reyes bebían, Zuko y Katara reían y Aang no dejaba de mirarlos. Estaba celoso. "¿Por qué Katara está sentada al lado de Zuko y no del mío? Supongo que todavía siente la tensión entre nosotros, bueno más bien creo que sigue sintiéndose incómoda en mi presencia. Pero… debe saber que sigo amándola y que tan solo espero otra oportunidad para volver a su lado" Pensaba el avatar.

Zuko miró a Katara y ambos se sonrieron de nuevo.

¿Me vas a extrañar Katara? – Le preguntó

… Si Zuko si te voy a extrañar – Contestó. "Más de lo que piensas" Recorrió su mente - ¿Y tú a mí?

No - Contestó secamente. Katara se quedó impasible – Haha no es cierto Katara claro que voy a extrañarte. Voy a extrañar verte.

¿Verme? – Preguntó aliviada

Sí, verte. Es… difícil de explicar – Contestó un poco apenado.

Está bien señor del fuego Zuko, no le pediré explicaciones – Rio Katara. Chocaron sus copas y bebieron el vino que había en ellas.

Ya entrada la noche, cuando los dos reyes y Sokka estaban definitivamente un poco pasados de copas, Katara decidió que era momento de retirarse.

Con su permiso caballeros, me retiro a mis habitaciones. Estoy un poco cansada- Anunció. Todos se levantaron

Yo te acompaño Katara. No es correcto que vayas sola – Le dijo Zuko y le ofreció su brazo. Aang lo miró, celoso de nuevo.

Oh… Gracias Zuko – Se ruborizó un poco – Buenas noches caballeros.

Katara se tomó de su brazo y caminaron por el pasillo en silencio. Llegando a las escaleras, Katara se volteó poniendo en claro que no era correcto que Zuko subiera a su habitación.

Bueno… creo que aquí te dejo – Empezó

Si… - Contestó ella- Buenas noches Zuko, gracias por no haber dejado que me pudiera de aburrimiento ahí adentro

Haha gracias a ti Katara. Buenas noches – Le dijo sonriente y antes de que se diera la vuelta- ¡Espera! Casi lo olvido jeje. Mi tío quiere quedarse un par de días más en Ba Sing Se porque bueno pasado mañana sería el cumpleaños de su hijo Lu Ten y quiere estar aquí para poder honorarlo. Y bueno… mañana va a arreglar unas cosas y visitar algunos amigos después de la ceremonia y voy a estar solo todo el día… y bueno quería preguntarte si… - Interrumpió. Estaba buscando las palabras correctas – Si quisieras pasar la tarde conmigo y bueno hacer algo… tomar té o algo así – Terminó, un poco inseguro. La cara de Katara se iluminó

Me parece bien haha yo estaré aquí también un par de días más así que es perfecto ¿Por qué no me enseñas a hacer té señor del fuego Zuko? – Preguntó. "Como hacer té, no seas ridícula Katara debe ser bastante fácil. Tonta. Bueno veamos que dice" Pensó

Haha excelente Lady Katara. Bueno… mandaré a un carruaje que pase por ti en la tarde y te lleve a la casa donde estaremos ¿te parece?

Sí, claro. Buenas noches Zuko – Se dio la vuelta y subió las escaleras emocionada.

Se recostó en la cama, cansada. Sonrío, pensando que todo estaba saliendo de maravilla. Después se quedó dormida.