¡Hola!

Ains, bueno, que nervios.

Es primera vez que publico un SuiKa, y tal vez sea medio raro, bueno es un fic muy a mi estilo jaja, pero en fin, lo tenía pendiente desde hace rato.

Esta historia va dedicada a mi amiga Aki no Kissu, espero que te guste ^^

Disclaimer: Estos personajes pertenecen a Kishimoyto-sama y no a mí, aunque yo sería tan feliz xD

xxxx

Eres frío como el agua que se escurre entre mis dedos, que huye de mí, que jamás podré sostener entre mis manos… porque esa es su naturaleza… siempre será libre…

Capítulo 1: Odio

Cada vez que lo veía sentía esa palpitante emoción dentro de su pecho, aquel sentimiento que la quemaba como si fuese un volcán a punto de estallar. Sus ojos… su sonrisa, su cuerpo, todo de él, todo le hacía sentir de esa manera, absolutamente cada rincón de su esencia era… repugnante.

Odio… era lo que ella sentía al verle, lo detestaba, lo odiaba tanto que le era imposible describir cuanto.

—Hey ¿Cómo estás brujita? – Y ahí estaba otra vez con esos estúpidos comentarios y esa sonrisa socarrona, capaz de sacar de quicio hasta al ser más impasible sobre la tierra.

Ella lo miró, observó fijamente aquellos ojos color violeta y ese cabello blanquecino, ese cuerpo de atleta y esa mirada burlona que la exasperaba, todo aquello mientras las gotas del agua resbalaban por su blanca y perfecta piel, pues él acababa de salir de la piscina.

—¿Qué es lo que quieres sabandija de quinta? – Incordió de forma nada amable la muchacha, mientras que se cruzaba de brazos. Esta no era la primera vez, no soportaba verle por más de dos segundos sin escupirle un par de insultos, sin restregarle en la cara cuanto era que lo detestaba, cuanto era que lo envidiaba.

Él le siguió sonriendo de aquella forma tan peculiar, apreciando el cuerpo de la joven en ese traje de baño azul marino de una sola pieza, el traje de natación de su escuela. Ella realmente poseía un cuerpo de dioses, acompañado de ese largo cabello rojo y esos ojos carmesí, que parecían intensas llamas ardientes, eran algo que verdaderamente lo hipnotizaba con sólo verla, pero como siempre ella tenía que arruinar toda esa magia que le causaba con su maldito mal humor.

—Nada, a veces sólo me preguntaba… ¿Por qué jamás entras en la piscina? – Susurró acercándose al oído de la pelirroja, la cual se tensó por un momento. Ella estuvo a punto de responderle, pero el grito de una de sus amigas la distrajo.

—¡Karin, ven, vamos a almorzar! – La llamaba una joven de cabello rosado, tono bastante peculiar a los ojos de cualquiera. Ella tenía dos orbes de color jade, bastante hermosos y llamativos, y su cuerpo aunque no era del todo desarrollado, era el de una jovencita de su edad.

—¡Ya voy Sakura! – Respondió a la rosada, pero luego se volteó hacia el sujeto albino una vez más —. Después seguimos con nuestra plática, subnormal.

Karin se retiró sintiéndose victoriosa, porque una vez más ella había logrado irse sin salirse del todo de sus casillas, es que ese sujeto era demasiado molesto y le costaba mucho controlarse y no matarlo.

*• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• -

—Y entonces ¡Tachan! Que se tira a la piscina y llega al otro lado en menos de dos minutos – Comentaba una chica de larga cabellera rubia, tomada en una coleta alta y con profundos ojos azules —. Es que hay que ver, él sí que es un buen nadador, seguro representará a la escuela muy bien ¿Verdad que sí Karin?

La aludida miró a su amiga sin mucho interés, desde hace rato que todas hablaban de lo genial que era el Hozuki en la piscina, de lo bien que nadaba, lo rápido que era. Patrañas, estaba cansada de oír hablar maravillas de ese idiota.

—A mí me da igual Ino, ese tipo me es indiferente – Dijo como si nada, apoyando su rostro sobre una de sus manos y mirando hacia la nada.

—Tú siempre dices eso, pero te la pasas peleando con él por cualquier cosa y además, siempre lo miras ¿O crees que no lo hemos notado? – Habló Sakura, pero el comentario no pareció perturbar a Karin, pues siguió en la misma posición, como si nada —. ¡Karin, dime algo!

—¿Qué debería decirte?

Los ojos de Sakura y de Karin brillaban con intensidad y deseos de muerte para su contrincante, podían ser de las mejores amigas, pero cuando ambas chocaban con ese carácter fuerte que poseían, nadie podía detenerlas.

—O-oigan ya… - Las detuvo una joven de cabello castaño y ojos negros, la cual se mostraba algo tímida, al igual que la otra chica que se encontraba a su lado, una muchacha de ojos color perla y cabello negro azulado —. Por favor chicas, no vayan a pelear.

—Matsuri tiene razón, cálmense ya – Les aconsejó Ino —. ¿No ven que la asustan a ella y a la pobre Hinata?

Hinata sólo bajó la mirada y Matsuri asintió con la cabeza, mientras que Sakura y Karin suspiraban resignadas, esas dos chicas eran demasiado sensibles y odiaban las peleas que ellas protagonizaban, o que de pronto hacían también metiendo a Ino, así que sólo por ellas se detendrían.

—Está bien, perdón Matsuri y Hinata, no lo volveremos a hacer – Se disculpó Sakura. Karin sólo asintió con la cabeza.

Aún se sentía rara entre ese grupo de chicas, recordaba a la perfección que en su primer día de clases fue odiada por todas ellas, porque apenas entró al salón se había arrojado a los brazos de Sasuke Uchiha, el chico más popular de la escuela. La verdad era que eran amigos desde hace mucho tiempo, pero ella siempre estuvo enamorada de él, aunque ahora sólo lo veía como a un amigo, ya que sabía perfectamente cuales eran los sentimientos de él hacia cierta chica.

A veces se moría de la risa cuando Sakura le reclamaba el pasar tanto tiempo junto a Sasuke, pues la ojijade ignoraba que el Uchiha en realidad la quería a ella.

En fin, después de conocerse un poco con esas chicas, se habían vuelto todas muy amigas, además ellas eran agradables, no como las de su antigua escuela que eran totalmente superficiales y arrogantes, le daba gusto haber cambiado de aires.

—Oye Matsuri, mira quien viene ahí – Dijo Ino, interrumpiendo los pensamientos de la pelirroja. Karin se volteó al igual que la nombrada y el resto de sus amigas, divisando a un apuesto joven pelirrojo de ojos verde agua, el cual estaba de pie a unos cuantos metros de ellas.

Ino golpeó con su codo a la pobre Matsuri, que se había sonrojado cual semáforo. Karin rió al observarla.

—B-bueno chicas, mi novio me espera – Dijo la castaña con vergüenza. Se puso de pie y corrió a los brazos del pelirrojo, dándole un corto beso en los labios para luego alejarse junto a él.

—Yo también me largo – Karin se puso de pie con los ojos cerrados. A veces envidiaba a Matsuri, le gustaría tener un novio así como el de ella, ese sujeto era frío y serio con todas las personas, pero con su novia, era harina de otro costal. Karin estaba acostumbrada a las relaciones algo tormentosas, había acabado mal con todos sus novios anteriores, siempre discutían, nunca un hombre la había tratado como a una princesa.

—¿Dónde vas Karin? – Preguntó Sakura.

—Voy a la biblioteca por un libro de ciencias, es que me olvidé de estudiar para el examen de mañana.

—V-voy contigo, Karin-san – Habló por fin Hinata, pues ella era la más callada del grupo y siempre hablaba sólo cuando debía hacerlo. Karin le sonrió y así ambas partieron hacia la biblioteca de la escuela.

*• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• -

Siempre había sido una chica muy estudiosa, amante de los libros, sobre todo si estos trataban sobre temas de misterio, por alguna razón las ciencias ocultas le atraían, pero eso era harina de otro costal.

Ahí se encontraba Karin Matsuyama junto a su amiga Hinata Hyûga, buscando la información necesaria para el examen que se les avecinaba. Y ahí, desde la puerta de la estancia, aquel muchacho de ojos violetas le observaba en silencio y esbozando aquella extraña sonrisa.

—Pelirroja tonta… si tan sólo tú… - No terminó su frase al darse cuenta de que uno de sus amigos se le acercaba. Se trataba del famoso Sasuke Uchiha, que caminó hasta su lado y posó una mano sobre su hombro.

—¿Otra vez mirando a Karin? No imaginé que te gustara tanto – Le dijo sin mirarlo. Suigetsu se soltó de su agarre con brusquedad, con el rostro levemente sonrojado y haciéndose el ofendido.

—¡A mí no me gusta la pelo de zanahoria! – Exclamó con el ceño fruncido, haciendo una X con sus brazos y provocando gracia en el azabache, que aunque no rió sí que se sintió tentado a hacerlo, sobre todo al ver a la pelirroja detrás de su amigo.

—¡¿Qué dijiste sobre mí lagartija de coladera? – Karin abofeteó a Suigetsu tres veces por cada lado y se fue pateando el suelo, mientras que Hinata sólo le seguía en silencio y asustada como un bebé.

Sasuke suspiró, siempre era igual con esos dos, se la pasaban insultándose sin ser capaces de decir lo que en verdad sentían, porque incluso para sus ojos era bastante obvio.

—Esa tonta, golpea realmente fuerte – Se decía Suigetsu sobando una de sus mejillas con el ceño fruncido.

*• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• - _ -•**• -

Ella se encontraba en su casa oyendo algo de música para relajarse, mientras que escondía su cabeza en la almohada.

¿Por qué ese idiota debía meterse así en su vida? Lo odiaba… lo odiaba porque él amaba algo a lo que ella le temía con todas sus fuerzas.

¿Hidrofobia? – Preguntó la pelirroja a aquella mujer que estaba sentada frente a ella, mirándole con su siempre ojo crítico —. ¿Qué es eso Shizune-san?

La sicóloga actuaba seriamente, anotando todo en su libreta, pero sin dejar de ver a su paciente, porque debía explicarle muy bien de que trataba su problema.

Así es, se trata de un miedo irracional a las grandes cantidades de agua, ya sea una piscina, un río, lago o hasta el mar – Karin bajó la mirada, ella tenía razón, sentía todo aquello cada vez que estaba en la piscina de la escuela, odiaba tener clases de natación, por eso jamás entraba, no se atrevía ni a tocar el agua.

Ya veo… ¿Y existe alguna forma de contrarrestarlo?

Lo ideal sería que enfrentes ese miedo, intentando aprender a nadar, tal vez – Recomendó Shizune, pero la sola idea de aprender a nadar para Karin era un calvario —. Dime una cosa, ya que hablamos sobre esto ¿Tuviste un accidente cuando niña no es así?

Sí, me caí a la piscina de mi casa cuando tenía seis, casi morí… - La chica agarró con fuerza la tela de su falda escolar, arrugándola. Se sentía molesta consigo misma ¿Cómo podía tenerle miedo al agua?

Entiendo, es normal que desarrollaras una fobia después de eso, pero debes estar tranquila si lo quieres superar, y sobre todo tener deseos de hacerlo – Shizune sonrió con comprensión, pero Karin no se sintió bien con eso, no podía ser que algo tan estúpido la estuviera afectando de esa manera.

—Y después eso… - Susurró dándose una vuelta en la cama, porque le molestaba recordar aquella otra cosa.

Habían presentado al chico nuevo en la primera clase de la mañana, e inmediatamente llamó su atención. Siempre le habían gustado como Sasuke, y este era totalmente diferente, pero aún así había algo interesante en él, tal vez esa sonrisa tan confiada.

Sin embargo ahora Karin se sentía enojada, porque nuevamente estaban en esa molesta clase de natación, lo único bueno era poder ver el torso denudo de sus compañeros, que a decir verdad estaban como querían; ella no podía evitar admitir que a veces era un poco pervertida, pero eso no tenía nada de malo, después de todo no hay pecado en mirar.

¡Bien, es el turno de los chicos! – Exclamó el profesor de gimnasia, Maito Gai, sacando un silbato de quien sabe donde para soplar y al instante todos los hombres estaban perfectamente formados frente a la piscina, harían una carrera a ver quien era el más rápido.

¡Te derrotaré Sasuke- teme! – Exclamó un chico rubio de ojos azules, grandes y hermosos como el cielo. Sasuke sólo le miró y le ignoró, lo que encendió más el instinto competitivo de Naruto Uzumaki.

A-ánimo Naruto-kun… - Susurró por lo bajo Hinata, con el rostro totalmente sonrojado y obviamente, sin ser oída por el hiperactivo muchacho, aunque Karin sí la escuchó y sonrió guiñándole un ojo, lo que hizo salir humo de las orejas de Hinata.

¡Tú puedes Gaara-kun! – Gritó Matsuri animando a su novio, el cual se volteó y le sonrió, haciendo gritar a un grupo de chicas que eran sus fans y provocando el sonrojo en Matsuri. Luego de dos segundos las fans miraron mal a la castaña.

¡Sasuke-kun, eres el mejor! – Exclamaron Ino y Sakura al unísono, para luego mirarse con un rayito de rivalidad entre ellas. Karin suspiró, estaba a punto de gritarle algo a Sasuke para animarlo, pero entonces volvió a fijarse en el nuevo; Suigetsu Hozuki si no estaba equivocada.

Él hizo una especie de seña, como un signo de victoria. Justo en ese momento Gai-sensei hizo sonar el silbato y todos se lanzaron al agua.

Un poco salpicó a Karin y ésta se hizo hacia atrás, no quería ni tocarla.

Las chicas gritaban emocionadas apoyando a su chico favorito, hasta que alguien llegó a la meta. Sacó su cabeza para respirar, se trataba de nada más y nada menos que el nuevo, que había hecho un record de tan sólo cuarenta y cinco segundos, superando el de Sasuke de cincuenta.

Todos estaban sorprendidos por su rapidez, pero en especial ella… nunca pensó conocer a una persona que se apasionara tanto por aquel deporte, porque mientras él celebraba lo dijo "Amo la natación".

Fue entonces que comenzó a odiarle, a envidiarle, porque ella jamás podría ser como él, nunca nadaría como él.

Mientras esa estúpida fobia estuviera en su camino, le seguiría odiando a él, porque él era como el agua, él era como eso que ella odiaba, pero que a la vez deseaba, porque quería dejar de sentirse asustada.

Por eso jamás admitiría que lo que sentía por él no era odio. Simplemente no había nada más.

Continuara…

00000000000000

Bueno, ese ha sido el primer capítulo de este mini-fic, porque no será muy largo, de seguro cinco o seis capis y nada más.

Pero en fin, espero que les haya gustado, a pesar de que no se vio mucho de la pareja aún, pero eso pronto lo verán.

Sin más me despido.

Bye ^^