Disclaimer:Ningún personaje es mío, todos son propiedad de la escritora que con sus letras marcó mi vida… J. K. Rowling.

CAPÍTULO 9:

La sanadora Black

El calor era tan reconfortante, tibio y suave, sin llegar a ser bochornoso. Lo concebía más como una caricia que la hacía sentirse de cierta manera llena o completa. Era el sueño más relajante y cálido que había tenido nunca.

No podía estar en san Mungo porque el dormir ahí para nada era tan apacible. Allí siempre era apresurado su sueño, cada minuto pensando que en cualquier momento la despertarían por alguna emergencia. Este momento era totalmente diferente, era especial. Tampoco se sentía como en su departamento en donde solo sentía soledad y frio.

Prefería no abrir los ojos y seguir disfrutando, pero algo en su conciencia le decía que era mejor despertar en ese momento, que había olvidado algo importante y que era de suma importancia enterarse en ese preciso instante de la fuente de tanto sentir.

Lentamente abrió los ojos sintiendo la luz del sol lastimando sus retinas, parpadeó y miró un techo totalmente desconocido. No era la casa de Sirius, este techo se veía diferente como de otro lugar totalmente ajeno a ella. Entonces recordó el viaje, miró a su lado al recordar que no estaba durmiendo sola y lo vislumbró justo a su lado. Ambos estaban en una posición en donde uno encajaba perfectamente con el otro a pesar de la estatura de Sirius. Demasiado pegados, abrazados y hasta con las cabezas juntas.

Totalmente escandalizada por sus pensamientos anteriores y lo bien que se sintió estando así con él, se levantó de inmediato despertando a Sirius a su paso. Él comenzó a parpadear lentamente mientras ella aterrada porque la descubriría de sus incautos pensamientos, miró hacia todos lados buscando qué hacer y literalmente corrió hacia el armario para sacar su ropa.

─Buenos días ─Le habló Sirius con voz adormilada mientras se desperezaba en la cama.

─Buenos días ─Contestó Hermione aún nerviosa procurando no mirarlo mientras sacaba sus vaqueros y blusa ─. Me bañaré primero si no te importa.

─No, no hay problema ─Respondió él en medio de un bostezo ─. ¿Qué tal dormiste? ¿Mis ronquidos te molestaron mucho?

─No, para nada, tú… no roncas ─Contestó ella todavía evitando verlo, haciendo como que buscaba algo en el armario, rezando porque él no se hubiese dado cuenta de la cercanía que habían tenido hace tan solo unos cuantos minutos ─. Procuraré salir pronto.

─No te preocupes, aún es temprano, tomate el tiempo que necesites ─Le quitó importancia él sin quitarle la mirada de encima.

Con curiosidad miró como ella se metió balbuceando algo que no entendió. Sonrió ampliamente estaba seguro que la razón por la que estaba tan nerviosa era que habían dormido acurrucados en medio de la cama y ella se había alarmado. Sí que era una chica muy virginal, pero le había encantado ver lo ruborizada que estaba y más aún lo cómoda que se veía al darse cuenta de que había estado tan cerca de él. Porque por supuesto que había despertado antes que ella y la había observado suficiente tiempo para detallar sus finas facciones de la cara y lo bien que le sentaba estar así de cerca junto a él.

Sirius Black de ninguna manera era tonto y por supuesto que se había dado cuenta que cuando él se le acercaba ella se ponía nerviosa, que su corazón se aceleraba, que su piel se erizaba y que respiraba agitadamente. Pero esas señales en Hermione no eran las de cualquier otra chica, ella era diferente. Cualquier otra se hubiese lanzado a sus brazos en el primer instante llevada por sus impulsos de deseo. Pero ella, en caso de que le hubiese desagradado la cercanía de alguien tan viejo como él lo hubiese rechazado al primer instante, ella no hubiese permitido nunca tanta cercanía, muy probablemente habría recibido una bofetada. Pero no se veía molesta, en realidad se veía confundida. Y según el diagnóstico de él mismo le hacía falta un empujón para que su misma esposa lo aceptara o rechazara definitivamente.

Media hora más tarde, sin hablar más que lo necesario por la incomodidad de Hermione, ambos bajaron ya listos para desayunar con los anfitriones de la casa. Al mirar por la ventana Hermione se percató de que una brisa insistente movía los árboles.

Sirius amablemente le abrió la puerta del comedor y Hermione se encontró con un lugar totalmente al estilo inglés muy elegante y hogareño al mismo tiempo. Al verlos entrar los señores Van-Beelvord se levantaron de la mesa pare recibirlos con una enorme sonrisa. Junto a ellos se acercaron un par de jóvenes una chica y un chico que se veían mayores que Hermione, y que por sus rasgos parecidos con los señores de la casa ella intuyó eran sus hijos.

─Buenos días, espero que la habitación haya sido cómoda ─Saludó amablemente la señora Van-beelvord mientras iba vestida pulcra y elegantemente con vestido de seda y joyas con diamantes.

─Muy cómoda, muchas gracias ─Le sonrió Hermione mientras se sentía extremadamente vestida fuera de lugar con sus cómodos jeans, tenis y suéter.

─Anoche no hubo suficiente tiempo para que te presentáramos a nuestros hijos. Él es Sebastián ─Anunció el señor Van- veelvord haciéndose a un lado para dar paso a un joven muy apuesto, bastante parecido a él. Solo que musculoso y con aspecto de sentirse de la realeza.

─Encantado ─Saludó el joven Sebastián en un tono muy extraño por el acento holandés. Besó la mano que Hermione le extendió y la miró con curiosidad con un deje de coquetería.

─El placer es todo mío ─Aseveró ella mirándolo seriamente.

─Y ella es nuestra hija pequeña, Kathreen ─Volvió a presentar el señor Van-Veelvord, presentando a una chica muy hermosa de ojos azules, cabello rubio y de facciones finas. Vestía al igual que su familia, con ropa en extremo elegante.

─Mucho gusto ─Le tendió la mano Hermione a una altiva Kathreen. La chica caminó lentamente hasta ella mirándola de arriba abajo mientras fruncía el ceño y buscando algo en Hermione.

─ als u deed te binden? is dat je zwanger bent met opzet? of dreigden hem veroordelen voor hem naar bed te laten geloven dat je een maagd? ─Habló ella en tono de reproche mirando a Sirius y a Hermione alternativamente.

Aunque Hermione no entendió nada, por el tono en que ella habló y la forma en que todos se miraron, entendió que había sido algo ofensivo en contra de ella.

─Kathreen, discúlpate con ella en este instante ─Exigió furioso el padre de la linda doncella grosera.

Pero ella solo frunció los labios, miró a todos molesta a Hermione con desdén saliendo rabiosa de la habitación dando pisadas fuertes y azotando la puerta con fuerza.

─Disculpa a mi hija, pero es muy rebelde y es difícil controlarla ─Se disculpó muy angustiada la señora Van-Veelvord.

─No se preocupe ─Le quitó importancia al asunto Hermione, pero miró a Sirius pidiendo una explicación. Él simplemente le sonrió como si nada hubiera pasado y levantó los hombros como si no supiese nada, pero con un deje de vergüenza.

El desayuno fue bastante agradable entre las múltiples disculpas de los señores, y aunque Hermione logró hacerlos sentir mejor y entablar una amable conversación con ellos en la mente de ella comenzaron a crecer muchas posibilidades. Estaba segura que Kathreen le había hablado con celos. No necesitaba hablar su idioma para darse cuenta el reproche con el que le había hablado, como si le reclamara por algo o por alguien.

Pero no tuvo suficiente tiempo para terminar de esclarecer todas las posibilidades del porqué tanto coraje hacia ella por parte de Kathreen, ya que la voz de Sirius la sacó de sus pensamientos.

─Es hora de irnos, cariño ¿Te molestaría adelantarte? Te alcanzaré en un momento ─Le preguntó Sirius mientras caballerosamente la ayudaba a levantarse de la silla del comedor.

─No, claro que no ─Respondió ella sonriendo y mientras estaba distraída Sirius le dio un suave beso en los labios dejándola paralizada. Cuando los hombres se despidieron solo pudo mover la cabeza para responder. Despertó del ensimismamiento hasta que Mary Ann le habló para guiarla hacia afuera de la casa.

Ambas caminaron por la majestuosa y elegante casa hacia la entrada principal mientras charlaban. Hermione no podía quitarse el sonrojo de la cara mientras trataba de responder las amables preguntas de la señora Van-Veelvord. Salieron hasta un césped verde y amplio totalmente vacío de muchos metros el cual era atravesado por el camino de los carruajes.

─En verdad estamos muy agradecidos por tu estadía aquí. Sin duda será una enorme ayuda tener a una brillante sanadora en estos momentos ―Volvió a agradecer la dueña de la casa.

―No es nada, en realidad soy yo quien agradece la invitación. Hace mucho tiempo que no tengo la oportunidad de hacer trabajo de campo y el lugar es maravilloso ―Le sonrió en respuesta la castaña.

―Me da gusto que estés disfrutando de tu estadía aquí. En un momento te traerán a Feel, es un pegaso muy hermoso estoy segura que te agradará ─Anotó la señora Mary Ann.

Hermione no entendió de qué le hablaba, estaba a punto de responder cuando un momento después sus dudas fueron respondidas ya que el que parecía un empleado de ahí por su forma de vestir campirana caminó hacia ellas jalando con una cuerda a un enorme e imponente pegaso negro.

Ella lo vio incluso más grande que un caballo normal. En verdad era hermoso, pero se veía molesto al ser jalado por el empleado, ya que de tanto en tanto se jalaba con molestia y hacia algo parecido a un relincho a modo de queja por la forma de tratarlo del empleado.

─Él se llama Feel te llevará hasta el lugar en donde hemos colocado un campamento para curar a los heridos. Espero no te moleste viajar en pegaso ─Le explicó la señora Van-veelvord.

La castaña abrió la boca para expresar su sorpresa y el hecho de que ella no sabía volar en pegaso y que de ninguna manera se le antojaba hacer cosa semejante, mucho menos en un pegaso como el enorme que tenía frente.

─Muchas gracias Mary Ann, por prestarnos a Feel pero no nos hará falta ─interrumpió Sirius quién venía jalando a otro de esos majestuosos animales menos imponente y que era de un impecable blanco ─. Le he pedido a tu esposo que nos preste a Vreugde para que volemos juntos ya que Hermione no es muy afecta a volar que digamos. Espero no te moleste.

─De ninguna manera Sirius, si de esa manera se sienten cómodos por mi está muy bien y que mejor que Vreugde para llevarlos ─Le sonrió amablemente Mary Anne ─. Éles un pegaso muy cordial y cariñoso no tendrás ningún problema para volar con él ─ Se dirigió hacia Hermione.

─Muchas gracias ─Habló automáticamente Hermione, sin evitar pensar que tenía que subirse al pegaso y volar con Sirius. La piel se le erizó de solo pensarlo, ella odiaba volar, en verdad esperaba que existiese otra forma de llegar al lugar en donde ayudaría a los enfermos porque no soportaría volar todos los días del mes que pasarían ahí.

─Vamos Hermione ─ Sirius la sacó de sus pensamientos por segunda vez en el día.

Ella caminó hasta él con temor sintiéndose que iba a la horca o algo similar. Sirius debió notarlo porque le dedicó una amplia sonrisa y le tomó la mano.

─No le tengas miedo ─Le habló su marido mientras le acercaba la mano al pegaso. ─Vreugde es inofensivo ─Le siguió diciendo mientras ambos lo acariciaban.

─Ahora debes subir a él. Yo te ayudaré y cuidaré que no caigas, confía en mí ─Le aseveró él mientras la acercaba a la silla de montar. Luego le dio instrucciones de como subirse y tomándola de la cintura, la ayudó a montar.

Cuando Hermione estuvo bien sentada en Vreugde procuró no mirar hacia abajo porque seguro estaba demasiado alto y ella estaba aterrada. Muy rápido sintió a Sirius subirse atrás de ella, pasar sus brazos alrededor de su cintura y tomar las riendas del pegaso.

─Nos veremos en la noche, Mary Anne, muchas gracias ─Se despidió Sirius.

Hermione ni se acordaba que ahí seguía la señora, giró su cabeza para despedirse y ahí se dio cuenta de lo alto que estaba del suelo, como dos metros y medio. Únicamente alcanzó a hacer un saludo de despedida con su mano mientras Sirius hacia que Vreugde comenzara a trotar.

Ella miró hacia el frente prefiriendo cerrar los ojos mientras sentía el aire helado en su piel y desordenando su cabello. Un horroroso sentimiento de vértigo luchaba en su interior con su valentía.

─No cierres los ojos debes aprender a mirar mientras volamos ─Le habló feliz su marido.

─No puedo, lo siento ─Se disculpó ella comenzando a tiritar y cerrando con más fuerza los ojos tratando de no pensar en vomitar.

─Sentirás peor si tienes los ojos cerrados ─Le advirtió él aún con tono feliz de sentir a Hermione tan cerca e intentando de aferrarse a él.

─Correré el riesgo ─Respondió ella molesta por la felicidad de Sirius. ¿Qué podía causarle tanta felicidad si ella estaba sufriendo tanto? Si no se sintiese tan enferma por volar le habría dicho una que otra cosa merecida.

Sintió que el pegaso aumentaba la velocidad y estuvo a punto de ponerse a gritar que se detuviera, pero sabía que debía aguantar si quería llegar a donde los enfermos le necesitaban. Solo en unos momentos más sintió que el pegaso hizo una especie de salto y que comenzó a elevarse en el aire.

Sirius comenzó a reír muy contento por la adrenalina y la emoción por volar de nuevo, y que mejor que acompañado de Hermione. Ella por otro lado estaba segura que pronto vomitaría, era como subirse a la montaña rusa.

─Abre los ojos Hermione te vas a sentir mucho mejor ─Insistió Sirius suavemente mientras la abrazaba para compartirle su calor tratando de hacerla sentir segura.

Ella confió en él y empezó a abrirlos poco a poco sintiendo el viento en su cara. Pudo vislumbrar el campo y la naturaleza en todo su esplendor.

─¿No es hermoso? ─Le preguntó Sirius junto a su oído con voz suave nuevamente.

─Si, es muy hermoso ─Contestó ella después de un rato de mirar detenidamente la naturaleza y mientras comenzaba a sentir que el calor de Sirius le quitaba el frío que sentía.

Al fin empezó a disfrutar del viaje observando el pasto, arboles, animales, ríos y una que otra montaña, pero nunca miró hacia abajo.

─Esta es mi parte favorita del viaje, la que más disfruto porque me permite pensar con toda claridad y recordar la pureza que puede existir en la vida ─Habló Sirius sin dejar de abrazarla.

Ella sonrió sorprendida por la profundidad de las palabras de él. Tenía tanta razón, el lugar permitía sentirse libre y recordar un poco cuando era niña y sus padres la llevaban de día de campo. O cuando salió de la escuela de medimagia y hacía prácticas de campo. Ella los denominaba sus días de gloria.

─En realidad estoy segura que tu parte favorita es cuando Vreugde salta para elevarse ─Bromeó ella riendo ya sabiendo lo temerario que él era.

Él rio con fuerza divertido. Adoraba como ella era tan lista y a pesar del poco tiempo que llevaban juntos, parecía que lo conocía muy bien.

─Adivinaste, son mis partes favoritas de volar, que inteligente eres. ─Siguió riendo él.

Unos momentos después, apareció en su vista una clase de carpa de circo y Vreugde comenzó a descender para acercarse a este.

─Hemos llegado ─Anunció Sirius ─Este es un campamento que se instala en cada lugar que se necesite ya que está muy lejos del sanatorio que se ha construido para los habitantes de lugares aledaños.

Entonces comenzaron a descender más hasta tocar tierra y comenzar a trotar nuevamente para finalmente detenerse. Un par de personas corrieron a acercarse a los recién llegados. Un hombre y una joven que tenían los rasgos físicos característicos de los lugareños. Cuando se detuvieron por completo, Sirius se bajó y ayudó a Hermione a bajarse tomándola de la cintura nuevamente.

─Gracias ─Dijo Hermione mirando el suelo levemente sonrojada. No podía imaginar hacer eso todos los días en el mes que iban a pasar ahí. Sin contar los besos.

─No fue nada ─Sonrió abiertamente, Sirius, encantado de tener esos momentos para poder estar cerca de ella.

Las dos personas se terminaron de acercar. El señor comenzó a hablar en holandés y Sirius le respondió sin problema presentándola a ella como siempre. Hermione decidió pedirle a Sirius que le enseñara a hablar el idioma, no le gustaba depender totalmente de alguien más para comunicarse y no saber nada de lo que decían. Por segunda vez en el día.

─Hola, mi nombre es Adrie ─Se presentó la chica, hablando el idioma de ellos sin problema ─Yo soy estudiante de medimagia y quisiera presentarme ya que seré su ayudante durante toda su estancia, sanadora Black.

Hermione que sonrió contenta y entusiasmada de escuchar que tendría una aprendiz, se quedó perpleja al escuchar que la llamaban por primera vez sanadora Black. En San Mungo siempre era la sanadora Granger, nunca Black.

─Mucho gusto ─Estrechó la mano con la chica, aún turbada por su nuevo título.

─Él es el señor Mousley. Él organiza estos campamentos de medimagia, ya que el sanador de esta comunidad está en el sanatorio atendiendo a los enfermos de ahí ─Apuntó Sirius presentándolo con el otro holandés que no hablaba su idioma.

─Si me acompaña sanadora Black, yo la llevaré a que se prepare para atender a los pacientes y la acompañaré en su recorrido para traducir y ayudarle en lo que le haga falta ─Le ofreció Adrie con una enorme sonrisa.

─Muchas gracias, vamos ─Asintió Hermione y se giró para mirar a Sirius.

─Yo tengo que ir a ayudar en otro lugar cerca de aquí, no te preocupes por mí. Más tarde regresaré a ayudar aquí también y por ti ─Le aseguró él sin dejar de sonreír. Ella asintió.

Hermione pensó en darle un beso en la mejilla a modo de despedida pero Sirius tenía otros planes. Justo cuando ella se acercó para darle el beso, el giró la cara y le plantó un beso en los labios y luego otro más largos de lo que ella pensaría que debían durar.

─Cuídate ─Le pidió él mientras se volvía a subir a Vreugde sin dejar de mirarla. Ella tampoco le quitó la mirada de encima totalmente embobada y atónita por lo que acababa de pasar. Unos momentos después recordó porque estaba ahí y se giró rápidamente para ver a Adrie que aún esperaba por ella sin moverse.

─Lo lamento, yo… ─Trató de explicarse sin poder hacerlo.

─No, yo entiendo ─Le sonrió e inmediatamente habló el señor Mosley en holandés sin dejar de sonreír igual que Adrie. Hermione lo miró sin entender ni una sola palabra.

─Dice que así son los recién casados, siempre de luna de miel o "Altijd huwelijksreis" como le llamamos aquí en Holanda ─Tradujo la chica sin dejar de sonreír.

Hermione los miró alucinada de que estuviera pasando aquello. En un país extranjero, sin saber hablar el idioma, con mucha gente que necesitaba su ayuda, ella encantada de ayudar, su falso marido fingiendo generosamente bien el "recién casados" y todos pensando que seguían en la euforia de la luna de miel con todo lo que eso implicaba.

─¿Y en donde dicen que está el material para alistarme? ─Preguntó ella sacudiendo la cabeza para olvidar sus pensamientos que eran remplazados por las ansias de realizar su tan amado trabajo.

─Por aquí por favor ─La guio la chica entusiasmada de comenzar caminando hacia el campamento.

El señor Mosley se despidió de ellas animadamente cuando alguien le gritó en holandés a lo lejos y él se fue corriendo. No sin antes hablarle a Hermione en el molesto, para ella, idioma desconocido haciéndole reverencias y como agradeciendo por su ayuda. Cuando terminó de irse Hermione se atrevió a preguntar.

─¿Cómo es que sabes mi idioma? ─Inquirió a una muy sonriente Adrie.

─Estuve en Inglaterra cuando fui niña ─Explicó ella con mucho ánimo─ Mi madre es inglesa y viví con ella gran parte de mi infancia. No lo he olvidado porque aún nos escribimos con regularidad.

─¿Cuánto tiempo llevas estudiando medimagia? ─Continuó con el interrogatorio de rutina para los estudiantes de la Sanadora Granger.

─En realidad, el sanador Meindert Oldekamp me está enseñando en clases personales, como comprenderá aquí no hay escuelas de medimagia. Apenas llevo un par de años, pero soy la primera persona en interesarse en aprender en muchos años ─Explicó Adrie extasiada de contarle su historia a todo un personaje en la sanación y en la historia mágica ─. Ni si quiera el hijo del sanador quiso aprender.

─Entonces que bueno que vine a ayudar y con mucho gusto te enseñaré todo lo que se pueda ─Agregó Hermione contenta por su nueva estudiante entusiasta.

─Todos estamos muy agradecidos que una gran sanadora de Londres viniera a ayudarnos en estos momentos tan difíciles ─Añadió Adrie ─. Y para mí es un honor aprender de usted.

─El honor es para mí enseñarte ─Habló Hermione mientras seguían caminando hacia el campamento ─No siempre me he encontrado con una alumna tan entusiasta y con tantas ganas de aprender como tú.

─Muchas gracias ─Sonrió la chica muy alegre ─. Por aquí por favor─ Indicó la entrada del lugar.

Entraron al campamento y Hermione se quedó asombrada por el lugar. Parecía una gran bodega con espacios divididos para cada sala y compartimientos para cada paciente. Todo bien distribuido y organizado. Podía ver gente que iban y venían a todas partes, en su mayoría lo que parecían monjas o familiares que iban de un lado al otro.

─Todo esto ha sido planeado por el sanador Oldekamp ─Apuntó Adrie mientras caminaban entre la gente─. Es un hombre de gran experiencia y con mucho ingenio. Les enseñó a las religiosas a hacer curaciones básicas para que todos los pacientes fueran atendidos rápido.

Entró a un cuarto más grande que los demás mientras Hermione seguía a la chica. En este compartimiento había muchas provisiones y un espacio reservado con todo listo para esterilizarse.

─Afortunadamente el señor Van-Veelvoorde ha sido muy generoso para comprar incluso de su propio dinero todo lo necesario para asistir a las personas ─Informó y alabó Adrie.

─Que buen gesto de su parte ─Dijo Hermione mientras comenzaba con mucha habilidad a prepararse. Con detalles le explicó a Adrie el procedimiento correcto para limpiarse e hizo que ella también lo hiciera para después ponerse una bata especial, gorro y guantes.

─Lo que a usted le toca hacer es atender a los pacientes más graves y a los que necesitan ver a un sanador ─Apuntó Adrie ─Estos fueron seleccionados de entre todos los pacientes, ya que en su mayoría son heridas leves.

─Muy bien, entonces comencemos ─Sonrió Hermione.

Adrie la guio hasta el primer compartimiento para que Hermione diera su primera consulta y así fue durante todo el día sin parar, un enfermo tras otro. Hermione escuchaba la traducción de Adrie sobre lo que le había pasado al paciente, relatado por él mismo, un familiar o una monja. Luego hacia una revisión del paciente en general, de las heridas, hacia un par de pruebas y finalmente daba un diagnóstico, instrucciones a seguir y pociones. Examinó niños, niñas, bebés, adultos, embarazadas, hombres, mujeres, ancianos; todos heridos, enfermos o ambos.

Para cuando terminó de revisar a todos los que necesitaba su consulta ya era de noche y Sirius tenía rato esperándola. Prácticamente arrastrándose salió del campamento para irse con Sirius. Se despidió de todos y sin quejarse se subió a Vreugde para poder llegar a darse una ducha, comer algo ligero y dormir.

Ese ritmo de un solo día, era igual o peor que San Mungo, pero para cuando se metió a la cama con Sirius estaba totalmente complacida de haber ayudado a tanta gente y haberle enseñado tanto a Adrie. En tan solo unos minutos Sirius observó cómo Hermione se quedó profundamente dormida de lo exhausta que estaba y él procedió a hacer lo mismo.

En la madrugada comenzaron a tocar la puerta del cuarto de los Black con mucha insistencia. Sirius atinó a quejarse y voltearse tapándose la cara con las cobijas. Hermione apenas si se movió. Pero a pesar de ser ignorados, no dejaban de tocar la puerta con mucha insistencia.

─Yo voy ─Murmuró Hermione sentándose en la cama sin poder abrir los ojos siquiera.

─No, yo voy ─Dijo Sirius totalmente adormilado levantándose descalzo a abrir. Detrás de la puerta Mary Anne apareció del otro lado aún en pijama de seda y sumamente asustada.

─Perdón que los moleste a estas horas pero hay una emergencia y el sanador Oldekamp no ha podido atenderla ya que se quedó en una comunidad lejana, así que piden la ayuda de Hermione ─Habló apresuradamente denotando su preocupación.

Sirius apenas iba a hablar para decirle que estaba dormida, cuando ella apareció detrás de él despertando de su somnolencia y dispuesta a hacer su trabajo. Sirius la miró sorprendido por su rápida recuperación del letargo y estaba dispuesto a negarse a dejarla ir a esas horas pero antes de que él pudiese si quiera abrir la boca ella habló.

─Sí, claro, ¿en dónde es? ─Preguntó tallándose la cara.

─En el pueblo. No los molestaría si no fuera de vida o muerte. Hay una persona enferma, muy grave que necesita de tu ayuda ─Explicó Mary Ann con expresión preocupada ya que conocía a esa persona de toda la vida y temía mucho por su vida.

─No, está bien, me apuro lo más posible e iré ─Anunció Hermione regresando a la habitación a buscar en el armario algo rápido que ponerse para taparse del frio.

─Yo iré contigo ─Informó Sirius haciendo lo mismo para poder acompañarla.

―No hace falta ―Se negó Hermione mientras se recogía el cabello.

―Claro que sí, nadie más te llevara al pueblo y tú no puedes volar sola ―Repuso Sirius también mientras terminaba de prepararse.

―Entonces apresúrate ―Accedió Hermione y habló con voz de mando de sanadora.

En tan solo unos minutos ambos estaban listos para marcharse. Procuraron vestirse abrigados ya que se sentía fuerte el frio y ni imaginarse mientras volaban en el pegaso en medio del ventarrón. Para cuando salieron, el señor Van-Veelvoorde ya había mandado a preparar a Vreugde para únicamente subirse rápido y levantar el vuelo. Unos minutos después de total silencio y temblando de frio de pies a cabeza llegaron al pequeño pueblo. Éste consistía en unas pequeñas casas de madera, todas lucían antiguas pero con cierta calidez.

Se apresuraron a bajar del pegaso mientras les salía al camino una mujer que parecía muy asustada, vestida únicamente con ropa de dormir y enrollada en un manto negro. En cuanto estuvo lo suficientemente cerca para que la escucharan, comenzó a hablar en holandés con mucha prisa y sin tomar si quiera un respiro.

─Dice que su madre, es una mujer anciana, y que está grave ─Tradujo Sirius—. Que se ha sentido mal todo el día pero apenas se ha puesto peor.

─Dile que me lleve con ella ─Ordenó Hermione.

La mujer le dedicó una mirada suplicante y tomándola de la manga derecha como queriendo que no se fuese a otro lado la llevó hasta una de las chozas. Por dentro era mucho más humilde y estaba alumbrada a penas por una que otra vela. Hermione pudo ver a unas niñas que lloraban silenciosamente en una esquina. Estaban abrigadas por una manta parecida a la de la mujer que los llevó hasta allí. Pronto escuchó que la mujer le decía más, todo en un tono muy preocupado y refiriéndose, por sus mímicas, a las niñas que estaban allí.

─Dice que temen que sea una enfermedad contagiosa, ya que las niñas, que son sus hijas, convivieron con ella en el día. Ellas la atendieron ─Explicó Sirius.

─Que me lleve con la paciente ─Indicó Hermione ─, que me preste una bandeja, agua limpia y un trapo limpio ─Pidió, pero lo miró fijamente por un momento y terminó de decir ─que sean tres trapos limpios.

Sirius le explicó a la mujer lo que Hermione pedía e inmediatamente trajo lo necesario. Hermione se lavó las manos con habilidad y tapándose la boca con el trapo limpio, le mostró a la mujer que debía hacer lo mismo al igual que Sirius.

Los condujo a la siguiente habitación, un lugar húmedo y oscuro como toda la choza. En medio de la habitación estaba una cama pequeña y ahí se encontraba la anciana enferma. Hermione se acercó hasta ella, y comenzó a examinarla. Sacó de su maletín objetos que necesitaba y terminó unos minutos después. Suspiró aliviada de no encontrarle nada grave.

─Dile que es una simple infección, que no hay nada de qué preocuparse ─Habló Hermione sonriendo hacia la mujer. Sirius le tradujo rápidamente ─. Debe tomar tres gotas de esta poción durante 2 días por la mañana y la noche.

Sirius procedió a decirle a la mujer y Hermione le entregó el gotero. La mujer muy agradecida la abrazó con fuerza y no dejaba de darle lo que a Hermione le pareció como las gracias. En cuanto salieron a la primera habitación del comedor, la mujer les pidió que revisara a las niñas, solo por si acaso tenían la infección también. En cuanto Hermione le mostró que estaban bien, una de las niñas le regaló una pulsera tejida a mano de una mariposa.

Media hora más tarde y después de un congelante viaje en pegaso, Sirius y Hermione entraron muertos de cansancio, sueño y frio a su tibia habitación.

─Creo que ha valido la pena la desvelada ─Apuntó Sirius mientras se preparaban para dormir.

─Eso es lo mismo que pienso todas las noches después de San Mungo ─Sonrió con nostalgia, Hermione─. La gente necesita de mi conocimiento y yo estoy encantada de poderles ayudar. Muchas veces no tienen nada con qué pagar, pero para mí su gratitud es mucho más que suficiente.

─Y esta misma noche has ganado una hermosa pulsera ─Celebró Sirius, a lo que Hermione rio contenta mientras la miraba ─Este lugar va a ser muy estimulante para ti ─Sonrió pícaramente.

Ella lo miró fijamente pensando en sus últimas palabras. Se sintió enrojecer y rezó porque la oscuridad de la habitación no le permitiese ver a su "esposo" que estaba avergonzada por sus sugerentes palabras. Pero continuaron platicando mientras se preparaban para meterse a la cama.

─Aquí hay muchos pacientes que necesitan de una sanadora tan capaz como tú ─Explicó Sirius sin dejar de sonreír ─Y hasta conseguiste aprendiz.

─La verdad que eso me tiene más que encantada ─Continuó Hermione tratando de olvidar las palabras anteriores de Sirius ─. Adrie es mucho más despierta y entusiasta que mis aprendices de San Mungo. Voy a estar feliz de darle clases y espero que en algún momento podamos dedicarnos a pociones y a clases teóricas.

─Pobre Adrie, ten cuidado no la vayas a espantar ─Se burló Sirius sin perder la sonrisa.

─Hace falta mucho para asustarla ─Sonrió ampliamente Hermione ─, ella me recuerda a mí cuando estudiaba, con esa energía y tantas ganas de aprender.

─Pues sí, tiene eso de ti ─Aceptó Sirius mientras se metía a la cama ─Aunque tú eres mucho más linda que ella y eso te da mucho mérito. Es difícil encontrar una chica hermosa e inteligente —Hermione volvió a quedarse muda.

─Creo que ya debemos dormir mañana nos espera un largo día. Ven a la cama que es tarde ─Dijo Sirius en medio de un bostezo y finalmente se acostó.

Hermione caminó hasta la cama sin salir de su enorme sorpresa. Se metió de su lado de cama y se tapó en silencio. Le sonaba terriblemente extraño que Sirius la llamase a la cama para que durmiesen juntos.

─Hasta mañana ─Dijo Sirius despreocupado sabiendo perfectamente los pensamientos de la chica sin necesidad de usar legeremancia.

─Hasta mañana ─Respondió ella y trató a toda costa de conciliar el sueño.

El día siguiente no fue muy diferente al primer día. Había muchos pacientes que atender, aunque menos que el día anterior por lo que a mitad de la tarde, Hermione ya había terminado todas las consultas. Aprovechó el tiempo dándole unas clases sobre pócimas a Adrie, quien aprendió rápidamente y con mucha habilidad.

Sirius fue por ella un rato después y la saludó con un beso. Hermione comenzaba a acostumbrarse a que Sirius la besara cada que se debían despedir o saludar. Ella misma lo pensó mucho y seguro que era para darle realismo, sino nadie se creería el "recién casados" y podrían darse cuenta sin dificultad. Luego estaban sus comentarios en donde le decía lo hermosa que era o insinuaba algo sobre ellos, ella simplemente no entendía esa parte, tal vez era la parte bromista de Sirius que ella no conocía por completo. Pensándolo con calma había decidido no hacer caso de nada de lo anterior, no quería que ella misma malinterpretara las buenas intenciones de Sirius y terminara sintiendo algo por él.

Por eso en la noche procuró no mirarlo mientras ambos leían en silencio en su habitación. Ella trataba de no pensar en él y centrarse en su lectura, pero era difícil ya que tenía la corazonada de que él la miraba de tanto en tanto. Finalmente llegó a la conclusión de que se estaba poniendo paranoica.

Unos golpes en la puerta la hicieron brincar. Sirius se apresuró a abrir y atrás de la puerta apareció Gregor diciéndole algo a Sirius en holandés. Hermione seguía molesta por no saber el idioma, le urgían unas clases aunque la idea de que Sirius fuese quien se las diera ya no le agradaba tanto.

─Tendré que salir un momento ─Avisó Sirius regresando a la habitación por su abrigo que estaba en el perchero de la esquina.

Gregor saludó a Hermione desde la puerta y ella le respondió el saludo.

─Sí, ve con cuidado ─Respondió Hermione sonriéndole a Sirius.

Entonces sin previo aviso, él se le acercó a donde estaba sentada y la besó. Pero este beso fue diferente a los anteriores, era como un beso que Sirius estaba conteniendo, apasionado y un poco ardiente. Sirius incluso tomó con suavidad la cara de Hermione con una de sus manos y a ella le pareció una hermosa caricia.

─Regreso pronto ─Dijo él al terminar el beso y salió rápidamente de la habitación dejando anonadada a Hermione mientras Gregor se despedía de ella y ella simplemente logró despedirse con la mano.

Mil pensamientos corrieron por su mente. El primero fue que eso de que alguien la miraba era totalmente cierto, que seguro era Sirius y que quería besarla. Por eso cuando tuvo la oportunidad no la dejó escapar y le dio tremendo beso. Pero inmediatamente ella puso en paz esos pensamientos locos. Sirius no podría tener ganas de besarla, seguro era para dar esa impresión a Gregor y seguir actuando, ¿O no?

Estaba tan inquieta que se tuvo que poner a caminar por la habitación y dejó de lado su lectura. Caminó por tanto tiempo que le dolían los pies y la cabeza de tanto pensar en posibilidades. Había pensado tanto que hasta las posibilidades más locas habían salido a flote. Algo como que Sirius hace mucho que no estaba con una mujer y Hermione era la mujer más cercana que tenía, pero también estaba la tal Kathreen. Hermione también era mujer y podía darse cuenta de esa clase de cosas, un par de veces había visto la forma en que miraba a Sirius como coqueteando o con cierta pasión contenida.

Decidió olvidar todo aquello y centrarse nuevamente en su lectura, pero más tarde se dio cuenta de que le era imposible, llevaba más de media hora leyendo el mismo párrafo. Eso era una malísima señal. Hacía tanto tiempo que no le pasaba eso, que ya ni podía recordar cuando había sucedido. De pronto tocaron la puerta nuevamente y sin esperar respuesta un par de hombres entraron trayendo consigo a Sirius, quien prácticamente se venía cayendo y chorreaba de agua.

─¿Qué le ha pasado? ─Preguntó Hermione asustada levantándose de la silla apresuradamente y acercándose a ellos.

-Se ha caído a un lago congelado -Explicó Mary Anne asustada, quien entró acompañándolos.

-Oh, Merlín. Déjenlo aquí, yo me encargo. ¿Podría traerme un té caliente por favor? –Habló Hermione apresuradamente mientras buscaba una toalla en el armario para poder ayudar a secarlo.

-Claro, inmediatamente lo prepararemos –Respondió Mary Ann saliendo rápidamente rumbo a la cocina a pedir el té.

Todos salieron dejando solos a la pareja y Hermione se apresuró a quitarle la ropa mojada. Cuando le hubo quitado la mayoría, dejándolo únicamente el bóxer, ella se quitó el suéter y la playera. Sirius reaccionó en ese momento abriendo mucho los ojos.

― ¿Qué haces? ―Preguntó sumamente sorprendido sin entender qué hacia la chica.

―Subir temperatura lentamente, si no el cambio brusco de temperatura te provocaría taquicardia. Puedes morir si no lo hago ―Explicó ella rápidamente.

Entonces lo abrazó quedando piel con piel. Por un momento, ambos se quedaron mudos, escuchando la respiración y sintiendo los latidos el uno del otro. El tiempo parecía congelado, Sirius comenzaba a sentir el calor extenderse rápidamente por todo su cuerpo. Miles de sensaciones los atravesaron, sin duda eran sensaciones placenteras. Hermione no dejaba de pensar que era precisamente Sirius el paciente al que estaba abrazando para compartir de su calor y enrojeció violentamente. Ella había hecho anteriormente ese procedimiento pero era totalmente diferente con su supuesto marido. Unos momentos después y controlando sus pensamiento y emociones, Hermione consideró que ya había sido el tiempo suficiente y se separó de Sirius.

-¿Te sientes mejor?-Preguntó tímidamente tratando de no mirarlo.

-De maravilla –Sonrió él pícaramente y luego tosió.

-Será mejor que te des un baño caliente. Mientras te prepararé té con una poción para que no te resfríes –Caminó ella hacia el armario para buscar la ropa de Sirius.

Después de una ducha caliente, Sirius con ayuda de Hermione se metió a la cama y se tomó el té que Mary Ann le había enviado mientras Hermione lo cobijaba. Un rato después Hermione se metió a la cama también, como siempre procurando tomar su distancia con Sirius para dormir prácticamente en la orilla de la cama. Pero Sirius comenzó a tiritar deliberadamente y ella lo notó.

-¿Te sientes mal? ¿Sigues teniendo frio? –Le preguntó mirándolo preocupada y posando delicadamente su mano sobre la frente de él para revisar que no tuviese temperatura alta.

-No, estoy mejor gracias. –Sonrió él sin dejar de tiritar.

Ella se arrimó hasta él y le tomó una mano para examinar la temperatura corporal de sus extremidades. Se dio cuenta de lo frío que seguía, la poción estaba haciendo su efecto con lentitud y el baño caliente no había sido suficiente.

-Estás congelado –Se asustó ella –.Te traeré unos trapos calientes –Decidió ella y trató de levantarse para ir por lo necesario.

-No –Se apresuró a decir él tomándola de un brazo para no dejarla ir –. Pronto se me pasará, no te preocupes.

-Pero estás congelado –Recalcó ella preocupada.

-Yo sé, pero pronto entraré en calor, no te preocupes tanto por favor –Le habló suavemente él conmoviéndola por completo.

Entonces ella hizo lo primero que se le ocurrió, se acercó a él y lo abrazó para compartir de su propio calor. Él, la abrazó gustoso y como había predicho, comenzó a entrar en calor rápidamente.

-Muchas gracias por lo que hiciste hoy por mí –Le habló al oído Sirius sintiéndose muy cómodo.

-No hay porque dar las gracias, ese es mi trabajo –Le quitó importancia ella tratando de no pensar en la posición en la que se encontraban en ese momento para así no dejar volar su imaginación y sus pensamientos nuevamente.

-¿Ayudar a un pobre paciente como todos los demás o ayudar a tu esposo? –Preguntó él en tono de broma riendo.

-Ambas –Rio ella también ―. ¿Opinas que estoy haciendo bien mi trabajo? –Le siguió el juego sin dejar de sonreír. Se dio cuenta de que últimamente sonreía mucho, cosa que no hacía en años.

-Como sanadora, de maravilla, no esperaba menos de ti –La alagó Sirius tratando de hablar en tono serio fingiendo ser un juez –. Pero como esposa… ―Y dejó la frase cortada para darle la impresión de que no estaba haciendo un buen trabajo en ese aspecto.

-¿Lo estoy haciendo mal como esposa? –Preguntó ella levantando la cabeza que tenía recargada sobre el pecho de él y mirándolo escandalizada.

-No, mal no, eres una esposa esplendida… pero te falta algo importante –Anunció seriamente para darle mayor relevancia al asunto.

-¿Qué cosa? –Preguntó ella preocupada de que alguna responsabilidad se le estuviese olvidando todo ese tiempo.

-Aún no inicias la conversación conmigo sobre nuestros futuros hijos –Respondió solemnemente él como si le estuviese dando una terrible noticia.

Hermione no pudo evitarlo y se soltó a reír. Por un momento había estado tan preocupada de estar incumpliendo algún acuerdo que inicialmente hubiese llegado con él y Sirius salió con una broma.

-¿Te causa gracia el tema? –Sirius le preguntó sin dejar el tono de seriedad para darle más realismo a la broma.

-Para nada… en realidad no hay nada de qué hablar sobre ese tema –Le siguió el juego ella sin dejar de reír.

-¿Nada, absolutamente nada? –Volvió a preguntar ceñudo el último Black.

-No, nada –Respondió ella tratando de sonar seria, pero fallando estrepitosamente.

-Entonces, estás de acuerdo con que tengamos 5 hijos ―Afirmó él con mucha seguridad.

-De ninguna manera, solo 3 ―Ahora afirmó ella con voz de mando.

-¿Sólo 3? ¿Tan poquitos? –Se quejó él mirándola suplicantemente.

-Ah, sí, claro, 3 son poquitos. Especialmente cuando consideres que son 3 embarazos y tres partos. Será divertido –Reclamó ella.

-Ya lo veremos –Sonrió juguetonamente Sirius.

Ambos se rieron con ganas y después de eso, se quedaron callados sin decir absolutamente nada y escuchando la respiración el uno del otro. Hasta que finalmente, se quedaron dormidos.

Ya sé… casi 3 años… pues no hay como justificarlo de ninguna manera. Es demasiado tiempo y sé bien lo que se siente esperar mucho tiempo que un fic continúe ¬¬… Pero de pronto tuve un espantoso lapsus en donde no podía pensar en esta pareja, ¿Cómo es posible?! Quien sabe, pero el amor me resurgió y estoy aquí de nuevo.

No hay forma de cambiar el tiempo que me tardé, solo decir que estoy preparando los siguientes capítulos. Ya no voy a tardarme tanto, me he propuesto terminar esta historia que todavía le tengo mucho cariño y escribirla tal cual la pensé. Tal vez con unos ligeros cambios, pero así como estaba planeada, así pienso continuarla y tal vez siga la sugerencia de mi nee san Diosa luna y mejore los primero capítulos. Voy a intentar por todos los medios hacerme un espacio en mi espantosa agenda de posgrado, pero les aseguro que los capítulos van a estar en línea pronto. De paso decirles que a cambio de mi enorme tardanza estoy preparando una sorpresa para esta historia, en futuros capítulos les diré de que trata.

Muchas gracias a mi beta quien dejó este capítulo de maravilla, gracias Diosa Luna! Te quiero mucho!

Muchas gracias a los reviews, sin duda me motivó muchísimo volver a leerlos para recordar que hay personas que esperan regrese. Gracias a miadharu28, fairy White, lobita22, Elvis cochitto, calipsoxf, sucubos, luzenlaocuridad, zafira, Lalyys, , niko, LylyanneBlack. Los voy a responder al final de este comentario!

Me mencionaron que no comprendieron bien el motivo del que no se pueda usar magia en el capítulo anterior. En el siguiente lo voy a explicar más a detalle.

Espero les haya gustado el capítulo! Si les gustó díganme y si no, también!

En el próximo capítulo veremos a Hermione en acción como sanadora de nuevo, salvando vidas, a Sirius ayudándole y los veremos aproximarse más y más… va a ser un capítulo con algo gracioso y triste al final…

Que tengan un bonito fin de semana y nos seguimos leyendo, porque regresé y para quedarme :D

miadharu28: Que Bueno que te gustara el capítulo 8, espero que este también. Muchas gracias por dejarme review! Besos!

fairy White: Espero también disfrutes de este capítulo y de toda la historia que continúa. No te preocupes, en el siguiente capítulo se explicará mejor el asunto de la magia, lo he dejado medio misterioso… Muchas gracias por escribirme! Me anima mucho a seguir…Besos y abrazos!

lobita22: Jajaja… creo que se dieron más que un beso! Y yo muy contenta de que te gusta el fic! Gracias por tu comentario! Besos y abrazos!

Elvis cochitto: Que bueno que te gustara el capítulo anterior! Sí, tampoco le creo mucho a Sirius, le falta para que se gane nuestra confianza, pero le va a echar muchas ganas… jeje… mil gracias por tu review! Besos y abrazos!

Calipsoxf: Dios santo, te has quedado hasta muy tarde! Entiendo tus ganas, la verdad me ha pasado pero estoy impresionada que te pasase con mi historia! Espero este capítulo te haya gustado! Muchas gracias por tu review! Besos y abrazos!

Súcubos: Que bueno que te guste el fic, ya he prometido no dejarlo hasta terminarlo. Ya estoy escribiendo el siguiente capítulo! Mil gracias por tu review, besos y abrazos!

Luzenlaocuridad: Yo también me siento decepcionada de leer tan pocos Sirmiones, pero soy muy feliz de escuchar que te gusta mi fic. Muchas gracias por tu review, besos y abrazos!

Zafira: Ya sé! Que horrible es no tener inspiración, pero ya está aquí de regreso! Mil gracias por tu comentario. Besos y abrazos!

Lalyys: Un mes juntos! Créeme, pasarán muchas cosas… y Viktor sí va a regresar, ya veremos como se porta. Muchas gracias por el comentario, besos ya abrazos!

: Que bueno que te guste mi historia, en realidad no es ningún reto. Besos y abrazos!

niko: Perdón! Casi tres años! Que espanto! Pero ya estamos de regreso! Muchas gracias por el review y besos y abrazos!

LylyanneBlack: Muuuucho tiempo, pero estoy bien muchas gracias. Yo también habría dudado de si la escritora siguiera con vida o.0 Pero aquí estoy y que bueno que te gusten mis historias! Besos y abrazos y gracias por tu review!