oOS.:.°O°.
Memorias de Otoño.
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(Maka Albarn x Soul Eater)
Soul Eater no me pertenece ni sus personajes… Solo el Consuelo de hacerles hacer todo tipo de barbaridades en éste proyecto.
No me hago responsable de la pérdida del sentido de orientación, ni otro daño psicológico que pueda acarrear el hecho de relacionarse con ésta creación mía. (Naaaa… Es una broma xD)
Puede que exista la presencia de OOC en el transcurso del fic, por lo que tendré muy en cuenta aquello y sus comentarios al respecto, para así poder editarlo y reanudar en cuyo caso.
Antes de que lo olvide (pero lo seguiré poniendo en los siguientes dos capítulos) la guía de signos o símbolos significativos para el fanfic:
Dialogo: -
Pensamientos: "cursiva"
Énfasis: "sin cursiva"
Flash Back: «cursiva»
Cambio de escena: línea divisoria.
Escenas del Futuro: »cursiva«
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Sopló su taza, levantando el vapor del líquido obscuro y reactivante que solía beber siempre que los párpados se le pegaran. Aspiró su aroma penetrante y le dio un ligero sorbo, haciendo que sus labios temblaran por la alta temperatura que saboreaba en esos momentos.
Dirigió sus ojos hacia la puerta de su oficina. Tenía tantas cosas que resolver, asuntos que tratar y pacientes que ver, pero… Su atención yacía enfrascada en que aquella puerta se abriera, dando paso a su pesadilla matutina.
Un ligero recuerdo se apoderó de él. El mismo que lo acompañaba cada noche a dormir desde que la había vuelto a ver… De esa manera.
«La noche estaba encima de ellos al igual que el peso del alcohol en sus cuerpos. Sus carcajadas se oyeron a cuadras, logrando desatar el bombardeo de ladridos por parte de la sociedad canina, alzando los decibeles de sus risas.
—…Nunca olvidaría esa ocasión, Stein… -Comentó entre risas la rubia mientras se sostenía el estómago al rememorar vivos recuerdos de su pasado, cuando albergaban memorias de gracia como lo era aquella.
— ¡¿Y qué me dices de ti, Medusa…?! ¡¿Quién se sube a dar un discurso tras tres copas de tequila?!
Nuevas carcajadas por parte de ambos, rememorando aquella noche en la que Medusa tuvo que dar un discurso muy a su pesar, ya que fue la nominada como mejor estudiante de la Academia. Aunque con su actuación en aquella noche bajo el dominio del alcohol, no volverán a nominarla para nada más. O a invitarla siquiera.
— Son viejas estiradas, necesitaban de algo picante… -Se defendió ella.
La velocidad del auto disminuyó hasta volverse cero. Fue entonces que la mujer observó por la ventanilla su hogar. Pegó un suspiro, ya que aquella velada había llegado a su culmen. Fue un pensamiento compartido, ya que Stein bufó por lo bajo, observando con desgana la casa de la mujer.
— Aquí te bajas. –Informó. Aunque sus palabras fueron arrastradas, como si le molestara decir aquello.
— Si… -Dirigió sus ojos hasta Stein. – Bien. Nos vemos mañana… Doctor Stein.
Ambos sonrieron ligeramente. Era la primera vez después de mucho que habían pasado tantas horas juntos sin intentar suicidarse por tal hecho. Y lo que resultaba aún más raro… No querían que aquello acabara.
Medusa se acercó hasta Stein y arrimó sus labios en la mejilla del hombre, plantando un beso sobre su piel con lentitud. Una corriente eléctrica los recorrió con la misma intensidad, pero fue por un micro-segundo. Al igual que el beso.
Pero antes de que Medusa se alejara nuevamente de él, Stein sujetó su brazo para impedir que se marchara. Ambos se sostuvieron la mirada, fundiendo sus ojos en el otro, hasta que sus orbes visualizaron sus labios. ¿Quién hubiese imaginado que eran aquellos labios los que besaron con tanta pasión hace unos años?
— Frank… -Murmuró Medusa y aquella voz fue la decisión definitiva para el hombre.
Oír su nombre en aquellos labios le ayudó discernir lo que deseaba en realidad. Acercó con desesperación el cuerpo de Medusa al suyo y fundió su distancia con los labios, como si no importara más que aquel momento, la abrazó fuertemente y se dejó seducir por aquel aroma tan suculento que emanaba su piel.
Medusa se mostró sorprendida, pero no tardó en cerrar los ojos para dirigir sus brazos al rostro de Stein y acercarlo más. Entreabrió sus labios y sus necesitadas lenguas volvieron a encontrarse y volvieron a sentir aquella sed que solo el otro podía saciar en sus bocas.
Una de las manos de Stein se situó en la desnuda espalda de Medusa, mientras que la otra, ya guiada por el recuerdo de su cuerpo, bajó hasta la pierna de la mujer, agradeciendo porque el tajo de su vestido se encontrara de ese lado, sintiendo su piel como la recordaba.
— Medusa… -Su voz era ronca debido al deseo que desprendía todo su ser. De sus labios, hizo un recorrido por el cuello de la mujer.
Medusa terminó por recostarse por la ventana de su lado, para dar más espacio a Stein, quien se situó en su clavícula y un poco más abajo. El calor atestaba la cabina del vehículo y el espacio resultaba tan pequeño para ambos.
— F-Frank… -Un ligero gemido fue la forma en que pronunció su nombre, llenando los oídos del hombre.
— ¿Hace cuánto que no me llamabas así? –Preguntó Stein dirigiendo sus ojos hasta los dorados de la mujer, contemplando el deseo a través de ellos.
— La última vez que hicimos estas cosas… -Contestó con una pequeña sonrisa en sus labios.- Pero…
— Lo sé… Esto no está bien.
Ambos ocultaron la mirada del otro, separándose lentamente de la cercanía que los volvía locos. Medusa se acomodó el cabello y el vestido, mientras Stein la observaba con disimulo. Se maldecía a sí mismo por ser tan débil, pero lo hacía más por el hecho que no podía tenerla.
— Bien, Chrona debe de estar dormido, así que… -Observó a Stein nuevamente. – Hasta mañana.
— Si, hasta mañana.
Medusa se bajó del coche y subió las escaleras que daban a la puerta de su casa, buscando la llave para abrirla, mientras que Stein esperaba a que ingresara.
Ambos se maldecían en el interior por haber caído de aquella manera, aunque les haya gustado.
Medusa se giró para observar a Stein desde dentro de su vehículo. Ambos compartieron la misma mirada, para luego alejarse nuevamente. Fingiendo que nada había ocurrido esa noche, ignorando lo que hace un momento pudo haber sucedido. Y recordar que se odiaban mutuamente.»
Y ahora, todo había dado una vuelta de 180°. Medusa había ido a la cárcel gracias al descubrimiento de que fue ella quien envenenó a Shinigami. Y con aquel suceso, una gama de acontecimientos en Death City daba inicio.
Así como ese sujeto le había dicho.
"Sólo espero que sepas lo que estás haciendo… Jared."
El timbre que anunciaba el culmen de sus actividades, sonó en todo el campus, sacando comentarios y suspiros al respecto. Todos los alumnos comenzaron a guardar sus cosas para dirigirse hacia la salida, deseosos por salir de allí y retomar el curso de su rutina.
Ella no era muy distinta al resto, agradecía porque las horas en aquel lugar finalizaran, pero por razones distintas a las de los demás jóvenes.
Sus pasos se acentuaron por las escaleras, descendiendo hacia la salida principal y fue allí cuando lo vio. Observó su figura caminar con gracia entre la multitud, dejando que sus hebras azules resaltaran entre todos los demás como su propia personalidad. Y así como hace una semana, ella estaba junto a él. La castaña de ojos rojizos se convirtió en la sombra del peliazul.
Suspiró derrotada. No podía competir contra ella después de todo lo que ocurrió en cuestión de días. ¿Cómo podía? Si su relación con BlackStar era una mera fantasía y ahora, ni su amistad podía poseer.
— ¡Tsubaki!
Se giró sobresaltada al oír su voz. La Thompson se acercó hasta ella con su característico ímpetu, lográndole contagiar una sonrisa amigable.
— Liz-chan, ¿cómo estás?
— Bien, un día tedioso, pero bien. –Caminaron hacia la salida y Liz fue conocedora del dolor de muelas para la japonesa. - ¿Ese no es BlackStar? ¿Qué hace con esa niña?
—…E-Es…
— ¡No me digas que esa es la tal Angela! –Tsubaki la calló debido al alarido de sorpresa que pegó la Thompson. –Lo siento, pero… ¿Te cambió por esa niña?
— BlackStar no me cambió. –Reiteró con pesadez. – Tuvimos pequeñas diferencias y…
— Oye, no te pases… -Cortó de inmediato Liz, deteniendo la caminata de su amiga, llamándole la atención. – Pequeñas diferencias es confundir comida tailandesa con la francesa. ¡Que una relación que iba viento en popa se arruine, no lo es!
Tsubaki iba a responder, pero el bullicio repentino y descontrolado la interrumpió, llamándoles la atención. Tanto Liz como Tsubaki dirigieron sus ojos hacia la limosina negra y bien pulida que estacionó frente a ellas. Su presencia era lo que llamaba la atención de todos los estudiantes, incluso la de BlackStar.
La ventanilla se bajó y Tsubaki tragó saliva dificultosamente.
— Tsubaki.
— ¿Qué haces aquí? –Preguntó inmediatamente la japonesa al ver al hombre de cabello rubio cenizo, mirándola con la gélida expresión que lo caracterizaba. –Mifune, creí que…
— Lo sé, lo sé. Pero quería visitar a mi prometida después de estar fuera del país por tanto tiempo. –Respondió y con una seña, informó a su chofer que descendiera para abrirle la puerta.
— Tengo cosas que hacer. –Informó cabizbajo Tsubaki, intentando eludir la presión que significaba aquellos orbes sobre ella.
— ¿Prometida? –Preguntó curiosa y sorprendida Liz, aunque hubiese preferido no decir palabra alguna.
— ¿Qué? ¿No lo sabías, Liz?
Tsubaki levantó el rostro al oír la voz de BlackStar acercándose a ellos, expresando mil y un emociones a través de sus ojos oscuros.
— Es extraño que Tsubaki no nos diga esas cosas, ¿no? –Su voz eran como dagas para la muchacha, ya que la indiferencia expresada a través de sus palabras la golpeaban duramente.
Liz frunció el ceño ante las palabras de su amigo, pero éste sólo miraba a Tsubaki.
— Hasta hace poco tampoco lo sabía… -Volvió a decir BlackStar.
— Basta. –Cortó Liz.
— ¿Qué? ¿Tiene algo de malo el ser sincero así como Tsubaki lo fue?
— B-BlackStar… -Nombró la aludida y lo miró. Lo observó con sus ojos humedecidos al borde del llanto. Iba a decir algo más, pero al ver a Angela asomarse por el hombro del muchacho, el nudo en su garganta se intensificó. —Olvídalo.
Angela observaba en silencio toda la escena, casi disfrutando del espectáculo que se levantaba de a poco. Sus orbes rojizos pasaron de Liz hacia Tsubaki, pero sintió como unos ojos se posaron sobre los suyos. El hombre japonés de cabello rubio cenizo le sostenía la mirada con una extraña emoción en el rostro, uno que no pudo describir o mejor dicho, distinguir.
Sus ojos la miraba con cierta confusión, como cuando reconoces a alguien en la calle y tratas de visualizarlo mejor. Él la estaba mirando con tanta familiaridad, como si el verla allí fuese la mejor cosa que le pasó en el día. Ella trató de apartar la mirada con cierta irritación, odiaba que la gente le sostuviese mucho tiempo la mirada y él pareció comprenderlo.
— Mifune... -La voz de Tsubaki volvió a oírse, nombrando al rubio quien le costó apartar su vista de la pequeña estudiante. - Vámonos.
— Tsubaki… -Liz quería hablarle, pero Mifune se interpuso, estudiándola con la mirada. La texana no se minimizó ante la imponente presencia del oriental, es más, lo retaba con la mirada. Luego dirigió nuevamente su voz hacia Tsubaki. – Oye… Avísame si estarás esta tarde en tu casa, ¿de acuerdo?
La muchacha no hizo más que asentir en silencio para que luego Mifune cerrara la puerta, una vez que ingresó al vehículo. Inconscientemente, Angela buscó la mirada del alto hombre pero a pesar del polarizado bien oscuro que recubría las ventanas del vehículo, ella pudo sentir aquellos ojos posarse sobre los suyos. La limosina retomó la marcha hasta desaparecer por el horizonte de la calle y Liz pudo entonces enfocar toda su atención en BlackStar. Toda su atención y toda su ira.
— ¡¿Qué diablos sucede contigo, maldita sea?!
— ¡¿Conmigo?! ¡Dile a Tsubaki que…!
— ¿No has visto sus ojos? ¿Crees que a ella le parece bien todo este asunto? –BlackStar calló pero su mirada era fulminante. – No la conozco mucho, pero creo que tú no eres muy diferente… Madura, ¿quieres?
Sin esperar a que BlackStar repusiera en su comentario, Liz se marchó hacia el estacionamiento donde guardaba su auto. El muchacho estaba que arrojaba chispas por todas partes, hasta que sintió la mano de Ángela sobre su hombro.
— BlackStar…
— Ángela, quiero volver solo a casa. –La miró por sobre el hombro y se marchó, dejándola sola.
La muchacha observó la espalda de BlackStar al marcharse y apretó los puños con fuerza. Luego observó el lugar donde la limosina se estacionó hace un momento y los ojos de Mifune regresaron a su mente. ¿Por qué la miró de aquella manera? ¿Acaso la conocía? No… Era imposible. Ella nunca lo había visto, quizá solo la confundió con alguien más. Quizás…
Retomó su marcha al alejarse de aquel lugar, pero cuando dobló la esquina sus pasos se detuvieron con sorpresa, al observar a un hombre de estatura media y una robustez atemorizante. Llevaba un abrigo de cuero negro y un sombrero en la cabeza que aplastaba su cabello erizado y azabache. Ella conocía muy bien su identidad, por lo cual retrocedió un pie con miedo.
— ¿Oh? ¿Desde cuando reaccionas así al verme, Ángela?
— F-Free… -Nombró. – Me has asustado. ¿Qué demonios haces aquí? ¿Qué ocurriría si BlackStar te hubiese visto?
El hombre bufó ante aquel regaño y se dio la vuelta, mirándola por encima del hombro.
— Tarde o temprano sabrá que estoy en Death City… Mi intención no es ocultarme de él. –Sonrió divertido. –De todas maneras, ¿no crees que sería una imagen digna de encuadrar? Yo, la mayor pesadilla de su pasado, volver a tomarme con él… ¿Te imaginas su rostro?
— Hmp… No me interesa que hayas fundido su pasado. Sólo no quiero que sepa que tú y yo nos conocemos.
— Lo sé, lo sé. –La miró nuevamente con detenimiento. - ¿No te ibas? O… -Sonrió ampliamente. -¿Quieres algo de mí?
Ella se mordió el labio inferior con hastío. Odiaba tener que rebajarse hasta ese nivel… Otra vez. Pero no podía evitarlo, era un vicio.
— ¿Tienes algo para mí?
— Pequeña… Lo tengo todo.
Ella avanzó hasta él y antes de que pudiese decir algo más, observó por el rabillo del ojo a la amiga rubia de BlackStar. La Mole Thompson. Aquella mujer la observó suspicez mente al pasar por su lado en su auto y eso la congeló. La había visto. Definitivamente, lo había hecho.
— Mierda…
— ¿Qué ocurre? –Ella dirigió su atención hacia el hombre, preguntándose si aún podía aceptar su mercancía.
— ¡Apresúrate, no podemos estar expuestos, Free!
Ella inició su caminata con frenesí, siendo seguido por Free, quien sonreía triunfal ante la necesidad de su querida presa. ¿Cuántas vidas había arruinado al invitarlos a aquel hediondo mundo del vicio? Como si fuese a importarle la vida de los demás. No podía viajar hasta Death City sólo para hacer un pequeño encargo para Jared Crown. También él tenía que ganar su 'pan de cada día' y ¿qué mejor forma de hacerlo que aquella?
Liz dobló la esquina para buscar a Maka. Habían quedado en verse en las puertas de la universidad, pues los preparativos para la Gala de Invierno se estaban llevando a cabo y Maka era su mano derecha. Había tenido muchas ideas innovadoras para éste baile, pero Kid le había quitado las ganas. Podía ser su mejor amigo y el mejor novio que pudo haber pedido, pero en cuestiones de diversión, era una lacra. Por esa sencilla razón, Maka era quien la ayudaba con el baile a escondidas de Kid.
Ahora debería de estar recogiendo las solicitudes de las bandas que albergaba la institución y que no se les da la deberida importancia. Nunca lo hacían, porque preferían contratar todo un elenco de instrumentistas estirados que no van más allá de lo clásico. El baile era para la diversión del alumnado y los chicos nunca se sienten motivados a más gracias a esos detalles. Ella mucho menos, pues el tener que usar un vestido de gala para estar fingiendo que oía las piezas de Mozart y que se reía tapándose la boca con un abanico. Por favor, venía de los más recóndito de Texas y todo el mundo lo sabía.
Estacionó finalmente frente a la salida principal de la Universidad y apagó el motor, recostándose sobre su ventana abierta a esperar por la chica de coletas. No la culparía si se demoraba un poco cruzando por la sala de música. Sonrió divertida. Nunca se sintió tan bien el tener que actuar de intermediaria en asuntos de ésa índole. Aún podía saborear con orgullo el rostro de Maka cuando la despidió el día anterior. Aunque no lo admitiera, ambos deseaban una reconciliación y de lo más pronta.
Observó su reloj. No le gustaría interrumpirla, pero tenían otros asuntos que también concernían a la joven.
Ya que la mayoría de los preparativos pasarán de Kid y sus 'recomendaciones', las primas tenían que campanearse en todo lo que albergaría la tan ansiada noche. Esa tarde deberían de ir a ver a Soul en su café para ir a degustar los platillos que se servirán en la Gala de Invierno, pero antes tenían pendientes algunas llamadas, sin mencionar el diseño para sus vestidos.
Así es. Gracias a los ánimos que Tsubaki y Maka le brindaron, se armó de valor para diseñar y confeccionar los vestidos de las tres para esa noche tan especial. Y como cual acontecimiento que era, debían de verse aún mejor. Ya tenía en mente algunos estilos que podrían favorecer sus cuerpos y como el único color permitido por la noche era el blanco o el plateado, lo hacía aún más fácil todo.
Esa noche deberían de reunirse en la casa de Tsubaki para empezar con las medidas y los diseños, pero después de lo acontecido de esa mañana, debería de llamarla primero para saber si su humor o condición estaba listo para la sección de moda a domicilio. Suspiró.
"Tsubaki comprometida…" Pensó con un deje de tristeza. Pero entonces, volvió a rememorar lo sucedido hace unos momentos. "Nunca había visto a BlackStar hablándole de esa manera a Tsubaki… Él la adora. Pero no ha de ser sencillo enterarse de algo así cuando llevaban una relación tan inocente."
Ante aquel pensamiento, no pudo que la imagen de Kid envolviera su mente. "Él tampoco es muy distinto. Había olvidado que ambos nacieron en familias similares, con reglas poco flexibles." Ella estaba en la misma situación que BlackStar. "¿Cuánto tiempo durará lo nuestro…?"
El sonido de la puerta del cerrándose le provocó un respingo, mirando con sorpresa a la rubia de coletas, aunque ella era quien la observaba un poco preocupada.
— Liz, ¿te encuentras bien?
— ¿Hace cuanto que llegaste? –Preguntó Liz. –No te oí.
— Lo sé. –Repuso ella con fastidio. – Te estaba hablando, pero no me prestabas atención. –Cambió su semblante a uno más alegre, enseñándole las múltiples hojas de papel que traía en sus manos. - ¡Observa!
— ¡¿Todas estas son las bandas?!
— Si y no. –Respondió ella. – Marchémonos, no podemos hacer esperar a Soul y a los demás. Te explicaré en el camino.
La rubia asintió y encendió el motor, calentándolo de a poco y marchándose del predio universitario.
— Entonces…
— Claro. –Maka comenzó a ordenar los papeles. – Me demoré más pues el club de ornamentación y los de la facultad de artes quieren unirse para decorar el salón del evento. No quieren dinero ni nada por el estilo, es lo que habías dicho…
— Solo quieren ser conocidos. –Dijo con una sonrisa Liz mientras observaba su camino.
Maka asintió con entusiasmo.
— Los alumnos que tienen bandas están realmente agradecidos por esta oportunidad que en todos éstos años no han tenido. –Liz asintió en silencio y quizá su emoción no era la que Maka esperaba. – Oye, no te noto muy emocionada. ¿Te encuentras bien?
— ¿Yo? ¡Reboso felicidad! –Dijo alzando ambas manos en forma exagerada, tanto que Maka temía que terminaran estrellándose por algún lugar. - ¿Soul nos está esperando? –Maka asintió. – Muy bien. ¡Prepara tu estómago, linda! Hoy comeremos todo lo que no comimos en nuestras vidas.
Maka la miró extrañada, preguntándose si su prima la había pasado tan mal en ese lapso de las tarjetas de crédito.
— Liz, -llamó nuevamente Maka, recibiendo la atención de su prima. - ¿está bien que hagamos esto a espaldas de Kid? Él no sabe nada y…
— Maka, -cortó de inmediato la mayor, mirando al frente. – Dime qué has visto cuando les diste la noticia a los chicos de la banda o a los de la facultad de arte.
— Pues… Mucha emoción. –Liz sonrió ante su respuesta y atinó a decir.
— ¿Quieres aún mi respuesta? –Detuvo el auto ante la luz roja encendida del semáforo, para mirar a Maka completamente. – Es una fiesta para los alumnos… ¡Ellos deben ser los protagonistas! ¿Qué mejor forma de hacerlos participar que ésta? –Maka sonrió ligeramente y asintió.
— Tienes razón.
— Después de todo, -continuó Liz retomando la marcha. – Kid está con otras cosas en la cabeza y lo que menos quiero es darle más preocupaciones inútiles.
La menor bajó la mirada, consciente de lo que estaba diciendo su prima. Tenía razón, Kid estaba pasando por un momento difícil, ya lo vino arrastrado con aquel decaimiento que provocaron en Shinigami.
No pasó mucho tiempo para que llegaran al Buttataki's Caffee, ingresando a él y encontrándose con gran cantidad de personas ubicadas a lo largo y ancho del lugar. Liz amplió su sonrisa al divisar a su albino favorito, dirigiéndose hacia él para hacerle saber que habían llegado, aunque eso no fue necesario, ya que como cual enamorado que era Soul Eater, su alarma 'maka detected' se activó.
El mesero, luego de tomar una orden, se dirigió hacia las recién llegadas con su típico porte de chico cool.
— Joe está en la cocina ultimando los detalles con los cocineros. –Informó mirando a Liz, para luego pasar su atención sobre la pequeña rubia, cuyo sonrojo le sacó una sonrisa.
— ¿Cocineros? –Preguntó ahora Maka, extrañada por la pluralidad de la palabra, ya que ella recordaba solamente a Killik como el cocinero oficial del lugar.
— Si, sucede que tenemos nuevos. –Respondió guiándolas hacia la cocina y empujando la puerta, las dejó observar el panorama culinario. — Ellos son nuestros nuevos reclutas. Se están esforzando.
La mandíbula se que le quiso aflojar a la Idahonesa al observar que uno de los cocineros era nada más y nada menos que…
— ¡¿Ox Ford?!
El de lentes alejó su atención de sus manos para dirigirlas hacia las recién llegadas y al ver a su querida rival, no pudo evitar esbozar una sonrisa cínica y altanera, tan propia de él.
— Oh, qué pequeño es Death City, ¿no?
Maka no sabía qué responder a eso y la verdad, no veía el caso en hacerlo. Dirigió nuevamente su atención hacia Soul y no pudo evitar preguntarle.
— ¿Al menos sabe cocinar?
— ¡Claro que sí, pequeña mediocre! –Respondió iracundo el muchacho, pero su ofensa no tuvo relevancia para la rubia, crispándolo aún más. – Ven y prueba estos platillos. Después de todo, el caso es que todos los alumnos participemos, ¿no?
Liz observó a Maka y sonrió, logrando que ésta aflojara su semblante y la rigidez de sus hombros tras un suspiro profundo.
Joe no tardó en acercarse a las jóvenes para indicarles unas sillas tras una larga mesa de madera cubierta por un mantel blanco con dibujos de pasteles y tazas de cafés. Mientras Liz hablaba con el dueño del lugar, Maka se dedicaba a observar lo que su alrededor le ofrecía.
Killik no cayó en cuenta de las féminas presencias en su cocina, estaba demasiado ocupado en supervisar la salsa que llevaba a cabo la compañía inseparable de Ox, Harvard, el otro chico con lentes, pero con más estilo que el molesto Ford.
— ¿Estás libre esta noche? –Soul se acercó hasta Maka a lo que ella lo miró tímidamente.
— No lo creo. –Miró a Liz. – Hoy tenemos 'noche de chicas'.
El albino rió por la expresión sufrida que tenía su rostro al pronunciar la 'noche de chicas'. Conociendo a la texana, la diversión iba de la mano con la dictadura Thompson.
— Pero creo que mañana no habrá problema. –Dijo inmediatamente Maka.
— Cool. –Ambos sonrieron en silencio.
— ¡Viejo! –Un trapo húmedo salió disparado hasta la cara del aludido, casi tirándolo al suelo. - ¡Deja de fraternizar y lleva éstos pedidos! Hola, Maka. –Su mandatario porte cambió por completo cuando saludó a la joven muchacha, quien respondió con un simple saludo en silencio.
— Tsk, dame un respiro. –Susurró molesto Soul, para luego mirar a Maka. – Entonces, mañana. –Se marchó tras recibir un asentimiento por parte de la rubia.
Las jóvenes rieron por aquella escena, pero luego la voz de Liz llamó la atención de su prima.
— Maka, -la rubia cenizo la miró. - ¿Qué piensas de Ángela? La nueva amiga de BlackStar.
— ¿Qué qué pienso? Pues… No hablé con ella, pero… Parece una chica agradable, ignorando todo el pleito que acontece entre BlackStar y Tsubaki, claro. –Liz asintió en forma pensativa. - ¿Por qué lo preguntas?
— Por nada. – Dijo volviendo su atención hacia la nada, mientras que sus pensamientos se centraron en aquella chica, Ángela Leon. Esa chica le daba muy mala espina y con aquella última imagen con aquel sujeto extraño, la impresión no mejoraba.
Killik en compañía de sus aprendices, tendió una fila de cinco platos que competían por ser la entrada. Tenían muy buena pinta, hablaban de Killik de todas maneras. Podría ser simplemente el cocinero de una cafetería, pero era un verdadero maestro en el arte culinario, aunque su actitud diga completamente lo contrario.
— Señoritas… -Indicó con un gesto el afroamericano, recibiendo un asentimiento por parte de las degustadoras.
Y mientras los chefs estaban expectantes de la decisión que tomarían las jóvenes rubias, Soul se encargó de llevar tres pedidos para algunos clientes quienes llegaron hace un momento. En cuanto cruzó la puerta de la cocina y se dirigió hacia la mesa número trece, la puerta del local se abrió dejando que un nuevo cliente ingresara.
Soul levantó la vista para recibirlo, ya que Jacqueline estaba ocupada en ese momento, aunque no dio crédito al recién llegado. Se trataba de aquel hombre robusto que últimamente se acostumbraba a hacer acto de presencia, comprando sus acostumbrados panecillos y café para llevar. Sin embargo, no le molestaba que apareciese, sino que siempre venía con el mismo saco negro y un sombrero que ocultaba la mayor parte de su rostro.
El hombre parecía estar hablando con alguien en el umbral de la puerta, o mejor dicho, discutir con alguien. Haciendo un gesto indiferente a su acompañante, ingresó al local. No tardó en dar con la presencia de Soul y acudir directamente a él, pero en el letargo, el albino pudo visualizar una cabellera castaña asomarse por el vidrio de la puerta del negocio.
"¿Ángela?" Pensó sorprendido al ver a aquella muchacha en compañía de aquel sujeto tan misterioso.
— Oye, -llamó el hombre. - ¿puedes prepararme algunos panecillos de canela con dos tazas de café para llevar?
— C-Claro. –Contestó el mesero fingiendo anotar algo en su libreta, pero sus ojos se encontraban hacia la puerta donde aún mironeaba la compañera de BlackStar o eso fue hasta que sus rojizos ojos se encontraron con los del Evans y se alejó completamente del vidrio.
Soul prefirió ignorar aquel suceso para dirigirse al mostrador, dentro del cual descansaban los pasteles, dulces y panecillos previamente preparados para servir al extraño sujeto de la chaqueta negra.
Caminó a grandes zancadas por el angosto pasillo y lúgubre pasillo, acentuando las suelas de sus zapatos por el firme piso, anunciando que el horario de visita dio inicio. Algunas de las presas se acercaban a las rejas con la clara esperanza de encontrar su libertad en la persona que estaba llegando, pero al verlo, la mayoría de las reas mostraron una total y unánime sorpresa.
A cada paso que daba él, dos mujeres policías imitaban sus pisadas y con ellas, el sonido de las llaves tintineaba a su ritmo. Las mujeres se miraron en silencio a espaldas del hombre de traje que venía frente a ellas, como compartiendo su opinión sobre lo que estaba sucediendo.
Detuvo sus pasos frente a la celda cuyo número le habían indicado, mirando a la mujer que descansaba sobre el colchón con la tranquilidad del mundo, como si estuviese sobre un fino colchón hecho de las más suaves plumas. Al oír como los pasos se detuvieron frente a su celda, no pudo evitar esbozar una sonrisa divertida y proferir con suficiencia.
— ¿A qué debo la visita de un Shinigami?
Los barrotes sonaron con fuerza cuando el recién llegado las azotó con sus manos. La ira podía más que el dolor acentuado en su reciente acción y con aquel deliberado comportamiento uno podía decir que Death Shinigami estaba realmente molesto.
— ¿Aún te atreves a preguntármelo? –Inquirió con la voz ronca. Sus ojos dorados brillaban con intensidad. - ¿Cómo te has atrevido, Medusa Gorgon?
— No quieras pensar mucho en mi respuesta. Ambos sabemos por qué lo hice, muchacho.
Kid calló ante su respuesta pues no cabía en la posibilidad a la que se refería la mujer. Ella comprendió perfectamente y se incorporó sobre la cama, mirándolo con una amplia sonrisa, satisfecha por encontrar rencor, odio y deseos de venganza en aquellos orbes dorados.
— Comprendo que no lo recuerdes, Kid. Eras muy pequeño cuando—
— ¡No me llames de esa forma como si fuésemos algo! –Cortó inmediatamente. – Puede que seas la hermana de mi madre, pero ni a ella ni a ti les concierne el derecho de llamarme familia. No porque compartamos lazos sanguíneos signifique que guardemos alguna familiaridad.
— Testarudo, obstinado, vengativo… -Se puso de pié mientras iba pronunciando cada cualidad, mientras asaltaba su mirada con aquellos ojos intensos, los cuales calaban en cualquiera, como si de una serpiente se tratara. – Tienes sangre Gorgon… Te guste o no.
— ¡Jamás! –Nuevamente azotó con fuerza sus manos por los barrotes, casi golpeándola, pero Medusa no se inmutó en absoluto. Kid aspiró profundamente, tratando de calmar la ansiedad que carcomía su ser. – Serás enjuiciada, Medusa. No te librarás de eso, pero… Sólo respóndeme algo. –La miró con intensidad, pero ya no con odio ni con esa clase de emociones. - ¿Por qué lo has hecho?
Dolor.
Medusa frunció el ceño ante aquel rostro suplicante por saber la verdad. Ella se cruzó de brazos y caminó de vuelta hacia su cama, pronunciando firmemente.
— Si no comprendes mis palabras… Entonces, nos veremos en el juzgado.
— ¡¿Qué?!
— Admítelo, Death. –Habló Medusa. – Crees conocer a tu padre, pero no es verdad. Incluso a tu madre… -Bajó la mirada. –crees conocerlo todo, pero… Siempre te llevas una gran sorpresa.
— ¡¿Qué demonios significa eso, Medusa?!
— Señor Shinigami, terminó su tiempo de visita. – Dijo una de las policías, pero Kid no quería oírla.
— ¡Explícate, Medusa!
— ¡Señor! –Insistió la oficial tomándolo por el brazo con fuerza. – Sabe como son las reglas aquí, las visitas no se admiten dentro de las celdas. Antes de que…
— Lo sé. –Finalizó vencido para así alejarse de la celda, sin antes dirigir una última mirada a Medusa.
Balanceó con esfuerzo la bandeja que llevaba una gran jarra de jugo de naranja y unos vasos, hacia la habitación de Jared. Él había salido por un momento por asuntos con unos colegas y la había dejado a cargo de la cena. O mejor dicho, ella se ofreció a hacerlo. El hombre era muy ordenado y pulcro, tenía muchas recetas de comidas sencillas y algunas más elaboradas, claro que ella optaría por lo que su nivel de aprendiz le sugería.
Estaba cociendo el pescado dentro del horno, mientras se encargó de preparar jugo de naranja para compartir. Y gracias a que Mizune se marchó con él, ella podía explayarse completamente dentro de la cocina.
Ingresó a su habitación y el orden no dejaba de sorprenderla. Jared era todo un caballero y eso la motivaba a hacer aquellos detalles por él, ya que le había brindado de todo lo que necesitaba en esos momentos: compañía, amistad, comprensión y libertad.
Colocó la bandeja sobre su mesa de noche y acomodó sirvió el jugo en los vasos de manera que cuando llegue, lo sorprenda con una de sus especialidades. Sonrió complacida de tener todo listo y sentándose sobre su cómodo somier, admiró la imponente habitación, como la armonía desprendía en aquel lugar. No era de extrañarse que su habitación fuese como las de los palacios, así como acostumbraba a ver en las películas, sin mencionar que él se comportaba como todo un príncipe. Sonrió.
Se puso de pié nuevamente para dirigirse hacia la ventana cubierta por la espesa cortina roja. La corrió un poco y admiró el gran patio que tenían, mientras que a la lejanía, una ciudad alumbrada bajo la penumbra de la noche, la recibía. Jared no le dejaba salir de la mansión porque quería protegerla de cualquier otra persona que quiera dañarla. Sin embargo, aunque ella apreciaba aquellos detalles que tenía con ella, no creía que fuese algo tan malo el recorrer las calles por un momento.
Después de todo, ella poseía aquel espíritu de gato aventurero que no pertenecía a una casa, sino a las calles, a recorrer y a conocer todo tipo de cosas. Era su naturaleza, pero quería demostrar lo agradecida que se encontraba con el azabache de bellos ojos.
Se giró y su mirada encontró el perchero de Jared, del cual colgaba su fino saco negro, con el cual lo había conocido. Se acercó hasta él y lo colocó sobre sus hombros, sintiendo el aroma que desprendía de su dueño. Se arropó con la prenda y fue directo al espejo de cuerpo completo que tenía a un lado suyo, admirando su figura con el saco encima.
Podría ser un gato callejero, pero no estaba mal ese estilo de vida. Rió para sus adentros por aquel pensamiento y fue entonces que metió sus manos en los bolsillos, imitando a alguna celebridad que caminaba por la alfombra roja. Iba a seguir con su juego imaginativo, pero algo llamó su atención. Algo había dentro de sus bolsillos.
Curiosa, sacó lo había dentro de uno de los bolsillos y halló un papel cortado con rapidez, en el cual iba escrito un número de teléfono. Sacó entonces del otro bolsillo un sobre doblado por la mitad. No podía culpar la curiosidad que desprendía, era su naturaleza después de todo. Pero como la famosa frase dice…
— ¿Q-Qué es… Esto?
La curiosidad mató al gato.
— ¿Blair, estás por aquí?
La voz de Jared se oyó por el pasillo y presurosamente, guardó el sobre entre sus ropas así como también el número de teléfono que halló, para así dejar el saco nuevamente por su perchero.
— ¡E-Estoy aquí! –Dijo para acercarse hacia la bandeja de jugo y fingir lo que había venido a hacer en un principio.
— Blair, -Jared entró a la habitación con su temple sonrisa, mientras que la ansiedad calaba en la joven muchacha. - ¿qué hacías aquí?
— S-Sólo traje… Jugo. –Señaló con su dedo índice la bandeja. El muchacho ensanchó la sonrisa para tomar un vaso. Blair hizo lo mismo y brindaron. – La cena está por estar.
— ¡Genial! Mizune y yo estábamos esperando probar tu cena.
Salieron de la habitación hacia el comedor, donde se encontraba Mizune, quien al ver a la peliviolácea, mostró su total aberración. Su relación no era la mejor del mundo, pero al menos no jugaban al gato y al ratón.
Se sentaron a la mesa y Blair trajo sobre la bandeja su pescado un tanto…
— Está quemado. –Dijo despectivamente Mizune al observar la calcinada y pobre cena de la muchacha.
— Lo siento, yo…
— ¿Qué dices? Se ve estupendo, Blair. –Jared tomó la iniciativa y se sirvió una parte del pescado, aunque no pudo fingir mucho sobre 'la delciosa cena' que le brindó la joven. - E-Está estupendo. –Dijo tratando de tragar.
Blair sonrió divertida. Sabía que su comida no era la mejor, pero apreciaba que Jared tuviese la delicadeza de fingir que sí lo era. No pudo esbozar un semblante de tristeza al rememorar lo que encontró en aquel sobre. Volvió a mirar a Jared, quien intentaba dar de comer a Mizune, pero ésta se negaba a dar un mordizco.
"¿Qué está sucediendo, Jared?"
oOS.:.°O°.
Notas de la Autora:
Y nuevamente estamos por aquí :D Yeah… El postear cada una semana se ha vuelto una maratón divertida para mí xD En verdad, pues mi cerebro está cada vez más fresco con el periodo de una sola semana :3 Ya les hablé de mis razones, espero que lo entiendan, pues ya no puedo prometer subir los capítulos con la concurrencia con la que lo hacía u.u En verdad lo siento mucho, pero trataré de acelerar lo más que pueda estas semanas que me quedan :')
En fin, volviendo al fic…
Medusa es toda una loquilla xD la amo :3 jajajaja A muchos les sorprendió el hecho que haya terminado en la cárcel, aunque tuvo parte de la culpa, muchos saben que el cerebro detrás de todo es Arachne. Entonces van con las especulaciones al respecto, pero déjenme decirles que esto solo es el inicio :') Todo tiene un por qué y para qué. Hoy Stein les dio a entender mejor eso, ¿No?
Y andan rondando personajes misteriosos: Primero el sujeto cuyo número le había dado Alice, la madre de Liz, a Kid. Segundo, el sujeto que ahora menciona Stein. Y tercero… Bueno, eso vamos a verlo en el siguiente capítulo xD
También tenemos sospechosos conocidos así como Ángela. ¿Por qué Mifune reaccionó de esa manera al verla? Y el sujeto que encontró Ángela al salir del Shibusen, también genera muchas preguntas, pero la pregunta fundamental es… ¿Qué tiene que ver BlackStar con él?
¡Oh y Blair regresa! :D Y qué forma de hacerlo, ¿no? Más misterios se suman sobre la persona de Jared Crown. ¿Quién es realmente? ¿Qué fue lo que halló Blair en su saco? Umh… Jajaja
Waaah… Se pone cada vez mejor, ¿no? Bueeeeh, sin dejar de lado a nuestra pareja principal :D wiii‼! Jajaja Hoy el SOMA no estuvo muy presente, pero créanme que habrá más :3
Muchísimas gracias a todos mis lectores, en especial por sus comentarios que me hacen saber sus opiniones al respecto :D ¡Gracias, Gracias, Graciaaas! :'D Nos veremos de nuevo dentro de una semana… ¡Byee!~
Rincón de las Respuestas:
Love Anna: ¡Gracias a ti por comentar! :D Muchas gracias… ¡En verdad son una pareja ideal! :') Wes no está lejos por aparecer, pero ya hay pisadas suyas rondando por aquí :3 ¡Nos seguiremos leyendo, Anna-chan! ¡Gracias nuevamente por tu comentario!
Nimbusmind: ¡Hola! No te preocupes, siempre es bienvenido un review cuando puedas dejarlo :D Así es, ese capítulo estuvo enteramente centrado en Kid y Liz, mientras que los demás vivían su vida como si nada, pero espero que los flashbacks te hayan puesto al día con lo que Maka y Soul vivieron en esos dos días :D Jajaja si, una demostración de afecto EPICO y lo mejor de todo… ¡En Público! xD jajajaja ¡Muchas gracias por tu comentario, Nim-chan! :D Aunque no lo puse como flashback en éste capítulo, ya saben más o menos por donde va el enojo de BlackStar, ¿no? Lo sé, es algo inevitable que vaya, como también que no sea tan constante en actualizar u.u Lo siento! :/ ¡Nos seguiremos leyendo y aprovechando éstas semanas, nee! :D ¡Bye!
Franny-san: ¡JooJooola! :D (feellikegerman) ¡Bienvenida, Franny! :D Wuuuh, leiste los capítulos de una, ¿eh? ¡Cool! ^^b pues si, tengo un máximo y mínimo de páginas que rellenar, además de que eso les genera más incertidumbre y curiosidad xDDD lo siento, soy cruel u.u xD ¡Claro, pronto se verá la tan esperada cita entre ambos! Waaaah, me halagas °w° ¡Muchísimas gracias, pero no hay nada más que la práctica! Yo vengo escribiendo desde hace muuuusho, creo que desde los trece empecé a publicar fics aquí ^/^ pero solo es cuestión de esfuerzo y de leer (o ver anime hasta que te sangren los ojos) mucho para tener imaginación :P (omite lo de los ojos xDDD) jajaja ¡Nos leemos! :'D
Gisselle Lee Evans: ¡Hoooola, Gi-chaaan! :D Muchas gracias por tu comentario, Nee‼! Jajaja Pues veamos, ojalá que haya xDD Tengo pensado escribirlo y así muuuy meloso :3 pero por ahora no habrá cabida eso u.u, pero no descarto la posibilidad, nee! :D ¡Claro que saldrán! Jajaja tranqui, una semana más no hará mal a nadie ;) ¡Muchas gracias de nuevo por tu comentario y nos estaremos leyendo! Ja nee!~
Dan Yagami: ¡Woooolash! :D Seee, el SOMA que todos ansiaban :D Yeeei! Recurriré a ti cuando mi 'polvo de hadas' se acabe xDDD ¡Descuida, lo haré bieeeeen sanguinario! Naaah, tampoco así…Pero si satisfacción para los lectores como la mano que actuará sobre ella :D ¡Tú entiendes mi desesperación! D: naaah, solo por el hecho de que no podré escribir como antes, pero estoy taaan emocionada con ir al cursillo… Jajaja ¡Nos seguiremos leyendo, Dan-kun! :D By—Byeee!~
Furanshisuka-San: ¡Fraaaaan-chaaaan! :D Jajajaja ¿a qué si? Pues, todo sea por alegrarles el día :D pues, la mera verdad que quiero actualizar todo lo que no podré hacerlo los siguientes meses D: Como Maka, en la UNI donde planeo estudiar, necesito cursar exámenes de ingreso y debo ponerme las pilas para pasarlas e ingresar :D ¡Wiii! ¡Me alegra que te haya gustado el capítulo! Seee, hubo muuucho SOMA! :D ¿A qué si? Los dos relatando la continuación y parecía que nunca lo iban a decir,, hasta que… ¡BOM! xD Seee… Leeeendo beso en público xD recomendadísimo jajajajaja ¡Te habrás imaginado la cara de Soul cuando la señora le dijo eso! No puedo evitar torturar la mente de Soul :3 jajajaja Seee, ya le aparecerá el complejo de padre xDDD ¡Te descoloqué, ¿eh?! Sip, todos esperaban a que sea Arachne, pero eso lo hace… (como lo dices en tu comentario) ¡CHA CHA CHAAAN! xD Tranquiiila, el regalo de Maka será lo más importante en los siguientes capítulos :D Espero que te haya gustado el capítulo de hoy :D ¡Muuucho drama! :D ¡Nooo! Nyaaancat D: pobreshito jajaja ¡Nos seguiremos leyendo, bye!~
LaylaDeath: ¡Holaaa!~ Ni lo menciones, no te preocupes :D lo has hecho ahora y eso es suficiente ^^ Wii... Somos dos otoñeras :'D por aquí también iniciará el frío :DDD y nuestra estación favorita :3 kiiii...! Jajaja tú lo has dicho, todo se puede con éstos chicos xD pues si u.u en este capítulo se ve en parte del por qué de esa pelea entre BlackStar y Tsubaki D: jaja pues si, Masamune tuvo muuuucho que ver en ese tema, pero Mifune no está libre de culpa xD jajaja Sip, ¿has oído hablar de que los justos deben pagar por las atrocidades de los malos? Pues... En Medusa no se aplica eso xDDD naaah, tienes razón.. No se merece TAANTO estar en la cárcel, pues tuvo mucha culpa con el atentado hacia Shinigami.. Pero aquí el centro del mal es Arachne D'x así que.. ¡Muerte a Arachne! D: jajaja Seee.. el beso pasional entre esos pillos jajaja Todo confabula para que Soul se quiera cargar a Maka kukuku xDD ¡Pues, espero que te explayes más en el próximo review! naaah, es solo broma.. ¡Éxitos con tus exámenes, Nee! :D ¡Nos seguiremos leyendo, desho! :B Byee~
LiriLara1993: ¡Woooolas! :DDDD Muchísimas gracias por tu comentario, Liri-chaaan! :D jajaja Me alegra tanto saber que te gusta mi historia :D por favor, pásate con más comentarios por aquí, nee! ~ ¡Cuidate! :3
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BlueSpring_JeagerJaques.