A los que leen una historia mía por primera vez les digo: "¡Holaa! ¡Disfrútenlo!" Y a los que ya me han leído les digo: "¡Hola otra vez! ¡Disfruten este también!"

Eh.. Este es uno de esos raros fics provenientes de mí que salen en un momentito. Por eso pienso que no es de las mejores cosas que he escrito, aunque quizás el que me sienta un poco deprimida refuerce ese sentimiento. He notado que a todas las autoras les pasa, ahora es mi turno, y de cualquier forma, no es la primera vez ¬¬

Lo había pensado para otra pareja, pero no me pareció que ninguna otra encajara. Lo sé, estoy obsesionada.

Los personajes no son míos, son de Masashi Kishimoto.


Escote

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Kiba bajó por la lista de contactos maldiciendo al acto. A la mitad ni los conocía o no los recordaba. Pensó con desesperación que la quinta parte de la película que seguía desde los doce años estaba en su última semana en el cine y ¡no había tenido tiempo de ir a verla! No quería ir solo. Era ridículo. Y sus "amigos" no le respondían.

De repente, llegó la respuesta de Naruto.

"xD q perro! =P ve con tu trasero yo e qdado cn Hinata. tal vezzz nos veamos aya xD"

Kiba contó mentalmente hasta diez sujetando el móvil con fuerza. En el acto, el teléfono vibró de nuevo. Y esta vez el mensaje era de Sasuke.

"Claro que no. Búscate novia, solterón ¬¬".

Kiba comenzó a exasperarse. ¿Por qué, de todos modos, le había preguntado a Sasuke? Shino, por otra parte, ya era de sus últimas opciones. Pero él también respondió.

"¿Es en serio? No pensé que tuvieras esos gustos, Kiba"

Agh. Kiba hasta se podía imaginar la cara que tendría diciéndole eso. Le escribió también a Shikamaru, el cual contestó unos desesperantes diez minutos después.

"Ni de coña. Sólo si pasas por mi y si me dejan entrar con pijamas. No pienso moverme de la cama. No vuelvas a interrumpir mi siesta para estupideces".

Kiba gruñó. ¡Ya, estaba fregado! ¡Ni loco le pensaba pedir a Neji que fuera con él al cine! Y por otro lado, ya habían ido con Lee y tampoco pensaba escribirle, porque a parte de lo raro que era, se la pasaba hablando en la película o gritando muy fuerte.

Chōji. Chōji tenía buen corazón, era el bonachón del grupo. Pero minutos después…

"uy kiba! Ya fui a ver esa peli la semana pasada. Esta buenísima, no te la pierdas :D"

Kiba sintió ganas de tirar el teléfono. Pero en lugar de eso, tomó las llaves del auto de su hermana. Ir al cine solo, un fin de semana, no podía ser tan malo.

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No, después de todo no era tan malo. Kiba ya tenía sus palomitas de maíz en mano y el tráiler publicitario de otras películas ya empezaba a andar; el sonido retumbaba en las bocinas de las paredes laterales. La sala ya estaba casi llena, aunque quedaban algunos asientos vacíos en medio de la gente. Pero es que ya la película estaba por salir del cine, así que ¡ja! Era una buena película, sin importar lo que dijera Shino.

De pronto, como al tercer tráiler de una película romántica, una pareja entró en la fila donde estaba Kiba, un chico y una chica tomados de la mano, pero Kiba no se dio cuenta hasta que se sentaron junto a él. La chica tenía problemas para caminar entre las butacas, y derramó palomitas en el regazo de Kiba.

—Lo siento —dijo apresuradamente, volteándose hacia su chico y tomando asiento.

Kiba no lo prestó atención. Se comió una de las palomitas que le había caído en la rodilla. Pero al cabo de un rato de haber empezado la película, a Kiba le fue imposible ignorarlos.

—Dame palomitas, Hanabi.

—¿Y las tuyas?

—Se me acabaron.

—¡¿Ya?

"Ah, el amor", pensó Kiba riéndose internamente. El amor. Él no tenía novia, ni para pasar el rato. Se metió un puñado de palomitas en la boca con fastidio.

Un momento. Hanabi. La conocía. ¡Era la hermanita de Hinata! ¡¿Con novio? ¿Cuántos años tendría? Kiba la miró divertido con ganas de saludarla y molestar, pero la chica estaba hablando con su "novio". Y a partir de ahí, en verdad se esforzaba por ver su película…

—Oye, tengo frío.

Kiba tenía un abrigo…

La miró ponerse el abrigo del chico. Qué caballeroso, pensó Kiba. Pero la verdad podría haber sido una excusa de Hanabi para hacerse cariñitos con el niñato, porque ¿quién llevaba una blusa de tirantes a un cine con un aire acondicionado casi helado? Él ya se conocía ésa y otras excusitas.

Pero el beso no llegó.

—Preciosa…

—No me llames preciosa.

—Lo siento —el chico se rió suavemente—. Es que eres muy linda.

Kiba pudo ver cómo Hanabi se volteó frunciéndole el ceño y se cruzó de brazos. Ese gesto hizo que sus pechos... resaltaran, un poco y se vieran más abultaditos; Kiba no pudo evitar sorprenderse de la dimensión que tenían… Él, que era más alto que ella, tenía una vista espectacular…

—Cariño, voy a comprar nachos. ¿Quieres algo?

Kiba sonrió aún más. Hanabi apretó los brazos…

—Chocolates.

El chico le dio un beso en la mejilla tan feliz como si Hanabi le hubiera dicho que lo amaba. Ella no se descruzó de brazos hasta que él se fue. Cuando lo hizo, Kiba tuvo miedo que descubriera quién era, pero tampoco quería moverse de asiento justo cuando la película iba por la mejor parte. Lo único que hizo fue taparse un poco el perfil. Hanabi cogía puñados de palomitas del envase que se había quedado en la butaca de su novio. Kiba sonrió al verla comer así. Cogía tantas, que las palomitas se caían por su pecho.

—¡Ca-ra-jo!.

La oyó pronunciar, y casi acaba desternillándose de la risa. Tuvo que doblarse por la cintura para reír en silencio, porque no creía resistirlo más. Cuando hubo recuperado un poco la compostura, se volvió a enderezar. Hanabi seguía comiendo, casi con furia, las palomitas se le caían por el escote y se perdían en…

—Demonios —murmuró la muchacha, metiéndose la mano entre los pechos. Kiba abrió los ojos en shock…

Ella estaba tan inocente. Ya no estaba molesta (su novio se había ido), sólo concentrada en sacarse las malditas palomas de la ropa. Pero estaba tan inocente. Tan ignorante. Y tenía unos pechos tan bonitos… Hanabi se introdujo la mano todavía más profundamente, se bajaba la blusa sin darse cuenta… Tan blancos, níveos, blanditos…, suaves… Kiba tragó con dificultad. Algo comenzó a palpitar más abajo de su estómago…

Hanabi se sacudía hasta debajo de su camisa. Y siguió comiendo palomitas.

—Maldición…

Tuvo que poner el envase de palomitas a un lado de nuevo, comiéndose las que se le habían caído por todo el cuerpo. Y por su escote… Con esfuerzo, introdujo sus dedos índice y pulgar justo en medio de sus dos pechos; Kiba sintió que tenía calor… Tuvo una visión mucho más amplia de esos preciosos pechos, hasta el límite del sostén, fue consciente de su forma redondeada…

Y entonces ella alzó la vista. Kiba sintió que el alma se le caía a los pies y se quedó de piedra viendo esos ojos lavanda. Sabía que lo conocía, estaba seguro…

—¿Me estás mirando? —preguntó en tono inocente.

Y le sonrió. Kiba frunció el ceño. Hanabi miró al otro lado suyo y luego a Kiba. Entonces, cuando él abría la boca para explicarse, ella colocó una mano en su nuca y lo atrajo hacia sí hasta besarlo. Kiba perdió un poco el equilibrio y para apoyarse su mano fue a parar… oh, sí, justo ahí. ¡Oh, sí! Y sin quererlo su mano se cerró con suavidad; besos exquisitos, deliciosos, con sabor a maíz… y su mano justo donde había fantaseado: una, otra vez, una, otra vez…

Sí. Hanabi era preciosa. Su novio tenía razón.

Entonces una luz muy brillante los interrumpió, haciendo que se separaran y miraran la fuente de ese haz resplandeciente que los cegaba en la oscuridad.

—Me temo que tendrán que salir.

Oh, oh.

Kiba tendría que ir de nuevo a ver su película. Y Hanabi tendría que conseguirse otro novio.

Y éste último no debió aprovechar para ir al baño.


Moraleja: Cuando vayan al cine, ¡no compren palomitas! xD

Bien, esto debería ser ilegal, romper las reglas, etc. Pero tengo que responder al review de Milady Yukie, que no tiene cuenta, o no entra para dejar el review. Yo partí del hecho de que si comes palomitas de un puñado se te riegan todas, ¿no? No es así, sin embargo, si las tomas una a una xD Que es lo que la mayoría hacemos. Y en cuanto a las otras preguntas, espero que con lo que agregué hoy se respondan.

¡Gracias por leer!