Hola sempais :D, si soy yo de nuevo, sí y de nuevo con un comienzo de un fic SasoDei, para las personas que se han percatado de que tengo varios y no les avanzó, lo haré algún día ¬¬ es que... si no Mary olvida la primera idea y eso es frustrante (creanme, ya me ha pasado varias veces) además... Mary is a good girl y promete actualizar más rápido cualquier cosa que escriba, hum :D

Lo de siempre: Naruto no me pertenece. Solo lo tome prestado del gran Masashi Kishimoto ¬¬ asesino de mis sempais akatsukianos, hum. Además, esto pasa en un mundo ALTERNO. Y obvio que tiene Yaoi, hum ^^


=Anata no tejun o mite=

SASODEI

Deidara PO´V

Solo recordaba aquel abrasador dolor recorrer mi tobillo. Todos susurraban mi nombre, o quizá lo gritaban, no podría decirlo con exactitud… porque en ese momento, me perdí a mí mismo.

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1.

A Orochimaru sensei le encantaba sacarnos a prácticas de campo en la semana de vacaciones que nos daban entre las unidades del plan de estudios. A decir verdad yo odiaba estas salidas, ¡Qué bien me caería una bolsa de palomitas mientras me sentaba a ver mis películas preferidas! O que bien me quedaría estar ahí en mi taller todo el bendito día, creando arte.

Pero en realidad no tenía por qué quejarme por esta práctica de campo que había hecho Orochimaru; Porque, simple y sencillamente mis calificaciones en su materia (Biología) no podían ser más pésimas. Así que debía agradecer que Orochimaru nos dejara salvar un punto o dos con esta "pérdida de tiempo".

-¡Joder!- grito Hidan a mi lado -¡Maldita roca de la *****, me he torcido el pie! ¡Jashin te maldice!-

Mi compañero y amigo, estaba saltado en un pie sujetándose el que supuse que estaba "lesionado", mientras seguía maldiciendo y señalando a la piedra culpable de la desgracia. No pude evitar reírme. No lo habría hecho de haber estado cerca de Orochimaru sensei, pero éramos los últimos de la fila, así que Orochimaru no se percataría de nuestra repentina parada, la cual agradecía bastante, porque me dolían los pies a horrores.

-¡Cállate tú, **** rubia!- me grito Hidan y solo me reí más.

-Sí. Bueno, te iba a ayudar, hum- le dije con sorna, en realidad no lo haría ni aunque me pagaran.

-Maldito Deidara- susurro Hidan sobándose el tobillo.

-No maldigas, Hidan san. Es malo- dijo Tobi, acercándose a nosotros al notar que ya no íbamos en la fila con los demás alumnos de la clase.

-Cierra el pico- le dijo Hidan poniendo el pie lastimado al suelo y cojeando para caminar. Lo seguí con la mirada y Tobi sonrió.

-Hidan san… nunca cambiara- me dijo Tobi mientras con un movimiento de cabeza me indicaba que siguiéramos caminando, lo que en realidad habría preferido no volver a hacer nunca -¿Verdad sempai?-

-Como sea- le dije con una sonrisa mientras caminaba lentamente, tratando de disimular el dolor que me provocaban las ampollas de las ampollas de los pies.

Alcanzamos a los demás, que por suerte se habían detenido cuando Orochimaru sensei había encontrado una especie de flor amarilla y la pasaba entre sus pálidos dedos, examinándola y hablando de las maravillas de la planta.

-Esto es taaaannn interesante- dijo Hidan con sarcasmo mientras se sentaba en el suelo y fingía dormirse. Tobi y yo lo miramos, adelante nuestro se giro a vernos Itachi y Zetsu.

-¡No hagas eso!- le grito Zetsu, él tenía una manía obsesiva por las plantas, y cuando digo obsesiva, es quedarse corto –El adonis es una planta vivaz de bello y armonioso aspecto, que rememora al mítico y hermoso muchacho Adonis-

Le mire con una ceja arqueada, en realidad, no entendía porque eso venía a interesarme un bledo.

-Sí- intervino Itachi –En manos de médicos y expertos puede usarse para la medicina, aunque con una gran cantidad de principios activos lo que la hace muy venenosa. También es llamada adonis de primavera por la razón de que solo crece en esa época del año-

Hidan hizo como que roncaba, Tobi sonreía como si hubiera comprendido alguna palabra (aunque yo dudaba que fuera cierto) y yo solo levante una ceja; No sabía que hacían aquí Zetsu e Itachi si iban de maravilla en la materia. Lo que es ser alguien con cero vida social. O con una fuerte afición a las plantas. Lo que yo daría por llevar sus calificaciones y haberme ahorrado estar aquí.

Al frente de todos, Orochimaru seguía enumerando una lista de medicamentos que se creaban a base de la planta Adonis. Entonces note, que al otro lado del camino iba una persona, era hombre. Quizá de la misma edad que yo… tenía el cabellos rojo y llevaba una chaqueta de cuero y unos pantalones de mezclilla medio rotos. Lo mire atentamente, frunciendo el ceño y entre cerrando los ojos. Se agacho para recoger algo, pensé que se le había caído. Note como de bueno tenía el… ehm… trasero, y me sonroje de inmediato.

-Sempai- me llamó Tobi con voz inocente -¿Qué es lo que ve?-

Gire violentamente a él –Nada, Tobi- le dije tartamudeando un poco –Nada-

-Bueno, creo que Orochimaru sensei está por terminar la explicación- me dijo Itachi y le sonreí un poco, me alegraba de oír eso. Después de un segundo voltee a donde estaba el pelirrojo, estaba metiendo algunas ramas en un frasco tranparente.

-…Esta planta es venenosa para el ganado. Se dice que su toxicidad es tan grande, que incluso las vacas y cabras que la consumen pueden trasmitir su toxicidad por medio de la leche a las personas- terminó de decir Orochimaru, gire a verlo un momento y luego de un coro de exclamaciones aburridas o interesadas comenzaron la caminata.

-Bueno- dijo Hidan parándose, ya parecía haber mejorado de su tobillo –A la carga-

Voltee a ver hacia el pelirrojo, pero ya no estaba. Ladee la cabeza, para tratar de encontrarlo, pero si seguía ahí los árboles y arbustos ya no me dejaban verlo.

-¡Eh, rubia!- grito Hidan y lo mire. Después de echar un último suspiro y les seguí con paso rápido.

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No me sentía nada bien. Era aquella pesada mirada sobre mí o quizá la idea de que así era, puesto que tras nosotros no había nadie, lo que me hacía girar receloso hacia el camino que íbamos dejando atrás. A lo mejor solo se trataba de paranoia, una horrible paranoia que no tenía sentido alguno.

Delante de mí, Hidan iba discutiendo con Itachi sobre la posibilidad de que la piedra que hace ya una hora y media le había torcido el pie, fuera castigada por Jashin, y cómo es que le gustaría que pagase.

Itachi, era una persona excepcionalmente paciente. Era increíble que pudiera escuchar a Hidan con aquella cara tan tranquila y pasiva, mientras asentía, mientras parecía que le prestaba atención. Detestaba como lucía en todos lados y en cómo se destacaba de cualquier persona, es que, en realidad a pesar de que éramos amigos, Itachi siempre era superior a mí, y eso me fastidiaba. Me fastidiaba que fingiera que no competía conmigo todos los días y que lo hiciera. Que me dejara como el friki que gusta de competir con alguien que no te hace nada, pero él lo hacía. Vaya que sí. Sin embargo, me gustaba pensar más en Itachi, no como un rival, ni un mejor amigo. Me gustaba pensar en él como un amigo con el que competía y con ello trataba de superarme día con día.

Hidan, por otro lado, no sabía que hacía con aquel loco. Quizá era porque me hacía reír. Porque estaba claro que por insultarme todo el día no lo era.

Y Tobi. Bien, él era prácticamente mi mejor amigo, aunque siempre me sacara de mis casillas en algún momento, el primo de Itachi era la primera persona a la que llamaría si me ocurriera algo.

Itachi y Tobi siempre habían estado conmigo, en las buenas y las malas. Los tres habíamos pasado muchas cosas, ya que nos conocíamos desde la primaria. Los había conocido por una extraña casualidad del destino: Mi hermano Naruto, era muy amigo de Sasuke, el hermano menor de Itachi, al cual siempre habían obligado a ir con Sasuke a mi casa, o al revés, cuando a mi me obligaron a ir a la casa de Itachi, conocí a Tobi, y desde entonces, los tres somos inseparables, algo así como los tres mosqueteros.

Al entrar a la secundaria conocimos a Hidan, Zetsu, Kakuzu, Konan y Pein, con quienes pasábamos el receso y horas libres en la preparatoria.

Saqué mis audífonos y me los puse en los oídos, cuidando de que Orochimaru no me viera, saque el iPod y le puse play a la música. HIM- The Sacrament hizo acto de presencia en el orden aleatorio de la reproducción y nuevamente me quede sumido en mis pensamientos.

Veía a Orochimaru detenerse y dar explicaciones unas repetidas veinte veces, haciendo pausas al ver una planta en especial o cosas que por el estilo, solo le interesarían a Zetsu, que parecía emocionadísimo con lo que exponía su sensei favorito.

No es que me cayera mal Orochimaru, es solo, que su materia no me llamaba la atención. O más bien no se me daba ni aunque lo intentara. Es que la biología era tan… apacible, tan tranquila, sin tan poca emoción… que no me llamaba para nada.

La canción estaba en su clímax. El grupo volvía a avanzar, mire mi tenis y me percate de que las agujetas estaban desabrochadas, me agache a atarlas.

-Sempai- escuche a Tobi.

-Ya voy, ahora los alcanzo, hum- le conteste anudando las agujetas con rapidez. Tobi, Hidan, Itachi y Zetsu siguieron al grupo restándome importancia. Me puse de pie, dispuesto a andar tras ellos, y entonces hubo un sonido horrible que provenía del estúpido iPod, parecía como si se fuera la señal, como una tormenta cayendo solo sobre mi oído. Después de solo dos segundos la música cambió.

Era algo que no había escuchado nunca, o más bien, que nunca había bajado la canción: Manatsu no yoru no yume, pero ahora estaba ahí, resonando en mis oídos. Sentí un enorme escalofrío. Gire la vista hacia atrás, no había nadie, tampoco había nada, el camino se extendía y me sentí casi un poco mareado. Gire hacia donde caminaban mis compañeros, y entonces lo sentí.

Fue un picotazo tremendo en mi tobillo. Me comenzó a arder, quemaba como si fuera un maldito cuchillo clavado en mi tobillo, pero el dolor subía hasta la rodilla. Baje la vista y vi a un escorpión entre dorado y amarillento, y además grande, al menos de dos pulgadas, al que había estado a punto de pisar, supuse yo. Tenía la cola con aquel detestable aguijón levantado. El muy hijo de la naturaleza me había alcanzado con él.

Lo primero a lo que atine a hacer era a darle una patada y mandarlo a volar hasta el otro lado del camino, maldiciendo. El dolor se volvió a hacer presente y caí al suelo. Joder, dolía bastante.

-¡TOBI!- grite, ¿ven? Se los dije, Tobi sería el primero en ser llamado -¡ITACHI! ¡HIDAN!- sentí que la voz se me iba, y realmente, me fijaba hacia donde había caído el escorpión, pendiente y temeroso de que no fuera a regresar conmigo.

Tobi llego corriendo, seguido de Itachi, Hidan, y el resto de los alumnos. Corrían y cuando me vieron tirado en el suelo, abrieron los ojos y se aglomeraron a mí alrededor, con preocupación en los ojos.

-¡Deidara sempai!- grito Tobi arrodillándose a mi lado -¿Está bien? ¿Qué le ha pasado?-

-Me ha picado un maldito escorpión. Hum- le conteste haciendo muecas de dolor por cada palabra, joder, verdad que dolía.

-¡AH!- grito una chica escandalosa, como queriendo llamar la atención -¡No estará por aquí! ¿Verdad?-

La mire con el ceño fruncido.

-¡Y yo qué sé!- le grite enojado, tenía mis manos cerradas alrededor de mi tobillo. Orochimaru se abrió paso entre los alumnos y se agacho a mi lado. Tenía el rostro crispado de preocupación.

-Háganse todos a un lado- les dijo mientras sacaba una liga y se amarraba el largo cabello, para que no le cayera estorbándole. Me tomo del pie y casi me lanzo un buen grito, o quizá sin el "casi". Orochimaru me miro como disculpándose –Bien, ¿Alguien se trae un celular?- pregunto mirando a todos.

-Aquí- dijo Itachi y le extendió su celular a Orochimaru, él marco con impresionante rapidez unos números y luego se puso el teléfono en el oído, miro a Hidan –Hidan, a unos seis metros hay un riachuelo, ve allí y con cuidado me traes una cantimplora de agua-

Estaba a punto de preguntarle porque habría que hacer eso cuando Orochimaru se arremangó con trabajos las mangas y tomaba con dificultad el teléfono, impaciente. Se lo quito del oído con el ceño fruncido y luego marcó otro número.

Mientras esto pasaba, vi como Hidan se iba hacia donde Orochimaru le había indicado, mientras abría su cantimplora y la vaciaba mientras corría. Y entonces caí en la cuenta de que le había pedido ir por agua porque sabía que ninguno de sus alumnos, consumía agua mineral cuando tenía sed. Aquel pensamiento me hizo olvidar un poco del abrasador dolor que me cundía el tobillo y ahora un poco de la espinilla.

Alguien contesto en la línea telefónica a la que marcaba Orochimaru.

-¿Sí? Ya va, sé que número es este. Necesito que me envíen una ambulancia o a algún médico que tengan ustedes, el celular que tengo no me conecta- espero unos segundos, luego miro el bosque, como si tratara de hallar alguna señal –Estamos a unos dos kilómetros, un escorpión ha picado a uno de los chicos y… ¿cómo dice?- grito exasperado, dejando caer mi pie, me mordí el labio para no gritar, o quizá no lo hice, ya no lo sabía -¡Está loco! ¡Lo necesito ahora!-

Trate de imaginarme a una persona corriendo dos kilómetros para llegar aquí. Era literalmente imposible. Y Orochimaru sensei, quedaba muy claro que no sabía cómo hacer esto. Hidan llego corriendo y le tendió a Orochimaru la cantimplora, respiraba entrecortadamente. Orochimaru tomo la cantimplora y me echo agua en la pierna, se sentía fresca y agradecí el contacto con ella, aunque el gusto me duro muy poco, al instante siguiente, mi tobillo volvía a quemar.

-Pues envíelo ya- le grito al teléfono Orochimaru y colgó, saco de su mochila un jabón y se enjuagó las manos, luego me lavó la herida. Seguro que me ardió, pero ya no era muy consciente de nada en mi cuerpo. Sin embargo, me llegaba el sonido de los susurros de mis compañeros. Todo comenzaba a dar vueltas y ya no solo era el tobillo y la mitad de la espinilla la que me quemaba. Me empezaba a doler la cabeza. Ya no me sentía con fuerzas y caí sobre las piedras con un golpe que se me antojo sordo.

Todo daba vueltas. Todo me quemaba. Mis ojos se iban y regresaban, como si hubiera perdido y recuperado la inconsciencia. Veía las hojas de los árboles, veía a Orochimaru susurrarme algo, pero por su expresión, parecía que lo gritaba. No importaba en realidad. Ya no sabía más de mí. Ahora solo había oscuridad.

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Era una luz lo que veía. Una luz tenue, pero brillante. Una luz blanca y borrosa.

-Joder. Joder. Ya me morí. Es esa luz al final del túnel que todos dicen que vemos antes de morir - pensé y sentí una enorme punzada en la cabeza –Rayos, que infame que es pensar cuando mueres-

Conforme pasaron los segundos se fue aclarando, y note que se trataba de una lámpara blanca que colgaba de un techo azul pálido, como esos de los hospitales. Parpadee con pesadez. Luego, siendo capaz de hacerlo, lo hice más rápido y repetidas veces, como cuando se me queda una basura en el ojo.

Voltee la cabeza, a costa de un terrible dolor en el cuello, y entonces me encontré con Tobi, Hidan e Itachi que me miraban con el ceño fruncido. Tobi e Itachi sonrieron, Hidan grito de emoción y se lanzó sobre mí. Para mi sorpresa abrazándome.

-¿Qué…?- pregunte, sentía la garganta seca y las palabras se fueron apagando antes de acabar. Hidan me hizo cerillito en el cabello.

-¡Oh, estás vivo!- grito Hidan -¡Estás vivo!- luego, como si se diera cuenta de algo ridículo, me soltó, casi me empujo separándome de él, lo mire ofendido. Hidan me dio un zape -¡Qué idiota! ¡Casi haces que me dé el infarto! ¡Estúpida rubia!- dijo mientras se cruzaba de brazos y me daba la espalda. Tobi e Itachi se acercaron.

-Vaya. En eso si tiene razón, y no solo él y nosotros. Orochimaru estaba que se lo llevaba el fantasma de Canterville- comentó Itachi, lo mire.

-¿Qué paso?- pregunte y Tobi me paso un brazo sobre los hombros, riendo.

-Te pico un escorpión- me dijo

-Eso sí lo recuerdo, hum- le conteste

-Te estabas muriendo- dijo Hidan, burlonamente –Orochimaru sensei no sabía que hacer, tú te estabas yendo y regresando en ti-

-Entonces se apareció un chico y te salvo- dijo Itachi, frunciendo el ceño.

-¿Qué?- pregunte

-Lo que oyó, sempai- dijo Tobi –Un pelirrojo, chaparrito, de ojos color miel. Llegó y lo salvo-

Recordé al pelirrojo y me da que me sonroje -¿A sí?- pregunte -¿Y… y dónde está?-

-¿Para qué?- pregunto Itachi, y lo mire un poco sorprendido, Itachi parecía alterado.

-Se ha ido- dijo Hidan cruzándose de brazos –Nada más llegaron la ambulancia y ese sujeto se desapareció-


Bien, aquí esta el primer capítulo sempais ^^ espero que les guste y dejen un review porque es muy importante para Mary :D, porque Jashin los castigara si no lo hacen ¬¬, y porque... porque... porque sino Tobi san los irá a buscar y creanme que no les gustara D:

A próposito, el título de este nuevo fic, en español significa: Cuidando tus pasos. Según el traductor google, es así como se escribe en japonés =)

Espero que sigan leyendo, sempais.

Matta ne~