Prologo:

Ese sentimiento que me invadió al verlo, sus preciosos ojos verdes, como las esmeraldas, su cabello cobrizo todo desordenado, su sonrisa al acercarse a mi... No, a mí no, a su familia, cuando dijo esa primera frase dirigida hacia mi con su voz celestial:
—Hola, tú debes ser Bella...
El modo en que pronuncio mi nombre, me hizo sentir el sentimiento más intenso que había experimentado.