Todo lo que había que decir lo he dicho.

Muchas gracias por leer, por seguirme, por encontrarme, por comentar, por estar ahí cuando tenía una semana divertida, interesante, agotadora, por ser vosotros.

Especiales gracias a aquellos que han comentado a lo largo de esta historia o recientemente, da igual, gracias a UzuMa, Susana Mode, NekoNOtanuki, sandra91296(yo también me llamo Sandra :3), Kuroko du Lioncourt, ikaros-san, shion230, zanzamaru, Kimera225, AnataYume, Sheory black, Sofy-Chan, amaya1313, Una Mapache, Yanel, Hime Sora, Tsukimine12, Tatii Cx, kAeDe-HiMe, loryllero, Celeste Kairi, milk goku, Tsuki Hanasaki, Lenay-chan, DhampireCry, Love Neko, Dark, Veruto kaname, susi-san (la del guión que viene y va~(8)), Niknok19, kennich, magusficty, Karu-suna, grey, gabixx21, eminahinata, Anónimo(del capítulo 12), Brye, nayumi, Na0 Loneline55, kaon-chan, Anónimo (del capítulo 13), moamoa2, Darth Sethbek, Rikkatum, Snow Moon23, Anónimo (del capítulo 14), Kishi Hina, Anónimo (del capítulo 15), ZANGO-1, Anónimo (del capítulo 16), JessyxFanxAnime, XCony, Yuki-fu, xwzy, Nekomata-sempai y Marthiis Wolff, sin todos y cada uno de vosotros esta historia nunca habría encontrado un final -y probablemente habría sido eliminada, como tantas otras-.

Esto ha llegado a su fin... de momento. La secuela aún no está lista y está lejos de estar terminada, pero -si me escaqueo un poco de estudiar- seguramente comience su plublicación tras el 28 de Enero (es el día que acaban mis exámenes :'D)

De nuevo, gracias.

Aclaraciones: Normal(conversación)/ Negrita(Kyuubi)/ Cursiva(Pensamientos)/ Negrita cursiva(pensamientos Kyuubi)

Advertencias: Sai siendo Sai. Vieja que no parece vieja a punto del histerismo. Fluff y angst en cantidades contaminantes. Incógnitas no resueltas que se dejan para la secuela (misterio de Sai/misterio de Neji/reacciones de Naruto)

Notas: Estoy llorando. Necesito pañuelos *se suena*

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen. Son obra y propiedad de Masashi Kishimoto.

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El silencio del peliblanco y aquella mirada sorprendida, para Sai, hablaban por sí mismos.

Máscara o no, el pálido pelinegro siempre había sido muy perceptivo. Siempre. Expresiones, mentiras... Sai no era alguien a quién se le pudiera mentir facilmente.

Si no eras Naruto, claro.

El rubio había logrado sonreírle una y otra vez de aquella manera sin que Sai notara la opacidad de sus ojos ni los nerviosos movimientos de sus manos, que iban tras su cabeza automáticamente o se dirigían cómicamente a su mentón.

Sai no había sido capaz de leer las señales por primera vez en su vida. Claro que era la primera vez que conocía a alguien como el rubio, un actor perfecto que nunca, desde que le conocía, había mostrado su verdadero yo.

Sai no sabía si lo que sentía era orgullo u irritación, así que se decantó por preocupación, algo más simple y que evidentemente sabía que sentía -tenía que leer más libros de referencia, solo por si acaso.

Volvió a mirar a Kakashi, que ahora carecía de expresión, agilizando el paso en un intento por adelantarle, cosa que logró fácilmente. Oh, en fin, siempre queda Yamat-No, mejor no, esa mirada que da miedo mejor se evita. Sí. Así que avanzó todavía más rápido hasta que logró alcanzar -con cierta dificultad, todo sea dicho- a Kakashi.

"Kakashi" llamó, su sonrisa de costumpre pegada con pegamento a su rostro.

El Jounin no le respondió.

Sai frunció el ceño y rebuscó en su bolsillo. Naruto le había dado algo que puede que funcionara.

"Kakashi, Naruto me entregó esto cuando visitamos el País del Hierro y me dijo que podría conocerlo. Se llama... ¿Yaoi Yaoi Paradise?" murmuró.

La cabeza de Kakashi, como un resorte, giró hacia Sai y sus manos se estiraron casi automáticamente hacia el libro.

El ansia.

El ansia pervertida, eso es.

Sai se apresuró a alejar el libro de sus manos, esquivando una rama baja y adelantando al Jounin por un instante hasta que bajó a una zona inferior del bosque y retrocedió hasta la posició de Yamato, Kakashi siguiéndole la pista y colocándose a su lado.

"¿Dónde has conseguido eso?" inquirió, ojo fijo en la tapa con dos picas (N.A. Como las de la baraja francesa) entrelazadas, intentando alcanzarlo, a lo que Sai se alejó un poco más.

"Ya se lo he dicho" sonrió Sai, de nuevo "Naruto me dijo que podría parecerle... interesante"

Kakashi pareció dudar. Sabía que todo, y con todo quería decir todo, lo procedente de Naruto tenía algún nivel de perversión, sea por influencia de Jiraya o por la suya propia. Aquella novela podría ser un hito en la perversión humana y él podría perdérselo para siempre -siempre siendo hasta que Sai decidiera dárselo o hasta que no aguantara la intriga y decidiera hacer una visita nocturna a su improvisado compañero de equipo.

Intercambió miradas con Yamato, leyendo una clara negativa.

Suspiró. El plan nocturno ent-¡Oh, no! Sai estaba agitando el libro. ¿Y si se le caía? ¡Wah! Por el Sabio de los Seis Caminos, eso ha estado cerc-¡Cuidado! Oh, no. Oh, no. Oh, no. Sai era capaz de tirarlo si no contestaba como él quería. Y entonces el para siempre se convertiría en un verdadero para siempre, y los contenidos de ese libro lleno de imágenes obscenas para la mente de aquel con imaginación se iría al garete.

No tenía ni idea de lo que era el Yaoi, pero ¡el nombre era claramente de una novela pervertida! ¡Por lo que más quiera!

"...dí qué quieres saber"

El sonido de la palma de Yamato contra su cara hizo eco en todo el bosque.

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Tsunade comprobaba por octava vez durante aquel minuto, el estado de Naruto.

El chakra se había estabilizado de alguna manera, y parecía que el calor fervil que exudaba su piel desde la guerra había decidido darle un descanso, pasando de casi quemar los dedos de la expirementada médico-ninja a emitir un ténue calor que se le hacía más familiar... aunque no llegara a ser normal.

Pero, dentro de la normalidad, eso era bueno.

"Mi señora Tsunade..." llamó Shizune, con intención de decirle que el tiempo se había acabado, haciendo que los dos muchachos durmientes se desperezaran y que Hinata tomara aire violentamente, rostro más pálido de lo normal -luego tendría que hacerle una revisión.

La rubia levantó una mano, acallando a su ayudante y, tras revisar una vez más las constantes de Naruto, se volvió hacia los cuatro ninja, las miradas del resto de personas de la sala clavándose inmediatamente en ellos.

El primero en moverse fue Shikamaru, pero fue un movimiento corto y que se detuvo de inmediato. Le siguió Ino, Chouji saltando a su lado, quitándole la cinta aislante con cuidado y ayudándola a ponerse en pié. La rubia sonrió y asintió, señalando la butaca pegada a la cama sobre la que aún dormía Akamaru.

"¿Qué tal?" preguntó Chouji, claramente cortando el '¿Y bien?' de Tsunade. Pero la rubia lo dejó pasar... esta vez.

Ino tan solo sonrió y se dejó caer en el cómodo asiento, observando cómo Sakura y Sasuke se desperazaban y, aún medio dormidos, intentaban despegarse de Shikamaru, al que Sakura pegó una patada en el estómago para descubrir que Tsunade había tenido razón y él había sido el primero en despertar.

"En cualquier momento" asintió la Yamanaka, dejándose descansar en la butaca gris.

Estaba tan cansada, y tenía tanto sueño.

Necesitaba una siesta...

"Hokage ¿puedo llevar a Ino a su casa? Ha usado mucho chakra, y creo que ya somos muchos aquí" preguntó Chouji, casi como si hubiera leído la mente de la rubia, que, junto a los otros tres ninja, le miraron extrañados para luego negar con la cabeza. 'No, esas cosas solo pasan en la cabeza de Naruto'.

La alta mujer asintió, dejando que la kunoichi se marchara tras prometer un detallado informe de la misión para la semana que viene.

Hinata, ahora ya calmada, decidió marcharse también, darle al equipo 7 una intimidad que prefería no interrumpir, seguida de cerca de Kiba que, simplemente, temía la ira de su madre si llegaba demasiado tarde a casa, prometiendo que volvería al día siguiente.

Shizune también se marchó de la habitación, excusándose con algún papeleo que tenía que terminar y, tras levantarse y quitarse los restos de pegamento, con un claro 'Problemático' escrito en su ahora relajado rostro, Shikamaru cerró la puerta tras de sí, cierta conversación con cierta rubia con cuatro coletas y un abanico gigante planteándose como una partida de shogi en su cabeza.

Así, aguardando a que el rubio abriera los ojos, quedaron Tsunade, Sakura y Sasuke.

A eso de las diez de la noche, tras un silencio insoportable que ninguno de los tres había logrado romper, Lee irrumpió en la habitación de pronto, corriendo hacia Sakura -o más bien saltando- y preguntó en voz en grito si se encontraba bien, si todo había ido bien, si el mundo era redondo, si su pelo era natural... vale, los dos últimos no, pero Rock Lee hablaba tan rápido que la Hokage no podía realmente seguirle.

Ni ella ni ninguno de los dos shinobi en la habitación.

La pelirrosa suspiró, enviando una mirada de refilón al rubio.

"Lee. Calla" ordenó, en un tono más cansado y resignado de lo habitual.

Naruto iba a despertar en las próximas doce horas, de eso no cabía duda, pero había tenido un día muy largo y había visto demasiadas cosas que realmente no quería recordar.

"Me voy a casa. Casi no puedo mantenerme en pie" se excusó con la Hokage, mirando luego a Sasuke "Si se despierta ¿podrías avisarme?" y, tras un seco asentimiento, la pelirrosa cogió al chico de latex por el cuello de aquel extraño conjunto verde y lo sacó de la habitación, gritándole que era muy tarde y que la acompañara a casa.

Sasuke y Tsunade se quedaron, pues, solos. Solos con sus pensamientos, ninguna palabra dicha ni dedicada a la persona que esperaba en aquella sala, junto a ellos mismos, a que Naruto abriera los ojos, a que sonriera, a que... a que...

Ni Tsunade ni Sasuke sabían qué esperarse, pero Sasuke tenía una cosa en claro.

Todo lo que había pasado a partir del 'tercer nivel' sería un secreto, un secreto que se aseguraría que Sakura, Shikamaru e Ino guardaran con su vida, porque él así lo haría.

Luego, cuando Naruto despertase, ya hablarían lo que tuvieran que hablar.

Pero aquel no era el momento.

Si Tsunade se enteraba, todos los que habían osado ponerle la mano encima al rubio terminarían bajo tierra, y no precisamente por un jutsu... y eso significaba que todos y cada uno de los aldeanos -con excepción del viejo del puesto de ramen y su hija- estaban muertos, él incluído.

No, Tsunade no necesitaba saberlo.

Pero aún así la rubia lo sospechaba, la culpa y nuevo miedo -miedo al poder que ahora sabían que poseía Naruto- evidente en los ojos aquellos que debía proteger, de los aldeanos, de los adultos, de todos.

¿Todos le habían tratado como a un monstruo? ¿Hasta aquellos niños ignorantes del bijuu?

Oh, les haría sufrir.

Iban a pagar por todas y cada una de las oscuras palabras llenas de malicia que habían tenido el descaro de decir a su niño.

Aquel muchacho era muy importante para ella, como un sobrino, lo único que le quedaba en el mundo después de perder a su hermano pequeño, a su amado, a sus dos compañeros sannin -aunque a uno de ellos no le echara precisamente en falta-, todo lo que tenía.

Un ligero movimiento de las blancas sábanas interrumpió sus pensamientos, ambos saltando hacia la cama simultáneamente así como la mano del rubio apretaba la tela entre sus dedos, un gruñido adolorido escapando de su garganta, ojos luchando por abrirse.

"¿N-Naruto?" llamó Tsunade, con voz temblorosa.

El rubio giró la cabeza hacia la voz, gruñendo de nuevo mientras se frotaba los ojos, entreabiertos.

Sasuke no sabía si ir corriendo a buscar a Sakura o saltar al lado del rubio, y realmente no tuvo tiempo para decidirse, Naruto incorporándose en la cama, frotándose los ojos con un bostezo, Sasuke inmediatamente a su lado para ayudarle a incorporarse.

Ojos agotados, cansados... en más de un sentido,se clavaron en los suyos antes de fijarse en la mujer rubia. Y una sonrisa que el pelinegro conocía de sobra, se abrió paso en su todavía enfermizo rostro. Una sonrisa que no alcanzaba aquellos normalmente brillantes ojos azules llenos de vida y pasión, aquellos ojos que le habían atrapado y que ahora estaban vacíos, opacos.

Una máscara.

"¡Buenos días, vieja! ¡Sasuke! ¡¿Cuanto tiempo he estado fuera de juego?" gritó, animadamente, como siempre.

Sí, como siempre.

Como siempre hacía antes.

Como siempre hacía antes de tener a alguien a quien apreciara, a quien quisiera proteger, alguien en quien pudiera confiar.

Pero aquello no era un problema ahora, Tsunade lanzándose hacia el muchacho, envolviéndole en su maternal abrazo, lágrimas escapando de sus ojos avellana sin que pudiera hacer algo al respecto, Sasuke apartándose levemente, dejándole espacio para ponerse maternal y todo lo que quisiera pero sin llegar a romper completamente el contacto con el rubio.

No, aún no.

Lo importante ahora era su niño, pensó Tsunade.

Lo importante ahora era Naruto, pensó Sasuke.

Lo importante ahora era que Naruto al fin había despertado.

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FIN.

?

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Neji observaba, de vuelta a la mansión Hyuuga, la extensión de fieltro verde del arma, brillante y pulida, un arma que Hiashi había ordenado especialmente a Tenten por encargo de Gaara, amigo suyo y kazekage de la villa oculta de la Arena, líder militar del país del viento.

No sabía cual iba a ser su utilidad.

Una katana que no se puede sacar de su vaina no es algo usual, es, de echo, un trasto inutil que con tanto empeño trataban de llamar 'decorativo'.

Pero no, eso no era posible, se decía una y otra vez, esquivando a un grupo de niños que corrían a sus casas, la noche envolviendo lentamente la villa, cambios de luces y sombras que no escapaban a sus perceptivos ojos.

No, si Tenten tenía algo que ver, esa espada era genuína.

¿Un artefacto ceremonial tal vez?

¿Para qué tipo de ceremonia?

Y Neji sintió, por primera vez en mucho tiempo, que, tal vez, no debería volver a la mansión Hyuuga.

Podía ser que esa espada no fuera nada bueno-no, no podía pensar así, no podía permitírselo ni quería.

Los Hyuuga habían cambiado, nunca harían nada contra lo que quiera que quisieran actuar sin antes preguntárselo a la Hokage.

¿Verdad?

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Esta historia continuará... 28 - 01 - 2012 [Tent.]