Este es mi primer Fan Fic, espero les guste… dejen sus review.

Todo historia debe empezar con un había una vez, pero esas historias son las infantiles, en la que el príncipe salva a la princesa y son felices para siempre, en la que vencen a la bruja que a maldicho su amor y jamás son separados por nada ni nadie… así no es esta historia, esta historia es cruda, pero realista… porque yo si creo que lo mas fuerte en el mundo es el verdadero amor. Y por falta de el es que el mundo esta así.

MIEDO

- Te amo, jamás dejare de hacerlo, aunque pierda mi vida por eso.

- Yo también, pero jamás dejare que mueras jamás, me entendiste. Adiós.

(Lagrimas)…

Los días están haciéndose muy largos, no e visto a Naruto desde hace 2 meses, la misión que me encargaron, es en solitario… Kiba y Shino estan en otra, es muy aburrido hacer misiones sin ellos, Naruto debe estar en una misión también con Sasuke y Sakura. Me alegre mucho cuando pudo salvar a Sasuke de los 5 del sonido y de la malvada serpiente de Orochimaru, ya entreno con Jiraiya-sama y todos se han vuelto tan fuertes, hasta yo me e vuelto un poco fuerte, gracias a Naruto, porque lo e observado toda mi vida, jamás me cansare de hacerlo, mi camino ninja es ser como él…

Gaara-sama ya se encuentra bien, y sin el Shukaku, no se han sabido mas noticias de Orochimaru, pero siempre siento que regresara por el Uchiha, el nunca será una buena persona, pero si Naruto-kun confía en el es porque en realidad debe de haber bondad en él, aunque cada vez que lo observo, hay un gran escalofríos en mi cuerpo… de verdad le tengo miedo, mucho miedo.

No sabía cuanto extrañaba mi aldea, hasta que cruce la puerta principal, todos me saludaban muy emocionados, me sentía en mi hogar, fui directo a la oficina de Tsunade-sama, cuando entre estaba el equipo 7, llegando de su misión al mismo tiempo que yo.

- Hola Hinata-san, como estás?- Dijo Sakura y Naruto-kun. Sasuke se mantuvo en silencio, solo volteo a verme de reojo, con su natural frialdad en los ojos.

- Hola Na- Naruto-kun y Sa- kura –san, estoy bién, gracias, ustedes como están?-(sonrojo), mire a Sasuke con timidez, su cara me causaba un temor intenso, la mirada de Naruto era tan hermosa, que senti como me ruborizaba lentamente, Sakura estaba tan linda como siempre, con su cabello que aun mantenia corto, al parecer la unica chica que aun mantenia su cabello largo era yo. ¡Siendo la diferente de todos siempre!

- Tsunade-sama solo vine a notificar mi llegada, la misión fue todo un éxito, necesita algo más de mi? – dije sin voltear a ver a ninguno del equipo 7, tenia que hablar lo más profesional posible.

- No Hinata, puedes irte a tu casa, Hanabi te debe estar esperando, ha venido todos los días a cerciorarse cuando llegarías- dijo Tsunade, con un tono un poco burlesco, por mi aun rubor en ambas mejillas.

- Gracias, Tsunade-sama, me retiro, hasta luego Na- Naruto-kun, Sakura- san, Uchiha-san. – mi voz sono quebrarse cuando mencione el nombre de aquel pelinegro.

- Ja, Hinata no tienes por que llamar a Sasuke de su apellido, no creas que es tan prepotente.- Naruto lo dijo con su adorable voz tan inocente.

- S-Si Naruto- kun, me retiro. Hasta luego. – no queria alargar la conversación, sentía los temibles ojos del Uchiha mirándome detenidamente, parecía que leía mi mente. Me retire de la oficina de la Hokage, me dirigí a mi casa apresuradamente, extrañaba mucho a Hanabi.

- Bu- Buenas tardes, padre. E llegado de la misión que Tsunade-sama me asigno.

- Buenas tardes, Hinata. Ya había sido informado de tu regreso y éxito, tú hermana esta en su habitación. Puedes retirarte.- su voz era fría como siempre, decepcionado de mi sin importar las cosas, misiones y éxitos que tuviera en mi vida.

- Si, padre.- se que mi tono de voz sonó tan triste que hasta Kiba lo hubiera percibido.

- Me informaron que visitabas todos lo días la oficina de Tsunade-sama, excepto el día en que llego, que mal hermanita menor tengo.- mi voz era tan divertida que mi sonrisa era muy evidente, la cara de Hanabi era de completa alegría rebosante.

- , te e extrañado tanto, no aceptes mas misiones tan largas – su puchero era tan cautivador, era tan diferente a mi, por eso la quería tanto. La abrace sin dudarlo, solo con ella, podía hacer estas cosas, no sentía absoluta vergüenza junto a ella.

- Jajaja, pues tendrás que acostumbrarte a mis ausencias, esa es la vida de un ninja Hanabi, tu pronto lo serás así que acostúmbrate.

- No, no, no y no. Tu no eres solo una simple ninja eres la mejor y eres mi hermana. – sus palabras eran tan firmes, que podría creerle.

- Solo para ti lo soy.

- Y para cualquier persona inteligente, pero tú sabes que de eso hay escasez.- (risas).

- Como te va en la academia?.

- Soy la mejor estudiante. Aprendo todos los ejercicios en un instante, ya verás que pronto estaré a tu nivel.

- Eso no te costara mucho Hanabi. – mi voz era frágil, sabía muy bien que era tan increíble en todo lo que hacía, era tan talentosa como Neji-san.

- Pues si me costara, siempre es difícil llegar a parecerse a su meta final, tú eres mi camino ninja, Hinata-sama.- mis ojos se humedecieron al oír esas palabras de mi hermana menor.

- Gra- Gracias. Hanabi, te quiero.

- Yo también te quiero. Pero sabes lo que mas e extrañado en estos 2 meses?

- No tengo ni la menor idea. – mi cara era de confusión total y la de ella era una mezcla entre picardía e inocencia.

- Quiero que me hagas tus ricas bolas de arroz, las e extrañado tanto. – de nuevo estaba su inmemorable puchero, al que nadie podía negarse.

- De acuerdo, vamos a la cocina. – de un brinco bajo de la cama, y me jalo de la muñeca para hacerle su apetecible capricho.

Nos reímos, ensuciamos y limpiamos la cocina, definitivamente en algo tenía razón Hanabi, mis bolas de arroz eran extremadamente sabrosas, nos las comimos tan apresuradamente que tuvimos que acostarnos en el césped del jardín porque estábamos extremadamente llenas. Quedo dormida a mi lado, abrazada a mi abdomen, su inocencia era evidente en su hermoso rostro, no podía creer cuanto quería y adoraba a mi hermana, ella era la única razón apartando a Naruto-kun por la cual daría mi vida sin dudarlo un segundo. Ella creía en mi, mas de lo que cualquier persona lo hacía, ella me conocía, ella me hacia reír, y sabía mi sufrimiento, ella era la razón de mis alegrías y mi valor por siempre tener que regresar a casa después de una misión solo para verla, ella era mas importante que Naruto en mi vida, y eso era algo muy difícil de lograr.

No supe en que momento también me quede dormida, pero cuando desperté ella seguía abrazada a mí, pero yo también la abrazaba, el cielo estaba oscuro, aproximadamente observando las estrellas, debían ser algo así como las 8 de la noche. No podía creer que fuera tan tarde. La cargue y la lleve a su cuarto, acostándola con mucho cuidado en su cama…

Me retire de su habitación y quise ir a comprar unas flores antes de que cerrara el negocio de Ino, camine por la aldea, estaban llena sus calles, nadie pensaría que una aldea tan trabajadora como Konoha, también le gustara tanto tiempo estar en la calle, comiendo, tomando sake, y jugando maquinas. Cuando llegue al negocio Ino me atendió muy amablemente, explicando cual flor quedaba perfecta conmigo y cuales no hacían un gran contraste con mi piel y cabello, la interrumpí en toda su habla, pues ya sabía cual flor comprar.

- I- Ino ya se cual flor comprar. – su cara hizo un ceño fruncido pues la había interrumpido de se gran clase sobre herbología y cosmetología.

- Sabes de flores Hinata? Pues para saber cual debes llevar tienes que saberlo. No se compran cualquier flor solo porque sea bonita, no no no, debes saber cual debe ser, por qué debe ser, y como vas a cuidarla para que no se marchite en poco tiempo, acaso sabes eso Hinata?- su voz tenía prepotencia pura.

- eto, no, pe-pero es que bueno es mi-mi flor favorita.

- Oh! Ya veo, entonces si te la daré con mucho gusto, cual es tu flor favorita Hinata?- su voz había cambiado y ahora era muy cordial y menos intimidante.

- Quiero lirios, Ino-san. Por favor.

- Lirios, jamás pensé que te gustaran las flores Hinata y menos los lirios. Tienes muy buen gusto.

- Eto, si me gustan. – me dio un poco mas de lo que la había pedido y al mismo precio, me sonrío y me retire de la tienda. No pensé que haber ido a comprar unas flores me pudiera haber llevado tanto tiempo.

Camine por las calles menos transitadas, pues no tenía ánimos de encontrarme a todo el mundo tropezándome. Me detuve en las ruinas del antiguo clan Uchiha, se observaba tan oscuro y solo, parecía mi vida… me dio un escalofríos en el cuerpo, pues soplo una fría brisa, hacía mi rostro. No sabía que hacía allí parada observando ruinas, tristeza, soledad e ira. Supongo que me sentía identificada con ello, en cierto modo, no supe en que momento me encontre frente a una casa, una gran casa con el símbolo Uchiha en su puerta, de mis ojos salían lagrimas, me sentía tan tonta al sentir tanto dolor por esa casa, por ese clan, por todo lo que me estaba rodeando. Me arrodille frente a la casa y le coloque el ramo de lirios, me levante y camine fuera de ese lugar, sentía tanto dolor en mi corazón que no sabía si estaba teniendo un derrame o era que estaba sufriendo un infarto. Jamás en la vida había sentido esa sensación de tristeza en mi vida, además sin una razón evidente, ni siquiera cuando mi padre me ignoraba, ni siquiera cuando Neji-san intento matarme sentí tanto dolor, como el que estaba sintiendo en ese momento.

- Qué rayos haces aquí? – mis ojos estaban completamente abiertos, mi piel se palideció, al escuchar esa fría voz… sentí que así debería sentirse morir.

- Na-nada. – voltee a ver el rostro del dueño de esa voz tan amenazadora.

- La gente no entra a un lugar ajeno, y hace cosas en un lugar por nada, te repito. Que mierda hacer aquí? – ahora su voz sonaba amenazadora, no pude evitar soltar mis lagrimas y caer al suelo arrodillada, su voz era completamente penetrante, me desnudaba y me dejaba ver tal y como era. Una ¡COBARDE! Frente a él.

- No me hagas daño, de verdad no tenia la intención de hacer nada malo, solo entre y salía sin ninguna otra intención. – mi voz se quebraba a cada instante a causa de las lágrimas.

- Lárgate de aquí, y no vuelvas. No se como aceptan a personas como tu de ninjas si no sirven de nada. – sus palabras me destrozaron mas de las que me habían dicho en todo mi vida, sentí como mi corazón se paralizaba, y me dejaba expuesta. Me levanto, agarrándome fuertemente de mis brazos, y me miro a los ojos, con esos oscuros y penetrantes ojos.

- M-me lastimas.- mi voz sonó aún mas quebrada, pero esta vez era por el dolor que sentía era increíble la gran fuerza que tenía. Nadie aparecía, nadie pensaba en mi larga ausencia a estas horas de la noche, nadie vendría a buscarme, nadie estaba preocupado por mi.

- Si te vuelvo a ver en el territorio de mi clan, te juro que te matare, Hyuga. – su voz era tan fría y sincera que mi cuerpo lo que hizo fue aflojarse, era imposible tenerle tanto miedo a una sola persona. Era tan difícil poder ponerme de pie. Las lágrimas seguían saliendo y aun me tenía agarrada por mi brazo de una manera tan fuerte que ya no sentía sangre llegar a mi antebrazo.

- A- aquí ya no hay nada, esto son ruinas, ya no hay clan entiéndelo Uchiha. – no se porque le dije eso, no se de donde salio el valor, no de donde salio el tono de voz, el miedo no desaparecía, en ese momento me apretó aun mas duro de mi brazo y cogio el otro de la misma forma, me elevo y me puso justo frente a su cara, sus ojos estaban completamente negros, mas negros que la noche, eran unos ojos tan oscuros tan iguales a los míos, no era su color era lo que había dentro, estaba a 10 cm de su rostro, sus ojos no expresaban odio, era dolor, era el verdadero dolor, era verme en un espejo, era observarme a mi misma, era imposible de creer que alguien sintiera eso en el mundo.

- El día que muera yo, será el día en que desaparezca el clan Uchiha, lo entiendes? – su voz era una mezcla de dolor y absoluta ira, lo que hizo sin ninguna razón mirarlo mas latentemente a sus ojos, nuestras miradas eran tan profundas y penetrantes, jamás había sentido tanto miedo y dolor por una misma persona. No se si fue una alucinación pero observe como sus ojos parecían haberse enrojecido.

- Lo- lo siento Uchiha-san, no era mi intención decir algo así.- tenia tanta vergüenza de lo que había dicho. No es que no debía habérselo dicho, pero es que así no era yo… me soltó y desapareció en un instante, dejándome sola, en el medio de las ruinas, en medio de la soledad.

No sabía si levantarme o quedarme allí tirada, por el resto de la noche, sabía muy bien que nadie notaría mi ausencia. Pero no podía hacerlo, no iba a poder soportar otro encuentro con Sasuke, ya me lo había advertido y él no parecía una de esas personas que no cumplía sus promesas, me levante, estaba sucia, con mis brazos morados, con grandes hematomas en ambos, tenia mis ojos hinchados de tanto haber llorado, camine a mi casa, todos se encontraban dormidos, Hanabi estaba en la misma posición en la que la había acostado, fui a mi habitación y me dirigí al cuarto de baño, me sentía sucia tanto por fuera como por dentro, no sabía el porque me sentía tan abusada, tan lastimada…

Estuve en la ducha 2 horas, limpiándome, pensando, llorando, recordando absolutamente todo lo sucedido, avergonzándome de las palabras que le había dicho, tratando de recordar si era verdad lo que había conseguido percibir en sus ojos, si de verdad sus ojos se humedecieron a causa de lo que había dicho…

Salí del baño, me puse mi pijama, y me acosté en mi cama, trate de cerrar mis ojos pero no lograba sacarlo de mi mente, no lograba eliminar su rostro. Dure tanto en lograr dormirme, cuando lo logre no supe cuanto tiempo había durado en hacerlo.

Hanabi, llego a despertarme, me dijo que Sakura-san, le preparaba una fiesta sorpresa Naruto-kun, por su cumpleaños, ya era septiembre, era increíble que rapido estaba pasando el tiempo, iba a cumplir 18 años, yo era la menor de todos, con tan sólo 16 era increíble, la cara con la que Hanabi me lo decía era de completa picardia, ella me conocia, sabía que amaba a Naruto desde mi nacimiento.

- Tienes que ir hermosa, serás la mas linda de la fiesta.

- Eso es un poco difícil, no creo que deba ir a la fiesta sin Kiba y Shino.

- Ellos ya llegaron de sus misiones e iran a la fiesta, quien crees que me aviso? – tenía el ceño fruncido contra mi.

- Naruto-kun, no me a dicho, no ire sin invitación, es de mala educación.

- Sakura ya trajo la entrada, es imposible que Naruto te avise, es una fiesta sorpresa hermana.

- Pe-pero no tengo nada que ponerme Hanabi, es mejor que no vaya, además estara Uchiha-san. –no podía creer que aun me dirigia a el con respeto, después de todo lo que me había hecho. No quería ir a esa fiesta, me daba miedo encontrarme de nuevo con el. Pero no podía decírselo a Hanabi.

- Fui antes de que despertaras a comprar todo, hoy Naruto se enamorara de ti perdidamente, todos se babearan por ti, además que Sasuke sea un odioso no quiere decir nada, iras por Naruto. – su voz esta vez sonó autoritaria, no me quedaba de otra.

- A que hora es?.

- A las 8 de la noche. Pero tienes que llegar antes, Naruto es el que llega a las 8.

- Qué hora es? – de verdad no tenia idea la hora que era. – tengo que bañarme.

- Ya calenté la tina, y son las 3 de la tarde, dormiste bastante hermana, parece como si hubieras estado en la noche fuera de casa.

- Eto- no podía contarle la verdad. – es que tengo cansancio acumulado, hace mucho que no dormía en mi cama. – era tan tarde pero había dormido tan poco, pues en la noche tuve pesadillas.

- Solo a tu cama? – el puchero había vuelto. – estás seguro que no extrañaste nada más?

- La verdad es que no. – mi voz sonó llena de picardía. – jajaja me iré a bañar. – de un empujón me metió al baño y tranco la puerta, advirtiéndome que me apresurara.

Salí del baño, y estaba en la cama un hermoso vestido, negro que combinaba con mi cabello, era straple, con destellos azulados igual que mi cabello, unos hermosos zapatos altos negros con una pequeña flor azul eléctrico en el centro. Una cadena de plata con una luna de dije, y unas pulseras de plata.

De un brinco, Hanabi me sentó en la cama, y empezó a pintarme las uñas de las manos y pies, siguió con peinarme el cabello que estaba aun húmedo, me ayudo a colocarme el vestido el cual me quedaba por encima de las rodillas y me coloque los zapatos, me ayudo a ponerme la cadena y las pulseras, me sentó frente al espejo y empezó a maquillarme, era increíble como hermana menor supiera hacer cosas que yo jamás había hecho, supongo que porque ella si tenía amigas. Me coloco un liquido en mi rostro el cual difumino completamente, luego me hecho un polvo del color de mi piel, y polvo rosado en las mejillas, las cual quedaron perfectas, si me ruborizaba nadie lo notaria, coloco una lápiz labial rojo, el cual hacia lucir mas el vestido, pero me hacía ver tan diferente a lo que era, que nadie me reconocería. Sonreí tanto al verme, parecía que era como su experimento personal.

- Te vez tan hermosa, no se por que no muestras tus contoneadas piernas?, son perfectas, y tu trasero hace que el vestido se vea aun mas sexy, y tus senos son los mejores que e visto, el vestido es perfecto para ti, creo que lo diseñaron perfectamente para ti. – estaba tan emocionada que estaba apunto de llorar.

- Gracias Hanabi, me gusta como me veo. – no pude evitar el sonrojo en mi rostro, la verdad es que en realidad me gustaba como me veía. Había hecho un increíble trabajo.

- Ya son las 7 debes irte de una vez.

- Ire sola? – mi voz sonó mas baja que de costumbre.

- Claro, todos deben sorprenderse al verte, sino no será sorpresa.

- Es una sorpresa para Naruto no para los demás.

- Hazme caso. – elevando la voz. – tienes que irte sola, o sino de nada vale que vayas así de linda.

- Es increíble como logras convencerme Hanabi.

- Es que soy tan adorable. – su voz no pudo sonar mas manipuladora.

Sentía en lo más profundo de mi corazón que este 10 de octubre lo iba a recordar por toda mi vida, lo que no sabía era si iba a ser por algo realmente bueno o por algo caótico. Camine por las calles con tanta vergüenza que el rubor ya era natural, todas las miradas se ubicaban en mí, era un sentimiento muy extraño, jamás me había sentido tan expuesta como esta vez.

Llegue a casa de Sakura, todo estaba muy hermoso digno de ella, aún esperaban la llegada de Naruto, el primero en ir a saludarme fue Kiba, su abrazo fue tan cálido, supe en ese momento cuanto lo había extrañado. Shino me saludo muy formalmente particular en su persona… Sakura e Ino estaban con la boca abierta cuando me reconocieron. Kiba estaba muy sonrojado a mi cambio, no paraba de halagarme y Shino mantenía su habitual personalidad. Shikamaru estaba al lado de Kankuro y Temari, Gaara hablaba con Neji-san, Ten-ten y Lee-san, Sakura no paraba de discutir con Ino, y Shouji estaba comiendo pasapalos… Cuando voltee al extremo de la sala, mi piel se palideció al instante en que me percate de su mirada… era tan fría como siempre, pero esta vez había cierto rencor en ella, mis piernas flaquearon por los pensamientos que llegaban a mi mente, eran sus manos apretando mis brazos con tanta fuerza que mis antebrazos no estaban recibiendo la sangre… no salía de mi mente, sus ojos húmedos, no salían de mi mente sus crueles palabras, las cuales habían partido en mil pedazos mi ser.

- Hinata te sucede algo. – dijo Kiba con su voz habitual de preocupación hacia mi.

- No, no Kiba-kun, no me sucede nada.

- Percibo temor en ti Hinata. – dijo Shino con seriedad.

- No me pasa nada Kiba y Shino-kun. – mi voz tuvo que sonar un poco seca, no quería que se enteraran de nada. Los ojos del Uchiha seguían puestos en mí.

- Si tú lo dices, vamos a saludar al resto de las personas. – dijo Kiba con su natural tono de diversión.

- D- de acuerdo.

- Hinata te ves muy hermosa… - dijeron Sakura e Ino al mismo tiempo.

- Gracias chicas. – mi voz fue tímida y mi sonrojo fue evidente.

- Así seguro conquistaras a Naruto. – dijo Sakura con su tono pícaro de siempre.

- Eto- la vergüenza dominaba mi cuerpo – Hanabi fue la que me obligo a usar esto.

- Es muy lista tu hermana. – dijo Ino.

- Si, supongo. (Sonrojo)

- Vamos a saludar al resto de los chicos, falta poco para que llegue Naruto. – Sakura me tomo del brazo.

- Temari- san, Shikamaru-kun, Kankuro-kun, como están? – dijo con mucha confianza en si misma Sakura-san.

- Bien y ustedes?, Hinata te vez muy sexy. – dijo Kankuro un poco ruborizado.

- Gra-gracias Kankuro-kun.

- No hay de que, siempre hay que decir las verdades buenas en el rostro, y más si son tan hermosas como tu.

- Je. – no me había sentido tan roja en tanto tiempo.

- Callate ya, Kankuro, Hinata jamás te prestara atención, pervertido de mierda. – dijo Temari con una voz autoritaria.

- De acuerdo hermana, lo que tendrás que soportar Shikamaru. – dijo Kankuro. (Risas).

- Que problemático.

Hubo risas, de parte de todos, por el comentario de Shikamaru. En ellos se reflejaba amor… era algo tan envidiable, y que sabía que jamás me sucedería a mi.

- Hinata-sama, cómo está?- dijo Neji muy cordialmente.

- Muy bien, Neji-san. Hola, Gaara-sama, Ten-ten, Lee-san.

- Hola – dijeron todos en unísono.

Al único que fue imposible saludar fue a Shouji, su oídos parecían estar en otra galaxia a lo único que le prestaba atención era a la comida. Por supuesto que al Uchiha ni trate de mirarlo.

Sakura jalo mi mano y me llevo a lo que presentí podía ser mi final.

- Sasuke-kun, no pretendes saludar a Hinata, tan linda que vino hoy. – su voz era de completo enamoramiento a él.

- No molestes Sakura. – hasta con su propia compañera usaba esa escalofriante voz.

- Salúdala. – grito Sakura.

- No- no hay problema Sakura-san. Si no desea saludarme no tienes porque obligarlo.

- Tiene que saludarte, no debe ser así de grosero con sus camaradas. – su voz sonaba autoritaria. – Salúdala he dicho Sasuke-kun.

- Hola. – su mirada era fulminante, no pude evitar bajar mi rostro con temor y vergüenza.

- Hola Uchiha-san. – Sakura se retiro de mi lado y fue al lugar donde estaban Kiba, Shino, Shikamaru, Temari y Kankuro, dejándome sola con Sasuke. Mis ojos se abrieron completamente al sentir como su boca se coloco cerca de mi oído y me dijo.

- Ni se te ocurra abrir tu maldita boca de lo sucedido anoche. – mi cuerpo temblaba sin control.

- No- no pi-enso hacerlo. – mi gaguera volvía sin poder controlarla.

- Eso espero Hyuga. - Me miro a los ojos con esos intensos ojos negros los cuales eran tan penetrantes que me dejaban completamente al descubierto. No pude evitar que 2 lágrimas salieron de mi rostro, él no quitaba su mirada de mi, simplemente me miraba con mas odio y desprecio.

- Eres un desperdicio. Lloras por todo, teniendo todo. – su voz se quebró a decir la ultima frase.

- T- tú no me conoces. – no quería seguir escuchando sus lastimosas palabras, así que me retire a la terraza de la casa de Sakura sin que nadie lograra percibirle exceptuando al culpable de mi acto… faltaban aún 30 minutos para que Naruto llegara, así que tenía tiempo de tranquilizar mis ojos y corazón.