Estos personajes no me pertenece a mi sino a la GRANDIOSA Rumiko Takahashi!

"Cerezo Plateado"

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En la antigua era Feudal en Japón después de la destrucción de Naraku, se respiraba la infinita paz que todos ansiaban. Los héroes de la salvación vivían felices en la aldea de la anciana Kaede, que ya se apoyaba de una rama para poder moverse con libertad sobre la aldea. Por otro lado, el Palacio de las Tierras del Oeste se encontraba con gran calma, el pequeño demonio youkai Jaken corría presurosamente atravesando los enormes jardines en busca de una ya no tan pequeña Rin, bien podría calcularse que tendría 20 años, de unos ojos totalmente expresivos y verdes como el jade, quien estaba junto con su gran cuidadora Moura, arreglando un ramo de flores que usaba en sus tradicionales rituales de belleza. El demonio sapo comenzó con sus habituales regaños y pataleos, causando la risa de la humana junto con la de su cuidadora. Comenzaron a seguir caminando en todo el jardín buscando más flores para preparar su habitual baño entre risas y los graznidos del enorme sapo.

Unos ojos ambarinos observaban todo desde una de las terrazas que el enorme palacio poseía, sonrió complacido ante el maravilloso trabajo que las institutrices hicieron por su protegida, pues mostraba educación a todo momento, su andar era parsimonioso y tan majestuoso que los soldados no se atrevían a mirarla por completo, y algo que podía cautivar a cualquier macho de diferente especie, era la dulzura y ternura con la que era poseedora. A pesar de ser una humana, su belleza le hacía competencia a cualquier hermosa hembra youkai de los diferentes clanes. Su larga y hermosa cabellera negra se movía libremente ante las corrientes del aire, haciendo que su dulce aroma le llegara como una brisa fresca. A pesar de que su protegida no llevaba los caros ropajes que su madre acostumbraba a llevar, se podía apreciar sus delicadas y bien definidas curvas, el obi del kimono favorecía bien al ceñirse ante su estrecha cintura.

Por alguna razón ella se había ganado el agrado de su madre, que aunque no quisiera admitirlo, le preocupaba que ella quisiera emparejarse con cualquier macho sin clase. Quedó completamente admirada ante el gran cambio de la pequeña aldeana que vivía en sus dominios, pero al percatarse que su hijo comenzaba a interesarse decidió alentarlo a que la empezara a cortejar, pero siempre recibía negativas y ladridos nada apropiados por parte de un príncipe. El día que se enteró que su madre tenia planeado en hacerle una ceremonia para conseguirle un esposo, sintió su corazón estrujarse al imaginarla fuera del castillo.

Mientras él continuaba ensimismado entre sus pensamientos, Irasue había entrado en los aposentos de su hijo y sonrió al notar cómo escrudiñaba a la humana con tanta devoción. Él se giro a verla y volvió a su escrutinio vespertino, que era un verdadero deleite para él.

-Deberías comenzar a cortejarla Sesshoumaru.-

-No molestes madre.- Cerro los ojos para calmar su creciente y volátil ira.

-Sabes que ya no es una niña…-

-Deja de molestarme.-

La poderosa aura demoniaca comenzó a sentirse en toda la habitación, su madre simplemente camino hacia su escritorio y se sentó tomando un espejo próximo que había para admirar su hermoso rostro.

-Está en una edad apropiada para que se case, ella no podrá seguir encerrada en este palacio y tú lo sabes…-

-¿Por qué te empeñas en fastidiarme madre?-

-¡Por todos los cielos! Entonces… si no estás dispuesto a colaborar, tendré que buscarle a Rin un esposo digno de ella.-

-Ni siquiera lo intentes...-

-Tienes que entender que Rin ya está en edad de buscarse a un buen esposo y cumplir con sus obligaciones de mujer. ¿Por qué no dejas que se case con uno de tus mejores soldados? Así ella podría quedarse en el Castillo y…-

El estruendoso gruñido por parte del Lord hizo que su madre simplemente lo mirara enojada. Se paró y se retiro a sus aposentos para prepararse a la cena. Sesshoumaru simplemente siguió admirando de los alrededores de su palacio y cerró los ojos pensando en su pequeña.

Nunca se había detenido a pensar que ella podría convertirse en la Reina de sus Tierras, y esa idea no le desagradaba en lo absoluto.

Se fue a dar un baño para prepararse a la hora de la cena. Sus pensamientos iban y venían en esos ojos verdes tan brillantes que lo hacían sentir demasiado extraño, aprendió a identificar los distintos aromas que el cuerpo de su protegida y tenía uno en especial que de cierta manera le alteraba los sentidos y deseaba ser el único que tuviera el privilegio de olerla.

Se coloco sus ropas y salió disfrutando del aire fresco de la noche, se encamino hacia los comedores y se sentó en el lugar superior de la mesa, de lado derecho su madre y del izquierdo ella junto con su fiel sirviente Jaken. La comida comenzó a repartirse en todo el comedor y la humana, muy educadamente, empezó a sentir el té junto con el suculento manjar. Irasue sonrió complacida por la educación de la mujer y llevándose un bocado, miró a su hijo. La cena se prolongo en un cómodo silencio, hasta que Jaken interrumpió ese momento al ver como ella, nerviosa ante la mirada de la emperatriz, derramo un poco de té en una de las mangas del youkai.

-Niña tonta, deberías tener más atención al momento de servir la comida, casi ensucias las ropas del lord.-

-Lo siento mucho, lord Sesshoumaru. He sido una torpe.- se inclinó a modo de disculpa delante de él y simplemente el demonio la miró tratando de mostrarle que no estaba molesto.

-Está bien Rin, he comprendido que fue un accidente.-

-¿Podría retirarme?-

Él pudo observar como su plato seguía lleno de alimentos y tomando un sorbo de té se le quedo viendo.

-No has probado demasiado alimento…-

-No me siento muy bien Amo. Quisiera poder retirarme a descansar.-

-De acuerdo.-

Reverenció y con gran elegancia salió del comedor. Sintió su corazón desbocarse al ver a su Amo con esas ropas oscuras que tanto acentuaban su color de piel, sus ojos dorados que le hacían revolotear el corazón, desde varias lunas atrás soñaba con que su Amo se enamoraba de ella y que nunca la iba a dejar ir. Pero al paso del tiempo, su señor comenzaba a hacer viajes largos y la dejaba sola. También recordó que al cumplir 16 años, él hizo lo más mínimo para acercársele al darle un abrazo de cumpleaños, causándole una enorme desilusión al pensar que no estaba lo demasiado presentable para él. El dolor que sentía su corazón al recordar todos esos sucesos la hicieron sentir insignificante, haciendo que los sentimientos por su señor simplemente se trataran de una simple ilusión y no de algo real.

Se fue a sus aposentos y se quito el kimono para cambiarse a sus ropas de dormir, ya con una fina yukata color lavanda, se empezó a poner un aceite corporal para seguir a desenredar su cabello. Apagó las velas y se acostó en el futón, dejó derramar unas últimas lágrimas antes de acostarse y dejó que el viento la arrullara hasta dormir.

Por otro lado, Sesshoumaru estaba algo inquieto pues un aroma demasiado fuerte y embriagante provenía de la habitación de Rin. Rugió molesto y decidió que había llegado el momento de cortejar a la humana. Salió de sus aposentos para dar una caminata nocturna en sus alrededores, pero grande fue su sorpresa al ver que Rin estaba también saliendo de su habitación.

-Buenas noches, Amo. Disculpe si lo desperté.-

-Está bien Rin, no te preocupes.-

-Con permiso.-

Iba a regresar a su habitación pero él la tomó del brazo y la puso enfrente.

-Espera, quiero que me acompañes a dar un recorrido.-

-¿A-ahora?-

-¿Te atreverías a contradecirme?-

-P-por supuesto que no, Amo.-

Salieron hacia los jardines y la luz de la Luna los iluminó a ambos. El aroma de Rin era más atrayente que cualquier otra cosa, su protegida era la más hermosa que cualquier hembra youkai en la Tierra. Vio cómo ella se cruzo de brazos, presintiendo que tal vez podía tener frio. Se dio la libertad de rodear su cintura con su brazo y descubrió que le era sumamente placentero. Rin respingó y sus mejillas se tiñeron de carmín. El olor de la excitación por parte de la humana lo descontrolaron y bruscamente la giró para poder admirar sus ojos.

-¿Q-que sucede Amo Sesshoumaru?-

-Te quiero mañana temprano dentro de mi habitación. No quiero que Jaken te acompañe, sería demasiado agradable desayunar contigo mañana.-

-Como guste Amo.- La tierna sonrisa que le dedico lo hizo temblar. Por instinto, él presiono delicadamente sus labios sobre su frente, al mismo tiempo que aspiraba su aroma.

-Hueles delicioso, Rin.- halagó y la ciñó más hacia su cuerpo.

Sorprendida, no contestó el halago y siguieron recorriendo el lugar. Por otro lado, Sesshoumaru hacia los planes suficientes para aproximarse más hacia ella y hacerla completamente su mujer.

Estaba decidido…

La iba a conquistar y nunca la dejaría ir…


Hola bonitas y guapos ^^

Regresé && espero qe esta historia les guste, amm

Dejen sus reviews & claro, sugerencias tambien valen :)

Besitos!

V. BlackHeart ;)