Oni Tales

Desclaimer: No es mío. Nunca lo será. ¿Tengo que decir más?

A/N: Entramos en la primera saga importante de la historia, en esta por fin mostrare las primeras peleas reales de Naruto, además de avanzar el crecimiento del Oni. La pareja principal de esta historia es una competencia entre Naruto/Erza S. o Naruto/Erza K. (AKA Edo Erza) o un pseudo-Harem.

Capitulo 6:

"Oni Escarlata; Parte 2"

-Diálogos-

-Pensamientos-

-Dialogo de Demonio-

-Pensamiento de demonio-

-"Leyendo algún texto"-

Localización y tiempo (para señalar cambios)

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-¿Ya llegamos?-

-¡NO!-

Naruto froto su frente tratando de evitar el dolor de cabeza que sentía venir. Actualmente el Oni y sus dos acompañantes, Aya y Ran, se encontraban caminando entre la espesa neblina escarlata que cubría el país de Mizu no Kuni, en dirección al lugar donde el Oni podía sentir el origen de la neblina.

El trió apenas llevaba un par de horas de camino, y para la consternación del Oni y la irritación de Ran, Aya había hecho su misión personal irritar a sus acompañantes, lo que estaba logrando con muy buenos resultados.

Volteando a ver a las dos mujeres que caminaban detrás de él, Naruto pudo notar por la expresión en el rostro de Ran, que la mujer de ojos amarillos deseaba con todas sus fuerzas poner sus manos alrededor del cuello de Aya y estrangularla. Y si el Oni era sincero, no la podía culpar, el sentía lo mismo.

-Tres horas…- pensó el Oni –Aya no se ha callado en tres horas… necesitare mas sake- con una mirada a su Hyoutan, el Oni no pudo evitar pensar que no había traído suficiente para tener que lidiar con las tonterías de Aya.

-¿Y ahora?-

Dejando salir un suspiro de exasperación, al mismo tiempo que Ran rechinaba sus dientes en irritación, el Oni se concentró en la sensación de la neblina a su alrededor. Naruto se sentía confundido con la neblina. Por un lado la neblina parecía afectar los sentidos de todas las personas con las que se habían encontrado. Esto lo descubrió cuando estaba saliendo de la aldea de Kiri y noto como muchos de los aldeanos comenzaban a actuar distraídos y algunos comenzaban a actuar como si estuvieran siendo controlador por una fuerza externa, mientras que los ninja parecían estar algo fatigados, incluso los que deberían estar totalmente descansados.

Los otros efectos que pudo notar fue que la neblina parecía interferir con la habilidad de los ninja sensores de Kiri, quienes eran totalmente incapaces de ubicar el origen de la energía que producía la neblina.

-¡Estoy aburrida! ¿Podemos tomar un descanso? ¿Qué es eso? ¿Ya llegamos?-

Ignorando las rápidas y repetidas preguntas de Aya, y los gruñidos que salían de la boca de Ran, Naruto siguió contemplando la extraña neblina que cubría el país del agua. Mientras que los sensores ninja eran incapaces de ubicar el origen, Naruto encontró curioso que él podía sentir como algo lo llamaba al lugar donde el sabia, sabia, que estaba el responsable de la neblina, y por la forma en la que sentía que el hilo rojo amarrado a su meñique lo tiraba en esa misma dirección, era seguro decir que los dos sucesos estaban conectados.

-¡Ahhh!- con un grito de irritación Ran se lanzo sobre Aya, con intenciones de infligir violencia extrema en el cuerpo de Aya y desahogar su irritación en el origen de este, sin embargo Aya evito la embestida de Ran con facilidad provocando que esta se estrellara con un árbol cercano.

Pinchando entre sus ojos para tratar de ignorar a sus dos acompañantes y las burlas de Aya, Naruto continuo caminando, sintiendo que se encontraba cerca del origen de la neblina.

-¿¡Qué pasa, esta pequeña ave te está dando problemas!?- la voz de Aya estaba llena de burla, dirigida a Ran, quien se encontraba tirada a los pies del árbol en el que se había estrellado, lanzando una mirada llena de ira a la mujer de cabello negro.

-¡Te voy a matar!- grito Ran, y por un segundo Naruto pensó que lo decía con sinceridad, pero descarto ese pensamiento al saber que Ran no mataría a alguien que perteneciera a la propiedad de Naruto.

-… Espero- ignorando los sonidos de la pelea que ocurría a su espalda, Naruto continuo caminando, confiado en que Ran y Aya no se quedarían atrás.

-¡Aya, devuélveme mis pantis!- escuchando en grito avergonzado de Ran, Naruto empezó a tener dudas sobre que tanta utilidad podrían tener Aya y Ran en la misión.

-Desearía que Erza estuviera aquí, ella las mantendría en línea-

Continuando con su camino, y haciendo todo lo posible para olvidar que venía acompañado, Naruto se concentro en tratar de encontrar el origen exacto de la neblina, pero sin éxito, aunque la neblina parecía guiarlo hacia el origen, siempre había algo, una interferencia externa, que evitaba que encontrara el punto exacto de origen, dando a conocer solo una ubicación general.

Tomando un gran sorbo de su hyoutan para ahogar los sonidos de las dos mujeres peleando, Naruto fue tomado por sorpresa cuando escucho una voz susurrarle al oído.

-… ¿estás aquí para jugar conmigo?-

Volteando bruscamente, Naruto trato de encontrar el origen de la voz, sin embargo no pudo notar nada fuera de lo normal y la neblina espesa estorbaba su visión del lugar.

Mientras que Naruto seguía observando sus alrededores, Aya y Ran, quienes habían dejado de pelear, alcanzaron a Naruto, y notaron de inmediato lo distraído que parecía el Oni.

-¿Ya llegamos?- pregunto Aya inocentemente, provocando que una vena se pronunciara en la sien de Ran.

-¡Oh por el amor de…! ¿¡Quisieras cerrar el…?!-

-Si-

La respuesta de Naruto sorprendió a Ran lo suficiente para que esta interrumpiera su regaño a Aya, quien se estaba ocultando, usando a Naruto como escudo en caso de que Ran tratara de atacarla de nuevo.

Mirando a su alrededor, Ran y Aya trataron de ver a donde exactamente habían llegado, pero sin poder encontrar nada.

-eh, Amo Naruto, ¿Dónde estamos?- pregunto Aya algo perpleja, su rostro mostrando lo confundida que estaba, a su lado Ran asintió con la cabeza, señalando que tenía la misma duda, pero tratando de no mostrarse tan confundida como Aya.

Volteando a ver a Ran y Aya, pero manteniendo sus sentidos en alerta, Naruto decidió explicar.

-Este es el lugar donde puedo sentir la mayor concentración de energía, por lo que el origen debería de estar cerca de aquí-

Mirando a su alrededor una vez más, y sin poder encontrar nada, Ran volteo su atención a Naruto de nuevo.

-¿Cómo planea encontrar el Origen, Amo Naruto?- pregunto Ran, indicando a la espesa neblina que los rodeaba, obstruyendo y dificultando la vista, lo que haría difícil cualquier tipo de búsqueda.

-Nos vamos a separar- contestó Naruto, dándoles la espalda –Me dispersare entre la neblina para tratar de seguirla a su origen-

-¿y nosotras?- pregunto Aya, señalándose a sí misma con su mano.

-Ustedes dos busquen por tierra, si encuentran algo extraño traten de llamar mi atención de alguna manera-

Sin esperar a ver si tenían más dudas, Naruto se disolvió en neblina, uniéndose a la neblina escarlata que los rodeaba, su neblina color gris blancuzco desapareciendo en segundos.

-¡Espere, Amo Naruto!- Exclamo Ran en un intento de detenerlo, pero fue muy tarde ya que el Oni ya había desaparecido. –Llamar su atención de alguna forma, ¿Qué acaso no pudo ser más especifico?- murmuro Ran exasperada.

-¡ji ji ji! Parece que hemos sido abandonadas- comento Aya soltando una pequeña risilla.

Dejando salir un suspiro, Ran asintió con la cabeza –Así parece-

Volteando a ver todo su alrededor y notando que estaban rodeadas por todos lados de neblina roja, sin ninguna marca distintiva que les indicara por donde venían o hacia dónde ir, ambas voltearon a verse, haciendo contacto visual, sus ojos mostrando lo perdidas que se sentían.

-¿Ahora qué?- preguntaron las dos al mismo tiempo.

Con Naruto

El Oni sabía que algo estaba mal en el momento que se había disuelto en neblina. Normalmente, cuando Naruto usaba su habilidad para dispersarse en neblina, el tenia la habilidad de generar una cantidad de neblina infinita, o por lo menos una cantidad cuyo límite no había descubierto. Pero al convertirse en neblina dentro de la neblina escarlata no le había sido capaz crear más de 1 metro cubico de neblina.

Otra diferencia importante que Naruto noto, fue que la neblina escarlata, además de interferir con su generación de neblina, interfería con lo que podía sentir dentro de su neblina. Por lo general cuando se transformaba en neblina podía sentir todo lo que había y todo lo que pasaba dentro de su neblina, como una especie de omnipresencia.

Pero al igual que su habilidad de generar neblina, la neblina escarlata parecía intervenir con sus sentidos, al punto que permanecer en su forma de neblina solo le permitía a Naruto moverse con mayor velocidad por la neblina, permitiéndole buscar más rápido, lo que era la única razón por lo que el Oni había decidido permanecer en esa forma.

-Espero que Ran y Aya estén teniendo mejor suerte- pensó el Oni, resignado a una lenta y tediosa búsqueda.

Con Ran y Aya

-¡Aya!- grito Ran mientras corría entre la neblina, tratando de encontrar a su compañera, de quien se había separado por unos segundos y había perdido entre la espesa neblina.

-Raaan!- escucho Ran a lo lejos, y con tanta neblina bloqueando su vista y olfato, la Kyuubi tuvo que basarse en su sentido del oído para poder rastrear a su compañera.

-¿Me pregunto si el Amo Naruto se enojaría mucho si dejo a Aya aquí?- pensó Ran mientras caminaba en la dirección en la que podía escuchar a Aya, teniendo cuidado de donde pisaba y de no estrellarse con algo.

A Ran le tomo unos minutos alcanzar el lugar del que podía escuchar a Aya, pero cuando por fin llego pudo notar que la neblina era mucho menos densa y que de hecho podía ver sus alrededores con mínima dificultad, lo que le permitió encontrar a Aya con facilidad.

-¿Lo notas?- pregunto Aya cuando sintió que Ran estaba a su lado –La neblina parece disiparse en esta dirección.- comento Aya con algo de curiosidad en su tono.

Sin decir nada, Ran comenzó a caminar en la dirección que Aya había señalado, con Aya siguiéndola unos pasos atrás, observando con ojos curiosos el paisaje a su alrededor, el cual por fin podían apreciar un poco más.

Sin la neblina estorbando su vista, Aya noto que el lugar en el que se encontraban carecía de una abundancia de arboles, por lo que descarto que se encontraran en un bosque. Después de observar un poco más el paisaje, Aya llego a la conclusión de que se encontraban en una pradera, lo que era extraño dado que el país del agua estaba casi en su totalidad cubierto por selva lluviosa y neblina, por lo que encontrar una pradera era algo muy poco común.

-Aya- la voz seria de Ran saco a Aya de sus pensamientos –Alguien se acerca-

Volteando al ver en la dirección en la que Ran estaba observando, Aya pudo notar como poco a poco comenzaba a aparecer la silueta de una persona, y ya que ponía más atención, Aya también pudo observar que se habían detenido a la orilla de lo que parecía ser un enorme lago.

Después de unos momentos la figura que se acercaba estuvo lo cerca suficiente para que Aya y Ran pudieran observarla con claridad. La figura era una mujer de cabello largo de color rojo llegando casi hasta su cintura, a los costados de su rostro su cabello estaba en dos trenzas adornadas en la punta con un moño verde de cada lado, con ojos azul aqua y midiendo al menos 1.80 metros. Sobre su cabeza se encontraba una boina verde con una estrella dorada al frente, dentro de la estrella se alcanzaba a ver el símbolo para la palabra Dragón. Vestida en una camisa estilo china de color verde con los hombros de color blanco, la camisa permitía notar su figura voluptuosa, y una falda verde con bordes blancos que tenía dos aperturas a los costados que iban desde el suelo hasta su cintura, dejando ver sus largas piernas.

La mujer se detuvo a unos metros de Aya y Ran, observándolas con una mirada fría y analítica, como midiendo que tan peligrosa era cada una de ellas, pero su pose permanecía neutral, sin indicar su era un enemigo o no.

-¿Cuál es su asunto en Koumakan (1)?- la voz de la mujer resonó por el prado, y Ran pudo sentir por un instante la asombrosa cantidad de poder a disposición de la pelirroja.

-¿Mansión?- pregunto Aya confundida.

Sin aviso, la neblina que aun las rodeaba se disipo, permitiéndoles ver que del otro lado del lago se encontraba una mansión enorme estilo victoriana, aunque Ran pudo notar que la mansión parecía tener muy pocas ventanas para un edificio de ese tamaño.

Decidiendo tratar de evitar un conflicto, Ran dio un paso adelante, dispuesta a explicar el motivo por el que estaban en ese lugar, sin embargo avanzar al parecer fue un error, ya que al momento que dio el paso, la mujer de cabello rojo apareció frente a ella, mostrando una velocidad sorprendente, y golpeándola antes de poder reaccionar, lanzándola con la fuerza del golpe unos metros atrás, desorientada y sin aliento.

Aya, al notar que la mujer de cabello rojo había atacado a Ran, se apresuro en convocar una ráfaga de viento que empujo a la mujer lejos de ella, para darle tiempo a Ran de recuperarse.

-¿Estás bien, Ran?- pregunto Aya, cometiendo el error de quitar su vista del enemigo, lo que le costó un segundo después cuando la mujer de cabello rojo apareció a su lado conectando con una patada a su costado.

Observando como Aya era tomada por sorpresa por la otra mujer, Ran se puso de pie rápidamente, preparándose para una dura pelea.

-Buen momento para no estar aquí, Amo Naruto-

Con Naruto

-¿Qué es este lugar?- se pregunto a Naruto a sí mismo.

Después de haber vagado por la neblina a ciegas por un par de horas, el Oni había llegado a una extraña mansión, en la que podía sentir que se encontraba el origen de la neblina, y el lugar al que lo había guiado el hilo rojo que seguía sujeto a su meñique derecho.

El lugar en el que había llegado era una habitación enorme, con pilares a cada lado de la habitación y antorchas para iluminación, dando la apariencia de un pasillo enorme, y la forma de iluminación dando un toque lúgubre al lugar.

-Sin Ventanas- comento Naruto mientras caminaba por el pasillo –Ni cuadros, ni decoración alguna- si Naruto era franco consigo mismo, el Oni admitiría que el lugar en el que se encontraba comenzaba a desconcertarlo.

-…puedo sentir un sentimiento de soledad… es casi abrumador- siendo que el Oni tenía la habilidad de empatía, podía sentir como cada pequeña parte del enorme pasillo emanaba una sensación de soledad que trataba de oprimirlo.

En solo unos momentos más, el Oni se encontraba parado frente al final del pasillo, donde encontró un ataúd que descansaba de forma vertical sobre un pedestal y sellado por docenas de cadenas, candados y Naruto podía notar varios sellos sobre la superficie del ataúd.

Levantando su mano derecha, Naruto vio como el hilo rojo en su meñique se manifestaba y conectaba directamente con el ataúd.

-Así que estas ahí dentro-

Sin un segundo de duda, Naruto activo su habilidad de Comienzo, destruyendo por completo todos los sellos en el ataúd, el cual se abrió en el segundo que las cadenas desaparecieron.

Dentro del ataúd, Naruto encontró a una joven dormida, con la apariencia de una niña de 12 años, de cabello rubio amarrado en una coleta al lado izquierdo de su rostro, sobre su cabeza llevaba un gorro rosa inflado con una cinta roja atada como decoración, con un vestido rojo que llegaba hasta sus rodillas y dos zapatillas blancas con calcetas blancas que subían hasta poco debajo de sus rodillas.

Pero lo que más llamo la atención del Oni fueron las dos protuberancias que tenía a cada lado. Saliendo de su espalda se encontraban dos formaciones, como huesos o ramas en forma de alas, en cada lado colgando de estas alas se encontraban ocho cristales en forma de rombo, cada uno de diverso color.

-Así que tú eras quien me estaba llamando- comento Naruto mientras estudiaba la figura de la muchacha frente a él, notando que el hilo rojo que estaba atado a su meñique derecho conectaba con el hilo que estaba atado al meñique izquierdo de la chica.

Naruto tuvo que detener su análisis de la chica cuando noto que se comenzaba a despertar. Un pequeño tic en el ojo, un pequeño murmuro y los ojos escarlata de la chica se abrieron. El Oni pudo ver lo desorientada que estaba al estar todavía algo somnolienta, pero en el instante que sus ojos se centraron en el, se abrieron bruscamente en su totalidad, pánico y terror llenando los ojos de la chica en instantes.

Naruto apenas si tuvo tiempo, habiendo sentido la acumulación de poder en el cuerpo de la chica, para disipar su cuerpo en neblina y fue eso lo que lo salvo de ser aniquilado cuando un segundo después el lugar donde estaba parado fue Borrado. Naruto en verdad pensaba que la palabra "Borrado" describía mejor lo que había pasado, ya que la explosión que tuvo lugar en ese momento no dejo ni rastros de polvo, grava o cualquier otra cosa que indicara que una explosión había ocurrido.

Reformando su cuerpo un poco detrás de la chica, en un punto donde no lo pudiera ver, en caso de que tratara de borrarlo de nuevo, Naruto presenció como la chica caída de rodillas y rompía en llanto, confundiendo al Oni.

-¡No, no, no, NO!- grito la niña, enormes lagrimas brotando de sus ojos, su pequeño puño golpeando el suelo y dejando grandes marcas en el suelo, mostrando que la chica tenia gran fuerza física que contrastaba con su apariencia.

Naruto observo más de cerca a la niña frente a él. El poder que la muchacha había mostrado en ese instante era sorprendente, incluso para el Oni, quien podía sentir que de haber sido golpeado con ese ataque hubiera sido por completo destruido. Pero al ver a la pequeña niña en el estado que se encontraba después de pensar que lo había matado, el Oni comenzó a sentir algo que solo había sentido por dos personas en el pasado.

Sin poder soportar más los llantos de la niña, y una vez que su habilidad de empatía lo dejara sentir el gran arrepentimiento y dolor que sus acciones le habían causado, Naruto se acerco lentamente a la niña, y una vez que estaba lo suficientemente cerca, se arrodillo y la envolvió en un abrazo, notando como la chica se tensaba en sus brazos.

-Shh shh, todo está bien, no tienes porque llorar- hablando en un tono suave, consolador y calmado que rara vez había utilizado, Naruto comenzó a tratar de calmar a la niña, y una vez que sintió que comenzaba a relajarse en sus brazos, comenzó a mecerse para ayudar a relajarla lo más posible, como tratando de calmar a un bebe que estaba llorando.

Naruto permaneció en esta forma por unos minutos más, hasta que pudo sentir que la niña se había calmado por completo. La muchacha en su regazo comenzó a moverse un poco, y se acomodo de manera que pudiera ver la cara de Naruto y se quedo callada, mirando profundamente a los ojos del Oni.

Mandando una sonrisa a la muchacha en su regazo el Oni la apretó un poco más con su abrazo.

-Soy Naruto, ¿y tú?-

La chica solo se le quedo viendo por un momento más, antes de levantar su mano y comenzar a acariciar la mejilla de Naruto, como tratando de asegurarse a sí misma que el Oni era real.

-…Flan…Flandre-

Naruto se tuvo que esforzar para poder escuchar la voz tímida de la chica, apenas logrando escucharla decir su nombre. El Oni sonrió, por algún motivo la chica en sus brazos se había ganado un lugar en su corazón al instante, y aunque Naruto sospechaba que tenía algo que ver con el hilo que los unía, decidió que no tenía la menor importancia. La chica, Flandre, se convertiría en otro miembro de su propiedad.

Por unos momentos más el Oni se quedó sentado en el suelo, sujetando a la muchacha firmemente, quien continúo acariciando su mejilla, con una mirada de asombro en sus ojos, como si no pudiera creer que alguien estaba frente a ella.

-¿Cuánto tiempo has estado sola?- se preguntó el Oni a sí mismo, mientras notaba el asombro con el que la niña lo observaba.

Tratando de levantarse, después de unos momentos más, el Oni encuentro resistencia ya que Flandre se negaba a soltarlo, colocando ambos brazos alrededor del cuerpo del Oni en un intento de hacer que este se quedara con ella, abrazándola.

Lanzando una sonrisa a la niña, Naruto la tomo en sus brazos, levantándose del suelo mientras cargaba a la rubia, sin mostrar ninguna señal de dificultad al cargarla.

-Así que, dime ¿Qué hacías encerrada en ese ataúd?- pregunto Naruto una vez que estaba de pie, pero sin soltar a Flandre, a quien estaba sujetando de la manera que uno sostendría a una esposa.

Poniendo sus brazos alrededor del cuello de Naruto, y sujetándolo con firmeza, Flandre coloco su cara en la cuenca del cuello del Oni, murmurando su respuesta.

-…Mi hermana, ella dijo que estaría segura ahí-

-¿Segura?- pregunto el Oni perplejo -¿Segura de quien, alguien te quiere hacer daño?- inconscientemente el tono de voz de Naruto había tomado una connotación amenazante, la idea de que alguien quisiera herir a la rubia en sus brazos lo molestaba bastante.

-No… ella dijo que conmigo aquí, ella estaría segura de mí-

Al Oni le tomo unos segundos entender lo que Flandre acababa de decir, aunque su habilidad de empatía había detectado los sentimientos de tristeza en la voz de la rubia de inmediato.

-¿Su hermana la encerró aquí?- se preguntó el Oni, comenzando a sentir algo de ira por lo que el percibía como una injusticia.

Sacudiendo la cabeza, y deteniéndose de inmediato una vez que vio que el movimiento molestaba a la chica en sus brazos, el Oni trato de olvidar por el momento la ira que sentía, tratando de concentrarse mejor en cómo ayudar a Flandre.

Poniéndola de pie, y solo logrando que lo soltara cuando le ofreció su mano para que la sujetara, Naruto comenzó a caminar por el enorme pasillo, con Flandre siguiéndolo de cerca, prácticamente pegada a su costado, sujetando su brazo con fuerza, pero manteniendo su mirada en el suelo.

-No parece haber ninguna salida de aquí- pensó el Oni, recordando que el simplemente había entrado en su forma de neblina y realmente no había podido ver como entro gracias a que la neblina roja estorbaba sus sentidos.

-¡Bien!- exclamo Naruto repentinamente, asustando un poco a Flandre, pero esta solo abrazo más fuerte su brazo. -¿Qué te parece si salimos de aquí?- pregunto Naruto con una enorme sonrisa.

Sonrisa que se borro cuando noto que Flandre comenzaba a temblar de nuevo, esta vez sus emociones cambiando a un inmenso terror. Abrazándola rápidamente, Naruto trato de calmar a la chica de nuevo, esta vez teniendo menos resultados que la primera vez.

-¿Qué pasa?- pregunto Naruto preocupado, sujetando firmemente a Flandre –Habla Flandre, dime que es lo que ocurre, no te preocupes, te protegeré de lo que sea-

La voz calmada y firme de Naruto comenzó a funcionar después de unos momentos, y Flandre dejo de temblar, pero Naruto aun podía sentir gran miedo proviniendo de ella.

-Mi hermana dice que no debo salir de mi sótano… ella dice que cosas malas pasaran si salgo de aquí-

Frunciendo un poco las cejas en contemplación, el Oni decidió que había una pregunta que tenía que hacer a la rubia.

-Flandre, ¿Cuánto tiempo llevas encerrada en este sótano?-

-…495 años-

Era imposible equivocar la expresión de sorpresa, mesclada con un poco de horror, que aparecía en el rostro del Oni.

Naruto solo había permanecido aislado del mundo por 5 años, y de estos solo tenía recuerdos claros de poco más de dos años, y la mujer frente a él, porque ya no la podía llamar niña, había permanecido en soledad por casi medio milenio. El Oni no se podía comenzar a imaginar la devastadora soledad que había sufrido la rubia, pero lo que si sabía era que no permitiría que ella permaneciera un segundo más sola.

Los Oni son seres que se guían por sus emociones, y esa era toda la justificación que necesitaba el Oni, sus instintos le decían que protegiera a Flandre y eso era exactamente lo que iba a hacer.

-Flandre- el Oni espero hasta que la mirada de la rubia conectara con sus propios ojos –Escapemos juntos de este lugar-

Sin darle oportunidad a Flandre de decir nada, Naruto la jalo hacia uno de sus portales, en instantes desapareciendo de la prisión que había mantenido presa a Flandre por casi cinco centenarios.

Si hubieran permanecido unos minutos más en ese lugar, hubieran podido ver como una mujer de cabello plateado caminaba por donde pasaron, en sus manos una bandeja de plata que cargaba un juego de té, el cual cayó al suelo, el ruido haciendo eco por todo el pasillo, cuando se encontró con un ataúd vacio.

-¿¡Ojou ~sama (2)!?- gritando esto, con un tono de urgencia, la mujer corrió del lugar, dejando olvidada la bandeja y el juego de té.

Con Ran

Despertando bruscamente, lo primero que sintió Ran fue el agua que había sido vertida en su cuerpo, probablemente lo que la despertó. Volteando a su alrededor, Ran solo pudo ver oscuridad, y al tratar de moverse encontró resistencia, indicando que sus extremidades habían sido atadas.

Sin entrar en pánico, Ran comenzó a tratar de canalizar su energía para convocar fuego y escapar de sus restricciones, fue entonces que descubrió que su chacra había sido sellada. Comenzando a preocuparse un poco, Ran comenzó a forcejar con sus ataduras, tratando de romperlas con pura fuerza bruto, sin éxito.

-¿Qué es esto?- se preguntó el Bijuu mientras que forcejeaba, sorprendida que su fuerza no fuera capaz de romper las cadenas que la ataban.

-Esas cadenas fueron diseñadas para atrapar demonios de alta clase, no te será tan sencillo escapar de ellas- La voz vino sin aviso, proviniendo al parecer de la oscuridad del cuarto. Era indudablemente femenina, Ran noto, con un toque seductor a su tono suave.

-¿Quién eres?- pregunto Ran un poco más calmada, si podía hablar con la persona que la capturo, probablemente podría convencerla de dejarla ir.

La voz rio, el sonido mandando escalofríos por la espalda de Ran.

-Tenemos mucho de qué hablar… pequeño Bijuu-

Los ojos de Ran se abrieron ampliamente mostrando lo sorprendida que estaba de que alguien supiera que era uno de los nueve Bijuu, y frente a ella aparecieron dos ojos rojos que brillaban en la oscuridad, en esos ojos Ran podía ver una promesa de dolor, provocando que Ran comenzara a sudar frio.

-Dime… ¿Dónde está mi hermana?-

Con Naruto

Apareciendo de un portal en medio de la neblina escarlata, Naruto y Flandre cayeron al suelo, rodando un poco debido a la caída. Después de tomarse un momento para reorientarse, Naruto se puso de pie, jalando a Flandre con él para que se parara también.

Estirándose para tronar su espalda, Naruto comenzó a escuchar como Flandre comenzaba a hiperventilarse en pánico una vez que noto que estaba fuera de su sótano. Abrazándola de nuevo, y vagamente notando que parecía siempre estar con la chica en sus brazos, Naruto comenzó a tratar de calmar a Flandre de nuevo

Después de varios minutos de asegurarle a la chica que nada malo pasaría, y de que el Oni la protegería de cualquier cosa, incluso contra su hermana, Flandre comenzó a calmarse.

-Y bien, ¿A qué quieres que juguemos?- le pregunto Naruto a Flandre con una gran sonrisa en su rostro. Flandre pareció encogerse un poco, juntando sus manos a su pecho y encorvándose un poco en señal de nerviosismo, pero respondió después de unos segundos.

-A las escondidas-

Naruto solo siguió sonriendo, pensando que tendría que solucionar la timidez de Flandre de alguna manera para que no fuera tan difícil escucharla, y asintió su aceptación al juego de Flandre.

Por horas, Naruto y Flandre continuaron jugando entre la neblina, y poco a poco el Oni pudo ver como Flandre comenzaba a tranquilizarse y a perder parte de su timidez, comenzando a hablar en tonos normales e incluso riendo y sonriendo en varias ocasiones.

Naruto y Flandre jugaron cuantos juegos en los que pudieron pensar, los cuales no eran muchos, dada la infancia aislada que ambos llevaron en sus primeros años de vida, ninguno de los dos sabia cuáles eran los juegos que la mayoría de los niños jugaban en sus infancias, pero se divirtieron con lo que pudieron pensar, desde "escondidas" hasta "las traes".

Sin notarlo, el sol había descendido y la luna llena había tomado su lugar en el cielo.

Fue entonces que dos cosas ocurrieron. La primera, Flandre noto la luna en el cielo, sus ojos abriéndose ampliamente en terror mientras observaba la enorme esfera plateada en el cielo. La segunda, Naruto pudo ver un gran tornado apareciendo a unos kilómetros de distancia, del que pudo sentir la presencia de Aya, la cual se encontraba ya algo debilitada.

Flandre fue la primera en reaccionar. Con un escalofrió de temor comenzó a volar a gran velocidad en la dirección en la que pensaba que se encontraba la Mansión, en un intento de llegar antes que su hermana se diera cuenta que había escapado.

Naruto, notando que Flandre había salido huyendo, tuvo que elegir entre seguir a la rubia o correr a la ayuda de Aya. Con un suspiro de resignación, Naruto arranco uno de sus cabellos, el cual de inmediato se transformo en uno de sus pequeños clones, y lo arrojo en dirección a Flandre.

-¡Acompaña y protege a Flandre!- exclamó Naruto mientras comenzaba a correr en dirección de Aya, confiando en que el clon seria capas de cuidar a Flandre en su lugar.

Sin más, Naruto abrió un portal frente a él y salió cerca del lugar de donde podía sentir la presencia de Aya, debido a la interferencia de la neblina le fue imposible abrir un portal en la exacta ubicación. A Naruto no le tomo mucho mas de unos minutos llegar a donde se encontraba Aya, y al llegar se encontró con Aya en medio de una pelea contra una mujer de cabello rojo y ropa estilo chino de color verde.

Tomándose un momento para analizar la pelea, el Oni pudo notar que Aya estaba perdiendo, y no solo estaba perdiendo, Aya parecía incapaz de tocar a su oponente, dado que Aya era una especialista de combate a distancia y su oponente era especialista en combate cuerpo a cuerpo, y por lo que podía ver el Oni la mujer tenía la suficiente velocidad para evitar que Aya creara distancia entre ellas, lo que era impresionante ya que Naruto sabía que Aya era una de sus propiedades más rápidas.

Con Aya/ momentos antes

Las cosas no iban bien para Aya. Después de comenzar su pelea contra la mujer de cabello rojo, cuyo nombre aun no conocía, Aya había pensado que sería fácil derrotarla, tomando en cuenta que eran dos contra una, pero las chicas se habían topado con un problema inesperado.

Los poderes de Ran seguían sellados. Durante la pelea, Ran noto que no podía utilizar toda la extensión de su poder y Aya fue la primera en recordar que Naruto mantenía un sello constante en los poderes de Ran, y sin la presencia de Mei, quien poseía la única otra llave del sello, le sería imposible a Ran utilizar los poderes completos del Kyuubi.

Aun con esta desventaja, las dos mujeres habían podido mantener un combate parejo con la otra mujer, utilizando una combinación de la habilidad de combate cuerpo a cuerpo de Ran y con Aya dando soporte a distancia, creando oportunidades para que Ran pudiera conectar con sus ataques.

Sin embargo la mujer había demostrado ser un enemigo muy ingenioso, y sin darse cuenta las había ubicado en la posición que le dio una ventaja perfecta. Logro colocar a Ran en el campo de ataque de Aya, lo que le dio la oportunidad de noquear a Ran inconsciente con un golpe a la parte trasera de la nuca.

Después de esto, Aya había sido forzada a tratar de mantener al margen a la mujer de cabello rojo, pero encontró que esto era mucho más difícil de lo esperado, ya que la velocidad de la mujer le permitía acercarse más rápido de lo que Aya podía atacar.

Por fin, después de varios intentos frustrados de derrotar a la mujer, Aya se vio en la necesidad de escapar, logrando evitar a la mujer por más de un par de horas. Sin embargo la mujer de cabello rojo resulto ser más persistente de lo que Aya espero y termino rastreándola hasta el lugar donde se ocultaba. Sin más remedio, Aya comenzó con el combate de nuevo, con los mismos resultados.

-¿¡Por qué no me dejas en paz!?- grito Aya en frustración, lanzando un torbellino de aire hacia su oponente. En las manos de Aya se encontraba un pequeño abanico de papel, con el dibujo de un cuervo en el. Esta era el arma que utilizaba Aya para canalizar sus ataques de viento.

La mujer solo dio un salto a un lado y con velocidad impresionante apareció frente a Aya, quien solo tuvo un segundo para esquivar el ataque y saltar hacia atrás, creando un poco de distancia entre ellas, y lanzando otro torbellino en un intento de mantener a la otra mujer alejada.

Para este momento Aya ya se encontraba en malas condiciones. Su camisa blanca carecía de las mangas y las orillas estaban deshiladas, con varias rupturas. Su falda negra le faltaba un costado, mostrando su ropa interior negra. Alrededor de sus brazos se encontraban varios moretones, muestras de los ataques que había tenido que bloquear.

Con la respiración laboriosa por toda la energía que había tenido que usar en la batalla, y sintiendo como si los huesos de sus brazos estuvieran a punto de quebrarse, Aya decidió que era momento de tratar de atraer la atención de Naruto.

-Espero que el Amo Naruto esté poniendo atención, porque no creo tener la fuerza para seguir peleando- pensó Aya mientras comenzaba a preparar lo que ella sentía sería su último ataque en esa pelea. El oponente que le toco simplemente era el incorrecto y no estaba preparada para alguien que peleara en ese estilo.

-Tendré que aumentar mi entrenamiento- pensó Aya en resignación mientras veía como la mujer de cabello rojo se acercaba a ella, lista para dejarla inconsciente.

En el momento que la mujer estaba frente a ella, Aya activo su ataque con un grito.

-¡Marca del Viento: Torbellino de Cuervos (3)!-

Sin más, un enorme tornado se formó alrededor de Aya, protegiéndola del ataque de su enemigo, dentro del tornado, casi invisibles a la vista, cientos de cuervos de viento, circulaban alrededor de Aya, listos para destrozar a la mujer de cabello rojo.

Sin embargo, su enemigo fue capaz de detenerse a tiempo, salvándose de ser atrapada en el ataque de Aya, y terminando con solo una pequeña cortada superficial en su brazo para mostrar que había sido afectada.

El ataque termino y Aya se vio forzada nuevamente a esquivar los ataques de su oponente, aunque ahora sufría de mayor dificultad ya que no tenía la energía suficiente para utilizar ninguno de sus ataques, habiendo utilizado el resto de su energía con su último ataque.

Aya continuo tratando de prolongar la pelea, con la esperanza de que Naruto hubiera notado su ataque y llegara a ayudarla, usando la poca energía que le quedaba para lanzar ataques de viento, los cuales se encontraban muy debilitados debido a la poca energía que le quedaba, sin embargo su oponente parecía haber llegado al límite de su paciencia.

La mujer de cabello rojo dio un salto que la coloco a unos metros de distancia de Aya, y con una mirada de irritación hacia Aya, cruzo sus brazos frente a su pecho en forma de x, sus piernas separadas a la distancia de sus hombros, y en un segundo una intensa aura que brillaba con los colores del arcoíris se manifestó a su alrededor.

-Marca de Arcoíris: Intenso Puño de Arcoíris (4)- sin aviso la mujer apareció frente a Aya, el aura de colores concentrada en su totalidad en sus puños, Aya solo tuvo tiempo de poner un rostro de sorpresas antes de que la pelirroja comenzara su ataque, el cual Aya sabia no tenía manera de esquivar.

Los puños de la pelirroja se convirtieron en una ráfaga de colores, la intensidad de su brillo cubriendo por completo a Aya. El ataque de la mujer era una especia de ataque de velocidad, sus brazos se movían a una velocidad impresionante, golpeando a su oponente, la luz que producían servía para cegar y distraer al oponente. En un solo segundo la mujer conecto con alrededor de cien golpes a su oponente, pero al acabar su ataque se sorprendió al ver que en el lugar donde estaba la mujer de cabello negro con la que había estado peleando, ahora se encontraba un muchacho de cabello rubio, con cuernos en su cabeza, sus brazos cruzados frente a él en forma de defensa, detrás de él se encontraba Aya, mirando al muchacho con una mirada de alegría.

Dando un salto hacia atrás para poner distancia entre ella y su nuevo oponente, la pelirroja observo a su nuevo enemigo con cautela, el muchacho había recibido su ataque de lleno y lo único que tenía para mostrar eran pequeñas marcas en sus brazos, la mujer no podía ver la más mínima señal de que su ataque hubiera tenido efecto.

-Aléjate un poco Aya- dijo Naruto, su voz seria pero con una enorme sonrisa en su rostro, nada como una buena pelea para emocionar a un Oni.

Con Ran

Con un gruñido y rechinando los dientes de dolor, Ran trataba de resistir gritar, para evitar darle la satisfacción a su captor. La mujer que la tenía cautiva era una mujer de ojos rojos, con cabello de color azul claro, por su apariencia Ran calculaba que tenía unos 15 años, pero el poder que podía sentir proviniendo de la mujer la hacía dudar de la edad aparente y actual de la mujer.

Vestida en un vestido largo, que llegaba hasta sus tobillos, de color blanco con un poco de tono rosado, sobre su cabeza una especie de gorro del mismo color del vestido, con un moño rojo de decoración, en su espalda dos prominentes alas de murciélago, lo que Ran, correctamente, asumía que la clasificaba como un vampiro, los prominentes colmillos en su boca solo confirmaban esto para Ran, además del prominente olor a sangre que detectaba en la mujer.

La mujer solo rio un poco al ver el acto desafiante de Ran, su risa con un tono oscuro, sádico, que casi provoca que un escalofrió recorriera la espalda de Ran, el cual solo pudo detener con pura fuerza de voluntad.

-Me pregunto, ¿Cuánto más podrás resistir, pequeña bestia?- el tono de la mujer hacia parecer como si estuvieran jugando un inofensivo juego, en lugar de estar en la mitad de una sesión de tortura.

La mujer se colocó a espaldas de Ran, y colocó sus brazos alrededor del cuello de la Bijuu, sus labios terminando en el oído de Ran, una de sus largas uñas, que tenían más la apariencia de garras, pintadas de un color rojo carmesí, acariciando suavemente la mejilla de Ran.

-Espero que resistas mucho más, hace mucho tiempo que no me divertía tanto- susurro la mujer en el oído de Ran, su tono de voz provocando que Ran perdiera un poco el control de su cuerpo y el escalofrió que trataba de contener se manifestara, sacudiendo todo su cuerpo, causando que la vampiresa riera en burla.

-Amo Naruto, ¿Dónde está?-

Con Naruto

Con un estruendoso sonido, Naruto y su oponente fueron lanzados en direcciones opuestas debido a la fuerza del choque de sus puños al atacar. Naruto sonrió ampliamente, la pelea no llevaba más de unos minutos de comenzar pero el Oni se estaba divirtiendo como nunca antes.

En todas sus batallas anteriores, Naruto siempre había estado en una de dos situaciones, o era demasiado fuerte para tener una buena pelea o era demasiado débil para poder realmente pelear contra su oponente, aunque este último caso solo se centraba en sus confrontaciones con Yuugi.

Pero en esta ocasión, Naruto se había topado con alguien que no solo podía igualar su fuerza física, hecho que sorprendía al Oni ya que ni siquiera Kyuubi había podido igualarlo, sino que tenía la una vasta experiencia en combate que le permitía combatir las técnicas del Oni.

Naruto no tenía forma de saber que debido al evento que sello a Ran dentro de él, la Kyuubi había perdido más de la mitad de su fuerza total, dejándola muy debilitada el día que peleo contra él, y de haber tenido su poder completo, Ran hubiera sido capaz de igualar la fuerza física del Oni en ese momento.

Naruto observo a su oponente, su apariencia física sin cambios y su sonrisa firme en su rostro, pero la mirada en sus ojos cambio, hecho que la mujer de cabello rojo noto, la mirada en los ojos de Naruto ahora era mucho más penetrante, analítica, calculadora, e incluso con un toque de sed de sangre que no se encontraba en los ojos del Oni desde el día que perdió a Suika.

-Uzumaki Naruto-

La mujer solo lo vio un instante, comprendiendo que el Oni la estaba reconociendo como un oponente digno y deseaba conocer su nombre, ofreciendo el suyo primero en señal de respeto.

-Hong Meiling-

Si más que decir, reasumieron el combate, chocando con los puños para tratar de abrumar al otro con pura fuerza bruta, Meiling tratando de usar su altura a su ventaja, pero sin resultados ya que Naruto podía compensar contra esa desventaja siendo el más fuerte físicamente de los dos.

-Su fuerza física es asombrosa- pensó la pelirroja mientras luchaba por someter al Oni –Con la cantidad de energía que estoy utilizando para igualar su fuerza, solo me será posible continuar el combate por unos minutos más- pensó Meiling, haciendo una cara de disgusto.

Rompiendo la lucha de poder en la que se encontraban, Meiling se inclinó hacia atrás, logrando jalar a Naruto con ella, usando la velocidad a su favor y lanzando al Oni sobre sus hombros, creando distancia para poder idear un plan.

Naruto se recuperó en menos de un segundo, ajustando su trayectoria para caer de pie, en lugar de su espalda, su mirada fija en Meiling, quien parecía estar reuniendo energía, ya que el aura de colores había vuelto a cubrir su cuerpo.

Curioso por lo que su oponente planeaba hacer, Naruto decidió darle el tiempo para terminar su ataque, lo que Meiling noto con algo de descontento, mirando al Oni con una mirada feroz, como reclamando por ser subestimada, pero el Oni solo sonrió.

Sin decir nada, Meiling apareció frente a Naruto más rápido de lo que el Oni pensó que sería capaz, la palma de su mano brillando intensamente por la cantidad de energía contenida en ella.

Con un golpe de palma al abdomen de Naruto, la energía que estaba contenida en su mano fue transferida al cuerpo del Oni, y antes de que Naruto pudiera reaccionar Meiling pateo bajo para tropezar al Oni y otro golpe a la cara se encargó de lanzar a Naruto lejos de Meiling.

-Marca Resplandeciente: Resplandeciente Palma de Arcoíris (5)-

Mientras volaba con la fuerza del golpe de Meiling, Naruto alcanzo a oír el nombre de su técnica y tuvo tiempo de pensar -¿Cuál será su obsesión con los arcoíris?- antes de que la energía que había sido inyectada en su abdomen explotara violentamente, destrozando su cuerpo desde dentro.

Meiling observo de forma placida como su técnica mataba a su oponente, sin remordimiento por el fin grotesco que le había dado al Oni.

-Tu arrogancia fue lo que te mato- dijo Meiling mientras se daba la vuelta para ir a buscar a la mujer de cabello negro que había escapado con la ayuda de Naruto.

-Debo admitir, de haber sido cualquier otra persona, ese ataque hubiera sido mi fin.-

Deteniéndose en seco, Meiling volteo la mirada, notando que Naruto se encontraba parado detrás de ella, la única señal de que había sido afectado por su ataque siendo que su camisa blanca ahora estaba rota en el centro y en el pecho del Oni había una pequeña quemadura, pero en general se encontraba en buen estado.

Sin darle oportunidad de reaccionar, Naruto la tomo del cuello, aplicando armonía directamente sobre ella para impedir que rompiera su agarre.

-¡Secreto del Rey: Destrucción en Tres Etapas! (6)- exclamó Naruto mientras preparaba su brazo derecho para dar un golpe, y sin más comenzó su combo. El primer golpe, un gancho al mentón, levanto a Meiling colocándola en posición para el siguiente ataque. Naruto rápidamente aumento su estatura a unos tres metros, y después conectando con otro gancho, el cual golpeo casi la totalidad del cuerpo de Meiling, levantándola más y de nuevo colocándola para el golpe final.

Creciendo de nuevo, ahora a una altura de casi 8 metros, colocándolo muy por encima de la altura de Meiling mientras estaba en el aire, Naruto golpeo a la mujer hacia abajo, siguiendo el ataque hasta que el mismo golpeo el suelo, usando su fuerza y peso para causar más daño, y dejando un cráter en el lugar donde estrello a Meiling.

Regresando a su estatura normal, Naruto noto que la pelirroja estaba inconsciente, acostada boca abajo en el centro del cráter que había creado con su ataque. Naruto no deseaba matar a la mujer, por lo que había usado mucha menos fuerza de la que pudo haber usado, pero al parecer fue suficiente daño para noquear a Meiling.

Con Meiling inconsciente, Naruto por fin se permitió mostrar las repercusiones de recibir el ataque de la pelirroja, doblándose y abrazando su abdomen con los brazos, Naruto comenzó a tratar de reparar el daño interno que le había causado Meiling.

-Eso me enseñara a no dejarme golpear por técnicas desconocidas- se dijo Naruto a sí mismo, antes de ser embestido por la espalda – ¡Ah!- exclamo Naruto de dolor al caer sobre su pecho, agraviando su herida.

-¡Amo Naruto, lo lograste!- grito Aya, ignorando los intentos del Oni de quitarla de su espalda, de alguna manera imposible logrando evitar que el Oni se levantara. -¡Derrotaste a la mujer de pantis verdes!-

Con un tic en el ojo, y aun intentando quitarse a Aya de encima, Naruto solo pudo pensar en una cosa.

-Es definitivo, la próxima vez que decida ir en una aventura, iré solo-

Con Flandre y Mini Naruto

-¿No sabes dónde estamos, verdad?- pregunto mini Naruto mientras estaba sentado en el hombro de Flandre, quien estaba volando entre la neblina escarlata, en su rostro una mirada perdida y mini Naruto prácticamente podía ver los signos de interrogación metafóricos aparecer sobre la cabeza de la muchacha.

Deteniéndose mientras volaba por la neblina para mirar a todos lados en la esperanza de encontrar algo familiar que la guiara de vuelta a la mansión, Flandre dejo salir un suspiro de desesperación, habían sido tantos años desde la última vez que había salido de la mansión que ya nada era conocido y le era imposible encontrar algo que le indicara que camino tocar.

Mirando a Flandre comenzar a hiperventilarse de nervios, mini Naruto dejo salir una pequeña risa, para el pequeño clon era muy divertido ver a la rubia preocuparse tanto por algo que, para el Oni, era insignificante.

¿Y que si su hermana descubría que no estaba en la mansión? Naruto había prometido protegerla de cualquier cosa, y eso incluía protegerla de su hermana, así que Flandre no tenía nada de qué preocuparse.

-¿Pero qué pasaría si su hermana es igual de fuerte que Flandre?- el pensamiento le llego repentinamente a mini Naruto. Siendo un clon del original, y uno muy reciente, podía recordar la demostración de poder de Flandre, cuando casi borraba su cuerpo por completo, si Flandre tenía miedo de su hermana, ¿Podría ser que la hermana fuera mucho más fuerte?

Mini Naruto comenzó a preocuparse un poco, mientras que tenía parte de la fuerza del original, el clon sabía que no sería capaz de pelear con alguien del nivel de Flandre, mucho menos con alguien más fuerte que ella, en especial por la forma rápida e improvisada en la que había sido creado, lo cual de hecho provoco que fuera más débil que un clon normal.

-¡¿Qué debo hacer, Naruto~san?!- grito Flandre en un susurro, de alguna manera que mini Naruto no podía entender y decidió que no era necesario entender. Dejando salir un suspiro, más para calmar un poco sus nervios debido a sus pensamientos recientes, y se preparó a hablar pero fue interrumpido por el sonido de pasos acercándose a ellos.

-Con que aquí es donde se encontraba, Ojou~sama-

Con Naruto y Aya

Mientras su clon vagaba perdido con Flandre, Naruto, quien por fin se había podido quitarse a Aya de encima, ya había comenzado a sanar sus heridas, lo que estaba probando ser más difícil de lo que el Oni pensó, ya que los residuos de energía de Meiling estaban complicando la regeneración de su cuerpo, sin embargo el Oni estaba confiado que sus heridas sanarían en unos minutos.

-¡¿Cantas veces tengo que decir que lo lamento?!- exclamó Aya, quien Naruto había pegado a un árbol de cabeza, sosteniéndola en posición con "Armonía". Naruto solo le lanzo una mirada rápida y luego regreso a curar sus heridas. Aya miro la actitud del Oni y solo pudo reír incómodamente, la posición en la que el Oni la tenía atrapada estaba provocando que la sangre se le fuera a la cabeza y Aya se comenzaba a sentir algo mareada.

-Podrás bajar de ahí cuando termine de sanar- contesto Naruto después de un momento –Por mientras, dime que paso con Ran-

Reconociendo la orden de Naruto como tal, Aya se concento lo más que pudo en ignorar el dolor de cabeza que comenzaba a sentir para poder explicar a Naruto como fue derrotada Ran.

-Fue derrotada por la mujer de pantis verdes- contesto Aya de manera simple, indicando con su mano a la pelirroja que aún estaba en el cráter donde Naruto la había dejado. El Oni volteo a ver a Meiling, su mirada aguda, centrada, como analizando el valor de Meiling.

-… ¿Derrotó a Ran?- pregunto Naruto, más para sí mismo que para Aya, pero ella contestó igual.

-¡Si, pero!- exclamó Aya interrumpiendo los pensamientos del Oni -¡No la hubiera derrotado si Ran hubiera podido usar todo su poder!- dijo con certeza en su voz.

-¿Todo su poder? … ¡Oh, el sello!- grito Naruto en sorpresa, por fin recordando el sello que había colocado sobre los poderes de Ran –No puedo creer que me olvide de eso…- murmuro Naruto, pero Aya lo escucho.

-¿Cómo pudiste olvidar algo tan importante, amo Naruto?- Pregunto Aya, su usual rostro expresivo sin mostrar emoción alguna, aunque Naruto podía sentir algo de irritación provenir de ella.

-Ya veo… así que esa mujer no podía usar todo su poder- la inesperada voz interrumpió la respuesta de Naruto y llamo la atención del Oni y Aya hacia la dirección de la que provino.

-Te recuperas rápido- dijo Naruto mientras que liberaba a Aya de su agarre, si comenzaban a pelear de nuevo no quería que quedara atrapada en medio de la pelea.

-Puedo sentirlo… te contuviste bastante en ese último ataque… es la única razón por la que desperté tan pronto- dijo Meiling mientras trataba de levantarse del cráter en el que estaba.

-Bueno, es mejor que vayamos a buscar a Ran- dijo Naruto volteando a ver a Aya, ignorando a Meiling, provocando que esta le mandara una mirada irritada al Oni. Asintiendo su aceptación, Aya se puso de pie junto con Naruto, con la intención de ir en busca de Ran.

-No servirá de nada saben- dijo Meiling, dándose por vencida y permaneciendo recostada en el cráter.

-¿A qué te refieres?- pregunto el Oni, deteniéndose para voltear a ver a Meiling.

-Nuestra pelea fue muy llamativa, lo más seguro es que hallamos despertado al perro del diablo- dijo Meiling, una enorme sonrisa dibujándose en su rostro al decir esto. –Esa mujer ya fue capturada, de eso no tengo duda alguna-

Mirando a Meiling por unos momentos, el Oni asintió con su cabeza, como decidiendo algo.

-Aya- dijo Naruto, volteando a ver a dicha chica –Sella los movimientos de Meiling, la llevaremos con nosotros- algo sorprendida por la orden, Aya aun así siguió la instrucción de Naruto, usando lo poco que sabía de Fuuinjutsu para crear un sello que paralizara las extremidades de Meiling, confiando más en el agotamiento físico de la mujer, que en el sello para que la contuviera y luego colocándola en su espalda para cargarla, haciendo un pequeño gesto de dolor al sentir el inesperado peso de Meiling sobre su espalda.

-No servirá sabes- dijo Meiling, sin hacer ningún intento de soltarse de Aya –Si me usan como rehén en contra de ella, solo me convertiré en otra víctima del perro del diablo- menciono Meiling con una sonrisa sin humor en su rosto.

-No te voy a usar como rehén- contestó Naruto, sorprendiendo a sus dos acompañantes –Quiero que me lleves al lugar donde esta esté tal perro, y si es tan fuerte como dices quiere pelear con ella-

Dejando salir una pequeña risa, Meiling sacudió la cabeza en resignación, antes de voltear a ver al Oni y asintiendo.

-Muy bien, te llevare con ella, solo espero que estés listo para las consecuencias… después de todo, nadie nunca ha escapado vivo de ella- dijo Meiling pero el Oni solo sonrió, en su rostro se mostraba claro el deseo de pelear.

Con Flandre y Mini Naruto

-¿Quién demonios es ella?- se preguntó Mini Naruto mientras esquivaba otro ataque de su oponente, quien estaba lanzando afilados cuchillos por docenas cada segundo con la intención de acabar con la corta vida del clon.

Mini Naruto lanzo una mirada rápida a Flandre, quien parecía estar congelada de terror, colocada en posición fetal, con su cabeza entre las piernas, mientras flotaba en el aire, sus alas, las cuales al parecer no ayudaban en su habilidad de vuelo en lo más mínimo, enrolladas a su alrededor como una especie de escudo.

-Debo admitir que no esperaba que duraras tanto, basura, pero ya no puedo perder más tiempo contigo-

Mini Naruto mando una mirada cautelosa a la mujer, tratando de prepararse para cualquier cosa, ya que durante el corto combate ella se había probado como un oponente muy fuerte.

Mini Naruto solo tuvo tiempo de poner una expresión de sorpresa en su rostro antes de ser destruido por un cuchillo que se había alojado en su frente. -¿Pero, que…? Ni siquiera fui capaz de ver su movimiento- pensó el Mini Oni antes de ser dispersado.

-Narruto~sama…- murmuro Flandre, quien estaba viendo la pelea, sus ojos asomándose tímidamente desde una pequeña apertura entre sus brazos y alas, los cuales estaban rodeando sus piernas y rostro.

La mujer que derroto al clon del Oni volteo su atención a Flandre, quien se congelo de terror al tener la atención completa de la mujer.

-Es hora de volver a casa, Ojou~sama-

Con resignación llenando su mirada, Flandre asintió su consentimiento y comenzó a flotar en la dirección de la mujer, su mirada baja en tristeza, pero su la mujer pudiera haber visto sus ojos, hubiera notado como un poco de ira comenzaba a aparecer en ellos.

Con Naruto, Aya y Meiling

-¿Ya llegamos?-

Naruto cerró los ojos en frustración, mientras que detrás de él Aya continuaba preguntando lo mismo una y otra vez. No habían pasado ni cinco minutos de que habían comenzado a caminar en dirección de la mansión que había visto Aya antes de pelear con Meiling, siendo guiados por la pelirroja, quien parecía poder navegar sin dificultad entre la espesa niebla que los rodeaba y en ese corto periodo de tiempo Aya había logrado que Meiling suplicara dos veces a Naruto para que la dejara inconsciente de nuevo, o que le permitiera atacar a Aya, lo que fuera más conveniente.

Naruto dejo salir un suspiro, si era franco consigo mismo, estaba tentado a aceptar la oferta de Meiling y dejar a la pelirroja noquear a Aya, o incluso hacerlo el mismo, pero el Oni no quería tener que cargar a una mujer inmóvil y a una inconsciente, así que se resignó a soportar la ráfaga de preguntas de Aya.

Fue mientras estaba contemplando las ventajas y desventajas de dejar inconsciente a Aya que el Oni se detuvo de manera brusca y repentina, casi provocando que Aya se estrellara contra su espalda.

-¿Sucede algo, Amo Naruto?- preguntó Aya – ¿Ya llegamos?-

Ignorando las preguntas de Aya, Naruto cerró los ojos, concentrando toda su mente en tratar de sentir al clon que había dejado con Flandre; después de unos segundos sus ojos se abrieron de golpe, asustando a Aya, quien se había parado frente a él con su cara a centímetros de la del Oni en un intento de llamar su atención, provocando que la mujer dejara caer a Meiling, quien dejo salir un pequeño sonido de dolor al chocar tan repentinamente con el suelo.

Naruto ignoro todo esto, frunciendo el ceño, mientras analizaba lo que había descubierto y después de unos momentos de pensamiento, volteo su atención a Meiling, quien seguía tirada en el suelo, mientras que Aya trataba de calmar su corazón.

-Dime, la mujer de la que estabas hablando ¿Cuál es su nombre?- preguntó Naruto, ganando la atención de sus dos acompañantes con su pregunta. Meiling miro al Oni por unos momentos, algo confundida por el repentino interés, antes de responder.

-Sakuya Izayoi- dijo Meiling, y Naruto pudo escuchar y sentir el respeto que Meiling sentía por esa mujer, con algo de afecto mezclado. -¿Por qué el repentino interés?- preguntó Meiling, tratando de sonar indiferente.

-¿De cabello plateado y vestida como sirvienta?- preguntó Naruto, ignorando la pregunta de Meiling. La pelirroja solo parpadeo un par de veces en sorpresa, para luego asentir con la cabeza, indicando que era la descripción correcta y preguntándose como el Oni sabía de Sakuya.

Una sonrisa se dibujó lentamente por el rostro del Oni, y Aya y Meiling fueron capaces de sentir la increíble sed de pelea que comenzaba a emanar de Naruto.

-Esta presencia… es muy parecida a la de Remilia~sama- pensó Meiling, su mirada fija en el Oni, comenzando a sentirse algo nerviosa por la presencia de Naruto.

-¡Ji, ji, ji, el amo Naruto esta emocionado!- exclamó Aya mientras corría alrededor del Oni, y Meiling solo pudo ver con algo de pena ajena como Aya se comportaba como una pequeña niña con mucha azúcar en su sistema.

Acercándose a Meiling, Naruto coloco su mano sobre el abdomen de la mujer, activando Origen para modificar el límite de curación del cuerpo de Meiling, acelerando la velocidad con la que la pelirroja recuperaría su energía y en la que su cuerpo sanaría de sus heridas. Meiling pudo sentir de inmediato el efecto de los poderes de Naruto, y debido a que ella no tenía suficiente energía le era imposible luchar contra los efectos del poder del Oni, aunque no lucharía contra ellos en esta situación.

Notando la mirada confundida de Meiling, Naruto solo le mando una sonrisa antes de pararse y comenzar a caminar en la dirección de la mansión, sorprendiendo a Meiling, quien había estado guiando mal a Naruto, aun con la creencia de que tratarían de usarla de rehén.

-Vamos Aya- dijo Naruto caminando en la dirección opuesta en la que los guiaba Meiling, su paso seguro, como si conociera el camino de memoria y Aya no tardo en seguirlo, pero no sin antes lanzar una mirada confundida a Meiling, quien ya se había recuperado lo suficiente para sentarse.

-¿Estás seguro de que es buena idea curarla y dejarla suelta?- pregunto Aya, mirando con algo de incredulidad al Oni. -¿Qué tal si nos vuelve a atacar?- esto último lo pregunto con algo de preocupación en su voz.

-Eso es lo que espero- respondió el Oni sin preocupación alguna, y Aya asintió con la cabeza, aceptando la respuesta.

-¡¿Qué?!- por unos segundos, antes de que su cerebro procesara lo que Naruto había respondido. Riendo un poco, Naruto solo sacudió la cabeza mientras ignoraba las reacciones exageradas de Aya y seguía con su camino.

-¿Qué es lo que planea?- se preguntó Meiling mientras esperaba que su energía volviera. -¿Por qué curarme? ¡¿Acaso espera que lo ayude contra Sakuya?!-

Cerrando sus ojos en concentración, Meiling comenzó a manipular su energía interna directamente para sanar más rápido, haciendo una mueca de dolor mientras que una de sus costillas se reacomodaba, al parecer el Oni había hecho más daño del que la mujer había notado.

-Hn, espero que no crea que le agradeceré por esto…- dijo Meiling en voz alta, su voz perdiéndose entre la neblina -… La próxima vez que nos veamos no acabara igual- prometió Meiling, sus puños apretados con fuerza al punto que estaban blancos.

Con Ran

En el cuarto oscuro en el que se encontraba, el único sonido que podía escuchar era el de su respiración agitada. Ran miro a la mujer frente a ella, quien tenía la misma sonrisa sádica que había mantenido durante toda la sesión de tortura a la que la había sometido. El vestido de la mujer mostraba varias manchas de sangre, sangre que pertenecía a la Bijuu y que poco a poco comenzaba a mezclarse con el color del vestido.

-…Un vestido blanco, pintado de rosa con sangre- pensó Ran, mirando a la mujer con cautela -¿Qué clase de vampiro desperdicia tanta sangre?-

-Ojou~sama- una voz nueva sonó repentinamente entre la oscuridad, de la cual apareció otra mujer.

La nueva mujer tenía cabello plateado corto hasta el cuello, con una trenza a cada lado que llegaba hasta su pecho y moños color verde decorando las puntas de cada una. Vestía un vestido azul oscuro que llegaba hasta sus rodillas, de mangas cortas, y un delantal blanco sobre su vestido. En su cabeza se encontraba una cofia blanca y en sus pies unas zapatillas negras, sus piernas cubiertas por medias del mismo color. El atuendo en su totalidad le daba a la mujer una apariencia de una sirvienta, y por el modo en el que le hablaba al vampiro, Ran suponía que tal vez eso era lo que era.

La vampiresa volteo a ver a la nueva figura, manteniendo el silencio por unos momentos, estudiando a la mujer de cabello plateado, con una emoción que Ran no podía identificar en sus ojos.

-¿Qué sucede Sakuya?- preguntó la vampiresa, regresando su atención a Ran, quien para ese momento había logrado calmar su respiración y el palpitar de su corazón. La sonrisa de la vampiresa se desvaneció, siendo reemplazada por un ceño fruncido al notar lo rápido que la Bijuu se había recuperado.

-Ya localice a la pequeña Ojou~sama- comenzó a explicar la mujer de cabello plateado –Ya la he confinado en el sótano de la mansión- termino la mujer con una pequeña reverencia.

-Oh- dijo la vampiresa, su tono sin mostrar sorpresa o ningún otro tipo de reacción –y dime, ¿encontraste algún problema?-

-Flandre~sama estaba en la compañía de un desconocido- comenzó Sakuya, sin perder un segundo –Pero no me costó trabajo eliminarlo- termino Sakuya con un tono neutro. La vampiresa sonrió, volteando su cabeza para ver a Sakuya directamente a los ojos. La mujer mantuvo contacto visual con Sakuya lo suficiente para que la mujer de cabello plateado se pusiera nerviosa, antes de regresar su atención a Ran, y dejar salir una pequeña risa, el sonido de su voz refinado, dándole un aire de una mujer nacida en la nobleza.

-Entonces dime, ¿Por qué puedo sentir tantas presencias acercándose a la mansión?- preguntó la vampiresa. Levantando una mano, antes de que Sakuya pudiera decir algo, miles de pequeños hilos rojos comenzaron a aparecer frente a ella, yendo en miles de diferentes direcciones.

Los ojos de Ran se abrieron ampliamente al ver estos hilos aparecer de manera repentina -¡Hilo rojo del destino!- exclamó Ran en sus pensamientos, algo preocupada debido a la conexión reciente de uno de estos hilos con su amo Naruto.

Poco a poco hilos comenzaron a desaparecer hasta que solo 6 hilos permanecieron frente a la vampiresa. El primer hilo conectaba directamente con Ran, el segundo conectaba con Sakuya, el tercero desaparecía en el suelo de la habitación, y Ran suponía que llegaba hasta el sótano, donde según Sakuya se encontraba encerrada Flandre. Los tres hilos restantes atravesaban la pared, saliendo de la mansión, y Ran suponía que conectaban con Naruto, Aya y la pelirroja con la que había luchado.

-Dos personas se acercan a la mansión, y Meiling fue derrotada- comentó la vampiresa sin preocupación alguna –Parece que no hiciste tu trabajo, Sakuya- termino de decir con un tono malicioso.

Con una expresión de horror, Sakuya se arrodillo, su frente tocando el suelo, en señal de sumisión. La sonrisa de la vampiresa volvió, y un aura de sadismo la comenzó a rodear.

-Perdone mi error, Remilia~sama- hablo Sakuya desde su posición en el suelo –Aceptare cualquier castigo que usted decida imponerme-

Riendo de nuevo, Remilia, como ahora Ran sabia que se llamaba la vampiresa, se acercó a Sakuya, colocando una mano sobre el hombro de la mujer e indicándole que se pusiera de pie.

-¿Remilia~sama?- preguntó Sakuya confundida.

-No te preocupes, no esperaba que fueras capaz de derrotar a la persona que se acerca- dijo Remilia en forma de explicación. –Necesito que traigas a Meiling, voy a necesitar de ambas para que protejan la mansión- dicho esto, Remilia regreso su atención a Ran, ignorando el momento en el que Sakuya salía de la habitación, después de hacer una pequeña reverencia.

-Pequeña Bijuu, necesito que regreses con tu amo-

Ran parpadeo un par de veces después de escuchar a Remilia, sin poder comprender lo que la vampiresa le había dicho. Remilia rio un poco más al ver la mirada de incomprensión en los ojos de la Kyuubi, pero después de unos momentos la libero de sus amarres, dándole la espalda y saliendo de la habitación.

-Dile a tu amo que lo he estado esperando por muchos años, y que estoy ansiosa por conocer al número 11- sin decir más, Remilia salió de la habitación, dejando a Ran perpleja.

-¿A qué estás jugando, Vampiro?-

Esperando unos momentos para asegurarse que la vampiresa no estuviera cerca, Ran se levantó de la silla a la que había estado amarrada durante su tortura, sin las cuerdas que cancelaban su poder, sus heridas regenerándose con rapidez. Cerrando los ojos y utilizando su sentido de oído y olfato, Ran trato de detectar la presencia de Remilia o Sakuya o incluso la de la pelirroja que la había derrotado, y una vez que se aseguró que no estaban cerca, destruyo la pared detrás d ella, escapando de la mansión.

Con Remilia

Con una pequeña sonrisa en su rostro, Remilia Scarlet, ama de la Mansión del Demonio Escarlata, Koumakan, escucho la explosión del escape de Ran. Sin siquiera detenerse por un momento, Remilia siguió adentrándose a la mansión, caminando con pasos seguros y calmados en dirección del sótano de la mansión.

Levantando una mano, un hilo rojo apareció frente a ella, un lado desaparecía hacia el sótano de la mansión, el otro hacia afuera, y Remilia sabía que este hilo conectaba a su hermana con la presencia más poderosa que podía sentir en su neblina.

-Así que una vez más, has elegido maldecir a alguien, Flan~chan- dijo Remilia en voz alta, su voz perdiéndose entre las sombras de los enormes pasillos de la mansión. –Me pregunto, ¿cómo morirá tu onceava victima?-

Remilia continuo con su camino, riendo. Esta marcaria la onceaba vez que el destino de su hermana era conectado con el de alguien más, y Remilia estaba totalmente convencida que el resultado sería igual, solo faltaba ver como moriría la nueva víctima y ver si Flandre tendría la fortaleza mental de soportar la muerte de otro "amigo".

-…Espero que puedas resistir- dijo Remilia en un murmullo, su rostro libre de la sonrisa que se encontraba hace unos momentos y su tono algo triste, su mirada fija en el hilo que representaba el destino de su hermana.

Con Meiling

-¿Descansando en el trabajo de nuevo?-

Saltando de sorpresa, Meiling se dio la vuelta para ver que detrás de ella se encontraba alguien que, si era honesta consigo misma, veía en muchas de sus pesadillas, Sakuya Izayoi.

-Oh, Sakuya… no, no es lo que parece- dijo Meiling, su tono nervioso y tartamudeando un poco. No era que Sakuya fuera más fuerte que ella, era solo que Sakuya tenía una presencia que ponía nerviosa a la pelirroja, lo que le hacía muy difícil poder pelear con ella, la mujer tenía una ventaja psicológica sobre ella.

-Explícame, entonces, ¿Qué haces acostada en una hamaca, mientras que hay intrusos acercándose a la mansión?- pregunto Sakuya de manera calmada, sus ojos fijos en Meiling, quien en efecto estaba acostada en una hamaca que estaba suspendida entre dos árboles.

Dejando salir una risa nerviosa, Meiling evito mirar a los ojos de Sakuya, su mente trabajando lo más rápido que pudiera para pensar en una respuesta que calmara a la mujer frente a ella.

-Yo, he, estaba… ¿recobrando fuerzas?- al ver un cuchillo aparecer en la mano de Sakuya, Meiling supo que su excusa no había funcionado y se apresuró a dar otra -¿Es una trampa para los intrusos?- dos cuchillos más aparecieron en las manos de Sakuya -¡Estaba durmiendo esperando a que te encargaras tu del problema!- entrando en pánico Meiling dijo lo primero que le vino a la mente, desafortunadamente para ella, lo primero en que pensó fue la verdad.

-¡Ahhhhhhh!- con un grito de dolor, Meiling cayó al suelo, su cuerpo cubierto de cuchillos, afortunadamente la pelirroja sabía que sobreviviría, pero eso no cambiaba lo doloroso que sería remover los cuchillos de su cuerpo.

Sin sentir simpatía alguna, Sakuya se inclinó un poco, y tomando una de las piernas de la pelirroja, comenzó a arrastrarla en dirección a la mansión, asegurándose de estrellarla contra algunos árboles en el camino. Meiling solo comenzó a llorar, no por dolor, sino por el hecho de que ya estaba acostumbrada a este trato a manos de Sakuya.

-Las consecuencias de ser la mejor amiga de una sádica.-

-No soy una sádica- dijo Sakuya –Ni tampoco tu mejor amiga-

-¡¿Qué, ahora también lees mentes?!-

Con Naruto

-¿Qué estamos esperando, amo Naruto?- pregunto Aya. En ese momento se encontraban sentados a la orilla del lago donde Aya y Ran habían encontrado originalmente a Meiling, y el Oni parecía estar esperando algo.

-Estamos esperando a Ran-

-¿Ran?- repitió Aya, perpleja -¿Sabes dónde está Ran, amo Naruto?-

-No- la respuesta vino de inmediato, y Aya solo pudo parpadear, ahora más confundida que nunca. –Pero puedo sentir su presencia dirigiéndose en esta dirección, aunque la neblina interfiere con mis intentos de encontrarla- término de explicar un momento después.

Después de unos minutos más de silencio, Aya estaba a punto de preguntar algo al más al Oni, pero fue interrumpida cuando Ran apareció cerca de ellos. Aya de inmediato noto el estado desaliñado de la ropa de Ran, la cual portaba varias manchas y rasgones, y una vez que se acercó más, Aya pudo oler el olor ligero de sangre proviniendo de las manchas cafés en la ropa de la Bijuu.

-Es bueno tenerte de regreso Ran- Naruto fue el primero en dar la bienvenida a Ran, quien se dejó caer en el suelo, sentándose enseguida del Oni y recargándose en el para descansar un poco.

-¿Estas bien Ran?- preguntó Aya, su preocupación obvia en su voz.

-…Lo estaré en unos momentos- respondió la Kyuubi después de tomar unos cuantos respiros profundos. Antes de que Aya pudiera preguntar a que se refería, Naruto, pudo su mano sobre el pecho de Ran, provocando que la mujer se ruborizara un poco, pero fuera de eso no reaccionó.

-¡No creo que este sea el momento para jugar, amo Naruto!- exclamo Aya al ver esto, ruborizándose un poco también.

-Marca del comienzo: Curación (7)- ignorando a Aya, el Oni activo su técnica, y Aya comprendió lo que el Oni estaba haciendo.

El Oni había usado su habilidad de comienzo para quitar el límite de velocidad de curación natural de la Bijuu, permitiéndole recuperarse de sus heridas d manera casi instantánea, considerando que Ran ya poseía una habilidad de regeneración bastante rápida por su cuenta, pero la técnica también le ayudaba en la velocidad en la que recobraría su energía.

En segundos, Ran se veía totalmente recuperada y el Oni cancelo su técnica, pero dejo su mano sobre el pecho de Ran, confundiendo a la rubia.

-Es nuestro turno de contraatacar- dijo el Oni, trayendo una sonrisa al rostro de Ran y Aya –Marca del Comienzo: Libertad (8)-

Los ojos de Ran se abrieron ampliamente en sorpresa, cuando unos momentos después de que el Oni usara su técnica, Ran pudo sentir el poder completo del Kyuubi a su disposición.

-Oh, parece que podre tener mi venganza sobre esa pelirroja y la vampiresa- dijo Ran con una sonrisa malévola en su rostro. Naruto solo vio a Ran con una sonrisa. El Oni había podido sentir la verdadera extensión del daño que le habían causado a Ran, y mientras que la Bijuu parecía haber estado en buen estado, relativamente hablando, la realidad era que Ran había estado al borde de su habilidad de regeneración, y si hubiera sido herida un poco más habría sucumbido a sus heridas y Naruto no estaba seguro que Ran hubiera sobrevivido, incluso con su ayuda.

Volteando a ver la mansión que se encontraba al otro lado del lago, la mirada del Oni se volvió fría, ahora tenía dos misiones, salvar a Flandre de ese sótano, y castigar a la persona que había herido tanto a Ran. Naruto no permitiría que alguien lastimara a alguien que era importante para el sin afrontar las consecuencias.

-Ya voy, Flan~chan, solo resiste un poco más-

Koumakan

En un pasillo oscuro, solo iluminado por unas cuantas antorchas, dándole una apariencia tétrica, una pequeña niña de cabello rubio se encontraba arrodillada mientras lloraba, el sonido de su llanto resonando por todo el pasillo hasta perderse en la oscuridad.

-¡Naruto~sama!- gritaba Flandre, su timidez olvidada en su tristeza -¡Por favor vuelva por mí, no me deje sola en este lugar!-

Oculta en las sombras del pasillo, Remilia miraba a su hermana romper en llanto, sus ojos mostrando el verdadero dolor que sentía por su hermana, pero su rostro ocultando cualquier emoción.

-Espero que esta sea la persona que te libere… no sé qué tanto más podrás resistir- murmullo Remilia y sin más dio vuelta y salió del sótano, dejando que su hermana llorara en soledad.

-Por favor… resiste- con su mano sobre su pecho sobre su corazón, Remilia salió del sótano sin mirar atrás.

En Fiore, Earthland, días después de la partida de Naruto

Habían pasado alrededor de semana y media desde la partida de Naruto y la vida en el gremio de Fairy Tails había vuelto a la normalidad. Muchos de los magos del gremio habían regresado a sus rutinas normales, aunque había algunos miembros que extrañaban más al Oni, como Erza, Cana, Wakaba, Macao, Makarov y Momiji, quienes eran los que habían tenido más interacción con Naruto. Ellos entendían las razones por las que el Oni había decidido marcharse y sabían que tarde o temprano regresaría, pero eso no los hacia extrañarlo menos.

Aun así, poco a poco Fairy Tails había regresado a la normalidad, antes de la llegada del Oni, aunque ahora con la inclusión de un nuevo miembro en la forma de Momiji, quien era vista por algunos de los miembros, principalmente la generación más joven, como la segunda llegada de Erza, o como Natsu, en un acto de estupidez, la había llamado, Erza nueva y mejorada, ganando la ira de Erza quien le dio una lección en modales… a base de dolor.

Durante este tiempo, Momiji se había integrado fácilmente al gremio, completando misión tras misión sin descanso, dejando a algunos de los miembros preocupados por la salud de la chica, más a los de la generación de Makarov y al mismo maestro.

Pero aún más preocupante que la aparente adicción al trabajo de Momiji, era su negación a socializar con el resto del gremio. Durante su corta instancia Momiji se había mantenido ocupada aceptando misión tras misión y en los tiempos en los que estaba en el gremio, se rehusaba a hablar con cualquiera que se atreviera a acercarse a ella y por lo general Momiji solo aparecía en el gremio para aceptar un trabajo y luego desaparecía.

Durante este tiempo, el gremio también había visto un cambio en Erza, quien parecía estar de mal humor constantemente, y regañando con más agresión de lo usual a los otros miembros por sus errores.

Makarov suponía que el mal humor de Erza estaba relacionado con Momiji, específicamente con el hecho de que la peli blanca tenía en su posesión un objeto de mucho valor para la pelirroja, Origen Escarlata, la espada que había sido forjada por Naruto como regalo para Erza.

Peor aún, era Naruto mismo el que dio la espada a Momiji, con la orden explicita de solo devolver la espada en el caso que Momiji considerara que Erza tenía el poder suficiente para usarla, y era obvio que Momiji no consideraba que Erza fuera digna de la espada creada por su amo.

Pero además de esto, Makarov podía ver que Erza quería acercarse a Momiji y conocer más de ella. El tercer líder de Fairy Tails podía entender, porque, después de todo, esta era la primera vez que Erza conocía a alguien más de la propiedad de Naruto, alguien como ella.

-Me preguntó si fue buena idea que Naruto dejara a estas dos chicas juntas- pensó Makarov, mientras miraba como Erza lanzaba miradas fulminantes a la espalda de Momiji, quien estaba comiendo en la barra del gremio. –Supongo que solo el tiempo dirá-

Momiji dejo salir un suspiro de exasperación. Incluso con la distancia que las separaba, Momiji podía sentir la mirada penetrante de Erza, quien estaba sentada lo más lejos que le fuera posible de la barra, donde ella se encontraba, sin perder de vista a la peliblanca.

-No sé por qué Naruto~sama tiene tanto interés en esa chica-

Terminando con su comida, y pagando a la encargada de la barra, Momiji se levantó, lista para irse del gremio y dejar de lidiar con la molesta mirada de la pelirroja que le interesaba a su amo.

Erza, quien notó que Momiji se disponía a irse, dejo salir un suspiro propio, su ira drenándose con el mismo. Erza sabía que estar enojada con Momiji no le serviría de nada y más aún, que Naruto había puesto esta prueba frente a ella para que creciera más fuerte, pero el simple hecho de que alguien más tuviera en su posesión el preciado regalo de Naruto, le hacía a Erza muy difícil controlar sus emociones.

Mirando a Momiji salir del gremio, una mirada de contemplación cruzo el rostro de Erza. –Me pregunto a donde ira cuando no está en el gremio o en un trabajo-

Con la curiosidad demasiado fuerte para ignorarla, Erza se decidió a seguir a Momiji, para ver a donde iba cuando no estaba en el gremio. Saliendo detrás de Momiji, haciendo todo lo posible para que la peli blanca no la notara, Erza se llevó una sorpresa al ver que Momiji ya había recorrido bastante distancia hacia la ciudad y sin pensarlo corrió tras de ella.

Momiji, quien noto el olor de Erza cerca de ella, se percató casi de inmediato que la pelirroja la estaba siguiendo, pero se decidió a ignorarla, pensando que la molestia se iría si no le ponía atención.

Fueron unos minutos después que Momiji vio su destino, una tienda de mascotas.

-¡Hola, Momiji~san!- saludo alegremente el encargado de la tienda, un señor de alrededor de 30 años de edad, con cabello castaño y de altura promedio, una sonrisa amable en su rostro.

-Saludos, Sanji~san- respondió Momiji, moviéndose de inmediato a la pila de sacos de comida de perro que estaba a los pies de Sanji. -¿Es este mi pedido?-

-Si, 15 sacos de 20 kilos- respondió Sanji cordialmente.

Afuera de la tienda, Erza miraba a Momiji hablar calmadamente con el encargado de la tienda, algo sorprendida de descubrir que Momiji podía ser amable, y confundida. -¿Para qué necesita tanta comida de perro?-

Notando que Momiji había acabado su asunto con el encargado, y que ya había guardado todos los sacos con su magia Exquip, Erza se apresuró a esconderse detrás de unos contenedores de basura, para evitar que Momiji la descubriera.

Saliendo de la tienda, Momiji sacudió la cabeza en decepción, para alguien como ella era muy fácil encontrar el aroma de Erza. –Nada de sigilo en esta chica- ignorando a Erza una vez más, Momiji continuo con su camino.

Por las siguientes horas Erza siguió a Momiji, sin saber que la chica sabia de su acosadora y descubrió que Momiji paseaba por toda la ciudad en busca de perros callejeros para alimentarlos.

Era un descubrimiento que dejaba sintiendo algo mal a Erza. Momiji, a pesar de su mala actitud con los otros miembros del gremio, parecía ser una muy buena persona, juzgando por sus actos y Erza se sentía un poco mal de haber estado enojada con alguien que al parecer tenía tan buen corazón.

-Así que esta es otra persona que pertenece al amo Naruto- pensó Erza mientras veía como Momiji alimentaba a una jauría de perros, todos los perros moviendo la cola y saltando alrededor de Momiji, mostrando su felicidad de estar cerca de la chica.

Dejando salir un suspiro, Erza se dio la vuelta, con la intención de regresar al gremio y con la resolución de esforzarse en entablar una amistad con Momiji, después de todo, sería bueno para los miembros del grupo de Naruto tener una mejor relación.

-Te vas tan pronto-

La voz de Momiji detuvo en seco a Erza. Volteando detrás de ella, Erza comenzó a sudar un poco de nervios al ver a Momiji parada detrás de ella, su mirada fría fija en sus ojos.

-Yo…- Erza no pudo decir nada porque las palabras se rehusaban a salir. ¿Qué se dice cuando eres atrapado espiando a alguien? Erza no tenía la menor idea.

-Espero que estés lista para las consecuencias- dijo Momiji, convocando su habitual espada a su mano y recargándola sobre su hombro. Erza solo parpadeo.

-¡Mira, un gato!- grito Erza señalando detrás de Momiji.

Sin pensar, Momiji volteo, su boca mostrando sus afilados colmillos, solo para parpadear en confusión cuando lo único detrás de ella eran los perros que acababa de alimentar y cuando regreso su atención a Erza, noto que la chica ya no estaba ahí. Con un tic de ira en su ojo, Momiji desvaneció su espada, dejando salir un suspiro mientras daba vuelta para regresar con los perros que estaba alimentando.

-No puedo creer que cayera en ese viejo truco, Momiji~wan,-

Volteando a ver al perro que le acababa de hablar, Momiji tuvo la decencia de sonrojarse de vergüenza. El perro que le hablaba era el líder de esa jauría en particular, un pequeño perro, de no más de medio metro de altura y un poco más de 60 cm de largo, era un perro de especie cruzada, aunque Momiji no sabía cuales especies exactamente, pero sospechaba Dachshund (9) con algún otro.

-¿Quiere que la espiemos, Momiji~wan?- pregunto el perro.

-No- respondió Momiji una vez que se recobró de su vergüenza, realmente había caído en el truco más viejo –Ustedes tienen mejores objetivos, déjenme a la pelirroja a mí-

Con un ladrido de aceptación, el perro regreso a su comida.

Con Erza

De vuelta en el gremio, Erza se encontraba desplomada en una de las mesas, su mano sobre su corazón, tratando de calmarlo.

-No puedo creer que haya caído con eso- dijo Erza para sí misma –Me salvo el truco más viejo del mundo-

Recuperándose un poco, Erza encargo un pastel de fresas a una de las meseras para calmar el susto, el pastel siempre la hacía sentir mejor. Ya más calmada, Erza comenzó a analizar su más reciente encuentro con Momiji. La chica había estado dispuesta a desenvainar su espada contra ella y castigarla –Como si fuera yo castigando a Natsu- pensó con algo de mortificación, si los demás se enteraran de que Erza había huido de Momiji…

-¡No, no podría soportar la vergüenza!- exclamó Erza en su mente.

Pero algo era seguro, el próximo encuentro entre las dos propiedades de Naruto iba a estar lleno de tensión, y tal vez mucha violencia.

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A/N: Fin del capítulo 6

1.- Koumakan = Mansión del Demonio Escarlata

2.- Ojou ~sama = Señorita

3.- Marca del Viento: Torbellino de Cuervos = Técnica que libera un gran tornado alrededor del cuerpo del usuario, actuando como defensa y ofensa al mismo tiempo. El tornado crea navajas de viento que toman la forma de cuervos dentro del tornado que atacan a todo lo que se atrapado por el vórtice.

4.- Marca de Arcoíris: Intenso Puño de Arcoíris = Técnica que concentra la energía del usuario en sus puños para aumentar el daño infligido así como aumentar la velocidad de ataque, el brillo que libera la técnica es causado a que la técnica refleja luz en espectros visibles para confundir, aturdir o distraer al objetivo de la técnica. La técnica requiere que el usuario posea un cuerpo altamente entrenado para resistir el estrés que la técnica pone sobre los músculos para aumentar la fuerza y velocidad.

5.- Marca Resplandeciente: Resplandeciente Palma de Arcoíris = Técnica que concentra la energía del usuario en la palma de la mano, la cual puede ser inyectada en el cuerpo de un oponente al contacto. La energía extraña reacciona con la propia energía de la víctima provocando una explosión interna que causa daño a los órganos internos, así como a los músculos, venas y nervios, dependiendo del lugar de contacto. Esta técnica puede llegar a matar o solo incapacitar dependiendo de la cantidad de energía inyectada y el lugar de contacto.

6.- Secreto del Rey: Destrucción en Tres Etapas = Combo de tres golpes que utiliza la habilidad de Naruto de aumentar su tamaño para ir incrementando el área de daño gradualmente.

7.- Marca del comienzo: Curación = Usando Comienzo, Naruto manipula los límites de capacidad de recuperación del cuerpo, permitiendo un tiempo más corto de curación.

8.- Marca del Comienzo: Libertad = Técnica de liberación del Sello de Ran.

9.- Dachshund = perro salchicha

10.- Wan = onomatopeya de perro en japonés, es el sonido del ladrido del perro, pensé en usarlo con los perros, del mismo modo que se usa mucho la terminación nya con gatos y nekomatas en otras historias.

11.- Si, los perros espías hacen su regreso triunfal.

A/N: Mmm, no estoy seguro si les debo una explicación o no, pero supongo que sería mejor que dijera algo. No me gusta dar excusas por mi tardanza a subir un capitulo, principalmente porque muchas veces es debido a cosas personales, así que solo diré que entre a un nivel superior de estudios y me encuentro en este momento cursando una maestría, esto involucra mucho tiempo, esfuerzo, lectura y concentración que me deja muchas veces sin deseos de ver mi computadora.

Tratare de sacar el siguiente capítulo de esta historia lo más pronto posible, con algo de suerte y por fin llego a la conclusión de esta saga, la cual está creciendo más de lo que espere.

No tengo más que decirles, además de que espero que hayan disfrutado este capítulo y la inclusión de algunas cosas que están sucediendo en Earthland.

Hasta la próxima… con algo de suerte en unas semanas y no unos meses.