Caprichosa eres tú
Por: Estelaluna


Era de mañana en Japón y un joven de cabellos castaños estaba en su cama, cuando siente que alguien coloca una mano sobre su pecho. Éste al mirar quién era ese alguien admira que bajo las sabanas estaba una peliazul dormida. Al verla no pudo evitar sonreír el amaba despertar de esa manera amaba poder ver a esa peliazul a su lado, su aroma, su piel ella para él era perfecta a pesar de tener un carácter muy fuerte.

"Caprichosa eres tú, muchas veces lo sé,
no te importan los demás y quieres todo hacer a tu manera.
¿Por qué te comportas así?"

Siempre ella le reprendía por todas las idioteces que decía, a tal punto de llegar a darle uno que otro golpe en la cabeza.

– ¡Ya Runo no me pegues! – Se quejaba el castaño al sentir el puño de ésta en su cabeza por tercera vez–.

– ¡Entonces deja de comer! – Le gritaba la peliazul–.

– ¡Pero sí este es un Restaurante! – Argumenta en su defensa–.

– Sí, pero lo malo es que tú no pagas... – Dicho eso le quita el plato.

– ¡Qué mala eres Runo! Moriré de hambre y quedará en tu conciencia – para sus amigos y la gente que los conocía era normal que ese par peleara constantemente.

"Y como una ilusión prefieres tu vivir en el pasado que se fue,
la gente empeñada, no lo comprendes y te hacen llorar, angustiada estás.
Con las personas nunca te entiendes pero sola nunca estarás".

Se ve al castaño frente a la dueña de sus jaquecas, ambos con un semblante apagado.

– Runo ¿por qué lo hiciste?.

–Lo que pasa es que quería ayudarte Dan, pero por lo visto solo lo complique –al admitir su fracaso varias lagrimas comienzan a bajar de su rostro. –

– Claro que no, no digas eso – le pide con una sonrisa manchada de tristeza– te juro que te salvaré – trata de tocarla pero era inútil – no permitiré que esos Vexos te lastimen –era una promesa. No quería quebrarse –no frente a ella– debía darle la seguridad de que cumpliría su palabra. – Espera por mí.

"Porque yo estaré ahí ya verás aunque mil tormentas vendrán,
cuando de noche llegues a tu casa y el alma sientas herida".

Pasaba de media noche y en un parque bajo la luz de la luna se divisaba como una joven sumergida en sus pensamientosse columpiaba en silencio.

– ¿Qué haces aquí? – Cuestiona al percatarse de una presencia familiar – pensé que estabas con Jake – su glotón amigo era quien se acercaba con sigilo.

– Así era pero decidí venir a saludar, además eso mismo debería de preguntarte yo – afirma sentándose en el siguiente columpio– ya es muy tarde como para que andes sola en la calle ¿no crees? – comienza a balancearse sin dejar de sonreír– .

– Es sólo que quería pensar – Responde sin dejar de ver el suelo – .

– Runo ¿te sucede algo? – Dan le veía ahora con una mueca de preocupación– sabes que puedes contar conmigo – .

A pesar de no que ambos veían el cielo fijamente Runo pudo sentir a Dan removerse en su lugar incomodo.

– Es que hoy… b-bueno ayer f-fue 14 de Febrero y... – un sonrojo se apoderó de sus mejillas – .

– Y… ¿creíste que me había olvidado de ti? – Una sonrisa se formó en su rostro al comprender todo– .

– ¿No es así? –titubea ante el sereno rostro del moreno.

– Claro que no. Runo ¿por qué crees que vine desde el otro lado del mundo? – De pie frente a ella opta por acuclillarse para estar a su altura– Vine porque hace 3 maravillosos –y problemáticos– años te pedí que fueras mi novia – su sonrisa no podía ensancharse más.

– Creí que lo habías olvidado – remarca lo ya señalado mientras varias lagrimas empiezan a brotar de sus ojos–.

– Yo jamás me olvidaría de ti – Podría olvidar muchas cosas, pero nunca algo relacionado con ella. Claro que eso no lo admitiría tan fácil. Con su pulgar se encarga de limpiar esas lágrimas rebeldes que rodaban por sus mejillas. –

– Dan, te extrañé mucho – le dice saltando del columpio y abrazándolo con la necesidad que se anhela el aire que se respira – No quiero que te vayas de mi lado –.

Estar sin él todo ese tiempo era sin duda de las peores cosas que le atormentaban. Estaba dispuesta a admitirlo –lo quería a su lado– y no pudo evitar seguir llorando –.

– Claro que no Runo– La aprisionó a su cuerpo durante unos segundos hasta que rompió el contacto a pesar de la agradable sensación que le producía tenerla en sus brazos. – Runo quiero preguntarte algo – Ante su mirada de desconcierto se postra de rodillas. –

"Cuenta conmigo amor, porque tú y yo uno solo seremos los dos
y muchas cosas juntos vamos a hacer, el valor va a protegerte,
mientras vivas aquí".

Tantos recuerdos en tan pocos años – buenos, malos y peores– llevaban poco menos que toda una vida y aún así tenían más memorias que un libro de historia. Después de unos minutos de admirar en silencio a su bella esposa, ésta comienza a removerse bajo las sabanas que la protegían de la luz del sol.

– Buenos días, dormilona. – una sonrisa traviesa asomaba en el rostro del moreno.

– ¿A quién le dices dormilona? glotón – pregunta tallándose los ojos cuando siente que Dan le da un beso en la frente seguido de uno pequeño en los labios, al menos hasta que son interrumpidos– .

Unos tosidos improvisados rompe el ambiente dejando ver a un pequeño pelicafé de al menos cinco años de edad.

–Buenos días – el infante portaba una pijama roja y llevaba en su hombro su propio bakugan, éste era Danny Kuso Misaki –peleador igual que sus padres–.

– ¿Eso hacen todos los días? – El curioso bakugan veía al pequeño peleador– .

– Sí… – dicen con cierto bochorno. Como a todo infante las muestras de afecto de ese tipo entre los adultos le parecían algo "asqueroso" por no decir vergonzoso.

–¡api besó a mami! – Chilla una pequeña –de cabellos tan azules como sus ojos– a lado de su hermano mayor. – ¡Api! – Extendió los brazos en señal de que quería que la subieran a la cama con sus padres–.

– Elina – la coloca en su regazo– ¿Qué quiere mi princesa? – como todo padre era inmune a los encantos de su hija, cediendo siempre a los deseos –por no decir caprichos– que su pequeña deseara.

– api quiero un perito – los enormes ojos de la niña le miraban esperanzados.

– Eh… ¿Runo? – Su esposa era la encargada de poner las reglas y hacerlas obedecer, él la apoyaba pero todos sabían que la disciplina en el hogar era llevada por su mujer.

– Tú eres el padre de familia – Responde ésta lavándose las manos del tema. Conocía muy bien a su esposo –y a su hija– como para saber que cuando la pequeña quería algo lo conseguía.

– ¿Api? – Haciendo uso de "la mirada de perrito apaleado" –irresistibles a los ojos de Dan–.

– Mamá sabes que papá va a decir que sí – Danny sabía que Elina era la debilidad de su padre y ésta sabía aprovecharse de ello –.

–No puedo creer que haya vencido a villanos poderosos pero no pueda contra su propia hija – Murmura con cierta gracia la peliazul mayor a su primogénito – .

– Está bien, Elina puedes tener un perrito – Acepta resignado– .

– ¡Sí! ¡Kiki~!.

Ante el llamado de la pequeña un enorme perro entró corriendo a la habitación hasta quedar a un lado de Dan en la cama.

-¿¡Pero qué!? –Grita cuando el perro le cae encima y lo empieza a llenar de baba–.

– El es Kiki – informa Danny a su papá– Lina y yo lo encontramos comiendo basura afuera.

– Da~n –la voz de Runo en tono dulce le dio mala espina– Kiki hizo algo en la sala ¡y yo no lo pienso limpiar!– Fue entonces que Dan comprendió que el que lo haría sería él–.

~Fin


– Hahaha pobre Dan. ¡Hola amigos! Hoy me comprometí a realizar un songfics con cronómetro ¿verdad Masquerade?

– Así es. El tiempo concreto fue de 58 minutos –afirma mostrando el reloj.

– Pensé que sería más tiempo –admito victoriosa– y como fue contra reloj lo más seguro es que no sea ta~n completo, pero era un reto que quería hacer. Simplemente era sábado y estaba sola con mi soledad en casa así que eso (y tres vasos de soda) fue el resultado que obtuve.

– Así es, ahora vete a realizar tú tarea – le veo con ojos de perrito apaleado.

– Aunque me mires así, tienes que hacer tú tarea jovencita.

– ¡Ya no hay respeto! – dramatizo antes de partir a mi habitación.


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Editado 31 de enero de 2018