Llamas de amor Capitulo 5

Los días fueron pasando y el crío seguía todavía por el barco, ahora le había dado por intentar matar a padre, cada día lo intentaba y cada vez fallaba ¿es que no se iba a dar cuenta de que nunca lo lograría? Aunque he de admitir que me lo pasaba bomba viendo como padre lo mandaba a paseo y por eso cada vez que lo veía me reía de él. Eso parecía molestarle al niño que se enfadaba y fruncía el entrecejo cada vez que me veía. Un día vino Jozu a tocarme las narices.

- Anda Marco, se que eres rancio, pero es que con Ace te pasas tres pueblos…

- Que quieres que te diga… me lo paso genial viendo como padre lo apalea.

- Sádico

- Así soy yo.

- No Marcos no lo eres, esa es solo una coraza que te pones, en realidad te interesa el chico ¿cierto?

Me sonrojé al oír sus palabras, no me importaba que me comiera la olla diciendo que me pongo una coraza protectora cuando era mentira pero que soltara tal estupidez si que me tocaba los huevos.

- No se de donde has sacado esa idea.

- Te conozco tío y lo se.

- Cierra la maldita boca.

- Mira, Sacchi ya lo esta rondando otra vez.

Me giré y vi como Sacchi se le acercaba por la espalda, y se le tiraba encima "Ugh… cerdo acosador…" El crío intentaba quitárselo de encima pero no lo conseguía, entonces Sacchi le dio media vuelta y le plantó un beso en los labios. No me di cuenta de lo que hacía pero aporreé la pared con un puño y se escuchó un crujido, entonces avancé en dirección a ellos dispuesto a quitar a Sacchi de encima de Ace. Cuando llegué Sacchi seguía metiéndole la lengua y lo agarré de la camisa de marinero que siempre llevaba levantándolo sin esfuerzo.

- Ehh… Marquit… Marco no nos cortes el rollo.

- Vete – le dije a Ace sin mirarlo. Este me miró y, levantándose antes, se fue corriendo – y tú… ven aquí…

Lo solté y cayó al suelo, le tendí una mano y el me la cogió para levantarse, aprovechando que tenía su mano cogida lo arrastré hacía una habitación del interior del barco y cerré la puerta detrás de mí.

- Mar…Marcos… no sabía que te pondrías así… esta bien… si quieres puedes empezar… - dijo poniéndose rojo.

Me acerqué a él y cerró los ojos, los abrió de golpe cuando notó que mi mano golpeaba la pared, justo al lado de su cara.

- Ni se te ocurra volver a acosar a Ace

Sacchi abrió los ojos como platos.

- Es la primera vez que lo llamas por el nombre… - dijo Sacchi sorprendido.

Era verdad, ni siquiera sabía como me había salido pero decidí no darle importancia.

- ¿Te ha quedado claro? – le pregunté

- Claro cariño, se que estás celoso, pero quiero que sepas que yo también te quiero a ti…

- Eh eh no te…

No me dio tiempo a acabar la frase cuando me había rodeado el cuello con sus brazos y empezaba a babosearme el cuello. En menos que cantaba un fénix estaba tendido en el suelo con varios capones en la cabeza.

- A mi tampoco me toques desgraciado.

Ahí lo deje tirado y salí de la habitación, iba a ir a mi sitio favorito, la cabeza de la ballena de proa cuando me encontré que allí sentado estaba el crío. Me lo quedé mirando, estaba de espaldas a mí y el aire azotaba suavemente sus cabellos azabache y la camisa amarilla que llevaba, supuse que estaba abierta por la manera en como se levantaba y dejaba a la vista su cadera. Me iba a ir cuando un golpe de viento hizo que el niño se girara y entonces me vió. Nos quedemos mirando y me perdí en esos ojos negros como la noche, parecía que estuviera dudando entre hablarme o no, así que decidí ser yo quien iniciara la conversación. Me acerqué hasta él y me senté a su lado.

" ¿Y ahora que digo? " me pregunté "Joder, por una vez que voy a iniciar una conversación y no se que decir"

- Gracias – me dijo el niño. Lo miré

- ¿Porque?

- Siempre me estás ayudando con el asunto Sacchi y… quería darte las gracias

Me quedé en blanco, no estaba acostumbrado a que me agradecieran las cosas y no sabía que responder. "Esta claro que no se mantener una conversación normal"

- ¿En que piensas? – me preguntó

No le respondí, no iba a decirle que me había quitado el sitio y que hablar con él me ponía nervioso.

- Esta bien… - suspiró – ya veo que mantener una conversación contigo es imposible.

- ¿En que piensas tú? – le pregunté.

- En mi hermano – contestó con una sonrisa

- ¿Tienes un hermano?

- Si – su sonrisa era radiante – se llama Luffy y siempre está haciendo trastadas, de pequeño siempre se metía en líos, una vez, le dio por enfrentarse a un cocodrilo y tuve que ir a rescatarle antes de que el cocodrilo se lo tragara…

Me lo quedé mirando mientras hablaba de su hermano, parecía feliz, su cara resplandecía bajo los rayos del sol y sus ojos brillaban. Una corriente de aire le hizo cerrar los ojos y entonces inspiró una gran bocanada de aire para luego expirarla. Entonces me miró otra vez y sonrió. Era la cosa más hermosa que había visto jamás. Mi corazón empezó a latir de manera anormal.

- Eeeooo… ¿Marcos? – me llamó

- ¿Qué?

- Estabas ido.

Le fruncí el entrecejo.

- Bueno da igual – siguió - ¿Y tu que? ¿Tienes hermanos?

- No - el niño se me quedó mirando, creo que quería que yo siguiera hablando – mi única familia es esta tripulación.

- Vaya, lo siento.

- No te compadezcas de mí, lo odio – dije en tono cortante y levantándome.

Ese comentario me había hecho cabrear y me fui de allí aunque él me estuviera llamando.