Los personajes no me pertenecen; la historia es sacada de mi loca cabeza. M por lemmons


Capítulo #1

―¡Isabella Marie Swan! ― un fuerte chillido, un grito el cual se escuchó por toda la habitación. Observaba con deseos asesinos de ahogar con la almohada a la persona la cual dormía plácidamente en aquella cama.

―No grites, por favor― abrió los ojos con pesar y se incorporó en la cama. Sentía que la cabeza le explotaría en cualquier momento, maldita fuese la hora en la cual le hubo hecho caso a Jessica.

―Solamente tomaste unos tragos y ya no puedes con la resaca, que asco ― le dijo riendo.

No le prestó atención, era su culpa que estuviese en aquel estado. ―Vaya noche de graduación― protestó al salir de la cama y buscar una toalla.

―No fue tan malo ― la observaba caminar y llevarse la mano a la cabeza como si esta en cualquier momento estallaría. ―Después de todo, ya eres toda una chica graduada de universidad ― la felicitó.

Bella no dijo nada, guardó silencio escuchando lo que decía Jessica. Era cierto, había estudiado algo corto y rápido, asistente administrativo, sus padres se sentían orgullosos, por lo menos su padre, su madre tenía unos cinco meses de la cual no sabía su paradero, esta andaba recorriendo el mundo con su nuevo y jovial marido. ―No quiero preocuparte pero tu entrevista de trabajo es dentro de media hora― le dijo para llamar su atención al ver como Bella se había quedado demasiado pensativa.

―Te odio ― le dijo enojada yendo al pequeño baño que estaba en la habitación y encerrándose en este.

―Yo también te quiero ― se sentó en la cama a la espera de su amiga. Tenían más de dos años que compartían apartamento, al principio su padre se hubo negado, este vivía en un pueblo a las afueras de la ciudad llamado Fork, mientras que ella vivía en Washington. ―Jacob llamó preguntando de como habías amanecido―

Observó con atención a su amiga luego de salir del baño, Jacob era su mejor amigo, lo conocía desde Fork, desde que su madre la había dejado al cuidado de Charlie.

―No sé cómo le haces ― la vio ponerse ropa con rapidez. ―Lo tienes a tus pies y lo rechaza ―

―Lo hemos hablado antes, Jake es mi mejor amigo ― le recordó.

―He escuchado unos chisme sobre él. Según algunas chicas la tiene grande― esperó que la de ojos cafés reaccionara pero esta no demostró ningún interés, solamente un leve sonrojo cubrió sus mejillas y ésta salió de la habitación.

―¡No me interesa que tan grande tenga Jake sus partes nobles!― le gritó al tomar todo el papeleo del día anterior el cual estaba en la mesa de la sala y salir del apartamento.

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―Bue…nos días, señor Cullen ― saludó sorprendida la chica al ver a la persona que había pasado a su lado, el hijo de su jefe. El hombre no se molestó en corresponder el saludo, solamente la miró sobre los hombros y siguió hasta entrar a la oficina donde lo esperaban.

―¿Lo has sentido no? ― fue la pregunta que escucho al entrar a aquella oficina, había un hombre el cual le daba la espalda, éste miraba por el gran ventanal.

―Desde que llegue a Estados Unidos ― el hombre recién llegado se mostraba tenso, a la espera de algo.

Decidió mirar al recién llegado, Edward Cullen, su hijo por más de dos mil años. ―¿Estás preparado para verla? ― lo vio apretar las manos hasta convertirlas en puños, su rostro estaba desencajado mientras que su mandíbula estaba apretada. ―Confiaba en que estabas mejor que la última vez ― lo miró con decepción, sabía que era pronto para el reencuentro de su hijo y la humana pero confiaba en este y estaba dispuesto a darle una última oportunidad, pero ahora dudaba de que Edward fuera capaz de contenerse.

―Eso fue hace 18 años ― se defendió con expresión seria. Hacía 18 años se había alejado de Estados Unidos, por el bien de su humana, tenía que dejar que esta se realizara y poder reclamarla pero había cometido el que había sido el peor error de toda su existencia, la había mordido a la tierna edad de sus cincos años de vida.

―No quiero errores ― sentencio. Edward lo miró con odio, Carlisle siempre se mostraba imponente y despreocupado, algo que él odiaba. ―No permitiré que mates a otra humana más. Tienes prohibido tomar de su sangre hasta que puedas controlarte ―

El hombre chasqueó la lengua en muestra de desapruebo, Carlisle no le iba a decir cuando si o cuando no podía beber de ella. ―He sentido el olor de unos de esos perros ― dijo lleno de asco.

―Son lobos, y sí, hay una manada en Estados Unidos ― lo corrigió.

―No quiero a ningunos de esos chuchos cerca de ella ― escupió con asco, no permitiría que luego de tanto tiempo separado de ella ahora la tuviese que compartir con un asqueroso lobo. Quiso golpear al hombre que estaba frente a él, gracias al poder leerle sus retorcidos pensamientos. ―Los mato primero ― le aseguró al leer sus pensamientos.

El hombre sonrió. ―Su olor no está mezclado con el de ningún lobo, no tienes porqué preocuparte ―

―No estoy jugando, ella es mía―

Por un momento dudó sobre Edward, este lejos de ver a la humana como su compañera la veía como un recipiente en el cual estaba su alimento favorito, esto sería mucho más delicado de lo que esperaba, Edward estaba a pasos de perder el poco control que tenía y si llegara a pasar habría serios problemas.


Es mi primera historia sobre crepúsculo y esta pareja, estoy probando que tal escribo sobre esta pareja, si tiene buena aceptación continuo con el 2do capítulo, sino pues me retiro con dignidad. Espero que os guste y veremos si desean el siguiente capítulo.