SÓLO
Dejó los papeles de lado. Estaba verdaderamente agotado. Pero tenía que hacerlo. Esa era la historia de su vida. Siempre un TENER QUE y jamás un QUERER HACER. Siempre entregado a un trabajo que no le gustaba en lo más mínimo, y ¿todo para qué? Para complacer a su padre, por supuesto.
Y aún le quedaba la reunión –para ampliar el roce social de la empresa, según su siempre exigente padre- de mañana por la noche. Un sábado más concedido a su trabajo. Un sábado más perdido entre elegantes vestidos, extravagantes personas, y chismes de damas siempre expectantes a su llegada.
Suspiro con cansancio. ¿Qué más daba perder un sábado más en su vida?
Salió de la biblioteca después de apagar la tenue luz que lo había acompañado aquella noche, como muchas otras más…
Sólo. Únicamente libros –y unas marcadas ojeras- eran su compañía diaria.
Así es como se sentía. Desde niño había sido así…
Ahora suspiró con pesar, mientras recuerdos de sus años de infantil inocencia agolpaban su mente.
Que si el primogénito debería enriquecerse al leer libros de ciencias por montones… que si el heredero debía estudiar administración para cumplir con los deseos de su padre… que si el genio de la familia no debería relacionarse con ESE tipo de gente….
Siempre hablando de él, siempre enarbolando con orgullo los logros del "genio de la familia", pero jamás prestando atención a lo que él era. Después de todo, a nadie le importaba sino ese QUIÉN, y lo que hiciera EN BENEFICIO DE LAS EMPRESAS FAMILIARES, y no por ser él mismo.
A veces hubiera deseado ser como su hermanito… simple, sin padres que siempre miren y critiquen lo que haces… sin obligaciones… ser solo un miembro más de la familia Uchiha.
Sí, habría dado la mitad de su vida por no ser quién era… hubiera dado lo que fuera por no ser Itachi Uchiha….
Porque cuando las personas escuchaban su nombre, cuando se oía pronunciar las palabras: "Itachi Uchiha", todos pensaban en no menos que en el gran "genio" que por generaciones se había esperado en la muy distinguida familia, quien se encargaría de dirigir las empresas "Uchiha", hasta hacerlos líderes en el campo de los insumos informáticos y adelantos científicos en su país, Konoha,; sino que había dominado el negocio, habiendo superado a las más reconocidas empresas en los países vecinos: Suna, Iwa, Kumo y Kiri… sí, su nacimiento definitivamente había sido una bendición…
En cada reunión social era lo mismo… las personas vestían elegantes, los magantes iban acompañados siempre de lujosos automóviles y ropa costosa… y las mujeres… siempre que esperando la llegada de este apuesto jovencito quien -con tan sólo 18 años de edad- había sido nombrado por su padre como sucesor en la presidencia de su empresa… -ahora tenía 23 años, pero ciertamente no aparentaba más de 20-; siempre intentando conquistarlo; siempre tratando de llamar su atención…
-"Está guapísimo, más que de costumbre" -decía entre susurros una rubia mujer, a un grupo de chicas que con ella estaban reunidas…-
-"Aún con esas ojeras…. Lo hacen lucir aún más atractivo" -dijo otra de ellas-
-"¿Por qué aún no se habrá casado?"
-"Pues, con que me invite un café me conformaría…"
-"¿Qué mujer no se conformaría con sólo una mirada suya?"- decía una pelirroja, mientras el muchacho sonreía con cansancio mientras se encogía de hombros una vez más durante la noche –para variar-, hastiado por la forma casi lasciva en que le dirigían miradas las presentes…
Y es que a él en lo particular, esas reuniones lo aburrían a sobremanera. Siempre la misma gente, siempre las mismas miradas, siempre solo.
Observó a su pequeño hermano –próximo a cumplir la mayoría de edad-: se veía tan tranquilo, tan calmado, tan… no presionado. Observó sus rasgos, -ciertamente se parecían bastante, a excepción de las ojeras que surcaban el rostro del mayor- cabello negro, ojos negros, en la flor de la juventud… tenía tiempo para estudiar, salir y divertirse –hasta tenía una novia, según había oído comentar a su madre-, sin complicaciones, sin ataduras, siendo sólo… Sasuke…
Y de nuevo, vio su reflejo en una de las tantas copas de champán que se paseaban con los numerosos meseros, cabello negro, ojos negros, sólo una coleta lo diferenciaba de su hermanito… pero a diferencia del menor, él estaba atado, atado por ser el primogénito de los Uchiha, atado por ser Itachi Uchiha…
Decidió salir de allí… se sentía asfixiado… ¡Al diablo la etiqueta! ¡Al diablo la empresa! ¡Al diablo todo el mundo!... Quería simplemente escapar de ese monótono lugar… así que sin perder tiempo… sencillamente… lo hizo…
Bueno... es mi primera histo de ita/saku... espero les guste
Saludos