The Rent Boy.

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Por tresa_cho.

Traducción: Xanath

Beta: Anna_Lylian

Rating: NC-17

Pairing: Charlie Weasley/Draco Malfoy

Resumen: Draco Malfoy pide la ayuda de Charlie en una misión para Dumbledore. Suena bastante fácil, ¿cierto?

N/A: Escrito originalmente para bloodyrose82 para la subasta de ayuda help_haiti

Disclaimer: Harry Potter pertenece a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright, la trama pertenece a tresa_cho, sólo la traducción es mía.


Capítulo 1.

—Necesito un dragón.

Charlie miró al delgaducho punk parado desafiantemente delante de él: —Esto no es un zoológico de mascotas, niño —gruño Charlie—. Aquí hay monstruos.

Los delgados labios del chico se apretaron en un gesto petulante. Su cabello rubio platinado se paraba en todas direcciones, como si se hubiera quedado dormido en su escoba durante el viaje. Cuando Charlie pensó acerca de eso, probablemente lo había hecho. Londres era un gran vuelo hasta Rumanía y el niño lo había sacado de un placentero sueño, lo que significaba que él había volado toda la noche.

—No intento tenerlo como mascota —gruñó el niño.

—¿Y precisamente qué es lo que intentas hacer? —preguntó Charlie bruscamente.

—¿Dumbledore no te contactó? —preguntó el chico. Charlie negó con la cabeza. El rubio se lanzó a una diatriba—. Esto es completamente ridículo. Me ofrezco como voluntario para arriesgar mi cuello para esta lamentable excusa de ejército y el líder ni siquiera puede rebajarse para asegurarse de que obtenga lo que necesito. ¿Es ésta la manera de llevar una resistencia? No lo creo. Es como si él quisiera que su lado cayera en una abrazadora bola de fuego, sangre y gritos.

—¿Dumbledore te envió? —lo interrumpió Charlie, un poco divertido. Las mejillas del niño estaban rosadas cuando resopló.

—Pareces un poco lento. ¿Hay alguien más con quien pueda hablar? —Los labios hicieron una mueca de desprecio.

Oh. Entonces, es así como va a ser: —No. Yo estoy a cargo aquí. ¿Cómo sé que Dumbledore te envió?

El niño rodó los ojos. Eran del más perturbador color gris pizarra: —Tu nombre es Charles Weasley. El segundo de toda una prole. Bill se casó con Fleur, tienes un hermano menor, Ronald, quien durante su segundo año sacó de contrabando un Ridgeback de Hogwarts para que lo cuidaras…

—¿Conoces a Ron? —interrumpió Charlie de nuevo. Los ojos se volvieron hacia él, resplandeciendo de irritación por las constantes interrupciones.

—Desafortunadamente —gruñó el niño. Charlie arqueó una ceja—. Soy un Malfoy —aclaró el chico—. No aprecio ser asociado con tal gentuza.

Charlie no pudo evitarlo. Se echó a reír, justo en la pobre cara del otro. Rió más fuerte cuando las orejas del chico se pusieron rosas: —Lo lamento, lo lamento. Es que lo dijiste tan serio —dijo entrecortadamente entre carcajadas. El rubio se quedó de pie, con los brazos fuertemente apretados sobre su pecho mientras esperaba a que se controlara—. Está bien. —Charlie se irguió, posando una mano sobre su abdomen—. Vamos.

"Malfoy" lo estaba mirando como para matar: —Necesito un dragón —dijo otra vez.

—Estoy bastante seguro de haberte dado a entender que te podías ir al diablo —dijo Charlie.

—Dumbledore me envió —gruñó Malfoy—. Estoy en una misión para Su Alteza Real de los Calcetines Púrpuras.

—¿Para qué posiblemente podrías necesitar un dragón? —se burló Charlie.

—Voy a montarlo —espetó Malfoy.

Charlie se dobló, riéndose tan fuerte que perdió el balance. Se dejó caer de rodillas para que no diera con toda la cara contra el suelo y jadeó para respirar, sus costillas dolían y su despliegue estaba atrayendo la atención de sus compañeros. Estaban saliendo tambaleándose de sus tiendas en varios estados de desnudez.

—¿Qué demonios es esto, Charlie? —se quejó uno, acercándose a ellos—. ¿Quién es el niño?

—No soy un niño. Soy un Malfoy —gruñó.

—Oh, ¿y qué con eso? —replicó en hombre con un pesado acento irlandés—. ¿Y qué es lo que lo hizo venir hasta aquí, Señor Malfoy?

—Estoy aquí para hablar con Weasley —dijo Malfoy bruscamente—. No tengo asuntos con nadie más.

—Oh —exhaló el irlandés, arqueando una ceja—. Una de esas reuniones. Entiendo, entiendo. Bien, chicos… —Se dio media vuelta y dirigió a la masa de mirones de regreso a sus tiendas—. Entonces vamos a dejar que Charlie se divierta, ¿no?

La boca del chico se abrió en estado de shock. Charlie se apiadó de él y puso una mano en la parte posterior de su cuello: —Vamos, antes de que mi jefe te vea —dijo mientras guiaba al traumatizado niño a su tienda.

—Ellos… ¡¿ellos piensan que soy un chico en renta? —gritó finalmente el rubio, una vez que estuvieron en los confines de la tienda del pelirrojo.

Charlie se sentó en su catre y descansó sus codos sobre sus rodillas: —Bueno, vienes aquí vestido de esa manera… ¿qué quieres que piensen?

Malfoy puso sus manos en sus caderas: —¿Qué tiene de malo cómo estoy vestido?

Charlie contempló al rubio con una expresión divertida. Estaba usando algo que parecía que había sido sacado de una tórrida novela romántica. Una camisa blanco puro, vaporosa y con holanes, que se entrelazaban hacia arriba, al amplio y suelto cuello. Las mangas estaban cubiertas por brazaletes de piel que le llegaban hasta los codos. Usaba pantalones de piel, pero lucían demasiado costosos como para ser prácticos, especialmente cuando vio las botas que llevaba. Dejó que sus ojos derivaran de regreso al rostro de Malfoy e hizo una mueca: —¿En serio quieres que te responda eso?

—Discúlpame por querer parecer presentable —espetó—. Por última vez: Necesito un dragón. Si no me ayudas, voy a conseguirlo por mi cuenta.

—Morirás antes de siquiera poner un pie en la propiedad de la reserva —advirtió Charlie—. Tenemos medidas de seguridad en el lugar.

—Entonces debes ayudarme. ¿Qué no todos ustedes le rinden culto a Dumbledore o algo así? —siseó Malfoy.

—Usualmente Dumbledore avisa anticipadamente si necesita mi ayuda —dijo Charlie sin alterar la voz. Malfoy cerró los ojos y se pellizcó el puente de la nariz.

—Seguimos dándole vueltas a lo mismo. ¿Cómo puedo convencerte? —preguntó cansadamente.

—Te puedo dar Suero de la Verdad —ofreció Charlie. Malfoy le lanzó una mirada fulminante.

—¿Realmente piensas que si yo fuera un espía habría estado discutiendo contigo todo este tiempo? —Malfoy se burló—. Te habría puesto bajo la Imperius desde hace mucho, en cuanto demostraste ser demasiado testarudo como para ser de utilidad. Por cierto, estoy siendo amable. Realmente odio hacer las cosas de la manera difícil, y tú estás haciendo esto de la manera difícil. No sé cuánto más pueda soportar mi frágil temperamento.

—Realmente tienes una opinión muy alta de ti mismo —dijo Charlie de manera casual.

—¿Tú no? —refutó Malfoy—. Soy digno de opiniones altas. Las exijo —Charlie se rió entre dientes.

—Está bien. Voy a montarte en un dragón. Pero sólo porque voy a reír directo hasta el próximo siglo viéndote siendo lanzado lejos, detestable idiota —dijo Charlie, poniéndose de pie—. ¿Sabes algo acerca de los dragones?

—Viven en las montañas y no son buenas mascotas —gruñó Malfoy irónicamente—. ¿Crees que voy a montar un dragón sin saber precisamente de cuántas maneras eso puede matarme?

—Aprender de los libros es muy diferente a la aplicación práctica —dijo Charlie. Malfoy suspiró exasperado.

—Está bien, sólo señálame al Galés Verde más cercano y estaré lejos de tu ridículo cabello rojo —dijo cortante.

—Vas a hacer que te maten —señaló Charlie.

—Bueno, entonces vas a tener carne sabrosa para tus Ridgeback —disparó de regreso Malfoy—. Todos salimos ganando. Yo consigo ver a un maldito dragón, y tú obtienes un manjar para alimentarlos. Odio presionarte, pero estoy un poco fuera de horario. —El filo sarcástico podría haber cortado la carne. Charlie se levantó y agarró un par de pantalones.

—No estás siendo simpático conmigo —dijo—. Tienes una horrible manera de pedir favores. —Se deslizó en los pantalones.

—El destino del mundo mágico libre pende de un hilo y tú me criticas por mis modales.

—No seas tan melodramático —se rió Charlie a la ligera. Salió de la tienda y Malfoy lo siguió.

Charlie no podía creer que realmente estuviera siguiéndole el juego. Si él moría, Charlie tendría un infierno que pagar. Pero si en verdad Dumbledore lo había enviado, estaba obligado a ayudar. Había tenido un tiempo difícil creyendo que el viejo director enviaría a un niño para que tratara de montar un dragón. Pero era también el hombre que estaba lanzando a niño contra el mago más oscuro en un siglo. Montar un dragón no estaba fuera de la bolsa de trucos de Dumbledore.

—Voy a necesitar de tu entera cooperación para mi misión. Lo cual incluye, pero no está limitada, a sacar el dragón de la reservación siempre que lo necesite —continuó Malfoy mientras caminaban.

—Si puedes montar un dragón, me convertiré en tu asistente personal —se rió Charlie.

—Excelente. Necesito a alguien que limpie la mierda —dijo Malfoy. Charlie quitó las barreras conforme iban pasando. Unos cuantos cuidadores hicieron una pausa en lo que estaban haciendo para ver al extraño par. Después de unos pasos, habían reunido a una multitud, lo cual dejó más tranquilo a Charlie. Ahora había unos cuantos sanadores entre ellos.

—¿Realmente vas a ponerlo en uno de ellos? —susurró el amigo de Charlie en su oído.

—Por favor. Va a salir corriendo por su mamá en cuanto vea al Galés que tenemos en la cresta del noreste. —Se burló Charlie—. Y si no lo hace, ¿alguna apuesta de qué tan lejos va a aventarlo?

—Estás loco.

—Dice que Dumbledore lo envió —dijo Charlie, encogiéndose de hombros—. Si lo hizo, no quiero decepcionar al viejo. —Revisó dos veces que su varita estuviera en su funda—. De cualquier manera, vamos a tener un gran espectáculo.

—Cuando hables sobre alguien, asegúrate de que esté a tus espaldas en sentido figurado, y no literalmente —les disparó Malfoy, dirigiéndoles a ambos una mirada malvada—. Típico. Ni siquiera puedes insultar a alguien correctamente. ¿Es ése? —Señaló con un dedo hacia el horizonte.

El sol naciente emitió un tono anaranjado sobre la magnífica bestia delante de ellos. Estaba durmiendo, enroscado en sí mismo.

—Ése es un Galés Verde… —comenzó Charlie.

—Ya lo sé. Tal vez sea fácilmente embaucado pero no soy un idiota —espetó Malfoy. Por primera vez desde que apareció, parecía ligeramente nervioso—. Para que esto funcione, necesito que todos ustedes estén en completo silencio. Ni una palabra. Si pueden aguantar la respiración, sería aún mejor. Y no me detengan. Incluso si caigo. —Comenzó a caminar hacia la bestia—. Sólo dejen que la maldita cosa me coma —murmuró mientras se alejaba del alcance del oído.

—Dios mío —exclamó Eric—. Realmente va a hacerlo. ¡Tenemos que detenerlo!

Charlie le agarró el brazo cuando se tambaleó hacia delante: —Si en este momento todos vamos a la carga hacia allá, lo pondremos en mayor peligro. Ten a los medimagos listos. Voy tras él. —Eric comenzó a pasar a empujones a través de la pequeña multitud mientras Charlie salía a trote lento detrás de Malfoy.

Debido a la precaución fue demasiado lento. El niño tenía una cuerda mágica y ya había amarrado las piernas del dragón durmiente. Charlie dio un paso al frente y sujetó con fuerza el brazo de Malfoy, haciéndolo dar media vuelta: —¿Qué demonios crees que estás haciendo? —siseó en voz baja.

Malfoy lo miró furioso: —Retrocede —respondió—. Y no permitas que esta bestia escuche a ninguno de ustedes. Lo digo en serio. Te mataré si haces un ruido.


El título es engañoso, verdad? jajaja, cuando lo leí pensé que Draco iba a ser un chico en renta pero nop, nada más alejado de la verdad.

Espero que la historia les guste y cuente con su apoyo en los comentarios, vamos sé que el rareslash no es muy bienvenido, pero creo que hay que expander el fandom, darle más oportunidades a nuevos pairings, claro que el Drarry es el rey pero eso no quita que haya otras historias muy buenas dignas de ser aplaudidas, les aseguro que esta historia es una de ellas, vamos a ver una nueva cara de Draco, eso es lo que más me gusto de este fic.