Disclaimer: Todo la referente a Harry Potter pertenece a J.K. Rowling y la trama es una adaptación del libro "9 meses después" de Sarah Morgan.


Angie entro por decima vez a su oficina esa mañana, haciendo que Draco soltara un bufido de exasperación.

— ¿Ahora qué? — Le preguntó a su secretaria en tono cansado.

—No está de acuerdo con la pensión que se le ofrece—

—Como no ha estado de acuerdo con ninguna de las otras cosas que le has ofrecido—

—Quizá si le ofreciéramos mas dinero…—

—No le parecerá, ese hombre se rehúsa a jubilarse ¿Dónde se supone que esta mi jefa de recursos humanos?— Se quejó Draco pasándose las manos por el cabello.

—Ya se lo dije, salió corriendo y no le dijo a nadie a donde iba…—

— ¿Y por qué no me avisó? — Comenzó a interrogar nuevamente a su secretaria aun sabiendo que ella no tenía la respuesta.

Angie abrió la boca para contestar pero un grito la interrumpió.

— ¡Papaaa! — Una pequeña niña de ocho años entró corriendo a la oficina y se lanzo a los brazos de su padre, tenía el cabello castaño lacio y los ojos grises.

—Antares te dije que no corrieras… No te avise porque estabas en una junta y no quería molestarte— Le dijo Hermione entrando a la oficina con Alioth -su otra hija- en brazos, ella tenía seis años, su cabello era rubio pero ondulado como el de su madre y para sorpresa de todos había heredado los ojos azules de su abuela paterna.

— ¿Qué ha sucedido? — Preguntó Draco observando que hacía falta uno de sus hijos, abrazó a Antares con un brazo y se levanto para quitarle a Hermione de los brazos a la otra niña —No deberías de cargarla— La regañó dirigiendo su vista al vientre de la castaña que denotaba un embarazo de casi seis meses.

—Estoy embarazada, no enferma terminal— Se quejo para después darle un pequeño beso en los labios, pero sin moverse del lugar en el que estaba parada, pasó los brazos por detrás de su espalda en un gesto nervioso.

— ¿Qué sucede? ¿Dónde esta Scorpius? — Preguntó ante la actitud sospechosa de la su esposa.

—Bueno… hubo un pequeño accidente en casa de Harry…— Comenzó a explicar Hermione, usualmente sus hijos se quedaban en casa de Danielle y Blaize. Pero Danielle había tenido que salir y como Ginny siempre le decía que no pasaba mucho tiempo en su casa desde que había regresado al mundo mágico había decidido dejar a los niños con ella todo el día y después cenar todos juntos, pero no contaba con la rivalidad que había surgido entre Scorpius y James el hijo mayor de Ginny.

Recordar los reclamos de Ginny la hizo acordarse del trabajo que le había costado a Draco el convencerla de regresar al mundo mágico, al principio había temido la reacción de todas las personas que conocían, al final sus miedos habían sido infundados, había bastado con una declaración de su esposo para que todos los dejaran vivir tranquilos.

—Scorpius porque no sales de detrás de tu madre— Pidió Draco interrumpiendo sus pensamientos, aunque más bien sonaba como una orden.

El pequeño asomo la cabeza por detrás de las piernas de su madre, al igual que Antares tenía ocho años ya que eran gemelos, era el vivo retrato de su padre cuando tenía su misma edad, tenía un vendaje al rededor de su cabeza, cualquier cosa que le hubiera pasado estaba cubierta por una venda elástica de color azul que le tapaba la frente y se perdía entre su cabello.

—James y yo peleamos…— Habló el niño resolviendo todas las dudas de su padre.

La expresión en el rostro de Draco que empezaba a denotar un poco de enojo cambio a una de total comprensión —Creí que ya lo habíamos hablado y acordamos que tratarías de llevarte bien con el — Le dijo mientras ponía a las dos niñas que tenía en brazos en el suelo y se agachaba hasta quedar a la altura de su hijo que salió totalmente de detrás de las piernas de su madre.

—Sí pero… el me molesta, no quiero ir esta noche a su casa…—

—Pero es algo importante para tu madre, y tenemos que ir, yo tampoco me llevaba muy bien con el padre de James pero hago un esfuerzo para que tu madre sea feliz ¿Entonces seguirás tratando? Un Malfoy nunca se rinde—

Al escuchar la última frase Scorpius levanto la cabeza y adopto una expresión orgullosa —Lo hare— Aceptó muy seguro de sí.

Hermione que había observado toda la escena en silencio, tenía una gran sonrisa en su rostro, Draco siempre había sido un gran padre, al principio le había costado un poco dejar todos sus miedos, pero cuando Hermione tuvo gemelos no había tenido mucho tiempo para sentir miedo ya que los niños demandaban atención constante.

Un movimiento que provenía de su vientre la hizo salir de sus pensamientos — ¡Se está moviendo! — Anunció emocionada, haciendo que los niños pusieran expresión confundida y que Draco se levantara rápidamente para poner una mano en el vientre de la castaña.

—No puedo esperar más para que nazca…— Dijo con una gran sonrisa al sentir los movimientos del bebe.

— ¿Ya tienes los osos de peluche? — Preguntó Hermione mirando a los gemelos que entretenían a Alioth con el oso de peluche que la niña traía para todos lados, los osos se habían convertido en una especie de tradición en su familia.

Scorpius había decidido que era demasiado grande para los osos de peluche y había pensado en tirarlo aunque al final no había podido hacerlo y ahora el oso descasaba en una caja dentro de su closet, en cambio el oso de Antares descansaba sobre la cama de esta y por las noches dormía abrazada de él.

—Claro que si, los compre desde que me dijiste que estabas embarazada—

— ¿Podemos ir a por un helado? — Preguntó Alioth jalando el borde del vestido de su madre.

Hermione miro a Draco con expresión interrogante.

—Vamos— Aceptó Draco tomando su saco para después abrazar a Hermione y salir caminando detrás de sus hijos que habían salido corriendo emocionados hacia el auto…

Tres meses después la familia Malfoy recibía a un pequeño niño de cabellos castaños y ojos grises al que Hermione se había empecinado en llamar Draco.