Indefinidamente
Sinopsis: —Me han trasladado —dijo— a Tokio. El pelirrojo la miró con entusiasmo. — ¿Por cuánto tiempo? —preguntó. —Indefinidamente.
Disclaimer: ni Bleach ni sus personajes me pertenecen, tan solo los utilizo para mi entretenimiento sin ánimo de lucro.
Advertencias: ninguna.
Capítulos: fanfic abierto y en proceso.
Pareja: Ichigo x Rukia, en próximos capítulos tal vez aparezcan una que otra pareja más.
Indefinidamente
Capítulo 1
— Está lloviendo —dijo Ishida observando las gotitas de lluvia caer a través del cristal de la ventana.
Ichigo volvió su mirada hacia esa misma ventana y observó que estaba en lo cierto.
— Mierda, no he traído paraguas —suspiró.
Hacía ya más de dos meses que Ichigo había comenzado a asistir día sí día también a aquel hospital con el fin de graduarse con éxito en la carrera de medicina.
Contando con veintidós años, Ichigo poseía su propio piso, a las afueras de Tokio, que conseguía pagar a duras penas gracias a una ayuda económica que recibía de su padre todos los meses.
Día tras día Ichigo, debido a la situación en la que se encontraba, debía lidiar con vivos y muertos, ayudándolos y apoyándolos, y aunque disfrutaba haciéndolo, realizar esta tarea cada día comenzaba a resultarle agotadora.
A esto debía añadirle sus funciones como Shinigami, que no habían cambiado en absoluto. En esos momentos debía patrullar la zona de Tokio, protegiendo a los ciudadanos de posibles Hollow, sin ayuda alguna.
— ¿Sabes algo de ellos? —preguntó Ishida escribiendo quien sabe que en sus papeles.
— No —respondió—, no sé nada de la Sociedad de Almas desde hace meses.
— ¿De Rukia tampoco?
Ichigo refunfuñó. No le gustaba hacia donde se encaminaba esa conversación.
— No —dijo secamente.
Tras cuatro horas más de papeleo y pacientes desagradecidos Ichigo se dispuso a abandonar aquel lugar. Corrió bajo la lluvia, empapándose en el proceso, hasta alcanzar las redes de metro. Esperó y esperó hasta que se encontró en la parada correcta.
— ¡Ayuda, por favor! —sollozó lo que parecía ser una pequeña alma perdida en medio de la multitud.
El pelirrojo suspiró frustrado ante los lloros de la niña y se acercó lentamente.
— ¿Puedes verme? —preguntó con lagrimas en sus ojos.
— Sí —le contestó mirando de un lado a otro —, debes cruzar a la Sociedad de Almas.
— ¿Por qué?
— Porque allí estarás segura —continuó buscando en su mochila aquel dichoso aparato que lo separaría de su cuerpo —.Espera aquí un segundo.
El Shinigami se encamino hacia uno de los aseos de la estación de metro, cerrando el pestillo se dispuso a tocar aquel artefacto, notando aquella descarga eléctrica tan característica que emitía su cuerpo cuando se separaba del alma. Tras esto, el pelirrojo avanzó de nuevo hacia la pequeña, realizando el ya tan conocido ritual que enviaría a aquella alma hacia la Sociedad de Almas. Hecho esto, recuperó su cuerpo de nuevo y prosiguió su camino, deseando que no hubiese más interrupciones esa noche.
A las doce menos cuarto de la madrugada Ichigo cruzó, por fin, el umbral de la puerta de su la que ahora era su casa, empapado, cansado y hambriento.
Tiró su mochila al sofá más cercano y se dispuso a encender el calentador para tomar una bien merecida ducha.
Sin embargo algo lo detuvo. Un pequeño ruido, apenas perceptible para cualquier otra persona, pero si para él.
Reflexionó extrañado. La puerta se encontraba cerrada cuando había llegado, no podían haberla forzado. Y la ventana estaba cerrada de par en par.
Ichigo recogió un bate de beisbol, cortesía de Tatsuki, que se encontraba apoyado en una de las esquinas de su habitación y procedió a encender las luces.
Nada, no había nada ni nadie. Respiró tranquilo, y pensó que tal vez serían imaginaciones suyas hasta que algo, desde atrás, tocó su hombro.
Ichigo se volvió sobresaltado con el bate en los brazos listo para asestar el golpe.
— ¡¿Te has vuelto loco? —gritó la ya tan conocida Shinigami de pelo oscuro.
— ¡Rukia! —gritó furioso— ¡¿Estás mal de la cabeza?
— ¡Ya ni se te puede dar una sorpresa!
— ¡¿Qué habría pasado si te hubiese dado con el bate?
Ambos se miraron furiosamente durante unos minutos, pero sin embargo momentos más tarde se encontraban riendo de forma divertida.
— Me alegro de verte enana —dijo Ichigo revolviéndole el pelo.
— Yo también —respondió sonriente— Hacia mucho que no nos veíamos. ¿Cinco meses?
— Seis.
Rukia observó el piso con atención en silencio.
— Me ha costado encontrarlo —prosiguió Rukia—, tu padre es horrible dando indicaciones.
— Lo sé —suspiró.
— Es bonito —continuó la de ojos violetas—, muy masculino.
Ichigo rió ante el comentario de la chica.
— ¿Estás solo de visita? —le preguntó curioso ante la condición de la Shinigami.
Rukia aguardo unos segundos antes de responderle.
— Me han trasladado —dijo— a Tokio.
El pelirrojo la miró con entusiasmo.
— ¿Por cuánto tiempo? —preguntó.
— Indefinidamente —sonrió.
Mi último fanfic Ichiruki recibió bastantes reviews y gusto mucho, así que como soy otra más de las adoradoras de esta pareja me he propuesto hacer un fic largo.
Será, aproximadamente, de ocho o nueve capítulos, no mucho más.
¡Espero que os haya gustado! Y si habeis llegado hasta aquí, por favor, dejenme un review, me encanta responderlos ^_^