Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, sin embargo, parte de la idea si, ya que quería entretenerme un poco.
Musica: The Call - Regina Spektor
Summary: Todo empezó con un sueño, el mejor sueño que pude alguna vez haber tenido, y lo que me trajo a lo que ahora es mi vida, la persona que protegeré con mi vida si es necesario, pero nunca espere que este fuera el final.
Nieve en Verano
Amor De Todas Formas
Edward se despidió de mí con un tierno beso en la frente y salto por la ventana de mi habitación rumbo a su despedida de soltero.
Luego se suspirar casi teatralmente, me senté en mi cama y mire en dirección a la ventana, la cual estaba levemente abierta dejando entrar una minúscula ráfaga de aire que me congelo de inmediato. Me levante y mire por ella para afuera, a mi patio trasero y el árbol que tenia ahí plantado Charlie. Estaba vació.
No tenía que esperar, de seguro no lo vería, por que hace tiempo que había escapado de su casa y yo solo tenía la información de que andaba por Canadá gracias al pequeño no tan pequeño Seth.
Volví a suspirar.
A quien yo esperaba era a Jacob Black. Un hombre lobo desaparecido.
Mire mi cama desde la posición de la ventana. Era tentadora la vista, tenía mucho sueño, así que no esperaría por algo que jamás vendría por mí de nuevo, un amigo que perdí por que quería estar junto al amor de mi vida. Me acosté y me tape totalmente con las sabanas, hasta la cabeza, y me quede ahí, en el calor y la oscuridad, acordándome de Jacob y en la gran boda que tendría mañana. Por que mañana me casaría con Edward Cullen.
Al poco rato los parpados me pesaban kilos y el sueño me arraso con fuerza a la oscuridad de mi sueño. Un sueño que no tardo en empezar.
Un sueño, en donde Jacob hacia una presentación maravillosa.
Abrí los ojos, aun en medio de la fría y oscura noche que era bañada por la luz resplandeciente de la luna llena. La oscuridad segaba a mi vista humana un poco, pero mis pupilas poco a poco de ibas acostumbrando a la escacedad de luz en mi habitación. Mire, cuando pude ver un poco mejor y vi una gran sombra en frente mío… no estaba sola, y no le tenia miedo a la sombra en frente mío. En ese lugar, frente de mi, no estaba nada meno que al hombre que había estado esperando antes de quedarme dormida y que ahora aparecía en mis sueños, como si no fuera bastante ya la tortura.
Me senté de golpe en la cama extasiada de pura felicidad que me llenaba el pecho. Mi corazón bombeaba fuertemente sangre por mis venas, lo podía sentir. Este era el mejor sueño que alguna vez haya tenido en la vida, debía admitirlo. Me levante de la cama, y camine lentamente a mi encuentro con el sueño perfecto. Pude ver sus ojos negros mirándome desde su posición, de la cual no había abandonado. Y lo abrasé, por que mi corazón y todo mi ser le extrañaba mucho, algo más que un amigo, eso era lo que sentía por él.
Me separe de él, toda sonrojada y con una sonrisa de oreja a oreja igual que la suya, mi sonrisa. La felicidad me estaba segando, por que él era todo lo que ocupaba mi mente en esos momentos.
—Es sorprendente que aun ese sanguijuela no te haya podido convertir en vampiro —soltó como si no se lo hubiera podido contener desde hace mucho tiempo. Bien, sinceramente no me esperaba eso, pero si que había metido la pata. Jacob respiro aire como si no hubiera podido tomar aire en un largo tiempo. — .No me mires así, sabes que no me gusta para nada esto, y, si por mi dependiera, no dejaría que te cases.
—Pues tendrás que acostumbrarte a eso, por que si quieres seguir a mi lado, tendrás que aceptarme tal cual como soy, ahora y después —se que fui dura, pero quería hacerle entrar en razón de que Edward ahora era mi mundo y nada cambiaria eso. Vi como Jacob, aun a través de la oscuridad, como miraba el suelo sintiéndose apenado — Pero quieras o no seguirás siendo mi mejor amigo —agregué.
Jacob no sonrió, supe en ese instante que le había hecho daño de nuevo. Tome su cara entre mis manos y le hice mirarme a los ojos. Jacob no opuso resistencia a mi toque. Este era un sueño, por lo que podía hacer todo lo que quería junto a él.
—Lo, siento, pero sabes que le amo… —mi sonrojo seguía presente en mis mejillas, pero se volvió mas notorio de lo que ya se veía a simple vista. —, y también te amo, solo que no es lo mismo.
Jacob sonrió ligeramente dejando ver una fila de dientes blancos.
Tomo mi cara entre sus colosales manos y me mantuvo quiera la cara, me acerque más a sus labios. El calor que desprendía su cuerpo era fascinante y único, era su calor personal, al igual que su olor a bosque que en esos momentos era el mejor. Nunca olí nada que me embriagara como el vino más. Y nos besamos, besos feroces, rápidos, besos llenos de hambre. Sus manos se dirigieron a mi cintura mientras las mías se dirigieron directamente a su escultural pecho y lo acaricie lentamente, Jacob se estremeció ante mi tacto, dándome a entender que lo tenia bajo mi control, que yo provocaría cosas en él que jamás nadie le ha provocado.
—Jacob… —mi voz sonó sensual, hasta yo me impresione de lo excitada que estaba cuando sus calientes besos bajaron lentamente a mi cuello, saboreando lo que le exponía de mi piel. Sus manos se dirigieron al primero botón de mi pijama pero no lo desbrocho, si no que sus manos se mantuvieron quietas, inseguras sobre la tela que nos separaba kilómetros y nada a la vez.
Sabía que íbamos demasiado rápido, que Jacob recién había llegado y que apenas habíamos intercambiado un par de palabras entre nosotros dos, que le había dicho que amaba a Edward con toda mi alma, y era todo verdad, pero esto era un sueño y nada importaba, por que, al despertar, todo volvería a ser normal, Jacob no estaría ni me habría hecho el amor, y yo con Edward nos casaríamos para luego irnos a nuestra hermosa luna de miel, la cual no tenia ni idea de donde seria. Pero, aun así, al despertar, juraba que el recuerdo del sueño me destruiría, por que, aun que una parte de mi lo quisiera negar, amaba a Jacob.
—Tenemos que detenernos —susurro Jacob en mi oído mientras sus manos aun no tomaban la decisión de si moverse o no sobre el botón. Beso levemente mis labios antes de separarse un poco de mí, para alejarse.
No lo deje, no se alejaría de mi, menos en un sueño que podría ser lo más maravilloso que me pudiera pasar en el mundo.
—No te iras, no mientras yo quiera que me hagas el amor —bese su cuello, su piel ardiente también era suave en cierta forma, el olor a bosque de su piel era exquisito, único. Tome su negro pelo entre mis manos, y atraje sus labios a los míos con brusquedad. Lo bese con pasión y amor.
Nuestras narices chocaron, y nuestras bocas también, nuestras lenguas creaban un baile que no quería terminar fácilmente y poco a poco las temperaturas de nuestros cuerpos subía, pero más la de Jacob, su piel ardía entre mis manos, y puede que para él la mía sea fría. Jacob inclino un poco su rostro para que podamos respirar mejor mientras el beso seguía sin interrupciones. Con brutalidad agarre con fuerza su pelo y apegué lo más que podía su boca a la mía. Despegando así, aun poco mi cabeza de la almohada.
Jacob aun no desabrochaba el primer botón de mi pijama. Tome sus manos y le ayude, por que quería darle confianza… lo que no me resulto por que, Jacob, al sentir lo que mis manos trataban de hacer, se separo como si le hubiera tirado un bote de agua congelada. Se levanto de la cama, pude ver en su rostro como me deseaba, pero también pude ver indecisión. Me levante de la cama, quedando frente a Jake que no se movía de su posición. Me mordí el labio, no creo que hasta en mis sueños pueda cometer tales errores. Que hasta en mis sueños sea tan torpe como siempre.
—¿Qué pasa, Jacob? ¿Por qué no quieres? —le pregunté mirándolo directamente a sus ojos. Jacob no respondió de inmediato, pude ver que estaba algo preocupado. — ¿Qué es lo que te preocupa?
Eso pareció la daga en el corazón. Deje de mirarlo a los ojos por lo penosa de la situación en la que estábamos.
—… Bella, mírame… —me pido con voz suplicante.
No le hice caso, para que, si ya todo estaba detenido y hecho, si la pasión entre nosotros se había esfumado tan rápido como había aparecido. Lágrimas silenciosas cayeron por mis mejillas pálidas como la nieve. No quería que me viera llorar, así que le di la espalda lentamente aguantando el punzante dolor que estaba en mi pecho. Ahora mis ojos estaban más acostumbrados a la oscuridad. Me abrasé buscando consuelo ¿Por qué tenia que doler tanto? ¿Por qué simplemente no le podía dejar ir? ¿Por qué tenia que amar a dos personas a la vez?
—No llores, Bella, no tienes por que llorar —me dijo Jacob, su aliento me choco en el cuello, me estremecí por el calor. Jacob me tomo por los hombros y me dio vuelta, luego con una sola mano me tomo del mentón y me hizo mirarle —No ahí por que llorar.
Me seco las lágrimas que caían silenciosas y rápidas por mis mejillas con su pulgar. Trate de sonreírle, pero en cambio me salio una mueca media rara, debo admitir. Jacob se río, una risa pequeña, como si temiera despertar a alguien. Tal vez Charlie también esta en mis sueños y estaba justo en la pieza del lado. Mi llanto paro milagrosamente, cuando vi la calidez en sus ojos negros.
—Lo siento… no quería llorar… —le expliqué.
—He vuelto a romper mi promesa… debería ser yo el que tiene que disculparse.
No alcancé a hablar, por que sus labios estaban de nuevo sobre los míos. No me hice esperar más, pase mis manos por sus grandes y anchos hombros, esos hombros que me deleitaban. Y le devolví el beso fogosamente. Apreté sus hombros y escuche como un gruñido animal salio de su garganta.
Sus manos nuevamente se dirigieron al primer botón de mi pijama, sus manos temblaban levemente, lo podía sentir inseguro.
—¿Has hecho esto antes? —le pregunte aun pegada a sus labios ardientes. Jacob me tomo por los hombros y me separo lentamente de su cuerpo. Lo mire deseosa al igual que é a mí.
—No —respondió volviendo a besar mi cuello con vehemencia. Sus brazos me estrujaron y estrecharon contra su cuerpo. Su aliento seguía mareándome, lo sentía por todas parte, tocando cada parte, aun que sea pequeña, de mi anatomía —, lo siento, pero no tengo nada de experiencia con esto, es nuevo para mi. Y me alegra saber que tú serás la primera mujer que he llegado a tocar.
—Tú también serás el primero —Me sincere.
Jacob me miro por un momento, pude ver la felicidad en sus ojos. Ataco mis labios, los suyos se movían con rapidez sobre los míos. Sus manos desabrocharon el primer botón de mi pijama con un poco de dificultes. Suspire contra sus labios, feliz, extasiada, sintiendo como mi corazón latía como loco en mi pecho. Jacob bajo sus manos al segundo botón de los seis que completaban la parte superior de mi pijama. Mis manos bajaron un poco y llegaron a su espalda donde estaban aun más notorios sus músculos, eran tan duros, y, a la vez tan suaves, podía sentirlos moverse bajo el tacto de mi mano.
—Arráncala… —fue lo único que logre decir, por que sus labios seguían ocupando los míos con desesperación.
Jacob no lo dudo dos veces, me hizo caso de inmediato y rompió mi pijama, en verdad no me importaba esa tela, solo disfrutar de mi sueño perfecto, por que no se soñaba dos veces el mismo sueño. Sus manos se posaron en mi piel fría y expuesta, temblé ante la diferencia de temperaturas. Jacob beso mi hombro lentamente, pasando sus labios poco a poco, y creo que trataba de controlarse, por que, a medida que mis gemidos seguían él se desesperaba más y movía más rápido sus labios sobre mi cuerpo.
—Jacob... Jake…—su nombre era repetido por mis labios automáticamente, sus labios se desplazaban pasionalmente por un poco más debajo de mis senos, casi llegando a mi ombligo, yo quería que bajara un poco más, quería que me despojara de mi ropa, de la tela delgada que me separaba tanto de su calidez. —Jacob… más… más abajo. —supliqué alterándome cada vez más con su suave toque.
Jacob hizo caso a mis ordenes, dejo besos desesperantes, llenos de sed en mi vientre, con sus manos en la parte baja de mi espalda, acariciándome con rapidez. Luego paso, igual de rápido, sus manos por mi vientre, acariciándome con devoción mientras sus besos me encendían cada vez más. Sin que me diera cuenta, solo por que sentí el frío en mis piernas, me saco de mis pantalones de pijama, así solo quedando en la ropa interior. Suspiré. Sus besos llenos de amor me hacían suspirar. Cerré los ojos y me deje llevar por la sensación de su piel sobre la mía, lo bien que se veía una piel cobriza y una piel pálida juntas, una combinación perfecta. Y, así, sin ver, solo sentí calor y más calor, calor recorriéndome, calor abrasador que me consumía y que poco a poco negaba que el frío me golpeara.
Abrí mis ojos nuevamente.
Jacob volvió a sus besos, la luz de la luna que entraba por mi pieza se reflectaba en su piel dándole un hermoso color a cobre. Beso mi piel arriba de mis senos, pero tan cerca de ellos a la vez. Gemí de placer. Sus manos poco ágiles tratando de desabrochar mi brazier, fallando un par de veces antes de poder desabrocharlo por completo. Separo sus labios de mi cuerpo, quise reclamar pero me quede callada al ver como su mirada cada vez era más impaciente y más deseosa de mí cuerpo. Me mordí el labio, su mirada era penetrante me estremecía el corazón como nunca nadie antes pudo haberlo hecho, ni siquiera Edward. Tomo las tiras de mi brazier y lo saco lentamente, mirando ahora a mi piel, lo fue sacando hasta que por fin esa parte de mi ropa termino en el suelo.
—…Eres…—trago audiblemente —… hermosa… —sus ojos no quería despegarse de mi cuerpo. Me miraba como si fuera lo más hermoso en el mundo que alguna vez haya podido ver. Me sonroje, tanta atención y aun más si estaba casi desnuda.
Su respiración era agitada, descontrolada. En sus ojos negros estaba encendida la llama de la pasión, una pasión que también estaba en mis ojos, pero no creo que algún día pueda contra la que vi en los suyos. Jamás. Volvió a besar mis labios hinchados y creo que rojos por tanto beso. Su lengua exploro mi boca de derecha a izquierda, pase mis brazos por su fuerte cuello apretándolo lo más que se podía, el mismo gesto desde hace unos minutos atrás. Casi se me sale un gemido, pero sus labios lo contuvieron.
—Te amo… —me confeso Jacob, lo cual era algo que ya sabia pero aun así me alegraba escuchar. Dejo mis labios abandonados por un momento para ir a besar el lóbulo de mi oreja. En cuanto lo hizo, mi espalda se arqueo involuntariamente apegando mi cuerpo casi desnudo a el suyo ardiendo de pasión —, no sabes cuanto.
Mis brazos pasaron de su cuello a su espalda nuevamente. No sabia como acariciarle, no tenia experiencia en esto y él tampoco, pero aún así Jacob parecía más experto que yo, con sus manos sabiendo que lugar tocarme para hacerme estremecer, como hacer que mi corazón estuviera a punto de explotar en mi pecho.
Agradecí por lo bajo al sueño que en estos momentos creaba mi mente por si sola.
Se sentó en la cama, atrayéndome a su regazo. Otro gemido escapo me mi boca automáticamente al sentir su erección apretándose contra mi intimidad a través de la escapaba ropa que traíamos ambos en cima. Presione mi cuerpo más contra el suyo, si es que eso era posible, ya que estar más pegados de lo que ya estábamos era como tratar de dejar de amar a alguien de un día para otro sin justificaciones. Suspiré, y lo hice muchas veces más mientras Jacob Black besaba mi cuello, tratando de devorarme con su boca caliente. Totalmente como un hombre lobo.
—Estas tan caliente —le dije.
Eso pareció encenderlo más de lo que ya estaba. Empezó a masajear uno de mis senos con su boca, a morder mis pezones mientras yo acariciaba su cabeza y hacia que me devorara entera, por que quería sentir su lengua recorriéndome por todas partes, en cada esquina. Nunca antes me sentí de esta forma, tan deseada, tan amada, por que Edward nunca quiso hacer el amor conmigo, y, como me lo hacia Jacob ahora, era la sensación que recorría mi cuerpo como adrenalina.
—…Ah… —gemí violentamente cuando empuje mis caderas para abajo haciendo fricción con la suya.
—¡Oh mierda!
Jacob no se hizo esperar, arranco mis bragas de un solo tirón dejándome ahora completamente desnuda y expuesta ante su mirada anhelante de mi cuerpo. Yo lo mire, igual deseosa de saborear su piel cobriza iluminada por la luna que entraba por la ventana de mi pieza. Ambos estábamos impacientes por tener y poseer el cuerpo del otro, de darle más placer al otro. Yo, en este sueño, quería darle todo como no le di en la vida real. Me separe un poco de su calor, enfriándome con el viento que entraba por la ventana. Pase mis manos por sus pectorales firmes.
—Te amo Jacob… —le confesé a pesar de que él ya sabia esa valiosa información — hazme el amor. Quiero que me ames, que me toques y sepas como me haces sentir cada vez que me miras. —sus ojos negros brillaban bajo la luz de luna llena.
Jacob sonrió altaneramente, lo que me causo gracia y también me reí.
—Es una promesa… —volvió a besarme en los labios, esta vez acostándose en la cama conmigo sobre él. Mis manos pasaron a su pectorales nuevamente acariciándole de arriba para abajo sin pudor. Apreté mis caderas contra las de él, queriendo sentirle desesperado por mi cuerpo.
Lo único que ahora nos separaba era sus vaqueros, por que yo sabía que no llevaría ropa debajo de eso, por eso de ser hombre lobo y de que no le gustaba andar trayendo mucha ropa encima. Mis manos bajaron lentamente, hasta toparse con sus vaqueros, con manos temblorosas lo desabroche y le baje la cremallera… pero no pude avanzar más, el nerviosismo me lo impedía. Las manos seguían temblándome, pero ahora el temblor era más notable y Jacob se dio cuenta.
Se separo un centímetro de mis labios.
—Si quieres, podemos parar… —trato de ser amable conmigo, pero lo que no sabía que es que si quería ser amable conmigo tendría que estar haciéndome el amor en este mismo momento. —… no quiero que te sientas obligada…
Roseé mis labios contra los suyos.
—Solo hazme el amor… ahora… te necesito —hable con mi voz entrecortada por el poco aire que había recibido hasta ahora.
Ahora si aventuré mis manos, baje sus vaqueros y cuando no pude más termine el trabajo que no terminaron mis manos con mis piernas, lo que fue un poco más difícil, pero ahora estábamos a la par, los dos desnudos, con nuestros sexos rozándose y ambos queriendo acabar la sed del otro, la sed de nuestros cuerpos. Su erección se encontraba justo bajo mi intimidad, podía sentir el calor, y quería sentir ese calor dentro de mí invadiéndome, aun que no sea real, por que nada de lo que pasaba en estos momentos era real.
Sentí una punzada de dolor en el pecho.
Y, así, yo sobre él, empecé a bajar mis caderas al encuentro del cuerpo de Jacob lentamente, nuestros cuerpos se encontraron, su calor entro lentamente en mi, yo dejaba que su miembro entrara y me invadiera, que me entregara su calor del cual estaba necesitada. Gemí de dolor, podía sentirlo en mi barrera, este era un dolor bueno y malo. Estaba sorprendida, no pensé que en un sueño sea posible el dolor físico, pero esto demostraba que si era posible. Me detuve un momento, aun sin dejar que se llevara mi virginidad. El calor dentro de mi era sofocante, pero lo anhelaba. Y me senté en él, lentamente, el dolor fue grande, pero era un dolor que me merecía, por el daño que le había hecho todo este tiempo. Me quede sentada sobre sus caderas, quieta, ambos nos mirábamos a los ojos.
Jacob me tomo de las caderas y, sin que yo me diera cuenta hasta que sentí su calor en todo mi cuerpo, estaba debajo de él. El dolor seguía presente, abrí un poco mis piernas para que no doliera tanto, y funciono… pero aún así seguía pensando que era muy grande y yo muy pequeña, sin embargo era una combinación perfecta.
Para aliviar un poco la tensión mientras esperaba que el dolor pasara, preferí hablar de algo.
—Jacob, dime ¿Qué no es grande en ti? —pregunté mirándole a los ojos.
Él se río ante mí pregunta indirecta. Sus manos, en mis caderas, acariciaban mi nívea piel suave.
—Nada, Bells, por si te has dado cuenta, estoy alcanzando los dos metros de altura —hablo aun sonriendo abiertamente. Esa era la sonrisa que yo estaba esperando, la sonrisa que quería ver, mi sonrisa. Me reí junto con él. — Oye, tienes que dejar al pobre Seth, a veces cuando no consigue lo que quiere se vuelve un poco insoportable.
Me sonroje como un tomate.
—Solo quería saber sobre ti, Charlie no ha parado de buscarte como loco, ha pegado carteles por todo Forks.
Aún seguía siendo incomoda su presencia dentro mío, por lo que puse mis pies sobre la cama, así poniéndome más cómoda. Su calor se estaba haciendo transpirar, podía sentir pequeñas gotas de agua salada corriéndome por la frente, y nuestras respiraciones ya eran algo más controladas, aun que un solo movimiento de él hacia que mi corazón revoloteara en mi pecho alocadamente. El dolor ya no existía, solo es placer que su cuerpo dentro del mío provocaba.
—Estoy lista… —le informe. Mis manos acariciando sus pectorales pasaron a su cuello y atraje con hambre su boca a la mía, necesitaba que me devorara entera.
Jacob movió sus caderas ligeramente, saliendo de mí, dejándome vacía.
—Por… favor —rogué.
Y así lo hizo, entro en mí de golpe llenándome de sentimientos, haciéndome sentir de una forma que me llegaba a confundir. Jacob empezó lentamente, se movía con pasión, con amor, y le podía sentir concentrado en mi cuerpo, saber como me sentía yo, eso ni yo lo sabia, por que en mi corazón se arremolinaban los sentimientos más fuerte que alguna vez haya sentido. Mi corazón no soportaba tanto, se aceleraba y desaceleraba en mi pecho, pidiendo más y a la vez queriendo que me llene de su amor, lo que Jacob cumplía sin problemas embistiéndome delicadamente, cada vez más rápido y más seguro de si, al igual que yo.
—Jacob… —suspiré entre sus brazos. Solo una vez en mi vida me imagine de esta forma, pero era un recuerdo lejano, un recuerdo que me vino a la mente una noche, cuando aún Edward no había vuelto, me imagine una vida al lado de Jacob, como seria estar en sus brazos y suspirar su nombre. Y eso era exactamente lo que ahora pasaba en mi sueño perfecto —… Jacob…. Jacob…
—¡Oh Bella!... amor… te amo… —decía Jake sin parar en mi oído mientras sus embestidas seguían aumentando de velocidad. Ambos gemíamos por lo bajo, sin subir mucho el volumen de nuestras voces, susurrando nuestros nombres con amor. —… Bella…
—Ah… —ahora sus embestidas eran sobrenaturales, algo que ningún humano podía alcanzar, y las emociones atrapadas en mi pecho aumentaron voluminosamente. Enredé mis piernas alrededor de sus caderas ayudándole con la penetración. —… Ah… Jacob… Ah… —el sudor en mi cuerpo era mayor podía sentir como alguna gota que otra recorría mi cuerpo y lo hacia brillar al igual que el de Jacob bajo la luz de la luna que se filtraba en mi pieza.
Nuestra respiración era entrecortada y era una de las pocas cosas que podía escuchar en la habitación, por que el otro sonido era el de nuestros corazones alocados y el choque de nuestros cuerpos al unirse completamente. Tome su pelo entre mis manos e hice que nos besáramos nuevamente, nuestras lenguas lucharon fervientemente en el encuentro. Mis gemidos fueron acallados al igual que los suyos mientras nos degustábamos en el amor. Tire de su cabello, sabia que no le dolería, era tan fuerte que le haría cosquillas mi apretón.
Jacob separo nuevamente sus labios de los míos, yo quería más, quería más de su boca y lengua, pero tenía que conformarme con eso. Era como si le fuera difícil algo, pero no sabia que, simplemente lo supe por que le vi plenamente concentrado.
—Te amo… —gemí entre embestidas. Sus manos ya no estaban simplemente en mis caderas, si no que mimaban todo mi cuerpo, llenándolo de caricias y amor. —Jacob… no… te vuelvas… ha… alejar de mi —le necesitaba a mi lado, aun que sea en sueño, deseaba soñar todas las noches con él y no como ahora, este sueño solo seria una vez, pero en los otros sueños podía pasar a su lado, como amigos.
El orgasmo me invadió, era una sensación hermosa que nunca antes había experimentado, era como tocar las estrellas con las manos, viajar lejos y volver en un mismo instante, era una sensación increíble que hizo que mi corazón explotara, mi cuerpo entero tembló con el orgasmo, y Jacob ahogo un grito en la almohada bajo mi cabeza, yo no tenía donde ahogar mi grito, y estaba a punto de gritar, pero Jacob me tapo la boca suavemente con su mano mientras seguía moviéndose lentamente dentro de mi, pausadamente, sin detenerse por mucho, aun disfrutando de estar dentro mío, gimiendo de amor y así hasta que los dos dejamos de movernos gracias al cansancio.
Jacob no dio la vuelta, de forma que quede arriba suyo. Y él aun dentro mío, esto si que no se podía poner mejor. Crucé mis brazos sobre su pecho y apoye mi cara, él, en cambio dejo apoyada su cabeza sobre mi almohada y me miraba con sus ojos negros. Nos sonreímos mutuamente al mismo tiempo.
—Ha sido increíble —le informe con una sonrisa de oreja a oreja.
Jacob también sonreía, aun que no tanto como lo hacía yo. La luz de la luna me dejaba ver que en sus ojos aún existía un deje de tristeza. Eso hizo que mi sonrisa disminuyera cambiándola por una expresión de preocupación.
—Lo siento —me disculpé —no me gusta verte así —, y menos en mis sueños ya que en la realidad te he hecho el daño suficiente pensé, no podía decirlo en voz, alta, por que, aún así sonaría ridículo.
Jacob hizo algo similar a una mueca.
—Solo se encuentra una solución para que tú y yo deje de pasarnos esto —Subí mis manos a su cara y le acaricie la mejilla caliente. —… puede que encuentres tú imprimación, eso seria magnifico para nosotros.
Un gruñido de animal salio de su pecho.
—No, la imprimación solo ocurre una vez en la vida. Ya estoy imprimado —informó.
—¿A sí? —apoye mi oreja en su pecho, sintiendo celos de la chica que se había llevado su corazón lejos de mí. — ¿Cómo se llama?
Hubo un largo silencio, en el que me pregunte si había hecho bien en hacer la última pregunta, por que, por como se tensó Jacob deduje que no era nada bueno.
No lo quise mirar, por que sabía que él me miraba a mi desde donde estaba.
Y, la respuesta me vino de golpe a la mente, el por que me sentía tan rara, por que vino a esta casa, aun que sea solamente en un sueño, por que era lo que yo esperaba en la vida real cuando no tenía a Edward, que era lo que Jacob me digiera para yo poder estar junto a él sin temores, sin querer que una chica bonita viniera y se lo llevara lejos de mi con solo una mirada a los ojos. Por que Jacob no me quería decir la respuesta a esa pregunta que formule.
Fue mi turno de tensarme.
—Esa chica… soy yo —No era una pregunta.
—Sí.
No supe como sentirme en esos momentos, si levantarme y salir corriendo o ponerme a gritar de alegría, por que eso era lo que sentía mi corazón, una alegría infinita y de seguro contagiosa.
Luego, fue cuando desperté, sola, en mi pieza, acostada bajo todas las mantas de mi cama, con mi ropa puerta y mi pijama también, solo que le faltaba uno que otro botón, tal vez se cayeron por que, al dormir, me moví mucho, y como no, si con el sueño que tuve es raro que Charlie no me estuchara gemir en la noche, ya que es normal que hable en sueños. Estaba entumecida, eso si, sentía todo mi cuerpo pegajoso y cansado. Mis parpados me pesaban kilos.
Si no fuera por toda la evidencia de que nada había pasado en mi pieza, hubiera pensado que mi sueño a fin de cuentas había sido totalmente real, cada caricia, cada palabra, cada suspiro, cada beso que nos dimos, pero nada era real y hoy, yo me convertiría en Bella Cullen, y, por raro que fuera, la idea me emocionaba menos que ayer… maldito sueño. Sabía que ese sueño me perseguiría por toda mi vida
Me levanté lentamente de mi cama, las piernas me temblaban y amenazaban con doblarse. Mi cuerpo pedía descansar, y mucho, lo que era raro por que acaba de despertar de una siesta de toda una noche, bueno, no toda ya que Edward cuando se fue era tarde… tendré que empezar a dormir más.
El agua al caer en mi cuerpo me relajo un poco, pero aún así no saco las escenas de mi sueño, las que se repetían una y otra vez en mi mente sin parar, ok, me estaba volviendo loca. Sentía que algo le faltaba al sueño al final, por que todo se volvía borroso, era como si mi mente hubiera preferido borrar esa imagen, que era cuando terminamos de hacer el amor, pero después de eso no recuerdo si dijimos alguna palabra o otra cosa. Mi mente lo había borrado, absolutamente todo. Y lo peor de todo es que yo quería recordar que era lo que había pasado.
Al salir de la ducha, me puse una ropa limpia, unos short, ya que el día era soleado y tenía que disfrutarlo y una polera cualquiera de manga cortas. En un rato más vendría Alice y me llevaría a su casa para probarme el vestido de novia.
Bufé.
Todo este embrollo de la boda simplemente para que yo pueda ser convertida por fin en un vampiro. Y pasar toda mi eternidad junto a Edward.
Verán, borre unas de mis historias (ya se que no saben cual es) y puse esta para replazas a esta que hace tiempo estoy escribiendo, pero eso no quiere decir que los capítulos serán seguidos, por que no será así… solo espero sus reviews para que me digan si les gusto la nueva idea de esto poniendo a mostrar, solo espero sus opiniones de las que los lean.
