Naruto es de Kishimoto.

El bochorno de la humillación invadió a Sasuke al ver la contrariedad en Hinata. Se merecía lo que pasaba. A un lado de él, Naruto lucía entre sorprendido y aparentemente divertido por la situación.

— Tu hermana miente. Yo nunca le pedí que me diera tu diario. —Soltó a Hinata, lanzándole una miradilla agreste a la pequeña.

— ¿Y entonces por qué te chantajeaba, ttebayo? — Sasuke volteó, molesto y desquiciado, hacia Naruto que lo miraba demandante. Las preguntas tendría que hacerlas Hinata no él. Sasuke giró de nuevo su atención a Hinata, los ojos blancos lucían enormes esperando su respuesta.

— Tu hermana descubrió que… Yo te seguía. — Hinata contrajo las cejas ante eso. Sasuke carraspeó un poco, confesar estaba haciendo que se sintiera patético. Y él que días antes se vanagloriaba por ser un genio… — Y me chantajeó con decírtelo si no hacía lo que me pidiera. Pero nunca le pedí nada a cambio.

Los ojos de Naruto estaban clavados en la pequeña. Hanabi se dio cuenta y se puso como un tomate de nuevo.

— ¿Es mejor que digas la verdad, Hanabi-chan? Conozco a éste, y sé que no miente… — Hanabi bajó la vista, pareció hacerse más pequeñita ante la cercanía de Naruto. Su pie se movía nervioso, la niña parería tener un debate interno. Al final habló:

— Es… es cierto, Nee-san. Él no me pidió nada… — Confesó ganándose por eso que Naruto le revolviera el cabello y le guiñara amistoso. La pequeña estuvo a punto de desfallecer.

— ¿Po-Por qué me seguías, Sasuke-kun?

El joven tragó ante los ojos llenos de curiosidad de la joven. La hora de la verdad había llegado.

— Desde el cambio de los libros de geometría… He tenido curiosidad sobre eso que leí ahí,… y pensé que si te seguía lograría saberlo.

A Hinata su memoria le trasladó a ese día. Al deducir a qué se refería Sasuke el estado de pasmo al que pasó habría sido menos si hubiera visto un ejército zombie.

— No era mi asunto, crucé límites que no debí... Te pido me disculpes, Hinata. Tendré merecido si decidieras dejar de hablarme.

Naruto enarcó una ceja con sorpresa. ¿Sasuke disculpándose?

Hinata miró los ojos de Sasuke. Ella lo conocía, y ese aspecto afectado nunca lo había visto antes en él. Su corazón dio un salto esperanzado al pensar que quizá Sasuke estuviera interesado en ella. Pero el efecto ilusionado se desvaneció al recordar que a Sasuke sólo lo había movido el morbo, no un interés especial hacia ella.

—No te preocupes, Sasuke-kun, no dejaré de hablarte. Pero por favor, desiste de eso… Si me disculpan, tengo cosas que hacer.

La mirada decepcionada que Sasuke vio en ella no le gustó. Sus ojos siguieron a Hinata hasta que salió de la habitación. Hanabi y Naruto lo miraban sin entender nada. Sasuke exhaló pesadamente de también irse.

..-0-..

Una semana había pasado. Nunca habían hablado mucho pero ahora Hinata mantenía las distancias con él. Sasuke sabía que no podía culparla. Si una de sus admiradoras hubiera hecho algo así, él no podría ocultar el enfado exhibiéndole su desprecio. Hinata en cambio, sólo se limitaba a sonreírle e irse discretamente cuando él se acercaba. Y si era sincero consigo mismo, debía admitir que extrañaba a la antigua Hinata, esa tímida pero amable que se sonrojaba y tartamudeaba a veces con él.

Faltaban poco para salir del colegio. Sasuke no tenía ánimos para la clase así que decidió brincársela. Caminó hacia las canchas y tomó uno de los balones olvidados cerca de una portería. Hacer dominadas con era un buen método para pensar en algo más que no fuera lo que venía apareciendo desde hacía varios días en su cabeza: Hinata Hyuuga.

— No andas muy bien en álgebra para que te saltes las clases. — Dijo sin despegar ojo del balón.

— Jo, ¿Cómo supiste que era yo, ttebayo?

— Hueles a ramen. ¿Qué quieres?

— Humph, estaba aburrido. — Antes de que se diera cuenta, sus piernas ya había recibido el pase de balón que Sasuke había hecho. El balón pasaba de una rodilla a otra. — Recuerdo que así nos conocimos...

— Me retaste pero a los diez minutos ya te había ganado. Eras pésimo. — Dijo Sasuke ahora siendo él quien recibía el balón. — Teníamos nueve, ¿no?

— Yep, eras un maldito presumido, ttebayo.

— Cállate, usuratonkachi… — Respondió Sasuke recordando que Naruto detestaba que se refiriera a él con ese adjetivo.

— Tsk, siete años de conocernos y sigues siendo el mismo Teme… — El pie derecho de Naruto jugueteaba experto con el balón luego le dio una patada elevándolo bastante. — Bueno, eso pareciera pero no… — Comentó Naruto. Sasuke no le quitaba la mirada al balón preparándose para recibirlo. — Nunca antes había visto que te disculparas. Pero creo que lo hiciste porque te gusta Hinata, ¿no, Teme?

Sasuke volteó y Naruto elevó una ceja, satisfecho al ver la reacción.

— No sé de qué hablas. — Rezongó al tiempo que el balón caía golpeándole la cabeza.

Naruto se cruzó de brazos con una sonrisilla de triunfo al verlo: nunca había perdido un balón.

— Oh, anda, no es malo que una chica te guste, ttebayo. — Sasuke lo miró de malas pulgas y recogió la pelota encaminándose hacia sus cosas. Estaba comenzando a enfadarse. — La seguías porque supiste que a ella le gustaba alguien y querías saber quién era.

Sasuke se paró en seco. Con ojos desconfiados atravesaba a Naruto. Sabía que la imaginación de Naruto podía volar pero esta vez sus fantasías eran muy, muy certeras. La mirada de Naruto brillaba al ver las reacciones de su amigo.

— Aunque en realidad creo que te movía otra cosa... ¿Estabas celoso, no? — Sasuke se crispó de coraje. — Sé todo esto, porque alguien tuvo la misma duda que yo con lo del libro ese. Y pues, teniendo acceso a las cosas de Hinata, no tardó en averiguarlo.

— ¡Le pediste a la mocosa que hurgara!

— ¡Por supuesto que no, ttebayo! Practicaba en el parque y me la encontré. Platicamos un rato, y pues, ella simplemente me dijo lo que había hecho. Es de cuidado esa pequeña. Me agrada, ttebayo.

— Yo hice eso sólo por curiosidad. — Masculló colgándose la mochila. Naruto ya lo seguía de cerca.

— Vamos, no creerás que a Hinata le gusta una chica, ¿no?

— ¿Por qué no? ¿Quién eres tú para decidir quién le gusta a quién?

— La pequeña no lo cree. Yo tampoco. Además, Hanabi dice que no conoce a nadie con ese nombre.

A lo lejos resonaron las campanadas que marcaban la salida. Ambos caminaban hacia el portón antes de que la turba de estudiantes emergiera. Sasuke no tenía ganas de toparse con nadie. Anduvieron en silencio en las calles vacías. Llegaron a la parada de autobús de Naruto, el camión no tardaría.

— Sabes, si no fuera por el nombre de chica podría jurar que la descripción de Hinata coincide exactamente con alguien que conozco. —Dijo el rubio.

Sasuke lo miró indiferente. Lo que necesitaba, que Naruto le diera en una imagen masculina de la tal Venus.

— ¿Con quién? — Preguntó apático.

— Contigo.

El corazón le dio un vuelco.

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Hola, he aquí otro capítulo. Esto está a nada de acabarse.

Gracias por leer.