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¡Hola! ¿Qué tal estáis? Espero que con ganas de leer el final de otra de mis historias, porque ya era hora de que la terminara. XDDD

Muchísimas gracias por haberme acompañado en este escrito, de veras que sí. Os habéis mantenido al pie del cañón con una paciencia que jamás me cansaré de agradecer, porque anda que terminar una historia navideña a finales de marzo... Bueno, en fin... Ya tengo claro que yo si no me complico la vida no me quedo a gusto. Porque he tardado todo este tiempo por tomar el camino difícil, aunque supongo que ha valido la pena (?) Eso supongo que me lo tendréis que decir vosotros, por supuesto.

Espero que esta historia que tan poco tiene que ver con las comedias románticas que solía escribir os haya gustado. No fue sencillo escribirla en algunos momentos. Las musas me abandonaban, no tenía tiempo, las musas me abandonaban y no tenía tiempo... JAJAJA. Así fui, pero por fin, POR FIN, publico el Epílogo. Breve, eso sí. No esperéis la gran cosa.

Y... será mejor que deje de escribir ya, porque os debo de estar mareando.

De nuevo os doy las gracias por seguir el escrito y... hasta la próxima, supongo.

Un beso y un abrazo para todos.


Epílogo

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La Madriguera

Sábado 24 de Diciembre, 4:57 pm

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'¿Hermione y Harry todavía no han llegado?'

Ron estaba seguro de que su madre no quería escucharlo responder en alto aquella pregunta y por eso se limitó a encogerse de hombros al tiempo que le señalaba que él estaba encargándose de los adornos que faltaban por colocar, no ejerciendo de niñera de sus dos mejores amigos.

'Hazme el favor y comunícate con ellos a través de la Red Flu, ¿sí? Es una vergüenza que tenga que decir esto, pero necesito que Hermione nos eche una mano en la cocina y que Harry ayude a George arriba'

'¿Arriba?' preguntó el pelirrojo, confuso.

'Con los dormitorios. He estado tan ocupada estos días que no he tenido demasiado tiempo para ponerlos a punto' respondió Molly mientras levitaba un cesto con ropa sucia que había ido recogiendo por la casa.

'¿A que ahora no te alegras tanto de haber tenido nietos que te quitan tiempo para poder hacer otras cosas?' comentó George mientras descendía las escaleras a toda velocidad 'No te preocupes, mamá, ya he limpiado las habitaciones que ocuparán los Granger, Bill y Fleur. Sólo falta la ropa de cama limpia' Molly pasó a su lado pellizcándole la mejilla en un gesto de agradecimiento y se alejó hacia la cocina.

'De todos modos, Ronald, aún necesito que Hermione venga a ayudarnos. Tan sólo falta una hora para que lleguen los invitados y todavía no tenemos postre. Luna y Ginny hacen lo que pueden, pero—' le dijo Molly mirándolo por encima del hombro.

'Me comunicaré enseguida con ellos' respondió con una sonrisa para, en cuanto Molly desapareció de su vista, lanzar un gruñido.

'¿Qué pasa, hermanito?' le preguntó George mientras se apoyaba contra la pared en una postura casual y cruzaba los brazos contra su pecho.

'Harry y Hermione deberían de haber llegado ya. La última vez que hablé con ellos, hace dos horas, dijeron que sólo tenían que darse una ducha y cambiarse' su hermano mayor ahogó una risa 'No es gracioso' retrucó Ron con las orejas y el rostro encendidos 'Se pasan el tiempo encerrados en su habitación y cuando salen de igual modo no se quitan las manos de encima ni por un maldito segundo'

'Han estado dos años separados… Tienen mucho tiempo que recuperar' comentó George mientras movía sus cejas arriba y abajo con rapidez, terminando por enderezarse y carraspear después de echar un rápido vistazo por encima del hombro de su hermano, hacia la chimenea. Ron estaba tan sumamente concentrado en sus protestas que ni siquiera se había dado cuenta del pequeño estallido a su espalda que indicaba que alguien acababa de llegar a través de la Red Flu.

'Eso no les da derecho a hacerme sentir en medio de una película para adultos las pocas veces que me honran con su presencia' dijo con fastidio al tiempo que sacaba de una caja una enorme bola de decorados navideños totalmente enredados entre ellos. Eso era lo que le faltaba.

'¿En serio, Ronald? ¿Una película para adultos?' la espalda del pelirrojo se tensó al reconocer la voz de Hermione tras él. Sus ojos, abiertos de par en par, buscaron ayuda en George pero éste no hacía más que saludar a los recién llegados con ademanes de cabeza y una sonrisa traviesa bailando en sus labios. Ron carraspeó.

'Mamá necesita tu ayuda en la cocina' dijo con voz temblorosa, volteándose a mirar a Hermione y Harry con el rostro completamente rojo de vergüenza. La castaña lo contemplaba de regreso con una ceja enarcada mientras que el ojiverde apretaba los labios para evitar reírse.

'No creas que me olvidaré de esto fácilmente' le dijo Hermione quien, sin poder evitarlo, se volteó hacia Harry para depositar un beso en sus labios antes de salir en dirección a la cocina.

Al pasar al lado de Ron, eso sí, le dio un codazo en el costado derecho antes de agitar su varita con maestría haciendo que la enorme bola de decorados navideños se desperdigara hasta quedar en completo orden.

'Una película para adultos, dice el exagerado este' murmuraba la castaña, indignada. Ron la observó alejarse mientras se frotaba las costillas.

'Tu novia tiene un humor de perros cuando quiere' le dijo al moreno por encima del hombro.

Harry se limitó a encogerse de hombros sonriendo soñadoramente. Ante esa reacción bobalicona, el pelirrojo rodó los ojos y comenzó a encargarse de los decorados. El qué había provocado que Molly Weasley no adornase la casa ella misma días atrás, era todo un misterio. ¿De veras el cuidar de Victoire y Fred le quitaba tanto tiempo? Porque él recordaba a su madre teniendo que lidiar con él, Ginny y los gemelos y aún así ser capaz de—.

'Sabes perfectamente que te hará pagar el que hayas dicho eso, ¿verdad?' le preguntó Harry al oído, confundiéndolo puesto que de tanto pensar en las travesuras que había llevado a cabo de niño había llegado a olvidar lo que acababa de suceder.

'¿Quién?' preguntó al tiempo que levitaba una borla verde que colgaría sobre el marco de la puerta.

'Hermione, por supuesto' intervino George con tono cómico.

'Como si no tuviera razón' murmuró Ron.

'No es para tanto' le retrucó Harry con cierto tono de indignación.

Ron se volteó a mirarlo después de haber logrado colocar el primero de los adornos del salón y lo hizo con las manos en sus caderas a modo de jarra.

'Cuando bajé hoy a desayunar Hermione estaba sentada en tu regazo dándote de comer como si fueras un niño pequeño y tú, de seguro pensando que soy tan rematadamente despistado como para no darme cuenta del detalle, no dejabas de meterle mano bajo el albornoz que vestía' Harry alzó las cejas en un gesto de sorpresa y acto seguido miró a otro lado, avergonzado 'Y anoche al llegar del trabajo os encontré dándoos el lote en la cocina, contra la encimera' George rió por lo bajo al ver la expresión asustada del moreno 'Me alegro muchísimo de que volváis a estar juntos y así de enamorados, pero, en serio…'

'B—bueno, lo siento, ¿de acuerdo?' lo interrumpió Harry antes de que se le ocurriera comentar también el que los hubiera encontrado a él y a Hermione hacía dos días, cuando creían estar solos en casa pensando que Ron todavía estaría en la tienda de su hermano, besuqueándose contra una pared del pasillo como si la vida les dependiera de ello 'Trataremos de controlarnos un poco más a partir de ahora, ¿vale?'

'¿Soy yo la otra persona que entra en esa promesa?' preguntó Hermione al tiempo que entraba en el salón con una enorme bandeja de canapés entre sus manos, la cual dejó sobre la mesa de centro del salón, al lado mismo de un Harry que la contemplaba a modo de disculpa 'No estoy de acuerdo entonces' dijo al tiempo que contemplaba al pelirrojo con pose altanera.

'Pero, Hermione…' comenzó Ron, suplicante.

'Tú solamente nos has visto besándonos, y quizá también acariciándonos modestamente, pero te recuerdo que en tu fiesta de cumpleaños del año pasado—' el pelirrojo abrió los ojos de par en par y comenzó a hacer ademanes exagerados pidiéndole que se callara. Hermione sonrió de medio lado, satisfecha 'Todo queda dicho, pues' volvió a besar a Harry y regresó a la cocina.

Durante varios segundos en los que reinó el silencio, George y Harry intercambiaron claras miradas de complicidad mientras Ron se encargaba de colocar más adornos con manos temblorosas. Estaba tan nervioso que tenía que repetir varias veces el hechizo de levitación para que funcionara.

'Yo estaba en esa fiesta' comentó George de pronto 'Y recuerdo muy bien haber escuchado a Hermione gritar un sinfín de improperios y reproches, pero no quiso decirnos qué había pasado ni se nos ocurrió preguntar, porque—'

'Déjalo quedar así' lo interrumpió Ron, sonrojado hasta las orejas. Harry y George se miraron una vez más.

'Hermione parecía bastante alterada y la vi beberse un vaso de whisky de fuego de tan sólo dos tragos, murmurando que necesitaba olvidar lo que acababa de ocurrir…' añadió su hermano, quien jamás perdería la oportunidad de fastidiar a alguien y mucho menos si se trataba de un Weasley 'Esa noche estaba demasiado en mi mundo como para ponerme a hacer cuentas, pero ahora si añado a todo eso que Luna y tú os unisteis a nosotros en el salón unos pocos minutos después…'

'George' le advirtió Ron con tono amenazante.

'Creo que nadie necesita que se aclare nada más' dijo Harry quien, tras luchar por mantenerse serio por varios segundos, terminó sin poder contener la sonora carcajada que le rebotaba en la garganta. Él y George rieron juntos por más de tres minutos mientras Ron, dándoles la espalda, maldecía por lo bajo y proseguía con sus labores.

'¿Ya habéis terminado con los dormitorios, chicos?' la señora Weasley se asomó desde la cocina, contemplándolos con sus cejas enarcadas.

'No. Ahora mismo estaba por decirle a Harry que nos encargaste—'

'Cambiar las sábanas, si hacéis el favor' lo interrumpió Molly con tono urgente y mientras echaba un vistazo rápido al reloj de cuerda colgado en la pared del salón, sobre la chimenea 'Merlín, se nos está haciendo tardísimo. ¡Ritmo, familia, que los invitados están a punto de llegar y tenemos todo patas arriba todavía!'

Todos obedecieron y se pusieron a ejercer la labor que Molly les había encomendado para, minutos más tarde, reunirse con los demás en la cocina, donde un recién llegado señor Weasley repartía copas de burbujeante champán entre los presentes. Mientras esperaban a la llegada de los invitados contaron varias anécdotas recogidas de pasadas navidades, todos riendo y sin recordar en lo más mínimo que hacía tan sólo unos pocos días Hermione había estado en peligro de muerte. Para entonces McWorth ya había recibido el Beso y su cuerpo carente de alma reposaba en una celda de Azkabán, donde moriría tan sólo unos días más tarde, en la tarde del último día del año.

La noticia no tomó desprevenidos a Harry ni al resto de sus amigos y tampoco fue considerada lo suficientemente importante como para tenerla en cuenta. Preferían actuar como si nada en realidad hubiera sucedido, como si McWorth nunca hubiera existido aún cuando había sido el causante de que Harry y Hermione se reencontraran. Siguieron adelante con sus vidas celebrando a los pocos meses el compromiso de Ron y Luna, quienes se casaron en los primeros días de otoño.

Harry fue el padrino del novio y Hermione una de las damas de honor de la novia, por lo que ambos fueron obligados por los presentes a dedicarle unas palabras a los recién casados. El discurso de la castaña hizo que todos los presentes se enternecieran con sus palabras de cariño hacia Ron y Luna e incluso que se rieran, mas fue Harry quien puso el verdadero toque de humor, burlándose de ambos a base de anécdotas del pasado.

Fue cuando se quedó de pronto en silencio en medio de una nueva historia que los convidados dejaron de reír para ver cómo él se había quedado pasmado mirando a Hermione, quien se percató de varios pares de ojos clavados en ella y decidió echar un vistazo a Harry para ver qué era lo que sucedía. Cuando lo vio contemplándola fijamente, frunció el ceño y le hizo un gesto para que continuara con su discurso.

Pero Harry, en lugar de ello, realizó un giro de ciento ochenta grados y comenzó a hablarle a los presentes de cómo se había enamorado de su mejor amiga. Hermione sintió enseguida el nudo de nervios en su estómago y le sostuvo la mirada, consciente de a dónde dirigían todas aquellas palabras que estaban consiguiendo que los ojos se le llenaran de lágrimas de emoción. Para cuando terminó de nombrar todos los aspectos de ella que le gustaban, Harry le pidió en matrimonio frente a todos los asistentes a la boda, los cuales guardaron completo silencio mientras los miraban a uno y al otro, alternando al igual que si siguieran una pelota de un partido de tenis esperando la respuesta de la castaña.

Hermione aspiró profundamente a través de la nariz para tratar de controlar sus emociones y, reuniendo un poco de valor, se quitó la servilleta del regazo y la tiró sobre la mesa antes de ponerse en pie de un brinco para contemplar a su novio con las manos a los lados de su cadera.

'Harry James Potter, ¿otra vez?' preguntó al tiempo que se dirigía hacia él a paso amenazante. Su tono de voz había sonado tan brusco que muchos de los presentes intercambiaban miradas de sorpresa creyendo que de veras estaba enfadada. Hermione se detuvo frente a un Harry que la miraba con las cejas alzadas '¿Cuántas veces tendré que decirte que sí para que dejes de preguntármelo?' añadió entonces, consiguiendo que muchos suspirasen de alivio, que otros riesen y que los demás lanzaran un alarido de ternura. La castaña sonrió y se acercó para besarlo.

'¡Dejad de robarnos el protagonismo a mí y a mi esposa!' exclamó Ron con tono de falsa indignación, pero Harry y Hermione no dejaron de besarse, puesto que ni siquiera lo habían escuchado.

~ FIN ~

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