Disclaimer: Los personajes, lugares y demás son propiedad de J. K. Rowling.

Dedicatoria: A mi lindo juguete y hermanosa Alejandra, si, querida por haber sabido de tí de nuevo y por lo mucho que te amo xD (?)


Capítulo único

¿Hasta cuándo? Estaba cansada de esa situación, enojada consigo misma por ser incapaz de controlarse, odiándolo a él por existir y tentarla.

¿Por qué no podía dejar de verlo? Era una clase de obseción, la cual no le gustaba para nada, no sí cada vez que se lo topara suspiraba ilusiona, pareciendo una maldita colegiala enamorada- como esas que salían en las estúpidas películas románticas muggles.-, ¿qué diablos le había hecho ese maldito cabrón?

Se sentía estúpida, imbécil y - sí, debía admitirlo, aunque luego se volviera a odiar a sí misma.- enamorada, pero… ¿Cómo había podido pasar? ¿Estaría enloqueciendo?

Y justo en el momento en que estaba más concentrada, él pasó por su lado, mirándola con desprecio, odio, asco y arrogancia- como siempre lo hace.-.

Lo mira y - últimamente le pasa eso cuando lo mira.-, se siente insignificante, se odia a si misma por sentirse así, lo odia a él por parecer superior y sin embargo no deja de mirarlo, él la mira también trasmitiéndole todo el desdén que siente por ella y ella simplemente lo observa.

Ya no soporto tú desagradable olor, Sangre Sucia. ―dice mirándola con suficiencia, asco y repugnancia, mientras lentamente camina hacia delante dejándola a ella allí, quien simplemente lo observa irse.

Es incapaz de defenderse y se odia por eso. Quizás si Harry o Ronald estuvieran acompañándola, alguno de los dos la hubiera defendido, pero desde hace mucho camina totalmente sola por los pasillos, exactamente desde que Ginny y Lavender son las novias oficiales de sus amigos, no tiene nada en contra de ninguna, pero siendo sincera desde que ellas se liaron con sus mejores amigos las cosas ya no eran igual y ella se sentía sola…más sola que nunca.

Suspira y continúa su camino hacia la sala común de Gryffindor, donde un grupo de primer año debe estar esperándola, ansiando su explicación sobre las diferentes clases que le impartían a los mismos.

Sonríe un poco y es cuando recuerda lo que le ha ocurrido anteriormente, y suspira, enamorada, dándose cuenta que parece una estúpida al hacerlo, pero no puede evitarlo lo ha recordado a él, con su cabello rubio, con su sonrisa arrogante y… ¡maldición! Ya lo sabe, sabe porque no puede dejar de mirarlo, porque suspira al verlo mierda, sabe porque Draco Malfoy no sale ni un solo instante de sus pensamientos.

Es simple, es sencillo y se odia por no haberlo descubierto antes. No haber descubierto que simplemente le fascinan los ojos grises de ese maldito, hijo de su madre, rubio oxigenado, que lo odia sí, pero también adora sus ojos.