Oh si, debo fics, DEBO MUCHOS FICS, pero en fin, me vino la inspiración y ¿que puedo hacer? nada mas hacerle caso y ya, pues bien amo esta pareja con todo mi jodido corazón, son mortalmente lindos y punto, así que escrbí esto... no pienso pasarme de unos seis capitulos así que advierto desde ahora, solo espero que les guste, y obviamente si es asi un review estaría bien por mi ¿oui?

Disclaimer: Hetalia pertenece a Himaruya-sempai, no mas hago esto porque me gusta :3

Capitulo I: shall we dance?

Un edificio enorme se alzaba frente a ella, con nada más verlo podía notar su antigüedad y valor histórico: era simplemente hermoso, un bello recinto en medio de una bella ciudad. Aun no se acostumbraba al agradable y hasta un tanto caluroso (para ella) clima de la ciudad de París, necesitaba algo más de frío… pero ya era muy tarde para arrepentirse, si solo hay una forma de alcanzar los sueños definitivamente era esa: dejar todo lo que conoces por algo nuevo, así que sentía que no estaba haciendo nada malo, muy al contrario solo estaba descubriéndose más a sí misma.

Cualquiera que la viera en ese momento pensaría que ella era la cuna de la seguridad y la decisión: caminaba firme, confiada, con el rostro sereno y calmo (aunque para ella no es como si hubiese alguna otra forma de tener algún tipo de expresión facial) pero lo cierto era que a pesar de eso, estaba muerta de nervios de pies a cabeza, moriría si fallaba y tenía que volver a casa ¡por ningún motivo del mundo permitiría que tal cosa ocurriese!

Después de haber estado en vigilancia del local al fin tuvo la valentía de entrar: todo en orden… al menos así lo pensaba, largos pasillos con chicos practicando se abrían frente a ella, muchos de ellos ya vestidos y listos para lo que se aproximaba, se limitó a estudiarlos con su ojo clínico, después de todo era ridículamente detallista y a su ver a varios les hacía falta mucho, como a otros simplemente se les notaba la naturalidad fluir por sus venas.

Corrió al baño a cambiarse, ya tendría que ponerse a hacer fila para la audición, recogió su más que largo cabello en una coleta alta aunque eso le costaba un poco por lo largo que era, una blusa ceñida al cuerpo a la cual agradecía su enorme escote pues hacía un calor terrible sumado a una corta falda, todo de color lila y por supuesto: sus zapatillas de ballet de la suerte, les dio aquella denominación pues fue su querida hermanita quien se las regalo y cualquier cosa que la menor le diera para ella era sagrado.

Al fin decida empezó a hacer la formación para entrar a la sala de ensayos, sería evaluada por un panel de jueces de quien sabe que reputación, aunque ella pensaba que debían ser los mismos maestros del instituto, no diría nada, se limitaría a hacer lo suyo e irse, definitivamente era lo más sano. Aun no se explicaba porque los chicos y las chicas debían hacer filas distintas, en casa todos hacían las mismas audiciones como era debido, estos franceses y sus cosas extrañas… sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando un chico mucho más alto que ella choco a su lado cuando iba por el pasillo, si no se hubiese sostenido de uno de los casilleros probablemente hubiese terminado estampada contra el suelo

- ¡Imbécil me hiciste chocar con una chica! –aun la rubia intentaba recuperar el equilibrio cuando el grito del mayor la había dejado sorda –hey… ¿estas…?

El no continuó hablando, se le quedó viendo mientras ella se acomodaba su ropa y su cabello, luego le dedico una mirada de reproche… o lo que ella consideraba una mirada de reproche, una ligera curvatura en sus cejas mientras el resto de su cara mantenía la misma expresión facial

- Ten más cuidado –declaró con su suave voz, soltándose abruptamente del agarre del chico mientras se dirigía a la fila

- E-Espera… ¡espera, hey tú! –la volvió a retener del brazo mientras la miraba curioso - ¿piensas audicionar?

- Que va soy la conserje, he venido aquí a trapear el suelo, solo que perdí mi trapeador –ese idiota le estaba quitando valiosos momentos de su vida que jamás recuperaría, sin contar que debía hacer la fila ya pero la sujetaba demasiado fuerte del brazo – suéltame

- ¡Eres muy graciosa! – soltó una carcajada que se escuchó en todo el largo pasillo, tanto que la mayoría de personas volteo para saber quién era el responsable del escándalo, ella se cubrió la cara con una mano ¿Cómo tenía la suerte y dicha de toparse con un imbécil el día de su tan esperada audición? – ¡y bonita! –dio una vuelta completa a su alrededor, mientras asentía con la cabeza y ella moría de la vergüenza

- Muérete – exclamó haciendo uso de toda su fuerza para soltarse de su agarre y correr hacia la fila antes de que la volviera a tomar del brazo

Por alguna razón en la cual no podía ni pensar se encontraba completamente sonrojada ¡e-es que nadie nunca había sido tan atrevido con ella! Y tampoco le había retenido con tal fuerza del brazo, incluso las marcas de sus dedos habían quedado impresas en la piel, empezó a masajearla suavemente para que se borraran

- Oye, ese es guapo – una chica morena un poco más baja que ella le dio una palmaditas en el hombro mientras estaba en la fila, la otra solo parpadeo incrédula ¿guapo? Tal vez si lo era, pero ella no notó nada especial en él luego de la escena que le hizo pasar – que suerte, y el primer día justo vee

- No digas tonterías - ¡ella no había venido para eso! Debía concentrarse en su sueño: y ese era simple y directo, alguien más solo sería un estorbo sin contar que no requería de nadie para lograrlo (eso piensa ella) tampoco es como si se fuese a fijar en un imbécil de esa forma, si se le notaba a kilómetros lo tonto que era…

- Como digas – declaró la otra con una sonrisa dándose la vuelta, después de eso no volvió a cruzar palabra alguna con otra persona en la fila, no era la persona más sociable del universo y eso sin contar que no quería desviarse del objetivo

Los minutos pasaban y la fila se acortaba cada vez más, aunque claro, con una suma lentitud que ponía a Rebecka de los nervios ¿Qué tanto les pondría a hacer? Lo peor es que nadie lo sabía, puesto que los que salían de la prueba iban siempre por la puerta trasera, así que ni siquiera había forma de preguntarles. Saco su reproductor por unos segundos del bolso mientras ponía los audífonos en sus oídos: el sonido del metal le calmaba y le brindaba paz de una manera que nadie jamás entendería, pero al menos a ella esa técnica le funcionaba.

Cerró los ojos con fuerza mientas el sonido invadía su cabeza, no tenía alguna otra cosa que hacer mientras pensaba en como liberarse en el momento de entrar allí, debía e iba a entrar aunque fuera lo último que hiciese, después de todo no puedes dejarlo todo por nada y menos apostar a ganar cuando siente que vas a perder ¡y ella no era ninguna perdedora! Si en su vida estaba segura de algo era de eso.

Al fin la chica demasiado alegre que estaba frente a ella por fin entro al lugar, advirtiéndole que la próxima sería ella…

"Ahora Isabella Vargas, pendiente Rebecka Heyerdahl"

Eso solo lo hizo más vivido, se quitó los audífonos que llevaba y cerró los ojos por un momento, las imágenes de su hermana y de su madre dándole apoyo le vinieron a la cabeza por unos segundos… era como ver su cielo personal, las volvería a ver pronto y lo sabía, pero no quería hacerlo antes de volverse una gran bailarina, y el único lugar donde aprendería aquello era ese, después de todo no era experta en todos los géneros y ella no quería limitarse al ballet… y aquella era la única academia del mundo que brindaba esa posibilidad, tal vez por eso fue que la escogió en primer lugar, aunque debería practicar mejor su idioma, definitivamente el francés no se le daba. Al cabo de quince minutos la enorme puerta de madera volvió a abrirse, dando paso a una menuda pero agraciada señora de lentes

"Ahora Rebecka Heyerdahl, pendiente Carmen Fernández"

- Suerte bonita – declaró con una enorme sonrisa la chica que estaba detrás de ella, ella asintió y con una leve cortesía le deseo lo mismo, mientras por fin entraba a la sala de baile

El salón era la cosa más elegante que la noruega hubiese visto en su vida, espejos por doquier mientras un candelabro de cristal iluminaba toda la blanca habitación, las barras escondidas hasta el final del local mientras que el panel de jueces estaba sentados en una larga y fina mesa, con los ojos puestos en ella, un reproductor podía verse a lo lejos, ahora todo era mucho más vivido de lo que pensaba…

- Buenas tardes, señorita –la chica simplemente se inclinó, como devolviendo el saludo sin palabras – ubíquese en la parte de la sala donde se sienta más cómoda, y en una señal nos indicará cuando esté lista, es música aleatoria así que debe estar preparada para lo que sea ¿le ha quedado claro?

Con sencillez volvió a asentir, aunque ahora con algo más de nervios ¡algo aleatorio! No es que estuviese muy acostumbrada a las sorpresas, pero de momento debía abstenerse, porque no había más opción que acatar sus reglas. Se puso de espaldas, dando a entender con su mano derecha que estaba lista mientras se ubicaba en todo el centro de la habitación, uno de los jueces presionó un botón del control que llevaba en su mano, haciendo que el reproductor se encendiera con una suave melodía de piano.

Y con eso fue suficiente

Empezó a desplazarse con suma habilidad a través de todo el salón, mostrando cuan frágil podía llegar a ser con tan solo un baile, a pesar de ser mucho más fuerte de lo que aparentaba. La verdad nunca espero que le pusieran música clásica, aquello era demasiado predecible para el estilo de esa academia pero para ella mejor, más fácil… era en lo que podía desenvolverse plenamente.

La pieza acabó dando paso a una chica completamente confiada de sí misma, después de aquel despliegue debía quedar, tenía que hacerlo o se cambiaba el nombre…

- Muy bien señorita Heyerdahl, fase completa – indicó el único hombre del panel, uno moreno y sonriente, ahí nuevamente la preocupación se apoderó de ella ¿fase había dicho? ¿faltaba más? Bueno, ya debió haberse imaginado algo así, de igual forma ella haría lo que quisieran que hiciese – ahora viene la audición en pareja

- … Disculpe ¿pareja ha dicho? – se puso pálida, nadie le había dicho nada de eso, de haberlo sabido habría hecho algo al respecto ¡pero no lo sabía! Esa gente la estaba molestando… esperaba que fuera eso

- Ahh sí, es un requisito una audición en pareja para medir sus habilidades de improvisación y sincronización, por supuesto esta fase es sorpresa y es la razón por las cuales no muchos quedan, nosotros asignamos a su compañero, es el que esta paralelamente audicionando por la parte de los chicos – ella asintió, esperaba que al menos quien sea que fuese sea decente en ritmo y esas cosas –adelante señor Köller

Se giró lentamente para da con quien nombraba… y si antes estaba pálida ahora definitivamente habría de parecer un fantasma ¡Por Odín, de todos los tipos él, ESE! Es que era absurdo, pero tampoco podía negarse… ¡un idiota no se interpondría entre ella y su sueño!

La miro de arriba abajo con una sonrisa enorme, casi auto-suficiente, nunca se esperó que la muñeca de porcelana fuese su pareja ¡es que era el destino! Estaba seguro de ello, incluso viéndola tan distante y con esa mirada fría y cortante que le dedicaba sabía que todo tenía su razón de ser.

- Por favor ambos al centro e indíquenos cuando estén listos –comento ahora una de las mujeres, morena también de ojos verdes claros, mientras esperaba por ellos… más bien por él, generalmente esa señal la da el chico

- Nos volvemos a ver – comentó él bastante animado, con intención de ver su reacción, ella alzó la mirada y le miro tranquila, se tragaba todo el orgullo solo por eso

- Limítate a bailar, grandote – exclamo poniéndose frente a él, indicándole con uno de sus dedos que ella ya estaba lista, siempre estaba lista

- Qué carácter – se quejó sin perder la sonrisa, luego él indico que la música sonara

El sonido del piano volvió a invadir la estancia, pero esta vez de una forma completamente diferente, la chica se aterró ¡eso era tango! Oh... Tenía que estar en Francia, los crucificarían si no podían con una pieza de tango, dejo que la tomara de la cintura y la acercara, no había de otra, tampoco podía tensarse porque de hacerlo metería la pata categóricamente, así que solo se soltó dejándose llevar por él.

Y muy a su pesar el mayor no lo hacía mal, nada mal, en lo absoluto ¡pero es que era tan alto! Cualquiera pensaría que era torpe cual poste mas no era así, cada giro, cada roce bajo, cada subida y paso era… casi mágico, y ella sí que podía hablar de magia, por un momento se perdió tanto en lo que hacían que ni siquiera notaba sus manos en su espalda, o cualquier cosa que estuviera haciendo, se rindió bajo el momento hasta que la música acabó. Ambos quedaron frente a frente, mirándose igual de cansados y confundidos por lo que acabaron de hacer, luego le obligo a que la soltara para observar al jurado.

Todos estupefactos

- Han sido los que mejor lo han hecho hoy ¿se conocen? –ambos negaron, jamás se habían visto en la vida - ¡pues tienen una química increíble! –a la chica casi se le fueron las luces ante tal adjetivo… química, se supone que debería ser feliz ¡el jurado la halagaba! Pero… pero aquello era completamente ridículo ¡ahora tendría que agradecerle al pelmazo si… si… si llegaban a… - sobra decir después de semejante espectáculo, que esto es casi una bienvenida a nuestra academia, señorita Heyerdahl y señor Köller

Definitivamente, aunque le doliera… tendría que agradecérselo.