Simplemente Irresistible
Capítulo 1
¡Hola! Estoy de regreso con otra traducción. Está vez la historia se llama "Simply Irresistibe" de bookworm1993 y es una historia romántica y llena de humor, ¡cómo me gustan!
!Espero que la disfruten! Ahorita estoy comenzando exámenes pero en dos semanas ya seré libre así que podré actualizar más seguido.
Disclaimer: Los personajes le pertenecen a JK y la historia a bookworm1993 yo solo traduzco para que los que hablamos español disfrutemos de la historia.
Hermione miro a ambos lados antes de cruzar la calle en dirección al café. Sonrió cuando lo vio a través de los ventanales.
"¡Ron!" dijo Hermione felizmente mientras se acercaba a la mesa de siempre. Se inclinó para abrazarle y darle un beso pero él se movió de modo que solo rozó su mejilla.
Hermione lo observó confundida pero decidió ignorar la acción. Últimamente con la cercanía de la boda, siempre parecía distraído.
"Hermione…"
"¿Sí? ¿Está todo bien?" preguntó la joven con cautela. El silencio fue su respuesta. Lo observó inquisitivamente.
"No puedo hacer esto."
Hermione lo miró. "Oh, puedo pedir el almuerzo para llevar. Lo siento, me hubieras dicho que preferías pedirlo par-"
"No, no el almuerzo." Contestó fuertemente Ron.
"Oh." Hermione no estaba segura de que debía contestar. Así que espero que él le explicara. Parecieron horas antes de que él dijera esas seis traicioneras palabras aunque solo fue cuestión de minutos.
"Hermione, no me puedo casar contigo," dijo Ron suavemente, casi como un susurro.
Los envolvió el silencio.
"Es sólo que tú eres la segunda persona con la que he salido y yo soy tu primera."
Hermione lo miró anonadada. "¿Entonces lo que quieres es vivir la vida?"
"No, a lo que me refiero, Hermione, es que ya no hay fuego en nuestra relación. Tú eres…"
"¿Yo soy qué?"
Ron no dijo nada.
"¿Qué soy Ron?" volvió a preguntar Hermione sonando algo histérica.
"Eres aburrida. Todo lo que quieres hacer cuando llegas a casa es leer. Te peleas conmigo por todo. Y tú, tú, te vistes peor que mi madre. Ya no te vistes como esa vez del Baile de Nav-"
Hermione sentía que no podía respirar. El oxígeno escaseaba en sus pulmones. Sin darse cuenta, ya se había puesto de pie.
"Detente, antes de que parezcas más superficial de lo que ya eres. Lamento no haber sido la novia escaparate que deseabas que fuese. Sabes que, lo haré más fácil para ti." Hermione se quitó el anillo. "Se acabó. Terminamos. No le diré a nadie-"
Ron soltó un suspiro de alivio.
"Pero más vale que le digas pronto a tu familia."
Ron hizo una mueca.
"Lo siento muchísimo Hermione."
"Yo también Ron." Hermione trataba de contener las lágrimas que amenazaban con salir. "Aunque debo felicitarte. Buen trabajo al escoger la hora del almuerzo para decirme. Ahora no podré hechizarte como si no hubiera un mañana." Susurró Hermione. "Oh y Ron, ¿de verdad creíste que habías sido mi único novio? ¿Quizás el nombre Viktor Krum te traiga algún recuerdo?" Con esto, Hermione salió del café dejando a su ex prometido en shock.
Cuando Hermione encontró un lugar solitario, se apareció a su casa. A penas entró conjuró un hechizo para juntar todas las cosas de Ron. Las encogió y las puso en una caja fuera de su departamento. Después cambio la cerradura de la puerta.
Cuando todo estuvo listo, sintió como si hubiera perdido todas sus fuerzas. Las lágrimas salieron a mares.
Hermione durmió en la habitación de invitados esa noche, llorando hasta quedarse dormida.
El sol matutino se asomó por la ventana, despertando a Hermione.
La joven jaló el cobertor y se cubrió el rostro, pero no sirvió de nada. Aún podía sentirlos. Después de un par de minutos, se rindió. Se deshizo de los cobertores y trastabilló en dirección al baño. En lugar de ir directo a éste, se estrelló con la pared, olvidando que no estaba en su habitación sino en la de invitados.
"Ouch." Se sobó la frente.
Cuando finalmente llego al baño, se miró en el espejo. Deseó no haberlo hecho. Sus ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar. Su cabello… bueno, podía apostar que ella y Pie Grande podrían competir por el peinado más espeluznante. Iba a ser difícil escoger un ganador.
"Maldito Ron." Murmuró Hermione mientras sentía como el agua de la regadera corría por su cuerpo. Finalmente se habían agotado las lágrimas. Ahora sólo se lamentaba. Se suponía que la boda tendría lugar en dos semanas. Se hubiera convertido en la Sra. de Ron Weasley en dos semanas. El día que había soñado desde que tenía 14. Ahora con 22, se sentía amargamente molesta. ¿Cómo podía hacerle eso a ella? Si, quizás ella era algo aburrida porque prefería leer a hacer otra cosa. Y que, si no se arreglaba ni maquillaba como muñeca siempre, ¿cuál era el punto? Ella ya tenía al hombre de sus sueños. O al menos eso creía. Tal vez debió de haberse vestido más como Ginny le insistía siempre, quizás así Ron no hubiera… al parecer aún no se habían agotado las lágrimas pues corrían nuevamente por sus mejillas. Pero no estaba segura de porque seguía llorando. ¿Eran las lágrimas por Ron o por el tiempo que había perdido tratando de ser la chica que Ron siempre había querido? Las lágrimas dejaron de salir mientras trataba de responder su propia pregunta.
Seguía pensando en esto al salir de la ducha, se puso una bata y se dirigió a la cocina para hacerse un café matutino.
"Crookshanks, quítate del Profeta." Hermione le dijo a su gato cuando se dio cuenta de que tomaba la siesta sobre el diario. Pero pronto deseo no haberlo movido de ahí.
¡Anoche vieron a Ron Weasley besándose con LA modelo Sadie Rayne! Ahora bien, he aquí la pregunta, ¿dónde están Hermione Granger y Draco Malfoy?
Hermione se petrifico mientras observaba la foto de su ex prometido de hacia menos de 24 horas, besando a una bonita, no, a una bellísima pelinegra. Aflojó su agarre de la taza de café y está resbalo hasta estrellarse contra el suelo. Pero no le prestó atención, Hermione estaba concentrada observando a la mujer de la foto. Tenía un hermoso y lacio cabello negro que cualquier mujer desearía poseer. Unos blanquísimos y perfectos dientes, unos voluminosos labios rosados y unos brillantes ojos azules. Era la personificación de la mujer perfecta.
Draco Malfoy observaba incrédulo el periódico. Leyó el artículo una vez más para asegurarse de que no estaba alucinando. Su novia se había besuqueado con la comadreja. La noche anterior. Maldita sea, ¡la mujer lo había engañado con el maldito de Ron Weasley! Un Ron Weasley comprometido, por cierto. Bueno quizás ya no lo estaba, pensó Draco con pesar. Podía ver las maldiciones que Granger tenía preparadas para él. Pagaría por poder ver eso. Para ahora Granger debía de haber avanzado de canarios a algo más peligroso, como hipogrifos.
Pero aun así, de todos los hombres en el mundo tenía que escoger a Weasley para ponerle el cuerno. Y que si no le prestaba mucha atención últimamente, estaba muy cerca de firmar un acuerdo de negocios que lo haría ganar millones de galeones que durarían hasta sus tataranietos. La maldita mujer era demasiado demandante. Casi tan grave como Parkinson pero al menos no le ponía apodos tontos y era endemoniadamente atractiva con y sin ropa.
Azotó el periódico contra la mesa, ya no quería seguir viendo a Weasley tratando de succionar el rostro de Sadie. ¿Cómo se atrevía a humillarlo de esa manera? Él sabía que era para restregárselo en la cara ya que la foto había sido tomada en el Club Nero, un lugar plagado de paparazzi. Nada que pasará ahí podía mantenerse en secreto, maldita sea, ibas para que todo el mundo supiera lo que hacías.
Todavía observaba el periódico con el ceño fruncido cuando Blaise hizo su entrada.
"Oh, ya lo has visto." Dijo Blaise cuando vio el periódico asentado en el escritorio de Draco.
"Claro que ya lo he visto, ¡todo el maldito mundo mágico lo ha visto!"
"Bueno, al menos te ves mejor que Hermione." Recalcó Blaise.
Draco alzó el rostro bruscamente. "Hermione, ¿te refieres a Granger?"
"Obviamente idiota. ¿Conoces alguna otra Hermione?"
"¿Desde cuándo empezaste a llamar a Granger… Hermione?" Preguntó Draco, sintiéndose extraño al pronunciar el nombre por primera vez. Era diferente. Y por alguna extraña razón parecía gustarle.
"Desde que comencé a trabajar en el Ministerio, que fue, déjame ver, dos años atrás." Contesto Blaise secamente.
"Ah sí, fue cuando rechazaste la oferta de trabajar para mí." Dijo mirándolo ceñudo.
"Sobreviviste." Comentó el moreno tomando asiento.
"Espera, regresemos, ¿dijiste que Granger se ve peor que yo?"
"Sí."
"¿Cómo?"
"¿Por qué estás tan interesado?"
"No lo estoy."
"Si lo estás Draco. Tienes tu mirada maquinadora justo ahora."
"No es cierto."
"Si lo es."
"No." Argumentó Draco.
"Que sí." Repitió Blaise.
"Bien, si lo estoy. Ahora sólo cuéntame."
Blaise lo observó cautelosamente pero aún así le contó. Eran mejores amigos después de todo.
Hermione no podía soportar las miradas de lástima que seguía recibiendo por parte de sus compañeros de trabajo. Uno podría pensar que su madre acababa de morir o algo parecido. Deseaba no haber ido a trabajar. Pero si no hubiese ido, odiaba pensar en los chismes que hubieran surgido. Probablemente que se encontraba en San Mungo recuperándose porque había tratado de suicidarse después de haber escuchado "Las noticias" como todo el mundo se refería al incidente. Era como Voldemort y el tabú de El-que-no-debe-ser-nombrado.
Hermione se lavó la cara en el baño de señoras. Ciertamente no ayudaba el hecho de que tenía los ojos rojos e hinchados de haber llorado hasta quedarse dormida. Su rostro se veía cansado y desgastado. No había duda de porque Ron había roto el compromiso. Mientras ella se veía como un zombie, Sadie Rayne era una guapísima modelo. Era obvio porque la había abandonado por una mujer como Sadie. Sadie incluso había salido con Draco Malfoy, famoso por ser un mujeriego, por tres meses, lo que podía considerarse un tiempo record. No era que mantuviera un seguimiento de las relaciones de Malfoy, lo había leído accidentalmente en una revista mientras cuidaba a Teddy en casa de Ginny y Harry.
Hermione camino de regreso a su oficina y le dijo a su asistente que saliera a almorzar.
"Oh Hermione, no me dijiste que… no hay duda de porque Ron y Sadie Rayne… Eres una suertuda, es todo un partido." Su asistente le guiño el ojo antes de irse.
Hermione solo la miro desconcertada. Se encogió de hombros y abrió la puerta para entrar a su oficina.
"Por Merlín, sí que te ves como una pordiosera. Y yo que me preguntaba porque Weasley te había dejado por Sadie."
Hermione saltó por el shock y casi gritó hasta que reconoció la voz. Aunque habían pasado años desde la última vez que hablo con él, aun podía recordar el sonido de su voz. El tono aristocrático que todos morían por tener y que él poseía de manera natural.
"¿Malfoy qué estás haciendo en mi oficina? Y en serio, ¿es esa la primera cosa que me dirás?"
"¿Qué? Preferirías que te dijera que siento que hayas perdido a tu prometido-"
"Oh cállate." Hermione frunció el ceño. "Creo que fue lo menos malo que pudiste decirme. Ahora bien, ¿qué haces aquí?"
Draco le sonrió coquetamente. "Te voy a hacer un cambio de imagen."
"¿Disculpa?"
"Ya me escuchaste Granger, te voy a hacer un cambio de imagen que hará que todos los hombres te deseen y que Weasley se quiera morir de arrepentimiento. Serás simplemente irresistible."
¿Y bien? ¿Qué les pareció? ¿Continúo traduciendo?
Besos
Lola
